universidad regional autónoma de los andes “uniandes

Anuncio
UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES “UNIANDES”
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
MAESTRÍA EN DERECHO CIVIL Y PROCESAL CIVIL
TESIS DE GRADO PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL GRADO ACADÉMICO DE:
MAGISTER EN DERECHO CIVIL Y PROCESAL CIVIL
TEMA:
FALSEDAD DE INSTRUMENTO PÚBLICO:
DECLARATORIA, CELERIDAD Y ECONOMÍA PROCESAL
AUTOR:
AB. HÉCTOR ENRIQUE BRAVO CASTRO
TUTOR:
DR. CARLOS MARCELO ROBAYO CAMPAÑA
GUAYAQUIL - ECUADOR
2016
CERTIFICACIÓN DEL TUTOR
En calidad de tutor del trabajo de titulación de Magister en Derecho Civil y Procesal
Civil, certificamos que el Ab. Esp. Héctor Bravo Castro, elaboró su trabajo en titulación
sobre el tema: Falsedad de Instrumento Público: Declaratoria, Celeridad y Economía
Procesal, bajo los lineamientos Jurídicos y Académicos de la Institución, por lo que
aprobamos la misma, pudiendo ser sometido a presentación pública y evaluación.
ÍNDICE GENERAL
Portada
Páginas
Certificación del Tutor
Declaración de Autoría
Índice General
Resumen Ejecutivo
Summary Executive
Introducción
1
CAPÍTULO I
MARCO TEÓRICO
1.1.- Juicio
14
1.1.1.- Definición
14
1.1.2.- Intervinientes en el Juicio
14
1.1.3.- Demanda
18
1.1.4.- Requisitos de procedibilidad
20
1.1.5.- Citación
21
1.1.6.- Notificación
23
1.1.7.- La contestación de la demanda
24
1.1.8.- Excepciones
26
1.2.- El Proceso
28
1.2.1.- Definición
28
1.2.2.- Clasificación del proceso
29
1.2.2.1.- El proceso jurisdiccional
30
1.2.2.2.- Por la clase de pretensión aducida en el proceso
31
1.2.2.3.- Por la posición de las partes en la relación jurídica procesal
32
1.2.3.- Proceso y procedimiento
33
1.2.4.- Principios Procesales
34
1.3.- La Prueba
37
1.3.1.- Definición
37
1.3.2.- Clasificación
40
1.3.3.- Medios probatorios en nuestra legislación
49
1.3.4.- Valoración de la prueba
41
1.4.- Instrumento Público
52
1.4.1.- Definición
52
1.4.2.- Fuerza probatoria del instrumento público
53
1.4.3.- Requisitos Esenciales
55
1.5.- La Falsedad
55
1.5.1.- Definición
55
1.5.2.- Falsedad de instrumento público
57
1.6.- Principio de instrumento público
58
1.6.1.- Definición
58
1.6.2.- Eficacia jurídica del instrumento público
59
1.6.3.- Principios procedimentales
60
1.6.4.- Celeridad y Economía Procesal
64
1.6.5.- Conclusiones parciales del capítulo
66
CAPÍTULO II
MARCO METODOLÓGICO
2.1.- Caracterización del lugar de la investigación
67
2.2.- Descripción del Procedimiento Metodológico
67
2.3.- Modelo de anteproyecto de Ley Reformatoria
72
2.4.- Conclusiones Parciales del capítulo
73
CAPÍTULO III
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
3.1.- Resultados de las encuestas
74
3.2.- Desarrollo de la propuesta
79
3.3.- Conclusiones parciales del capítulo
82
Conclusiones generales
83
Recomendaciones
84
Bibliografía
RESUMEN EJECUTIVO
En la legislación ecuatoriana la diligencia prevista en la tramitación de falsedad de
instrumento público establecido en el artículo 180 del código de procedimiento civil es
impertinente y atenta contra los principios de celeridad y economía procesal.
Para determinarse la falsedad de un instrumento público, el Código de Procedimiento
Civil establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa inoportuna.
En los métodos utilizados tenemos el inductivo - deductivo, histórico – lógico, analítico
– sintético, enmarcándose en la línea de investigación en la Administración de justicia.
El presente trabajo se encuentra desarrollado en tres capítulos:
Capítulo I: el marco teórico se desarrolló en definiciones sobre: el juicio, la demanda, la
prueba, los términos el juicio verbal sumario y la segunda instancia.
Capítulo II: el marco metodológico se desarrolló con la modalidad cuali-cuantitativa, con
métodos, técnicas e instrumentos para llegar a la propuesta planteada.
Capítulo III: resultados de la investigación se los realizó a base de la técnica de encuesta
realizada a profesionales del derecho de la ciudad de Portoviejo, por medio de la cual se
determinó la necesidad de establecer términos de pruebas de segunda instancia en el juicio
verbal sumario.
El Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público,
establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, lo que se ha observado
en la investigación y que atenta la celeridad y economía procesal.
Existe la necesidad de elaborar un anteproyecto de Ley reformatoria al Código de
Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento
público, para garantizar los principios de celeridad y economía procesal.
Luego de la investigación se obtuvieron resultados que permitieron elaborar el
anteproyecto de Ley reformatoria al Código de Procedimiento Civil derogando la
diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, suprimiendo la diligencia
en mención, logrando que el trámite no contemple obstáculos, con un proceso ágil y
oportuno.
SUMMARY EXECUTIVE
In Ecuadorian legislation the diligence in processing of falsehood of public instrument
established in article 180 of the code of civil procedure is impertinent and violates the
principles of procedural economy and speed.
To determine the falsity of a public instrument, the code of Civil Procedure establishes
the ordinary channels after a prior diligence impertinent.
The methods used have the - historical, deductive - inductive logic, analytic - synthetic,
framed in the research on the administration of justice.
This work is developed in three chapters:
Chapter I: the theoretical framework developed in definitions: the trial, demand, the test,
the terms verbal summary judgment and the second instance.
Chapter II: the methodological framework was developed with the quali-quantitative
mode, with methods, techniques and instruments to reach the proposed proposal.
Chapter III: he made the results of the research is based on the technique of survey to
legal professionals in the city of Portoviejo, which identified the need to establish terms
of second instance tests in verbal summary judgment.
After the investigation was obtained results that allowed elaborating the draft reform bill
to the code of Civil procedure by abolishing the impertinent diligence for
misrepresentation of public instrument, suppressing mention of diligence, achieving that
the procedure not perceived obstacles, with an agile and timely process.
Introducción
Antecedentes de la investigación
EL Código Civil artículo 18, manifiesta que las palabras de la ley se entenderán en su sentido
natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras; pero cuando el legislador las
haya definido expresamente para ciertas materias, se les dará en éstas su significado legal ¨
En sentido estricto, la palabra falsificación no requiere ni requería una definición especial por
parte del legislador, en consecuencia, a dicha palabra se la deberá tomar en su sentido natural
y obvio.
Ahora bien: Cuál es el sentido natural y obvio de la palabra ¨ falsificación ¨. No es otro que el
dado por el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua; y éste nos define a la
falsificación como ¨ acción o efecto de falsificar ¨; falsificar en cambio. es falsear, adulterar o
contrahacer. Proviene del Latín falsificare, de falsus, ¨ falso ¨.
La propia Real Academia Española de la Lengua entiende aquello ¨engañoso¨, fingido,
simulado, falto de ley, de realidad o veracidad ¨. Por aquí podemos ir desbrozando el camino
de que nos conduzca a una precisión conceptual de la falsificación: Falso, igual falto de
¨veracidad ¨. Todo parece fluir de manera sencilla, con el manejo de las palabras comunes, con
aquellas que son parte del lenguaje cotidiano, pero el momento que toca definir una situación
jurídica como el delito de falsificación ya las cosas no son tan simples como parece a simple
vista.
1
Desde el tiempo de Aristóteles, la definición de verdad jamás estuvo clara: él nos dijo que
¨verdad¨ es decir lo que es; y que es de lo que no es. Enseguida los sofistas (filósofos) de la
época le salieron al paso de su definición y el argumento más contundente fue la famosa
¨paradoja del mentiroso¨ que la formularon así: Un mentiroso dice lo contrario de la verdad, de
modo que si éste dice que es, precisamente no es porque miente; ahora: Es verdad que miente
o es verdad que no es?
Con esto la definición aristotélica de verdad quedó derrumbada durante siglos porque se
movía que un infinito círculo vicioso, no obstante, fue acogida de manera ideal por los
escolásticos medievales, de cuyo conocimiento hemos heredado todo el eufemismo ¨obvio ¨ de
nuestro lenguaje.
De modo que las cosas no son tan sencillas como aparecen a simple vista, y en el delito de
falsificación hay mucha tela que cortar.
Sin embargo, aplicando a la situación nuestro esquema de pensamiento aristotélico, podemos
acercarnos a una definición material de falsificación. Lo falso es aquello contrario a la
realidad, a la veracidad y ¨falsear¨ es hacer algo falso, entonces el documento falso
(Instrumento como lo denomina nuestra legislación), será aquel que compaginado con los
hechos de la realidad no concuerden, no se compaginen, no correspondan a ella.
Ahora bien, de qué modos un documento falso puede no guardar correspondencia con la
realidad y con los hechos objetivos que trata de representar, testimoniar, certificar, acreditar,
comprobar, disponer, etc.,?
2
Aquí viene otro punto de diferenciación conceptual, porque habrán instrumentos (documentos)
que simulen completamente hechos que jamás acontecieron y por ese medio pretendan llevar a
engaño; y habrán documentos que emitidos, confeccionados o producidos auténtica y
realmente, adolezcan de ciertas adulteraciones que se introdujeron a posteriori.
Habrá, entonces, aquel documento que pretende simular de manera completa y total una
realidad en forma imaginaria, que ¨ no es ¨; y habrán documentos que habiendo nacido de
manera real y verídica sean, luego, adulterados. En ambos casos estamos, frente a una evidente
falsificación, pero sus orígenes y sus connotaciones materiales y jurídicas son completamente
diversos.
El delito de falsedad nace conjuntamente con la aparición del documento, ya que desde que
exista un documento existe la posibilidad de sus declaraciones o el documento mismo sean
falseados.
Con relación a la prejudicialidad civil en los delitos de falsificación en conclusión:
generalmente todos los casos de falsificación ideológica requiere del juicio previo y de la
sentencia previa del Juez de lo Civil para que pueda iniciarse la acción penal.
La declaración del juez civil sobre la falsedad de un documento obliga al juez penal sólo en
tanto se exige dicha declaración para iniciar el proceso penal; pero no queda vinculado ni
obligado a respetar la decisión del juez civil, ni en lo referente a la existencia del delito, ni a la
existencia de la culpabilidad del procesado.
3
En cuanto al dolo en la falsedad del documento se concluye que el dolo típico necesita
conocimiento cierto de la falsedad del documento concurrentemente con la voluntad de
utilizarlo como tal de acuerdo con la finalidad probatoria del mismo.
Para que se configure el uso doloso de documento no basta que con que el documento usado
tenga el carácter de falso sino que dentro del proceso se pruebe que quien lo utilizó tenía
conocimiento de dicha falsedad.
En Nicaragua hemos encontrado un trabajo con el tema: Falsedad Civil de Documentos
Públicos Cometidos por Notarios Públicos en Nicaragua, elaborado por los autores: Luis
Jerónimo Duarte Dávila, Salvador de Jesús Guerrero Román de la UNIVERSIDAD
CENTROAMERICANA UCA, FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS en el año 2010 con
las siguientes conclusiones:
La legislación vigente en Nicaragua regula y sanciona la falsedad civil cometida por los
notarios públicos, así mismo ofrece un marco de protección eficaz dirigida a la parte agraviada
en cuanto a la violación de su derecho, estos derechos son fundamentales para el resguardo de
la integridad del instrumento público, por lo tanto podemos decir que el sistema legal en
Nicaragua, garantiza la debida protección, mediante el correcto desenvolvimiento de los
procedimientos establecidos por las Leyes.
En una era donde la falta de criterio personal y valores sólidos producto de intereses
personales, propician muchas veces, delitos como la falsedad civil en los instrumentos
públicos, consideramos necesario estudiar y difundir las normas que los regulan y las
4
sanciones de estas; sobre todo, para respetar a la parte agraviada. Por tanto, se plantea la
interrogante: ¿Que normas regulan la falsedad civil cometida por el notario? ¿Existe una
protección eficaz para la parte agraviada?
Una vez identificada la falsedad en el instrumento autorizada por el notario, la parte agraviada
o un tercero, puede acudir a los órganos de protección y agotar los procedimientos
administrativos o judiciales existentes en Nicaragua, para lograr la reivindicación de sus
derechos o el resarcimiento del daño, por lo que pretendemos identificar, describir y resaltar
esos procedimientos tanto en el ámbito administrativo como judicial, facilitando así una
solución al conflicto originado por la falsedad Civil cometidas por Notarios Públicos en sus
Funciones.
-
Al abordar el estudio de la Falsedad Civil del Instrumento Publico cometidos por
Notario Públicos en Nicaragua, podemos concluir que el Instrumento Púbico es la
Reina de todas las pruebas, puesto que provienen de un fedatario público investido de
fe pública.
-
Los Notarios Públicos elaboran las escrituras públicas bajo la norma jurídica, estos
documentos se consideran auténticos, porque dichos documentos prestan mérito
ejecutivo.
-
La Ley le exige al Notario en la confección de los instrumentos públicos redactado por
ellos, un orden lógico apegados a la ley y así cuando las personas que vayan a contraer
5
derechos y obligaciones tengas valides y eficacia durante el cumplimiento del mismo o
cuando por incumplimiento tengan que recurrid a los tribunales de justicia.
-
El Notario es un jurisconsulto, investido de fe pública, por mandato de la Ley, es por
eso que el notario es autónomo ya que su profesión así se lo permite, por tanto será
responsable Administrativamente, Civil, Penal y en el ámbito Fiscal por su actividad
que desempeña, en caso de que exista una mala actuación en sus funciones como
fedatario Público.
-
En consecuencia todo el contenido en un instrumento público autorizado por un
Notario Público, debe ser tenido como verdad absoluta, en tal virtud no puede ser
atacado por los medio ordinarios que establece el derecho común, sino que la ley,
debido a su especial singularidad, trata de hacer prevalecer dicha verdad en aras del
interés general, que depende la seguridad y certeza de los derechos consignados en los
documentos públicos, para impugnar la verdad de los documentos referidos, se tendrá
que recurrir al "Juicio de Falsedad Civil del Instrumento público".
-
La falsedad implica falta de verdad, de legalidad en el acto y de autenticidad en el
resultado y puede ésta afectar al documento o al contenido del documento; y ambos
casos afectar parcialmente o en su totalidad el contenido del mismo, dentro de las
modalidades de la falsedad se encuentran: la falsedad material, falsedad ideológica,
falsedad parcial de la copia o bien puede ser el de la matriz.
-
Finalmente concluimos en algo no menos importante, que es el de la Ética y la Moral,
valores que debe tener inculcado el notario y coadyuvaran con la Ley a garantizar que
6
el documento es cien por ciento auténtico y legítimo, en dicho documento le da
seguridad jurídica a los sujetos que actúan en actos y negocios jurídicos, sin embargo
la realidad Notarial Nicaragüense es otra; nos encontramos hoy en día con una serie de
irregularidades en el instrumento público, que recaen en responsabilidades tanto civiles
como penales y he sabido que desde el punto de vista Administrativo la Corte Suprema
de Justicia suspende al Notario al ejercicio de sus funciones de conformidad a la Ley
por la gravedad del caso cuando cometen falsedades.
-
Las falta de un código de ética Notarial conllevan a que muchos profesionales
desconozcan principios básicos más allá de lo que un salón de clases se puede
aprender, podemos concluir que muchos de las malas actuaciones cometidas
actualmente por los Notarios Públicos se deben a la pérdida de valores en general,
como también el respeto entre los contratantes intervinientes en los actos jurídicos, es
una realidad que en nuestro país existen casos donde Notarios Públicos incurren en
falsedad civil a la hora de la elaboración de un instrumento público.
(165.98.12.83/273/1/UCANI3017.PDF)
Estas investigaciones sirven de antecedente al presente estudio investigativo.
Planteamiento problema
Sobre la falsedad de un instrumento público, tiene a propender a una propuesta en el sentido
lógico jurídico, de que el acto judicial señalado en el inciso 1 del artículo 180 del Código de
Procedimiento Civil, se lo debe realizar dentro del término de prueba, para de esta manera
7
obtener del órgano jurisdiccional, los principios constitucionales de celeridad, economía y
agilidad procesal; nótese no más que luego de practicarse esta diligencia judicial, el señor
Juez, recién va a calificar la demanda en la vía ordinaria, en la cual se deberá dar acatamiento
con todas las normas legales que en forma imperativa lo señala nuestro Código Procesal Civil
y luego ya en sentencia que se encuentre ejecutoriada por el Ministerio de la Ley, según los
casos señalados en el artículo 296 del Código de Procedimiento Civil, el Juez ordenará el
enjuiciamiento penal, remitiendo las piezas procesales al fiscal, para que dé inicio a la
presente, lo que contraviene principios constitucionales consagrados en la Constitución de la
República y normas conexas que deben estar al margen del análisis de la falsedad de
instrumento público.
