SUSANA ALONSO LEGARRA · Acción y emoción en la obra no representacional ·2010· 27 II.- PROCESOS DE PENSAMIENTO EN LA PRÁCTICA PICTÓRICA ABSTRACTA La dinámica artística pictórica produce un cambio radical de intereses al principio del siglo XX, más propiamente a finales del XIX y ese cambio promueve variaciones en la infraestructura misma de las bases del proceso pictórico y de sus resultados. Intentaremos analizar en este apartado como influyen los procesos de pensamiento en las sucesivas variantes del acto pictórico y de qué manera éste cobra importancia en el dinamismo artístico del siglo. «Un cuadro antes de ser un caballo de batalla, un desnudo, o la anécdota que sea, es esencialmente una superficie plana cubierta de colores conjuntados con un cierto orden». 1 Lo que Maurice Denis1 nos quiso decir en 1890 con esta frase es que el pintor del siglo XX no tiene interés por continuar representando la proporcionalidad del mundo real. La perspectiva central y la imitación de la naturaleza, arquitecturas o retratos representativos dejan de ser el centro de atención del artista pictórico, ya desde finales del XIX. Hay una modificación sustancial y evolutiva en el punto de vista del sujeto. El Renacimiento nos aportó una mirada centralizada desde un punto de vista único, con una perspectiva central que ofrece un distanciamiento entre el sujeto y el objeto, lo que le otorga profundidad a la obra. A partir del Romanticismo, lo subjetivo tiene cada vez mayor importancia y se opone poco a poco a la representación objetiva de la realidad. Esta interioridad conduce al abandono definitivo del espacio euclídeo y le otorga a la obra una reorganización espacial que reproduce distancias de otro carácter que podríamos definir como psicológico. El Cubismo nos ofrece una mirada compleja y distorsionada que procede de varios puntos de vista diferentes y el arte abstracto implica una mirada hacia la conciencia. En la abstracción, movimiento, vanguardia o tendencia en la que nos interesa delimitar y profundizar, el punto de vista frente al objeto (espacio), ya no está definido claramente . Lo fundamental es la visión interior del artista, lo que Kandinsky denominaba el principio de la necesidad interior, cuyas leyes excluyen desde ese momento el arte al realismo. “Las sensaciones más vulgares, como el temor, la alegría, la tristeza, que podrían haber 1 Stangos Nikos. Conceptos de arte moderno. 1986 Alianza Editorial. Madrid. ISBN: 8420670537 ·UPV·FACULTAD DE BELLAS ARTES·Barrio Sarriena s/n· Lejona·Vizcaya· SUSANA ALONSO LEGARRA · Acción y emoción en la obra no representacional ·2010· 28 conformado el contenido del arte, no atraerán demasiado al artista de hoy. Su intención será dar a luz sensaciones más sutiles que aún no tienen nombre. La vida del artista es compleja y sutil, y la obra que surja de él producirá lógicamente, en el público capaz de apresarlas, emociones tan multiformes que nuestras palabras no podrán representarlas”2 II.1.- NUEVAS FORMAS DE SUBJETIVIDAD EN EL SIGLO XX. El punto II de este trabajo ha recibido información sustancial para su desarrollo de manos de la doctora en Bellas Artes Pilar Viviente Soler en su artículo Las nuevas formas de subjetividad del siglo XX y los procesos de pensamiento en la práctica pictórica abstracta perteneciente a la revista semestral Arte, Individuo y Sociedad editada por el servicio de publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid. Este cambio de punto de vista hacia una nueva orientación de la mirada que abandona la paleta de la naturaleza y el retrato para adentrarse en el universo de la conciencia no forma un hecho aislado. Como en casi todas las revoluciones y los cambios históricos, los hechos que se producen y las corrientes de pensamiento se traducen en todas las disciplinas formando nuevos pilares del saber. Las nuevas teorías de la conciencia, el psicoanálisis y las nuevas psicologías, se extendieron posteriormente al campo del arte y de la pintura. El contexto en el que se desarrolla el conocimiento que corresponde a las nuevas formas de subjetividad implícitas en las obras de arte abstracto se centra en un nivel filosófico relacionado con la psicología del ser. Aquí nos encontramos en una posición que tiene que ver con las raíces del existencialismo y con