CAP 022-11 San José, 23 de agosto 2011 Licenciada Emilia Gamboa Quesada Oficina Regional de Trabajo Social y Psicología Poder Judicial S. D. Estimada Licenciada Gamboa: En representación del Equipo de Trabajo Regional de la Oficina de Trabajo Social y Psicología de Cartago, usted nos expone a consulta el oficio ORTSPC-656-10, el cual versa sobre las intervenciones que realizan los profesionales en Trabajo Social y Psicología dentro de las audiencias y debates que se llevan a cabo en la Cámara de Gesell. Nos solicita se definan con claridad los siguientes aspectos: cuál es el rol a desarrollar durante la asistencia a juicio de personas menores de edad en Cámara de Gesell, a quién le corresponde realizar la entrevista a la persona menor de edad durante el juicio si el mismo se realiza en la cámara y, de estimarse que son los y las profesionales en Trabajo Social y Psicología, establecer de forma clara el procedimiento y metodología a seguir, y por último, solicita que se establezca qué tipo de solicitud debe enviar la autoridad judicial si requiere apoyo en la entrevista para juicio en la Cámara de Gesell. Dichas consultas las plantea usted toda vez que se espera un incremento de las solicitudes de intervención en la Cámara de Gesell producto de la incorporación en el I Circuito Judicial de Cartago de una nueva sección del Tribunal Penal. Sobre la situación planteada En todo proceso donde intervengan personas por debajo de los 18 años de edad prima el interés superior del menor. Esto implica la necesidad de establecer medios dentro del proceso penal que procuren evitar nuevos daños al niño, niña y adolescente, de forma que se busquen acciones dirigidas a combatir la llamada “victimización secundaria”; es decir, aquellos sufrimientos provocados por las mismas instituciones encargadas de impartir justicia. El interés superior del niño es un principio jurídico garante que obliga a cualquier instancia pública o privada a tomar en consideración su condición de persona menor de edad, sujeta de derechos y responsabilidades, así como su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales. El interés superior del niño se ha establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño (ratificada por nuestro país mediante Ley 7184), disponiendo en el numeral 3 que: “En todas las medidas concernientes a los niños, que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño…”. Por otra parte, el artículo 12 del mismo cuerpo normativo establece la obligación de los Estados Partes de escuchar a los menores durante los procesos, brindándoles las condiciones adecuadas para que se formen un juicio propio que puedan exponer libremente. En relación con este propósito es que se hace indispensable el uso de las Cámaras de “Gesell” y la colaboración de expertos en el área de Trabajo Social y Psicología que brinden colaboración durante el interrogatorio. En este sentido, señala el artículo en mención: “1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afecten al niño, teniéndose debidamente en cuenta las condiciones del niño, en función de la edad y madurez del niño. 2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional”. El Código de la Niñez y la Adolescencia también hace referencia al interés superior del menor, al respecto establece en su artículo 5: “Toda acción pública o privada concerniente a una persona menor de dieciocho años, deberá considerar su interés superior, el cual le garantiza el respeto de sus derechos en un ambiente físico y mental sano, en procura del pleno desarrollo personal. La determinación del interés superior deberá considerar: a) Su condición de sujeto de derechos y responsabilidades. b) Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales. c) Las condiciones socioeconómicas en que se desenvuelve. d) La correspondencia entre el interés individual y el social.” Es precisamente, en aras de la protección del interés superior del menor, que se ha pronunciado nuestro ordenamiento jurídico. Así, de acuerdo con el artículo 212 del Código Procesal Penal “Cuando deba recibirse la declaración de personas menores de edad víctimas o testigos, deberá considerarse su interés superior a la hora de su recepción, para ello el Ministerio Público, el Juez o Tribunal de Juicio que conozca de la causa y según la etapa procesal en la que se encuentre, adoptarán las medidas necesarias para que se reduzcan los trámites y se reciba el testimonio en las condiciones especiales que se requieran, disponiendo su recepción en privado