UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES “UNIANDES” UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL FACULTAD DE JURISPRUDENCIA MAESTRÍA EN DERECHO CIVIL Y PROCESAL CIVIL TESIS DE GRADO PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL GRADO ACADÉMICO DE: MAGISTER EN DERECHO CIVIL Y PROCESAL CIVIL TEMA: FALSEDAD DE INSTRUMENTO PÚBLICO: DECLARATORIA, CELERIDAD Y ECONOMÍA PROCESAL AUTOR: AB. HÉCTOR ENRIQUE BRAVO CASTRO TUTOR: DR. CARLOS MARCELO ROBAYO CAMPAÑA GUAYAQUIL - ECUADOR 2016 CERTIFICACIÓN DEL TUTOR En calidad de tutor del trabajo de titulación de Magister en Derecho Civil y Procesal Civil, certificamos que el Ab. Esp. Héctor Bravo Castro, elaboró su trabajo en titulación sobre el tema: Falsedad de Instrumento Público: Declaratoria, Celeridad y Economía Procesal, bajo los lineamientos Jurídicos y Académicos de la Institución, por lo que aprobamos la misma, pudiendo ser sometido a presentación pública y evaluación. ÍNDICE GENERAL Portada Páginas Certificación del Tutor Declaración de Autoría Índice General Resumen Ejecutivo Summary Executive Introducción 1 CAPÍTULO I MARCO TEÓRICO 1.1.- Juicio 14 1.1.1.- Definición 14 1.1.2.- Intervinientes en el Juicio 14 1.1.3.- Demanda 18 1.1.4.- Requisitos de procedibilidad 20 1.1.5.- Citación 21 1.1.6.- Notificación 23 1.1.7.- La contestación de la demanda 24 1.1.8.- Excepciones 26 1.2.- El Proceso 28 1.2.1.- Definición 28 1.2.2.- Clasificación del proceso 29 1.2.2.1.- El proceso jurisdiccional 30 1.2.2.2.- Por la clase de pretensión aducida en el proceso 31 1.2.2.3.- Por la posición de las partes en la relación jurídica procesal 32 1.2.3.- Proceso y procedimiento 33 1.2.4.- Principios Procesales 34 1.3.- La Prueba 37 1.3.1.- Definición 37 1.3.2.- Clasificación 40 1.3.3.- Medios probatorios en nuestra legislación 49 1.3.4.- Valoración de la prueba 41 1.4.- Instrumento Público 52 1.4.1.- Definición 52 1.4.2.- Fuerza probatoria del instrumento público 53 1.4.3.- Requisitos Esenciales 55 1.5.- La Falsedad 55 1.5.1.- Definición 55 1.5.2.- Falsedad de instrumento público 57 1.6.- Principio de instrumento público 58 1.6.1.- Definición 58 1.6.2.- Eficacia jurídica del instrumento público 59 1.6.3.- Principios procedimentales 60 1.6.4.- Celeridad y Economía Procesal 64 1.6.5.- Conclusiones parciales del capítulo 66 CAPÍTULO II MARCO METODOLÓGICO 2.1.- Caracterización del lugar de la investigación 67 2.2.- Descripción del Procedimiento Metodológico 67 2.3.- Modelo de anteproyecto de Ley Reformatoria 72 2.4.- Conclusiones Parciales del capítulo 73 CAPÍTULO III RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN 3.1.- Resultados de las encuestas 74 3.2.- Desarrollo de la propuesta 79 3.3.- Conclusiones parciales del capítulo 82 Conclusiones generales 83 Recomendaciones 84 Bibliografía RESUMEN EJECUTIVO En la legislación ecuatoriana la diligencia prevista en la tramitación de falsedad de instrumento público establecido en el artículo 180 del código de procedimiento civil es impertinente y atenta contra los principios de celeridad y economía procesal. Para determinarse la falsedad de un instrumento público, el Código de Procedimiento Civil establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa inoportuna. En los métodos utilizados tenemos el inductivo - deductivo, histórico – lógico, analítico – sintético, enmarcándose en la línea de investigación en la Administración de justicia. El presente trabajo se encuentra desarrollado en tres capítulos: Capítulo I: el marco teórico se desarrolló en definiciones sobre: el juicio, la demanda, la prueba, los términos el juicio verbal sumario y la segunda instancia. Capítulo II: el marco metodológico se desarrolló con la modalidad cuali-cuantitativa, con métodos, técnicas e instrumentos para llegar a la propuesta planteada. Capítulo III: resultados de la investigación se los realizó a base de la técnica de encuesta realizada a profesionales del derecho de la ciudad de Portoviejo, por medio de la cual se determinó la necesidad de establecer términos de pruebas de segunda instancia en el juicio verbal sumario. El Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público, establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, lo que se ha observado en la investigación y que atenta la celeridad y economía procesal. Existe la necesidad de elaborar un anteproyecto de Ley reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los principios de celeridad y economía procesal. Luego de la investigación se obtuvieron resultados que permitieron elaborar el anteproyecto de Ley reformatoria al Código de Procedimiento Civil derogando la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, suprimiendo la diligencia en mención, logrando que el trámite no contemple obstáculos, con un proceso ágil y oportuno. SUMMARY EXECUTIVE In Ecuadorian legislation the diligence in processing of falsehood of public instrument established in article 180 of the code of civil procedure is impertinent and violates the principles of procedural economy and speed. To determine the falsity of a public instrument, the code of Civil Procedure establishes the ordinary channels after a prior diligence impertinent. The methods used have the - historical, deductive - inductive logic, analytic - synthetic, framed in the research on the administration of justice. This work is developed in three chapters: Chapter I: the theoretical framework developed in definitions: the trial, demand, the test, the terms verbal summary judgment and the second instance. Chapter II: the methodological framework was developed with the quali-quantitative mode, with methods, techniques and instruments to reach the proposed proposal. Chapter III: he made the results of the research is based on the technique of survey to legal professionals in the city of Portoviejo, which identified the need to establish terms of second instance tests in verbal summary judgment. After the investigation was obtained results that allowed elaborating the draft reform bill to the code of Civil procedure by abolishing the impertinent diligence for misrepresentation of public instrument, suppressing mention of diligence, achieving that the procedure not perceived obstacles, with an agile and timely process. Introducción Antecedentes de la investigación EL Código Civil artículo 18, manifiesta que las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras; pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les dará en éstas su significado legal ¨ En sentido estricto, la palabra falsificación no requiere ni requería una definición especial por parte del legislador, en consecuencia, a dicha palabra se la deberá tomar en su sentido natural y obvio. Ahora bien: Cuál es el sentido natural y obvio de la palabra ¨ falsificación ¨. No es otro que el dado por el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua; y éste nos define a la falsificación como ¨ acción o efecto de falsificar ¨; falsificar en cambio. es falsear, adulterar o contrahacer. Proviene del Latín falsificare, de falsus, ¨ falso ¨. La propia Real Academia Española de la Lengua entiende aquello ¨engañoso¨, fingido, simulado, falto de ley, de realidad o veracidad ¨. Por aquí podemos ir desbrozando el camino de que nos conduzca a una precisión conceptual de la falsificación: Falso, igual falto de ¨veracidad ¨. Todo parece fluir de manera sencilla, con el manejo de las palabras comunes, con aquellas que son parte del lenguaje cotidiano, pero el momento que toca definir una situación jurídica como el delito de falsificación ya las cosas no son tan simples como parece a simple vista. 1 Desde el tiempo de Aristóteles, la definición de verdad jamás estuvo clara: él nos dijo que ¨verdad¨ es decir lo que es; y que es de lo que no es. Enseguida los sofistas (filósofos) de la época le salieron al paso de su definición y el argumento más contundente fue la famosa ¨paradoja del mentiroso¨ que la formularon así: Un mentiroso dice lo contrario de la verdad, de modo que si éste dice que es, precisamente no es porque miente; ahora: Es verdad que miente o es verdad que no es? Con esto la definición aristotélica de verdad quedó derrumbada durante siglos porque se movía que un infinito círculo vicioso, no obstante, fue acogida de manera ideal por los escolásticos medievales, de cuyo conocimiento hemos heredado todo el eufemismo ¨obvio ¨ de nuestro lenguaje. De modo que las cosas no son tan sencillas como aparecen a simple vista, y en el delito de falsificación hay mucha tela que cortar. Sin embargo, aplicando a la situación nuestro esquema de pensamiento aristotélico, podemos acercarnos a una definición material de falsificación. Lo falso es aquello contrario a la realidad, a la veracidad y ¨falsear¨ es hacer algo falso, entonces el documento falso (Instrumento como lo denomina nuestra legislación), será aquel que compaginado con los hechos de la realidad no concuerden, no se compaginen, no correspondan a ella. Ahora bien, de qué modos un documento falso puede no guardar correspondencia con la realidad y con los hechos objetivos que trata de representar, testimoniar, certificar, acreditar, comprobar, disponer, etc.,? 2 Aquí viene otro punto de diferenciación conceptual, porque habrán instrumentos (documentos) que simulen completamente hechos que jamás acontecieron y por ese medio pretendan llevar a engaño; y habrán documentos que emitidos, confeccionados o producidos auténtica y realmente, adolezcan de ciertas adulteraciones que se introdujeron a posteriori. Habrá, entonces, aquel documento que pretende simular de manera completa y total una realidad en forma imaginaria, que ¨ no es ¨; y habrán documentos que habiendo nacido de manera real y verídica sean, luego, adulterados. En ambos casos estamos, frente a una evidente falsificación, pero sus orígenes y sus connotaciones materiales y jurídicas son completamente diversos. El delito de falsedad nace conjuntamente con la aparición del documento, ya que desde que exista un documento existe la posibilidad de sus declaraciones o el documento mismo sean falseados. Con relación a la prejudicialidad civil en los delitos de falsificación en conclusión: generalmente todos los casos de falsificación ideológica requiere del juicio previo y de la sentencia previa del Juez de lo Civil para que pueda iniciarse la acción penal. La declaración del juez civil sobre la falsedad de un documento obliga al juez penal sólo en tanto se exige dicha declaración para iniciar el proceso penal; pero no queda vinculado ni obligado a respetar la decisión del juez civil, ni en lo referente a la existencia del delito, ni a la existencia de la culpabilidad del procesado. 3 En cuanto al dolo en la falsedad del documento se concluye que el dolo típico necesita conocimiento cierto de la falsedad del documento concurrentemente con la voluntad de utilizarlo como tal de acuerdo con la finalidad probatoria del mismo. Para que se configure el uso doloso de documento no basta que con que el documento usado tenga el carácter de falso sino que dentro del proceso se pruebe que quien lo utilizó tenía conocimiento de dicha falsedad. En Nicaragua hemos encontrado un trabajo con el tema: Falsedad Civil de Documentos Públicos Cometidos por Notarios Públicos en Nicaragua, elaborado por los autores: Luis Jerónimo Duarte Dávila, Salvador de Jesús Guerrero Román de la UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA UCA, FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS en el año 2010 con las siguientes conclusiones: La legislación vigente en Nicaragua regula y sanciona la falsedad civil cometida por los notarios públicos, así mismo ofrece un marco de protección eficaz dirigida a la parte agraviada en cuanto a la violación de su derecho, estos derechos son fundamentales para el resguardo de la integridad del instrumento público, por lo tanto podemos decir que el sistema legal en Nicaragua, garantiza la debida protección, mediante el correcto desenvolvimiento de los procedimientos establecidos por las Leyes. En una era donde la falta de criterio personal y valores sólidos producto de intereses personales, propician muchas veces, delitos como la falsedad civil en los instrumentos públicos, consideramos necesario estudiar y difundir las normas que los regulan y las 4 sanciones de estas; sobre todo, para respetar a la parte agraviada. Por tanto, se plantea la interrogante: ¿Que normas regulan la falsedad civil cometida por el notario? ¿Existe una protección eficaz para la parte agraviada? Una vez identificada la falsedad en el instrumento autorizada por el notario, la parte agraviada o un tercero, puede acudir a los órganos de protección y agotar los procedimientos administrativos o judiciales existentes en Nicaragua, para lograr la reivindicación de sus derechos o el resarcimiento del daño, por lo que pretendemos identificar, describir y resaltar esos procedimientos tanto en el ámbito administrativo como judicial, facilitando así una solución al conflicto originado por la falsedad Civil cometidas por Notarios Públicos en sus Funciones. - Al abordar el estudio de la Falsedad Civil del Instrumento Publico cometidos por Notario Públicos en Nicaragua, podemos concluir que el Instrumento Púbico es la Reina de todas las pruebas, puesto que provienen de un fedatario público investido de fe pública. - Los Notarios Públicos elaboran las escrituras públicas bajo la norma jurídica, estos documentos se consideran auténticos, porque dichos documentos prestan mérito ejecutivo. - La Ley le exige al Notario en la confección de los instrumentos públicos redactado por ellos, un orden lógico apegados a la ley y así cuando las personas que vayan a contraer 5 derechos y obligaciones tengas valides y eficacia durante el cumplimiento del mismo o cuando por incumplimiento tengan que recurrid a los tribunales de justicia. - El Notario es un jurisconsulto, investido de fe pública, por mandato de la Ley, es por eso que el notario es autónomo ya que su profesión así se lo permite, por tanto será responsable Administrativamente, Civil, Penal y en el ámbito Fiscal por su actividad que desempeña, en caso de que exista una mala actuación en sus funciones como fedatario Público. - En consecuencia todo el contenido en un instrumento público autorizado por un Notario Público, debe ser tenido como verdad absoluta, en tal virtud no puede ser atacado por los medio ordinarios que establece el derecho común, sino que la ley, debido a su especial singularidad, trata de hacer prevalecer dicha verdad en aras del interés general, que depende la seguridad y certeza de los derechos consignados en los documentos públicos, para impugnar la verdad de los documentos referidos, se tendrá que recurrir al "Juicio de Falsedad Civil del Instrumento público". - La falsedad implica falta de verdad, de legalidad en el acto y de autenticidad en el resultado y puede ésta afectar al documento o al contenido del documento; y ambos casos afectar parcialmente o en su totalidad el contenido del mismo, dentro de las modalidades de la falsedad se encuentran: la falsedad material, falsedad ideológica, falsedad parcial de la copia o bien puede ser el de la matriz. - Finalmente concluimos en algo no menos importante, que es el de la Ética y la Moral, valores que debe tener inculcado el notario y coadyuvaran con la Ley a garantizar que 6 el documento es cien por ciento auténtico y legítimo, en dicho documento le da seguridad jurídica a los sujetos que actúan en actos y negocios jurídicos, sin embargo la realidad Notarial Nicaragüense es otra; nos encontramos hoy en día con una serie de irregularidades en el instrumento público, que recaen en responsabilidades tanto civiles como penales y he sabido que desde el punto de vista Administrativo la Corte Suprema de Justicia suspende al Notario al ejercicio de sus funciones de conformidad a la Ley por la gravedad del caso cuando cometen falsedades. - Las falta de un código de ética Notarial conllevan a que muchos profesionales desconozcan principios básicos más allá de lo que un salón de clases se puede aprender, podemos concluir que muchos de las malas actuaciones cometidas actualmente por los Notarios Públicos se deben a la pérdida de valores en general, como también el respeto entre los contratantes intervinientes en los actos jurídicos, es una realidad que en nuestro país existen casos donde Notarios Públicos incurren en falsedad civil a la hora de la elaboración de un instrumento público. (165.98.12.83/273/1/UCANI3017.PDF) Estas investigaciones sirven de antecedente al presente estudio investigativo. Planteamiento problema Sobre la falsedad de un instrumento público, tiene a propender a una propuesta en el sentido lógico jurídico, de que el acto judicial señalado en el inciso 1 del artículo 180 del Código de Procedimiento Civil, se lo debe realizar dentro del término de prueba, para de esta manera 7 obtener del órgano jurisdiccional, los principios constitucionales de celeridad, economía y agilidad procesal; nótese no más que luego de practicarse esta diligencia judicial, el señor Juez, recién va a calificar la demanda en la vía ordinaria, en la cual se deberá dar acatamiento con todas las normas legales que en forma imperativa lo señala nuestro Código Procesal Civil y luego ya en sentencia que se encuentre ejecutoriada por el Ministerio de la Ley, según los casos señalados en el artículo 296 del Código de Procedimiento Civil, el Juez ordenará el enjuiciamiento penal, remitiendo las piezas procesales al fiscal, para que dé inicio a la presente, lo que contraviene principios constitucionales consagrados en la Constitución de la República y normas conexas que deben estar al margen del análisis de la falsedad de instrumento público. Cuando se alegue la falsedad material ideológica o la nulidad de un documento público o privado presentado por la contraparte deberá hacerlo en las oportunidades señaladas en el incidente, deberá resolverse en la audiencia del juicio. Formulación del problema El Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público, establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, lo que atenta los principios de celeridad y economía procesal. Objeto de la investigación: Derecho Procesal Civil Campo de acción: Falsedad de instrumento público. 