Tribunal Supremo (Sala de lo Social).Sentencia de 24 febrero 1992RJ\1992\1055 Tribunal Supremo (Sala de lo Social). Sentencia de 24 febrero 1992 RJ\1992\1055 Unificación de doctrina: requisitos del recurso. PRUEBA; investigación-detectives privados: ineficacia revisoria; valoración y carácter. informe de agencia de Jurisdicción: Social Recurso de casación para la unificación de doctrina núm. 1059/1991 Ponente: Excmo Sr. arturo fernández lópez El T.S desestima el recurso de casación para la unificación de doctrina (nº 1059/1991) interpuesto por Manuel R.B. contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, dictada en autos promovidos por el recurrente contra Insular de Restauración, S.A.L., sobre despido. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.El recurso de casación para la unificación de doctrina, según consta de lo que disponen los arts. 216 y 221 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1990\922 y 1049) que lo estatuye y como lo expresan las SS 2-2, 22-3 y 20-5-1991 ( RJ 1991\788, RJ 1991\1892 y RJ 1991\3918), entre otras, exige la concurrencia de tres requisitos, a la vez esenciales y formales: a) contradicción entre las sentencias que se invocan; b) infracción legal cometida en la sentencia impugnada; y c) quebranto producido en la unificación de la interpretación del derecho y la formación de la jurisprudencia. El primero de ellos (que es realmente el que lo singulariza, identificándolo, pues los dos siguientes coinciden con el concepto de infracción de ley o de doctrina legal justificador de la casación «ab origine») viene precisado en el primero de los citados preceptos legales en cuanto, excluyendo la identidad puramente subjetiva, sí exige la identidad de situación, la sustancial igualdad de hechos, fundamentos y pretensiones y la discrepancia de pronunciamientos entre la sentencia recurrida y aquella o aquellas que como contra- dictorias se invoquen. SEGUNDO.La sentencia impugnada en el presente recurso dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de las Palmas de Gran Canaria el 1-3-1991 desestimó el recurso de suplicación formulado por el actor y en consecuencia confirmó la pronunciada por el Juzgado de instancia, que había desestimado la demanda de despido deducida y declaró la procedencia del mismo por entender en síntesis que habían resultado acreditados los hechos imputados en la carta de despido; concretamente que estando de baja por Incapacidad Laboral Transitoria estuvo prestando servicios durante determinados días en una cervecería de su propiedad. TERCERO.El recurrente aduce como sentencias contradictorias las siguientes dictadas por esta Sala: de 28-6-1983, 28-9-1983 ( RJ 1983\3060 y RJ 1983\4293), 17-5-1985 ( RJ 1985\2729), 12-9-1986, 8-10-1986, 27-10-1986, 24-11-1986, 27-11-1986 ( RJ 1986\4961, RJ 1986\5422, RJ 1986\5908, RJ 1986\6501 y RJ 1986\6730), 5-2-1987, 12-2-1987, 1-7-1987 ( RJ 1987\781, RJ 1987\846 y RJ 1987\5054) y 24-4-1988; aunque solamente hace una relación precisa y circunstanciada en su escrito de interposición -cumpliendo lo establecido en el art. 221 de la Ley de Procedimiento Laboral- de cuatro de ellas. La totalidad de las sentencias invocadas como término de comparación sientan la doctrina uniforme de negar valor documental a efectos de revisión de hechos en un recurso de casación a los informes de detectives privados aportados al proceso, exponiendo que se trata de una prueba testifical impropia, que adquiere todo su valor procesal como tal prueba testifical cuando el informe ha sido ratificado en juicio por su firmante. En el presente caso, el juzgador de instancia extrajo su convicción, valorando conjuntamente la totalidad de las pruebas practicadas, incluida la testifical referida ratificada en juicio, plasmando en su sentencia los hechos probados oportunos como le autoriza y obliga el art. 97.2 de la Ley de Procedimiento Laboral. En vía de suplicación, la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia no accedió a la revisión fáctica precisamente porque el recurrente se amparaba en el citado informe de detectives que, como se ha dicho, carece de valor documental a estos efectos. Siendo sorprendentes las alegaciones del recurrente sobre el valor que -según dice- el Juzgador de instancia otorgó a tal informe, llegando a la peregrina conclusión que si no tenía carácter documental no debió ser valorado por aquél; con ello desconoce que el juzgador puede y debe valorar la totalidad de las pruebas practicadas, incluida la testifical y que es precisamente el recurrente el que tiene que amparar su pretensión revisoria en vía de suplicación en pruebas documentales o periciales -art. 190, b) de la Ley de Procedimiento Laboral-. Máxime cuando en el presente caso se practicaron en juicio a instancia de ambas partes pruebas de confesión, documental y testifical, no sólo del detective firmante del informe. En consecuencia, de acuerdo con el informe del Ministerio Fiscal, hay que entender que la sentencia impugnada ha sido coherente con la doctrina mantenida en las sentencias invocadas como contraste por el recurrente; por lo que no hay contradicción entre ellas y la impugnada. En consecuencia se debe desestimar el recurso. 11 de febrero de 2012 © Thomson Aranzadi 2