Las hipótesis fundamentales de los estados financieros y la tributación Según el marco conceptual de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIFs), para que los estados financieros cumplan sus objetivos, se establecen dos hipótesis fundamentales: La Base de acumulación (o devengo) y la de Negocio en marcha. Es claro que estas dos hipótesis deben ser evaluadas en forma permanente por los profesionales relacionados, tanto en la preparación de los estados financieros, los gerentes y accionistas que toman decisiones sobre esa información, como a los que les corresponde emitir una opinión sobre la razonabilidad de los estados financieros en forma integral. Sin embargo es de gran relevancia analizar la aplicación de estos dos conceptos o hipótesis en la determinación, cálculo y presentación de las cifras que son base para pagar los diversos tributos a los que se encuentran sujetos los contribuyentes. De acuerdo con lo que indica la definición, la base de acumulación (o devengo), se refiere a que “los efectos de las transacciones y demás sucesos se reconocen cuando ocurren (y no cuando se recibe o paga dinero u otro equivalente al efectivo), asimismo se registran en los libros contables y se informa sobre ellos en los estados financieros de los períodos de los cuales se relacionan. Los estados financieros elaborados sobre la base de acumulación o del devengo contable informan a los usuarios no sólo de las transacciones pasadas que suponen cobros o pagos de dinero, sino también de las obligaciones de pago en el futuro y de los recursos que representan efectivo a cobrar en el futuro “ Es importante recordar que la Ley del Impuesto sobre la Renta y su Reglamento incluyen como un requisito formal de elaboración de la contabilidad los siguientes sistemas contables: El de base de acumulación, y el del percibido, este último podrá aplicarse por el contribuyente previa autorización de la Administración. Con base en lo anterior podemos decir que la Administración Tributaria en su afán de obtener los tributos que deben satisfacer los contribuyentes utiliza también como primera hipótesis la del devengado. Sin embargo también establece la posibilidad del uso del percibido, un ejemplo de esto es de aplicación para los profesionales liberales, los cuales pueden declarar solo lo relacionado con los ingresos y gastos en su gestión anual, y mantener un libro especial de activos los cuales fueron usados en el desarrollo de su actividad. Para una compañía que debe aplicar el sistema del devengado, en una fiscalización es claro que los auditores de la Administración evalúan la presentación y revelación de la información tributaria teniendo en cuenta las transacciones aplicadas de forma integral, es decir, por ejemplo que los ingresos ordinarios obtenidos, en el período fiscal y que fueron declarados, tengan su debida contrapartida, la cual puede ser una cuenta por cobrar o bien el mismo efectivo en el caso de ventas de contado. De esta transacción desde el punto de vista tributario se pueden desprender varias implicaciones, comento algunas a continuación: a- Registro y valuación adecuada de las cuentas por cobrar, se considera la valuación por la relación que tiene que establecer el contribuyente con la cobrabilidad de esas cuentas, y el posible establecimiento de una estimación por incobrables, de acuerdo con el sistema de devengado para efectos de registro, se tiene que el gasto por incobrabilidad, ya está incluido para efectos financieros, un auditor financiero puede aumentar o disminuir esa estimación de acuerdo con sus pruebas de auditoría y emitir conclusiones de la valuación de la estimación por incobrables, con el fin de emitir una opinión sobre la razonabilidad de las cuentas por cobrar netas, y tales ajustes, pueden claramente tener impacto en la determinación del impuesto sobre la renta a las utilidades, ya que para efectos tributarios los movimientos de la estimación la cual no se ha considerado como un hecho real no será aceptada por la Administración Tributaria hasta que se demuestre mediante los requerimientos determinados por la ley tributaria, para que ese efecto pueda ser considerado como un gasto deducible en períodos posteriores. b- Asimismo otro efecto a tomar en cuenta, es que el contribuyente puede establecer una serie de políticas contables para documentar y definir de acuerdo a su actividad el reconocimiento de sus ingresos, claro está sin apartarse de las normas contables de aceptación general, esas políticas no necesariamente pueden ser aceptadas en una auditoría tributaria. Por ejemplo podemos decir que una empresa de trasporte terrestre que vende sus boletos en el territorio de Costa Rica, para efectos tributarios tendrá como reconocidos sus ingresos una vez que se presta el servicio, y no cuando se venden los tiquetes, es decir cuando el cliente ha viajado a su destino. Sin embargo para efectos financieros podría existir una política en la que los ingresos deben ser reconocidos una vez que se vende el tiquete, es decir pagar más impuestos hoy sobre un servicio que se prestará en el futuro. Los efectos de las transacciones mencionadas anteriormente a manera de ejemplo, deben ser analizados para determinar un reconocimiento como diferencias temporales y reflejadas en los estados financieros aplicando lo que indica la Norma Internacional de Contabilidad 12, una vez más estamos ante la revelación de la información contable por el sistema del devengado, el cual busca mostrar eventos que tendrán efectos futuros en la contabilidad, de tipo financiero y tributario. El Negocio en marcha es la otra hipótesis fundamental que contiene el marco conceptual de las NIIFs, específicamente indica que “los estados financieros se preparan normalmente bajo el supuesto de que una entidad está en funcionamiento y continuará su actividad dentro del futuro previsible. Por lo tanto se supone que la entidad no tiene la intención ni la necesidad de liquidar o recortar de forma importante la escala de sus operaciones...” En esta hipótesis surge una asunto relevante especialmente desde un punto de vista tributario ¿Cuándo realmente una empresa tendría una clasificación de negocio en marcha o cuando está en etapa preoperativa?, lo anterior se debe considerar para efectos de establecer por ejemplo, lo que corresponde para los gastos preoperativos como una partida deducible en períodos futuros, o si por el contrario si existen algunos elementos que harían suponer que tales gastos no podrían ser considerados como tales por el hecho de que una Compañía en el inicio de sus operaciones reciba ingresos que no serán producto del giro habitual de su negocio. Erik Ramirez, CPA