Universitarios y lectura: análisis cuali-cuantitativo del

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UNIVERSITARIOS Y LECTURA: ANÁLISIS CUALICUANTITATIVO DEL USO, ACCESIBILIDAD Y
VALORACIÓN DE LOS LIBROS
Introducción
Estudios referidos a hábitos lectores y nivel de comprensión lectora
en Chile señalan que el perfil de los lectores frecuentes corresponde
al de personas en un rango etario entre 15 y 29 años, de un nivel
socioeconómico alto, medio-alto y con 13 o más años de estudio.
No es casual que los poseedores de dicho perfil sean los mismos que
más adquieren libros, según antecedentes de la Cámara Chilena del
Libro1.
Remitiendo este análisis al de la educación superior, la literatura
existente no da cuenta de análisis aplicados a estudiantes de pregrado,
lo cual ha generado un desconocimiento acerca del valor asignado al
libro en este segmento, en tanto medio de información, de recreación
y de enriquecimiento personal. Tampoco se encontraron antecedentes
que esclarezcan cuál es el mecanismo que los jóvenes tienen para
enfrentar su rendimiento académico a través de la lectura.
El año 2005 y con el auspicio del Consejo Nacional del Libro y
la Lectura se llevó a cabo una investigación de hábitos lectores y del
nivel de valoración del libro entre los estudiantes universitarios de
pregrado de la Región Metropolitana en instituciones del Consejo de
Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) y privadas, de las
áreas humanista y científica, quienes, al momento de realizar dicho
estudio, cursaban asignaturas entre el séptimo y el décimo semestre
1 Estas referencias provienen de la Encuesta sobre Consumo Cultural y Uso del Tiempo Libre,
patrocinada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y por el Instituto Nacional de
Estadísticas, y concuerdan con la información emanada de la Encuesta Nacional de Lectura
y Consumo de Libros preparada por la Cámara Chilena del Libro.
216 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
académico. El estudio se centró en este segmento pues constituye
una masa crítica importante. Según informes del Consejo Superior
de Educación (CSE), su universo alcanza aproximadamente 35.000
estudiantes (CSE, 2006).
Un informe emanado de este estudio fue publicado en
2006 por la Universidad Tecnológica Metropolitana en su serie de
Bibliotecología y Documentación, la cual presentó los resultados con
relación al tipo de universidad y al área de estudio, circunscribiendo
este último aspecto sólo a Ciencias y Humanidades. Posteriormente, se
especializó el análisis y el área de estudio de acuerdo con estudiantes
de carreras de Ciencias Básicas, Ciencias Aplicadas, Ciencias Sociales y
carreras de Arte. Ello permitió dilucidar el perfil de los jóvenes según
su carrera y su relación con la lectura, lo cual es presentado en este
artículo que profundiza el análisis primario.
La razón por la cual se estudió a los jóvenes universitarios radica
en que dicho segmento es el que, teóricamente, más debiese leer y
consumir libros; además, porque manifiesta autonomía y capacidad
crítica sobre las áreas y periodicidad de lectura. Por otro lado, por
su formación académica se presupone que desarrollan actividades
intelectuales y, por sus años de escolaridad, debiesen tener hábitos
de estudio formados total o parcialmente.
La población en Chile, en cuanto a comportamiento lector se
refiere, no presenta un escenario auspicioso. La medición internacional
IALS (International Adult Literacy Survey) (Rodríguez, 2004) señala que
en Chile más del 80% de la población entre 16 y 65 años se ubica bajo
el nivel mínimo de comprensión de lectura. Hay quienes manifiestan
dichas habilidades muy escasamente, siendo, por ejemplo, incapaces
de entender las instrucciones impresas en los envases de productos
comerciales. Estos sujetos clasifican en el nivel 1 de comprensión
lectora (Goodman, 1996)2. El nivel 2 es para quienes sólo procesan
2 Kenneth Goodman (1996) postula que existen niveles de comprensión lectora: literal (primer
nivel); inferencial (segundo nivel); crítico (tercer nivel); apreciativo (cuarto nivel), y creador
(quinto nivel).
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 217
información que está expuesta en forma clara y evidente, y, aún así,
no les es sencillo comprenderla ya que desarrollaron habilidades
utilizadas sólo en la cotidianeidad, por lo cual no les resulta fácil
hacer frente a nuevas demandas y, menos aún, adquirir más y mejores
destrezas en este sentido. Ascendiendo en la clasificación están los
alfabetizados funcionalmente, quienes son capaces de entender
instrucciones y presentan destrezas que aportan en su rendimiento
laboral. Finalmente, los niveles más altos –4 y 5– comprenden e
infieren a partir de lo leído, y no sólo eso, sino que además pueden
generar nueva información como parte del proceso.
Lamentablemente, según los estudios aludidos, sólo un 2% de
los chilenos está en el nivel 4 y 5. Si este antecedente se analiza respecto
al 13% de la población con educación superior (universitaria o técnica)
completa (Eyzaguirre, Le Foulon y Hinzpeter, 2000), entonces se
deduce que menos del 25% de los egresados de universidades chilenas
manifiesta habilidades destacables en cuanto a comprensión lectora
(niveles 4 y 5). Si a ello se suma que un 11% de jóvenes universitarios
en sus últimos años de estudio señalan categóricamente que no tienen
hábitos lectores, el escenario se torna cada vez menos optimista.