el vitalismo de Nietzsche y Ortega. Se trata de un espacio donde del objeto desaparece, lo que representa la última fase de un proceso de deconstrucción progresiva de la identificación entre la representación del objeto físico y la forma pictórica, tal y como define acertadamente Viviente Solé en su artículo. En efecto, las pinturas funcionan como documentos psicológicos, como espejos en donde se entremezclan con la estructura pictórica nuevos mapas de introspección. Puesto que tal y como señala R. de la Calle3 (1980) 2 Kandinsky Vassily. Sobre lo espiritual en el arte. 1999. Editorial Paidós Ibérica. Barcelona. ISBN: 978844930315x 3 De la Calle Román El principio de la creatividad en la estética contemporánea, 1980 en AAVV, Creatividad y Educación. Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid. ·UPV·FACULTAD DE BELLAS ARTES·Barrio Sarriena s/n· Lejona·Vizcaya· SUSANA ALONSO LEGARRA · Acción y emoción en la obra no representacional ·2010· 29 “el estudio de las categorías estéticas desde la psicología puede explicar que un cuadro abstracto no es simplemente un conjunto agradable o desagradable de formas, líneas y colores agrupados según ciertas reglas, sino que su articulación u organización de elementos integrantes o partes constitutivas puede ponerse al descubierto en relación a la percepción y la cognición inherentes a la práctica pictórica misma. El análisis sintáctico de la obra de arte desfigura la realidad artística si no es considerado en relación a las ideas dominantes que están internamente articuladas en la mente del artista, y que constituyen su contenido de conciencia y el de la época a la que pertenece.” podemos seguir afirmando, que en lo que se refiere a la abstracción, los condicionantes que forman sus bases fundamentales interfieren en otros muchos campos y muy distintos que los propios estudiados hasta el siglo XX, ya que se produce un cambio de mirada, un cambio de punto de partida, cambio de concepción, cambios… Por otra parte, para los procesos en el acto de experiencia de la práctica pictórica misma, que es lo que nos interesa analizar, nos es igualmente importante considerar las operaciones constitutivas del espacio por un lado y el desarrollo de los esquemas intelectuales con los que se construyen las nuevas relaciones espaciales por otro, lo que contribuye a un nuevo desarrollo de las ciencias y una nueva unión entre conceptos físicos, filosóficos y espaciales. La descripción que hace la neurofenomenología, —una combinación de neurociencia y de fenomenología—, del papel de la cognición y del de la percepción en la experiencia consciente, tal y como se percibe en las funciones sensitivas del sistema nervioso, es fundamental para comprender al sujeto del cuadro abstracto, ya que pone de manifiesto la polarización de los procesos vinculados a la percepción y a la cognición, aspectos ambos que caracterizan la práctica de la pintura abstracta. Sin embargo a pesar de esta primera exposición sobre los cambios producidos ante la aparición de nuevos puntos de vista, y el binomio que hemos establecido como punto de partida para conocer las bases, tanto intelectuales como espaciales, que fueron dando lugar a la práctica de las abstracciones como corriente o movimiento situado en el siglo XX, nos complace comentar que son la sensación y la emoción las que por vez primera se erigen en protagonistas de la cultura. Además y a su vez, chocan con un fundamental contra-efecto, la nueva intelectualización de los procesos artísticos. La sensación, la inmediatez y el impacto como nuevos conceptos básicos a aportar al acto pictórico ya nacen con el cubismo, continúan durante el surrealismo y en las corrientes abstraccionistas que se desarrollan entre la improvisación y el impacto inmediato, no importa si los resultados fueren de carácter geométrico o de carácter gestual. La cultura vanguardista del siglo XX insiste en un modo anti-intelectual y las ·UPV·FACULTAD DE BELLAS ARTES·Barrio Sarriena s/n· Lejona·Vizcaya· SUSANA ALONSO LEGARRA · Acción y emoción en la obra no representacional ·2010· 30 facultades anti-cognitivas aspiran a encontrar fuentes instintivas de expresión. Pero en contrapartida el arte moderno exagera su efecto inverso, su carácter cognitivo, hermético, intelectualizado e intransigente en palabras de Theodor Adorno4. Esta radicalización del binomio cognición-percepción viene representada por dos tipos de procesos pictóricos en las abstracciones. Aclaremos estos tipos de procesos, para seguir centrándonos en el debate que nos interesa. II.2.