INTRODUCCIÓN AL LIBRO MARTA ÚBEDA BLANCO El lenguaje del arquitecto: Desarrollo histórico e interpretativo de la representación arquitectónica : significado y uso de la maqueta a lo largo de la historia. Colegio Oficial Arquitectos de Castilla y León Este, Valladolid 2005 La historia de la representación de la arquitectura –de sus técnicas, recursos y sistemas– ha tenido un fructífero desarrollo en nuestro país en el último decenio, gracias a la labor de investigación desarrollada por algunos profesores de diferentes Escuelas de Arquitectura. Contra lo que hubiera sido de esperar, se trata de una historia poco documentada, ya que los historiadores del arte –salvo algunas excepciones– han preferido abordar el estudio de la arquitectura a partir de metodologías más atentas a los aspectos culturales que a lo más específico del quehacer artístico. Circunstancia lógica, ya que al igual que sucede con la historia de la construcción, a veces se precisa de conocimientos técnicos o de la propia experiencia en los procesos del desarrollo del proyecto y de la ideación gráfica para poder abordar estas cuestiones. De hecho, no estaría de más recordar que cuando los historiadores comenzaron a prestar atención a ciertos recursos de dibujo y de proyectación –me refiero a la perspectiva y al empleo de las proporciones y trazados reguladores–, originaron una grave confusión de la que todavía hoy encontramos imperdonables secuelas. Como es bien sabido, los principales causantes de ello fueron dos grandes historiadores: Erwin Panofsky con su célebre La perspectiva como forma simbólica (1927) y Rudolf Wittkower con Los fundamentos de la arquitectura en la edad del humanismo (1949), que magnificaron la importancia del uso de la perspectiva en el tránsito de la arquitectura al renacimiento –cuando es sabido que Leon Battista Alberti ya indicaba que la perspectiva era cosa de pintores, sin uso práctico para los arquitectos–, o entusiasmaron a los estudiosos con la posibilidad de encontrar complicados trazados reguladores y sistemas de proporciones en las plantas y alzados de cualquier edificio. Pero volviendo a nuestro tema, aún recuerdo, y no hace muchos años, el interés con el que leía algunos libros clásicos, como el pionero de Martin S. Briggs, The Architect in history, o el de Spiro Kostof sobre El arquitecto; historia de una profesión, en busca de datos precisos sobre el empleo de la sección ortogonal o la utilización de modelos arquitectónicos entre los arquitectos del Cinquecento. Rastreos eruditos que ampliaba, además de las noticias recogidas en las monografías de arquitectos concretos, con las lecturas de los libros más generales de Svetlana Alpers, Wolfgang Lotz, James Ackerman, Luigi Vagnetti o Mario Docci. Poco a poco, como antes decía, esta laguna historiográfica se ha ido llenando. A modo de ejemplo me complace citar, los textos de los profesores José Antonio Ruiz de la Rosa, Traza y simetría de la arquitectura en la Antigüedad y Medioevo (Sevilla 1987), y Jesús Ignacio San José Alonso, El dibujo arquitectónico; apuntes sobre su desarrollo (Valladolid 1996). Hoy día esa historia ya ha tomado forma en sus líneas maestras y los estudiosos ya se pueden dedicar a completar lagunas o a abordar temas más específicos –por ejemplo, sobre el arte de la cantería y su aplicación a las fábricas arquitectónicas, o el empleo de la geometría en el medioevo–. La historia de los modelos arquitectónicos como mecanismo de proyectación ha tenido un desarrollo también bastante tardío. Por centrarnos en nuestro ámbito académico, debemos reseñar algunos artículos señeros del profesor José María Gentil Baldrich, que finalmente tomaron forma en su libro Traza y modelo en el Renacimiento (Sevilla 1998), junto con algunos otros trabajos del profesor Lino Cabezas Gelabert, siempre atento a la literatura artística acerca de la pintura y la arquitectura. En sintonía con estos trabajos, algunos profesores de la Escuela de Arquitectura de Valladolid –Eduardo Carazo, Marta Úbeda, y el que firma esta presentación– tuvimos interés en tratar sobre esta temática. Sin querer ser exhaustivos, citaría los estudios de Eduardo Carazo sobre el empleo de los modelos en la España del siglo XVIII, sobre algunos modelos de Salamanca, o sobre la