Se entiende por hábito lector cuando la lectura se realiza en
forma automotivada y se ejerce periódicamente (diariamente o varias
veces por semana). Bajo este prisma, esta actividad es considerada
como una opción más, no sólo de entretención, sino que como un
medio de aprendizaje, adquisición de nuevo conocimiento y acceso
a la cultura.
Existen variables psicológicas y emocionales que concitan
interés por la lectura. Estudiosos del tema (Wigfield y Guthrie, 1999)
indican que “la construcción del significado durante la lectura es un
acto motivado. Durante la lectura el individuo actúa deliberadamente
y con un propósito. Por lo tanto, una explicación en términos
motivacionales es crucial para una explicación del acto de leer”. Este
factor puede ser decisivo, tanto al momento de optar por leer en vez
de hacer otra actividad, como también por escoger qué se leerá. Es
218 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
por esto que, a la hora de comprender, de proyectar y, eventualmente,
intervenir en el desarrollo de la industria del libro resulta crucial
conocer los hábitos y la forma como piensan y discriminan los
consumidores de lectura. El comportamiento de los universitarios es
el más interesante en relación con este tema, puesto que ellos pronto
ejercerán sus opciones de consumo cultural en el mercado.
Existen antecedentes, proporcionados por la Cámara Chilena
del Libro, que indican que en los últimos tres años la producción
editorial aumentó, en promedio, un 8,4% (Cámara Chilena del Libro,
2005). Si se relaciona este antecedente con el nivel de lectura de los
chilenos, el cual aumentó sólo un 1,1% respecto del nivel de consumo
de otras actividades culturales, se obtiene que la lectura fue la actividad
que menos ha aumentado. La siguiente tabla proporciona antecedentes
al respecto (Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2005):
ACTIVIDAD
2004
2005
Asistencia a exposiciones
20,9%
23,6%
Asistencia a espectáculos de danza
11,3%
14,7%
Consumo de películas (formatos DVD y VHS)
43,9%
49,9%
Asistencia a conciertos
20,5%
27,5%
Prosiguiendo el análisis respecto de la variedad de la oferta
editorial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Centro Regional para el Fomento
del Libro en América Latina y el Caribe (CERLAC) analizaron la
comercialización del libro en Chile, y concluyeron que “el sector
librero realiza una inversión muy escasa en acciones de marketing
y, generalmente, ésta se concentra en lo que hacen las cadenas de
librerías. Aún así, lo que se realiza es menor y muchas veces de
forma esporádica e irregular. Tampoco hay campañas de publicidad
conjunta ni del producto en términos genéricos, ni de las librerías
como canal de venta”.
Estudios de la Cámara Chilena del Libro (2005) indican que
entre 2000 y 2005 la producción editorial aumentó en promedio un
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 219
8,4%; no obstante, en 2000 la producción disminuyó a un -5% y
en 2004 a un -7,8%. No puede dejar de sorprender que esto suceda
en un país en vías de desarrollo, en el cual la tasa de inversión del
Estado en educación se ha cuadruplicado desde 1990, siendo el
presupuesto del año 2006 de 2 y medio billones de pesos (MINEDUC,
2006), en el que se ha incurrido en una serie de reformas destinadas
a mejorar la educación –tales como el MECE3, Proyecto Enlaces4,
proyecto Bibliotecas de Aula5, jornada escolar completa6, entre otras
iniciativas–, con lo cual se ha invertido en el fortalecimiento del nivel
de educación y cultura de los chilenos.
1. El desempeño académico y su relación con la
lectura
La investigación permitió observar que los jóvenes relacionan la lectura
con sus estudios, considerando que les permite mejorar su rendimiento
y es un elemento potenciador del mismo. Dado que la lectura es más
que eso, parecía razonable ahondar en qué otro tipo de valoración
le otorgan los estudiantes. Y si a estas disquisiciones se suman otras
interrogantes, tales como el perfil de éstos, cabe cuestionarse: ¿qué
diferencias podrían establecerse entre el comportamiento lector del
estudiante de una carrera del área de Artes versus el de una carrera
del área de Ingeniería? ¿Cómo coadyuva la carrera del estudiante en
su formación como lector? ¿Resulta evidente estimar que sus hábitos
y comportamiento están íntimamente ligados a la carrera que cursan
y a la formación que ésta les provee?
3 MECE: Programa de Mejoramiento de la Calidad y Equidad en la Educación.
4 La Red Enlaces es un proyecto del Ministerio de Educación de Chile, que tiene por objetivo
brindar accesibilidad, implementar, aplicar e integrar las Tecnologías de la Información
y Comunicación (TIC’s) en la educación chilena, asegurando una adecuada cobertura
tecnológica a lo largo del país.
5 Las bibliotecas de aula son colecciones bibliográficas a disposición de los escolares en sus
salas de clases. Tienen por objetivo brindar accesibilidad a libros, revistas, manuales, textos
y guías de estudio, entre otros formatos, para familiarizar a los estudiantes con estas fuentes
de información.
6 Cambio promovido por el Ministerio de Educación, tras el cual la jornada escolar
aumentó la cantidad de horas diarias de permanencia de los estudiantes en sus respectivos
establecimientos educacionales.