Cuando se alegue la falsedad material ideológica o la nulidad de un documento público o
privado presentado por la contraparte deberá hacerlo en las oportunidades señaladas en el
incidente, deberá resolverse en la audiencia del juicio.
Formulación del problema
El Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público,
establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, lo que atenta los
principios de celeridad y economía procesal.
Objeto de la investigación:
Derecho Procesal Civil
Campo de acción:
Falsedad de instrumento público.
8
Identificación de la línea de investigación
Administración de Justicia.
Objetivo general
Elaborar un anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue
la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los principios
de celeridad y economía procesal.
Objetivos específicos

Fundamentar teóricamente el juicio, el proceso, la prueba, los instrumentos públicos, la
falsedad y los principios de celeridad y economía procesal.

Establecer la necesidad de derogar la diligencia impertinente por falsedad de
instrumento público

Elaborar los componentes de la reforma al Código de Procedimiento Civil.
Idea a defender
Mediante un anteproyecto de ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue
la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, se garantizará los principios de
celeridad y economía procesal.
9
Variable independiente
Anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la
diligencia impertinente por falsedad de instrumento público.
Variable dependiente
Garantizar los principios de celeridad y economía procesal.
Justificación
La presente propuesta enriquece el campo civil donde la falsedad de instrumento público tiene
que hacer un largo e indebido recorrido en el campo civil antes de ser perseguido en el campo
penal, una vez que la propuesta sea convertida en Ley se observará el novedoso
posicionamiento doctrinario, y permitirá que la falsedad de un instrumento público, sin
perjuicio de lo que pueda suceder en el campo civil, sea oportunamente aplicado en el campo
penal gracias al respeto de los principios de la celeridad y economía que tiene que aplicarse en
el campo civil para no permitir la impunidad en el campo penal.
Metodología a emplear
La presente investigación es de modalidad cuali-cuantitativa con predominio cualitativo, el
tipo de investigación es descriptiva por cuanto analiza el fenómeno jurídico, sus
manifestaciones y componentes.
10
La metodología Investigativa integra métodos, técnicas e instrumentos para aplicarlos en el
proceso de investigación y lograr los objetivos propuestos.
Se utilizará los siguientes métodos teóricos:
Histórico Lógico, para describir la evolución histórica del problema de investigación.
Además se aplicará los métodos Analítico, Sintético, Inductivo, Deductivo y de Modelación.
La selección de los métodos y técnicas permitirá la aplicación de los instrumentos, la
interpretación de resultados y la viabilidad del camino hacia la propuesta de la investigación.
Aporte teórico
El análisis que sobre el tema se realiza con ocasión de esta tesis constituye un gran aporte para
los legisladores, tratadista y operadores de justicia, como cuyas opiniones pueden enriquecer
la teoría y aportar con elementos para su desarrollo, más allá de lo que la Jurisprudencia
Nacional, lo ha venido haciendo, propendiendo a que la falsedad de instrumento público tenga
que hacer un largo e indebido recorrido en el campo civil antes de ser perseguido en el campo
penal.
Significación práctica
Una vez que nuestra propuesta sea convertida en Ley de la República se notará la significación
práctica de la tesis que contiene un novedoso posicionamiento doctrinario, y permitirá que la
11
falsedad de un instrumento público, sin perjuicio de lo que pueda suceder en el campo civil,
sea oportunamente aplicado en el campo penal gracias al respeto de los principios de la
celeridad y economía que tiene que aplicarse en el campo civil para no permitir la impunidad
en el campo penal.
Novedad científica
El tema del presente trabajo constituye una verdadera novedad jurídica y doctrinaria en el
sentido de que ataca a las viejas normas del Código Civil, que estableciendo una indebida
prejudicialidad hace de la falsedad un verdadero suterjurio legal, del que personas
inescrupulosas se aprovechan para falsear documentos públicos sabiendas de que los
procedimientos establecidos en el Código Adjetivo son una verdadera obstrucción para
perseguir en forma directa el delito de falsedad de instrumento público sin necesidad de
resolución previa en el campo civil.
12
CAPÍTULO I
MARCO TEÓRICO
1.1.- Documento e Instrumento
1.1.1.- Reseña histórica
El hombre durante toda su historia ha tenido la necesidad de plasmar todas sus actividades
como expresión testimonial, sin importar el formato, lenguaje o soporte. Para lo cual ha
utilizado toda clase de materiales como la piedra, el papiro, el papel hasta llegar a esta era
tecnológica donde se han creado cantidad de soportes para almacenar datos.
El hombre durante toda su historia, se ha visto en la necesidad de registrar todas sus labores
diarias, utilizando medios como la piedra, trozos de arcilla (llamados ostrasca) hasta llegar al
papel. Papiro escrito en hierático, III milenio a. C. al 400 d. C. Piedra del sol, Calendario
Azteca.
Antiguamente el medio de un documento era el papel y la información era ingresada a mano,
utilizando tinta, a lo cual se le denominaba documento manuscrito. Después su proceso fue
mecánico, mediante una máquina de escribir.
1.1.2.- Definiciones
Nuestro ordenamiento jurídico emplea indistintamente las palabras “documento” e
“instrumento”, produciéndose un error técnico, porque el documento es el género, que
13
comprende el instrumento, que es la especie; ya que el documento en general es toda obra
humana a través de la cual se puede perpetuar cualquier conocimiento, como lo señala en su
obra el Dr. Walter Guerrero Vivanco (Vivanco, 1989, pág. 311); y desde el campo del
derecho, existen instrumentos jurídicos que se clasifican en instrumentos públicos y en
instrumentos privados, correspondiendo a los primeros, al que es autorizado con las
solemnidades legales y otorgado por el funcionario público competente en ejercicio de sus
funciones, conocido con instrumento público o auténtico, gozando de veracidad y legitimidad,
cuya emisión ha sido conferida en forma exclusiva al notario, mediante escritura pública.
Destacamos el hecho, de que en realidad las dos palabras se usan indistintamente para afirmar
lo mismo, como sinónimos, cuando en realidad ello constituye un error de carácter doctrinario,
ya que etimológicamente documento proviene del latín “documentum” que significa escritura,
instrumento u otro papel autorizado y en sentido figurado se denomina a cualquier cosa que
sirva para probar algo, mientras que en la acepción más amplia, sirve para denominar todo
cuanto gráficamente consta por escrito y que en un momento dado pudiera representar o
indicar la existencia de un acto humano, como lo afirma el Dr. Roberto Gómez Mera, (Mera,
2010) ya que no solo son documentos el testamento, un contrato firmado, un libro o una carta,
sino también los planos, una fotografía, un diploma, a inscripción o un relato entre otros de
igual naturaleza y citando a varios doctrinarios, sostienen que el documento participa de dos
funciones: la una declarativa de voluntad y la otra, representativa de un hecho histórico.
Otros tratadistas se refieren en sentido general sobre el documento, señalando también que es
cualquier objeto que sirve para transmitir un contenido como los templos, las estatuas, las
pinturas, los documentos cinematográficos, los fonográficos como los discos, cintas
magnetofónicas, una cerca que sirve de lindero, los edificios, las inscripciones en lápidas, un
14
plano, las fotografías, un escrito, las medallas deportivas, como apreciamos el sentido de
documento es amplísimo, es todo objeto, es toda cosa formada en presencia de un hecho y
destinada a fijar permanentemente la percepción o impresión física para representar el futuro,
con lo que podemos entender que no requiera que consista solo en palabras, sino que también
sean signos visuales, táctiles o auditivos, por ello que la doctrina sostiene que puede ser
cualquier manifestación o representación de los actos humanos.
Desde lo jurídico, el documento puede ser utilizado como prueba de un hecho del que se
derivan consecuencias jurídicas, conocido como objeto-documento, que prueba una relación
jurídica y para ello, algunos autores sostienen que debe ser escrito, para que perdure en el
tiempo y realizado sobre papel o pergamino, aunque los avances tecnológicos también lo
consideran en elementos informáticos, capaz de que sea transportable y transmisible, a pesar
de que hemos señalado que pueden ser concebidos en otros objetos, pero definitivamente no
podrá ser considerado documento, los signos escritos en la arena, porque no pueden
perpetrarse en el tiempo, pero como acertadamente lo afirma Welzel “es una declaración por si
misma inteligible, idónea y destinada a probar algo jurídicamente relevante y que designa al
otorgante”, o como señala la definición contenida en la obra La Falsedad Documental (Welzel,
2005), que sintetiza todo lo antes indicado:… “Documento es todo objeto cultural
representativo de una cosa, hecho o acto humano, destacando la intervención del hombre, en
forma directa o indirecta, constituyendo un objeto cultural, no natural, cuyo objeto representa
un contenido, suponiendo implícitamente un autor que produce el documento.
Al señalar que el documento es la expresión del ser humano, debemos también considerar que
cumple una función social y como tal, la nueva doctrina penal nos lleva a considerar una
nueva visión respecto del documento, sobre quien lo realiza y el tráfico o circulación que tiene
15
el mismo; ya que el ciudadano común transmite en el documento sus interacciones sociales, tal
como percibe el acontecer social, utilizándolo para comunicarse acorde con la tecnología y por
ende susceptible de ser falseado, por ello la necesidad de analizarlo en un sentido más amplio,
con múltiples variables, despersonalizadas e indeterminadas, donde la buena fe cumple un rol
protagónico sobre la verdad y autenticidad plasmada en el documento.
Respecto al “instrumento”, esta palabra proviene del latín “instruere”, que significa instruirnos
o informarnos de lo que ha ocurrido, cuyo alcance se encuentra restringido, en su contenido,
por el Código de Procedimiento Civil ecuatoriano, que se refiere únicamente al escrito en el
que se deja constancia de un hecho jurídico, clasificándolo en público y privado.
1.1.3.- Documento Público
Los documentos públicos, también llamados auténticos, son los autorizados por el funcionario
competente, para cuya emisión u otorgamiento, deben cumplir previamente con ciertas
solemnidades legales para su validez, como ocurre con las escrituras que deben ser celebradas
y firmadas por el notario, para enajenar bienes inmuebles, ante quien deben comparecer los
otorgantes, como comprador y vendedor, quienes siendo capaces, deben seguir cierta
ritualidad para expresar su voluntad de transferir y adquirir el dominio, correspondiente al
Notario, dar fe pública del acontecimiento, al amparo de las normas del procedimiento civil y
la Ley Notarial, es decir expresa la efectiva realización del acto, y de la identidad de los
otorgantes, como un hecho verídico y así debe entenderse por el conglomerado social,
respecto de la transferencia de dominio, constituyendo el documento, llamado escritura la
constancia de la transacción, en cuyas clausulas se expresa la voluntad histórica de la efectiva
realización del hecho.
16
Es el funcionario competente, quien debe cuidar que no se produzca ninguna nulidad,
alteración en el acto que celebran las partes, esmerando su cuidado al extremo que la voluntad
de los comparecientes se la exprese en el documento, sin que el mismo funcionario pueda
introducir claúsulas o consideraciones ajenas a lo pactado y además, sin permitir, que ninguno
de ellos, pueda cambiar la verdad de la transacción, porque de lo contrario, el mismo notario o
uno de los otorgantes, rebasa el límite legal e ingresa al campo delictivo, mediante la falsedad
en sus distintas formas o modalidades.
Citamos el hecho de que el notario, el funcionario competente para este tipo de acuerdos,
porque tratándose de compra-venta de bienes muebles, el documento de carácter privado y la
entrega de la cosa, hace que se perfeccione la tradición o transferencia de la propiedad,
respecto de la cosa dada en venta; ya que no todos los funcionarios públicos puedan dar fe
determinado acto, como ocurre con los contratos celebrados entre entidades públicas y los
particulares, como por ejemplo: la contratación para la ejecución de una obra, en cuyo caso el
documento llamado contrato, a más de la suscripción de los intervinientes, se lo celebra ante
notario, para que adquiera la calidad de documento público.
Debemos entender que instrumento o documento público, es aquel que es extendido por el
competente empleado público y autorizado para emitirlo, porque si no tiene dicha calidad, de
emisor del instrumento en razón de su cargo, no puede ser catalogado como documento
público, sino simplemente otorgados por un particular pero responsable de la falsedad; ya que
la calidad de funcionario público, es circunstancia constitutiva de la infracción, porque para
que exista falsedad de instrumento público, cometida por funcionario público es necesario,
como lo afirma Francisco Pérez Borja … (Borja, 1927)” que el escrito sea instrumento
público; que el que comete la falsedad sea un funcionario público en ejercicio de sus
17
funciones; o sea que esté encargado por la ley de extender ese instrumento público; y que la
falsedad se la lleve a cabo por uno de los modos establecidos en el código penal, como firmas
falsas; alteración de actas, escrituras o firmas; suposición de personas; escrituras hechas o
intercaladas en registros u otros documentos públicos, en escritos u otras actuaciones
judiciales, después de su formación o clausura; estableciendo estipulaciones distintas de las
que hubieren acordado las partes; y, estableciendo como verdaderos hechos que no lo eran”.
Solo respecto de los actos celebrados ante os funcionarios competentes, realizado por escritos,
tienen el carácter de instrumento público y son en los que se pueden considerar la posibilidad
de que se produzca un acto falsario, para dar cabida a la Prejudicialidad, dependiendo de la
forma de falsedad; ya que los documentos que no son públicos, como los privados, no tienen
dicha posibilidad prejudicial, tampoco puede concebirse en actos no escritos, en documentos
apócrifos o sin firma, ya que de ser falsos, no tienen el obstáculo legal al ejercicio de la
acción.
Para estudiar sobre la Prejudicialidad, sin duda alguna hay que analizar lo señalado entre los
artículos 164 y 206 de nuestro ordenamiento procesal civil, ya que en el artículo 164, como
hemos indicado, señala que el instrumento público auténtico, es el autorizado con las
solemnidades legales por el competente empleado; si fuere otorgado ante notario e
incorporado en un protocolo o registro público, se llamará escritura pública, considerado
también, como instrumento público, a los mensajes de datos otorgados, conferidos,
autorizados expedidos por y ante autoridad competente y firmados electrónicamente con lo
que cobra vigencia la falsedad electrónica, que también se trata en este análisis.
18
También el artículo 165 del C.P.C., señala que hacen fe y constituyen prueba todos los
instrumentos públicos, o sea todos los documentos autorizados en debida forma, por las
personas encargadas de los asuntos correspondientes a su cargo o empleo, como los diplomas,
decretos, mandatos, edictos, exhortos u otras providencias expedidas por autoridad
competente; la certificaciones, copias o testimonios de una actuación o procedimiento
gubernativo o judicial, dados por el secretario respectivo, y los escritos en que se señalan los
actos ejecutados o los convenios celebrados ante el notario; los asientos de los libros y otras
actuaciones de los funcionarios y empleados del Estado o de cualquier ora institución del
sector público; los asientos de los libros y registros parroquiales, los libros y registros de los
tenientes políticos y de otras personas facultadas por las leyes.
El artículo 178 del procesal civil, señala que cuando un documento público es falso,
indicando: “es un instrumento falso el que contiene una suposición fraudulenta en perjuicios
de terceros, por haberse contrahecho la escritura o la suscripción de algunos de los que se
supone que la otorgaron, o de los testigos o del notario; por haberse suprimido, alterado o
añadido algunas claúsulas o palabras en el cuerpo del instrumento, después de otorgado; y en
caso de que hubiera anticipado o postergado la fecha de otorgamiento”.
Indica el Profesor Dr. José García Falconí, que la disposición procesal civil contenida, en el
artículo 178, que se ha transcrito, guarda conformidad con lo dispuesto en el artículo 339 del
anterior sustantivo penal que tipificaba y sancionaba la falsedad de instrumento público,
escrituras de comercios, contratos de prenda y otras actuaciones judiciales, que coincidían con
lo que se ha expresado en la investigación, que en el caso de la falsedad material, es menester
que la justicia civil haya previamente definido estas cuestiones sin cuya decisión el Juez de
garantías penales no debe fallar o adelantar un proceso en esta materia; reiterando el Dr.
19
García Falconí, “que cuando el proceso penal se fundamenta en un hecho cuya decisión es
privativa de la justicia civil, como es el caos de la falsedad material documental, es menester
la sentencia del juez de lo civil antes de iniciar el juicio penal, esto es, pronunciamiento del
juez civil debe ser previo al proceso o fallo penal, con independencia de la consideración
relativa a la influencia que ese fallo tenga sobre la justicia represiva”.
Sostiene el Dr. Gómez Mera, que para ser considerado como instrumento público escrito, el
requisito sine qua non, es que sea otorgado por el funcionario público competente, no
cualquier funcionario, sino únicamente el que está autorizado, con observancia de las
solemnidades, requisitos y condiciones señaladas por la leyes y reglamentos respectivos. (Dr.