o mediante el uso de cámaras especiales para evitar el contacto del menor con las partes, y permitiendo el auxilio de familiares o de los peritos especializados. […]” (La negrita no corresponde al original) El artículo 351 del Código Procesal Penal es más amplio al regular el tema de la recepción del testimonio de la persona menor de edad en el debate, estableciendo la posibilidad de que su testimonio se reciba en una sala especial o con el uso de cámaras especiales o de los medios tecnológicos disponibles, que faciliten el relato de la persona menor de edad, sin el contacto con las partes, cuando ello sea recomendado. De esta forma en lo que interesa el numeral citado establece: “…Para la recepción del testimonio de personas menores de edad, el tribunal tomará las medidas necesarias en atención a su interés superior y en aras de evitar o reducir la revictimización. Podrá auxiliarse en peritos o expertos en el tema, que acompañen al menor en su relato o lo auxilien en caso de ser necesario…”.1 (La negrita no corresponde al original). De lo establecido en los citados artículos se deriva que el juez que preside el debate y los co-jueces si los hubiera, son los encargados de recibir las declaraciones de los menores y conducir los interrogatorios. Se podrá recurrir al uso de cámaras especiales (cámaras de Gesell) con la finalidad de que el menor no sea puesto en contacto con las demás partes en el proceso cuando fuere necesario. Para llevar a cabo la recepción del testimonio de la persona menor de edad se dispone de la posibilidad de que éste sea acompañado de un perito especializado que pueda brindarle apoyo a lo largo del interrogatorio, siendo que se podrá tratar en este caso de un profesional en Trabajo Social o un Psicólogo. La jurisprudencia nacional ha establecido que la cámara de Gesell ha sido diseñada para disminuir la revictimización en delitos sexuales, esta reducción de la revictimización se produce al aislar a la víctima en una sala especial para recibirle declaración sin que tenga contacto visual con la partes intervinientes, el imputado o el propio Tribunal. Así, resulta ser una forma de recepción de su testimonio que tiende a darle mayor tranquilidad al testigo o víctima, quien será interrogado indirectamente por las partes, y a través del sistema de audio y video, evitando como se dijo, el contacto físico con la partes, situación que podría generar muchas veces nerviosismo e incomodidad2. Siguiendo con este criterio el fallo número 079-2010, del Tribunal de Casación Penal de Cartago, de las catorce horas cuarenta y cinco minutos del nueve de marzo del dos mil diez, dispuso lo siguiente: 1 En el mismo sentido se pronuncia el artículo 221 del Código Procesal Penal. Al respecto se puede consultar la resolución 2008-1074 de las diecinueve horas treinta y cinco minutos del trece de junio de dos mil ocho del Tribunal de Casación Penal de Cartago. 2 “En general, cuando de menores de edad se trata y especialmente cuando son víctimas de delitos sexuales, rigen reglas especiales para la recepción de sus declaraciones. Desde el mismo numeral 51 de la Constitución Política se impone el deber de brindar protección especial a los menores de edad. Ese extremo también se regula en la Convención Sobre los Derechos del Niño, ratificada por Costa Rica por Ley 7184. Esta última establece en sus artículos 12 y 19 – en lo conducente - la obligación de escuchar a los menores durante los procesos, brindándoles las condiciones adecuadas para que se formen un juicio propio que puedan exponer libremente, por lo que se debe posibilitar las condiciones adecuadas para que puedan exponer libremente los hechos, utilizando mecanismos auxiliares tales como el acompañamiento por un adulto, psicólogo o trabajador social al momento de declarar. El mismo Código Procesal Penal indica al respecto lo siguiente: “ Cuando deba recibirse la declaración de personas menores de edad, víctimas o testigos, deberá considerarse su interés superior a la hora de su recepción; para ello el Ministerio Público, el juez o tribunal de juicio que conozca de la causa y según la etapa procesal en que se encuentre, adoptarán las medidas necesarias para que se reduzcan los trámites y se reciba en testimonio en las condiciones especiales que se requieran, disponiéndose su recepción en privado o mediante el uso de cámaras especiales para evitar el contacto del menor con las partes y permitiendo el auxilio de familiares o de los peritos especializados. Podrá requerirse un