220 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
Beneficios de la lectura
La lectura no sólo aumenta el bagaje cultural, sino que también
colabora en la generación de información, estimula la curiosidad
intelectual y científica, despierta aficiones e intereses, desarrolla la
capacidad de análisis y el espíritu crítico.
Al leer, el sujeto puede llegar a vivenciar emociones que lo
llevan más allá de la mera comprensión textual. Siendo así, la relación
entre la lectura y el rendimiento intelectual se estrecha pues ésta
inclusive influye en el desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje a
través de la potenciación de la expresión oral y escrita, tornándolo
más fluido. Además de estos beneficios, la lectura facilita la expresión
del pensamiento.
La lectura no es un acto que se ejecute sin esfuerzo, al contrario:
leer implica concentración y fomenta el esfuerzo, puesto que le exige
al sujeto una participación activa y dinámica. De esta forma el lector
potencia su capacidad de análisis, de observación, de atención y de
concentración, lo cual facilita la recreación a través de la fantasía y el
desarrollo de la creatividad, puesto que durante la lectura se recrea
y vivencia aquello que el escritor ha creado para el lector. Entralgo,
(1988), en la obra “La lectura, arte de ser hombre” señala: “Todo
cuanto un hombre lee es por él personalmente recreado, vuelto a crear
(...). Pero el lector, además de recrear, se recrea, se crea a sí mismo de
nuevo, vuelve a crear su propio espíritu” (Lázaro Carreter, 1988).
La lectura dista mucho de ser un proceso pasivo: todo texto,
para ser interpretado, exige una activa participación del lector. El texto
escrito entrega sólo lenguaje, al margen de cualquier situación. A partir
de ello el lector reconstituye las palabras, las escucha como si existieran
al darles un ritmo y una entonación que él inventa. Al leer se crean
imágenes sobre la base de experiencias y necesidades propias. El lector
se limita a reproducir el código del emisor: aplica sobre lo leído sus
propios códigos interpretativos, lo cual le permite extraer significado
de acuerdo con su manejo previo del lenguaje y con su dominio de los
contenidos. En cambio, el que mira las imágenes de televisión tiene que
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 221
aceptar las imágenes impuestas sin elaborar sobre ellas transformaciones
creadoras. Por el hecho de constituir medios de difusión masivos, los
medios audiovisuales proveen una información gruesa, al alcance de
todos. Esa selección para todo público impide profundizar en los detalles,
en los matices, en las diferencias sutiles. Así la verdadera profundidad
en relación en los personajes y a los sucesos sólo puede darla la lectura.
Es difícil concebir que la televisión pueda transmitir toda la riqueza
analítica de un libro, aunque represente con fidelidad la anécdota de la
novela y la encarne adecuadamente en situaciones y personajes.
Universitarios y lectura: un vínculo estrecho e incierto
Se han realizado esfuerzos por esclarecer el nivel de comprensión
lectora de los chilenos, focalizándose sobre todo en los estudiantes
de educación básica (ciclo primario o formativo). No obstante, este
tipo de análisis no es usual en el entorno de la enseñanza superior,
aunque se tienen antecedentes que la Pontificia Universidad Católica,
la Universidad de Antofagasta y la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso –entre otras– han hecho estudios de este tipo7. Es de interés
preguntarse por el nivel de valoración que tienen los universitarios por
la lectura, y no sólo en el contexto académico, sino si leen con un fin
estético. Es decir, si se está frente a estudiantes que sólo leen porque
deben cumplir con su desempeño académico, escenario en el cual
los jóvenes, una vez que se titulen, no se acercarían más a los libros,
sino bajo la forma de manuales de consulta técnica. Por el contrario,
si su interés por la lectura va más allá de obtener una buena nota, una
vez titulados serían visitantes asiduos de librerías y adquirirían libros
como parte de su comportamiento de consumo habitual.
Tras obtener como uno de los resultados de este estudio que un
68%8 de los futuros profesionales manifiesta comportamiento lector,
7 La Universidad de Antofagasta abordó el proyecto “Estrategias de lectura en alumnos de
educación superior” orientado a alumnos de primer año. En tanto, la Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso realizó, en 1999, una investigación entre la comprensión lectora de
textos escritos y la experiencia metacomprensiva. Un tercer caso de este tipo de estudios lo
ofrece la Pontificia Universidad Católica, institución que, en conjunto con la Universidad
de Deusto, realizó una evaluación y entrenamiento de comprensión de textos.
8 Dato extraído del estudio de mercado del que se da cuenta en este informe.
222 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
se podrían aventurar conclusiones e hipótesis, como, por ejemplo:
sería esperable ver resultados positivos a largo plazo en una nueva
generación con mayor interés y consumo de libros que la actual, como
consecuencia natural de tener una masa crítica que lee y consume
libros, pues estos sujetos, al momento de conformarse como grupo
familiar, inculcarían hábitos lectores en sus hijos.
2. Objetivos del estudio
•
•
•
Analizar el grado de valoración por la lectura de los estudiantes
universitarios.
Determinar sus hábitos de lectura y su comportamiento lector.
Identificar sus fuentes de acceso a los libros.
3. Metodología
Se realizó un análisis cuali-cuantitativo, para lo cual se utilizó un
muestreo aleatorio simple (M.A.S.) con estimación de una proporción
de estudiantes para cada carrera.