Gómez Mera, 2010)
Al decir, ‘‘no cualquier funcionario’’, sino únicamente el que está autorizado, debemos
entender que un servidos público, a pesar de su investidura, solo tiene competencia respecto de
su propia área funcional, no puede producir documentos públicos en su sector de competencia
distinta a la suya, ya que al emitirlo, es espurio, careciendo de la calidad de ser un documento
público autentico, pues dicha calidad no es natural, ni emana del ejercicio legítimo de su
función y por ello tampoco tiene un rol legítimo para la elaboración del documento oficial,
constituyéndose en un documento falso.
Sobre este tema, Manuel Corredor Pardo, lo plantea con un ejemplo: ‘‘El juez civil que carece
de toda competencia penal y no puede ejercer las funciones de fiscal, en virtud de las
competencias institucionales previamente definidas, tampoco puede producir un documento
público propio de la Fiscalía, como una resolución acusatoria en un caso concreto. El rol
funcional de ceración de esta clase de documento, no corresponde a la función del juez civil;
20
solo en el ámbito de su competencia es que puede actuar el servidor público, lo cual también
se aplica
para la formación de documentos con carácter público, no pudiendo ejercer
funciones distintas a la que señala la Constitución y las leyes, de modo que no puede
documentar como servidor público, sino en el escrito límite de su actividad funcional y solo
otorgará un documento con apariencia de público, en clara usurpación de funciones, debiendo
ser considerado como un simple documento, quizás de carácter privado, pero no público’’.
(Corredor Pardo, 2007)
Reiteramos, es documento público en la medida de que es creado por la ‘‘actividad funcional’’
del servidor público, pero en nuestra práctica, hemos presenciado enjuiciamientos penales,
por el tipo de falsedad de instrumento público, por licencia falsa, por ejemplo: cuando se
aprehende en delito flagrante q quien conduce un vehículo con licencia falsa, atribuyéndole a
dicho credencial la calidad de instrumento público, cuando luego de la experticia técnica
documentológica, se logra establecer que la falsedad no recae sobre el documento público
autentico, no es sobre el documento extendido por la Comisión de Transito que posee varias
seguridades, sino que fue realizado en un papel sin dichas seguridades, obtenido su similar por
una fotocopiadora de alta resolución o mediante el sistema de escaneo, donde también se
obtiene nitidez, que impide a la vista determinar con exactitud, si la falsedad es realizada en el
documento autentico, cuando en realidad es hecha sobre la fotocopia o escaneo; estos dos
papeles o documentos, citados en el presente ejemplo, a pesar de ser similares al original, no
constituyen documento público, porque no ha sido extendido por el funcionario competente,
no corresponde a la entidad pública, ni la falsedad se ha realizado sobre el documento original
cuya modalidad de falsedad en extenso analizaremos cuando tratemos la falsedad en la
21
licencia de manejo y el uso de documento público, deben ser efectuadas en uno que tenga
dicha calidad, que no la posee la fotocopia o el escaneo.
1.1.4.- Documento Privado
El documento privado, es el escrito hecho por una persona particular, sin intervención de
notario, ni de otra persona legalmente autorizada o por personas públicas en actos que no son
de su oficio, como lo establece la definición contenida en el art. 191 del Código de
Procedimiento Civil.
Manuel Corredor Pardo, en su obra, al tratar sobre los documentos privados, dice que son los
producidos por personas que desempeñan roles particulares, excluyendo las funciones públicas
al servicio del Estado, y son los producidos en el ejercicio de cualquier rol de la vida social,
como simple persona privada, sin ninguna condición, como profesor o gerente, como girador
de cheques, sacerdote o padre de familia, como anotador de planillas de ingreso de personal,
como ingeniero o arquitecto, como empleador, en fin de toda actividad desprovista de la
función pública estatal que permita la creación de documentos.
En términos generales podemos indicar que documento privado, es aquel que no tiene calidad
o carácter público, pudiendo ser con firma o sin ella, aunque algunos autores donde se
incluyen al Dr. Gómez Mera, sostienen que si el instrumento privado no tiene la
correspondiente firma, no es tal, pero esta posición no debe ser tan tajante, porque pudiera ser
que el documento sin firma, tenga valor en el conjunto de la prueba, señalando como por
ejemplo, los periódicos o revistas, que son instrumentos privados y en un momento dado
pueden ser fuente probatoria.
22
También puede ocurrir que un documento privado, en manuscrito y sin firma del autor, si se
puede establecer su emisor, con el examen grafológico, siempre y cuando se justifiquen que se
trata de una manifestación expresa de voluntad.
El documento público, está sujeto a determinadas formalidades o solemnidades, como el caso
de las escrituras públicas, cuya estructura formal es la que goza de autenticidad, por la fe
pública que da el notario, pero el documento privado, solo cuando es reconocido, se convierte
en público, precisamente por la intervención de la autoridad en la que se encuentra investido el
funcionario público o notario.
Por lo anterior sostenemos, que en el documento público o privado, se puede faltar a la verdad,
cuando se miente o engaña; cuando se latera la realidad; cuando se suplanta a la persona,
cuando se simula la verdad como apreciamos se comete falsedad, en varias formas o métodos,
pero siempre debe estar presente el dolo, la malicia o el fraude, en la búsqueda inmediata o
futura de un beneficio económico o jurídico, o en perjuicio de otra persona, pero lo que la ley
sanciona es el hecho de faltar a la verdad o alterarla dolosamente, por lo que este tipo de
delitos realizados en documentos públicos o privados tiene dos fases comunes: faltar a la
verdad y causar daño.
1.1.5.- Bien Jurídico protegido
Conscientes de que lo falso se puede expresar mediante diversas modalidades, pero antes de
examinarlas debemos establecer cuál o cuáles son los bienes jurídicos protegidos que son
lesionados por la falsedad de documento público, y coincidiendo con muchos tratadistas
sostenemos que es la fe pública, porque se atenta contra la confianza del documento público
que se supone veraz, es la seguridad que se tiene respecto de la autenticidad
23
de los
instrumentos y en contenido declarativo de los mismos, porque como lo refiere la doctrina, al
poner fe a la autoridad, en su signo, en su emblema, al creer y confiar en ellos, se hace un acto
de ejercicio de fe pública; pero tratándose de documentos públicos esa fe está representada por
la autoridad que la emite y el ciudadano cree en su legitimidad, porque provienen de tales
funcionarios o entes públicos.
El diccionario de Raúl Goldstein de Derecho Penal y Criminología, al tratar sobre la fe
pública, cita a Manzini, que la define: ‘‘como la confianza colectiva recíproca en la que se
desenvuelven determinadas relaciones sociales, como son las concernientes a la circulación
monetaria, a los medios simbólicos de autenticación o certificación, a los documentos y a la
actividad comercial e industrial’’; es decir la confianza en los instrumentos públicos, pero
dicha confianza reposa en la persona del funcionario o de la entidad pública que la emite, es
la confianza colectiva en determinados documentos.
Cuando nos referimos a ‘‘falsedad’’, estamos indicando que es toda falta de verdad o de
autenticidad, consistiendo en cualquiera de las adulteraciones u ocultaciones de la realidad,
que puede presentarse en las palabras, documentos que carecen de certeza, siendo una forma
de conducta reprensible de manera genérica que tipifican varios delitos, convirtiéndose en el
denominador común de varias acciones jurídicamente punibles, por ello Mezger la definió
como ‘‘aquello que va contra la fe pública’’.
El tratadista Edgardo Donna, al comentar sobre la ‘‘fe pública’’, manifiesta que: ‘‘es la
confianza que terceros indeterminados, ponen en un
instrumento, para relacionarse
jurídicamente con él, ya que el bien jurídico tutelado es la confianza general y no la de
algunos pocos dotados de un saber técnico, por cuanto la fe otorgada es ergan omnes’’.
24
(Donna, 2012) Mientras que Vicente Chávez Yerovi, sobre lo falso, indica, que es todo
aquello que atenta contra la verdad, contra la fe pública, es toda mutación de la verdad que
luego de la practicidad adopta la denominación de falsificación. Es la alteración, supresión u
ocultamiento de la verdad que lesiona el orden constituido a través de la fe pública; (Dr.
Chávez, 2012) citando a Manzini, revela que ‘‘la fe pública, no porque un precepto la
imponga, sino porque la necesidad y la costumbre de la vida social la hace surgir, por lo que la
fe pública debe ser considerada como un fenómeno colectivo, como una costumbre social’’,
que ha ser protegida por el estado mediante la tutela penal contra hechos que desequilibran la
confianza de las personas y que inclusive engañan a las autoridades.
Analizando las citas doctrinarias que hemos referido, reiteramos que el bien jurídico lesionado
con la falsedad, es la fe pública, aunque existen otros estudios del derecho, que consideran que
no solo se lesiona un bien, sino que con el delito de falsedad de documento público, se puede
también lesionar varios derechos, que son también protegidos por el Estado, como lo refiere el
estudioso del derecho de nuestro país Dr. Ernesto Albán Gómez, en su obra ‘‘Manual de
Derecho Penal Ecuatoriano’’, quien al tratar sobre los delitos contra la fe pública, hace un
extenso análisis sobre esta problemática, realizando serios cuestionamientos a la posición
jurídica-doctrinaria que estamos estudiando, porque considera que el accionar delictivo no
solo lesiona la fe pública, sino también la fe privada o la administración de justicia.
Otro tratadista, como Luis Carlos Pérez, al referirse a la mentira contenida en el documento,
sostiene que son varios los bienes jurídicos lesionados, opinando que causa perjuicios a la
libertad, dignidad, a la condición y el estado de las personas, la salud de estas, su seguridad, su
intimidad, su propiedad, entre otro de los muchos derechos y garantías que reconoce las leyes
internas de cada país y los tratados internacionales. (Pérez, 2012)
25
Por ello el Dr. Albán se refiere, como un hecho desafortunado la agrupación de varios tipos
penales, en la denominada fe pública, cuando en realidad se lesionan varios bienes que debe
proteger el Estado, por ello la consideración de orden jurídico debe ser más amplia, ya que al
agruparlos bajo la denominación de ‘‘falsificaciones’’ de monedas, billetes, timbres y marcas;
los documentos en general; otras denominaciones como el falso testimonio y perjurio; también
los delitos relativos al comercio, industrias y subastas; los que se incluyeron en septiembre del
2007 relativos a la comercialización ilícita de hidrocarburos; el suprimido en el 2009 como el
pago de cheques sin provisión de fondos, que fue destipificado, todos son tipos penales que no
coinciden con la afectación a la fe pública, es por ello que dicho autor, considera difícil la
forma de clasificarlos adecuadamente, sembrando dudas respecto a concebir si en realidad el
bien jurídico protegido sea o no la fe pública.
Al analizar la tesis referida por el DR. Albán, también debemos considerar que existen otras
formas de faltar a la verdad, siendo las más comunes la falsificación de billetes, cheques,
timbres, sellos, estampillas, marcas, boletos de transporte, documentos públicos y privados,
otorgamiento de certificados falsos, falsificación de la cédula de identidad, pasaporte, entre
otros, que si corresponden a la fe pública, aunque el Diccionario de Derecho Penal y
Criminología, también ubica a la falsificación que se usa como delito medio para cometer la
estafa, en cuyo caso esteraríamos en la esfera de los delitos contra la propiedad; por lo que
podemos concluir que no solo se afecta la fe pública, sino otros bienes jurídicos garantizados
por el Estado, según su modalidad. (Goldstein, 1998)
Dentro de la corriente doctrinaria que analizamos, se sitúa otro bien jurídico lesionado,
distinto a la fe pública, encontramos al profesor Dr. José García Falconí, quien considera
difícil distinguir cual es el bien jurídico que la protege, ya que a su criterio sería ‘‘la seguridad
26
jurídica’’, acorde a lo que establece el art. 82 de la Constitución del Ecuador, 2008, que dice:
‘‘El derecho a la seguridad jurídica se fundamenta en el respeto a la Constitución y en la
existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades
competentes’’.
Porque sería lamentable, que el juez de lo civil se pronuncie de una manera y el juez de
garantías penales de otra, en el mismo asunto sobre la falsedad documental, citando a Manzini,
concluye: ‘‘las cuestiones prejudiciales que pertenecen a esa zona gris entre el derecho civil y
el penal, no obstante estar legisladas en distintos cuerpos legales, tanto penales como civiles,
inciden fundamentalmente en el proceso penal’’.
1.1.6.- Fuerza probatoria del instrumento público
El carácter distintivo de los instrumentos públicos es el de su plena fe o, en otros términos, el
de su fuerza probatoria.
La fuerza probatoria consiste en el pleno efecto que produce el instrumento público, respecto
de las partes y de los terceros, a consecuencia de las presunciones de autenticidad y veracidad
que ellos engendran, intrínsecamente considerados.
Esta fuerza probatoria debe ser estudiada atendiendo, necesariamente, a dos aspectos distintos,
es decir, en lo referente al instrumento en sí mismo, intrínsecamente considerado, por una
parte, y, por la otra, en lo referente a su contenido.
El principio general en esta materia es que el instrumento público estando en condiciones
regulares, prueba por sí mismo su carácter de tal. Existe, por consiguiente la presunción de que
el instrumento público ha sido realmente otorgado ante el oficial público que aparece
27
suscribiéndolo y que la firma y el sello de éste, en el caso de que los tenga, son auténticos; en
otros términos, existe la presunción de autenticidad del instrumento público.
La persona que presenta un Instrumento público de apariencia regular no tiene que demostrar
su autenticidad. El documento, aún bajo la forma de copia, se presenta acompañado de signos
exteriores difíciles de imitar: sellos y marcas de diversas clases, unos impresos en tinta y otros
impresos en relieve, firma y rúbrica de un funcionario público cuya escritura es conocida y
puede ser controlada fácilmente. Esos signos exteriores de autenticación bastan.
De esta manera, los instrumentos públicos hacen plena fe respecto de lo comprobado
personalmente por el oficial público, de visu et auditu; también respecto a la fecha del acto, la
presencia de las partes, identidades de las mismas, identidades de las mismas, la convención
realizada en su presencia, pagos, formas pagos, documentos exhibidos, procuraciones, firmas
y la presencia de los testigos, si lo estuvieren; o las certificaciones de concordancias con los
libros o asientos, cuando se tratare de funcionarios investidos de facultades para certificar
nacimientos, matrimonios, defunciones o registros de propiedades.
Lo que el instrumento público prueba es la celebración de la convención, pero no ampara la
sinceridad de la misma; por tanto, puede ser atacado por simulación del acto.
1.2.- La Falsedad
1.2.1.- Definición
Con origen en el latín falsĭtas, el concepto de falsedad describe la falta de verdad o
autenticidad de un objeto o individuo. Una falsedad puede consistir en una mentira, noción
28
que identifica a una declaración que oculta o tergiversa la realidad de manera parcial o
absoluta. Por citar un ejemplo: un niño rompe un vaso y nadie lo ve; cuando su madre le
pregunta si sabe quién rompió dicho vaso, responde que no. En ese caso, el niño incurrió en
una falsedad ya que mintió. Es la función de los documentos para los efectos legales en la
circulación es esencialmente probatoria, ya que es un medio destinado a probar lo
representado ante otros para que actúen jurídicamente.
El sentido probatorio obedece a la materia contenida en la representación formada por el autor
cierto, bien que se la use como medio de prueba, o que se documente un contenido sin pensar
en tal finalidad, o aunque se lo elabore con el propósito puramente individual de una relación
interpersonal, bajo el acuerdo de que no habrá de ser empleado en el tráfico como prueba.
1.2.2.- Falsedad de instrumento público
El carácter de la acción del texto se desprende que la falsedad debe ser interpuesta únicamente
por acción. Consecuentemente, queda descartado el planteamiento de la falsedad por vía de
excepción, en materia de nulidades.
Tiende a demostrar la falsedad del instrumento público, que es la contra cara de su
autenticidad, la falsedad es toda alteración de la verdad. (Armella, 1998) La acción podrá ser
planteada en el ámbito jurisdiccional civil o penal.
29
La falsedad de un instrumento público se tramitará por incidente que deberá promoverse
dentro del plazo de diez días de realizada la impugnación, bajo apercibimiento de tenerla por
desistida. Será inadmisible si no se indican los elementos y no se ofrecen las pruebas
tendientes a demostrar la falsedad.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los testigos de un instrumento y no pueden
contradecir, variar ni alterar el contenido de él, si no alegasen que testificaron el acto por dolo
o violencia que se les hizo, en cuyo caso el instrumento público no valdrá.
Lo expuesto significa que cuando se trata de una escritura pública no basta la sola negación de
la autenticidad de la firma que se atribuye al deudor, sino que es necesario promover la acción
civil o criminal destinada a destruir la fe del instrumento, razón por la cual tampoco es
suficiente el mero ofrecimiento de prueba en contra de sus constancias. La introducción del
tema vinculado con la falsedad de la escritura del mutuo hipotecario no es materia propia de la
excepción de falsedad, pues su tratamiento requiere un proceso de conocimiento irrestricto y
mayor amplitud de debate y prueba.
Además, en cuanto a la falsedad, entiendo que debe haber un perjuicio, es decir, si no hay
perjuicio evidentemente la falsedad no es punible. En el caso de la falsedad ideológica, si los
otorgantes ante escribano declaran en primer lugar el mutuo consentimiento, no hay vicios de
voluntad, son juzgadas las declaraciones como sinceras, se reciben en lo que es audiencia
pública y se consignan en el instrumento, eso merece fe.