dictamen al Departamento de Trabajo Social y Psiquiatría y Psicología Forense o de algún otro perito o experto debidamente nombrado, de conformidad con el título IV de esta Ley, sobre las condiciones en que deba recibirse la declaración. Se resguardará siempre el derecho de defensa. La mismas reglas se aplicarán, cuando haya de recibirse el testimonio de víctimas de abuso sexual, trata de personas o violencia intrafamiliar”. (El resaltado no corresponde al texto original). De lo expuesto anteriormente, se deduce que la presencia de un profesional en trabajo social o en psicología durante la declaración de un menor de edad es un procedimiento válido para tutelar a la misma víctima, de tal forma que pueda declarar de modo libre y en condiciones apropiadas. Ahora bien, lo anterior no debe entenderse en el sentido de que el profesional que acompañe al testigo, pueda sustituir o sugerir su declaración, sino que, su función consiste en resguardar la integridad de la persona menor de edad que está siendo interrogada, aportando su colaboración en cuanto a adecuar las preguntas que se hagan al menor, de manera que sean más pertinentes para su edad y de acuerdo con su situación anímica al momento de testificar; pues, es de todos conocido que durante este proceso el menor puede presentar bloqueos o ansiedad3. De esta forma el colaborador deberá promover un ambiente que permita al menor superar los bloqueos iniciales al momento de rendir su versión, toda vez que debe recordarse que tratándose de menores de edad puede ser que diversos factores influyan impidiendo que declaren de primera entrada, es necesariamente en estas situaciones que se requiere la colaboración del especialista para que genere un nivel de confianza que permita que el menor rinda su relato sobre los hechos. Aclara esta Comisión a la consultante, que el interrogatorio será planteado por las partes y que como corresponde será el juez quién determine la pertinencia o no de la pregunta. Una vez admitida la pregunta por parte del juez ésta será puesta en conocimiento del profesional colaborador a quién corresponderá hacer la pregunta al menor, para lo cual deberá utilizar un vocabulario que permita la comprensión por parte de éste. Esta Comisión aclara que al colaborador no le corresponde conducir el interrogatorio, nunca podrá variar la esencia de la pregunta realizada, ni podrá en ningún caso inducir al menor en su respuesta o interpretar lo que el menor haya manifestado. Es indispensable recalcar que el interrogatorio del menor estará bajo la dirección del juez interviniente a quién corresponderá la labor de admitir o no las preguntas planteadas, siendo que al respecto el profesional en Psicología o Trabajo Social no tiene ninguna potestad, toda vez que le corresponde únicamente una labor de colaboración con el juez; es decir, será un facilitador dentro de dicho interrogatorio. 3 Sobre este aspecto se pronunció el Tribunal de Casación Penal de Cartago en la sentencia 79-2010 de las catorce horas y cinco minutos del nueve de marzo de dos mil diez. En este sentido en resolución 287-2010 de las 15:40 horas del veinticuatro de agosto del 2010, el Tribunal de Casación Penal de Cartago estableció: “Sin lugar el reclamo. El alegato del recurrente demuestra su desconocimiento sobre la metodología empleada cuando se recibe declaración a una menor víctima en la Cámara de gesell. En este tipo de declaración, el menor se encuentra en una sala aparte acompañada de una trabajadora social, donde puede ser vista y oída por las partes, pero ella a su vez no puede verlos. Las preguntas no es que las hace la trabajadora social por su propia iniciativa, sino que las partes realizan las preguntas a través de la trabajadora social, quien recibe las preguntas por medio de un audífono que puede notarse perfectamente mediante la observación del DVD. Es decir, la trabajadora social solo repite lo que las partes le piden que pregunte. Esta Cámara pudo ver y escuchar mediante el DVD aportado al efecto, la declaración de la niña ofendida, pudiendo notar que la propia trabajadora social le indica a la niña a preguntas de ésta, que ella está escuchando las preguntas que le van a hacer, por ello es que incluso existen pausas entre una pregunta y otra. De la misma forma, la trabajadora social le indica a la menor que el espejo que está viendo, permite que los demás las vean a ellas, pero que ellas no pueden verlos. Precisamente, el que las partes realicen las preguntas por medio de la trabajadora social, es la forma correcta en que debe utilizarse esta metodología, para evitar la revictimización.” (La negrita no corresponde al original). 