Un detallado análisis permitió obtener conclusiones según el
tipo de universidad (privada o del CRUCH), el área de estudio (Ciencias
y Humanidades y, en forma específica, entre Ciencias Básicas, Ciencias
Aplicadas, Ciencias Sociales y Artes). También se realizó un análisis
comparativo entre estas variables, a saber: resultados de estudiantes
de universidades privadas del área Ciencias versus estudiantes del
mismo tipo de universidad, pero del área humanista; resultados de
estudiantes de universidades del CRUCH del área científica versus los
mismos pero del área humanista.
El objetivo era establecer si se producían variaciones en las
respuestas que permitiesen concluir si el tipo de universidad y el
área de estudio incidían en el comportamiento lector y, de ser así,
en qué grado.
Metodológicamente se contó con la asesoría de un estadístico
del Centro de Estudios Públicos y docente de la Facultad de
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 223
Matemáticas de la Pontificia Universidad Católica, quien asistió en
la determinación del tamaño muestral y en aspectos técnicos propios
de este tipo de estudios.
Antecedentes de la muestra analizada
POBLACIÓN
34 mil estudiantes en la Región Metropolitana9
Total encuestados
834 estudiantes, entre séptimo y décimo semestre
académico de carreras de pregrado de universidades
del CRUCH.
Margen de error
3,4%
Distribución según tipo de universidad
privadas 52%, estatales 48%
Distribución según áreas de estudio
Ciencias 50%, Humanidades 50%
Periodo aplicación de la encuesta
agosto a noviembre de 2005
Análisis del instrumento aplicado en el estudio
Se utilizó una encuesta estructurada con preguntas de tres tipos:
• Preguntas cerradas, que sólo permitían escoger una alternativa
entre varias.
• Preguntas abiertas, permitiéndole al encuestado escoger todas
aquellas que mejor reflejaran sus intereses.
• Preguntas abiertas tipo ranking, en las cuales debían escoger,
según una lista de opciones, aquellas tres que más reflejaran sus
intereses, señalando el lugar en el ranking que ocupaba (primer,
segundo o tercer lugar).
•
•
•
La encuesta especificaba que se debía considerar solamente:
Lectura de libros (descartando lectura de revistas, periódicos o
material disponible en Internet),
Lectura que no estuviese incluida en los planes de estudio de las
carreras.
Libros que hubiesen adquirido y/o leído y/o consultado como
9 Consejo Superior de Educación (2006) Estadísticas y bases de datos. Santiago de Chile: CSE.
www.cse.cl
224 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
producto de su interés por complementar temas de su interés y/o
por el simple placer de la lectura.
4. Desarrollo del estudio
El análisis permite trabajar desde los siguientes tópicos:
Antecedentes básicos del análisis:
• Presencia/ausencia de hábito lector y frecuencia de lectura.
• Desarrollo del hábito lector.
• Valor asignado a la lectura.
• Temáticas de lectura.
Antecedentes complementarios del análisis:
• Ocio y recreación.
• Canales de acceso a los libros.
• Fuentes de información respecto de los libros.
Para cada uno de estos aspectos se analizaron los resultados en
función de la relación entre estudiantes provenientes de universidades
del CRUCH versus estudiantes de universidades privadas. Se consideró
también la relación entre las áreas de estudio de los jóvenes, de esta
forma sus carreras se clasificaron en dos grandes áreas: Ciencias
y Humanidades. Dado que los antecedentes básicos son los más
significativos para el análisis, se subclasificó el área de Ciencias
en Básicas10 y Aplicadas11, y Humanidades en Artes12 y Ciencias
Sociales13. Por otro lado, para los antecedentes complementarios,
10 Licenciatura en Matemáticas, Bioquímica, Licenciatura en Química, Astronomía, Licenciatura
en Física.
11 Química Industrial, Química y Farmacia, Ingeniería en Construcción Civil, Ingeniería en
Computación e Informática, Nutrición y Dietética, Ingeniería Civil Mecánica, Ingeniería en
Agronomía, Ingeniería en Obras Civiles, Ingeniería en Mecánica, Ingeniería Civil en Sonido
y Acústica.
12 Arquitectura, Bachillerato en Artes, Diseño Gráfico, Diseño Industrial, Publicidad, Actuación
Teatral
13 Periodismo, Derecho, Ingeniería Comercial, Sociología, Terapia Ocupacional, Pedagogía
en Educación Básica, Pedagogía en Educación Parvularia, Ciencias Políticas, Licenciatura
en Educación, Filosofía, Licenciatura en Historia, Licenciatura en Estética, Bachillerato en
Teología, Licenciatura en Literatura.
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 225
el análisis se realizó en función de las áreas generales de estudio:
Ciencias y Humanidades.
Antecedentes básicos de análisis
Presencia/ausencia de hábito lector y frecuencia de lectura
Con el fin de analizar la frecuencia de lectura se clasificaron los
resultados de acuerdo con presencia/ausencia de hábito lector. De
esta forma, se estimó que quienes señalaron que leían con frecuencia
diaria o semanal manifiestan este hábito, en tanto, quienes registraron
las opciones ocasionalmente o nunca/casi nunca, no categorizaban
como lectores asiduos.
Los resultados arrojaron que un 32% de los estudiantes afirma
que no manifiesta dicho hábito, lo cual sorprende, pues se trata de
estudiantes que cursan entre el séptimo y décimo semestre de estudios
superiores.