30
Éstos son aspectos que se deben tener presentes. En definitiva, el documento es falso cuando
el funcionario asienta una declaración contraria a la que recibió y cuando lo asentado es
sustancialmente distinto de lo manifestado; de lo contrario, no habría falsedad ideológica, no
habría imputación al notario por muchos de los negocios que pasan por sus protocolos y que
las partes conscientemente formalizan, declaran y respecto de los que él no tiene otra
alternativa que, recepción de la autonomía de la voluntad, volcarlos en la escritura pública.
1.2.3.- Distintas falsedades documentales
La falsedad documental proviene del derecho romano a través del concepto de ‘‘Falsum y
crimen falsi’’, entendidas estas como declaraciones falsas, llegando a confundirse con el
concepto de engaño, presentándose de múltiples formas, siendo las más comunes, la
falsificación de moneda, de papeles representativos de valor, de timbres, de sellos y
estampillas, de marcas, de boleto de transporte en todas sus clases, de documentos públicos y
privados, otorgamientos de certificados falsos, falsedad de partes en servicios de
telecomunicaciones, falsificación de pasaportes, de control de hoteles, falsedad de información
informática y en todos ellos se falta a la verdad, quebrantándose la ‘‘fe pública’’ que la tienen
determinados funcionarios, facultados por la ley, para certificar sobre la verdad de haberse
otorgado un documento, en un lugar y fecha determinada, cambiando su contenido, como la
forma.
Al igual que las palabras documentos o instrumento también existe otra confusión
generalizada en la aplicación de los términos, respecto a la ‘‘falsedad’’ y la ‘‘falsificación’’ de
31
documentos, ya que existe una diferencia de género a especie; porque ‘‘falsedad’’ significa
falta de verdad que es el género. Mientras que ‘‘falsificación’’ es una de las especies de la
falsedad, que se utiliza cuando nos referimos a la falsificación de sellos, monedas, billetes y
documentos. Regularmente se trata de diferenciarlas, indicando falsedad a la inexactitud o
malicia, mientras que falsificación cuando nos referimos a la adulteración o imitación; pero en
realidad al ejecutar la falsificación se produce la falsedad de un hecho, la primera se agota en
la acción y la última perdura hasta que se descubre o anula.
Groizard, sintetizó esta diferencia de la siguiente manera: ‘‘Para que la falsificación resulte, es
necesaria la previa existencia de un documento o de un objeto verdadero, que mediante ciertos
procedimientos se lo altera y al alterarse, se lo falsifica; mientras que la falsedad, indica la
comisión de un hecho o la ejecución de un acto en el que no se expresa la verdad, sino que a
sabiendas se emiten conceptos que nos son verdaderos’’, como también lo afirma Gunther
Jakobs, ‘‘solo puede constituir una falsedad documental, cuando se finge que en el papel se
documenta un efecto jurídico’’. (Jakobs, 2012)
El Dr. Wilson Merino Sánchez, en una de sus ponencias en la Sala Penal de la Corte Nacional
de Justicia del Ecuador, sostiene que ‘‘el sentido natural y obvio de la palabra ‘‘falsificación’’,
no es otro que el dado por el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, que
define a la falsificación como ‘‘acción o efecto de falsificar’’; falsificar en cambio, es falsear,
adulterar o contrahacer. Proviene del latin falsificare, de falsus, ‘‘falso’’. Por falso, la Real
Academia Española de la Lengua entiende aquello engañoso, fingido, simulado, falso de ley,
de realidad o veracidad’’.
32
Por aquí, dice el Dr. Merino Sánchez, podemos ir desbrozando el camino que nos conduzca a
una precisión conceptual de la falsificación: ‘‘falso, es igual a falto de ‘‘veracidad’’. Todo
parece fluir de manera sencilla con el manejo de las palabras comunes, con aquellas que son
parte del lenguaje cotidiano, pero el momento que toca definir una situación jurídica como el
delito de falsificación, ya las cosas no son tan simples como parecen a simple vista’’.
Preguntándose: ¿de qué modo un documento falso puede guardar correspondencia con la
realidad y con los hechos objetivos que trata de representar, testimoniar, certificar, acreditar,
comprobar, disponer, etc?, considerando que aquí viene otro punto de diferenciación
conceptual, porque habrán instrumentos (documentos) que simulen completamente hechos que
jamás acontecieron y por ese medio pretendan llevar a engaños; y habrán documentos que
emitidos, confeccionados o producidos autentica y realmente, adolezcan de ciertas
adulteraciones que se introdujeron a posteriori. Habrá entonces, aquel documento que pretende
simular de manera completa y total una realidad en forma imaginaria, que ‘‘no es’’; y habrán
documentos que habiendo nacido de manera real y verídica sean, luego, adulterados’’; valiosa
apreciación de orden doctrinario, que tomaremos en consideración en el desarrollo de la
presente investigación y que desglosaremos cuando analicemos los tipos de falsedades como
son la material, ideología e ideal.
El maestro Eugenio Coello Calón, quien a más de opinar sobre el concepto de falsedad,
también nos presenta el ‘‘error de buena fe’’ y para ello debemos examinar si el agente
conocía o no que el documento era falso, para considerarlo, en la esfera civil o como
infracción penal; ya que como afirma: ‘‘falsedad: equivalente a falta, a la alteración de la
verdad, ‘‘mudamiento de verdad’’. (Coello, 2012)
33
La alteración de la verdad puede provenir de erro (cuando de buena fe se cree y afirma como
cierto lo que no es) o de mentira, afirmando como cierto lo que se sabe contrario a la verdad.
Esta afirmación maliciosa es el alma de la falsedad, pero el contenido mendaz de un hecho no
basta para que sea punible, es menester que además se encuentre revestido de un aspecto de
verdad capaz de engañar a los demás, que se presenten como verdaderos los hechos falsos y
que entren el campo del derecho, no basta que se hallen revestidos por un rodaje de verdad, es
también condición precisa que lesionen o sean capaces de lesionar bienes jurídicos protegidos
por la ley. Entre semejantes hechos, de inducir a engaño, algunos no rebasan la esfera del
derecho civil, no hay en ellos más que un dolo civil que obliga tan solo a la reparación de los
daños causados, otros caen de lleno dentro del área penal, son hechos realizados con intención
criminal, cuya consecuencia es la imposición de penas.
Desde lo clásico, Coello Calón en la obra que citamos, también nos presenta otra posibilidad,
‘‘que el documento falso sea utilizado como mecanismo para cometer otro delito’’, que puede
ser el de Estafa u otras defraudaciones, ya que dentro del derecho penal, ‘‘la alteración de
verdad constituye infracciones de índole diversa. Cuando se realiza empleando determinados
modos de ejecución específicamente expresados en el texto legal, constituyendo un verdadero
delito de falsedad, entre otros casos el falseamiento de la verdad no es más que el elemento
integrante de otros delitos de clase diferente especialmente de las ‘‘estafas y otros engaños’’,
la falsedad, en general han de concurrir los siguientes elementos: 1.- Sustitución de lo
verdadero por lo que no lo es, peor lo limita en grado de inducir a error. 2.- Que la cosa o acto
falsificado tenga capacidad para producir un efecto jurídico, no es menester la lesión de
interés, hasta la posibilidad de tal lesión’’.
34
El Dr. José Antonio Caro John, al tratar sobre la ‘‘falsedad documental’’ enseña, que el sujeto
activo es ‘‘aquel que hace en todo o en parte, un documento falso, que puede dar origen a un
derecho u obligación, mediante el uso de tal documento, cuya condición es que cause
perjuicio’’, señalando el mismo autor, que el ‘‘perjuicio’’, viene a ser la condición objetiva de
punibilidad, que se consuma con el uso o el empleo del documento falso o falsificado; y, para
justificar la existencia de la comisión del delito de falsificación de documentos, es necesario la
práctica de una pericia grafotécnica,
que lo trataremos en el desarrollo de la presente
investigación. (Dr. Caro, 2011)
Para establecer la existencia de la falsedad, también hay que distinguir, si se trata de
documentos públicos o privados y luego la forma en que se realizó; ya que la doctrina
considera que existe falsedad material, ideológica e ideal, según la conducta realizada por el
agente, en alterar el documento autentico, introduciendo en él elementos, hechos falsos, o en
hacer declaraciones falsas en un documento autentico; o simplemente lo concibe o crea el
documento; y es aquí, donde nace la equivocación o confusión, provocándose erróneas
interpretaciones, al analizar el tipo de falsedad, que impiden determinar con exactitud cuál d
ellas corresponde al caso de Prejudicialidad, en la falsedad de documento público.
Por su parte, José Antonio Caro Jonh, distingue dos tipos de falsedades: la denominada
‘‘falsedad propia’’, que se configura cuando cuándo el sujeto activo hace, en todo o en parte,
un documento falso o adultera uno verdadero que pueda dar origen a un derecho u obligación;
y la ‘‘falsedad impropia’’, realizada por cualquier persona, pues basta usar el objeto materia
del delito, es decir el documento falso o falsificado, ya sea privado o público, entendiendo por
falso, aquel que resulta ser el producto de conductas tales como el hacer, en todo en parte, o
35
adulterar uno o verdadero, a sabiendas que realiza lo falso haciendo derechos, obligaciones o
hechos que no corresponden en el contenido cierto de la realidad.
Los elementos constitutivos de la falsedad, son:

Alteración de la verdad: que se hace por el empleo de medios que hacen aparecer coo
existentes los hechos que no se han producido;

Imitación de la verdad: cuando se presentan signos de autenticidad, con el que se intenta
engañar y no es necesario que la imitación sea perfecta, pero sí que se pueda reconocer
como falsedad a primera vista;

Que produzca daño: cuando la alteración a la verdad ocasione un resultado perjudicial;

Existente del dolo, malicia o fraude: consistiendo en la consciencia que tiene el agente
que altera la verdad y que cree en la posibilidad del daño a terceros; es decir, que la ley
sanciona el hecho de falsear la verada o alterar dolosamente y se consume desde el
momento en que se produce la falsedad.
Pero otros tratadistas, entre lo que lo que incluimos al maestro Dr. Zavala Baquerizo, señalan
que pueden existir tres tipos de falsedad, siendo estas material, ideológica e ideal, esta ultima
la sub-clasifican en falsificación o forjadura; ya que la material se altera la verdad; en la
ideológica, se suplanta la verdad; y, en la ideal, se crea la verdad mediante las formas de
falsificación, cuando se imita y en forma de forjadura cuando finge, es la tesis que
compartimos como se explica.
36
1.2.4.- Falsedad Material
La falsedad material, es aquella que, “en el documento”, se altera la verdad cuando esta
íntegramente formado y en falsario borra, suplanta, incorpora, establece firmas falsas,
notándose que se utiliza la preposición del lugar “en” es decir sobre el documento, este ya está
elaborado, esta previamente escrito y el autor sobre la escritura borra la fecha poniéndole otra,
le borra el nombre y le coloca otro, le borra el texto y le cambia por otro, todo ello
corresponde a la falsedad material.
El Dr. Jorge Zavala Baquerizo, sostiene que la falsedad material” es aquella que en la que la
acción falsearía se concentra en la alteración ejecutada sobre el instrumento”; es decir que
debe existir previamente el documento, y la falsedad debe hacérsela “en” el documento, ya
que altera la verdad contenida en el documento ya formado, actúa sobre lo genuino y
autentico, otorgado con anterioridad. (Dr. Zavala Baquerizo, 1994)
La falsedad material también llamada “REAL”, se exterioriza cuando se altera uno verdadero
y, puede presentarse en un documento público, como en uno privado, mediante dos
modalidades genéricas: a) por la creación total o parcial de un segmento del documento, que
atañe al contenido, como a la firma del mismo; y, b) por la adulteración, también total o
parcial, de un documento legitimo; es decir que la falsedad material se presenta “cuando la
mutación de la verdad recae materialmente sobre la escritura o cuando es susceptible de
comprobación mediante pericias material”.
37
Surge a la vida jurídica la falsedad material, cuando el legítimo o verdadero se adultera; por lo
que hacer: implica llenar, sacar de la nada un determinado contenido con significación jurídica
y con una firma que lo avale; mientras que adulterar: consiste en la sustitución o distorsión de
un texto, que por lo mismo se convierte en otro, desfigurando su significado jurídico, como la
señala Carlos Creus, en su obra Derecho Penal, indica: ”La falsedad material recae sobre la
materialidad del documento, o sea, sobre sus signos de autenticidad, incluida, por supuesto, la
escritura misma, ya se le imite creando, ya se la modifique alterando la verdadera. Esta
falsedad, ataca la verdad, menoscabando la autenticidad del documento”.
Las características comunes de la falsedad material son: 1) la conducta del sujeto activo de la
infracción, cuando lo hace, adultera, suprime o destruye; 2) el objeto material, que lo
constituye el documento afectado; 3) la voluntad, que es la parte subjetiva, cuando toma
conciencia del hecho de la falsedad, como lo afirma Carrara, todas las veces que la mutación
de la verdad recae sobre la escritura, en cuanto aparece escrito el documento, lo que según la
verdad debía estar escrito de manera distinta, o e cuanto no aparece escrito allí, en lo que
debería estarlo, o ya porque los conceptos verdaderos fueron después borrados, cambiados o
modificados con adiciones o apostillas falsas por una mano perversa. (Dr. Pérez Borja, 1977.)
El Dr. Jorge Zavala Baquerizo, luego de un minucioso estudio del tema, señala directamente
que: ‘‘la falsedad material de un instrumento público, es un caso de Prejudicialidad civil en
materia penal, porque de maneras expresa (Art.184, inciso final CPC) ordena que el proceso
penal no se puede iniciar, en el caso que se estudia, “antes “de la declaración del órgano
jurisdiccional civil que fulmina de falso al instrumento público”.
38
La prejudicialidad civil, en el caso de la falsedad material en un documento público, consta en
el Art. 180 del Código de Procedimiento Civil como señalaremos en el desarrollo de este
tema, ya que ‘‘Si se demandara la falsedad de un instrumento público, el juez procederá a
comparar la copia con el original y a recibir las declaraciones de los testigos instrumentales”.
Como apreciamos la normativa civil, señala que la material es prejudicial y para que
constituya dicha falsedad, en unos casos, es posible comparar el documento original, con el
documento alterado o falso; estableciéndose en otras ocasiones que los hechos ficticios o
falsos se agregaron en el documento autentico, en cuyo caso no se podrá comparar el legítimo
con el falso, pero para iniciar la acción penal es necesario del pronunciamiento previo de un
juez civil y mercantil, que declare la falsedad de documento constituyendo éste, en el único
caso de Prejudicialidad.
La confusión se presenta, cuando se considera como material, la materialización del acto en el
documento falso, como lo define el Dr. Walter Guerrero Vivanco al expresar que la falsedad
material…”se produce cuando la mutación de la verdad se exterioriza en el aspecto material
del documento, o sea cuando el falsario forje total o parcialmente el documento falso’’. Esta
última parte de la definición del Dr. Guerrero, provoca el error que en la práctica se presenta al
analizar los tipos de falsedad, ya que al decir que la forja totalmente, no debemos entenderlo
que lo crea totalmente, sino que todo o en parte del contenido del documento auténtico ya
creado, es cambiado a conveniencia del forjador.
Para despejar las dudas, recordemos, que la falsedad material, se realiza sobre un documento
existente, “en el documento”, cambiando fecha, lugar, nombre, etc., pero consideramos que la
confusión también se presenta, con la subdivisión que la doctrina hace, a los diferentes casos
39
que en la práctica se presentan, destacándola como la materialización de lo falso, conocidas
como “falsedad material formal” y “falsedad material ideológica”; la primera, esto es la
“material formal” se realiza con la alteración de ciertas generalidades, como fecha, lugar; y la
segunda, la “material ideológica”, (cuyo nombre también causa confusión), se presenta cuando
se cambia el contenido sustancial del documento; pero en ambos casos debe existir
previamente el documento y ambas constituyen el caso de Prejudicialidad.
La confusión se aclara, cuando citamos al maestro Zavala Baquerizo, quien requiere como
único caso de Prejudicialidad, solo a la falsedad material, apreciación jurídica corroborada por
lo expresado, desde hace muchos años, en el Prontuario Alfabético de las sentencias en
materia civil y penal de la Excma. Corte Suprema de Justicia, extractados de las Gacetas
Judiciales Series 6a, 7a, 8a y 9a, publicado por el Dr. Camilo Jauregui Barona, al referirse a la
falsedad de Instrumento, cita ‘‘Si bien las falsedades instrumentales se han contado entre las
cuestiones prejudiciales, no todas lo son, sino las que se refieren a la falsedad material o
alteración de un instrumento después otorgado y, solo cunado ellas han sido materia del
enjuiciamiento civil. Como apreciamos, sola la ‘‘material’’ es prejudicial o cuando previo al
penal se acude a lo civil.