- PROCESOS PICTÓRICOS EN LAS ABSTRACCIONES. En primer lugar como proceso pictórico en las abstracciones nos encontramos con los geometrismos, que plantean lo que podemos llamar una estética de la cognición, donde las intervenciones destinadas al objeto están directamente relacionadas con el ego y la cognición y en segundo lugar nos enfrentamos a los gestualismos y los expresionismos espontáneos que proponen una ética de la percepción, de la sensación más elemental y primigenia, donde las impresiones de los sentidos y las respuestas de orientación están vinculadas al objeto, la percepción o noema. El sentido de esta polaridad cognición/percepción y su aparición, con la emergencia en la pintura abstracta de la geometría rigurosa de carácter lógico y del gesto libre de carácter intuitivo, debemos situarlo en un debate enfrentado entre formalistas e intuicionistas, sacado a luz pública por el propio Henri Poincaré5 en 1913, declarando con ello la guerra entre los dos campos. Apollinaire6 (1913) consideraba en Les peintres cubistes que el Cubismo pertenece a un arte de rango conceptual, que establece una línea de reflexión intelectual 4 Wiesengrund Adorno Theodor Ludwig. 1903, Fráncfort, (Alemania) - 1969, Viège, Suiza), fue un filósofo alemán que también escribió sobre sociología, psicología y musicología. Se le considera uno de los máximos representantes de la Escuela de Fráncfort y de la teoría crítica de inspiración marxista. 7 Apollinaire, Guillaume. Francés, de origen romano e hijo natural. Roma 1880 - París 1918 Escritor, poeta y crtítico de arte, de vida azarosa, teorizó en defensa de las nuevas tendencias, como el cubismo de sus amigos Picasso y Braque y el fauvismo de Henri Matisse, con los que compartió la vida bohemia de la época y frecuentó los círculos artísticos y literarios de la capital francesa, donde adquirió cierta notoriedad además de escribir el texto que sirvió de manifiesto para el Cubismo, Los pintores cubistas. En 1909 publicó su primer libro, El encantador en putrefacción, basado en la leyenda de Merlín y Viviana, al que siguieron una serie de relatos de contenido fabuloso. Sus libros de poemas El bestiario o el cortejo de Orfeo(1911) y Alcoholes (1913) reflejan la influencia del simbolismo, al tiempo que introducen ya importantes innovaciones formales; ese mismo año apareció el ensayo crítico Les peintres cubistes (Los pintores cubistas), defensa encendida del nuevo movimiento como superación del realismo. Al estallar la guerra de 1914, se alistó como voluntario y fue herido de gravedad en la cabeza en 1916; ese año se le concede la nacionalidad francesa, murió dos años después, víctima de la gripe española. ·UPV·FACULTAD DE BELLAS ARTES·Barrio Sarriena s/n· Lejona·Vizcaya· SUSANA ALONSO LEGARRA · Acción y emoción en la obra no representacional ·2010· 31 importante hacia la búsqueda de un resultado enriquecido haciendo referencias a respuestas de orientación, impresiones sensoriales y agrupaciones de sensaciones bajo la forma del recuerdo o del deseo, con independencia de la medida y de los objetos. Así, pues, esta revolucionaria corriente que conmocionó público y crítica desde sus comienzos, el Cubismo, contendrá la simiente de lo que bifurcará en dos tipos de procesos en la pintura abstracta, según los objetos y los seres espaciales sean sometidos a procedimientos con diferentes ambiciones. Son, por tanto dos tipos bien diferenciados de procesos que oscilan entre las dos caras de una misma moneda. Si los seres espaciales y los objetos en tratamiento son sometidos a sistemas propiamente operatorios (operaciones lógicas) podemos hablar de procesos regidos por el pensamiento conceptual, que pueden tener un carácter de intervención concreto aplicado a los propios objetos o bien un carácter de intervención operacional formal en el que la reflexión se fundamenta en el proceso mental mismo. Si por el contrario los seres espaciales y los objetos son sometidos a intuiciones (prelógica, intuitiva), en donde predomina la actividad