Roj: STSJ CLM 2044/2015 - Unión General de Trabajadores

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Roj: STSJ CLM 2044/2015 - ECLI:ES:TSJCLM:2015:2044
Id Cendoj: 02003340022015100289
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Social
Sede: Albacete
Sección: 2
Nº de Recurso: 399/2015
Nº de Resolución: 784/2015
Procedimiento: RECURSO SUPLICACION
Ponente: PETRA GARCIA MARQUEZ
Tipo de Resolución: Sentencia
T.S.J.CAST.LA MANCHA SALA SOCIAL
ALBACETE
SENTENCIA: 00784/2015
C/ SAN AGUSTIN Nº 1 (PALACIO DE JUSTICIA) - 02071 ALBACETE
Tfno: 967 596 714
Fax: 967 596 569
NIG: 02003 34 4 2015 0105400
402250
RSU RECURSO SUPLICACION 0000399 /2015
Procedimiento origen: DEMANDA 0001565 /2013
Sobre: DESPIDO DISCIPLINARIO
RECURRENTE/S D/ña Diego
ABOGADO/A:
PROCURADOR:
GRADUADO/A SOCIAL:
RECURRIDO/S D/ña: INDUSTRIAS CERAMICAS DIAZ S.A., HERMANOS DIAZ REDONDO S.A. ,
FOGASA FOGASA , MINISTERIO FISCAL
ABOGADO/A: MARIO CASARRUBIOS REDONDO (INDUSTRIAS CERAMICAS DIAZ S.A. y
HERMANOS DIAZ REDONDO S.A.)
PROCURADOR: FRANCISCO PONCE REAL (INDUSTRIAS CERAMICAS DIAZ S.A. y HERMANOS
DIAZ REDONDO S.A.)
GRADUADO/A SOCIAL:
Magistrado/a Ponente: Ilma. Sra. Dª. PETRA GARCIA MARQUEZ
ILMOS/AS. SRES/AS. MAGISTRADOS/AS
D. JOSE MONTIEL GONZALEZ
Dª. PETRA GARCIA MARQUEZ
Dª. LUISA MARIA GOMEZ GARRIDO
En Albacete, a tres de julio de dos mil quince.
1
Vistas las presentes actuaciones por la Sección Segunda de la Sala de lo Social del Tribunal Superior
de Justicia de Castilla-La Mancha en Albacete, compuesta por los/las Ilmos/as. Sres/as. Magistrados/as
anteriormente citados/as, de acuerdo con lo prevenido en el artículo 117.1 de la Constitución Española ,
EN NOMBRE DE S. M. EL REY
Y POR LA AUTORIDAD QUE LE CONFIERE EL PUEBLO ESPAÑOL
ha dictado la siguiente
- SENTENCIA Nº 784 en el RECURSO DE SUPLICACION número 399/2015, sobre DESPIDO, formalizado por la
representación de D. Diego contra la Sentencia dictada por el Juzgado de lo Social número 2 de Toledo en
los autos número 1565/2013, siendo recurrido/s INDUSTRIAS CERAMICAS DIAZ S.A., HERMANOS DIAZ
REDONDO S.A., FOGASA y MINISTERIO FISCAL; y en el que ha actuado como Magistrada Ponente la Ilma.
Sra. Dª. PETRA GARCIA MARQUEZ, deduciéndose de las actuaciones habidas los siguientes,
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Que con fecha 10 de junio de 2014 se dictó Sentencia por el Juzgado de lo Social número
2 de Toledo en los autos número 1565/2013, cuya parte dispositiva establece:
«Que desestimando como desestimo la demanda instada por D. Diego , frente a INDUSTRIAS
CERÁMICAS DIAZ S.A. , HERMANOS DIAZ REDONDO S.A. con intervención del FONDO DE GARANTIA
SALARIAL y el MINISTERIO FISCAL , debo absolver y absuelvo a los demandados, declarando la
procedencia del despido por causas económicas y productivas del actor, con las consecuencias inherentes a
tal declaración, así como debo absolver y absuelvo a INDUSTRIAS CERÁMICAS DIAZ S.A. , HERMANOS
DIAZ REDONDO S.A. de la reclamación de cantidad ejercitada.»
SEGUNDO.- Que en dicha Sentencia se establecen los siguientes Hechos Probados:
«PRIMERO.- D. Diego ha venido prestando servicios a favor de Industrias Cerámicas Díaz S. A. con
antigüedad en la empresa de 17 de marzo de 1.977 con carácter indefinido con la categoría profesional de
Especialista, y salario de 1.650,81 euros al mes.
SEGUNDO.- Mediante carta fechada de 31 de octubre de 2013 la empresa notifica al trabajador la
extinción de su contrato por causas económicas y organizativas, mediante carta que obra en autos y se da por
reproducida en esta sede. Al tiempo del despido la empresa abona mediante ingreso en cuenta al trabajador
la cantidad de 19.304,85 euros reconocida en la carta en concepto de indemnización.