Para entender la falsedad material de un instrumento público, como acto prejudicial y a
manera de ejemplo señalamos, ‘‘Si alguien para hacerse pasar como abogado, toma el título
extendido por la Facultad de Jurisprudencia a favor de un abogado ya fallecido y ‘‘en’’ dicho
título borra la información original y estampe el suyo, se dice que ha cometido falsedad en
instrumento público, llamada falsedad material y por ende constituye el caso de
prejudicialidad.
40
Lo anterior, aclara la discusión jurídica, estableciéndose que no todas las falsedades son casos
de prejudicialidad, como repetimos, solo la falsedad material, porque recae sobre el
documento genuino, pudiendo incidir sobre la forma o sobre el contenido, como también lo
afirma el Dr. Alfonso Zambrano Pasquel, cuando expresa: ‘‘puede alterarse las declaraciones
del funcionario público, o las fechas de otorgamiento, los nombres de las personas que
aparecen como testigos del acto de otorgamiento, como los beneficiarios del documento, o
puede alterarse la declaración de voluntad, las manifestaciones contenidas en el documento,
sin alterar las formas rituales, pudiendo en estos casos alterarse, lo uno, la forma, como lo
otro, el contenido’’. Con esta opinión doctrinaria, podemos afirmar la materialización de lo
falso en el documento.
El maestro Zavala Baquerizo, es del criterio, que se debe tener cuidado de no confundir la
falsedad con la falsificación, la primera, altera la verdad de un documento jurídico, porque
cuando se lo crea totalmente se llama falsedad ideal, imitando la verdad.
1.2.5.- Falsedad Ideológica
La falsedad ideológica, es aquella donde se suplanta la verdad en el momento de la formación
del documento, el documento no está terminado, se está formando y el otorgante dice una cosa
y el autor de la redacción hace aparecer otra.
Como ejemplo podemos citar: ‘‘el notario está recibiendo las clausulas orales que dicta el
testador, se está redactando el testamento, pero el notario inserta una cláusula que no ha dicho
al testador y sigue construyendo el testamento, el otorgante no se da cuenta y suscribe la
41
matriz del testamento’’. Es ahí cuando se produce la falsedad ideológica, porque lo falso no
altera el documento, suplanta la verdad, está creando un hecho inexistente dentro del
testamento, es decir, la falsedad ideológica es la suplantación de la verdad en la formación del
documento.
La falsedad ideológica se presenta, cuando en un documento autentico se consignan o insertan
hechos o declaraciones falsas, el documento en su esencia es genuino, su contenido es falso,
constituyéndose en autentico, porque quien solemniza su contenido es un funcionario público,
en uso de sus atribuciones legales como lo es notario y solo se puede presentar este tipo de
falsedades en documentos públicos, porque los documentos privados, son expedidos por
particulares t no tienen potestad jurídica para dotarlos de autenticidad.
Reiteramos, se produce la falsedad ideológica cuando se inserta o se hiciere insertar, en un
instrumento público, declaraciones falsas, mendaces, concernientes a un hecho que el
documento deba probar; es decir, que en aquella en la que se hace relación maliciosa de
hechos o manifestaciones de voluntad o de conocimientos irreales, tomando características
diversas, ya que el agente, no altera el instrumento preexistente, porque lo falso realiza en el
momento de la formación del instrumento, incluyendo un hecho, una declaración de voluntad,
o de conocimiento, siempre como verdaderos, cuando el agente está consciente de que no los
son. Es por ello, que la falsedad ideológica no atenta contra la forma del instrumento, sino que
se refiere al tenor del mismo, al que el documento debe decir como manifestación de voluntad,
haciendo aparecer actos pensamientos y hechos distintos a la realidad.
42
Lo esencial del delito de falsedad ideológica, es que el documento público, se encuentra en
formación y lo hace en el momento de la elaboración del instrumento, aprovechando para
incluir o hacer constar, lo que no fue voluntad del otorgante, es lo que el documento debe
relatar; la acción falsaria repetimos, se ejecuta en el momento de la confección.
Citando otro ejemplo de falsedad ideológica: ‘‘cuando se confecciona una escritura pública,
ante el funcionario competente, concurriendo pos personas capaces para contratar, en la que
‘‘A’’ vende un lote de terreno de su propiedad a ‘‘B’’; pero en el momento de la elaboración
de la matriz en la notaria, ‘‘B’’ hace que incluyan dos terrenos, como si estuviera comprando o
adquiriendo los dos, cuando en realidad ‘‘A’’ solo vende uno’’, estamos en un caso de
falsedad ideológica, porque se incluyó un hecho falso, erreal, inexistente, por lo que este
evento no constituye un acto de prejudicialidad, pudiendo el afecto concurrir directamente a
la administración de justicia penal, para buscar la sanción por el perjuicio causado; y que
‘‘B’’, actúo con voluntad y conciencia, sabedor que estaba comprando un solo terreno, hace
que incluyan otro, de lo que no se percata el vendedor y solo paga por uno.
Luis Romero Soto, en su obra Falsedad Documental, citando al autor Nelson Hungría, cuando
se refiere a la falsedad ideológica dice: ‘‘se habla de falsedad ideológica o intelectual, que es
modalidad del ‘‘Falsum’’ documental, cuando la genuinidad formal del documento no
corresponde a su veracidad intrínseca; el documento es genuino o materialmente verdadero,
porque emana realmente de las persona que en él figura como autor o signatario, pero su
contenido intelectual no expresa la verdad, porque la falsedad ideológica afecta solamente su
ideación, el pensamiento que sus letras encierran’’.
43
Por su parte Carrara, define a la falsedad ideológica diciendo: ‘‘se llama falsedad meramente
ideológica, la que se encuentra en un documento, exteriormente verdadero, pero contiene
declaraciones mendaces, y precisamente se llama ideológica, porque el documento no es falso
en sus condiciones esenciales, pero si son falsas las ideas que se quiere afirmar en él como
verdaderas’’.Mezger dice: ‘‘ En tanto que la falsificación de documentos se relaciona con la
autenticidad y no autenticidad de un documento, la falsedad ideológica, concierne la
‘‘verdad’’ y no verdad del contenido del documento.
Lo anterior, es para aclarar, que la falsedad ideológica, no forma parte de los actos
Prejudiciales y consiguientemente para el inicio del proceso penal no requiere el
pronunciamiento previo del Juez Civil, que previamente lo declare falso sino que
estableciéndose la existencia del delito de falsedad ideológica si se puede iniciar la acción
penal pública, ya que no existe el impedimento superable al ejercicio de la acción, porque la
falsedad ideológica, es respecto ‘‘de’’ un documento, que contiene expresiones mendaces y no
se puede comparar con ningún instrumento existente, porque es único, es creado con voluntad
y conciencia por el agente, contenido en cierta parte de su texto hechos no verdaderos, en cuyo
caso, la acción penal pública se encuentra expedita para el inicio del proceso penal, porque se
creó expresamente, para cumplir la finalidad de quien quería adquirir algo, que no estaba
siendo negociado, pero que incluyó para su beneficio personal.
1.2.6.- Falsedad Ideal
La falsedad ideal, es aquella en que se crea íntegramente un documento falso, mediante dos
formas distintas: falsificando o forjando.
44
El Dr. Jorge Zavala Baquerizo, en la obra que hemos citado para este análisis, al referirse a la
falsedad ideal, indica: ‘‘es aquella por la cual el agente crea el instrumento mediante copia de
un original preexistente, o forja íntegramente el instrumento, sin relación a modelo alguno;
crea el documento tanto formal como intelectualmente, ya que no solo falsea el documento,
sino que crea el otorgante del mismo. De allí es que Soler, diga acertadamente que ‘‘para ser
autor de una falsificación total, es necesario también falsear al otorgante’’.
Según la doctrina, la falsedad ideal, es la tercera especie de la falsedad en general, existiendo
en este tipo también confusiones, porque muchos autores, no le reconocen autonomía, ya que
unos la incluyen en la falsedad material, mientras que otros autores la incluyen dentro de la
falsedad ideológica; otros la consideran como falsedad mixta.
El ejemplo, es cuando el individuo pone en le mercado billetes que no corresponden a los de
libre circulación, haciendo todo lo posible por imitar al original, no lo altera, no está
descomponiendo la verdad del billete en la que está constituido el original, el auténtico es el
tipo, es el modelo para cuando se lo está formando, se crea íntegramente el billete falso,
imitando el original, eso es falsificación, como sub-clasificación de la falsedad ideal,
sencillamente porque el billete falso nunca existió y es otro, que es obra integra del
falsificador.
Para aclarar las distintas opiniones doctrinarias, el maestro Zavala, como lo hemos expresado
anteriormente, subdivide la falsedad ideal, según sus manifestaciones, con dos formas:
Falsificación y Forjadura.

La falsificación
45
Es el acto falsario por la cual una persona imita totalmente un documento original
preexistente, por lo que es necesario aclarar los significados de imitar y fingir, cuya deferencia
lo contribuye el límite entre lo falsificado y lo forjado; el que falsifica: imita; el que forja:
finge.
Imitar, según el Diccionario de la Real Lengua de la Academia Española, es ‘‘ejecutar una
cosa a ejemplo o semejanza de otra’’; para imitar es necesario que exista previamente la cosa
que se imita, ya que el acto falsario de imitar, alterar, y fingir son formas como se manifiesta
lo falso en la realidad, pero no son elementos del acto falsario, porque son los modos como se
presenta objetivamente dicho acto.
Destacamos que, siempre debe proceder un
modelo, un original, un tipo, porque de lo
contrario ya no sería imitación, ya que se emita lo que existe previamente, como se imitan
voces, caracteres, gestos, también se imitan documentos; pero siempre debe existir para toda
imitación un original y como ejemplo de lo citado, señalamos: Pedro imita a Juan, el
falsificador de billetes imita un billete; siempre debe proceder un original, un auténtico,
genuino, veraz; expresando Carrara, que ‘‘la imitación de la verdad es un elemento
indispensable para que la falsedad documental sea criminosa’’.

Forjafuras
Cuando el acto falsario consiste en fingir un documento, lo crea sin que exista modelo
anterior, no existe el original, el individuo lo inventa, finge un instrumento. Para demostrarlo
citaremos a manera de ejemplo: Un individuo para reunir los requisitos exigidos en un
46
concurso público para acceder al cargo del Fiscal, necesita un título de cuarto nivel y en su
computadora, procede a crear un título de una Universidad extranjera, se inventa el nombre de
ella, de los funcionarios que la suscriben y poniendo su nombre, certifica que ha adquirido el
título académico de Magister en Derecho Penal y Criminología, imprime el título en cartulina
en la que le pone el color rosado, con alegorías de una balanza de la justicia; la persona, no ha
realizado el curso, no salió del país, ni concurrió a ninguna universidad en el exterior; con ello,
ha realizado una falsedad ideal por forjadura, el título es totalmente falso, su contenido es
mendaz, es mentira, el documento es falso y por tanto no corresponde a un acto prejudicial,
cuyo ejercicio no tiene ningún impedimento al ejercicio de la acción penal pública, por lo que
la Fiscalía puede recurrir al Juez de Garantías Penales para iniciar directamente la acción.
Repetimos, la acción falsaria está constituida por el acto de ‘‘forjar’’, esto es de elaborar,
confeccionar un certificado o documento como si hubiere sido extendido por quien deberá
hacerlo y no importa, si el forjador del instrumento hace o no la firma igual o parecida; utiliza
arbitrariamente el nombre, sin importar que exista imitación de la firma, ya que lo importante
es que exista la firma y que induzca a engaño a cualquier persona, a pesar que la generalidad
no conoce la firma autentica, simplemente la apariencia de quien firma, es suficiente para
perfeccionar el instrumento forjado y consumar el delito. Es importante, que el documento
falso, tenga un contenido específico y que se refiera a un hecho inexistente, lo que se sanciona
es que se haya tomado el nombre de quien suscribe.
Establecida la existencia de la falsedad ideal, mediante las formas de falsificación o forjadura,
es necesario aclarar la confusión reinante, ya que esta modalidad de falsedad, tampoco es
prejudicial y por lo tanto, repetimos, no nos encontramos frente a un impedimento superable al
ejercicio de la acción penal pública y por ello no se requiere el pronunciamiento previo del
47
Juez Civil que lo declare falso, sino que directamente se inicia la acción penal, mediante
instrucción fiscal.
Como apreciamos, el autor de lo falso, es el que crea el documento para fingir una situación,
una verdad que no existe, finge la verdad que redundamos no existe; aquí también se presenta
la confusión, que en la práctica es muy común y lleva al equivoco, porque tratan de
considerarla como falsedad material, cuando en realidad no lo es, porque no existe el
documento verdadero para compararlo, es un documento inexistente, totalmente irreal, falso y
quien lo crea o utiliza sabe perfectamente que no es verdadero, por tanto no es prejudicial.
1.3.- Principios Procesales
Son criterios o ideas fundamentales, contenidas en forma explícita o implícita en el
ordenamiento jurídico, que señalan las características principales del derecho procesal y sus
diversos sectores, y que orientan el desarrollo de la actividad procesal. Tienen una doble
función, por un lado, permiten determinar cuáles son las características más importantes de los
sectores del derecho procesal, así como las de sus diferentes ramas; y por el otro, contribuyen
a dirigir la actividad procesal, ya sea proporcionando criterios para la interpretación de la ley
procesal o ya sea auxiliando en la integración de la misma. Millar nos dice que estos
‘‘conceptos fundamentales dan forma y carácter a los sistemas procesales’’.
Estos principios pueden clasificarse en básicos, particulares y alternativos. Los primeros son
aquellos que son comunes en todos los sectores y ramas del derecho procesal dentro de un
ordenamiento jurídico determinado. Los principios procesales particulares son aquellos que
48
orientan predominantemente un sector del derecho procesal. Por último los principios
procesales alternativos son aquellos que rigen en lugar de otros que representan normalmente
a la opción contraria.
Principio de contradicción
Es aquel que se expresa en la fórmula "óigase a la otra parte" (audiatur et altera pars), impone
al juzgador el deber de resolver sobre las promociones que le formule cualquiera de las partes,
oyendo previamente las razones de la contraparte, o, al menos, dándole la oportunidad para
que las exprese.
Este se encuentra reconocido, por lo que concierne al demandado, en el derecho de defensa o
garantía de audiencia que establece el párrafo segundo del Art. 14 constitucional. Por lo que
refiere a ambas partes, el principio de contradicción es una de las "formalidades esenciales del
procedimiento" a que alude el mismo precepto constitucional.
Principio de igualdad de las partes.
Este principio impone al legislador y al juzgador el deber de conferir a las partes las mismas
oportunidades procesales para exponer sus pretensiones y excepciones, para probar los hechos
en que basen aquellas y para expresar sus propios alegatos o conclusiones.
Principio de preclusión.
49
La preclusión se define, según Couture, como la pérdida, extinción o consumación de una
facultad procesal. Esta puede resultar de tres situaciones diferentes: a) por no haber observado
el orden u oportunidad dado por la ley para la realización de un acto; b) por haberse cumplido
una actividad incompatible con el ejercicio de otra; c) por haberse ejercido ya una vez,
válidamente, esa facultad (consumación propiamente dicha).
Principio de Eventualidad (de Acumulación Eventual).
Impone a las partes el deber de presentar en forma simultánea y no sucesiva, todas las
acciones y excepciones, las alegaciones y pruebas que correspondan a un acto o etapa
procesal, independientemente de que sean o no compatibles, y aun cuando si se estima
fundado alguno de los puntos que se haga innecesario el estudio de los demás. Este principio
rige tanto para las acciones como para las excepciones.
Cuando la parte actora acumule acciones contrarias o contradictorias (que demande, por
ejemplo, la nulidad de un contrato y también su cumplimiento), no se produce una preclusión
de estas accione, sino que el juzgador debe requerir al actor para que declare cuál de las
acciones es la que decide continuar ejerciendo; y cuando no se hubiere hecho este
requerimiento, el propio juzgador será quien determine cuál fue la acción ejercida,
interpretando la conducta procesal de las partes.
Principio de economía procesal.
Establece que se debe tratar de lograr en el proceso los mayores resultados posibles, con el
menor empleo de actividades, recursos y tiempo. Exige, entre otras cosas, que se simplifiquen
los procedimientos; se delimite con precisión el litigio; sólo se admitan y practiquen pruebas
50
que sean pertinentes y relevantes para la decisión de la causa; que se declaren aquellos
recursos e incidentes que sean notoriamente improcedentes, etcétera.
Principio de lealtad y probidad.
Establece que las partes deben de conducirse con apego a la verdad en los actos procesales en
que intervengan y aportar todos los medios de prueba que puedan contribuir a esclarecer los
hechos controvertidos. Deben utilizar los medios de impugnación sólo en aquellos casos en
que efectivamente estimen que los actos del tribunal son contrarios al derecho. El
incumplimiento de estos deberes debe tener como consecuencia la imposición de medidas
disciplinarias, de condenas de pago de gastos y costas procesales y aun de sanciones penales,
cuando la conducta de las partes llegue a constituir algún delito.
Principios de oralidad y escritura.
Suelen ser referidos a la forma que predomine en el proceso. Así se afirma que rige el
principio de oralidad en aquellos procesos en los que predomine el uso de la palabra hablada
sobre la escritura; y que rige el principio de escritura en los procesos en los que predomina el
empleo de la palabra escrita sobre la palabra hablada. En ambos casos se trata de predominio
en el uso y no de uso exclusivo.