8 Identificación de la línea de investigación Administración de Justicia. Objetivo general Elaborar un anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los principios de celeridad y economía procesal. Objetivos específicos Fundamentar teóricamente el juicio, el proceso, la prueba, los instrumentos públicos, la falsedad y los principios de celeridad y economía procesal. Establecer la necesidad de derogar la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público Elaborar los componentes de la reforma al Código de Procedimiento Civil. Idea a defender Mediante un anteproyecto de ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, se garantizará los principios de celeridad y economía procesal. 9 Variable independiente Anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público. Variable dependiente Garantizar los principios de celeridad y economía procesal. Justificación La presente propuesta enriquece el campo civil donde la falsedad de instrumento público tiene que hacer un largo e indebido recorrido en el campo civil antes de ser perseguido en el campo penal, una vez que la propuesta sea convertida en Ley se observará el novedoso posicionamiento doctrinario, y permitirá que la falsedad de un instrumento público, sin perjuicio de lo que pueda suceder en el campo civil, sea oportunamente aplicado en el campo penal gracias al respeto de los principios de la celeridad y economía que tiene que aplicarse en el campo civil para no permitir la impunidad en el campo penal. Metodología a emplear La presente investigación es de modalidad cuali-cuantitativa con predominio cualitativo, el tipo de investigación es descriptiva por cuanto analiza el fenómeno jurídico, sus manifestaciones y componentes. 10 La metodología Investigativa integra métodos, técnicas e instrumentos para aplicarlos en el proceso de investigación y lograr los objetivos propuestos. Se utilizará los siguientes métodos teóricos: Histórico Lógico, para describir la evolución histórica del problema de investigación. Además se aplicará los métodos Analítico, Sintético, Inductivo, Deductivo y de Modelación. La selección de los métodos y técnicas permitirá la aplicación de los instrumentos, la interpretación de resultados y la viabilidad del camino hacia la propuesta de la investigación. Aporte teórico El análisis que sobre el tema se realiza con ocasión de esta tesis constituye un gran aporte para los legisladores, tratadista y operadores de justicia, como cuyas opiniones pueden enriquecer la teoría y aportar con elementos para su desarrollo, más allá de lo que la Jurisprudencia Nacional, lo ha venido haciendo, propendiendo a que la falsedad de instrumento público tenga que hacer un largo e indebido recorrido en el campo civil antes de ser perseguido en el campo penal. Significación práctica Una vez que nuestra propuesta sea convertida en Ley de la República se notará la significación práctica de la tesis que contiene un novedoso posicionamiento doctrinario, y permitirá que la 11 falsedad de un instrumento público, sin perjuicio de lo que pueda suceder en el campo civil, sea oportunamente aplicado en el campo penal gracias al respeto de los principios de la celeridad y economía que tiene que aplicarse en el campo civil para no permitir la impunidad en el campo penal. Novedad científica El tema del presente trabajo constituye una verdadera novedad jurídica y doctrinaria en el sentido de que ataca a las viejas normas del Código Civil, que estableciendo una indebida prejudicialidad hace de la falsedad un verdadero suterjurio legal, del que personas inescrupulosas se aprovechan para falsear documentos públicos sabiendas de que los procedimientos establecidos en el Código Adjetivo son una verdadera obstrucción para perseguir en forma directa el delito de falsedad de instrumento público sin necesidad de resolución previa en el campo civil. 12 CAPÍTULO I MARCO TEÓRICO 1.1.- Documento e Instrumento 1.1.1.- Reseña histórica El hombre durante toda su historia ha tenido la necesidad de plasmar todas sus actividades como expresión testimonial, sin importar el formato, lenguaje o soporte. Para lo cual ha utilizado toda clase de materiales como la piedra, el papiro, el papel hasta llegar a esta era tecnológica donde se han creado cantidad de soportes para almacenar datos. El hombre durante toda su historia, se ha visto en la necesidad de registrar todas sus labores diarias, utilizando medios como la piedra, trozos de arcilla (llamados ostrasca) hasta llegar al papel. Papiro escrito en hierático, III milenio a. C. al 400 d. C. Piedra del sol, Calendario Azteca. Antiguamente el medio de un documento era el papel y la información era ingresada a mano, utilizando tinta, a lo cual se le denominaba documento manuscrito. Después su proceso fue mecánico, mediante una máquina de escribir. 1.1.2.- Definiciones Nuestro ordenamiento jurídico emplea indistintamente las palabras “documento” e “instrumento”, produciéndose un error técnico, porque el documento es el género, que 13 comprende el instrumento, que es la especie; ya que el documento en general es toda obra humana a través de la cual se puede perpetuar cualquier conocimiento, como lo señala en su obra el Dr. Walter Guerrero Vivanco (Vivanco, 1989, pág. 311); y desde el campo del derecho, existen instrumentos jurídicos que se clasifican en instrumentos públicos y en instrumentos privados, correspondiendo a los primeros, al que es autorizado con las solemnidades legales y otorgado por el funcionario público competente en ejercicio de sus funciones, conocido con instrumento público o auténtico, gozando de veracidad y legitimidad, cuya emisión ha sido conferida en forma exclusiva al notario, mediante escritura pública. Destacamos el hecho, de que en realidad las dos palabras se usan indistintamente para afirmar lo mismo, como sinónimos, cuando en realidad ello constituye un error de carácter doctrinario, ya que etimológicamente documento proviene del latín “documentum” que significa escritura, instrumento u otro papel autorizado y en sentido figurado se denomina a cualquier cosa que sirva para probar algo, mientras que en la acepción más amplia, sirve para denominar todo cuanto gráficamente consta por escrito y que en un momento dado pudiera representar o indicar la existencia de un acto humano, como lo afirma el Dr. Roberto Gómez Mera, (Mera, 2010) ya que no solo son documentos el testamento, un contrato firmado, un libro o una carta, sino también los planos, una fotografía, un diploma, a inscripción o un relato entre otros de igual naturaleza y citando a varios doctrinarios, sostienen que el documento participa de dos funciones: la una declarativa de voluntad y la otra, representativa de un hecho histórico. Otros tratadistas se refieren en sentido general sobre el documento, señalando también que es cualquier objeto que sirve para transmitir un contenido como los templos, las estatuas, las pinturas, los documentos cinematográficos, los fonográficos como los discos, cintas magnetofónicas, una cerca que sirve de lindero, los edificios, las inscripciones en lápidas, un 14 plano, las fotografías, un escrito, las medallas deportivas, como apreciamos el sentido de documento es amplísimo, es todo objeto, es toda cosa formada en presencia de un hecho y destinada a fijar permanentemente la percepción o impresión física para representar el futuro, con lo que podemos entender que no requiera que consista solo en palabras, sino que también sean signos visuales, táctiles o auditivos, por ello que la doctrina sostiene que puede ser cualquier manifestación o representación de los actos humanos. Desde lo jurídico, el documento puede ser utilizado como prueba de un hecho del que se derivan consecuencias jurídicas, conocido como objeto-documento, que prueba una relación jurídica y para ello, algunos autores sostienen que debe ser escrito, para que perdure en el tiempo y realizado sobre papel o pergamino, aunque los avances tecnológicos también lo consideran en elementos informáticos, capaz de que sea transportable y transmisible, a pesar de que hemos señalado que pueden ser concebidos en otros objetos, pero definitivamente no podrá ser considerado documento, los signos escritos en la arena, porque no pueden perpetrarse en el tiempo, pero como acertadamente lo afirma Welzel “es una declaración por si misma inteligible, idónea y destinada a probar algo jurídicamente relevante y que designa al otorgante”, o como señala la definición contenida en la obra La Falsedad Documental (Welzel, 2005), que sintetiza todo lo antes indicado:… “Documento es todo objeto cultural representativo de una cosa, hecho o acto humano, destacando la intervención del hombre, en forma directa o indirecta, constituyendo un objeto cultural, no natural, cuyo objeto representa un contenido, suponiendo implícitamente un autor que produce el documento. Al señalar que el documento es la expresión del ser humano, debemos también considerar que cumple una función social y como tal, la nueva doctrina penal nos lleva a considerar una nueva visión respecto del documento, sobre quien lo realiza y el tráfico o circulación que tiene 15 el mismo; ya que el ciudadano común transmite en el documento sus interacciones sociales, tal como percibe el acontecer social, utilizándolo para comunicarse acorde con la tecnología y por ende susceptible de ser falseado, por ello la necesidad de analizarlo en un sentido más amplio, con múltiples variables, despersonalizadas e indeterminadas, donde la buena fe cumple un rol protagónico sobre la verdad y autenticidad plasmada en el documento. Respecto al “instrumento”, esta palabra proviene del latín “instruere”, que significa instruirnos o informarnos de lo que ha ocurrido, cuyo alcance se encuentra restringido, en su contenido, por el Código de Procedimiento Civil ecuatoriano, que se refiere únicamente al escrito en el que se deja constancia de un hecho jurídico, clasificándolo en público y privado. 1.1.3.- Documento Público Los documentos públicos, también llamados auténticos, son los autorizados por el funcionario competente, para cuya emisión u otorgamiento, deben cumplir previamente con ciertas solemnidades legales para su validez, como ocurre con las escrituras que deben ser celebradas y firmadas por el notario, para enajenar bienes inmuebles, ante quien deben comparecer los otorgantes, como comprador y vendedor, quienes siendo capaces, deben seguir cierta ritualidad para expresar su voluntad de transferir y adquirir el dominio, correspondiente al Notario, dar fe pública del acontecimiento, al amparo de las normas del procedimiento civil y la Ley Notarial, es decir expresa la efectiva realización del acto, y de la identidad de los otorgantes, como un hecho verídico y así debe entenderse por el conglomerado social, respecto de la transferencia de dominio, constituyendo el documento, llamado escritura la constancia de la transacción, en cuyas clausulas se expresa la voluntad histórica de la efectiva realización del hecho. 16 Es el funcionario competente, quien debe cuidar que no se produzca ninguna nulidad, alteración en el acto que celebran las partes, esmerando su cuidado al extremo que la voluntad de los comparecientes se la exprese en el documento, sin que el mismo funcionario pueda introducir claúsulas o consideraciones ajenas a lo pactado y además, sin permitir, que ninguno de ellos, pueda cambiar la verdad de la transacción, porque de lo contrario, el mismo notario o uno de los otorgantes, rebasa el límite legal e ingresa al campo delictivo, mediante la falsedad en sus distintas formas o modalidades. Citamos el hecho de que el notario, el funcionario competente para este tipo de acuerdos, porque tratándose de compra-venta de bienes muebles, el documento de carácter privado y la entrega de la cosa, hace que se perfeccione la tradición o transferencia de la propiedad, respecto de la cosa dada en venta; ya que no todos los funcionarios públicos puedan dar fe determinado acto, como ocurre con los contratos celebrados entre entidades públicas y los particulares, como por ejemplo: la contratación para la ejecución de una obra, en cuyo caso el documento llamado contrato, a más de la suscripción de los intervinientes, se lo celebra ante notario, para que adquiera la calidad de documento público. Debemos entender que instrumento o documento público, es aquel que es extendido por el competente empleado público y autorizado para emitirlo, porque si no tiene dicha calidad, de emisor del instrumento en razón de su cargo, no puede ser catalogado como documento público, sino simplemente otorgados por un particular pero responsable de la falsedad; ya que la calidad de funcionario público, es circunstancia constitutiva de la infracción, porque para que exista falsedad de instrumento público, cometida por funcionario público es necesario, como lo afirma Francisco Pérez Borja … (Borja, 1927)” que el escrito sea instrumento público; que el que comete la falsedad sea un funcionario público en ejercicio de sus 17 funciones; o sea que esté encargado por la ley de extender ese instrumento público; y que la falsedad se la lleve a cabo por uno de los modos establecidos en el código penal, como firmas falsas; alteración de actas, escrituras o firmas; suposición de personas; escrituras hechas o intercaladas en registros u otros documentos públicos, en escritos u otras actuaciones judiciales, después de su formación o clausura; estableciendo estipulaciones distintas de las que hubieren acordado las partes; y, estableciendo como verdaderos hechos que no lo eran”. Solo respecto de los actos celebrados ante os funcionarios competentes, realizado por escritos, tienen el carácter de instrumento público y son en los que se pueden considerar la posibilidad de que se produzca un acto falsario, para dar cabida a la Prejudicialidad, dependiendo de la forma de falsedad; ya que los documentos que no son públicos, como los privados, no tienen dicha posibilidad prejudicial, tampoco puede concebirse en actos no escritos, en documentos apócrifos o sin firma, ya que de ser falsos, no tienen el obstáculo legal al ejercicio de la acción. Para estudiar sobre la Prejudicialidad, sin duda alguna hay que analizar lo señalado entre los artículos 164 y 206 de nuestro ordenamiento procesal civil, ya que en el artículo 164, como hemos indicado, señala que el instrumento público auténtico, es el autorizado con las solemnidades legales por el competente empleado; si fuere otorgado ante notario e incorporado en un protocolo o registro público, se llamará escritura pública, considerado también, como instrumento público, a los mensajes de datos otorgados, conferidos, autorizados expedidos por y ante autoridad competente y firmados electrónicamente con lo que cobra vigencia la falsedad electrónica, que también se trata en este análisis. 18 También el artículo 165 del C.P.C., señala que hacen fe y constituyen prueba todos los instrumentos públicos, o sea todos los documentos autorizados en debida forma, por las personas encargadas de los asuntos correspondientes a su cargo o empleo, como los diplomas, decretos, mandatos, edictos, exhortos u otras providencias expedidas por autoridad competente; la certificaciones, copias o testimonios de una actuación o procedimiento gubernativo o judicial, dados por el secretario respectivo, y los escritos en que se señalan los actos ejecutados o los convenios celebrados ante el notario; los asientos de los libros y otras actuaciones de los funcionarios y empleados del Estado o de cualquier ora institución del sector público; los asientos de los libros y registros parroquiales, los libros y registros de los tenientes políticos y de otras personas facultadas por las leyes. El artículo 178 del procesal civil, señala que cuando un documento público es falso, indicando: “es un instrumento falso el que contiene una suposición fraudulenta en perjuicios de terceros, por haberse contrahecho la escritura o la suscripción de algunos de los que se supone que la otorgaron, o de los testigos o del notario; por haberse suprimido, alterado o añadido algunas claúsulas o palabras en el cuerpo del instrumento, después de otorgado; y en caso de que hubiera anticipado o postergado la fecha de otorgamiento”. Indica el Profesor Dr. José García Falconí, que la disposición procesal civil contenida, en el artículo 178, que se ha transcrito, guarda conformidad con lo dispuesto en el artículo 339 del anterior sustantivo penal que tipificaba y sancionaba la falsedad de instrumento público, escrituras de comercios, contratos de prenda y otras actuaciones judiciales, que coincidían con lo que se ha expresado en la investigación, que en el caso de la falsedad material, es menester que la justicia civil haya previamente definido estas cuestiones sin cuya decisión el Juez de garantías penales no debe fallar o adelantar un proceso en esta materia; reiterando el Dr. 19 García Falconí, “que cuando el proceso penal se fundamenta en un hecho cuya decisión es privativa de la justicia civil, como es el caos de la falsedad material documental, es menester la sentencia del juez de lo civil antes de iniciar el juicio penal, esto es, pronunciamiento del juez civil debe ser previo al proceso o fallo penal, con independencia de la consideración relativa a la influencia que ese fallo tenga sobre la justicia represiva”. Sostiene el Dr. Gómez Mera, que para ser considerado como instrumento público escrito, el requisito sine qua non, es que sea otorgado por el funcionario público competente, no cualquier funcionario, sino únicamente el que está autorizado, con observancia de las solemnidades, requisitos y condiciones señaladas por la leyes y reglamentos respectivos. (Dr. Gómez Mera, 2010) Al decir, ‘‘no cualquier funcionario’’, sino únicamente el que está