TERCERO.- Industrias Cerámicas Díaz S. A. y Hermanos Díaz Redondo S.A. conforman un grupo
de empresas laboral denominado Grupo Hermanos Díaz Redondo, declarado en la sentencia dictada por el
Juzgado de lo Social Nº 1 de los de Toledo en fecha 21 de junio de 2013 en los autos de Despido Colectivo
1839/2012.
CUARTO.- El trabajador, junto con otros demandantes en fecha 26 de octubre de 2012 interpuso
demanda de juicio de despido colectivo que fue tramitado por el Juzgado de lo Social Nº 1 de los de Toledo en
los autos de Despido Colectivo 1839/2012, dictándose sentencia en fecha 21 de junio de 2013 , declarando
nulo el despido colectivo impugnado. La empresa no recurrió la sentencia. De los siete trabajadores que
promovieron la demanda seis de ellos llegaron a un acuerdo para la extinción de la relación laboral, a excepción
del Sr. Diego que fue readmitido en fecha 12 de agosto de 2013, mediante carta que obra en autos y se da por
reproducida en esta sede, en la que se hace constar que el periodo de fabricación derivado de la reanudación
de la actividad productiva esta previsto "hasta el día 32 de octubre de 2013".
QUINTO.- La cifra de negocios de Industrias Cerámicas Díaz en el año 2012 se cifraba en 3.446.702,32
euros y a 30 de septiembre de 2013 ascendía a 1.192.761,23 euros, y en cuanto al resultado del ejercicio
antes de impuestos en el año 2010 es de -43.634,69 euros, en el año 2011 a -665.059,46 euros, en el año
2012 asciende a -1.008.400,08 euros y en el año 2013 a - 580.515,27 euros.
SEXTO.- La cifra de negocios de Hermanos Díaz Redondo S. A. en el año 2012 ascendió a
4.301.027,09 euros y a fecha 30 de septiembre de 20113 a 2.858.218,17 euros. El resultado del ejercicio antes
de impuestos en el año 2010 asciende a
-2.551.676,00 euros en el año 2011 a -1.1762.899,48 euros, en el año 2012 asciende a -2.144.617,76
euros y a 30 de septiembre de 2013 a -967.218,76 euros.
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SEPTIMO.- La empresa Hermanos Díaz Redondo S. A. es una fábrica de tejas que en los últimos 12
meses ha producido durante 3 meses y medio, estando parada el resto del tiempo.
La fábrica paró el proceso productivo en fecha 31 de octubre de 2013 En el año 2014 está en marcha
con contratos temporales del 4 meses. Durante el tiempo que está parado no hay actividad para una persona
a tiempo completo. Ha permanecido de alta D. Jose Pablo , representante legal de los trabajadores con el
puesto de trabajo de carretillero.
OCTAVO.- La fábrica de Industrias Cerámicas Díaz, S.A. está parada y estuvo produciendo el año
pasado alrededor de unos tres meses. Desde octubre de 2013 se encuentra parada la producción y únicamente
se dedica a vender el excedente que está depositado en el almacén.
NOVENO.- El trabajador no ostenta ni ha ostentado cargo sindical alguno, así como tampoco consta
su afiliación sindical.
DECIMO.- Con fecha 18 de noviembre de 2013 el trabajador presenta papeleta de conciliación ante el
SMC frente a la empresa. El acto de conciliación se celebró en fecha 2 de diciembre de 2013 con el resultado
de Sin Avenencia frente al despido y en cuanto a la reclamación de cantidad la empresa ofrece la cantidad de
1.355,93 euros que el trabajador acepta y recibe en dicho acto un cheque por dicha cantidad.»
TERCERO.- Que contra dicha Sentencia se formalizó Recurso de Suplicación, en tiempo y forma, por la
representación de D. Diego , el cual fue impugnado de contrario, elevándose los autos principales, en unión
de la pieza separada de recurso de suplicación, a esta Sala de lo Social, en la que, una vez tuvieron entrada,
se dictaron las correspondientes y subsiguientes resoluciones para su tramitación en forma; poniéndose en
su momento a disposición del/de la Magistrado/a Ponente para su examen y resolución.
A la vista de los anteriores antecedentes de hecho, se formulan por esta Sala los siguientes,
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Frente a la sentencia de instancia, que desestima la demanda sobre despido objetivo,
con vulneración de derechos fundamentales, planteada por el actor contra las empresas INDUSTRIAS
CERÁMICAS DÍAZ S.A. y HERMANOS DÍAZ REDONDO S.A.; muestra su disconformidad el accionante a
través de cuatro motivos de recurso, sustentados todos ellos en el art. 193 c) de la LRJS , encaminados al
examen del derecho aplicado.
SEGUNDO.- En el primero de dichos motivos se denuncia la infracción de los arts. 4,2,g ), 17.1 y 5.6
del ET ; 14 , 24 y 35.1 de la CE y 5.c) del Convenio 158 de la OIT; reiterando con ello la petición de declaración
de nulidad del despido por vulneración de derechos fundamentales, en concreto del derecho de indemnidad.
