,3 Bruselas, el 3 mayo 1999 6HUYLFLRVGHWHOHYLVLyQOD&RPLVLyQGHFLGHUHPLWLUXQ GLFWDPHQPRWLYDGRD%pOJLFDUHODWLYRDORVLPSXHVWRV VREUHDQWHQDVSDUDEyOLFDV 7UDV KDEHU UHFLELGR FLHQWRV GH TXHMDV SRU SDUWH GH ORV FLXGDGDQRV OD &RPLVLyQ (XURSHD KD GHFLGLGR UHPLWLU D %pOJLFD XQ GLFWDPHQ PRWLYDGR VHJXQGDHWDSDGHOSURFHGLPLHQWRRILFLDOGHLQIUDFFLyQSUHYLVWRHQHODUWtFXOR GHO 7UDWDGR &( VREUH ORV LPSXHVWRV UHFDXGDGRV SRU GHWHUPLQDGDV DXWRULGDGHV PXQLFLSDOHV FRPPXQHV VREUH ODV DQWHQDV SDUDEyOLFDV /D &RPLVLyQ RSLQD TXH HVWRV LPSXHVWRV VXSRQHQ XQ REVWiFXOR SDUD OD UHFHSFLyQ \ GLVWULEXFLyQ GH VHxDOHV GH WHOHYLVLyQ GLIXQGLGDV SRU VDWpOLWH GHVGHRWURV(VWDGRVPLHPEURVORTXHVXSRQHXQDYLRODFLyQGHODVQRUPDV GHO 7UDWDGR &( HQ PDWHULD GH OLEUH FLUFXODFLyQ GH VHUYLFLRV GHQWUR GHO 0HUFDGRÒQLFRDUWtFXOR/D&RPLVLyQSRGUtDGHFLGLUUHPLWLUHODVXQWRDO 7ULEXQDOGH-XVWLFLDHQFDVRGHQRUHFLELUXQDUHVSXHVWDVDWLVIDFWRULDGHODV DXWRULGDGHVEHOJDVHQXQSOD]RGHGRVPHVHVSRVWHULRUDODQRWLILFDFLyQGHO GLFWDPHQPRWLYDGR Estos últimos años, un determinado número de ayuntamientos belgas ha creado un impuesto anual por la posesión de antenas parabólicas para la recepción de televisión por satélite. Según la información de que dispone la Comisión, estos impuestos se recaudan actualmente en 34 ayuntamientos: 27 en la región de Valonia, 3 en la región de Flandes y 4 en la región de Bruselas-capital. Los ayuntamientos bruselenses de Jette, Koekelberg, Auderghem, WatermaelBoitsfort. Schaerbeek and Woluwé-Saint-Pierre retiraron estos impuestos desde el 1 de enero de 1999, si bien otros ayuntamientos los han instaurado recientemente. Por lo general, el importe del impuesto es de 5 000 BEF (unos 124 euros) anuales, pero algunos ayuntamientos alcanzan los 10 000 BEF (unos 248 euros). De hecho, el importe del impuesto puede suponer a los usuarios un valor anual equivalente, o incluso superior, al precio de compra inicial de una antena parabólica (que suele venderse por menos de 5 000 BEF). En opinión de la Comisión, los impuestos tienen un carácter disuasorio para recibir emisiones de radio y televisión por satélite, por lo que constituyen un obstáculo para la difusión por satélite desde otros Estados miembros. Esto va en detrimento del desarrollo económico y tecnológico de la radio y televisión por satélite en Bélgica. La Comisión considera que este impuesto es discriminatorio debido a que afecta en especial a: - Determinadas categorías de espectadores y radioyentes: los usuarios que suelen estar más interesados en recibir canales por satélites son los extranjeros que desean recibir emisiones de sus países de origen. - Las cadenas extranjeras de radio y televisión: al carecer de acceso, o tener un acceso limitado, a la red belga de distribución por cable, las emisiones por satélite pueden suponer la única forma posible de distribución. - Las empresas de distribución por satélite: se ven perjudicadas en comparación con los operadores por cable, cuyos usuarios no deben abonar este impuesto. Las administraciones locales que aplican este impuesto a veces suelen pertenecer a las denominadas empresas "inter-communales" (con capital mixto público/privado) de distribución por cable que compiten directamente con los operadores por satélite. Además, la Comisión considera que este impuesto no se justifica. Algunas autoridades municipales alegan que el impuesto se destina a preservar el aspecto estético de los edificios. No obstante, la Comisión considera que esta alegación carece de fundamento, dado que el impuesto se aplica con independencia de: - el tamaño o aspecto de la antena parabólica - de que se vea o no la antena - de que la antena esté situada en un edificio o en otra parte (por ejemplo, en un jardín) - de que el edificio esté o no catalogado. Además, los ingresos procedentes de este impuesto no se destinan a la mejora del entorno urbano, y otros tipos de antenas, dispositivos de recepción y estructuras similares (como astas) no entrañan un impuesto equivalente. Otras autoridades municipales admiten abiertamente que el impuesto tiene como finalidad encarecer la recepción de las emisiones por satélite hasta un nivel, como mínimo, equivalente a la recepción de emisiones a través de redes de cable. De hecho, las personas que no pueden conectarse a la red de cable gozan a veces de una exención del impuesto de las antenas parabólicas, y a veces este impuesto se reduce en un 50% cuando los propietarios de antenas parabólicas también están abonados a una red de cable. La Comisión también considera que la obligación impuesta a cada persona que desee instalar una antena parabólica de solicitar sistemáticamente una autorización previa por parte de las autoridades municipales, lo que suele entrañar gastos administrativos, es demasiado restrictiva. De conformidad con la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, la libre circulación de servicios es un principio fundamental del Derecho comunitario que deben aplicar directamente los Estados miembros en su legislación nacional. En principio, podrá obligarse a un Estado miembro a reembolsar un impuesto recaudado en violación del derecho comunitario. 2