sensorio-motriz, diremos entonces que se trata de procesos perceptivos, regidos por el pensamiento preconceptual e imaginario. Estos dos tipos de procesos, conceptuales y perceptivos son los protagonistas de un glosario de movimientos, bien en estado puro, o bien en diferentes combinatorias que se manifiestan a lo largo del siglo XX dando lugar a las vanguardias artísticas y demás corrientes adyacentes y posteriores. Hemos podido comprobar, que diferentes artistas han practicado ambos sistemas representativos en diferentes épocas de su trayectoria artística; no debemos por tanto contemplarlo como actitudes contrarias, sino que lo tratamos como una división puramente esclarecedora, como observación y clasificación aclaratoria para nuestro estudio. Desde el punto de vista de las relaciones personales con la propia obra, el primero se centra en las relaciones construidas, rigidiza los sistemas aprendidos de signos y los enfatiza, convirtiendo sus desafíos en composiciones donde las matemáticas y la geometría forman parte dominante de la obra. Tiende a modelos racionales que se aproximan también a la ciencia y a la arquitectura, con una determinación formal muy clara, de lo que resultan modelos compositivos de orden regular y estados de orden fuerte, en términos de Marchán Fiz7. En cambio el segundo se centra en la articulación gestual, se relaciona con empatía hacia el medio, posee un carácter más 7 Fiz, Marchán. Del arte objetual al arte del concepto, 1988. Akal, Madrid. ISBN: 8476001053 ·UPV·FACULTAD DE BELLAS ARTES·Barrio Sarriena s/n· Lejona·Vizcaya· SUSANA ALONSO LEGARRA · Acción y emoción en la obra no representacional ·2010· 32 libre y lúdico y depende de la organización interna del sujeto en el momento mismo de la acción pictórica. Describe un estilo orgánico basado en la forma simbólica, la irracionalidad del gesto y la espontaneidad de los procesos perceptivos, donde las reglas de agrupación son fruto de una expresión directa debida al estado anímico provocado por una circunstancia. Esta actitud no infiere ni determina las relaciones formales o sintácticas del cuadro, sino que quedan sujetas únicamente a leyes arbitrarias y azarosas de ordenación, de lo que resultan estados de orden débil que presentan una indeterminación o desestructurización formal. Los procesos conceptuales coinciden con lo que Kuspit8 (1988) llama la abstracción mecanicista (Malevitch) y los procesos perceptivos con lo que este autor denomina la abstracción organicista (Kandinsky). Ambas tendencias implican, tal y como señala Kuspit, un conflicto que está todavía en proceso de resolución con la abstracción postmoderna (Brice Marden, Gerhard Richter, Helmut Federle, Robert Mangold, Robert Ryman), pero que no incluye no obstante la abstracción simulada o neogeometrismo (Peter Halley, Phillip Taaffe). La brecha que abren los dos métodos de autoexploración de las facultades mentales y fisiológicas, uno analítico-racional que cree en la lógica y prolonga la herencia científica renacentista cuando ciencia y tecnología formaron juntas de nuevo parte de los procesos artísticos (procesos conceptuales) y otro empírico-irracional que confía en la intuición y en los estados de ánimo y meditativos (procesos perceptivos), ponen de manifiesto una inquietud latente sobre las modernas patologías del Yo. Emerge inevitablemente una conciencia artística que se debate entre dos polos, dependiendo del proceso que estemos tratando. El idealismo platónico de la forma, por un lado, que parte de la premisa de Kant de que lo bello radica en la forma, y por otro lado, la liberación sin control de las regiones menos aprehendidas del ego, las que presentimos y aún no dominamos, y de los estados alterados de la percepción. Mientras lo primero es una idealización romántica que conduce a los excesos del análisis formal, lo segundo viene a ser una huida existencialista que niega la finalidad estética del arte (el dadaísmo y las corrientes que se derivan de él o reciben su influencia). Mientras en el primer caso el sujeto del cuadro abstracto rechaza lo subjetivo refugiándose en el análisis puramente formal y sintético, en el segundo caso, la auto 8 Kuspit, Donald . Signos de psique en el arte moderno y postmoderno. 