Sobre el particular es preciso tener en cuenta que tal y como de forma reiterada ha venido manteniendo
el Tribunal Constitucional en numerosas Sentencias como las nº 293/93, de 18 de Octubre ; nº 85/95, de 6
de Junio ; nº 83/97, de 22 de Abril , y nº 308/00, de 18 de Diciembre , «cuando se alegue que determinada
decisión encubre en realidad una conducta lesiva de derechos fundamentales del afectado, incumbe al
autor de la medida probar que obedece a motivos razonables y ajenos a todo propósito atentatorio a un
derecho fundamental. Pero para que opere este desplazamiento al demandado del "onus probandi" no basta
que el actor la tilde de discriminatoria, sino que ha de acreditar la existencia de indicios que generen una
razonable sospecha, apariencia o presunción a favor de semejante alegato y, presente esta prueba indiciaria,
el demandado asume la carga de probar que los hechos motivadores de la decisión son legítimos o, aun sin
justificar su licitud, se presentan razonablemente ajenos a todo móvil atentatorio de derechos fundamentales;
no se le impone por tanto la prueba diabólica de un hecho negativo -la no discriminación- sino la razonabilidad
y proporcionalidad de la medida adoptada y su carácter absolutamente ajeno a todo propósito atentatorio de
derechos fundamentales».
Añadiendo a ello el mismo Tribunal en otras Sentencias, como la número 17/2005, de 1 de febrero que:
"La finalidad de la prueba indiciaria no es sino la de evitar que la imposibilidad de revelar los verdaderos
motivos del acto empresarial impida declarar que éste resulta lesivo del derecho fundamental ( STC 38/1981
[RTC 1981\38], FF. 2 y 3), finalidad en orden a la cual se articula el doble elemento de la prueba indiciaria.
El primero, la necesidad por parte del trabajador de aportar un indicio razonable de que el acto empresarial
lesiona su derecho fundamental ( STC 38/1986 [RTC 1986\38], F. 2), principio de prueba dirigido a poner
de manifiesto, en su caso, el motivo oculto de aquél; un indicio que, como ha venido poniendo de relieve la
jurisprudencia de este Tribunal, no consiste en la mera alegación de la vulneración constitucional, sino que
debe permitir deducir la posibilidad de que aquélla se haya producido (así, SSTC 166/1987 [RTC 1987\166 ],
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114/1989 [RTC 1989\114 ], 21/1992 [RTC 1992\21 ], 266/1993 [RTC 1993\266 ], 293/1994 [RTC 1994\293 ],
180/1994 [RTC 1994\180 ] y 85/1995 [RTC 1995\85])». Sólo una vez cubierto este primer e inexcusable
presupuesto, añadíamos, «sobre la parte demandada recae la carga de probar que su actuación tiene causas
reales absolutamente extrañas a la pretendida vulneración de derechos fundamentales, así como que aquéllas
tuvieron entidad suficiente como para adoptar la decisión, único medio de destruir la apariencia lesiva creada
por los indicios. Se trata de una auténtica carga probatoria y no de un mero intento de negar la vulneración
de derechos fundamentales - lo que claramente dejaría inoperante la finalidad de la prueba indiciaria ( STC
114/1989 [RTC 1989\114])-, que debe llevar a la convicción del juzgador que tales causas han sido las
únicas que han motivado la decisión empresarial, de forma que ésta se hubiera producido verosímilmente en
cualquier caso y al margen de todo propósito vulnerador de derechos fundamentales. Se trata, en definitiva,
de que el empleador acredite que tales causas explican objetiva, razonable y proporcionadamente por sí
mismas su decisión, eliminando toda sospecha de que aquélla ocultó la lesión de un derecho fundamental del
trabajador (reflejan estos criterios las SSTC 38/1981 [RTC 1981\38 ], 104/1987 [RTC 1987\104 ], 114/1989
[RTC 1989\114 ], 21/1992 [RTC 1992\21 ], 85/1995 [RTC 1995\85 ] y 136/1996 [RTC 1996\136], así como
también las SSTC 38/1986 [RTC 1986\38 ], 166/1988 [ RTC 1988 \166 ], 135/1990 [RTC 1990\135 ], 7/1993
[RTC 1993\7 ] y 17/1996 [RTC 1996\17])."
"En definitiva, el demandante, que invoca la regla de inversión de la carga de la prueba, debe desarrollar
una actividad alegatoria suficientemente, concreta, y precisa, en torno a los indicios de que ha existido
vulneración de un determinado derecho fundamental, y alcanzado, en su caso, el anterior resultado probatorio
por el demandante, sobre la parte demandada recae la carga de probar la existencia de causas suficientes,
reales y serias, para calificar de razonable y ajena a todo propósito lesivo del derecho fundamental la decisión
o práctica empresarial cuestionada, único medio de destruir la apariencia lesiva creada por los indicios ( SSTC
90/1997, de 6 de mayo [RTC 1997\90], F. 5 ; 74/1998, de 31 de marzo [RTC 1998\74], F. 2 ; y 29/2002, de
11 de febrero [RTC 2002\29], F. 3, por todas)."