autorizado, debemos entender que un servidos público, a pesar de su investidura, solo tiene competencia respecto de su propia área funcional, no puede producir documentos públicos en su sector de competencia distinta a la suya, ya que al emitirlo, es espurio, careciendo de la calidad de ser un documento público autentico, pues dicha calidad no es natural, ni emana del ejercicio legítimo de su función y por ello tampoco tiene un rol legítimo para la elaboración del documento oficial, constituyéndose en un documento falso. Sobre este tema, Manuel Corredor Pardo, lo plantea con un ejemplo: ‘‘El juez civil que carece de toda competencia penal y no puede ejercer las funciones de fiscal, en virtud de las competencias institucionales previamente definidas, tampoco puede producir un documento público propio de la Fiscalía, como una resolución acusatoria en un caso concreto. El rol funcional de ceración de esta clase de documento, no corresponde a la función del juez civil; 20 solo en el ámbito de su competencia es que puede actuar el servidor público, lo cual también se aplica para la formación de documentos con carácter público, no pudiendo ejercer funciones distintas a la que señala la Constitución y las leyes, de modo que no puede documentar como servidor público, sino en el escrito límite de su actividad funcional y solo otorgará un documento con apariencia de público, en clara usurpación de funciones, debiendo ser considerado como un simple documento, quizás de carácter privado, pero no público’’. (Corredor Pardo, 2007) Reiteramos, es documento público en la medida de que es creado por la ‘‘actividad funcional’’ del servidor público, pero en nuestra práctica, hemos presenciado enjuiciamientos penales, por el tipo de falsedad de instrumento público, por licencia falsa, por ejemplo: cuando se aprehende en delito flagrante q quien conduce un vehículo con licencia falsa, atribuyéndole a dicho credencial la calidad de instrumento público, cuando luego de la experticia técnica documentológica, se logra establecer que la falsedad no recae sobre el documento público autentico, no es sobre el documento extendido por la Comisión de Transito que posee varias seguridades, sino que fue realizado en un papel sin dichas seguridades, obtenido su similar por una fotocopiadora de alta resolución o mediante el sistema de escaneo, donde también se obtiene nitidez, que impide a la vista determinar con exactitud, si la falsedad es realizada en el documento autentico, cuando en realidad es hecha sobre la fotocopia o escaneo; estos dos papeles o documentos, citados en el presente ejemplo, a pesar de ser similares al original, no constituyen documento público, porque no ha sido extendido por el funcionario competente, no corresponde a la entidad pública, ni la falsedad se ha realizado sobre el documento original cuya modalidad de falsedad en extenso analizaremos cuando tratemos la falsedad en la 21 licencia de manejo y el uso de documento público, deben ser efectuadas en uno que tenga dicha calidad, que no la posee la fotocopia o el escaneo. 1.1.4.- Documento Privado El documento privado, es el escrito hecho por una persona particular, sin intervención de notario, ni de otra persona legalmente autorizada o por personas públicas en actos que no son de su oficio, como lo establece la definición contenida en el art. 191 del Código de Procedimiento Civil. Manuel Corredor Pardo, en su obra, al tratar sobre los documentos privados, dice que son los producidos por personas que desempeñan roles particulares, excluyendo las funciones públicas al servicio del Estado, y son los producidos en el ejercicio de cualquier rol de la vida social, como simple persona privada, sin ninguna condición, como profesor o gerente, como girador de cheques, sacerdote o padre de familia, como anotador de planillas de ingreso de personal, como ingeniero o arquitecto, como empleador, en fin de toda actividad desprovista de la función pública estatal que permita la creación de documentos. En términos generales podemos indicar que documento privado, es aquel que no tiene calidad o carácter público, pudiendo ser con firma o sin ella, aunque algunos autores donde se incluyen al Dr. Gómez Mera, sostienen que si el instrumento privado no tiene la correspondiente firma, no es tal, pero esta posición no debe ser tan tajante, porque pudiera ser que el documento sin firma, tenga valor en el conjunto de la prueba, señalando como por ejemplo, los periódicos o revistas, que son instrumentos privados y en un momento dado pueden ser fuente probatoria. 22 También puede ocurrir que un documento privado, en manuscrito y sin firma del autor, si se puede establecer su emisor, con el examen grafológico, siempre y cuando se justifiquen que se trata de una manifestación expresa de voluntad. El documento público, está sujeto a determinadas formalidades o solemnidades, como el caso de las escrituras públicas, cuya estructura formal es la que goza de autenticidad, por la fe pública que da el notario, pero el documento privado, solo cuando es reconocido, se convierte en público, precisamente por la intervención de la autoridad en la que se encuentra investido el funcionario público o notario. Por lo anterior sostenemos, que en el documento público o privado, se puede faltar a la verdad, cuando se miente o engaña; cuando se latera la realidad; cuando se suplanta a la persona, cuando se simula la verdad como apreciamos se comete falsedad, en varias formas o métodos, pero siempre debe estar presente el dolo, la malicia o el fraude, en la búsqueda inmediata o futura de un beneficio económico o jurídico, o en perjuicio de otra persona, pero lo que la ley sanciona es el hecho de faltar a la verdad o alterarla dolosamente, por lo que este tipo de delitos realizados en documentos públicos o privados tiene dos fases comunes: faltar a la verdad y causar daño. 1.1.5.- Bien Jurídico protegido Conscientes de que lo falso se puede expresar mediante diversas modalidades, pero antes de examinarlas debemos establecer cuál o cuáles son los bienes jurídicos protegidos que son lesionados por la falsedad de documento público, y coincidiendo con muchos tratadistas sostenemos que es la fe pública, porque se atenta contra la confianza del documento público que se supone veraz, es la seguridad que se tiene respecto de la autenticidad 23 de los instrumentos y en contenido declarativo de los mismos, porque como lo refiere la doctrina, al poner fe a la autoridad, en su signo, en su emblema, al creer y confiar en ellos, se hace un acto de ejercicio de fe pública; pero tratándose de documentos públicos esa fe está representada por la autoridad que la emite y el ciudadano cree en su legitimidad, porque provienen de tales funcionarios o entes públicos. El diccionario de Raúl Goldstein de Derecho Penal y Criminología, al tratar sobre la fe pública, cita a Manzini, que la define: ‘‘como la confianza colectiva recíproca en la que se desenvuelven determinadas relaciones sociales, como son las concernientes a la circulación monetaria, a los medios simbólicos de autenticación o certificación, a los documentos y a la actividad comercial e industrial’’; es decir la confianza en los instrumentos públicos, pero dicha confianza reposa en la persona del funcionario o de la entidad pública que la emite, es la confianza colectiva en determinados documentos. Cuando nos referimos a ‘‘falsedad’’, estamos indicando que es toda falta de verdad o de autenticidad, consistiendo en cualquiera de las adulteraciones u ocultaciones de la realidad, que puede presentarse en las palabras, documentos que carecen de certeza, siendo una forma de conducta reprensible de manera genérica que tipifican varios delitos, convirtiéndose en el denominador común de varias acciones jurídicamente punibles, por ello Mezger la definió como ‘‘aquello que va contra la fe pública’’. El tratadista Edgardo Donna, al comentar sobre la ‘‘fe pública’’, manifiesta que: ‘‘es la confianza que terceros indeterminados, ponen en un instrumento, para relacionarse jurídicamente con él, ya que el bien jurídico tutelado es la confianza general y no la de algunos pocos dotados de un saber técnico, por cuanto la fe otorgada es ergan omnes’’. 24 (Donna, 2012) Mientras que Vicente Chávez Yerovi, sobre lo falso, indica, que es todo aquello que atenta contra la verdad, contra la fe pública, es toda mutación de la verdad que luego de la practicidad adopta la denominación de falsificación. Es la alteración, supresión u ocultamiento de la verdad que lesiona el orden constituido a través de la fe pública; (Dr. Chávez, 2012) citando a Manzini, revela que ‘‘la fe pública, no porque un precepto la imponga, sino porque la necesidad y la costumbre de la vida social la hace surgir, por lo que la fe pública debe ser considerada como un fenómeno colectivo, como una costumbre social’’, que ha ser protegida por el estado mediante la tutela penal contra hechos que desequilibran la confianza de las personas y que inclusive engañan a las autoridades. Analizando las citas doctrinarias que hemos referido, reiteramos que el bien jurídico lesionado con la falsedad, es la fe pública, aunque existen otros estudios del derecho, que consideran que no solo se lesiona un bien, sino que con el delito de falsedad de documento público, se puede también lesionar varios derechos, que son también protegidos por el Estado, como lo refiere el estudioso del derecho de nuestro país Dr. Ernesto Albán Gómez, en su obra ‘‘Manual de Derecho Penal Ecuatoriano’’, quien al tratar sobre los delitos contra la fe pública, hace un extenso análisis sobre esta problemática, realizando serios cuestionamientos a la posición jurídica-doctrinaria que estamos estudiando, porque considera que el accionar delictivo no solo lesiona la fe pública, sino también la fe privada o la administración de justicia. Otro tratadista, como Luis Carlos Pérez, al referirse a la mentira contenida en el documento, sostiene que son varios los bienes jurídicos lesionados, opinando que causa perjuicios a la libertad, dignidad, a la condición y el estado de las personas, la salud de estas, su seguridad, su intimidad, su propiedad, entre otro de los muchos derechos y garantías que reconoce las leyes internas de cada país y los tratados internacionales. (Pérez, 2012) 25 Por ello el Dr. Albán se refiere, como un hecho desafortunado la agrupación de varios tipos penales, en la denominada fe pública, cuando en realidad se lesionan varios bienes que debe proteger el Estado, por ello la consideración de orden jurídico debe ser más amplia, ya que al agruparlos bajo la denominación de ‘‘falsificaciones’’ de monedas, billetes, timbres y marcas; los documentos en general; otras denominaciones como el falso testimonio y perjurio; también los delitos relativos al comercio, industrias y subastas; los que se incluyeron en septiembre del 2007 relativos a la comercialización ilícita de hidrocarburos; el suprimido en el 2009 como el pago de cheques sin provisión de fondos, que fue destipificado, todos son tipos penales que no coinciden con la afectación a la fe pública, es por ello que dicho autor, considera difícil la forma de clasificarlos adecuadamente, sembrando dudas respecto a concebir si en realidad el bien jurídico protegido sea o no la fe pública. Al analizar la tesis referida por el DR. Albán, también debemos considerar que existen otras formas de faltar a la verdad, siendo las más comunes la falsificación de billetes, cheques, timbres, sellos, estampillas, marcas, boletos de transporte, documentos públicos y privados, otorgamiento de certificados falsos, falsificación de la cédula de identidad, pasaporte, entre otros, que si corresponden a la fe pública, aunque el Diccionario de Derecho Penal y Criminología, también ubica a la falsificación que se usa como delito medio para cometer la estafa, en cuyo caso esteraríamos en la esfera de los delitos contra la propiedad; por lo que podemos concluir que no solo se afecta la fe pública, sino otros bienes jurídicos garantizados por el Estado, según su modalidad. (Goldstein, 1998) Dentro de la corriente doctrinaria que analizamos, se sitúa otro bien jurídico lesionado, distinto a la fe pública, encontramos al profesor Dr. José García Falconí, quien considera difícil distinguir cual es el bien jurídico que la protege, ya que a su criterio sería ‘‘la seguridad 26 jurídica’’, acorde a lo que establece el art. 82 de la Constitución del Ecuador, 2008, que dice: ‘‘El derecho a la seguridad jurídica se fundamenta en el respeto a la Constitución y en la existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades competentes’’. Porque sería lamentable, que el juez de lo civil se pronuncie de una manera y el juez de garantías penales de otra, en el mismo asunto sobre la falsedad documental, citando a Manzini, concluye: ‘‘las cuestiones prejudiciales que pertenecen a esa zona gris entre el derecho civil y el penal, no obstante estar legisladas en distintos cuerpos legales, tanto penales como civiles, inciden fundamentalmente en el proceso penal’’. 1.1.6.- Fuerza probatoria del instrumento público El carácter distintivo de los instrumentos públicos es el de su plena fe o, en otros términos, el de su fuerza probatoria. La fuerza probatoria consiste en el pleno efecto que produce el instrumento público, respecto de las partes y de los terceros, a consecuencia de las presunciones de autenticidad y veracidad que ellos engendran, intrínsecamente considerados. Esta fuerza probatoria debe ser estudiada atendiendo, necesariamente, a dos aspectos distintos, es decir, en lo referente al instrumento en sí mismo, intrínsecamente considerado, por una parte, y, por la otra, en lo referente a su contenido. El principio general en esta materia es que el instrumento público estando en condiciones regulares, prueba por sí mismo su carácter de tal. Existe, por consiguiente la presunción de que el instrumento público ha sido realmente otorgado ante el oficial público que aparece 27 suscribiéndolo y que la firma y el sello de éste, en el caso de que los tenga, son auténticos; en otros términos, existe la presunción de autenticidad del instrumento público. La persona que presenta un Instrumento público de apariencia regular no tiene que demostrar su autenticidad. El documento, aún bajo la forma de copia, se presenta acompañado de signos exteriores difíciles de imitar: sellos y marcas de diversas clases, unos impresos en tinta y otros impresos en relieve, firma y rúbrica de un funcionario público cuya escritura es conocida y puede ser controlada fácilmente. Esos signos exteriores de autenticación bastan. De esta manera, los instrumentos públicos hacen plena fe respecto de lo comprobado personalmente por el oficial público, de visu et auditu; también respecto a la fecha del acto, la presencia de las partes, identidades de las mismas, identidades de las mismas, la convención realizada en su presencia, pagos, formas pagos, documentos exhibidos, procuraciones, firmas y la presencia de los testigos, si lo estuvieren; o las certificaciones de concordancias con los libros o asientos, cuando se tratare de funcionarios investidos de facultades para certificar nacimientos, matrimonios, defunciones o registros de propiedades. Lo que el instrumento público prueba es la celebración de la convención, pero no ampara la sinceridad de la misma; por tanto, puede ser atacado por simulación del acto. 1.2.- La Falsedad 1.2.1.- Definición Con origen en el latín falsĭtas, el concepto de falsedad describe la falta de verdad o autenticidad de un objeto o individuo. Una falsedad puede consistir en una mentira, noción 28 que identifica a una declaración que oculta o tergiversa la realidad de manera parcial o absoluta. Por citar un ejemplo: un niño rompe un vaso y nadie lo ve; cuando su madre le pregunta si sabe quién rompió dicho vaso, responde que no. En ese caso, el niño incurrió en una falsedad ya que mintió. Es la función de los documentos para los efectos legales en la circulación es esencialmente probatoria, ya que es un medio destinado a probar lo representado ante otros para que actúen jurídicamente. El sentido probatorio obedece a la materia contenida en la representación formada por el autor cierto, bien que se la use como medio de prueba, o que se documente un contenido sin pensar en tal finalidad, o aunque se lo elabore con el propósito puramente individual de una relación interpersonal, bajo el acuerdo de que no habrá de ser empleado en el tráfico como prueba. 1.2.2.- Falsedad de instrumento público El carácter de la acción del texto se desprende que la falsedad debe ser interpuesta únicamente por acción. Consecuentemente, queda descartado el planteamiento de la falsedad por vía de excepción, en materia de nulidades. Tiende a demostrar la falsedad del instrumento público, que es la contra cara de su autenticidad, la falsedad es toda alteración de la verdad. (Armella, 1998) La acción podrá ser planteada en el ámbito jurisdiccional civil o penal. 