Se observó además que quienes estudian en universidades
del CRUCH manifiestan más hábito lector que los estudiantes de
universidades privadas, siendo los resultados un 75,5% y un 58,2%
respectivamente.
Quienes manifiestan mayor presencia de hábito lector según los
resultados de la encuesta son estudiantes humanistas de universidades
226 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
del CRUCH, con un 80,9%. Le siguen estudiantes de universidades
privadas de la misma área de estudio, con un 70,3% (estos porcentajes
son producto de la sumatoria de las respuestas a frecuencia diaria y
semanal). En tanto, el hábito lector decrece en el área de Ciencias,
ya sea en universidades del CRUCH, con un 61,3%, como en los
de universidades privadas con 56,1%. El detalle se presenta en la
siguiente tabla:
Presencia/ausencia de hábito
lector y frecuencia de lectura
Diariamente
Semanalmente
Ocasionalmente
Nunca/casi nunca
Área humanista
Universidades del Universidades
CRUCH
privadas
48,7%
34,9%
32,2%
35,4%
15,1%
20,0%
3,9%
9,7%
Área científica
Universidades del Universidades
CRUCH
privadas
23,0%
20,4%
38,3%
35,7%
31,5%
34,9%
7,2%
9,0%
Si se analiza el área de estudio más detalladamente, se puede
observar que:
Diariamente
Semanalmente
Ocasionalmente
Nunca/casi Nunca
Artes
23,4%
43,1%
29,9%
3,6%
Ciencias Básicas
34,5%
38,2%
23,6%
3,6%
Ciencias Aplicadas
19,1%
34,6%
36,9%
9,4%
Ciencias Sociales
38,5%
33,1%
20,6%
7,8%
Siguiendo la línea de análisis inicial, de la sumatoria de las
frecuencias diaria y semanal se concluye que quienes mantienen mayor
frecuencia de lectura son los estudiantes de Ciencias Básicas con un
72,7%, seguidos muy de cerca por alumnos de Ciencias Sociales con
un 71,6% y por los de Artes con un 66,4%. En el caso contrario se
encuentran los estudiantes de Ciencias Aplicadas, pues son quienes
denotan menos frecuencia de lectura, con un 46,3% (sumatoria de
frecuencia “ocasionalmente” y “nunca/casi nunca”).
No es de extrañar que estudiantes de Ciencias Básicas sean
lectores asiduos. En esta área hay carreras que presentan altos puntajes
de ingreso en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y, por otro
lado, por lo general los estudiantes de Ciencias Aplicadas son lectores
de la bibliografía de sus programas académicos, manifestando menos
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 227
interés por temáticas que se escapen a su materia principal. Ello se
refrenda más detalladamente en la pregunta que alude a las temáticas
preferidas de lectura.
No se pueden aventurar conclusiones taxativas respecto a la
frecuencia de lectura y su relación con las áreas de estudio y tipos de
universidades, pues es preciso profundizar el análisis relacionando
estas respuestas con variables como: tipo de colegio del que
provienen los estudiantes, su nivel de rendimiento escolar y su nivel
de rendimiento en educación superior, el nivel de escolaridad de los
padres, entre otros aspectos.
Desarrollo del hábito lector
Tras analizar las respuestas de los estudiantes, se percibe que sus hábitos
de lectura se desarrollan en un 30% durante la primera infancia en el
entorno familiar y en un 45% en la etapa escolar. Sólo un 14% indica
que éstos fueron formados en su etapa de estudios superiores.
El área de estudio y las instituciones de origen son factores
preponderantes en este análisis. Para profundizarlo, cruzando los
datos, se presenta la siguiente tabla.
Área humanista
Formación de hábito lector en
Hogar
Etapa escolar
Universidad
No tengo hábitos de lectura
Área científica
Universidades
del CRUCH
Universidades
privadas
Universidades
del CRUCH
Universidades
privadas
34,9%
40,8%
15,8%
8,6%
33,7%
45,6%
16,1%
4,7%
26,6%
52,0%
8,3%
13,2%
27,7%
41,9%
16,2%
14,2%
228 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
La mayoría del 11% que declara que no tiene hábito lector
proviene de carreras del área científica de universidades privadas. Es
probable que este 11% lea periódicamente el material bibliográfico al
que debe recurrir como parte de su preparación académica.
Al realizar un análisis aún más detallado por áreas de estudio,
la gran mayoría de los alumnos señala que la etapa escolar fue más
crucial para su desarrollo como lector. La siguiente tabla presenta
los resultados.
Artes
En el hogar
En la etapa escolar
En la universidad
No tengo hábitos de lectura
34,8%
41,8%
15,6%
7,8%
Ciencias
Básicas
30,0%
44,3%
17,1%
8,6%
Ciencias
Aplicadas
30,3%
44,1%
10,4%
15,2%
Ciencias
Sociales
33,0%
42,2%
11,6%
13,0%
No sorprende que quienes señalan no tener hábito de lectura
provengan en mayor medida de carreras de Ciencias Aplicadas
(15,2%), pero sí llama la atención que le sigan estudiantes de Ciencias
Sociales, con un 13,0%, puesto que, por su formación académica,
por lo general deben leer más y sus planes académicos contienen
bibliografía más abundante que los programas de Ciencias Básicas
o Aplicadas.