A su vez, aduciéndose la vulneración del derecho de indemnidad, también es preciso estar a la doctrina
emanada sobre el particular por el Tribunal Constitucional, pudiendo traer a colación sobre el particular la
misma STC nº 6/20011, a la que se alude en la sentencia de instancia, de fecha 14-02-2011 , según la cual:
"Como hemos reiterado en numerosas ocasiones, la vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva
no sólo se produce por irregularidades acaecidas dentro del proceso que ocasionen privación de garantías
procesales, sino que tal derecho puede verse lesionado igualmente cuando su ejercicio, o la realización por
el trabajador de actos preparatorios o previos necesarios para el ejercicio de una acción judicial, produzca
como consecuencia una conducta de represalia por parte del empresario. Por tal razón hemos dicho que el
derecho consagrado en el art. 24.1 CE no sólo se satisface mediante la actuación de los Jueces y Tribunales,
sino también a través de la garantía de indemnidad, lo cual significa que del ejercicio de la acción judicial o de
los actos preparatorios o previos al mismo no pueden seguirse consecuencias perjudiciales en el ámbito de
las relaciones públicas o privadas para la persona que los protagoniza (entre las más recientes, recogiendo
anterior doctrina, SSTC 55/2004, de 19 de abril, FJ 2 ; 87/2004, de 10 de mayo, FJ 2 ; 38/2005, de 28 de
febrero, FJ 3 ; 144/2005, de 6 de junio, FJ 3 ; y 125/2008, de 20 de octubre , FJ 3).
En el campo de las relaciones laborales la garantía de indemnidad se traduce, en primer lugar, en la
imposibilidad de adoptar medidas de represalia derivadas del ejercicio por el trabajador de la tutela de sus
derechos ( SSTC 14/1993, de 18 de enero, FJ 2 ; 38/2005, de 28 de febrero, FJ 3 ; y 138/2006, de 8 de
mayo , FJ 5), de donde se sigue la consecuencia de que una actuación empresarial motivada por el hecho de
haber ejercitado una acción judicial tendente al reconocimiento de unos derechos de los que el trabajador se
creía asistido debe ser calificada como radicalmente nula por contraria a ese mismo derecho fundamental, ya
que entre los derechos laborales básicos de todo trabajador se encuentra el de ejercitar individualmente las
acciones derivadas de su contrato de trabajo [ art. 24.1 CE y art. 4.2 g) del Estatuto de los trabajadores ].
Es preciso aclarar, sin embargo, que dicha tutela, característica de la garantía de indemnidad,
consistente en la prohibición constitucional de represalias como las descritas, no agota la cobertura de esa
vertiente del derecho fundamental. En efecto, además de las decisiones empresariales que vengan perfiladas
por un ánimo o motivación de reacción contra el ejercicio previo del derecho fundamental a la tutela judicial
efectiva, actúa asimismo la tutela cuando, aun no existiendo dicho propósito, concurre un perjuicio que quede
objetiva y causalmente vinculado al mismo. (...)
En esta segunda hipótesis será preciso, para considerar afectado el derecho fundamental, que
concurran dos elementos, a saber: la conexión causal de la medida empresarial y el ejercicio del derecho de
referencia y la existencia de un perjuicio laboral para quien lo ejercitó. En otras palabras, habrá también lesión
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si, por razón exclusiva del ejercicio del derecho, se causa un perjuicio efectivo y constatable en el patrimonio
jurídico del trabajador.
En suma, el art. 24.1 CE en su vertiente de garantía de indemnidad resultará lesionado tanto si se
acredita una reacción o represalia frente al ejercicio previo del mismo, como si se constata un perjuicio derivado
y causalmente conectado, incluso si no concurre intencionalidad lesiva."
Doctrina constitucional la expuesta que, necesariamente, debe conducir a negar la existencia en el
caso analizado de los indicios mínimos imprescindibles aportados por el trabajador accionante que permitan
trasladar la carga de la prueba a la empresa demandada a los efectos de evidenciar que su decisión de resolver
la relación laboral a través de un despido objetivo, se residenciase en una reacción negativa de la misma frente
al ejercicio por el demandante de los derechos de los que se creía asistido ante el orden jurisdiccional social.
Efectivamente, según los hechos que se declaran probados, sobre los cuales no se postula revisión
fáctica alguna, lo que implica su conformidad con los mismos por parte del recurrente, debiéndose ajustar
a ellos, y a ningún otro, el pronunciamiento de este Tribunal, el actor, junto con otros seis trabajadores
fueron objeto de un despido colectivo por parte de la empresa demandada, frente al cual accionaron por
despido, siguiéndose el oportuno procedimiento, que concluyó por sentencia, de fecha 21-06-2013 , en la
que se declaraba su nulidad, tras lo cual, seis de esos trabajadores que promovieron la demanda, llegaron
a un acuerdo con la empresa para extinguir su relación laboral, no así el actor, el cual fue readmitido el
12-08-2013, haciéndose constar en la carta sobre dicha readmisión que el periodo de fabricación derivado
de la reanudación de la actividad productiva por la empresa estaba previsto hasta el día 31 de octubre de
2013. Día este en el que la empleadora notifica al actor la extinción de su contrato por causas económicas y
organizativas, ingresando en su cuenta la suma de 19.304,85 # en concepto de indemnización.