El principio de oralidad, bajo cuya orientación se han llevado a cabo las grandes reformas
procesales, no sólo implica el predominio del elemento verbal, sino también el
prevalecimiento de los siguientes principios:
1. La inmediación, o relación directa entre el juzgador, las partes y los sujetos de prueba.
2. La Concentración del debate procesal en una o dos audiencias.
51
3. La Publicidad de las actuaciones judiciales, particularmente de las audiencias, a las
cuales debe tener acceso cualquier persona, con las salvedades previstas en la ley.
4. La Libre Valoración de la Prueba.
1.3.1.- Eficacia jurídica del instrumento público
Debemos de mencionar el valor del instrumento público; aquel instrumento que no adolece de
nulidad y falsedad, por se tiene como plena prueba según la legislación guatemalteca. El
instrumento público tiene valor formal y valor probatorio: Valor formal, cuando se refiere a su
forma externa o el cumplimiento de todas las formalidades esenciales y no esenciales que
nuestro código regula.
Es en relación al negocio que contiene internamente el instrumento.
Impugnación por Causas de Nulidad:
a) De Fondo: Se produce cuando es ineficaz porque el acto o contrato que contiene está
afectado por vicio que lo invalida. Esta especie de nulidad se rige por las normas referentes a
la nulidad de los actos jurídicos en Derecho Civil; y,
52
b) De Forma o instrumental: Afecta al documento considerado en sí mismo, y no como
continente de un acto o negocio jurídico, sin perjuicio desde luego, que la nulidad instrumental
afecte indirectamente la validez del acto o negocio que contiene.
La nulidad de forma está sometida a tres principios fundamentales, que son:
a) Principio de excepcionalidad: los instrumentos públicos, sólo son nulos en los casos
expresamente contemplados por la ley,
ya sea en forma directa o indirecta;
b) Principio de finalidad: la finalidad del instrumento público prevalece sobre la mera
formalidad; y.
c) Principio de subsanabilidad: la subsanabilidad del instrumento puede realizarse por los
medios que admite la ley.
Impugnación por Falsedad:
Cualquier mutación, ocultación o desfiguración de la verdad y de la realidad, produce nulidad
de los actos jurídicos según las leyes civiles o sancionadas como delito en los códigos penales.
El instrumento público prueba su autenticidad 'per se', ya que la ley presume que tanto el
documento como su contenido son auténticos. El instrumento público hace plena fe hasta se
pruebe su falsedad por medio de querella.
53
1.3.2.- Principios procedimentales
Conocidos también como principios del procedimiento, son los criterios funcionales y de
carácter técnico que inspiran las normas de detalle que regulan los diversos tipos del proceso
civil. Así, el principio de oralidad y escritura, que atiende a la forma de materializarse las
actuaciones procesales; la publicidad y secreto, que se refiere a la disponibilidad por terceros
del conocimiento del proceso y de su desarrollo; la buena fe procesal, que atiende a que la
utilización del procedimiento se haga de acuerdo con las reglas de la buena fe y, por tanto,
rechazando el fraude procesal o abuso de derecho en el ámbito procesal civil.
Son los criterios que rigen la estructura y funcionamiento de todo proceso civil, y marcan los
rasgos que fundamentalmente lo diferencian de otros procesos.
1.- El principio de aportación de parte, que es consecuencia del anterior, lo reafirma
estableciendo que son las partes las que aportan los hechos al proceso para configurar su
objeto. Es considerado por la doctrina como uno de los principios que rigen las facultades
materiales de dirección del proceso junto con el principio de investigación oficial. El principio
de aportación de parte rige en nuestro proceso civil y el de investigación oficial en el proceso
penal.
El principio de aportación de parte implica que el Órgano Jurisdiccional no puede alegar (no
puede por tanto aportar hechos al proceso), dado que esta actividad corresponde a las partes.
54
La distinción del ámbito de actuación del principio de aportación de parte y el principio
dispositivo se podría establecer, siguiendo a cierto sector doctrinal, en la finalidad de los actos
de alegación.
De este modo si éstos fundamentan la pretensión es decir, si son constitutivos y alegados por
el demandante, o excluyentes y por tanto aportados por el demandado, entran dentro del
ámbito del principio dispositivo, mientras que si los hechos no conforman ni excluyen la
pretensión no es necesario distinguir que parte los ha alegado, siendo este segundo aspecto,
una manifestación del principio de aportación de parte.
Como consecuencia de lo anterior quien alega un hecho tiene la carga de probarlo, y ello
desde el punto de vista de la iniciativa y consiguiente proposición de medios de prueba, y la
consideración de que dado que es una carga y no una obligación, la consecuencia de alegar y
no probar recae sobre quien no lo realizó, lo cual está en íntima relación con la ya aludida
congruencia civil, ya que ésta se extiende a los hechos alegados y debidamente probados.
2.- El principio de audiencia , aplicado a la parte demandada, es una prolongación del
principio procesal general: nadie puede ser condenado sin ser oído.
El principio de audiencia garantiza a los particulares la posibilidad de que sean oídos en el
proceso. Este principio tiene una de sus manifestaciones más relevantes en el ámbito del
proceso penal a través de la prohibición de la condena en ausencia.
55
Para otorgar adecuada satisfacción, a los litigantes, en el ámbito de actuación procesal relativo
a su audiencia, resulta imprescindible que, con carácter previo a dicha posibilidad de
audiencia, tengan conocimiento de la existencia del proceso.
El principio de audiencia no supone, como es lógico, un derecho ilimitado, del justiciable, a
realizar todo tipo de manifestaciones a lo largo de todo el procedimiento, sino que se concreta
a los períodos o fases de alegaciones, legalmente estipuladas, conforme a criterios de
economía, conveniencia y oportunidad.
Ahora bien, el principio de audiencia no ha de concretarse, en exclusiva, en el período de
alegaciones fácticas y jurídicas, sino que ha de alcanzar, como es lógico, a la actividad
probatoria, puesto que de poco o nada serviría, para la convicción del Juez en un determinado
sentido, la exposición o narración de unos hechos, sin que se le permitiera, al propio tiempo, al
autor de dicho relato, la demostración empírica de su realidad.
3.- El principio de impulso oficial prevé que, iniciado un proceso, la mecánica procedimental
actuará sin necesidad de instancia de parte. Modos de impulsar el proceso por las partes, el
juez y la ley:

Por las Partes. Un proceso se inicia con la demanda y en 15 días la otra parte debe
responder si no quiere que la pretensión del actor sea tomado como cierta o en su caso
puede reconvenir.
56

Por el Juez. Éste, tiene a su cargo el impulso procesal y la dirección del proceso, fija
los puntos que las partes deben probar y ordena de oficio declaraciones de testigos,
dictámenes, etc.

Por la Ley. El modo de impulsión legal del proceso esta implícitamente establecida en
los plazos y términos procesales que da la ley para realizar un acto procesal.
4.- El principio de inmediación asegura la presencia judicial en cada una de las fases del
proceso, especialmente en la de la prueba. Pertenece al sistema oral por el cual el juez recibe
en audiencia las pruebas. En el sistema escrito, como el boliviano, este principio se reduce a:
escuchar por parte del juez, la lectura de las pruebas.
El principio de inmediación exige la relación directa del juez con las partes y los elementos de
prueba que él debe valorar para formar su convicción. Cuando existe un intermediario, como
ocurre en el proceso escrito, la convicción del juez se forma bajo influjos de comunicación
preparada por un tercero, lo que puede traducirse en aumento del margen de error en el
entendimiento. (Millar, 1945)
La inmediación, sin embargo, no es un principio exclusivo del proceso oral, es susceptible de
ser combinada en cualquier tipo de proceso, sea escrito, oral o mixto. Se patentiza toda vez
que el juez arguye su conocimiento a través de la observación directa, y en algunas veces
participante, de los hechos aunque les sean presentados por escrito. Aunque reviste una
caracterizada importancia en el sistema oral.
57
La importancia de la inmediación en el sistema oral se entiende cuando las partes aportan sus
alegaciones de hecho y sus ofrecimientos de prueba deben producirse directamente, frente y
ante el Tribunal, procurándoles la identificación física del juez, su presencia, hasta el punto de
considerarse viciada una tramitación si el juez no la presencia directamente.
Klein señala que la oralidad es la compañera necesaria de la inmediación en el procedimiento.
(Klein, 1927) En tanto en cuanto el procedimiento sea inmediato, la oralidad no precisa de
otra fundamentación. La clave del proceso se halla en la exposición del caso litigioso, en la
reconstrucción del supuesto fáctico y en la prueba, ésta asegura el proceso, facilita las
aclaraciones y suministra los mejores puntos de vista y las mejores impresiones sobre las
personas del juicio.
5.- El principio dispositivo establece que las partes son libres para iniciar, proseguir y terminar
el proceso correspondiente. Llamase principio dispositivo aquel en cuya virtud se confía a la
actividad de las partes tanto el estímulo de la función judicial como la aportación de los
materiales sobre los cuales ha de versar la decisión del juez.
La vigencia de este principio se manifiesta en los siguientes aspectos: iniciativa,
disponibilidad del derecho material, impulso procesal, delimitación del thema decidendum,
aportación de los hechos y aportación de la prueba.
58
1.3.3.- Celeridad y Economía Procesal
Los principios de celeridad y economía procesal, (Boleso, 1997) a los que atribuimos jerarquía
constitucional. Ello con la finalidad expresa de que, a través de la aplicación de la
Constitución Nacional, e interpretando y aplicando las normas de menor jerarquía, pero desde
la Ley Suprema, se dé prioridad a la necesidad de que la tramitación del proceso sea lo más
rápida y económica posible.
El Principio Constitucional de Celeridad el mismo que tiene mucha relación con el principio
de inmediación; este principio se manifiesta en la sustanciación del proceso sin dilaciones;
para hacerlo efectivo, la ley suprime trámites inoficiosos, impertinentes, no sustanciales. Por
este principio se acortan los plazos, no se los prorroga; sólo se puede suspender una diligencia
cuando la ley así lo disponga expresamente o cuando la naturaleza de los derechos que se
protegen o las circunstancias procesales así lo exijan. En la práctica este principio se realiza
porque la ley establece límites para los actos procesales y las penas correspondientes para
quienes se exceden.
“Este principio, además, conduce hacia la economía del proceso porque suprime trámites
superfluos”. (Cueva Carrión, 2006)
El Principio de Celeridad tiene mucha relación con el principio para la sustanciación de los
procesos: a) La sustanciación de los procesos en todas las materias, instancias, etapas y
diligencias se llevará a cabo mediante el sistema oral, de acuerdo con los principios de
concentración, contradicción y dispositivo”.
59
La Celeridad es un principio general procesal, conforme al cual deben evitarse en el proceso
los trámites que lo prolongan sin contribuir a los fines jurídicos de las actuaciones, lográndose
así la máxima celeridad compatible con la efectividad y seguridad del sistema de justicia. Para
ello el Código Orgánico de la Función Judicial, dice:
“La administración de justicia será rápida y oportuna, tanto en la tramitación y
resolución de la causa, como en la ejecución de lo decidido.
Por lo tanto, en todas las materias, una vez iniciado un proceso, las juezas y jueces
están obligados a proseguir el trámite dentro de los términos legales, sin esperar
petición de parte, salvo los casos en que la ley disponga lo contrario. El retardo
injustificado en la administración de justicia, imputable a las juezas, jueces y demás
servidoras y servidores de la Función Judicial y auxiliares de la justicia, será
sancionado de conformidad con la ley”. (Código Orgánico de la Función Judicial ,
2012)
La celeridad
obliga a las administraciones públicas a cumplir sus objetivos y fines de
satisfacción de los intereses públicos, a través de los diversos mecanismos, de la forma más
expedita, rápida y acertada posible para evitar retardos indebidos.
Este principio le impone exigencias, responsabilidades y deberes permanentes a todos los
entes públicos que no pueden declinar de forma transitoria o singular.
60
El principio de Economía Procesal trata de lograr en el proceso los mayores resultados
posibles, con el menor empleo posible de actividades, recursos y tiempo. Dicho principio
exige, entre otras cosas, que se simplifiquen los procedimientos, se delimite con precisión el
litigio; sólo se admitan y practiquen pruebas que sean relevantes para la decisión de la causa;
que se desechen aquellos recursos e incidentes que sean notoriamente improcedentes.
En nuestro Código existen diversas normas que tienen como finalidad garantizar el
cumplimiento de este principio. En que el juez debe velar por la rápida solución del proceso y
además debe dictar las resoluciones dentro del plazo legal. Así como sanear el proceso, con el
fin de evitar y corregir resoluciones o actuaciones que produzcan indefensión o causen
perjuicio a alguna de las partes y que conduzcan a una sentencia nula. Es así como se establece
que dentro del proceso ordinario, el juez debe rechazar las pruebas que sean inadmisibles o
impertinentes.
Aquí el juez debe antes de pronunciarse sobre la admisión o rechazo de las pruebas hacer una
análisis minuciosos del caso, para que pueda determinar con certeza cuáles de la pruebas
ofrecidas por las partes son realmente relevantes y conducen al esclarecimiento de los hechos,
y debe evitar admitir pruebas sobre hechos admitidos por ambas partes, es decir, hechos con
respecto a los que no hay disputa.
61
1.4.- Derecho Comparado
1.4.1- Colombia
La falsedad es uno de los delitos que mas fácil y difícil onsecusion material probatorio se
puede allegar para probarlo, es facil cuando se refiere a la falsedad documentalo de firma, ya
que me diante un cotejo, o prueba grafologica se evidencia su autencidad o falsedad; pero
cuando se refiere a la ideologica, la prueba es dificil de obtener a menos que quien la realizo lo
confiese, o que sea evidente ante hechos contrarios a lo insertado en el referido documento
publico contentivo de la falsedad. Cuando es ideológica ella no puede basarse en meras
suposiciones o apreciaciones subjetivas del juzgador, debe materializarse conforme lo exige la
Ley en material probatorio contundente, este material dbe ser de tal magnitud que no sea
posible rebatirla, asi mismo la insertado como falso debe ser probado por quien la imputa.
Se tiene que por Falsedad se entiende cuando un servidor publico en desarrollo de sus
funciones, al escribir o redactar un documento publico que pueda servir de prueba, consigne,
estampe una falsedad o calle total o parcialmente la verdad.
Se tiene entonces que debe ser una persona especifica, calificada, funcionario publico, es decir
debe estar vinculado al Estado como servidor, no es posible en esta exigencia que una persona
que adolezca de esta cualidad se vea inmersa en este tipo punible.
La materialización de este acto debe ser por escrito, peor ese escrito debe ser un documento tal
que sirva de prueba, es decir la exigencia legal es que ingrese al trafico jurídico, excluyendo
aquellos escritos carentes de validez o modificación legal a terceros, la exigencia sobre la
particularidad del documento sobre materia probatorio, implica que afectara en sus
62
consignación elementos tales que afectan de una o otra manera a terceros, ya que esta
manifestando la voluntad del estado, generada por la calidad de quien o suscribe.
Lo consignado en el documento debe ser falso, es decir se debe demostrar que efectivamente
lo insertado en el referido documento que ingreso al trafico jurídico es espurio, falaz, carente
de verdad; esto se debe demostrar en juicio, con material probatorio idóneo; pero esa falsedad
no necesariamente debe ser total , es decir que el documento sea plenamente falso, no puede
serlo de manera parcial, solo alguna de sus partes, con esto se configura la ilicitud;
adicionalmente cuando en el mismo documento no se consigne toda la verdad , se omita
insertarla.
El Código Penal Colombiano, Ley 599 de 2000, en sus artículos 286 y siguientes regla lo
relativo a la Falsedad, presentado dos situaciones disimiles como son la Falsedad en
Documento Publico y la Falsedad en Documento Privado; pero a su vez, contempla dos
componentes específicos como son la Falsedad Ideológica y la falsedad Material.
El articulo 286, Falsedad Ideológica en documento Publico, señala:
“El servidor publico que en ejercicio de sus funciones, al extender documento publico que
pueda servir de prueba, consigne una falsedad o calle total o parcialmente la verdad, incurrirá
en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años e inhabilitación para el ejercicio de derechos y
funciones publicas de cinco (5) a diez (10) años.”
La Honorable Corte Suprema de Justicia en sus pronunciamientos ha dicho en relación ha este
delito lo siguiente:
63
“La falsedad ideológica en documentos es por definición un atentado al deber de veracidad. Se
incurre en ella cuando el servidor público, o el particular, en ejercicio de la facultad
certificadora de la verdad, hacen afirmaciones contrarias a ella, o la callan total o
parcialmente, en un documento que puede servir de prueba. Algunas de sus principales
características son, por tanto, que es un atentado al deber de decir la verdad, y que las
afirmaciones mentirosas deben ser directamente realizadas por el servidor público, o por el
particular que extiende o suscribe el documento.