maqueta de la catedral de Valladolid. A su vez, Marta Úbeda se interesó muy pronto en el estudio de la maqueta del Ayuntamiento de Valladolid, o en la reconstrucción de la famosa maqueta de barro de Miguel Ángel para la Basílica de San Pedro de Roma. Por mi parte, y debido a algunas estancias de investigación en Inglaterra, me especialicé en el empleo de las maquetas arquitectónicas en ese país durante los siglos XVI al XVIII, recogiendo en varios artículos abundante información, tanto de modelos aún existentes, como de aquellos otros mencionados en las biografías de los arquitectos, sin olvidar las abundantes citas que se incluyen en los escritos y tratados de arquitectura ingleses de aquellos siglos. He de reseñar que varios de estos estudios vallisoletanos se presentaron en algunos Congresos sobre Historia de la Representación celebrados en Italia, por lo que han tenido una relativa difusión en algunos libros de aquel país. Y de esos Congresos guardo algunos recuerdos del interés de la profesora Úbeda por estos artificios; por ejemplo, en abril de 1993, con ocasión del congreso Il disegno di progetto. Dalle origine al XVIII secolo, en el que Marta disertó sobre “La maqueta del antiguo Consistorio de Valladolid y la restitución de sus trazas”, recorrimos muchos lugares romanos en busca de ejemplos, fotografiando la maqueta de la cúpula de iglesia de San Ignacio, que se conserva junto a la entrada, o el gran sagrario de Santa María la Mayor que no es otra cosa que la típica maqueta de una iglesia de planta central, elaborada en mármoles y piedras preciosas. Lo mismo podría decir del congreso Il disego luogo della memoria, celebrado en Florencia en septiembre de 1995, en el que Marta mostró en su ponencia su reconstrucción en barro de la primera maqueta que Miguel Ángel realizó para la Basílica de San Pedro en 1546, elaborada a partir del famoso grabado de E. Dupèrac de 1569, y de los estudios de Wittkower y De Tolnay sobre este diseño. Pero de estos viajes de estudio, quizá el más significativo fue el que realizamos varios profesores de Valladolid a Venecia en septiembre de 1994, con la única finalidad de visitar en el Palazzo Grassi la gran exposición de I modelli architettonici nel Rinascimento. El origen de esta gran exposición fue la restauración de la gran maqueta de madera de la Basílica de San Pedro, que realizó Antonio Labacco según el proyecto de Antonio da Sangallo el Joven. Se trata, como es bien conocido, de la mayor maqueta de todo el Renacimiento italiano, cuya construcción duró siete años (entre 1539 y 1546), y de un tamaño tal que, teniendo su base algo elevada, permite acceder al interior y apreciar los finos detalles de ornamentación clásica. Como es de suponer, y aunque estaba expresamente prohibido, Marta aprovechó un descuido de los guardas para asomarse al interior del modelo y sacar todo tipo de fotografías de tan gigantesco artefacto. En fin, fue una experiencia única poder ver en una sola tarde y todos a la vez, los modelos de Brunelleschi para el Duomo de Florencia, los de Bernado Buontalenti, Dosio, Giambologna, Giuliano da Sangallo, Miguel Angel –el famoso modelo seccionado de la cúpula de San Pedro y el de la fachada de San Lorenzo– y tantos otros anónimos o de autores poco conocidos para nosotros. Como vengo diciendo, Marta Úbeda ha sido la que con mayor tesón se ha dedicado a explorar esta línea de estudio, de la que surgieron los libros La maqueta como experiencia del espacio arquitectónico (Valladolid 2002) y el que el lector tiene ahora en sus manos. La razón de esta especialización en el mundo de los modelos tridimensionales nos parece algo natural para los que conocemos a la autora. Desde siempre ha sido una persona con curiosa habilidad, inventiva y buen gusto para realizar modelos, mecanismos tridimensionales, juegos de papiroflexia, etc. Además, desde hace unos años imparte en la asignatura de Representación Arquitectónica docencia sobre la utilización y la construcción de modelos de arquitectura con fines descriptivos y analíticos. Todo ello justifica sobradamente esta publicación, y es promesa de un texto profundamente meditado desde el estudio, el conocimiento preciso, y la práctica analítica y proyectual de la arquitectura. Carlos Montes Serrano.