Hechos los descritos de los que no es posible extraer la evidencia de indicios serios sustentadores de
una posible actuación empresarial a través de la cual el despido encubriese una represalia contra el actor por
haber interpuesto demanda contra el primer despido colectivo, lo que determina la no inversión de la carga de
la prueba, haciendo recaer sobre la empresa la acreditación de que, con independencia de la concurrencia o no
de causas habilitadoras del despido, este se configuraba como ajeno a todo propósito atentatorio del derecho
fundamental ostentado por el trabajador demandante. Conclusión esta que, sin duda, es la que, igualmente,
parece ser que adopta la juzgadora de instancia, sin perjuicio de que un simple error de transcripción, al final
del Fundamento Jurídico Cuarto, ofrezca la apariencia de una conclusión distinta, ya que no existe razón
sustentadora alguna en los argumentos expuestos por la misma que avale esa decisión.
TERCERO.- En el segundo motivo de recurso se denuncia la infracción de los arts. 53.1.b ) y 53.4 del
ET , y arts. 122 y 124 de la LRJS , interesando la declaración de improcedencia del despido en base al abono
de una indemnización derivada del mismo inferior a la que le correspondía al actor, diferencia que no se podría
catalogar como constitutiva de un error inexcusable.
A tales efectos, lo que se constata en la resolución de instancia, es que la empresa abonó al actor
en concepto de indemnización por despido la suma de 19.304,85 #, sufriendo un error en el cálculo de la
misma en aplicación del tope máximo de doce mensualidades, siendo la suma correcta la de 19.809,72 #,
diferencia que fue abonada en el acto de conciliación ante el SMAC. Error que la Juzgadora de instancia
considera obedece a un simple error de cálculo, siendo por ello excusable, no legitimando la calificación de
la improcedencia del despido.
Conclusión la indicada que debe ser necesariamente ratificada al ajustarse la misma a la legislación
y jurisprudencia aplicable al caso, específicamente el art. 53.4.c) del ET , a tenor del cual se considerará
como improcedente el despido objetivo cuando no se cumplan las previsiones contempladas en el apartado
primero del mismo, entre ellas, no poner a disposición del trabajador, simultáneamente con la entrega de la
comunicación escrita del cese, la indemnización de 20 días de salario por año de servicio, con un máximo
de doce mensualidades, a menos que la diferencia en el cálculo de la indemnización entregada con la que
efectivamente correspondiese, se debiese a un error excusable.
Siendo así que en el caso enjuiciado, el error de cálculo en la fijación de la indemnización, tal y como
indica la Jueza "a quo", debe ser considerado como excusable, puesto que obedeció a un simple error de
cálculo, del que se derivó una diferencia de tan solo 504 # entre lo entregado en concepto de indemnización y la
suma a la que ascendía la misma, por lo que resulta de aplicación la doctrina sentada al respecto por el Tribunal
Supremo, entre otras, en su Sentencia de 11-10-2006 (Rec. 2858/2005 ), según la cual: "el «error excusable»
es el que se produce aún a pesar de haber empleado la debida diligencia; y a la hora de precisar este último
concepto [diligencia] bien puede acudirse, con la más cualificada doctrina civilística, a la que es propia del
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hombre medio o del «buen padre de familia» [ art. 1903 CC ], en el bien entendido de que frente a la protección
que merece quien se equívoca, debe prevalecer la consideración de la seguridad jurídica, si con el error se
incurre en culpa lata. Y al efecto también hacemos nuestra la afirmación civilista de que más que un problema
de formación de la voluntad, se trata de un supuesto de «justa o injusta lesión de intereses en juego»; y que
«el error es inexcusable cuando el que lo padece ha podido y ha debido, empleando una diligencia normal,
desvanecerlo». De esta forma, en la determinación de la excusabilidad del error, producido por calcular la
indemnización sobre la base de indebidos parámetros fácticos y/o jurídicos, pasan a un primer plano factores
objetivos y subjetivos que ofrecen decisiva trascendencia, tales como la complejidad de aquéllos, la entidad
de la empresa y la cobertura jurídica de que la misma pudiera gozar."
CUARTO.- En los dos siguientes motivos de recurso se denuncian como vulnerado el art. 53.1 del
ET , negando la concurrencia de las causas económicas y organizativas sustentadoras del despido del actor,
motivos ambos que, por estar íntimamente vinculados, permiten su análisis conjunto.