Valor asignado a la lectura
Este análisis permite observar cómo se valora la lectura desde distintos
ángulos, según el interés de los encuestados.
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 229
El 91% de los encuestados se refiere a ella de un modo positivo
(bajo las opciones “un agrado”, “un medio para obtener información”,
“una necesidad para complementar mis estudios” y “una alternativa
más de entretenimiento”, paralela a ver televisión, conectarse a
Internet, entre otras).
Si se desagrega la respuesta, la lectura se percibe mayoritariamente
bajo la función referencial y/o utilitaria (51,4%, sumando las
opciones “un medio para obtener información” y “una necesidad
para complementar mis estudios”, respectivamente) versus quienes
la valorizan bajo una perspectiva netamente estética (21%, opción
“un agrado”) y quienes la relacionan a una función recreativa (19%,
opción “una alternativa más de entretenimiento”).
Sólo un 9% se refiere a la lectura como algo reemplazable por
otras actividades, es decir, relegado ante la perspectiva de invertir el
tiempo en algo más provechoso.
La siguiente tabla muestra las comparaciones entre quienes
la valoran como un fin estético, utilitario o referencial, recreacional
y entre quienes no la valoran, cruzando datos por tipos de área de
estudio.
Artes
Estético
Recreacional
Referencial- utilitario
No valorada
18,9%
16,8%
57,1%
7,1%
Ciencias
Básicas
17,9%
17,9%
58,2%
6,0%
Ciencias
Aplicadas
17,0%
17,8%
55,2%
10,0%
Ciencias
Sociales
18,2%
18,0%
53,5%
10,2%
Resulta natural que el aspecto académico y utilitario sea el
más valorado, pues los alumnos están sometidos a la presión por
rendir pruebas y exámenes. Sin embargo, la lectura desde el punto
de vista recreacional y estético es una actividad compatible con la
vida estudiantil.
Respecto del tipo de universidad, los jóvenes de universidades
del CRUCH valorizan la lectura más que los estudiantes de universidades
230 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
privadas, en tanto ésta es percibida desde su función estética: el 19,7%
de universidades estatales versus 13,5% de universidades privadas.
Desde el punto de vista referencial y utilitario ocurre lo mismo, pues
el 52,9% de los estudiantes de estatales responde en este sentido,
en comparación con el 44,9% de las privadas. Y considerando la
lectura como una entretención la actitud no varía, pues el 18,4% de
jóvenes pertenecientes a universidades del CRUCH alude a ella como
una alternativa de entretenimiento, versus el 13,3% de universitarios
de privadas. Cabe destacar que la mayor diferencia se registra en la
lectura como función referencial y utilitaria, y que la tendencia a
valorar más esta actividad es marcadamente propia de jóvenes de
universidades del CRUCH.
Temáticas de lectura
Analizado los resultados de acuerdo con el área de estudio, entre los
jóvenes de carreras humanistas, tanto en universidades privadas como
en las del CRUCH, se percibe una clara inclinación por literatura (se
destaca que un 30,2% opta por leerla en cualquiera de sus formas,
tanto de ficción como no ficción). Arte, psicología y filosofía le siguen
en preferencias con un 9% cada una.
Hobbies
Si se analiza específicamente la preferencia por literatura –ya
sea de ficción como de no-ficción– por tipo de área de estudio, entre
Ciencias y Humanidades, cruzando el dato con el tipo de universidad,
se observa que los estudiantes del área Ciencias de universidades
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 231
privadas son quienes menos optan por leer literatura (25,5%) versus
estudiantes de la misma área, pero de universidades estatales (51,5%).
En tanto, en el área Humanidades de universidades privadas los
estudiantes leen menos ficción (29,5%) versus quienes estudian en
universidades del CRUCH (32.4%).
El bajo índice de lectura de poesía puede ser producto de que
este género literario no se aborda en demasía en los planes de estudio,
lo cual podría incidir en que no sea altamente apreciado por el común
de los jóvenes, a pesar de que es una de las temáticas que más se edita
en Chile. Según cifras de la Cámara Chilena del Libro, la poesía es
la segunda materia –bajo la categoría de literatura– más editada en
2005 con 250 títulos; durante 2004 y 2003 lideró la producción de
literatura con 236 y 227 títulos respectivamente.14
La siguiente tabla da cuenta de las temáticas preferidas de
lectura de acuerdo con las áreas de estudio:
Artes
Novelas de ficción
Novelas clásicas
Poesía
Arte
Psicología, psicología y/o filosofía
Textos complementarios de estudio
Hobbies
Autoayuda
Computación/Internet
12,2%
14,5%
5,6%
20,3%
8,9%
19,9%
8,5%
5,6%
4,6%
Ciencias
Básicas
19,7%
13,8%
3,9%
6,6%
9,9%
17,8%
17,1%
4,6%
6,6%
Ciencias
Aplicadas
15,6%
14,9%
3,8%
5,4%
6,2%
21,8%
18,0%
4,4%
10,0%
Ciencias
Sociales
13,3%
13,4%
4,4%
11,1%
7,4%
21,9%
15,1%
5,0%
8,4%
Literatura (ficción y no-ficción) sigue estando entre las
temáticas preferidas de los estudiantes, independiente de su carrera
de origen, seguido de muy cerca por los textos complementarios
de estudio. Dicha temática tiene mayor acogida entre estudiantes
de Ciencias Sociales y de Ciencias Aplicadas, con un 21,9 y 21,8%
respectivamente.