4 De igual forma, el trabajador social o el psicólogo que acompañe al menor debe evitar formalismos excesivos, vocabulario complicado y tecnicismos, esto mediante la adecuación que él mismo haga de las preguntas que están siendo planteadas, correspondiéndole la labor de ajustar el interrogatorio que hagan las partes a un vocabulario que sea asequible al menor, de acuerdo con su edad o capacidad cognoscitiva y psíquica. En este sentido, se reitera que el especialista no podrá cambiar el contenido de la pregunta planteada sino simplemente hacer que ésta sea entendible para el menor. 4 En este mismo sentido se puede consultar la resolución 174-2008 de las 19:35 horas, del trece de junio del 2008 del Tribunal de Casación Penal de Cartago. De esta forma durante las entrevistas el personal colaborador deberá procurar que las preguntas que se realicen tengan una estructura simple y clara para el niño, niña y adolescente. Para ello, como se indicó líneas atrás, deberá tomar en consideración su edad, nivel educativo, grado de madurez, capacidad de discernimiento, así como sus condiciones personales y socioculturales, y deberá asegurarse que el menor ha comprendido la naturaleza de la prevención o pregunta que se le ha hecho, para lo cual será indispensable otorgarle el tiempo necesario para contestar. El profesional en trabajo social o psicología de acuerdo con sus funciones y experticia debe brindar a la persona menor de edad un ambiente de tranquilidad, buscando la comprensión de lo que los jueces le comuniquen mediante un proceder acorde a la edad de la persona sometida a interrogatorio. En todo momento se debe preocupar por el bienestar y capacidad de entendimiento del menor, manteniendo una actitud activa, colaboradora y además proclive a que el menor se sienta poco a poco en confianza para hablar. Su labor debe ser proactiva en lograr la atención y comprensión del mensaje que se le pretende comunicar, en este sentido su labor será la de fungir como un intermediario entre las partes y el menor. Siguiendo con esta línea de pensamiento, se debe indicar que el profesional colaborador tendrá durante el interrogatorio el deber de poner en conocimiento del juzgador cualquier situación que pueda afectar la integridad del menor, esto por ejemplo cuando vea altos grados de ansiedad en el menor; síntomas que de acuerdo con su experiencia y conocimiento lo lleven a considerar que es preciso que se le otorgue al niño, niña o adolescente un tiempo prudente para recuperarse y poder continuar con el interrogatorio. Esta situación debe ser valorada por el juez interviniente a la luz del principio del interés superior del menor, concediendo el tiempo que considere prudente para que el menor pueda proseguir. Sobre la forma en que ha de llevarse a cabo dicho interrogatorio en la Circular Número 81-2002, sobre "Reglas Prácticas para reducir la Revictimización de las Personas Menores de edad en los procesos penales", publicada en el Boletín Judicial Nº 137, del 17 de julio de 2003, la cual fue reiterada en la circular 80-2003, se establece: “V- Forma del interrogatorio. Durante las entrevistas al niño, niña /o adolescente víctima, las prevenciones y preguntas que se le realicen deben ser claras, con una estructura simple. Para ello deberá tomarse en consideración su edad, nivel educativo, grado de madurez, capacidad de discernimiento, así como sus condiciones personales y socioculturales, otorgándosele el tiempo necesario para contestar y asegurándose que ha comprendido la naturaleza de la prevención o pregunta. VI- Procedencia de preguntas y entrevistas. Se deberá evitar la reiteración innecesaria o no procedente, tanto de las preguntas como de las entrevistas, promoviéndose la labor interdisciplinaria cuando las circunstancias así lo permitan.” Siguiendo con esta posición el Tribunal de Casación Penal del Segundo Circuito Judicial de San José, en resolución 0526-2007, de las 14:00 horas del veinticuatro de mayo del 2007, se pronunció en los siguientes términos: “Según dispone el artículo 107 del Código de la Niñez y la Adolescencia, la autoridades judiciales tienen la obligación de garantizar el acompañamiento de las víctimas de delitos sexuales con el propósito de mitigar los efectos revictimizantes del proceso. Incluso, las personas menores tienen el derecho de acudir a las audiencias en compañía de un