Según se declara probado, extremos que tampoco han sido impugnados por el recurrente, siendo los
únicos a los que deberá atenerse esta resolución, lo que inviabiliza el que se tengan en cuenta las múltiples
alegaciones que se hacen figurar en los motivos de recurso que se analizan, las cuales las lleva a cabo
el recurrente sin el más mínimo sustrato fáctico que las avale, el actor venía prestando servicios para la
empresa INDUSTRIAS CERAMICAS DÍAZ S.A., que, junto con la empresa HERMANOS DÍAZ REDONDO
S.A., conforman un grupo empresarial denominado GRUPO HERMANOS DÍAZ REDONDO, desde el 17-031977, con la categoría profesional de especialista, siendo despedido en fecha 31-10-2013, por razones
objetivas de carácter económico y organizativo.
La empresa INDUSTRIAS CERAMICAS DÍAZ S.A., presentaba una cifra de negocio de 3.446.702,32
# en el año 2012, la cual, a fecha 30-09-2013, se redujo a 1.192.761,23 #. Siendo el resultado del ejercicio,
antes de impuestos, en el año 2010, de - 43.634,69 #; de -665.059,46 #, en el año 2011; de
-1.008.400,08 #, en el año 2012 y de -580.515,27 # en el año 2013.
A su vez, la cifra de negocio de la empresa HERMANOS DÍAZ REDONDO S.A., en el año 2012 era
de 4.301.027,09 #; y de 2.858.218,17 # en el año 2013. Ascendiendo el resultado del ejercicio, antes de
impuestos, en el año 2010 a 2.551.676,00 #; en el año 2011 a -1.176.899,48 #; en el año 2012 a
-2.144.617,76 # y en el año 2013 a -967.218,76 #.
Igualmente se declara probado que HERMANOS DÍAZ REDONDO S.A. es una empresa dedicada a
la fabricación de tejas que en los últimos 12 meses tan solo ha producido durante 3 meses y medio, estando
parada el resto del tiempo, habiendo parado su proceso productivo el 31-10-2013, y en el año 2014 está en
marcha con contratos temporales de 4 meses de duración, no habiendo, durante el tiempo en el que está
parada, actividad para una persona a tiempo completo.
A su vez, INDUSTRIAS CERAMICAS DÍAZ S.A. estuvo produciendo el año anterior unos 3 meses,
encontrándose parada la producción desde el mes de octubre de 2013, dedicándose únicamente a vender el
excedente que está depositado en el almacén.
Visto lo que antecede, el tema objeto de debate se concreta en determinar si a la luz de la legislación
vigente al momento del despido del actor, acaecido el 31-10-2013, constituida, por tanto, por la Ley 3/2012,
de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral, dicho cese debería considerarse
ajustado a derecho.
Examen el indicado que nos reconduce al análisis de la redacción dada por dicha norma al art. 52 c) del
ET , según la cual el contrato de trabajo podrá extinguirse " Cuando concurra alguna de las causas previstas
en el artículo 51.1 de esta Ley y la extinción afecte a un número inferior al establecido en el mismo". Señalando
el indicado precepto que: " Se entiende que concurren causas económicas cuando de los resultados de la
empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de pérdidas
actuales o previstas, o la disminución persistente de su nivel de ingresos o ventas. En todo caso, se entenderá
que la disminución es persistente si se produce durante tres trimestres consecutivos.
Se entiende que concurren causas técnicas cuando se produzcan cambios, entre otros, en el ámbito de
los medios o instrumentos de producción; causas organizativas cuando se produzcan cambios, entre otros,
en el ámbito de los sistemas y métodos de trabajo del personal o en el modo de organizar la producción y
causas productivas cuando se produzcan cambios, entre otros, en la demanda de los productos o servicios
que la empresa pretende colocar en el mercado."
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Modificación la indicada, junto con la contenida en el
R.D.-Ley 3/2012, de las que cabe destacar, como dato relevante el hecho de que en ellas, al contrario
de lo que acontecía con la legislación precedente, se omita toda referencia a la necesaria racionalidad de la
medida adoptada, de tal forma que lo que de ello se podría deducir es que, de la simple concurrencia de la
causa, se tendría que derivar necesariamente la procedencia del cese del trabajador, y ello con independencia
de que las reiteradas causas económicas, técnicas, organizativas o productivas supusiesen o no dificultades
reales para la empresa, que viniesen a justificar, en el caso de producirse, la razonabilidad de la medida
extintiva.
Apreciación que haría decaer toda la doctrina y jurisprudencia que ha venido configurando la
interpretación y aplicación de las medidas resolutorias del contrato de trabajo sustentadas en razones
de carácter objetivo, y que sin embargo no es posible aceptar, puesto que, la necesidad de valorar la
incidencia real de la causa alegada en la efectiva necesidad de amortización del concreto puesto de trabajo,
y subsiguiente cese del trabajador que lo venía ocupando, viene impuesta tanto por lo dispuesto en el art. 9.1
del Convenio 158 de la OIT, a tenor del cual los jueces están facultados para examinar las causa invocadas
como justificativas de la terminación de la relación de trabajo; como por el art. 30 de la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea en la que se contempla la tutela de los trabajadores ante los despidos
injustificados; a lo que se une el propio contenido del art. 35.1 de la CE , que viene a reconocer el derecho
de todo trabajador a no ser despedido sin justa causa.