14 Cámara Chilena del Libro. Estudios y estadísticas. http://www.camaradellibro.cl/estadisticas.
htm
232 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
Resulta natural que la segunda opción recaiga en textos
complementarios de estudio, dado que los estudiantes universitarios
dedican mayoritariamente su tiempo a la vida académica y la lectura
no debería escapar de esta realidad. Si no leen necesariamente
bibliografía básica o complementaria de sus programas académicos,
pueden dedicarse a leer acerca de sus áreas de estudio sin que éstas
estén necesariamente presentes en dichos programas. Por otro lado,
puede que algunos estudiantes de Ciencias Aplicadas y Básicas
marcaran esta alternativa pues sus gustos personales no se reflejaban
en el resto de las opciones, lo cual sí sucedía con alumnos de Ciencias
Sociales y Artes.
Antecedentes complementarios del análisis
Ocio y recreación
Ante la situación de relacionar la lectura con actividades de ocio, las
respuestas la sitúan en el quinto lugar de preferencia, con un 9,9%.
Se estima que podría haber una relación directa entre el costo
de las actividades señaladas como opción de respuesta y el desarrollo
de éstas, por ello el cine y teatro registran menos preferencias. La
disponibilidad de tiempo también es un factor considerable, por ello
los hobbies tampoco fueron seleccionados, pues requieren dedicación
y, en algunos casos, se debe invertir en equipamiento y materiales
para practicarlos.
25,0%
20,0%
23,7%
19,8%
14,4%
15,0%
12,5%
9,9%
10,0%
8,1%
7,1%
4,6%
5,0%
0,0%
Televisión
Cine o teatro
Deporte
Internet
Lectura
Vida social
Hobbies
Otros
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 233
Canales de acceso a los libros
Según el resultado general del estudio, el principal medio de acceso
es la biblioteca de las respectivas universidades (34%), seguido por
el préstamo generado a través de amigos (33%). Destaca que ambas
opciones son de acceso gratuito. La opción de compra en librerías
obtiene un alto nivel de respuestas, situándola en el tercer lugar con
un 24%.
40%
34%
35%
33%
30%
25%
24%
20%
15%
10%
5%
5%
3%
0%
Compra en
una librería
Préstamo
de amigos
Biblioteca de
la universidad
Biblioteca
pública
Compra
por internet
El bajo índice que obtiene la opción bibliotecas públicas (5%)
puede deberse a que las bibliotecas universitarias satisfacen todas
las necesidades de lectura, en tanto que las públicas se orientan más
hacia un público escolar. La opción compra a través de Internet, con
un realista 3%, no sorprende, pues para poder adquirir por esta vía se
requiere disponer de tarjetas de crédito u otros mecanismos de pago,
vedados para la gran mayoría de los universitarios.
Fuentes de información respecto de los libros
La información más usada tiene que ver con el aspecto social, pues
las opciones “comentarios en diarios y revistas” y “recomendaciones
de terceros” son las más registradas por los alumnos, con un 24 y un
29% respectivamente.
234 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
La opción más validada, con un 19%, sitúa el aspecto social
a través de recomendaciones de terceros como la fuente más usada
para acceder a los libros. Un 24% señala que se informa acerca de los
libros, precisamente leyendo, ya sea revistas o diarios.
5. Conclusiones
Este estudio es una aproximación a un tema vasto, en el que confluyen
aspectos educacionales, bibliotecológicos y sociológicos, entre otros.
A continuación se presentan las principales conclusiones:
• Alto índice de estudiantes que señalan no leer nunca, casi nunca
u ocasionalmente (33%).
• Los hábitos lectores se desarrollan mayoritariamente en la etapa
escolar (45%).
• El tipo de lectura preferido es la novela, tanto de ficción como de
no ficción (30,2%).
• Frente a otras alternativas de entretenimiento, los libros
constituyen una segunda opción.
• Como causa de los bajos índices de hábito lector, los universitarios
señalan el precio de los libros (25,3%), el bajo interés por la lectura
(20,3%) y la preferencia por otras alternativas de entretención
(21,5%).
• La lectura es altamente valorada por los jóvenes: el 91% se refiere
a ella como una actividad positiva, en tanto cumple con fines
recreativos, estéticos y utilitarios.
• Entre los estudiantes universitarios, la lectura se relaciona
estrechamente con la función referencial/utilitaria, más que con
las funciones estética y de recreación.
• El principal canal para obtener libros es conseguirlos en las
bibliotecas académicas, seguido por el préstamo de terceros.
• Las bibliotecas públicas tienen un bajo grado de aceptación
entre los jóvenes universitarios. Ante la pregunta que apunta a
determinar los canales de acceso a los libros, éstas obtuvieron un
5%, y, al indagar por fuentes de información, un 1%.
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 235
•
•
•
•
•
Destaca el rol fundamental que ocupa la biblioteca académica
entre los universitarios, ubicándola en el primer canal de acceso
para acceder a los libros, con un 34%; también como una fuente
válida a la hora de informarse acerca de novedades editoriales y
alternativas de lectura.
