Lic. Alejandra Arguedas Ortega El manejo de cuentas por cobrar y por pagar entre compañías relacionadas Es muy usual en los grupos económicos realizar operaciones en las cuales se dan flujos de efectivo entre entidades relacionadas, sin que se documente de forma alguna el acuerdo entre ambas entidades para llevar a cabo estas operaciones. La única evidencia de estas transferencias de fondos acostumbra ser el registro contable que se realiza en cada entidad, ya sea la generación de una cuenta por cobrar, o bien la creación de un pasivo. Incluso en ocasiones ni siquiera se verifica el registro contable de este tipo de movimientos. Este proceder podría generarle a la entidad que envía los flujos o realiza la transferencia de fondos, una contingencia fiscal, por cuanto la Administración Tributaria podría presumir que se está realizando una operación de financiamiento, y por ende la entidad que recibe los fondos debería pagar una tasa de interés por dicho financiamiento. En este sentido el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta establece que “Se presume, salvo prueba en contrario, que todo contrato de préstamo de financiamiento, cualquiera que sea su naturaleza o denominación, si existe documento escrito, devenga un interés no menor a la tasa activa de interés anual más alto que fija el Banco Central de Costa Rica, o, a falta de ésta, al promedio de las tasas activas de interés anual de los bancos del Sistema Bancario Nacional”. La anterior norma brinda a la Administración Tributaria la facultad de presumir en la entidad prestataria un ingreso por intereses, el cual estaría sujeto al impuesto sobre la renta. Ahora bien de no existir documento alguno que pruebe la ausencia de un financiamiento, la presunción de una tasa de interés no podría ser desvirtuada por el contribuyente. Incluso la Administración Tributaria ha llegado a considerar en varias ocasiones que los aportes de capital extraordinario realizado por los socios –sean estos personas o entidades jurídicas- constituyen también una modalidad de financiamiento, y ha aplicado también la presunción de intereses del artículo 10, citado líneas atrás. En este sentido el Tribunal Fiscal Administrativo ha manifestado en el fallo 450-2006: “ […]la apelante se opone a los ajustes practicados por la Administración Tributaria en la renta presuntiva de la contribuyente con motivo del financiamiento otorgado mediante aportes de capital a las empresas […] este Tribunal estima correcta la determinación practicada por la oficina a quo toda vez que el caso de autos se enmarca en los presupuestos fácticos de la norma, por cuanto constan en autos las maniobras de la contribuyente para inyectar recursos económicos, mediante el registro contable de un supuesto “capital pagado en exceso”, a otras empresas con las que tenía una estrecha vinculación económica, debido a que poseía una participación en el capital social de todas ellas. En consecuencia, tales inversiones de capital, claramente representan un financiamiento otorgado por la contribuyente a esas empresas, a fin de que pudieran destinar esos recursos a realizar las operaciones de su giro habitual, al utilizar los activos obtenidos como capital de trabajo, evitando recurrir a otros préstamos u otras formas de financiamiento más onerosas para realizar las actividades de su giro normal, lo cual evidencia que en última instancia se trata de un financiamiento de las operaciones normales de esas empresas, razón por la cual este Tribunal comparte el criterio de la a quo al reclasificar las cuentas objetadas como cuentas por cobrar a esas empresas”. Ante esta situación de riesgo, es muy importante que los grupos económicos establezcan como política de empresa, la regla de documentar las operaciones de flujos que se verifiquen entre las entidades del grupo a fin de disminuir el riesgo de presunción de intereses. Asimismo existen algunos casos en los cuales es posible y enteramente defendible fijar ciertas condiciones en las cuales los flujos de efectivo entre entidades relacionadas no den lugar a la presunción automática de intereses por financiamiento; para lo cual es necesario analizar la situación de hecho en la cual se verifica esta situación.