29 La falsedad de un instrumento público se tramitará por incidente que deberá promoverse dentro del plazo de diez días de realizada la impugnación, bajo apercibimiento de tenerla por desistida. Será inadmisible si no se indican los elementos y no se ofrecen las pruebas tendientes a demostrar la falsedad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los testigos de un instrumento y no pueden contradecir, variar ni alterar el contenido de él, si no alegasen que testificaron el acto por dolo o violencia que se les hizo, en cuyo caso el instrumento público no valdrá. Lo expuesto significa que cuando se trata de una escritura pública no basta la sola negación de la autenticidad de la firma que se atribuye al deudor, sino que es necesario promover la acción civil o criminal destinada a destruir la fe del instrumento, razón por la cual tampoco es suficiente el mero ofrecimiento de prueba en contra de sus constancias. La introducción del tema vinculado con la falsedad de la escritura del mutuo hipotecario no es materia propia de la excepción de falsedad, pues su tratamiento requiere un proceso de conocimiento irrestricto y mayor amplitud de debate y prueba. Además, en cuanto a la falsedad, entiendo que debe haber un perjuicio, es decir, si no hay perjuicio evidentemente la falsedad no es punible. En el caso de la falsedad ideológica, si los otorgantes ante escribano declaran en primer lugar el mutuo consentimiento, no hay vicios de voluntad, son juzgadas las declaraciones como sinceras, se reciben en lo que es audiencia pública y se consignan en el instrumento, eso merece fe. 30 Éstos son aspectos que se deben tener presentes. En definitiva, el documento es falso cuando el funcionario asienta una declaración contraria a la que recibió y cuando lo asentado es sustancialmente distinto de lo manifestado; de lo contrario, no habría falsedad ideológica, no habría imputación al notario por muchos de los negocios que pasan por sus protocolos y que las partes conscientemente formalizan, declaran y respecto de los que él no tiene otra alternativa que, recepción de la autonomía de la voluntad, volcarlos en la escritura pública. 1.2.3.- Distintas falsedades documentales La falsedad documental proviene del derecho romano a través del concepto de ‘‘Falsum y crimen falsi’’, entendidas estas como declaraciones falsas, llegando a confundirse con el concepto de engaño, presentándose de múltiples formas, siendo las más comunes, la falsificación de moneda, de papeles representativos de valor, de timbres, de sellos y estampillas, de marcas, de boleto de transporte en todas sus clases, de documentos públicos y privados, otorgamientos de certificados falsos, falsedad de partes en servicios de telecomunicaciones, falsificación de pasaportes, de control de hoteles, falsedad de información informática y en todos ellos se falta a la verdad, quebrantándose la ‘‘fe pública’’ que la tienen determinados funcionarios, facultados por la ley, para certificar sobre la verdad de haberse otorgado un documento, en un lugar y fecha determinada, cambiando su contenido, como la forma. Al igual que las palabras documentos o instrumento también existe otra confusión generalizada en la aplicación de los términos, respecto a la ‘‘falsedad’’ y la ‘‘falsificación’’ de 31 documentos, ya que existe una diferencia de género a especie; porque ‘‘falsedad’’ significa falta de verdad que es el género. Mientras que ‘‘falsificación’’ es una de las especies de la falsedad, que se utiliza cuando nos referimos a la falsificación de sellos, monedas, billetes y documentos. Regularmente se trata de diferenciarlas, indicando falsedad a la inexactitud o malicia, mientras que falsificación cuando nos referimos a la adulteración o imitación; pero en realidad al ejecutar la falsificación se produce la falsedad de un hecho, la primera se agota en la acción y la última perdura hasta que se descubre o anula. Groizard, sintetizó esta diferencia de la siguiente manera: ‘‘Para que la falsificación resulte, es necesaria la previa existencia de un documento o de un objeto verdadero, que mediante ciertos procedimientos se lo altera y al alterarse, se lo falsifica; mientras que la falsedad, indica la comisión de un hecho o la ejecución de un acto en el que no se expresa la verdad, sino que a sabiendas se emiten conceptos que nos son verdaderos’’, como también lo afirma Gunther Jakobs, ‘‘solo puede constituir una falsedad documental, cuando se finge que en el papel se documenta un efecto jurídico’’. (Jakobs, 2012) El Dr. Wilson Merino Sánchez, en una de sus ponencias en la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia del Ecuador, sostiene que ‘‘el sentido natural y obvio de la palabra ‘‘falsificación’’, no es otro que el dado por el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, que define a la falsificación como ‘‘acción o efecto de falsificar’’; falsificar en cambio, es falsear, adulterar o contrahacer. Proviene del latin falsificare, de falsus, ‘‘falso’’. Por falso, la Real Academia Española de la Lengua entiende aquello engañoso, fingido, simulado, falso de ley, de realidad o veracidad’’. 32 Por aquí, dice el Dr. Merino Sánchez, podemos ir desbrozando el camino que nos conduzca a una precisión conceptual de la falsificación: ‘‘falso, es igual a falto de ‘‘veracidad’’. Todo parece fluir de manera sencilla con el manejo de las palabras comunes, con aquellas que son parte del lenguaje cotidiano, pero el momento que toca definir una situación jurídica como el delito de falsificación, ya las cosas no son tan simples como parecen a simple vista’’. Preguntándose: ¿de qué modo un documento falso puede guardar correspondencia con la realidad y con los hechos objetivos que trata de representar, testimoniar, certificar, acreditar, comprobar, disponer, etc?, considerando que aquí viene otro punto de diferenciación conceptual, porque habrán instrumentos (documentos) que simulen completamente hechos que jamás acontecieron y por ese medio pretendan llevar a engaños; y habrán documentos que emitidos, confeccionados o producidos autentica y realmente, adolezcan de ciertas adulteraciones que se introdujeron a posteriori. Habrá entonces, aquel documento que pretende simular de manera completa y total una realidad en forma imaginaria, que ‘‘no es’’; y habrán documentos que habiendo nacido de manera real y verídica sean, luego, adulterados’’; valiosa apreciación de orden doctrinario, que tomaremos en consideración en el desarrollo de la presente investigación y que desglosaremos cuando analicemos los tipos de falsedades como son la material, ideología e ideal. El maestro Eugenio Coello Calón, quien a más de opinar sobre el concepto de falsedad, también nos presenta el ‘‘error de buena fe’’ y para ello debemos examinar si el agente conocía o no que el documento era falso, para considerarlo, en la esfera civil o como infracción penal; ya que como afirma: ‘‘falsedad: equivalente a falta, a la alteración de la verdad, ‘‘mudamiento de verdad’’. (Coello, 2012) 33 La alteración de la verdad puede provenir de erro (cuando de buena fe se cree y afirma como cierto lo que no es) o de mentira, afirmando como cierto lo que se sabe contrario a la verdad. Esta afirmación maliciosa es el alma de la falsedad, pero el contenido mendaz de un hecho no basta para que sea punible, es menester que además se encuentre revestido de un aspecto de verdad capaz de engañar a los demás, que se presenten como verdaderos los hechos falsos y que entren el campo del derecho, no basta que se hallen revestidos por un rodaje de verdad, es también condición precisa que lesionen o sean capaces de lesionar bienes jurídicos protegidos por la ley. Entre semejantes hechos, de inducir a engaño, algunos no rebasan la esfera del derecho civil, no hay en ellos más que un dolo civil que obliga tan solo a la reparación de los daños causados, otros caen de lleno dentro del área penal, son hechos realizados con intención criminal, cuya consecuencia es la imposición de penas. Desde lo clásico, Coello Calón en la obra que citamos, también nos presenta otra posibilidad, ‘‘que el documento falso sea utilizado como mecanismo para cometer otro delito’’, que puede ser el de Estafa u otras defraudaciones, ya que dentro del derecho penal, ‘‘la alteración de verdad constituye infracciones de índole diversa. Cuando se realiza empleando determinados modos de ejecución específicamente expresados en el texto legal, constituyendo un verdadero delito de falsedad, entre otros casos el falseamiento de la verdad no es más que el elemento integrante de otros delitos de clase diferente especialmente de las ‘‘estafas y otros engaños’’, la falsedad, en general han de concurrir los siguientes elementos: 1.- Sustitución de lo verdadero por lo que no lo es, peor lo limita en grado de inducir a error. 2.- Que la cosa o acto falsificado tenga capacidad para producir un efecto jurídico, no es menester la lesión de interés, hasta la posibilidad de tal lesión’’. 34 El Dr. José Antonio Caro John, al tratar sobre la ‘‘falsedad documental’’ enseña, que el sujeto activo es ‘‘aquel que hace en todo o en parte, un documento falso, que puede dar origen a un derecho u obligación, mediante el uso de tal documento, cuya condición es que cause perjuicio’’, señalando el mismo autor, que el ‘‘perjuicio’’, viene a ser la condición objetiva de punibilidad, que se consuma con el uso o el empleo del documento falso o falsificado; y, para justificar la existencia de la comisión del delito de falsificación de documentos, es necesario la práctica de una pericia grafotécnica, que lo trataremos en el desarrollo de la presente investigación. (Dr. Caro, 2011) Para establecer la existencia de la falsedad, también hay que distinguir, si se trata de documentos públicos o privados y luego la forma en que se realizó; ya que la doctrina considera que existe falsedad material, ideológica e ideal, según la conducta realizada por el agente, en alterar el documento autentico, introduciendo en él elementos, hechos falsos, o en hacer declaraciones falsas en un documento autentico; o simplemente lo concibe o crea el documento; y es aquí, donde nace la equivocación o confusión, provocándose erróneas interpretaciones, al analizar el tipo de falsedad, que impiden determinar con exactitud cuál d ellas corresponde al caso de Prejudicialidad, en la falsedad de documento público. Por su parte, José Antonio Caro Jonh, distingue dos tipos de falsedades: la denominada ‘‘falsedad propia’’, que se configura cuando cuándo el sujeto activo hace, en todo o en parte, un documento falso o adultera uno verdadero que pueda dar origen a un derecho u obligación; y la ‘‘falsedad impropia’’, realizada por cualquier persona, pues basta usar el objeto materia del delito, es decir el documento falso o falsificado, ya sea privado o público, entendiendo por falso, aquel que resulta ser el producto de conductas tales como el hacer, en todo en parte, o 35 adulterar uno o verdadero, a sabiendas que realiza lo falso haciendo derechos, obligaciones o hechos que no corresponden en el contenido cierto de la realidad. Los elementos constitutivos de la falsedad, son: Alteración de la verdad: que se hace por el empleo de medios que hacen aparecer coo existentes los hechos que no se han producido; Imitación de la verdad: cuando se presentan signos de autenticidad, con el que se intenta engañar y no es necesario que la imitación sea perfecta, pero sí que se pueda reconocer como falsedad a primera vista; Que produzca daño: cuando la alteración a la verdad ocasione un resultado perjudicial; Existente del dolo, malicia o fraude: consistiendo en la consciencia que tiene el agente que altera la verdad y que cree en la posibilidad del daño a terceros; es decir, que la ley sanciona el hecho de falsear la verada o alterar dolosamente y se consume desde el momento en que se produce la falsedad. Pero otros tratadistas, entre lo que lo que incluimos al maestro Dr. Zavala Baquerizo, señalan que pueden existir tres tipos de falsedad, siendo estas material, ideológica e ideal, esta ultima la sub-clasifican en falsificación o forjadura; ya que la material se altera la verdad; en la ideológica, se suplanta la verdad; y, en la ideal, se crea la verdad mediante las formas de falsificación, cuando se imita y en forma de forjadura cuando finge, es la tesis que compartimos como se explica. 36 1.2.4.- Falsedad Material La falsedad material, es aquella que, “en el documento”, se altera la verdad cuando esta íntegramente formado y en falsario borra, suplanta, incorpora, establece firmas falsas, notándose que se utiliza la preposición del lugar “en” es decir sobre el documento, este ya está elaborado, esta previamente escrito y el autor sobre la escritura borra la fecha poniéndole otra, le borra el nombre y le coloca otro, le borra el texto y le cambia por otro, todo ello corresponde a la falsedad material. El Dr. Jorge Zavala Baquerizo, sostiene que la falsedad material” es aquella que en la que la acción falsearía se concentra en la alteración ejecutada sobre el instrumento”; es decir que debe existir previamente el documento, y la falsedad debe hacérsela “en” el documento, ya que altera la verdad contenida en el documento ya formado, actúa sobre lo genuino y autentico, otorgado con anterioridad. (Dr. Zavala Baquerizo, 1994) La falsedad material también llamada “REAL”, se exterioriza cuando se altera uno verdadero y, puede presentarse en un documento público, como en uno privado, mediante dos modalidades genéricas: a) por la creación total o parcial de un segmento del documento, que atañe al contenido, como a la firma del mismo; y, b) por la adulteración, también total o parcial, de un documento legitimo; es decir que la falsedad material se presenta “cuando la mutación de la verdad recae materialmente sobre la escritura o cuando es susceptible de comprobación mediante pericias material”. 37 Surge a la vida jurídica la falsedad material, cuando el legítimo o verdadero se adultera; por lo que hacer: implica llenar, sacar de la nada un determinado contenido con significación jurídica y con una firma que lo avale; mientras que adulterar: consiste en la sustitución o distorsión de un texto, que por lo mismo se convierte en otro, desfigurando su significado jurídico, como la señala Carlos Creus, en su obra Derecho Penal, indica: ”La falsedad material recae sobre la materialidad del documento, o sea, sobre sus signos de autenticidad, incluida, por supuesto, la escritura misma, ya se le imite creando, ya se la modifique alterando la verdadera. Esta falsedad, ataca la verdad, menoscabando la autenticidad del documento”. Las características comunes de la falsedad material son: 1) la conducta del sujeto activo de la infracción, cuando lo hace, adultera, suprime o destruye; 2) el objeto material, que lo constituye el documento afectado; 3) la voluntad, que es la parte subjetiva, cuando toma conciencia del hecho de la falsedad, como lo afirma Carrara, todas las veces que la mutación de la verdad recae sobre la escritura, en cuanto aparece escrito el documento, lo que según la verdad debía estar escrito de manera distinta, o e cuanto no aparece escrito allí, en lo que debería estarlo, o ya porque los conceptos verdaderos fueron después borrados, cambiados o modificados con adiciones o apostillas falsas por una mano perversa. (Dr. Pérez Borja, 1977.) El Dr. Jorge Zavala Baquerizo, luego de un minucioso estudio del tema, señala directamente que: ‘‘la falsedad material de un instrumento público, es un caso de Prejudicialidad civil en materia penal, porque de maneras expresa (Art.184, inciso final CPC) ordena que el proceso penal no se puede iniciar, en el caso que se estudia, “antes “de la declaración del órgano jurisdiccional civil que fulmina de falso al instrumento público”. 38 La prejudicialidad civil, en el caso de la falsedad material en un documento público, consta en el Art. 180 del Código de Procedimiento Civil como señalaremos en el desarrollo de este tema, ya que ‘‘Si se demandara la falsedad de un instrumento público, el juez procederá a comparar la copia con el original y a recibir las declaraciones de los testigos instrumentales”. Como apreciamos la normativa civil, señala que la material es prejudicial y para que constituya dicha falsedad, en unos casos, es posible comparar el documento original, con el documento alterado o falso; estableciéndose en otras ocasiones que los hechos ficticios o falsos se agregaron en el documento autentico, en cuyo caso no se podrá comparar el legítimo con el falso, pero para iniciar la acción penal es necesario del pronunciamiento previo de un juez civil y mercantil, que declare la falsedad de documento constituyendo éste, en el único caso de Prejudicialidad. La confusión se presenta, cuando se considera como material, la materialización del acto en el documento falso, como lo define el Dr. Walter Guerrero Vivanco al expresar que la falsedad material…”se produce cuando la mutación de la verdad se exterioriza en el aspecto material del documento, o sea cuando el falsario forje total o parcialmente el documento falso’’. Esta última parte de la definición del Dr. Guerrero, provoca el error que en la práctica se presenta al analizar los tipos de falsedad, ya que al decir que la forja totalmente, no debemos entenderlo que lo crea totalmente, sino que todo o en parte del contenido del documento auténtico ya creado, es cambiado a conveniencia del forjador. Para despejar las dudas, recordemos, que la falsedad material, se realiza sobre un documento existente, “en el documento”, cambiando fecha, lugar, nombre, etc., pero consideramos que la confusión también se presenta, con la subdivisión que la doctrina hace, a los diferentes casos 39 que en la práctica se presentan, destacándola como la materialización de lo falso, conocidas como “falsedad material formal” y “falsedad material ideológica”; la primera, esto es la “material formal” se realiza con la alteración de ciertas generalidades, como fecha, lugar; y la segunda, la “material ideológica”, (cuyo nombre también causa confusión), se presenta cuando se cambia el contenido sustancial del documento; pero en ambos casos debe existir previamente el documento y ambas constituyen el caso de Prejudicialidad. La confusión se aclara, cuando citamos al maestro Zavala Baquerizo, quien requiere como único caso de Prejudicialidad, solo a la falsedad material, apreciación jurídica corroborada por lo expresado, desde hace muchos años, en el Prontuario Alfabético de las sentencias en materia civil y penal de la Excma. Corte Suprema de Justicia, extractados de las Gacetas Judiciales Series 6a, 7a, 8a y 9a, publicado por el Dr. Camilo Jauregui Barona, al referirse a la falsedad de Instrumento, cita ‘‘Si bien las falsedades instrumentales se han contado entre las cuestiones prejudiciales, no todas lo son, sino las que se refieren a la falsedad material o alteración de un instrumento después otorgado y, solo cunado ellas han sido materia del enjuiciamiento civil. Como apreciamos, sola la ‘‘material’’ es prejudicial o cuando previo al penal se acude a lo civil. Para entender la falsedad material de un instrumento público, como acto prejudicial y a manera de ejemplo señalamos, ‘‘Si alguien para hacerse pasar como abogado, toma el título extendido por la Facultad de Jurisprudencia a favor de un abogado ya fallecido y ‘‘en’’ dicho título borra la información original y estampe el suyo, se dice que ha cometido falsedad en instrumento público, llamada falsedad material y por ende constituye el caso de prejudicialidad. 