Boletín Nº 34 - Junio 2000

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Servicio de Prevención de Riesgos Laborales
Diputación Provincial de Málaga
Publisalud: Boletín nº 34 Junio 2000
En esta ocasión, aprovechando la llegada del verano volveremos a recordar, como en años
anteriores, las precauciones que hay que tomar a la hora de tomar el sol; ello, con el objetivo
de prevenir las complicaciones que aparecen a consecuencia de sus efectos negativos, que
pueden ser desde una insolación hasta un cáncer de piel (la mitad de los nuevos cánceres son
de piel, y 2 cada 3 pueden estar relacionados con las exposiciones solares) pasando por
quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, alteraciones de la pigmentación, etc.
¡¡ CUIDADO CON EL SOL !!
I. Efectos positivos de las radiaciones solares.
Sería injusto no reconocer, en primer lugar, que el sol tiene su indudable parte positiva, con
unos claros efectos beneficiosos sobre el organismo:
Favorece la síntesis de vitamina D, previniendo enfermedades como la osteoporosis y el
raquitismo.
2) Estimula el metabolismo de las proteínas y contribuye a la expulsión del ácido úrico.
3) Aumenta la producción de anticuerpos, favoreciendo las defensas frente a las infecciones.
4) Mejora algunas enfermedades de la piel, como la psoriasis, la dermatitis atópica o el liquen,
y algunas enfermedades reumáticas como la artrosis.
I.Tipos de radiaciones solares.
El sol, situado a 149 millones de kilómetros de la Tierra, emite una serie de radiaciones
electromagnéticas de diferentes longitudes de onda, de modo que a la superficie de la Tierra
sólo llegan aquellas cuya longitud está comprendida entre 280 y 2.500 nanómetros y que son
las siguientes:
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Rayos infrarrojos: Son ondas de calor que penetran en la piel sin producir ningún daño,
originando sobre el organismo efecto de calor y aumentando la circulación sanguínea.
Luz visible: Tampoco suponen un daño negativo a la piel.
- Rayos ultravioletas: Son rayos invisibles que sí penetran en la piel, causando -a largo plazoalteraciones cutáneas sobre todo cuando se ha estado expuesto al sol sin la debida protección
(aunque no hay que olvidar que estas radiaciones también son emitidas por las famosas
lámparas de rayo UVA). Según su longitud de onda, esta radiación ultravioleta se clasifica en
UVA, UVB y UVC. Los rayos UVA y UVB penetran en la piel, y por esto es fundamental
protegerse de ellos; los UVA inducen al envejecimiento cutáneo prematuro debido a que
destruyen el colágeno (que une a las células y que aporta elasticidad) y a que dan lugar a la
formación de radicales libres (que dañan las células y el ADN), y además son los responsables
de las reacciones alérgicas de la piel a la luz solar, de la pigmentación a corto plazo y, en
asociación con los UVB, intensifican la quemadura solar. En cuanto a los rayos UVB son los que
poseen mayor energía pero penetran poco en la piel, de manera que sus efectos son
acumulativos -a largo plazo- y son responsables de la quemadura solar -eritema-, del
incremento del grosor de la piel como defensa a la radiación solar y de la aparición de
problemas y de enfermedades a largo plazo como el cáncer. Y con respecto a los UVC son los
más peligrosos pero no llegan a traspasar la capa de ozono estratosférica porque son
absorbidos por la atmósfera y retenidos allí.
Es importante aquí resaltar el papel fundamental que juega la capa de ozono, por ser el
principal filtro protector del que dispone nuestro planeta contra los rayos ultravioletas, y cuya
destrucción -por motivos medioambientales- llega ya al 50%.
III. Tipos de piel.
No en todas las personas la piel reacciona, ante el sol, de la misma manera. Según las diversas
reacciones al sol, la piel de cada individuo se puede clasificar del siguiente modo:
- Fototipo I: Muy sensibles. Se queman con facilidad y no se broncean. Tienen un tono de piel
muy clara.
-Fototipo II: Sensibles. Se queman fácilmente y se broncean muy poco. Tono blanco de piel.
- Fototipo III: Medios. Se queman moderadamente y se broncean de forma gradual. Piel de
blanca a intermedia.
- Fototipo IV: Medios. Se queman muy poco y siempre se broncean. Tono de piel intermedio.
Fototipo V: No sensibles. Apenas se queman y se broncean mucho. Tono de piel oliva u oscuro.
- Fototipo VI: Insensibles. Nunca se queman. Piel muy oscura.
IV. Efectos nocivos de las radiaciones solares.
I) A corto plazo:
a) El eritema solar: Es la clásica quemadura solar, que varía desde un ligero tono rojizo hasta
verdaderas inflamaciones, y que aparece entre las 6 y las 24 horas después de la exposición; la
gravedad depende de la intensidad de la exposición, del color de la piel y del fototipo. En un
98% el eritema se debe a los rayos UVB, y los UVA pueden empeorar esta quemadura (sinergia
de acción), y por esto la luz solar al final de la tarde -rica en UVA y pobre en UVB- agrava las
quemaduras producidas al mediodía.