trabajador social, un psicólogo o cualquier otro profesional similar o una persona de su confianza. Sobre estos aspectos la Circular Nº 81-2002 sobre “Reglas prácticas para reducir la Revictimización de las Personas Menores de Edad en los procesos penales”, publicada en el Boletín Judicial Nº 137 del 17 de julio de 2002, en punto VIII dispuso: “Asistencia profesional especializada. En todos aquellos momentos en que se requiera, la autoridad correspondiente deberá solicitar, con la prontitud debida, la colaboración de un profesional en Trabajo Social y/o Psicología del Poder Judicial o, en su defecto, de otras instituciones. Se deberá poner especial atención en la familiarización del niño, niña o adolescente para enfrentar el proceso, en especial la etapa del debate o cualquier otra audiencia oral”. Más específicamente en cuando a las condiciones del debate, el epígrafe XXII establece: “En los debates y/o audiencias, la autoridad judicial a cargo deberá tramitarlo con el menor ritualismo posible, intentando crear un ambiente tranquilo y acogedor para el niño, niña o adolescente. Es recomendable que las partes, salvo el demandado, se apersonen de previo al juicio con el objetivo de presentarse ante el niño, niña o adolescente”. Con respecto a la petición de la consultante en cuanto a que se aclare qué tipo de solicitud debe enviar la autoridad judicial al especialista si requiere su apoyo en la entrevista para el juicio en la cámara de “Gesell”, esta Comisión estima que para este trámite no se requiere ninguna resolución por parte de la autoridad judicial, bastando simplemente un oficio o incluso una llamada mediante la cual se solicita la colaboración de un profesional en Trabajo Social o Psicología para la realización de dicha diligencia. Así, la solicitud no requiere de ningún formalismo sino que se trata de una simple comunicación que la autoridad judicial realiza al Departamento de Trabajo Social y Psicología del Poder Judicial requiriendo su colaboración. En síntesis, se deja contestada la consulta planteada en los siguientes términos: 1. El interrogatorio será planteado por las partes, las preguntas serán admitidas por el juez interviniente y posteriormente comunicadas al profesional colaborador, quién pondrá en conocimiento del menor la pregunta que se ha realizado. El mismo procedimiento se seguirá con las preguntas que el propio tribunal estime necesario formular. 2. El papel que debe desempeñar el profesional en Trabajo Social y Psicología dentro de los procesos en que se acude a la utilización de las Cámaras de Gesell será únicamente de facilitador dentro del interrogatorio; siendo que no podrá conducir el interrogatorio, ni inducir al menor a una determinada respuesta. Corresponderá al especialista actuar en resguardo de la persona menor de edad, creando un ambiente de confianza y adecuando el interrogatorio de manera que resulte pertinente para la edad y capacidad cognitiva y psíquica del menor. En este punto se hace la aclaración de que el colaborador no podrá cambiar el contenido de las preguntas que hayan realizado las partes, sino únicamente replantearlas, cuando sea necesario, en un vocabulario entendible para la persona menor de edad. De igual forma, no podrá sustituir ni sugerir la declaración que haga el niño, niña o adolescente. Su labor debe ser proactiva en lograr la atención y comprensión del mensaje que se le pretende comunicar, en este sentido su labor será la de fungir como un intermediario entre el tribunal, las partes y el menor. Corresponde al especialista resguardar la integridad de la persona menor de edad que está siendo interrogada, para lo cual deberá mantenerse en contacto con el juzgador e indicarle cuando considere, que el menor requiere que se le otorgue tiempo para poder continuar con el interrogatorio. 3. La solicitud de colaboración que haga la autoridad judicial al Departamento de Trabajo Social y Psicología para que envíen a un colaborador a efectos de una entrevista en Cámara de Gesell puede consistir en un simple oficio o incluso una llamada a dicho Departamento mediante la cual se comunique sobre dicha diligencia. La Comisión de Asuntos Penales acordó enviar copia de este oficio al honorable Consejo Superior del Poder judicial, solicitándole que las recomendaciones contenidas en este documento sean emitidas por ese órgano como una circular de cumplimiento obligatorio en los procesos penales. Atentamente, Magistrado José Manuel Arroyo Gutiérrez Presidente Comisión de Asuntos Penales