40 Lo anterior, aclara la discusión jurídica, estableciéndose que no todas las falsedades son casos de prejudicialidad, como repetimos, solo la falsedad material, porque recae sobre el documento genuino, pudiendo incidir sobre la forma o sobre el contenido, como también lo afirma el Dr. Alfonso Zambrano Pasquel, cuando expresa: ‘‘puede alterarse las declaraciones del funcionario público, o las fechas de otorgamiento, los nombres de las personas que aparecen como testigos del acto de otorgamiento, como los beneficiarios del documento, o puede alterarse la declaración de voluntad, las manifestaciones contenidas en el documento, sin alterar las formas rituales, pudiendo en estos casos alterarse, lo uno, la forma, como lo otro, el contenido’’. Con esta opinión doctrinaria, podemos afirmar la materialización de lo falso en el documento. El maestro Zavala Baquerizo, es del criterio, que se debe tener cuidado de no confundir la falsedad con la falsificación, la primera, altera la verdad de un documento jurídico, porque cuando se lo crea totalmente se llama falsedad ideal, imitando la verdad. 1.2.5.- Falsedad Ideológica La falsedad ideológica, es aquella donde se suplanta la verdad en el momento de la formación del documento, el documento no está terminado, se está formando y el otorgante dice una cosa y el autor de la redacción hace aparecer otra. Como ejemplo podemos citar: ‘‘el notario está recibiendo las clausulas orales que dicta el testador, se está redactando el testamento, pero el notario inserta una cláusula que no ha dicho al testador y sigue construyendo el testamento, el otorgante no se da cuenta y suscribe la 41 matriz del testamento’’. Es ahí cuando se produce la falsedad ideológica, porque lo falso no altera el documento, suplanta la verdad, está creando un hecho inexistente dentro del testamento, es decir, la falsedad ideológica es la suplantación de la verdad en la formación del documento. La falsedad ideológica se presenta, cuando en un documento autentico se consignan o insertan hechos o declaraciones falsas, el documento en su esencia es genuino, su contenido es falso, constituyéndose en autentico, porque quien solemniza su contenido es un funcionario público, en uso de sus atribuciones legales como lo es notario y solo se puede presentar este tipo de falsedades en documentos públicos, porque los documentos privados, son expedidos por particulares t no tienen potestad jurídica para dotarlos de autenticidad. Reiteramos, se produce la falsedad ideológica cuando se inserta o se hiciere insertar, en un instrumento público, declaraciones falsas, mendaces, concernientes a un hecho que el documento deba probar; es decir, que en aquella en la que se hace relación maliciosa de hechos o manifestaciones de voluntad o de conocimientos irreales, tomando características diversas, ya que el agente, no altera el instrumento preexistente, porque lo falso realiza en el momento de la formación del instrumento, incluyendo un hecho, una declaración de voluntad, o de conocimiento, siempre como verdaderos, cuando el agente está consciente de que no los son. Es por ello, que la falsedad ideológica no atenta contra la forma del instrumento, sino que se refiere al tenor del mismo, al que el documento debe decir como manifestación de voluntad, haciendo aparecer actos pensamientos y hechos distintos a la realidad. 42 Lo esencial del delito de falsedad ideológica, es que el documento público, se encuentra en formación y lo hace en el momento de la elaboración del instrumento, aprovechando para incluir o hacer constar, lo que no fue voluntad del otorgante, es lo que el documento debe relatar; la acción falsaria repetimos, se ejecuta en el momento de la confección. Citando otro ejemplo de falsedad ideológica: ‘‘cuando se confecciona una escritura pública, ante el funcionario competente, concurriendo pos personas capaces para contratar, en la que ‘‘A’’ vende un lote de terreno de su propiedad a ‘‘B’’; pero en el momento de la elaboración de la matriz en la notaria, ‘‘B’’ hace que incluyan dos terrenos, como si estuviera comprando o adquiriendo los dos, cuando en realidad ‘‘A’’ solo vende uno’’, estamos en un caso de falsedad ideológica, porque se incluyó un hecho falso, erreal, inexistente, por lo que este evento no constituye un acto de prejudicialidad, pudiendo el afecto concurrir directamente a la administración de justicia penal, para buscar la sanción por el perjuicio causado; y que ‘‘B’’, actúo con voluntad y conciencia, sabedor que estaba comprando un solo terreno, hace que incluyan otro, de lo que no se percata el vendedor y solo paga por uno. Luis Romero Soto, en su obra Falsedad Documental, citando al autor Nelson Hungría, cuando se refiere a la falsedad ideológica dice: ‘‘se habla de falsedad ideológica o intelectual, que es modalidad del ‘‘Falsum’’ documental, cuando la genuinidad formal del documento no corresponde a su veracidad intrínseca; el documento es genuino o materialmente verdadero, porque emana realmente de las persona que en él figura como autor o signatario, pero su contenido intelectual no expresa la verdad, porque la falsedad ideológica afecta solamente su ideación, el pensamiento que sus letras encierran’’. 43 Por su parte Carrara, define a la falsedad ideológica diciendo: ‘‘se llama falsedad meramente ideológica, la que se encuentra en un documento, exteriormente verdadero, pero contiene declaraciones mendaces, y precisamente se llama ideológica, porque el documento no es falso en sus condiciones esenciales, pero si son falsas las ideas que se quiere afirmar en él como verdaderas’’.Mezger dice: ‘‘ En tanto que la falsificación de documentos se relaciona con la autenticidad y no autenticidad de un documento, la falsedad ideológica, concierne la ‘‘verdad’’ y no verdad del contenido del documento. Lo anterior, es para aclarar, que la falsedad ideológica, no forma parte de los actos Prejudiciales y consiguientemente para el inicio del proceso penal no requiere el pronunciamiento previo del Juez Civil, que previamente lo declare falso sino que estableciéndose la existencia del delito de falsedad ideológica si se puede iniciar la acción penal pública, ya que no existe el impedimento superable al ejercicio de la acción, porque la falsedad ideológica, es respecto ‘‘de’’ un documento, que contiene expresiones mendaces y no se puede comparar con ningún instrumento existente, porque es único, es creado con voluntad y conciencia por el agente, contenido en cierta parte de su texto hechos no verdaderos, en cuyo caso, la acción penal pública se encuentra expedita para el inicio del proceso penal, porque se creó expresamente, para cumplir la finalidad de quien quería adquirir algo, que no estaba siendo negociado, pero que incluyó para su beneficio personal. 1.2.6.- Falsedad Ideal La falsedad ideal, es aquella en que se crea íntegramente un documento falso, mediante dos formas distintas: falsificando o forjando. 44 El Dr. Jorge Zavala Baquerizo, en la obra que hemos citado para este análisis, al referirse a la falsedad ideal, indica: ‘‘es aquella por la cual el agente crea el instrumento mediante copia de un original preexistente, o forja íntegramente el instrumento, sin relación a modelo alguno; crea el documento tanto formal como intelectualmente, ya que no solo falsea el documento, sino que crea el otorgante del mismo. De allí es que Soler, diga acertadamente que ‘‘para ser autor de una falsificación total, es necesario también falsear al otorgante’’. Según la doctrina, la falsedad ideal, es la tercera especie de la falsedad en general, existiendo en este tipo también confusiones, porque muchos autores, no le reconocen autonomía, ya que unos la incluyen en la falsedad material, mientras que otros autores la incluyen dentro de la falsedad ideológica; otros la consideran como falsedad mixta. El ejemplo, es cuando el individuo pone en le mercado billetes que no corresponden a los de libre circulación, haciendo todo lo posible por imitar al original, no lo altera, no está descomponiendo la verdad del billete en la que está constituido el original, el auténtico es el tipo, es el modelo para cuando se lo está formando, se crea íntegramente el billete falso, imitando el original, eso es falsificación, como sub-clasificación de la falsedad ideal, sencillamente porque el billete falso nunca existió y es otro, que es obra integra del falsificador. Para aclarar las distintas opiniones doctrinarias, el maestro Zavala, como lo hemos expresado anteriormente, subdivide la falsedad ideal, según sus manifestaciones, con dos formas: Falsificación y Forjadura. La falsificación 45 Es el acto falsario por la cual una persona imita totalmente un documento original preexistente, por lo que es necesario aclarar los significados de imitar y fingir, cuya deferencia lo contribuye el límite entre lo falsificado y lo forjado; el que falsifica: imita; el que forja: finge. Imitar, según el Diccionario de la Real Lengua de la Academia Española, es ‘‘ejecutar una cosa a ejemplo o semejanza de otra’’; para imitar es necesario que exista previamente la cosa que se imita, ya que el acto falsario de imitar, alterar, y fingir son formas como se manifiesta lo falso en la realidad, pero no son elementos del acto falsario, porque son los modos como se presenta objetivamente dicho acto. Destacamos que, siempre debe proceder un modelo, un original, un tipo, porque de lo contrario ya no sería imitación, ya que se emita lo que existe previamente, como se imitan voces, caracteres, gestos, también se imitan documentos; pero siempre debe existir para toda imitación un original y como ejemplo de lo citado, señalamos: Pedro imita a Juan, el falsificador de billetes imita un billete; siempre debe proceder un original, un auténtico, genuino, veraz; expresando Carrara, que ‘‘la imitación de la verdad es un elemento indispensable para que la falsedad documental sea criminosa’’. Forjafuras Cuando el acto falsario consiste en fingir un documento, lo crea sin que exista modelo anterior, no existe el original, el individuo lo inventa, finge un instrumento. Para demostrarlo citaremos a manera de ejemplo: Un individuo para reunir los requisitos exigidos en un 46 concurso público para acceder al cargo del Fiscal, necesita un título de cuarto nivel y en su computadora, procede a crear un título de una Universidad extranjera, se inventa el nombre de ella, de los funcionarios que la suscriben y poniendo su nombre, certifica que ha adquirido el título académico de Magister en Derecho Penal y Criminología, imprime el título en cartulina en la que le pone el color rosado, con alegorías de una balanza de la justicia; la persona, no ha realizado el curso, no salió del país, ni concurrió a ninguna universidad en el exterior; con ello, ha realizado una falsedad ideal por forjadura, el título es totalmente falso, su contenido es mendaz, es mentira, el documento es falso y por tanto no corresponde a un acto prejudicial, cuyo ejercicio no tiene ningún impedimento al ejercicio de la acción penal pública, por lo que la Fiscalía puede recurrir al Juez de Garantías Penales para iniciar directamente la acción. Repetimos, la acción falsaria está constituida por el acto de ‘‘forjar’’, esto es de elaborar, confeccionar un certificado o documento como si hubiere sido extendido por quien deberá hacerlo y no importa, si el forjador del instrumento hace o no la firma igual o parecida; utiliza arbitrariamente el nombre, sin importar que exista imitación de la firma, ya que lo importante es que exista la firma y que induzca a engaño a cualquier persona, a pesar que la generalidad no conoce la firma autentica, simplemente la apariencia de quien firma, es suficiente para perfeccionar el instrumento forjado y consumar el delito. Es importante, que el documento falso, tenga un contenido específico y que se refiera a un hecho inexistente, lo que se sanciona es que se haya tomado el nombre de quien suscribe. Establecida la existencia de la falsedad ideal, mediante las formas de falsificación o forjadura, es necesario aclarar la confusión reinante, ya que esta modalidad de falsedad, tampoco es prejudicial y por lo tanto, repetimos, no nos encontramos frente a un impedimento superable al ejercicio de la acción penal pública y por ello no se requiere el pronunciamiento previo del 47 Juez Civil que lo declare falso, sino que directamente se inicia la acción penal, mediante instrucción fiscal. Como apreciamos, el autor de lo falso, es el que crea el documento para fingir una situación, una verdad que no existe, finge la verdad que redundamos no existe; aquí también se presenta la confusión, que en la práctica es muy común y lleva al equivoco, porque tratan de considerarla como falsedad material, cuando en realidad no lo es, porque no existe el documento verdadero para compararlo, es un documento inexistente, totalmente irreal, falso y quien lo crea o utiliza sabe perfectamente que no es verdadero, por tanto no es prejudicial. 1.3.- Principios Procesales Son criterios o ideas fundamentales, contenidas en forma explícita o implícita en el ordenamiento jurídico, que señalan las características principales del derecho procesal y sus diversos sectores, y que orientan el desarrollo de la actividad procesal. Tienen una doble función, por un lado, permiten determinar cuáles son las características más importantes de los sectores del derecho procesal, así como las de sus diferentes ramas; y por el otro, contribuyen a dirigir la actividad procesal, ya sea proporcionando criterios para la interpretación de la ley procesal o ya sea auxiliando en la integración de la misma. Millar nos dice que estos ‘‘conceptos fundamentales dan forma y carácter a los sistemas procesales’’. Estos principios pueden clasificarse en básicos, particulares y alternativos. Los primeros son aquellos que son comunes en todos los sectores y ramas del derecho procesal dentro de un ordenamiento jurídico determinado. Los principios procesales particulares son aquellos que 48 orientan predominantemente un sector del derecho procesal. Por último los principios procesales alternativos son aquellos que rigen en lugar de otros que representan normalmente a la opción contraria. Principio de contradicción Es aquel que se expresa en la fórmula "óigase a la otra parte" (audiatur et altera pars), impone al juzgador el deber de resolver sobre las promociones que le formule cualquiera de las partes, oyendo previamente las razones de la contraparte, o, al menos, dándole la oportunidad para que las exprese. Este se encuentra reconocido, por lo que concierne al demandado, en el derecho de defensa o garantía de audiencia que establece el párrafo segundo del Art. 14 constitucional. Por lo que refiere a ambas partes, el principio de contradicción es una de las "formalidades esenciales del procedimiento" a que alude el mismo precepto constitucional. Principio de igualdad de las partes. Este principio impone al legislador y al juzgador el deber de conferir a las partes las mismas oportunidades procesales para exponer sus pretensiones y excepciones, para probar los hechos en que basen aquellas y para expresar sus propios alegatos o conclusiones. Principio de preclusión. 49 La preclusión se define, según Couture, como la pérdida, extinción o consumación de una facultad procesal. Esta puede resultar de tres situaciones diferentes: a) por no haber observado el orden u oportunidad dado por la ley para la realización de un acto; b) por haberse cumplido una actividad incompatible con el ejercicio de otra; c) por haberse ejercido ya una vez, válidamente, esa facultad (consumación propiamente dicha). Principio de Eventualidad (de Acumulación Eventual). Impone a las partes el deber de presentar en forma simultánea y no sucesiva, todas las acciones y excepciones, las alegaciones y pruebas que correspondan a un acto o etapa procesal, independientemente de que sean o no compatibles, y aun cuando si se estima fundado alguno de los puntos que se haga innecesario el estudio de los demás. Este principio rige tanto para las acciones como para las excepciones. Cuando la parte actora acumule acciones contrarias o contradictorias (que demande, por ejemplo, la nulidad de un contrato y también su cumplimiento), no se produce una preclusión de estas accione, sino que el juzgador debe requerir al actor para que declare cuál de las acciones es la que decide continuar ejerciendo; y cuando no se hubiere hecho este requerimiento, el propio juzgador será quien determine cuál fue la acción ejercida, interpretando la conducta procesal de las partes. Principio de economía procesal. Establece que se debe tratar de lograr en el proceso los mayores resultados posibles, con el menor empleo de actividades, recursos y tiempo. Exige, entre otras cosas, que se simplifiquen los procedimientos; se delimite con precisión el litigio; sólo se admitan y practiquen pruebas 50 que sean pertinentes y relevantes para la decisión de la causa; que se declaren aquellos recursos e incidentes que sean notoriamente improcedentes, etcétera. Principio de lealtad y probidad. Establece que las partes deben de conducirse con apego a la verdad en los actos procesales en que intervengan y aportar todos los medios de prueba que puedan contribuir a esclarecer los hechos controvertidos. Deben utilizar los medios de impugnación sólo en aquellos casos en que efectivamente estimen que los actos del tribunal son contrarios al derecho. El incumplimiento de estos deberes debe tener como consecuencia la imposición de medidas disciplinarias, de condenas de pago de gastos y costas procesales y aun de sanciones penales, cuando la conducta de las partes llegue a constituir algún delito. Principios de oralidad y escritura. Suelen ser referidos a la forma que predomine en el proceso. Así se afirma que rige el principio de oralidad en aquellos procesos en los que predomine el uso de la palabra hablada sobre la escritura; y que rige el principio de escritura en los procesos en los que predomina el empleo de la palabra escrita sobre la palabra hablada. En ambos casos se trata de predominio en el uso y no de uso exclusivo. El principio de oralidad, bajo cuya orientación se han llevado a cabo las grandes reformas procesales, no sólo implica el predominio del elemento verbal, sino también el prevalecimiento de los siguientes principios: 1. La inmediación, o relación directa entre el juzgador, las partes y los sujetos de prueba. 