Consideraciones todas las expuestas que determinan y avalan el hecho de que ahora, con la nueva
normativa reguladora de los despidos objetivos, tal y como acontecía con las precedentes, el juzgador deba
analizar y valorar tanto la existencia, como la pertinencia, razonabilidad y justificación de la causa aducida
como determinante del mismo, parámetros a los que deberá ajustarse, por lo tanto la presente resolución.
Siendo digna de destacar a tales efectos la sentencia del Tribunal Supremo de 27- 01-2014 (Rec. 100/2013 ),
en la que, si bien referidos a un supuesto de modificación de condiciones de trabajo, pero sin duda aplicables
a los despido de carácter objetivo, se establecen los principios básicos a los que se deben ajustar los
pronunciamientos judiciales sobre las decisiones adoptadas a nivel empresarial en materia como las que nos
ocupan, manteniendo al efecto el Alto Tribunal en orden a las modificaciones operadas por la reforma laboral
de 2012, que:
"a diferencia del texto derogado, en la vigente redacción no es preciso que las modificaciones tengan el
objetivo acreditado -en conexión de funcionalidad o instrumentalidad- de «prevenir» una evolución negativa o
«mejorar» la situación y perspectivas de la empresa, sino que basta con que las medidas estén «relacionadas»
con la competitividad, productividad u organización técnica. Lo que nos sitúa ya en la cuestión realmente
decisiva, cual es la del alcance que pueda tener el control judicial de la medida empresarial adoptada.
3.- Sobre tal extremo hemos de indicar que la alusión legal a conceptos macroeconómicos
[competitividad; productividad] o de simple gestión empresarial [organización técnica o del trabajo], y la
supresión de las referencias valorativas existentes hasta la reforma [«prevenir»; y «mejorar»], no solamente
inducen a pensar que el legislador orientó su reforma a potenciar la libertad de empresa y el «ius variandi»
empresarial, en términos tales que dejan sin efecto nuestra jurisprudencia en torno a la restringidísima
aplicación de la cláusula «rebus sic stantibus» en materia de obligaciones colectivas [ SSTS 19/03/01 -rcud
1573/00 -; ... 24/09/12 -rco 127/11 -; 12/11/12 -rco 84/11 -; y 12/03/13 -rco 30/12 -], sino que la novedosa
redacción legal incluso pudiera llevar a entender -equivocadamente, a nuestro juicio- la eliminación de los
criterios de razonabilidad y proporcionalidad judicialmente exigibles hasta la reforma, de manera que en la
actual redacción de la norma el control judicial se encontraría limitado a verificar que las «razones» -y las
modificaciones- guarden relación con la «competitividad, productividad u organización técnica o del trabajo
en la empresa».
Pero contrariamente a esta última posibilidad entendemos, que aunque a la Sala no le correspondan
juicios de «oportunidad» que indudablemente pertenecen ahora -lo mismo que antes de la reforma- a la gestión
empresarial, sin embargo la remisión que el precepto legal hace a las acciones judiciales y la obligada tutela
que ello comporta [ art. 24.1 CE ] , determinan que el acceso a la jurisdicción no pueda sino entenderse en
el sentido de que a los órganos jurisdiccionales les compete no sólo emitir un juicio de legalidad en torno
a la existencia de la causa alegada, sino también de razonable adecuación entre la causa acreditada y la
modificación acordada; aparte, por supuesto, de que el Tribunal pueda apreciar -si concurriese- la posible
vulneración de derechos fundamentales.
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Razonabilidad que no ha de entenderse en el sentido de exigir que la medida adoptada sea la óptima
para conseguir el objetivo perseguido con ella [lo que es privativo de la dirección empresarial, como ya
hemos dicho], sino en el de que también se adecue idóneamente al mismo [juicio de idoneidad], excluyendo
en todo caso que a través de la degradación de las condiciones de trabajo pueda llegarse -incluso- a lo
que se ha llamado «dumping» social, habida cuenta de que si bien toda rebaja salarial implica una mayor
competitividad, tampoco puede -sin más y por elemental justicia- ser admisible en cualesquiera términos. Con
mayor motivo cuando el art. 151 del Tratado Fundacional de la UE establece como objetivo de la misma
y de los Estados miembros «la mejora de las condiciones de... trabajo», a la que incluso se subordina «la
necesidad de mantener la competitividad de la economía de la Unión»; y no cabe olvidar la primacía del
Derecho Comunitario y la obligada interpretación pro communitate que incluso se llega a predicar respecto de
la propia Constitución, en aplicación del art. 10.2 CE ( SSTC 28/1991, de 14/Febrero, FJ 5 ; 64/1991, de 22/
Marzo, FJ 4 ; y 13/1998, de 22/Enero , FJ 3. STS 24/06/09
-rcud 1542/08 -)."