Se estima que el alto porcentaje de quienes se refieren a la lectura
como algo referencial y utilitario se debe a que los estudiantes, en
cursos terminales, tienen mayor conciencia de las bondades de
esta actividad, pues ésta tiene directa relación con su desempeño
académico. Dicha aseveración podría profundizarse mediante
la aplicación de algún otro instrumento de medición que
permitiera profundizar su percepción de la lectura como elemento
potenciador del rendimiento académico.
Se estima que quienes no tienen hábitos de lectura consideran
esta actividad como un deber, relacionándola con una meta
cortoplacista, cual es obtener un óptimo rendimiento en la
asignatura de turno. Siendo así, es altamente probable que
un joven sin este hábito dedique su tiempo libre a hacer otras
actividades, lo cual reforzaría su comportamiento no-lector.
En cada tópico analizado, los estudiantes de universidades del
CRUCH muestran una actitud más proclive a la lectura que los
estudiantes de instituciones privadas, especialmente en lo referido
a la frecuencia de lectura. Respecto de los alumnos de las primeras,
en las privadas hay un 11,6% menos de estudiantes que lee
diariamente y 5,6% menos de quienes lo hacen semanalmente.
Los matriculados en este último tipo de instituciones, según
antecedentes del CSE, tienen un puntaje de ingreso menor que
el de los estudiantes de universidades del CRUCH. Haciendo un
análisis somero, podría afirmarse que los puntajes de ingreso altos
(lo cual se relaciona también con un mayor promedio de notas
de enseñanza media) se relacionan con individuos con hábitos
de estudio y con hábitos lectores. No obstante, esta investigación
no consideró dicha variable como input de análisis ni estableció
correlaciones entre uno y otro aspecto.
Respecto de las áreas de estudio generalizadas, los estudiantes
236 UNIVERSITARIOS Y LECTURA - Claudia Gilardoni
•
•
•
de Humanidades registran más respuestas relacionadas con la
presencia de hábito lector. Los estudiantes del área de Ciencias
relacionan la lectura con textos complementarios de estudio,
versus los de Humanidades que distribuyeron en forma más
homogénea sus opciones de lectura, inclinándose por novelas,
arte, psicología y filosofía. Finalmente, con relación a la valoración,
en tanto función estética, referencial/utilitaria o de entretención,
los estudiantes de ambas áreas manifiestan un comportamiento
muy similar.
Los estudiantes de Ciencias Básicas manifiestan un hábito lector
mucho más desarrollado que los de Ciencias Aplicadas e, incluso,
que los de Artes y Ciencias Sociales. Al analizar frecuencia lectora
(diaria y semanal), los estudiantes de Ciencias Básicas registran un
72,7%, seguidos muy de cerca por los de Ciencias Sociales con
un 71,6%. Lo contrario manifiestan los de Ciencias Aplicadas,
con un 53,7%.
Lo anterior se confirma al analizar las respuestas de quienes
manifiestan no tener hábitos de lectura, ya que quienes señalan
tener menos hábito son los de Ciencias Aplicadas, con un 15,2%,
versus los de carreras de Artes, con un 7,8%, y de Ciencias
Básicas con un 8,6%. El mismo comportamiento se presenta al
indagar sobre la valoración asignada a la lectura, puesto que son
nuevamente los jóvenes de esta área quienes señalan, en un 10,2%,
que ésta es “algo reemplazable por otras actividades”, versus
jóvenes de Ciencias Básicas, quienes registraron el porcentaje más
bajo en esta respuesta (6,0%).
La valoración desde el punto de vista referencial y utilitario que
se le asigna a la lectura es marcada para los alumnos de Ciencias
Básicas: un 58,2% indica que es el aspecto más relevante para
ellos. Este punto de vista es el más valorado en todas las áreas
del conocimiento, puesto que Artes registra un 57,1%, Ciencias
Sociales un 53,5% y Ciencias Aplicadas un 55,2%. Desde la
perspectiva estética, son los jóvenes alumnos de Artes quienes
se inclinan más por este aspecto, con un 18,9%, y, al apreciar la
lectura desde su función recreativa, son los estudiantes de Ciencias
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN No 25, diciembre 2006 237
Sociales quienes registran más fuertemente su preferencia, con
un 18,2%.
Esta investigación conforma una base sobre la cual descansan
algunas directrices que permiten abordar con mayor propiedad la
relación entre los universitarios y los libros. Debería profundizarse
en cada uno de los aspectos presentados en este estudio con un
instrumento más asertivo y diseñado para una segunda fase del mismo.
El focus group –sumado a la línea de análisis correspondiente– podría
ser una alternativa idónea, pues permite conocer más detalles de los
entrevistados.
Se sugiere realizar una segunda parte de la investigación
centrándose, en primera instancia, en los hábitos de estudio de los
universitarios que indican categóricamente que no tienen hábitos
lectores, esclareciendo cómo ha sido su relación con la lectura y las
razones que esgrimen para invalidarla desde el punto de vista estético,
recreacional y utilitario. En segunda instancia, desde la perspectiva
de los universitarios que demuestran comportamiento lector, pues se
precisa indagar sobre su predisposición como futuros consumidores,
la posibilidad que destinen un porcentaje de sus ingresos a la compra
de libros y la importancia de inculcar hábitos lectores a sus hijos,
entre otros aspectos.
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