2. La Concentración del debate procesal en una o dos audiencias. 51 3. La Publicidad de las actuaciones judiciales, particularmente de las audiencias, a las cuales debe tener acceso cualquier persona, con las salvedades previstas en la ley. 4. La Libre Valoración de la Prueba. 1.3.1.- Eficacia jurídica del instrumento público Debemos de mencionar el valor del instrumento público; aquel instrumento que no adolece de nulidad y falsedad, por se tiene como plena prueba según la legislación guatemalteca. El instrumento público tiene valor formal y valor probatorio: Valor formal, cuando se refiere a su forma externa o el cumplimiento de todas las formalidades esenciales y no esenciales que nuestro código regula. Es en relación al negocio que contiene internamente el instrumento. Impugnación por Causas de Nulidad: a) De Fondo: Se produce cuando es ineficaz porque el acto o contrato que contiene está afectado por vicio que lo invalida. Esta especie de nulidad se rige por las normas referentes a la nulidad de los actos jurídicos en Derecho Civil; y, 52 b) De Forma o instrumental: Afecta al documento considerado en sí mismo, y no como continente de un acto o negocio jurídico, sin perjuicio desde luego, que la nulidad instrumental afecte indirectamente la validez del acto o negocio que contiene. La nulidad de forma está sometida a tres principios fundamentales, que son: a) Principio de excepcionalidad: los instrumentos públicos, sólo son nulos en los casos expresamente contemplados por la ley, ya sea en forma directa o indirecta; b) Principio de finalidad: la finalidad del instrumento público prevalece sobre la mera formalidad; y. c) Principio de subsanabilidad: la subsanabilidad del instrumento puede realizarse por los medios que admite la ley. Impugnación por Falsedad: Cualquier mutación, ocultación o desfiguración de la verdad y de la realidad, produce nulidad de los actos jurídicos según las leyes civiles o sancionadas como delito en los códigos penales. El instrumento público prueba su autenticidad 'per se', ya que la ley presume que tanto el documento como su contenido son auténticos. El instrumento público hace plena fe hasta se pruebe su falsedad por medio de querella. 53 1.3.2.- Principios procedimentales Conocidos también como principios del procedimiento, son los criterios funcionales y de carácter técnico que inspiran las normas de detalle que regulan los diversos tipos del proceso civil. Así, el principio de oralidad y escritura, que atiende a la forma de materializarse las actuaciones procesales; la publicidad y secreto, que se refiere a la disponibilidad por terceros del conocimiento del proceso y de su desarrollo; la buena fe procesal, que atiende a que la utilización del procedimiento se haga de acuerdo con las reglas de la buena fe y, por tanto, rechazando el fraude procesal o abuso de derecho en el ámbito procesal civil. Son los criterios que rigen la estructura y funcionamiento de todo proceso civil, y marcan los rasgos que fundamentalmente lo diferencian de otros procesos. 1.- El principio de aportación de parte, que es consecuencia del anterior, lo reafirma estableciendo que son las partes las que aportan los hechos al proceso para configurar su objeto. Es considerado por la doctrina como uno de los principios que rigen las facultades materiales de dirección del proceso junto con el principio de investigación oficial. El principio de aportación de parte rige en nuestro proceso civil y el de investigación oficial en el proceso penal. El principio de aportación de parte implica que el Órgano Jurisdiccional no puede alegar (no puede por tanto aportar hechos al proceso), dado que esta actividad corresponde a las partes. 54 La distinción del ámbito de actuación del principio de aportación de parte y el principio dispositivo se podría establecer, siguiendo a cierto sector doctrinal, en la finalidad de los actos de alegación. De este modo si éstos fundamentan la pretensión es decir, si son constitutivos y alegados por el demandante, o excluyentes y por tanto aportados por el demandado, entran dentro del ámbito del principio dispositivo, mientras que si los hechos no conforman ni excluyen la pretensión no es necesario distinguir que parte los ha alegado, siendo este segundo aspecto, una manifestación del principio de aportación de parte. Como consecuencia de lo anterior quien alega un hecho tiene la carga de probarlo, y ello desde el punto de vista de la iniciativa y consiguiente proposición de medios de prueba, y la consideración de que dado que es una carga y no una obligación, la consecuencia de alegar y no probar recae sobre quien no lo realizó, lo cual está en íntima relación con la ya aludida congruencia civil, ya que ésta se extiende a los hechos alegados y debidamente probados. 2.- El principio de audiencia , aplicado a la parte demandada, es una prolongación del principio procesal general: nadie puede ser condenado sin ser oído. El principio de audiencia garantiza a los particulares la posibilidad de que sean oídos en el proceso. Este principio tiene una de sus manifestaciones más relevantes en el ámbito del proceso penal a través de la prohibición de la condena en ausencia. 55 Para otorgar adecuada satisfacción, a los litigantes, en el ámbito de actuación procesal relativo a su audiencia, resulta imprescindible que, con carácter previo a dicha posibilidad de audiencia, tengan conocimiento de la existencia del proceso. El principio de audiencia no supone, como es lógico, un derecho ilimitado, del justiciable, a realizar todo tipo de manifestaciones a lo largo de todo el procedimiento, sino que se concreta a los períodos o fases de alegaciones, legalmente estipuladas, conforme a criterios de economía, conveniencia y oportunidad. Ahora bien, el principio de audiencia no ha de concretarse, en exclusiva, en el período de alegaciones fácticas y jurídicas, sino que ha de alcanzar, como es lógico, a la actividad probatoria, puesto que de poco o nada serviría, para la convicción del Juez en un determinado sentido, la exposición o narración de unos hechos, sin que se le permitiera, al propio tiempo, al autor de dicho relato, la demostración empírica de su realidad. 3.- El principio de impulso oficial prevé que, iniciado un proceso, la mecánica procedimental actuará sin necesidad de instancia de parte. Modos de impulsar el proceso por las partes, el juez y la ley: Por las Partes. Un proceso se inicia con la demanda y en 15 días la otra parte debe responder si no quiere que la pretensión del actor sea tomado como cierta o en su caso puede reconvenir. 56 Por el Juez. Éste, tiene a su cargo el impulso procesal y la dirección del proceso, fija los puntos que las partes deben probar y ordena de oficio declaraciones de testigos, dictámenes, etc. Por la Ley. El modo de impulsión legal del proceso esta implícitamente establecida en los plazos y términos procesales que da la ley para realizar un acto procesal. 4.- El principio de inmediación asegura la presencia judicial en cada una de las fases del proceso, especialmente en la de la prueba. Pertenece al sistema oral por el cual el juez recibe en audiencia las pruebas. En el sistema escrito, como el boliviano, este principio se reduce a: escuchar por parte del juez, la lectura de las pruebas. El principio de inmediación exige la relación directa del juez con las partes y los elementos de prueba que él debe valorar para formar su convicción. Cuando existe un intermediario, como ocurre en el proceso escrito, la convicción del juez se forma bajo influjos de comunicación preparada por un tercero, lo que puede traducirse en aumento del margen de error en el entendimiento. (Millar, 1945) La inmediación, sin embargo, no es un principio exclusivo del proceso oral, es susceptible de ser combinada en cualquier tipo de proceso, sea escrito, oral o mixto. Se patentiza toda vez que el juez arguye su conocimiento a través de la observación directa, y en algunas veces participante, de los hechos aunque les sean presentados por escrito. Aunque reviste una caracterizada importancia en el sistema oral. 57 La importancia de la inmediación en el sistema oral se entiende cuando las partes aportan sus alegaciones de hecho y sus ofrecimientos de prueba deben producirse directamente, frente y ante el Tribunal, procurándoles la identificación física del juez, su presencia, hasta el punto de considerarse viciada una tramitación si el juez no la presencia directamente. Klein señala que la oralidad es la compañera necesaria de la inmediación en el procedimiento. (Klein, 1927) En tanto en cuanto el procedimiento sea inmediato, la oralidad no precisa de otra fundamentación. La clave del proceso se halla en la exposición del caso litigioso, en la reconstrucción del supuesto fáctico y en la prueba, ésta asegura el proceso, facilita las aclaraciones y suministra los mejores puntos de vista y las mejores impresiones sobre las personas del juicio. 5.- El principio dispositivo establece que las partes son libres para iniciar, proseguir y terminar el proceso correspondiente. Llamase principio dispositivo aquel en cuya virtud se confía a la actividad de las partes tanto el estímulo de la función judicial como la aportación de los materiales sobre los cuales ha de versar la decisión del juez. La vigencia de este principio se manifiesta en los siguientes aspectos: iniciativa, disponibilidad del derecho material, impulso procesal, delimitación del thema decidendum, aportación de los hechos y aportación de la prueba. 58 1.3.3.- Celeridad y Economía Procesal Los principios de celeridad y economía procesal, (Boleso, 1997) a los que atribuimos jerarquía constitucional. Ello con la finalidad expresa de que, a través de la aplicación de la Constitución Nacional, e interpretando y aplicando las normas de menor jerarquía, pero desde la Ley Suprema, se dé prioridad a la necesidad de que la tramitación del proceso sea lo más rápida y económica posible. El Principio Constitucional de Celeridad el mismo que tiene mucha relación con el principio de inmediación; este principio se manifiesta en la sustanciación del proceso sin dilaciones; para hacerlo efectivo, la ley suprime trámites inoficiosos, impertinentes, no sustanciales. Por este principio se acortan los plazos, no se los prorroga; sólo se puede suspender una diligencia cuando la ley así lo disponga expresamente o cuando la naturaleza de los derechos que se protegen o las circunstancias procesales así lo exijan. En la práctica este principio se realiza porque la ley establece límites para los actos procesales y las penas correspondientes para quienes se exceden. “Este principio, además, conduce hacia la economía del proceso porque suprime trámites superfluos”. (Cueva Carrión, 2006) El Principio de Celeridad tiene mucha relación con el principio para la sustanciación de los procesos: a) La sustanciación de los procesos en todas las materias, instancias, etapas y diligencias se llevará a cabo mediante el sistema oral, de acuerdo con los principios de concentración, contradicción y dispositivo”. 59 La Celeridad es un principio general procesal, conforme al cual deben evitarse en el proceso los trámites que lo prolongan sin contribuir a los fines jurídicos de las actuaciones, lográndose así la máxima celeridad compatible con la efectividad y seguridad del sistema de justicia. Para ello el Código Orgánico de la Función Judicial, dice: “La administración de justicia será rápida y oportuna, tanto en la tramitación y resolución de la causa, como en la ejecución de lo decidido. Por lo tanto, en todas las materias, una vez iniciado un proceso, las juezas y jueces están obligados a proseguir el trámite dentro de los términos legales, sin esperar petición de parte, salvo los casos en que la ley disponga lo contrario. El retardo injustificado en la administración de justicia, imputable a las juezas, jueces y demás servidoras y servidores de la Función Judicial y auxiliares de la justicia, será sancionado de conformidad con la ley”. (Código Orgánico de la Función Judicial , 2012) La celeridad obliga a las administraciones públicas a cumplir sus objetivos y fines de satisfacción de los intereses públicos, a través de los diversos mecanismos, de la forma más expedita, rápida y acertada posible para evitar retardos indebidos. Este principio le impone exigencias, responsabilidades y deberes permanentes a todos los entes públicos que no pueden declinar de forma transitoria o singular. 60 El principio de Economía Procesal trata de lograr en el proceso los mayores resultados posibles, con el menor empleo posible de actividades, recursos y tiempo. Dicho principio exige, entre otras cosas, que se simplifiquen los procedimientos, se delimite con precisión el litigio; sólo se admitan y practiquen pruebas que sean relevantes para la decisión de la causa; que se desechen aquellos recursos e incidentes que sean notoriamente improcedentes. En nuestro Código existen diversas normas que tienen como finalidad garantizar el cumplimiento de este principio. En que el juez debe velar por la rápida solución del proceso y además debe dictar las resoluciones dentro del plazo legal. Así como sanear el proceso, con el fin de evitar y corregir resoluciones o actuaciones que produzcan indefensión o causen perjuicio a alguna de las partes y que conduzcan a una sentencia nula. Es así como se establece que dentro del proceso ordinario, el juez debe rechazar las pruebas que sean inadmisibles o impertinentes. Aquí el juez debe antes de pronunciarse sobre la admisión o rechazo de las pruebas hacer una análisis minuciosos del caso, para que pueda determinar con certeza cuáles de la pruebas ofrecidas por las partes son realmente relevantes y conducen al esclarecimiento de los hechos, y debe evitar admitir pruebas sobre hechos admitidos por ambas partes, es decir, hechos con respecto a los que no hay disputa. 61 1.4.- Derecho Comparado 1.4.1- Colombia La falsedad es uno de los delitos que mas fácil y difícil onsecusion material probatorio se puede allegar para probarlo, es facil cuando se refiere a la falsedad documentalo de firma, ya que me diante un cotejo, o prueba grafologica se evidencia su autencidad o falsedad; pero cuando se refiere a la ideologica, la prueba es dificil de obtener a menos que quien la realizo lo confiese, o que sea evidente ante hechos contrarios a lo insertado en el referido documento publico contentivo de la falsedad. Cuando es ideológica ella no puede basarse en meras suposiciones o apreciaciones subjetivas del juzgador, debe materializarse conforme lo exige la Ley en material probatorio contundente, este material dbe ser de tal magnitud que no sea posible rebatirla, asi mismo la insertado como falso debe ser probado por quien la imputa. Se tiene que por Falsedad se entiende cuando un servidor publico en desarrollo de sus funciones, al escribir o redactar un documento publico que pueda servir de prueba, consigne, estampe una falsedad o calle total o parcialmente la verdad. Se tiene entonces que debe ser una persona especifica, calificada, funcionario publico, es decir debe estar vinculado al Estado como servidor, no es posible en esta exigencia que una persona que adolezca de esta cualidad se vea inmersa en este tipo punible. La materialización de este acto debe ser por escrito, peor ese escrito debe ser un documento tal que sirva de prueba, es decir la exigencia legal es que ingrese al trafico jurídico, excluyendo aquellos escritos carentes de validez o modificación legal a terceros, la exigencia sobre la particularidad del documento sobre materia probatorio, implica que afectara en sus 62 consignación elementos tales que afectan de una o otra manera a terceros, ya que esta manifestando la voluntad del estado, generada por la calidad de quien o suscribe. Lo consignado en el documento debe ser falso, es decir se debe demostrar que efectivamente lo insertado en el referido documento que ingreso al trafico jurídico es espurio, falaz, carente de verdad; esto se debe demostrar en juicio, con material probatorio idóneo; pero esa falsedad no necesariamente debe ser total , es decir que el documento sea plenamente falso, no puede serlo de manera parcial, solo alguna de sus partes, con esto se configura la ilicitud; adicionalmente cuando en el mismo documento no se consigne toda la verdad , se omita insertarla. El Código Penal Colombiano, Ley 599 de 2000, en sus artículos 286 y siguientes regla lo relativo a la Falsedad, presentado dos situaciones disimiles como son la Falsedad en Documento Publico y la Falsedad en Documento Privado; pero a su vez, contempla dos componentes específicos como son la Falsedad Ideológica y la falsedad Material. El articulo 286, Falsedad Ideológica en documento Publico, señala: “El servidor publico que en ejercicio de sus funciones, al extender documento publico que pueda servir de prueba, consigne una falsedad o calle total o parcialmente la verdad, incurrirá en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones publicas de cinco (5) a diez (10) años.” La Honorable Corte Suprema de Justicia en sus pronunciamientos ha dicho en relación ha este delito lo siguiente: 63 “La falsedad ideológica en documentos es por definición un atentado al deber de veracidad. Se incurre en ella cuando el servidor público, o el particular, en ejercicio de la facultad certificadora de la verdad, hacen afirmaciones contrarias a ella, o la callan total o parcialmente, en un documento que puede servir de prueba. Algunas de sus principales características son, por tanto, que es un atentado al deber de decir la verdad, y que las afirmaciones mentirosas deben ser directamente realizadas por el servidor público, o por el particular que extiende o suscribe el documento. El bien protegido en este caso es la fe pública, en atención a que existen actos externos, representados en signos o formas autenticadoras del valor de las relaciones jurídicas, el no cumplir con las prescripciones, reglamentaciones, señales o formulas, genera la carencia de seguridad en el ámbito legal y su desarrollo, lo que maltrata el normal curso de las actividades de orden económico y social, entronizando inestabilidad en la vida política y social de la nación, atentando contra la fe publica, contra lo que se tiene establecido y se considera legal y reglado. Los documentos que son de orden publico, es decir emitidos por funcionarios que representan a es órgano inmaterial pero poderoso, implica al tenedor del mismo, que su posesión le garantiza una certeza impresa en el referido documento, que puede ser de manera irrefutable una prueba cierta, es decir crea una confianza en su poseedor y en la colectividad; confianza que se crea en el particular o en otro servidor publico y por ende en la fe publica, por la relación especial que cobija al autor del documento reputado como publico, es entonces cuando el legislador en desarrollo de la política criminal y atendiendo las calidades especiales del funcionario publico procede a castigar con severidad su ilícita actuación de falsear ante 64 terceros la verdad, ya sea de manera total o parcial, en atención a que es a le precisamente a quien el estado a delegado la guarda de la veracidad y ser el puente entre los ciudadanos y el Estado. La ignorancia jurídica, no justifica la violación de las normas legales, por lo tanto no exime de la culpa. 