Y siendo ello así, aplicando cuanto queda expuesto al caso que nos ocupa, en el que, como se indicaba,
al ser de aplicación las modificaciones introducidas por el R.D.-Ley 3/2012, de 10 de febrero, y por la Ley
3/2012, de 6 de julio, deben contemplarse no solo la concurrencia de pérdidas actuales, sino también las
previstas, así como la disminución persistente del nivel de ingresos o ventas, debe conducir necesariamente a
la desestimación del recurso planteado y a la confirmación de la sentencia de instancia, puesto que la entidad
demanda ha acreditado su efectiva situación económica negativa, dado que según se mantiene en dicha
sentencia, extremo no desvirtuado de contrario, desde el año 2010 y de forma ininterrumpida a lo largo de
las anualidades siguientes, el resultado económico de los ejercicios contables ha sido negativo, siendo muy
elevadas las sumas a las que ascienden los mismos, cifras económicas a las que se une la evidencia de un
descenso totalmente drástico de la actividad en ambas empresas, determinantes de que en una de ellas el
proceso productivo se realice tan solo a lo largo de tres meses y medio en un año, encontrándose la producción
parada en la segunda, dedicándose tan solo a vender el excedente que se encuentra en el almacén. Datos que
vienen a justificar el despido del actor al poner de manifiesto la razonabilidad de la decisión extintiva adoptada
por la demandada como medida encaminada a preservar su permanencia en el mercado, con sustento tanto
en razones de índole económica como organizativa. Y al haberlo entendido así la Juzgadora de instancia, se
impone la desestimación de los motivos de recurso analizado, y con ello del recurso planteado.
VISTOS los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación,
FALLAMOS
Que desestimando el Recurso de Suplicación interpuesto por la representación de D. Diego , contra
la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social nº 2 de Toledo, de fecha 10 de junio de 2014 , en Autos
nº 1565/2013, sobre despido objetivo, con vulneración de derechos fundamentales, siendo recurridas las
empresas INDUSTRIAS CERAMICAS DÍAZ S.A. y HERMA NO S DÍAZ REDONDO S.A., debemos confirmar
la indicada resolución. Sin costas.
Notifíquese la presente resolución a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de CastillaLa Mancha en Albacete, haciéndoles saber que contra la misma únicamente cabe RECURSO DE CASACION
PARA LA UNIFICACION DE DOCTRINA, que se preparará por escrito dirigido a esta Sala de lo Social del
Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha en Albacete, dentro de los DIEZ DIAS siguientes a su
notificación. Durante dicho plazo, las partes, el Ministerio Fiscal o el letrado designado a tal fin, tendrán a
su disposición en la oficina judicial los autos para su examen, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
220 de la Ley reguladora de la jurisdicción social . La consignación del importe de la condena, cuando
proceda, deberá acreditarse por la parte recurrente, que no goce del beneficio de justicia gratuita, ante esta
Sala al tiempo de preparar el Recurso, presentando resguardo acreditativo de haberla efectuado en la Cuenta
Corriente número ES55 0049 3569 9200 0500 1274 que esta Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia de Castilla-La Mancha, con sede en Albacete, tiene abierta en la Oficina del BANCO SANTANDER
sita en esta ciudad, C/ Marqués de Molíns nº 13, indicando: 1) Nombre o razón social de la persona física o
jurídica obligada a hacer el ingreso y, si es posible, el NIF/CIF ; 2) Beneficiario: SALA DE LO SOCIAL ; y
3) Concepto (la cuenta del expediente): 0044 0000 66 0399 15 ; pudiéndose sustituir dicha
consignación en metálico por el aseguramiento mediante aval bancario en el que se hará constar la
responsabilidad solidaria del avalista. Debiendo igualmente la parte recurrente, que no ostente la condición
de trabajador, causahabiente suyo, o beneficiario del régimen público de la Seguridad Social, o se trate
del Ministerio Fiscal, el Estado, las Comunidades Autónomas, las Entidades Locales, los Organismos
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dependientes de todas ellas y quienes tuvieren reconocido el beneficio de justicia gratuita, consignar como
depósito la cantidad de SEISCIENTOS EUROS (600,00 #), conforme al artículo 229 de la citada Ley ,
que deberá ingresar en la Cuenta Corriente anteriormente indicada, debiendo hacer entrega del resguardo
acreditativo de haberlo efectuado en la Secretaría de esta Sala al tiempo de preparar el Recurso.
Expídanse las certificaciones oportunas para su unión a los autos y al rollo de su razón, incorporándose
el original al correspondiente Libro de Sentencias.
Así por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACION.- Leída y publicada fue la anterior Sentencia por el/la Ilmo/a. Sr/a. Magistrado/a Ponente
que la suscribe, en la Sala de Audiencias de este Tribunal el día siete de julio de dos mil quince. Doy fe.
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