El bien protegido en este caso es la fe pública, en atención a que existen actos externos,
representados en signos o formas autenticadoras del valor de las relaciones jurídicas, el no
cumplir con las prescripciones, reglamentaciones, señales o formulas, genera la carencia de
seguridad en el ámbito legal y su desarrollo, lo que maltrata el normal curso de las actividades
de orden económico y social, entronizando inestabilidad en la vida política y social de la
nación, atentando contra la fe publica, contra lo que se tiene establecido y se considera legal y
reglado.
Los documentos que son de orden publico, es decir emitidos por funcionarios que representan
a es órgano inmaterial pero poderoso, implica al tenedor del mismo, que su posesión le
garantiza una certeza impresa en el referido documento, que puede ser de manera irrefutable
una prueba cierta, es decir crea una confianza en su poseedor y en la colectividad; confianza
que se crea en el particular o en otro servidor publico y por ende en la fe publica, por la
relación especial que cobija al autor del documento reputado como publico, es entonces
cuando el legislador en desarrollo de la política criminal y atendiendo las calidades especiales
del funcionario publico procede a castigar con severidad su ilícita actuación de falsear ante
64
terceros la verdad, ya sea de manera total o parcial, en atención a que es a le precisamente a
quien el estado a delegado la guarda de la veracidad y ser el puente entre los ciudadanos y el
Estado.
La ignorancia jurídica, no justifica la violación de las normas legales, por lo tanto no exime de
la culpa.
1.4.2.- México
En la doctrina igualmente se ha trazado la distinción entre falsedad y falsificación. La falsedad
es género y la falsificación es especie; suponiendo la falsificación siempre la falsedad,
mientras que la falsedad no indica la falsificación. Desde la perspectiva penal, falsificar es una
conducta consistente en elaborar algo a imitación de un modelo y, la falsedad no es sino el
resultado de tal actividad, es decir, la cualidad del objeto así elaborado. Para algunos autores
es intrascendente la diferencia entre falsedad y falsificación, mientras que en otros resulta
relevante, otros refieren que pueden encontrarse criterios diferenciales entre falsedad y
falsificación, como atribuir la falsedad a los sujetos y falsificación a las acciones o que
falsedad consiste en poner lo falso en lo que debería ser verdadero y falsificación es la
sustitución, poniendo lo falso en lugar en que ya estuvo lo verdadero.
Las polémicas están condicionadas al empleo que, de manera indiferente, realiza el legislador
penal de las expresiones falsedad y falsificación, corroborado por el uso que en el lenguaje
corriente tiene dichos vocablos. Ejemplo de ello es la denominación del Capítulo III del Título
VII del Código Penal: Falsificación de Documentos; mientras que en el mismo texto aparecen
artículos en el que se penaliza a quien cometa falsedad. Es Pacheco, quien advierte, por
65
primera vez, tanto la imposibilidad de identificar plenamente ambos términos, como el empleo
que de los mismos realiza el legislador y la propia jurisprudencia penal. Identifica la falsedad
con la simple falta de verdad, de manera genérica y neutra, mientras que falsificación alude a
la acción concreta, caracterizada por esa ausencia de verdad.
De esta forma la falsificación se convierte en una especialidad de la falsedad y allí donde se
ejecute una falsificación, tendrá lugar una falsedad, pero como ya explicamos no siempre que
tenga lugar una falsedad se efectuara, en consecuencia, una falsificación. Con respecto al
término falso, pudiera limitarse su concepción al significado de “no verdadero”. Si se habla de
la no veracidad de una afirmación, lo que se quiere decir es que el contenido de la afirmación
no coincide con la realidad. En los supuestos de declaraciones falsas emitidas por los
participantes en el acto público notarial su trascendencia jurídico penal estará abarcada en
aquellos casos en los que la declaración fundamenta confianza – que se demuestra engañosa –
para el destinatario de la declaración y tal tipo de confianza se origina únicamente allí donde
con la declaración es plantada una afirmación sobre un objeto, que se desvía de la realidad de
ese objeto particular. Ello ha llevado a establecer diferencias entre un testigo y un
compareciente ante el notario.
El testigo – plantea Stein, Ulrich - debe colaborar con la averiguación de la verdad, pero no
con base en que se expresa algo que él considera verdadero, sino únicamente a través de que
reproduce aquello que sabe por vivencia propia acerca del tema que se investiga; su obligación
consiste en reproducir lo que todavía se halla en su conciencia actual sobre el contenido y las
circunstancias del acto originario de percepción, esto es, su recuerdo al respecto. La definición
de no veracidad se conecta directamente con esto: quien cumple esta obligación declara
66
verazmente, quien la infringe falsea. El compareciente ante notario, explica el referido autor,
hace sus argumentaciones en base a cuestiones percibidas o vividas directamente, pero
también argumenta sobre percepciones , recuerdos, interpretaciones, convicciones,
impresiones y reproducciones de un suceso, sean personales o a través de un tercero.
La tan discutida distinción carece de una verdadera significación en cuanto a la configuración
del contenido de la acción falsaria que más adelante explicaremos, aún y cuando se confunde
con la clasificación que distingue la falsedad material de la ideológica21 . Solo desde un punto
de vista gramatical o del uso del lenguaje, tiene sentido realizar tal distingo. El empleo por
parte del legislador de una u otra terminología, hay que encontrarla dentro de los márgenes de
discrecionalidad que le puede conferir el correcto uso del lenguaje.
El dolo, la culpa y el error en las falsedades documentales.
1. La falsedad dolosa e imprudente en el documento público.
Una primera lectura del texto del artículo 250 del Código Penal demuestra que no contiene
ninguna expresión que constituya un elemento subjetivo del injusto, lo que supone que
bastaría la acción y la voluntad del sujeto para cometer la falsedad sea este como se describe:
confeccionando, alterando, consignado, intercalando, suprimiendo, etc.; criterio apegado al
principio “dolus in re ipso”, es decir el anacrónico principio que basado en la materialidad del
hecho, el dolo estaría comprendido en el acto mismo.
Tratadistas como Antolisei consideran que para la existencia del dolo no es suficiente la
voluntad consiente de alterar la verdad sino que requiere que el sujeto tenga conciencia de
67
ocasionar el perjuicio que caracterizan a estos delitos falsarios; significa entonces que el
agente debe darse cuenta que con su acción ofende la fe pública y al mismo tiempo pone en
peligro los intereses específicos que se salvaguardan con el documento. Es suficiente por tanto
el dolo genérico y sin él no puede existir el delito. Ahora bien, la posibilidad de la comisión
culposa del referido tipo no recibe una contestación uniforme en la doctrina penalista y dada la
existencia de peculiaridades en la legislación y en la práctica notarial impone una concreta
atención sobre este punto.
Es justamente en el campo de la culpabilidad donde estos delitos alcanzan su mayor
complejidad. La doctrina foránea y la nacional en su mayoría niegan la comisión culposa del
delito que nos ocupa. Silvela, Antón Oneca, Jiménez Asúa, Muñoz Conde, Córdoba,
Rodríguez Devesa, etc., También Pérez Pérez se encuentra en la extensa relación de autores
que rechazan la existencia de un delito imprudente de falsedad en documento público, aunque
es cierto que otros autores como López Rey, Puig Peña, Díaz Palos y Quintano Ripollés la
aceptan.
Las razones alegadas en contra de la admisión de la comisión imprudente del delito de
falsedad en documento público pueden resumirse en las expresiones siguientes: la acción de
falsedad es inconcebible sin dolo; en palabras de Antón Oneca; mientras que Muñoz Conde
nos dice que falsificar no es posible sin dolo; la propia naturaleza del delito de falsedad
conlleva la modalidad dolosa y excluye la culposa. Frente a la posición acabada de exponer, se
entiende que la naturaleza de la infracción falsaria permite la imprudencia cuando la falsedad
es producto de la infracción del deber de cuidado del autor, como afirma Bacigalupo y que la
falsedad se puede cometer por descuido y la norma infringida no sería el deber de ser veraz,
68
sino el deber de evitar la posible alteración de la verdad, por tanto se produciría la falsedad por
no haber empleado la diligencia debida, como el Notario que sin leerla firma una escritura
falsa que al efecto le presenta el escribano, dará lugar a una responsabilidad a título de culpa.
La actuación por culpa pudiera estar justificada en la recepción de la declaración de voluntad
de los otorgantes y su correspondencia con lo reflejado en el documento al no comprobar
mediante la oportuna indagación si ésta responde en realidad a lo que queda plasmado en el
documento como su auténtica manifestación de voluntad, incumpliendo de esta manera el
control de legalidad y de interpretación notarial que regula de esta manera el artículo 39 del
reglamento de la Ley Notarial en el cual se reseña que el Notario se debe atener a las
intenciones de los comparecientes indagando, hasta donde sea posible, el alcance de sus
manifestaciones. La mayoría de los supuestos, como señala Muñoz Conde, “se tratan de
evidentes conductas dolosas, pues el acreditar el conocimiento sin ser verdad es una conducta
dolosa, independientemente que ese no conocimiento fuera debido a falta de diligencia o error
del funcionario. El Notario no comete falsedad por no cerciorarse de la identidad de las partes
con más o menos diligencia, sino porque sin conocerla certifica ese conocimiento”.
2. El error
Todos los casos de imprudencia son producto del error, aunque no todo error sea imprudente.
El artículo 23 del Código Penal regula el error, eximiendo de responsabilidad penal al que
realiza el acto prohibido bajo la influencia de un error relativo a uno de sus elementos
constitutivos, o habiendo supuesto, equivocadamente, la concurrencia de alguna circunstancia
que, de haber existido en realidad, lo habría convertido en lícito. No siendo aplicable tales
69
supuestos cuando el error se deba a la imprudencia misma del agente. Por otra parte se regula
como circunstancia atenuante genérica en el inciso c) del artículo 52, haber cometido el delito
en la creencia, aunque errónea, de que se tenía derecho a realizar el hecho sancionable.
Muchas e importantes son las cuestiones que suscita desde la perspectiva de la parte general
del Derecho Penal con la admisión del error de tipo y del error de prohibición, aunque
expresamente el texto no utilice dicha terminología. En estos momentos sólo cabe hacer
algunas precisiones sobre la aplicación del citado artículo a la falsedad documental con
intervención del notario. En este ámbito, lo relevante es si el error del Notario – documentar
públicamente como verdadero algo que es falso – resulta vencible o invencible. En este
sentido, la conducta típica requiere, en contraposición a la modalidad dolosa, que la autoridad
o el funcionario público haya creado un riesgo previsible para el bien jurídico protegido que
debería haber conocido si hubiera actuado con la debida diligencia, que esté fuera del riesgo
permitido y que además le sea objetivamente imputable en cuanto ha tenido su concreción y
realización en la conducta realizada.
Es conocido y se ha constatado como los particulares han inducido a los Notarios al error y los
medios empleados para ello han convertido en inevitable el error del fedatario público que,
aun empleando la diligencia debida, no han conseguido atisbar la mendacidad de las
manifestaciones vertidas por los particulares. Cuando, como resultado de emplear la diligencia
debida, advierten dicha mendacidad y no otorgan la escritura, los particulares son
considerados reos, como mínimo, del delito de falsedad documental en grado de tentativa o de
perjurio como ya habíamos explicado en el análisis de la veracidad de los testigos y,
70
posiblemente en concurso con el delito para el cual utilizaban la falsedad – generalmente el
delito de estafa.
Es decir, el cumplimiento de la diligencia debida notarial, se produce cuando el Notario, por
ejemplo, ante la duda sobre la identidad de los particulares que están efectuando las
manifestaciones, opta por no autorizar la escritura pública y procede a una comprobación de la
misma más exhaustiva. Sin embargo, los parámetros de la vencibilidad del error se están
ampliando notablemente en virtud de los mayores deberes de comprobación de los que están
siendo destinatarios los Notarios. En resumidas cuentas: se aprecia una tendencia a considerar
que los Notarios pueden y deben vencer, cada vez en mayor medida, el error al que les
inducen los particulares cuando realizan manifestaciones mendaces.
El error sobre un elemento integrante de la infracción penal producirá en el caso de ser
invencible la exención y si fuere vencible su punición como delito culposo. Indudablemente
los errores sobre los elementos objetivos recogidos en el artículo 250 constituirán un error de
tipo y exonerarían al Notario de responsabilidad penal aunque es sabida la postura de autores
como Córdoba, que sin desvirtuar lo anterior, llega a una ampliación con respecto a la
responsabilidad del Notario, consistente en que estima que al menos en los supuestos relativos
al conocimiento de la personalidad de los otorgantes, cualquiera que sea la causa del error del
Notario, tanto el dolo de los otorgantes o de un tercero como cualquier otro supuesto, la única
responsabilidad posible a exigir es la dolosa.
En definitiva, como expone Oliva García, el dolo falsario ha dejado de constituir un elemento
clásico de la falsedad documental, junto a una mutatio veritatis relevante sobre elementos
71
esenciales del documento, para dejar paso a una concepción de la función notarial como
garante de la veracidad de las manifestaciones de los particulares, al menos en determinados
ámbitos especialmente relevantes de la vida social.
1.4.3.- Conclusiones parciales del capítulo
El marco teórico detalla un proceso de investigación con antecedentes y definiciones sobre los
instrumentos públicos, la falsedad y los principios de celeridad y economía procesal, con el fin
de establecer la necesidad de derogar la diligencia impertinente por falsedad de instrumento
público.
Los temas desarrollados han servido de sustento para la elaboración de los capítulos
metodológicos y resultados de la investigación, con validación de profesionales del derecho de
la ciudad de Portoviejo.
72
CAPÍTULO II
MARCO METODOLÓGICO
2.1.- Caracterización del lugar de la investigación
En la presente investigación se ha formulado el siguiente problema científico: ¿El Código de
Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público, establece la vía
ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, lo que atenta los principios de celeridad
y economía procesal?
La investigación motivo del presente trabajo se efectuó en la ciudad de Portoviejo con los
señores abogados en el libre ejercicio profesional, quienes conocen en el día a día sobre la
falsedad de un instrumento público.
2.2.- Descripción del Procedimiento Metodológico
La modalidad de esta investigación científica fue Cualitativa y Cuantitativa.
Cualitativa.- Por su carácter analítico del Derecho dentro de sus concepciones teórico
científicas y sus reordenamientos y mandatos constitucionales en el Ecuador.
Cuantitativa.- Por sus resultados de los procesos matemáticos - estadísticos de la investigación
de campo realizada, recogiendo toda información de la sociedad que ha sido afectada por el
problema en cuestión.
73
Tipos de investigación
La tipología de esta investigación se subdivide en la siguiente clasificación:
Bibliográfica y documental.- Por la necesidad de una permanente consulta en las diferentes
leyes y su contenido normativo, el análisis documental y la síntesis explicativa de la
fenomenología social que preocupó y ocupó a los investigadores de este tema y problema.
De campo.- Esta investigación por sus características abordó un problema eminentemente
social, lo que exigió un trabajo de consulta en el medio en donde se identificaron los hechos
para recoger todos los datos e informaciones necesarias para procesarlos y verificar la verdad.
Descriptiva.- Por su detenida explicación de los hechos tanto en la identificación y
contextualización del problema, como en su procesamiento científico en la búsqueda de la
solución enmarcándolo en la teoría científica del derecho, y la más adecuada metodología de
investigación.
Factible.- Porque la ubicación del problema en el medio social no presentó mayores
dificultades en la obtención de información necesaria, se contó con el tiempo y los recursos
humanos, materiales y financieros suficientes para su feliz realización.
POBLACIÓN Y MUESTRA
La población universal y muestra que ha sido aplicada en la encuesta, se la realiza para
obtener los resultados deseados y está determinada en base a los parámetros detallados a
continuación:
74
COMPOSICIÓN
POBLACIÓN
ABOGADOS EN LIBRE EJERCICIO
3500
TOTAL
3500
Las encuestas se hicieron a los abogados en el libre ejercicio de la ciudad de Portoviejo,
tomando en consideración la siguiente fórmula:
m= Tamaño de la muestra;
N= Población o universo
e= Margen de error (0,1)
M=
N-1
.
E2(N-1)+1
M=
3500-1
.
(0.1)2(3500-1)+1
M=
3500
.
35.99
M=
97 Abogados
75
MÉTODOS, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS
MÉTODOS
La investigación realizada se sustentó en base a métodos y técnicas proporcionados por la
investigación científica y ratificados por la Universidad Regional Autónoma de los Andes y
ellos fueron:
Método Inductivo.-
Que nos permitió centrar nuestra observación directa e indirecta en el problema de estudio,
poniendo énfasis en todos y cada uno de los detalles para ir de lo particular a lo general en la
concepción de la solución a favor de la sociedad.
Este método nos permitió y exigió la aplicación de un cuestionario correspondiente a la
técnica de la encuesta.
De hecho entonces hemos podido abstraer principios teóricos, contenidos conceptuales,
visiones de las normas del Derecho en su concepción de aplicación, detectar vacíos de
desarrollo y fundamentar las características del problema para corroborar la correcta solución
que implicó la obligatoriedad de realizar una generalización por los aciertos logrados.
76
Método Deductivo.-
Que exigió profundizar en el estudio y obtener información de lo general del conocimiento en
su espacio científico del Derecho a lo particular del problema, que implicó los efectos en el
medio social con las características de la aplicación y resultados obtenidos.