1.4.2.- México En la doctrina igualmente se ha trazado la distinción entre falsedad y falsificación. La falsedad es género y la falsificación es especie; suponiendo la falsificación siempre la falsedad, mientras que la falsedad no indica la falsificación. Desde la perspectiva penal, falsificar es una conducta consistente en elaborar algo a imitación de un modelo y, la falsedad no es sino el resultado de tal actividad, es decir, la cualidad del objeto así elaborado. Para algunos autores es intrascendente la diferencia entre falsedad y falsificación, mientras que en otros resulta relevante, otros refieren que pueden encontrarse criterios diferenciales entre falsedad y falsificación, como atribuir la falsedad a los sujetos y falsificación a las acciones o que falsedad consiste en poner lo falso en lo que debería ser verdadero y falsificación es la sustitución, poniendo lo falso en lugar en que ya estuvo lo verdadero. Las polémicas están condicionadas al empleo que, de manera indiferente, realiza el legislador penal de las expresiones falsedad y falsificación, corroborado por el uso que en el lenguaje corriente tiene dichos vocablos. Ejemplo de ello es la denominación del Capítulo III del Título VII del Código Penal: Falsificación de Documentos; mientras que en el mismo texto aparecen artículos en el que se penaliza a quien cometa falsedad. Es Pacheco, quien advierte, por 65 primera vez, tanto la imposibilidad de identificar plenamente ambos términos, como el empleo que de los mismos realiza el legislador y la propia jurisprudencia penal. Identifica la falsedad con la simple falta de verdad, de manera genérica y neutra, mientras que falsificación alude a la acción concreta, caracterizada por esa ausencia de verdad. De esta forma la falsificación se convierte en una especialidad de la falsedad y allí donde se ejecute una falsificación, tendrá lugar una falsedad, pero como ya explicamos no siempre que tenga lugar una falsedad se efectuara, en consecuencia, una falsificación. Con respecto al término falso, pudiera limitarse su concepción al significado de “no verdadero”. Si se habla de la no veracidad de una afirmación, lo que se quiere decir es que el contenido de la afirmación no coincide con la realidad. En los supuestos de declaraciones falsas emitidas por los participantes en el acto público notarial su trascendencia jurídico penal estará abarcada en aquellos casos en los que la declaración fundamenta confianza – que se demuestra engañosa – para el destinatario de la declaración y tal tipo de confianza se origina únicamente allí donde con la declaración es plantada una afirmación sobre un objeto, que se desvía de la realidad de ese objeto particular. Ello ha llevado a establecer diferencias entre un testigo y un compareciente ante el notario. El testigo – plantea Stein, Ulrich - debe colaborar con la averiguación de la verdad, pero no con base en que se expresa algo que él considera verdadero, sino únicamente a través de que reproduce aquello que sabe por vivencia propia acerca del tema que se investiga; su obligación consiste en reproducir lo que todavía se halla en su conciencia actual sobre el contenido y las circunstancias del acto originario de percepción, esto es, su recuerdo al respecto. La definición de no veracidad se conecta directamente con esto: quien cumple esta obligación declara 66 verazmente, quien la infringe falsea. El compareciente ante notario, explica el referido autor, hace sus argumentaciones en base a cuestiones percibidas o vividas directamente, pero también argumenta sobre percepciones , recuerdos, interpretaciones, convicciones, impresiones y reproducciones de un suceso, sean personales o a través de un tercero. La tan discutida distinción carece de una verdadera significación en cuanto a la configuración del contenido de la acción falsaria que más adelante explicaremos, aún y cuando se confunde con la clasificación que distingue la falsedad material de la ideológica21 . Solo desde un punto de vista gramatical o del uso del lenguaje, tiene sentido realizar tal distingo. El empleo por parte del legislador de una u otra terminología, hay que encontrarla dentro de los márgenes de discrecionalidad que le puede conferir el correcto uso del lenguaje. El dolo, la culpa y el error en las falsedades documentales. 1. La falsedad dolosa e imprudente en el documento público. Una primera lectura del texto del artículo 250 del Código Penal demuestra que no contiene ninguna expresión que constituya un elemento subjetivo del injusto, lo que supone que bastaría la acción y la voluntad del sujeto para cometer la falsedad sea este como se describe: confeccionando, alterando, consignado, intercalando, suprimiendo, etc.; criterio apegado al principio “dolus in re ipso”, es decir el anacrónico principio que basado en la materialidad del hecho, el dolo estaría comprendido en el acto mismo. Tratadistas como Antolisei consideran que para la existencia del dolo no es suficiente la voluntad consiente de alterar la verdad sino que requiere que el sujeto tenga conciencia de 67 ocasionar el perjuicio que caracterizan a estos delitos falsarios; significa entonces que el agente debe darse cuenta que con su acción ofende la fe pública y al mismo tiempo pone en peligro los intereses específicos que se salvaguardan con el documento. Es suficiente por tanto el dolo genérico y sin él no puede existir el delito. Ahora bien, la posibilidad de la comisión culposa del referido tipo no recibe una contestación uniforme en la doctrina penalista y dada la existencia de peculiaridades en la legislación y en la práctica notarial impone una concreta atención sobre este punto. Es justamente en el campo de la culpabilidad donde estos delitos alcanzan su mayor complejidad. La doctrina foránea y la nacional en su mayoría niegan la comisión culposa del delito que nos ocupa. Silvela, Antón Oneca, Jiménez Asúa, Muñoz Conde, Córdoba, Rodríguez Devesa, etc., También Pérez Pérez se encuentra en la extensa relación de autores que rechazan la existencia de un delito imprudente de falsedad en documento público, aunque es cierto que otros autores como López Rey, Puig Peña, Díaz Palos y Quintano Ripollés la aceptan. Las razones alegadas en contra de la admisión de la comisión imprudente del delito de falsedad en documento público pueden resumirse en las expresiones siguientes: la acción de falsedad es inconcebible sin dolo; en palabras de Antón Oneca; mientras que Muñoz Conde nos dice que falsificar no es posible sin dolo; la propia naturaleza del delito de falsedad conlleva la modalidad dolosa y excluye la culposa. Frente a la posición acabada de exponer, se entiende que la naturaleza de la infracción falsaria permite la imprudencia cuando la falsedad es producto de la infracción del deber de cuidado del autor, como afirma Bacigalupo y que la falsedad se puede cometer por descuido y la norma infringida no sería el deber de ser veraz, 68 sino el deber de evitar la posible alteración de la verdad, por tanto se produciría la falsedad por no haber empleado la diligencia debida, como el Notario que sin leerla firma una escritura falsa que al efecto le presenta el escribano, dará lugar a una responsabilidad a título de culpa. La actuación por culpa pudiera estar justificada en la recepción de la declaración de voluntad de los otorgantes y su correspondencia con lo reflejado en el documento al no comprobar mediante la oportuna indagación si ésta responde en realidad a lo que queda plasmado en el documento como su auténtica manifestación de voluntad, incumpliendo de esta manera el control de legalidad y de interpretación notarial que regula de esta manera el artículo 39 del reglamento de la Ley Notarial en el cual se reseña que el Notario se debe atener a las intenciones de los comparecientes indagando, hasta donde sea posible, el alcance de sus manifestaciones. La mayoría de los supuestos, como señala Muñoz Conde, “se tratan de evidentes conductas dolosas, pues el acreditar el conocimiento sin ser verdad es una conducta dolosa, independientemente que ese no conocimiento fuera debido a falta de diligencia o error del funcionario. El Notario no comete falsedad por no cerciorarse de la identidad de las partes con más o menos diligencia, sino porque sin conocerla certifica ese conocimiento”. 2. El error Todos los casos de imprudencia son producto del error, aunque no todo error sea imprudente. El artículo 23 del Código Penal regula el error, eximiendo de responsabilidad penal al que realiza el acto prohibido bajo la influencia de un error relativo a uno de sus elementos constitutivos, o habiendo supuesto, equivocadamente, la concurrencia de alguna circunstancia que, de haber existido en realidad, lo habría convertido en lícito. No siendo aplicable tales 69 supuestos cuando el error se deba a la imprudencia misma del agente. Por otra parte se regula como circunstancia atenuante genérica en el inciso c) del artículo 52, haber cometido el delito en la creencia, aunque errónea, de que se tenía derecho a realizar el hecho sancionable. Muchas e importantes son las cuestiones que suscita desde la perspectiva de la parte general del Derecho Penal con la admisión del error de tipo y del error de prohibición, aunque expresamente el texto no utilice dicha terminología. En estos momentos sólo cabe hacer algunas precisiones sobre la aplicación del citado artículo a la falsedad documental con intervención del notario. En este ámbito, lo relevante es si el error del Notario – documentar públicamente como verdadero algo que es falso – resulta vencible o invencible. En este sentido, la conducta típica requiere, en contraposición a la modalidad dolosa, que la autoridad o el funcionario público haya creado un riesgo previsible para el bien jurídico protegido que debería haber conocido si hubiera actuado con la debida diligencia, que esté fuera del riesgo permitido y que además le sea objetivamente imputable en cuanto ha tenido su concreción y realización en la conducta realizada. Es conocido y se ha constatado como los particulares han inducido a los Notarios al error y los medios empleados para ello han convertido en inevitable el error del fedatario público que, aun empleando la diligencia debida, no han conseguido atisbar la mendacidad de las manifestaciones vertidas por los particulares. Cuando, como resultado de emplear la diligencia debida, advierten dicha mendacidad y no otorgan la escritura, los particulares son considerados reos, como mínimo, del delito de falsedad documental en grado de tentativa o de perjurio como ya habíamos explicado en el análisis de la veracidad de los testigos y, 70 posiblemente en concurso con el delito para el cual utilizaban la falsedad – generalmente el delito de estafa. Es decir, el cumplimiento de la diligencia debida notarial, se produce cuando el Notario, por ejemplo, ante la duda sobre la identidad de los particulares que están efectuando las manifestaciones, opta por no autorizar la escritura pública y procede a una comprobación de la misma más exhaustiva. Sin embargo, los parámetros de la vencibilidad del error se están ampliando notablemente en virtud de los mayores deberes de comprobación de los que están siendo destinatarios los Notarios. En resumidas cuentas: se aprecia una tendencia a considerar que los Notarios pueden y deben vencer, cada vez en mayor medida, el error al que les inducen los particulares cuando realizan manifestaciones mendaces. El error sobre un elemento integrante de la infracción penal producirá en el caso de ser invencible la exención y si fuere vencible su punición como delito culposo. Indudablemente los errores sobre los elementos objetivos recogidos en el artículo 250 constituirán un error de tipo y exonerarían al Notario de responsabilidad penal aunque es sabida la postura de autores como Córdoba, que sin desvirtuar lo anterior, llega a una ampliación con respecto a la responsabilidad del Notario, consistente en que estima que al menos en los supuestos relativos al conocimiento de la personalidad de los otorgantes, cualquiera que sea la causa del error del Notario, tanto el dolo de los otorgantes o de un tercero como cualquier otro supuesto, la única responsabilidad posible a exigir es la dolosa. En definitiva, como expone Oliva García, el dolo falsario ha dejado de constituir un elemento clásico de la falsedad documental, junto a una mutatio veritatis relevante sobre elementos 71 esenciales del documento, para dejar paso a una concepción de la función notarial como garante de la veracidad de las manifestaciones de los particulares, al menos en determinados ámbitos especialmente relevantes de la vida social. 1.4.3.- Conclusiones parciales del capítulo El marco teórico detalla un proceso de investigación con antecedentes y definiciones sobre los instrumentos públicos, la falsedad y los principios de celeridad y economía procesal, con el fin de establecer la necesidad de derogar la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público. Los temas desarrollados han servido de sustento para la elaboración de los capítulos metodológicos y resultados de la investigación, con validación de profesionales del derecho de la ciudad de Portoviejo. 72 CAPÍTULO II MARCO METODOLÓGICO 2.1.- Caracterización del lugar de la investigación En la presente investigación se ha formulado el siguiente problema científico: ¿El Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público, establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, lo que atenta los principios de celeridad y economía procesal? La investigación motivo del presente trabajo se efectuó en la ciudad de Portoviejo con los señores abogados en el libre ejercicio profesional, quienes conocen en el día a día sobre la falsedad de un instrumento público. 2.2.- Descripción del Procedimiento Metodológico La modalidad de esta investigación científica fue Cualitativa y Cuantitativa. Cualitativa.- Por su carácter analítico del Derecho dentro de sus concepciones teórico científicas y sus reordenamientos y mandatos constitucionales en el Ecuador. Cuantitativa.- Por sus resultados de los procesos matemáticos - estadísticos de la investigación de campo realizada, recogiendo toda información de la sociedad que ha sido afectada por el problema en cuestión. 73 Tipos de investigación La tipología de esta investigación se subdivide en la siguiente clasificación: Bibliográfica y documental.- Por la necesidad de una permanente consulta en las diferentes leyes y su contenido normativo, el análisis documental y la síntesis explicativa de la fenomenología social que preocupó y ocupó a los investigadores de este tema y problema. De campo.- Esta investigación por sus características abordó un problema eminentemente social, lo que exigió un trabajo de consulta en el medio en donde se identificaron los hechos para recoger todos los datos e informaciones necesarias para procesarlos y verificar la verdad. Descriptiva.- Por su detenida explicación de los hechos tanto en la identificación y contextualización del problema, como en su procesamiento científico en la búsqueda de la solución enmarcándolo en la teoría científica del derecho, y la más adecuada metodología de investigación. Factible.- Porque la ubicación del problema en el medio social no presentó mayores dificultades en la obtención de información necesaria, se contó con el tiempo y los recursos humanos, materiales y financieros suficientes para su feliz realización. POBLACIÓN Y MUESTRA La población universal y muestra que ha sido aplicada en la encuesta, se la realiza para obtener los resultados deseados y está determinada en base a los parámetros detallados a continuación: 74 COMPOSICIÓN POBLACIÓN ABOGADOS EN LIBRE EJERCICIO 3500 TOTAL 3500 Las encuestas se hicieron a los abogados en el libre ejercicio de la ciudad de Portoviejo, tomando en consideración la siguiente fórmula: m= Tamaño de la muestra; N= Población o universo e= Margen de error (0,1) M= N-1 . E2(N-1)+1 M= 3500-1 . (0.1)2(3500-1)+1 M= 3500 . 