tácticas - Mundo Deportivo

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El Atlético de Madrid logró un bri
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dél débil
tácticas: Recurso
o maldición
del fuerte
Á los«USOS»
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Las
LONDRES. (Crónica deportiva de
Agencia Zardoya, exclusiva para
EL MUNDO DEI”ORTIVO.)
LA 1970
final produce
de la copa
del mundo
de
todavía
ecos y re
sonancias. No es lo menos que ha
conseguido el poner un inmenso
signo de interrogación ante todo el
concepto y validez de las tácticas.
Esto, en una época de fútbol obse
sionado por las tácticas no es un
triunfo pequeño.
Examinemos brevemente lo que
sucédió aquel domingo en Ciudad
de Méjico, cuando el Brasil, con el
equipo menos preocupado por las
tácticas de todos los países, se en
frentó a Italia, donde las tácticas
son una especie de manía, donde
el catenaccio predomina de manera
absoluta y donde los preparadores
proyectan como generales de infan
tería.
Italia tenía ¿os cosas, y solainen
te dos cosas, a su favor: una
defensa mejor y una actitud tácti
ca más sofisticada. Sin embargo, a
la hora de la. verdad. ¿qué sucedió?
No se preparó ningún plan va
lioso para explotar la debilidad de
fensiva del Brasil. Por eJ.contrario,
los italianos tal vez incluso hala
garon la debilidad, defensiva del
‘.
Sergio, la nueva
adquisición valen
ciana, está dando
un buen resultado.
Ahí le tienen, en la
Copa de Ferias
marcando un gol
frente al Cork ir
landés
(Foto Cifra)
Brasil, comprometiendo solamente
dos hombres, Boninsegna y Riva en
el ataque. En la defensa fueron más
cándidos de lo que uno hubiera po..
dido imaginar. Manteniendo su plan
catenaccio acostumbrado, con su
hombre escoba detrás de la defen
sa, decidieron marcar a Pelé por
medio de un modio ala, Mario Ber
tini, cuya especialidad ha sido siem
pre el juego de ataque, aunque ba
bia sido utilizado defensivamente
en la Copa del Mundo. Pero tan
inseguros estaban con su política.
que antes de que se llevaran juga
dos veinte minutos del partido,
cambiaron a Bertini por el podero
so defensa derecho Burnicb, que se
mostró completamente impotente
para impedir que Pelé cabeceará el
primer gol, vital, del Brasil.
Finalmente, en los últimos minu
tos, cuando Italia llevaba una des
ventaja de dos goles en el marcador
y no tenía otra esperanza de salvar
el encuentro más que la ‘que se ba
saba en la habilidad y empuje de
Mazzola y Boninsegna, hizo que
abandonara el terreno Boninsegna,
sacando en cambio a Gianni Rre
ra, un centrocampista cuya tarea
principal es..., preparar goles pa
ra otros!
Desde ese día ha habido un ciamor constante dondequiera que se
juega al fútbol en favor de un re
torno a los jugadores malabaristas
y que se estimule la habilidad na
tural y el juego de ataque. Al mis
mo tiempo, ha habido contramani
festaciones, por así decirlo, cuyo
tema principal es que, en tanto que
el Brasil produce esos artistas de
un modo natural, otros países no
lo hacen.
Ninguno ha examinado la cues
tión de un modo más profundo y
se ha preguntado qué eficaces son
las tácticas en sí mismas; y si al
emplearlas tan fiel y tercamente co
mo los italianos, los argentinos y
los equipos de Inglaterra lo han he
cho a las órdenes de AIf Ramsey no
arrojan al bebé juntamente con el
agua del baño.
Por supuesto, si uno goza de la
posesión de talentos únicos como
los de Pelé, Rivelino, jairzinho,
Tortao, Gerson y, en la reserva, el
espléndido Paolo Cesar, puede per
mitirse una despreocupación total
por las tácticas. Basta con salir al
campo, entregar la pelota a los de
lanteros y dejar que éstos hagan
el resto. Esos delanteros, con su su
perior y gran habilidad y su giros
escúrridizos, dictarán la pauta del
encuentro, tanto si el equipo con
trario juega el catenaccio, el 4-3-3,
el 4-2.4 6 diez hombres en el área
d pextalty.
Partiendo desde este punto de
vista, las tácticás pueden ser con
sideradas como el recurso del dé
bil; o la maldiciún del fuerte.
Déjenme que me extienda un po
co más en este segundo punto. En
1966 Argentina vino a Inglaterra
con un equipo para la Copa del
Mundo, que tal vez, en cuanto a
clase individual de sus jugadores,
en el que poseia mayor talento fut
bolistico. Contaba con Ermindo
Onega, Artime, Rattin, Mas, Perf umo.
Pero los malos hábitos habían
arraigado
profundamente
en el
fútbol argentino. Una serie de de
sastres en el campo internacional
habían llevado a ese equipo, que
antaño se habían bañado en la glo
ria ¿el arte futbolístico a hacerse
los más papistas que el Papa, más
negativos que los más negativos.
Para el equipo argentino de la
Copa del Mundo de 1966, los méto
dos negativos y el marcaje impla
cable, con un eatenaccio prudente
eran la orden del día. Estas tácti
cas probablemente les costaron un
cuarto de fina], frente a Inglate
ira, que bien pudieron haber ga
nado, de haberse mostrado más au
daces y’ jugado un fútbol puro.
Mucho antes de las dos guerras,
el Arsenal dominó en el fútbol In
glés, utilizando la táctica del ter
cer defensa, con el medio centrocerrojo y concentrándose en con
traataques. Pero algunos críticos se
han preguntado si con todgs los
«ases» de que disponían, como Alex
James, David Jack, Cliff Bastin y
el resto, tenían realmente necesidad
de ello; si, sencillamente, no ha
brían podido lanzarse a un juego
de ataque.
Y en equipos mucho más recien
tes, el Manchester United ha sido
criticado una y otra vez por mal
gastar su talento y echar a perder
sus oportunidades, muchas veces en
la Copa de Europa, por no haber
sabido ajustar sus ases de gran
clase a Un plan factible. Cierto que
consiguieron ese torneo en 1966. pe
ro fue tan sólo despues de no po
cas decepciones.
La respuesta, tal vez, se encuen
tra en un compromiso inteligente.
El Brasil de 1970, con maravillosos
delanteros y una defensa débil, te
nía que confiar en el brillo indivi
dual. En otros lugares, la política
debiera ser conceder el margen de
bido a los ases, pero ofrecerles, co
mo el Feyenoord, un ma-co adecsa
do.
Brian GLÁNVILLE
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