2003. Akal . Madrid. ISBN: 978-84-460-1130-9 ·UPV·FACULTAD DE BELLAS ARTES·Barrio Sarriena s/n· Lejona·Vizcaya· SUSANA ALONSO LEGARRA · Acción y emoción en la obra no representacional ·2010· 33 representación compulsiva del sujeto, la expresión de las acciones y las operaciones del inconsciente, que sirve al principio del placer, muestra un sujeto que teme encararse con ello y que pone de manifiesto sus dudas existencialistas, sus lagunas y la presión psicológica producida por el impacto del exceso de información e imágenes de la era en la que vivimos. Los dos métodos de autoexploración de las facultades mentales y fisiológicas, el analítico-racional y el empírico-irracional son la base fundamental para estudiar las investigaciones que se han llevado a cabo sobre el lenguaje artístico en las abstracciones. El material encontrado para el desarrollo posterior de este binomio nos permitirá ahondar en esta materia y acceder a un análisis exhaustivo de las abstracciones , sus motivaciones y deseos lúdicos y analíticos más íntimos de la geografía pictórica del panorama. Reproduce de este modo un sujeto preocupado por su naturaleza operacional y sensorio-motriz, y por los procesos implicados. Estamos ante un arte interesado por el problema del método, que en consecuencia explora nuestras percepciones. La experiencia perceptiva, el acto perceptivo en el curso del cual nosotros estructuramos al mundo, es el blanco principal de todas las prácticas artísticas experimentales. En la cultura occidental, de fuerte matiz científico en la actualidad, donde lo subjetivo equivale a lo que no tiene otras razones de peso que la actitud y la reacción individualizada frente a la normativa cultural, considerada como lo objetivo, es comprensible que el subjetivismo encuentre en el arte su refugio, aunque no siempre de forma explícita sino muchas veces de manera enmascarada. Este subjetivismo que atraviesa el siglo viene acompañado del culto al Yo (reflexivo o impulsivo) y por supuesto al cuerpo, pero donde sobre todo la sensación es lo que manda. El hedonismo del grupo reducido de artistas de las primeras vanguardias de este siglo ha sido relacionado por Lipovetsky (1983) en La era del vacío con la liberación de la contracultura y con la actual cultura de masas hedonistas y faltas de estímulos. Lipovetsky ve en esta sintomatología reinante un rasgo característico de la posmodernidad. De una postmodernidad con cierto carácter apocalíptico, que no piensa en el futuro, tan sólo en el hoy y el ahora y que siente un vacío de valores y de desafíos en pos de la comodidad de la butaca ante el televisor. Una sociedad consumista y escasa en valores como la valentía, la constancia y el tesón. Lo que se ha dado es la asimilación del bienestar, la popularización, una sensibilidad que ha ido paulatinamente penetrando en la época y que tiene su origen en la actitud desmesurada de un grupo reducido de artistas bohemios a principios de este siglo. ·UPV·FACULTAD DE BELLAS ARTES·Barrio Sarriena s/n· Lejona·Vizcaya· SUSANA ALONSO LEGARRA · Acción y emoción en la obra no representacional ·2010· 34 Las nuevas formas de comportamiento que aparecen a principios de siglo propugnan la libertad y el dominio de los sentidos, durante muchos siglos un terreno prohibido por el cristianismo. Así se impone la individualidad sobre el sistema y la sociedad, el yo psicológico sobre el yo trascendental, el culto al cuerpo sobre el culto al espíritu, la experiencia directa sobre las entidades teóricas, imitaciones y reproducciones, etc. Las regiones menos controladas del ego y del comportamiento renacen en formas de expresión antiacadémicas, compulsivas y primitivas de gran parte de las pinturas abstractas y de la mayor parte de la música pop-rock. En ambas disciplinas artísticas, a la construcción reflexiva de naturaleza representacional, donde la estructura predomina sobre la percepción, se opone la composición intuitiva de naturaleza práctica, donde la experiencia fenoménica o perceptual predomina sobre la estructura y los esquemas construidos, y donde lo primordial es, como pensaba Kandinsky, el ritmo. Ese ritmo que el propio Kandinsky identificaba con el pulso, la respiración, la circulación de la sangre, la respiración del hombre, de los animales y de las plantas. ·UPV·FACULTAD DE BELLAS ARTES·Barrio Sarriena s/n· Lejona·Vizcaya·