35.99 M= 97 Abogados 75 MÉTODOS, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS MÉTODOS La investigación realizada se sustentó en base a métodos y técnicas proporcionados por la investigación científica y ratificados por la Universidad Regional Autónoma de los Andes y ellos fueron: Método Inductivo.- Que nos permitió centrar nuestra observación directa e indirecta en el problema de estudio, poniendo énfasis en todos y cada uno de los detalles para ir de lo particular a lo general en la concepción de la solución a favor de la sociedad. Este método nos permitió y exigió la aplicación de un cuestionario correspondiente a la técnica de la encuesta. De hecho entonces hemos podido abstraer principios teóricos, contenidos conceptuales, visiones de las normas del Derecho en su concepción de aplicación, detectar vacíos de desarrollo y fundamentar las características del problema para corroborar la correcta solución que implicó la obligatoriedad de realizar una generalización por los aciertos logrados. 76 Método Deductivo.- Que exigió profundizar en el estudio y obtener información de lo general del conocimiento en su espacio científico del Derecho a lo particular del problema, que implicó los efectos en el medio social con las características de la aplicación y resultados obtenidos. Analítico Sintético.- Con el detenido estudio de la ciencia en toda la extensión de la teoría del derecho en relación al tema propuesto y problema que se intentó solucionar, para dar paso a lo específico de la relación problema - objetivo general - idea a defender, sin ampulosas declaraciones teóricas que aunque valiosas no tuvieron razón de extender el trabajo investigativo. Técnicas Se seleccionaron las siguientes técnicas de investigación científica que nos permitieron obtener los resultados deseados con la información más acertada posible: La Observación Directa.- Que en este caso se la realizó mediante una planificación adecuada para obtener en detalle y sistemáticamente todas las particularidades del fenómeno estudiado, garantizando la objetividad de la información. 77 En el estudio de este fenómeno, como profesional del Derecho he realizado una detenida y meticulosa observación participando en forma dinámica y activa en la obtención de la información, procurando sea lo más verás posible. Se ha realizado una observación de campo acudiendo personalmente a los lugares de los hechos, registrando toda la información de la manera más verás posible. La Encuesta.- Es una de las técnicas de investigación de campo más utilizadas en el concierto social, que permitió recoger información sobre el fenómeno a observar o el problema a solucionar. Las preguntas que se elaboraron fueron estrictamente ajustadas a los detalles del problema investigado, de fácil comprensión e interpretación, sin ninguna intencionalidad o doble sentido de orientación a su respuesta. Las personas que respondieron fueron preparadas de antemano con una detenida explicación de lo que se trata, con un diálogo formal, discreto cordial, no forzadas de ninguna manera a responder cuando así lo manifestaron. Instrumentos de la investigación Cuestionarios 78 2.3.- Modelo de anteproyecto de Ley Reformatoria La propuesta, se sujetará al trámite constitucional de aprobación de una Ley, para que se haga efectiva la iniciativa, debe presentarse redactado un anteproyecto, el mismo que cumplirá, con los requisitos formales de la técnica legislativa. Entre los requisitos formales, se tomarán en cuenta, los considerandos, los mismos que deben enfocar: principios y garantías constantes en los instrumentos internacionales y en la Constitución de la República del Ecuador, que son los pilares que sustentan el contenido. A continuación, deben consignarse las normas que contraicen los sustentos antes indicados con señalamiento preciso, seguidamente se hará constar, las normas que obligan o facultan al Estado, para llegar a lo que se propone el anteproyecto. Cumplido con lo anterior, vendrá el articulado con las siguientes síntesis: a) Indicaciones con las normas que se deroga. b) Indicación de las normas que se reforma por cambio o añadidura. c) Indicación general o específica de las supremacías de la Ley reformatoria ante toda norma que se contraponga. 79 Modelo de Anteproyecto de Ley Reformatoria sujeto a trámite constitucional de aprobar la Ley Considerandos Instrumentos Internacionales Norma que permiten u obligan al Estado a reformar la Ley Constitución de la República del Ecuador Que deroga Lo que se contrapone a Principios y Garantías Principios y Garantías Fuente: Elaboración: Las Leyes Articulado Que reforma Supresión Adición Investigación Maestría en Derecho Civil y Procesal Civil – 2015 No se hará exposición de motivos, porque consideramos que la exigencia constitucional es anacrónica; y porque en los considerandos se invoca principios y garantías que son únicos que inspiran el cambio que se proponen y que de acuerdo con el Neo-constitucionalismo, son os únicos elementos que sirven para la interpretación y aplicación de la norma. 2.4.- Conclusiones Parciales del capítulo El marco metodológico se desarrolló con la modalidad cualitativa y cuantitativa, métodos, técnicas e instrumentos con el fin de obtener una respuesta veraz. La técnica de encuesta realizada a profesionales del derecho de la ciudad de Portoviejo, validaron de forma veraz la necesidad de la reforma planteada. 80 CAPÍTULO III RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN 3.1.- Resultados de las encuestas El presente trabajo de investigación se sustenta en las encuestas dirigidas a 97 abogados en el libre ejercicio de la ciudad de Portoviejo, que nos permitieron obtener los resultados deseados. 1.- ¿Considera usted que las diligencias previas de cotejo establecido en el código de procedimiento civil para la tramitación de la falsedad de instrumento público, es impertinente? FRECUENCIA F(a) F(r) SI 82 85% NO 15 15% TOTAL 97 100% ALTERNATIVA 100% 80% 60% 40% 20% 0% Series1 Fuente: Elaborado por: SI NO 85% 15% Abogados de Portoviejo – (2015) Ab. Esp. Héctor Bravo Castro ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 85% de encuestados manifestó que SÍ, y el 15% de encuestados que NO. La mayoría concluye que el Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público, establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, atentando los principios de celeridad y economía procesal, la minoría desconoce del tema. 81 2.- ¿Considera usted que la indicada diligencia previa, atenta contra los principios de economía y celeridad procesal? FRECUENCIA F(a) F(r) SI 82 85% NO 15 15% TOTAL 97 100% ALTERNATIVA 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Series1 Fuente: Elaborado por: SI NO 85% 15% Abogados de Portoviejo – (2015) Ab. Esp. Héctor Bravo Castro ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 92% de encuestados manifestó que SÍ, y el 8% de encuestados considera que NO. Concluyendo la mayoría que las diligencias previas, atentan gravemente los principios constitucionales de celeridad, economía procesal y seguridad jurídica que debe existir en los procesos. 82 3.- ¿Considera usted, que suprimiendo la indicada diligencia el trámite de falsedad de instrumento público sería más expedito? FRECUENCIA F(a) F(r) SI 84 87% NO 13 13% TOTAL 97 100% ALTERNATIVA 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Series1 Fuente: SI 87% NO 13% Abogados de Portoviejo – (2015) Elaborado por: Ab. Esp. Héctor Bravo Castro ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 87% de encuestados manifestó que SÍ y el 13% de encuestados que No. Concluyendo la mayoría de encuestados, que suprimiendo la diligencia en mención, se logrará que el trámite sea más expedito y sin obstáculos. 83 4.- ¿Considera usted, que es necesario reformar el código de procedimiento civil derogando la indicada diligencia previa dentro del trámite de falsedad de instrumento público? FRECUENCIA F(a) F(r) SI 92 95% NO 5 5% TOTAL 97 100% ALTERNATIVA 100% 80% 60% 40% 20% 0% Series1 SI 95% NO 5% Fuente: Abogados de Portoviejo – (2015) Elaborado por: Ab. Esp. Héctor Bravo Castro ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 95% de encuestados manifiesta que SÍ y el 5% de encuestados que No. La mayoría de encuestados concluye que existe la necesidad de reformar el Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público. 84 5.- ¿Considera que la indicada reforma, garantizará la aplicación de los principios de celeridad y economía procesal? FRECUENCIA F(a) F(r) SI 92 95% NO 5 5% TOTAL 97 100% ALTERNATIVA 100% 80% 60% 40% 20% 0% Series1 SI 95% NO 5% Fuente: Abogados de Portoviejo – (2015) Elaborado por: Ab. Esp. Héctor Bravo Castro ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 95% de encuestados manifiesta que SÍ, y el 5% de encuestados considera que NO. La mayoría de encuestados concluye, que con el mencionado anteproyecto se garantizará el principio de celeridad y economía procesal. 85 3.2.- Desarrollo de la propuesta Anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los principios de celeridad y economía procesal. LA HONORABLE ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR CONSIDERANDO: Que, el número 4 del artículo 66 de la Constitución reconoce el derecho a la igualdad formal, igualdad material y no discriminación; y el número 5 determina el derecho al libre desarrollo de la personalidad, sin más limitaciones que los derechos de los demás; Que el artículo 75 de la Constitución de la República manda que toda persona tiene derecho al acceso gratuito a la justicia y a la tutela efectiva, imparcial y expedita de sus derechos e intereses, con sujeción a los principios de inmediación y celeridad; en ningún caso quedará en indefensión. 86 Que el artículo 76 de la Constitución de la República, permite que en todo proceso donde se determinen derechos y obligaciones de cualquier orden, se asegure el derecho al debido proceso y que solo se podrá juzgar a una persona ante un juez competente y con observancia del trámite propio de cada procedimiento. Que de acuerdo con el artículo 84 de la Constitución la Asamblea Nacional tiene la obligación de adecuar, formal y materialmente, las leyes y demás normas jurídicas a los derechos previstos en la Constitución e instrumentos internacionales. Que el numeral 6 del artículo 120 de la Constitución de la República, atribuye debe- res a la Asamblea Nacional de expedir, codificar, reformar y derogar leyes e interpretarlas con carácter obligatorio. Que el artículo 167 de la Carta Suprema ordena que la potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por los órganos de la Función Judicial y por los demás órganos y funciones establecidos en la Constitución. Que el artículo 169 de la Constitución refiere a que el sistema procesal es un medio para la realización de la justicia. Las normas procesales consagrarán los principios de simplificación, uniformidad, eficacia, inmediación, celeridad y economía procesal, y harán efectivas las garantías del debido proceso. No se sacrificará la justicia por la sola omisión de formalidades. Que el artículo 168 de la Constitución dice que la administración de justicia, en el cumplimiento de sus deberes y en el ejercicio de sus atribuciones, aplicará los siguientes principios: numeral 6) La sustanciación de los procesos en todas las materias, instancias, etapas y diligencias se llevará a cabo mediante el sistema oral, de acuerdo con los principios de concentración, contradicción y dispositivo. 87 Que, el artículo 341 de la Constitución manda que el Estado generará las condiciones para la protección integral de sus habitantes a lo largo de sus vidas, que aseguren los derechos y principios reconocidos en la Constitución, en particular la igualdad en la diversidad y la no discriminación, y priorizará su acción hacia aquellos grupos que requieran consideración especial por la persistencia de desigualdades, exclusión, discriminación o violencia, o en virtud de su condición etaria, de salud o de discapacidad; Que el artículo 8 de las garantías judiciales, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (San José, Costa Rica. 7 al 22 de noviembre de 1969) dice que toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. Que el artículo 20 del Código Orgánico de la Función Judicial manda que la administración de justicia será rápida y oportuna, tanto en la tramitación como en la resolución de la causa, como en la ejecución de lo decidido. Por lo tanto, en todas las materias, una vez iniciado el proceso, ¡as juezas y jueces están obligados a proseguir el trámite dentro de los términos legales, sin esperar petición de parte, salvo en los casos que la ley disponga lo contario. Que. la inadecuada aplicación de dichas normas ha generado graves demoras en la administración de justicia; lo que deviene en problemas familiares y sociales. Que. Es necesario adecuar las normas jurídicas del país para que los términos sean menores y permitan ventilar los procesos con oportunidad, 88 Que es necesario adecuar estas normas jurídico-procesales, para que su tenor se ajuste a la Constitución en su integralidad, provocando entonces que la sustanciación del proceso civil de partición se cumpla por audiencias orales, simplificando y eliminando etapas de este procedimiento, logrando así que el servicio público de administración de justicia sea eficaz, efectivo y real. En ejercicio de sus atribuciones constitucionales y legales, expide la siguiente: LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL Art. 1.- El art. 180 dirá.- Si se demandare la falsedad de un instrumento público, la parte actora en su demanda anunciará la prueba, la o el Juez procederá a calificarla, ordenando citar a la parte demandada, a la que se le concederá el término de 15 días para proponer excepciones. Con la contestación de la demanda, la causa continuará conforme al procedimiento de ley. Art. 2.- Dictada la sentencia en la que se declare la falsedad del instrumento, la o el Juez, ordenará que se envíe copia certificada a la Fiscalía, para los fines legales pertinentes. Art. 3.- Quedan derogadas todas las normas que se opongan a esta reforma, la que entrará en vigencia a partir de su publicación en el Registro Oficial. f). PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL 89 3.3.- Conclusiones parciales del capítulo El Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público, establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, lo que se ha observado en la investigación y que atenta la celeridad y economía procesal. Existe la necesidad de elaborar un anteproyecto de Ley reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los principios de celeridad y economía procesal. 90 CONCLUSIONES GENERALES El delito de falsedad nace conjuntamente con la aparición del documento, ya que desde que exista un documento existe la posibilidad de sus declaraciones o el documento mismo sean falseados. En la actualidad en el contexto de repensar los procesos de modernización y democratización en el País, y en el marco de una creciente utilización de las tecnologías de la información y las comunicaciones como herramienta de apoyo a la gestión pública, se plantea la necesidad de determinar hasta qué punto es factible la presentación de documentos electrónicos en juicio y su utilización como medio de prueba en ellos. Existen principios constitucionales de eficacia, celeridad, agilidad y economía procesal, dentro del juicio que es el trámite previsto en la ley, para el ejercicio cuando se establece la demanda de falsificación de instrumento público se debe en primer lugar lo previsto en el artículo 180 inciso 1 del Código de Procedimiento Civil, debe hacerse una comparación entre la falsedad del instrumento público que se demanda y el que consta en los protocolos en la oficina del señor Notario cuando este acto judicial se lo deberá solicitar y hacer cumplir dentro del término de prueba, con lo anterior se de acatamiento a los principios constitucionales ya señalados. Es necesario elaborar un anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los principios de celeridad y economía procesal. 91 RECOMENDACIONES El Estado Ecuatoriano debe establecer medidas drásticas para que se derogue la mencionada diligencia impertinente a fin de garantizar los principios constitucionales de celeridad y economía procesal. La Asamblea Nacional `debe investigar a fondo para que se apruebe el anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los principios de celeridad, economía procesal y seguridad jurídica. El Colegios de Abogados de Portoviejo debe actuar como veedor en conjunto con los profesionales del derecho para que no se sigan vulnerando derechos y garantías constitucionales en la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público. A las Universidades UNIANDES y GUAYAQUIL, dentro de sus facultades de derecho deben analizar este vacío en la normativa de procedimiento civil que debe ser corregidos, antes de emplearse en la administración de justicia con respecto a la falsedad de los instrumentos públicos, para que exista un debido proceso. 92 BIBLIOGRAFÍA 1. Aguirre Godoy, M. (1996 ). Derecho Procesal Civil . Guatemala: Pág. 237. 2. Armella, C. N. ( 1998). Tratado de Derecho Notarial, Registral e Inmobiliario, tomo III. Pág. 245. 3. Bentham, J. (1959). Tratado de las Pruebas Judiciales. Buenos Aires: Ediciones Jurídicos Europa-América. 4. Boleso, W. (1997). Jerarquía Constitucional de los Principios de Celeridad y Economía procesal. Santa Fe: Editorial El Jurista, Pág. 185 y ss. . 5. Cabanellas, G. (1984). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual . Buenos Aires Argentina : Editorial Heliasta, Tomo VI. Pág 497. . 6. Carrara, F. (1993). Programa de Derecho Criminal, Parte General, Sección III, Volumen III. 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