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b) Alergias solares: Cada vez más frecuentes, suelen aparecer en las primeras exposiciones. Se
trata de una reacción de la piel ante el sol, provocada generalmente por estar demasiado
tiempo bajo el mismo sin la protección adecuada, y se manifiesta con erupciones o picores muy
fuertes. El problema reside en que la piel se queda sensibilizada al sol y la alergia reaparece,
casi con toda seguridad, todos los años. Para intentar evitarla se debe seguir un tratamiento en
primavera, y poner siempre protección total en la zona afectada.
c) Incremento del espesor de la epidermis, debido al desecamiento que se produce por culpa
del sol.
d) Las insolaciones: Se deben a los rayos infrarrojos y están provocadas por un efecto de
sobrecalentamiento mal controlado. No es necesaria una exposición directa para sufrirla, y
suelen padecerla con mayor facilidad las personas de edad avanzada y los niños, cuyas
necesidades de agua son muy importantes.
e) La fotoinmunosupresión: Los rayos ultravioletas disminuyen las defensas de la piel frente a
las agresiones externas, lo que puede dar lugar a infecciones cutáneas (hongos, herpes) y, con
el paso del tiempo, favorecer el desarrollo del cáncer de piel.
2) A largo plazo.
f) Envejecimiento cutáneo: Los rayos ultravioletas, principalmente a través de los rayos UVA,
generan "radicales libres" que son unas moléculas que alteran el tejido de sostén de la piel
(colágeno y elastina), originando así cambios antiestéticos: la piel pierde tonicidad, se vuelve
flácida, aumentan las arrugas, aparecen manchas marrones, etc.
g) Inducción de cánceres cutáneos: Es la consecuencia más grave de una exposición solar
excesiva, siendo los principales responsables los rayos UVB. Entre los diferentes tipos de
cánceres de piel están:
- Los epiteliomas: Aparecen normalmente en las zonas expuestas al sol, como la cabeza, las
manos, los brazos, la cara o el cuello. Se suelen dar en las personas de fototipos claros, y
suelen evolucionar lentamente y con un potencial de malignidad localizado, sin desarrollar
metástasis. Es el tipo más corriente de cáncer cutáneo y se da sobre todo en zonas con mucho
sol.
- El carcinoma celular escamoso: Suele aparecer en una lesión protuberante preexistente
(generalmente sobre queratosis, que son lesiones precancerosas -producidas por el sol-, en la
cara o en el reverso de las manos, de color rojo violáceas, que se extienden lentamente y
pueden evolucionar a cáncer) que no ha sido bien tratada. La evolución es mucho más rápida y
hay riesgo de metástasis. La cirugía precoz es la mejor manera de erradicarlo.
- El melanoma: Es el peor cáncer de la piel, que se desarrolla a partir de los melanocitos (las
células que dan el color de la piel), y en el que la intensidad e intermitencia de la exposición
solar parece más importante que la dosis acumulativa de la radiación. En las zonas más
expuestas (cara, manos, espalda, piernas…) es más frecuente que en las partes que están
normalmente cubiertas (senos, órganos genitales). Cada vez son más las personas que lo
padecen en el mundo, de manera que se han triplicado en los últimos veinte años. Afecta más a
personas con pieles claras y entre los factores de riesgo destacan los genéticos y la exposición
al sol de los individuos con fototipos claros. Otro dato fundamental es que la infancia es
determinante para sufrir cáncer de piel en la edad adulta, y por lo tanto desde el nacimiento
hasta los 14 años hay que tomar las máximas precauciones y no olvidarse nunca de la
protección adecuada.
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V. Prevención.
A la protección obligada bajo el sol hay que sumar la vigilancia periódica de los lunares según el
llamado método ABCDE:
- A: lunares de forma Asimétrica.
- B: de Bordes irregulares.
- C: de un Color no homogéneo.
- D: de un diámetro de más de 5 mm.
- E: Evolutivo (crecimiento de volumen o aumento de diámetro).
Toda mancha que responda a uno o más criterios debe ser objeto de estudio médico.
A la hora de tomar el sol, hay que tener en cuenta que las horas del día de mayor riesgo, en las
que habrá que evitar la exposición, son entre las 12,00 y las 16,00. Otros datos de interés son:
A mayor altitud, los rayos solares son más intensos, ya que hay menos atmósfera para filtrarlos,
de modo que a 1.500 metros por encima del mar, hay un 20% más de rayos UVB; es
importante también el lugar geográfico en el que se encuentra, pues cuanto más cerca se esté
del Ecuador los rayos caen más verticales; la reflexión de la luz del sol por la superficie de la
tierra también influyen, así la nieve (un 85%), la arena (un 17%) y el agua reflejan la luz solar
y provocan una exposición adicional; y no hay que confiarse los días nublados, ya que las nubes
no filtran más los rayos UVA que el cielo despejado.
Y con respecto a los protectores solares, estos deben garantizar una protección óptima contra
los rayos UVA y UVB, ser resistentes al agua, y evitar los conservantes o emolientes (para evitar
alergias en las pieles sensibles). El factor de protección solar, que aparece en los envases de
dichos productos, indica el tiempo que una piel puede estar expuesta sin que aparezca eritema.
Es obligatorio usar un protector solar con un factor 15 como mínimo, y de esta manera se
asegura que si una persona se protege hasta los 18 años con un fotoprotector de este índice -al
menos- se reduce hasta un 80% la posibilidad de tener un cáncer de piel en la edad adulta.
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