Analítico Sintético.-
Con el detenido estudio de la ciencia en toda la extensión de la teoría del derecho en relación
al tema propuesto y problema que se intentó solucionar, para dar paso a lo específico de la
relación problema - objetivo general - idea a defender, sin ampulosas declaraciones teóricas
que aunque valiosas no tuvieron razón de extender el trabajo investigativo.
Técnicas
Se seleccionaron las siguientes técnicas de investigación científica que nos permitieron
obtener los resultados deseados con la información más acertada posible:
La Observación Directa.-
Que en este caso se la realizó mediante una planificación adecuada para obtener en detalle y
sistemáticamente todas las particularidades del fenómeno estudiado, garantizando la
objetividad de la información.
77
En el estudio de este fenómeno, como profesional del Derecho he realizado una detenida y
meticulosa observación participando en forma dinámica y activa en la obtención de la
información, procurando sea lo más verás posible.
Se ha realizado una observación de campo acudiendo personalmente a los lugares de los
hechos,
registrando
toda
la
información
de
la
manera
más
verás
posible.
La Encuesta.-
Es una de las técnicas de investigación de campo más utilizadas en el concierto social, que
permitió recoger información sobre el fenómeno a observar o el problema a solucionar.
Las preguntas que se elaboraron fueron estrictamente ajustadas a los detalles del problema
investigado, de fácil comprensión e interpretación, sin ninguna intencionalidad o doble sentido
de orientación a su respuesta.
Las personas que respondieron fueron preparadas de antemano con una detenida explicación
de lo que se trata, con un diálogo formal, discreto cordial, no forzadas de ninguna manera a
responder cuando así lo manifestaron.
Instrumentos de la investigación

Cuestionarios
78
2.3.- Modelo de anteproyecto de Ley Reformatoria
La propuesta, se sujetará al trámite constitucional de aprobación de una Ley, para que se haga
efectiva la iniciativa, debe presentarse redactado un anteproyecto, el mismo que cumplirá, con
los requisitos formales de la técnica legislativa.
Entre los requisitos formales, se tomarán en cuenta, los considerandos, los mismos que deben
enfocar: principios y garantías constantes en los instrumentos internacionales y en la
Constitución de la República del Ecuador, que son los pilares que sustentan el contenido.
A continuación, deben consignarse las normas que contraicen los sustentos antes indicados
con señalamiento preciso, seguidamente se hará constar, las normas que obligan o facultan al
Estado, para llegar a lo que se propone el anteproyecto.
Cumplido con lo anterior, vendrá el articulado con las siguientes síntesis:
a) Indicaciones con las normas que se deroga.
b) Indicación de las normas que se reforma por cambio o añadidura.
c) Indicación general o específica de las supremacías de la Ley reformatoria ante toda
norma que se contraponga.
79
Modelo de Anteproyecto de Ley Reformatoria
sujeto a trámite constitucional de aprobar la Ley
Considerandos
Instrumentos
Internacionales
Norma que permiten
u obligan al Estado a
reformar la Ley
Constitución
de la
República del
Ecuador
Que
deroga
Lo que se
contrapone a
Principios y
Garantías
Principios y
Garantías
Fuente:
Elaboración:
Las Leyes
Articulado
Que
reforma
Supresión
Adición
Investigación
Maestría en Derecho Civil y Procesal Civil – 2015
No se hará exposición de motivos, porque consideramos que la exigencia constitucional es
anacrónica; y porque en los considerandos se invoca principios y garantías que son únicos que
inspiran el cambio que se proponen y que de acuerdo con el Neo-constitucionalismo, son os
únicos elementos que sirven para la interpretación y aplicación de la norma.
2.4.- Conclusiones Parciales del capítulo
El marco metodológico se desarrolló con la modalidad cualitativa y cuantitativa, métodos,
técnicas e instrumentos con el fin de obtener una respuesta veraz.
La técnica de encuesta realizada a profesionales del derecho de la ciudad de Portoviejo,
validaron de forma veraz la necesidad de la reforma planteada.
80
CAPÍTULO III
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
3.1.- Resultados de las encuestas
El presente trabajo de investigación se sustenta en las encuestas dirigidas a 97 abogados en el
libre ejercicio de la ciudad de Portoviejo, que nos permitieron obtener los resultados deseados.
1.- ¿Considera usted que las diligencias previas de cotejo establecido en el código de
procedimiento civil para la tramitación de la falsedad de instrumento público, es
impertinente?
FRECUENCIA
F(a)
F(r)
SI
82
85%
NO
15
15%
TOTAL
97
100%
ALTERNATIVA
100%
80%
60%
40%
20%
0%
Series1
Fuente:
Elaborado por:
SI
NO
85%
15%
Abogados de Portoviejo – (2015)
Ab. Esp. Héctor Bravo Castro
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 85% de encuestados manifestó que SÍ, y el 15% de encuestados que NO.
La mayoría concluye que el Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un
instrumento público, establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente,
atentando los principios de celeridad y economía procesal, la minoría desconoce del tema.
81
2.- ¿Considera usted que la indicada diligencia previa, atenta contra los principios de
economía y celeridad procesal?
FRECUENCIA
F(a)
F(r)
SI
82
85%
NO
15
15%
TOTAL
97
100%
ALTERNATIVA
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Series1
Fuente:
Elaborado por:
SI
NO
85%
15%
Abogados de Portoviejo – (2015)
Ab. Esp. Héctor Bravo Castro
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 92% de encuestados manifestó que SÍ, y el 8% de encuestados considera que NO.
Concluyendo la mayoría que las diligencias previas, atentan gravemente los principios
constitucionales de celeridad, economía procesal y seguridad jurídica que debe existir en los
procesos.
82
3.- ¿Considera usted, que suprimiendo la indicada diligencia el trámite de falsedad de
instrumento público sería más expedito?
FRECUENCIA
F(a)
F(r)
SI
84
87%
NO
13
13%
TOTAL
97
100%
ALTERNATIVA
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Series1
Fuente:
SI
87%
NO
13%
Abogados de Portoviejo – (2015)
Elaborado por:
Ab. Esp. Héctor Bravo Castro
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 87% de encuestados manifestó que SÍ y el 13% de encuestados que No.
Concluyendo la mayoría de encuestados, que suprimiendo la diligencia en mención, se logrará
que el trámite sea más expedito y sin obstáculos.
83
4.- ¿Considera usted, que es necesario reformar el código de procedimiento civil
derogando la indicada diligencia previa dentro del trámite de falsedad de instrumento
público?
FRECUENCIA
F(a)
F(r)
SI
92
95%
NO
5
5%
TOTAL
97
100%
ALTERNATIVA
100%
80%
60%
40%
20%
0%
Series1
SI
95%
NO
5%
Fuente:
Abogados de Portoviejo – (2015)
Elaborado por:
Ab. Esp. Héctor Bravo Castro
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 95% de encuestados manifiesta que SÍ y el 5% de encuestados que No.
La mayoría de encuestados concluye que existe la necesidad de reformar el Código de
Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento
público.
84
5.- ¿Considera que la indicada reforma, garantizará la aplicación de los principios de
celeridad y economía procesal?
FRECUENCIA
F(a)
F(r)
SI
92
95%
NO
5
5%
TOTAL
97
100%
ALTERNATIVA
100%
80%
60%
40%
20%
0%
Series1
SI
95%
NO
5%
Fuente:
Abogados de Portoviejo – (2015)
Elaborado por:
Ab. Esp. Héctor Bravo Castro
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN.El 95% de encuestados manifiesta que SÍ, y el 5% de encuestados considera que NO.
La mayoría de encuestados concluye, que con el mencionado anteproyecto se garantizará el
principio de celeridad y economía procesal.
85
3.2.- Desarrollo de la propuesta
Anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la
diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los principios de
celeridad y economía procesal.
LA HONORABLE ASAMBLEA NACIONAL DE LA
REPÚBLICA DEL ECUADOR
CONSIDERANDO:
Que, el número 4 del artículo 66 de la Constitución reconoce el derecho a la igualdad formal,
igualdad material y no discriminación; y el número 5 determina el derecho al libre desarrollo
de la personalidad, sin más limitaciones que los derechos de los demás;
Que el artículo 75 de la Constitución de la República manda que toda persona tiene derecho al
acceso gratuito a la justicia y a la tutela efectiva, imparcial y expedita de sus derechos e
intereses, con sujeción a los principios de inmediación y celeridad; en ningún caso quedará en
indefensión.
86
Que el artículo 76 de la Constitución de la República, permite que en todo proceso donde se
determinen derechos y obligaciones de cualquier orden, se asegure el derecho al debido
proceso y que solo se podrá juzgar a una persona ante un juez competente y con observancia
del trámite propio de cada procedimiento.
Que de acuerdo con el artículo 84 de la Constitución la Asamblea Nacional tiene la obligación
de adecuar, formal y materialmente, las leyes y demás normas jurídicas a los derechos
previstos en la Constitución e instrumentos internacionales.
Que el numeral 6 del artículo 120 de la Constitución de la República, atribuye debe- res a la
Asamblea Nacional de expedir, codificar, reformar y derogar leyes e interpretarlas con
carácter obligatorio.
Que el artículo 167 de la Carta Suprema ordena que la potestad de administrar justicia emana
del pueblo y se ejerce por los órganos de la Función Judicial y por los demás órganos y
funciones establecidos en la Constitución.
Que el artículo 169 de la Constitución refiere a que el sistema procesal es un medio para la
realización de la justicia. Las normas procesales consagrarán los principios de simplificación,
uniformidad, eficacia, inmediación, celeridad y economía procesal, y harán efectivas las
garantías del debido proceso. No se sacrificará la justicia por la sola omisión de formalidades.
Que el artículo 168 de la Constitución dice que la administración de justicia, en el
cumplimiento de sus deberes y en el ejercicio de sus atribuciones, aplicará los siguientes
principios: numeral 6) La sustanciación de los procesos en todas las materias, instancias,
etapas y diligencias se llevará a cabo mediante el sistema oral, de acuerdo con los principios
de concentración, contradicción y dispositivo.
87
Que, el artículo 341 de la Constitución manda que el Estado generará las condiciones para la
protección integral de sus habitantes a lo largo de sus vidas, que aseguren los derechos y
principios reconocidos en la Constitución, en particular la igualdad en la diversidad y la no
discriminación, y priorizará su acción hacia aquellos grupos que requieran consideración
especial por la persistencia de desigualdades, exclusión, discriminación o violencia, o en
virtud de su condición etaria, de salud o de discapacidad;
Que el artículo 8 de las garantías judiciales, de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (San José, Costa Rica. 7 al 22 de noviembre de 1969) dice que toda persona tiene
derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de
sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
Que el artículo 20 del Código Orgánico de la Función Judicial manda que la administración de
justicia será rápida y oportuna, tanto en la tramitación como en la resolución de la causa, como
en la ejecución de lo decidido. Por lo tanto, en todas las materias, una vez iniciado el proceso,
¡as juezas y jueces están obligados a proseguir el trámite dentro de los términos legales, sin
esperar petición de parte, salvo en los casos que la ley disponga lo contario.
Que. la inadecuada aplicación de dichas normas ha generado graves demoras en la
administración de justicia; lo que deviene en problemas familiares y sociales.
Que. Es necesario adecuar las normas jurídicas del país para que los términos sean menores
y permitan ventilar los procesos con oportunidad,
88
Que es necesario adecuar estas normas jurídico-procesales, para que su tenor se ajuste a la
Constitución en su integralidad, provocando entonces que la sustanciación del proceso civil de
partición se cumpla por audiencias orales, simplificando y eliminando etapas de este
procedimiento, logrando así que el servicio público de administración de justicia sea eficaz,
efectivo y real.
En ejercicio de sus atribuciones constitucionales y legales, expide la siguiente:
LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL
Art. 1.- El art. 180 dirá.- Si se demandare la falsedad de un instrumento público, la parte actora
en su demanda anunciará la prueba, la o el Juez procederá a calificarla, ordenando citar a la
parte demandada, a la que se le concederá el término de 15 días para proponer excepciones.
Con la contestación de la demanda, la causa continuará conforme al procedimiento de ley.
Art. 2.- Dictada la sentencia en la que se declare la falsedad del instrumento, la o el Juez,
ordenará que se envíe copia certificada a la Fiscalía, para los fines legales pertinentes.
Art. 3.- Quedan derogadas todas las normas que se opongan a esta reforma, la que entrará en
vigencia a partir de su publicación en el Registro Oficial.
f). PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL
89
3.3.- Conclusiones parciales del capítulo
El Código de Procedimiento Civil, para determinar la falsedad de un instrumento público,
establece la vía ordinaria luego de una diligencia previa impertinente, lo que se ha observado
en la investigación y que atenta la celeridad y economía procesal.
Existe la necesidad de elaborar un anteproyecto de Ley reformatoria al Código de
Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento
público, para garantizar los principios de celeridad y economía procesal.
90
CONCLUSIONES GENERALES
El delito de falsedad nace conjuntamente con la aparición del documento, ya que desde que
exista un documento existe la posibilidad de sus declaraciones o el documento mismo sean
falseados.
En la actualidad en el contexto de repensar los procesos de modernización y democratización
en el País, y en el marco de una creciente utilización de las tecnologías de la información y las
comunicaciones como herramienta de apoyo a la gestión pública, se plantea la necesidad de
determinar hasta qué punto es factible la presentación de documentos electrónicos en juicio y
su utilización como medio de prueba en ellos.
Existen principios constitucionales de eficacia, celeridad, agilidad y economía procesal, dentro
del juicio que es el trámite previsto en la ley, para el ejercicio cuando se establece la demanda
de falsificación de instrumento público se debe en primer lugar lo previsto en el artículo 180
inciso 1 del Código de Procedimiento Civil, debe hacerse una comparación entre la falsedad
del instrumento público que se demanda y el que consta en los protocolos en la oficina del
señor Notario cuando este acto judicial se lo deberá solicitar y hacer cumplir dentro del
término de prueba, con lo anterior se de acatamiento a los principios constitucionales ya
señalados.
Es necesario elaborar un anteproyecto de Ley Reformatoria al Código de Procedimiento Civil
que derogue la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público, para garantizar los
principios de celeridad y economía procesal.
91
RECOMENDACIONES
El Estado Ecuatoriano debe establecer medidas drásticas para que se derogue la mencionada
diligencia impertinente a fin de garantizar los principios constitucionales de celeridad y
economía procesal.
La Asamblea Nacional `debe investigar a fondo para que se apruebe el anteproyecto de Ley
Reformatoria al Código de Procedimiento Civil que derogue la diligencia impertinente por
falsedad de instrumento público, para garantizar los principios de celeridad, economía
procesal y seguridad jurídica.
El Colegios de Abogados de Portoviejo debe actuar como veedor en conjunto con los
profesionales del derecho para que no se sigan vulnerando derechos y garantías
constitucionales en la diligencia impertinente por falsedad de instrumento público.
A las Universidades UNIANDES y GUAYAQUIL, dentro de sus facultades de derecho deben
analizar este vacío en la normativa de procedimiento civil que debe ser corregidos, antes de
emplearse en la administración de justicia con respecto a la falsedad de los instrumentos
públicos, para que exista un debido proceso.
92
BIBLIOGRAFÍA
1. Aguirre Godoy, M. (1996 ). Derecho Procesal Civil . Guatemala: Pág. 237.
2. Armella, C. N. ( 1998). Tratado de Derecho Notarial, Registral e Inmobiliario, tomo
III. Pág. 245.
3. Bentham, J. (1959). Tratado de las Pruebas Judiciales. Buenos Aires: Ediciones
Jurídicos Europa-América.
4. Boleso, W. (1997). Jerarquía Constitucional de los Principios de Celeridad y
Economía procesal. Santa Fe: Editorial El Jurista, Pág. 185 y ss. .
5. Cabanellas, G. (1984). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual . Buenos Aires
Argentina : Editorial Heliasta, Tomo VI. Pág 497. .
6. Carrara, F. (1993). Programa de Derecho Criminal, Parte General, Sección III,
Volumen III. Bogotá: Editorial Temis.
7. Código de Procedimiento Civil . (2012). Título II. De las Personas que Intervienen en
los Juicios, Art. 32. . Quito: Editorial Jurídica EL FORUM.
8. Código Orgánico de la Función Judicial . (2012). Principio de Celeridad, El Art. 20.
Quito.
9. Constitución del Ecuador . (2008). ‘‘Derechos de Protección’’ . Art. 76, Núm. 4. Cap.
Octavo . Quito: Pág. 53.
10. Cueva Carrión, L. ( 2006). El Juicio Oral Laboral. Teoría, Práctica y Jurisprudencia.
Ediciones Cueva Carrión.
11. García, F. J. (2010). La citación con la demanda . Pág. 5.
12. Gómez Lara, C. (2003). Teoría General del Proceso. México: Editorial Mexicana.
13. Guasp, J. (1997). Concepto y Método de Derecho Procesal . Madrid: Página 8.
14. Klein, E. (1927). Berlin : Pág. 208.
15. Machicado, J. (2009). México.
16. Millar, R. W. (1945). Los Principios Formativos del Procedimiento Civil. Buenos
Aires. Pág. 169.
Descargar