Sectores productivos en Andalucía

Anuncio
Sectores Productivos en AndalucÃ-a
1
Alumno:
Introducción:
Actualmente los sectores productivos, se pueden dividir, en cinco grupos, el sector primario, el sector
secundario, y el terciario, han sido los que tradicionalmente han compuesto los sectores, y en los últimos
años, se han incorporado los dos últimos que son el cuaternario y el quinario.
−El sector primario comprende las actividades de extracción directa y sin transformaciones de bienes de la
naturaleza. Normalmente, se entiende que forma parte del sector primario la agricultura, la ganaderÃ-a, la
silvicultura (subsector forestal) y la pesca (subsector pesquero y piscÃ-cola).
−El sector secundario comprende actividades que implican transformación de materias primas a través
de varios procesos productivos. Está formado por la industria alimenticia, manufacturera, la construcción,
la minerÃ-a y las actividades vinculadas a la producción de energÃ-a eléctrica, gas, agua y productos
2
petrolÃ-feros.
−El sector terciario o servicios incluye todas aquellas actividades que no producen un bien tangible, pero
que son necesarias para el funcionamiento de la economÃ-a. Está integrado por una extensa y variada gama
de actividades dedicadas a prestar servicios de apoyo a la actividad productiva, al cuidado personal y de los
hogares, asÃ- como al esparcimiento y a la cultura de la población.
−El sector cuaternario es un sector de reciente concepción que complementa a los tres sectores
tradicionales, con actividades relacionadas con el valor intangible de la información, abarcando la gestión y
la distribución de dicha información. Dentro de este sector se engloban actividades especializadas de
investigación, desarrollo, innovación e información. Este nuevo enfoque surge del concepto de sociedad
de la información o sociedad del conocimiento, cuyos antecedentes se remontan al concepto de sociedad
postindustrial, acuñado por Daniel Bell.
−El sector quinario, relativo a las actividades relacionadas con la cultura, la educación, el arte y el
entretenimiento. Sin embargo, las actividades incluidas en este sector varÃ-an de unos autores a otros,
incluyendo en ocasiones actividades relacionadas con la sanidad.
El Sector Primario
El siglo XX, fue testigo de transformaciones económicas y sociales, que modificaron las estructuras
productivas y la propia naturaleza de las sociedades contemporáneas. Los cambios afectaron, sobremanera,
al sector agrario, que perdió relevancia económica, y al ámbito rural, que redujo población y mudó
costumbres y comportamientos de sólida y vieja tradición. Tales hechos se produjeron a escala planetaria,
aunque algunos paÃ-ses los habÃ-an experimentado en siglos anteriores. No fue el caso de España ni
tampoco el de AndalucÃ-a, que, a comienzos del siglo XX, salvo algunos territorios, se caracterizaban por ser
unos espacios esencialmente rurales, en los que la evolución y estructuras agrarias definÃ-an la coyuntura
económica y la propia trayectoria de la sociedad. Es más, en el caso andaluz, podemos afirmar que el sector
primario conformó, en buena medida, los principales hechos y acontecimientos, que jalonaron el largo
periodo secular. Muchos coinciden en señalar que la agricultura ha sido, hasta hace algunas décadas, el
principal marcador de la especialización productiva regional y las "cosas del campo" un claro indicador de su
identidad como pueblo. Tal vez por ello, los problemas generados por la propiedad de la tierra, la
distribución del excedente y la propia evolución agraria han suscitado el interés, primero, de los
contemporáneos y, después, de los historiadores con el objetivo de establecer algunas claves de la historia
contemporánea de AndalucÃ-a.
El relevante papel desempeñado por las cuestiones agrarias en el pasado reciente de nuestra región no debe
ocultar, sin embargo, los profundos cambios acaecidos en la agricultura y sociedad andaluzas de la segunda
mitad del siglo XX. Tales transformaciones han modernizado la agricultura, han convertido al sector primario
en una actividad productiva casi marginal, han despoblado numerosos espacios territoriales y han urbanizado
a un porcentaje elevado de población. Con ellas, AndalucÃ-a se ha hecho más urbana y ha perdido su
tradicional carácter agrario que le definiera en épocas pasadas. Aún asÃ-, nuestra región, en relación
con el promedio español, es más agraria a finales que a mediados o principios del siglo XX.
Agricultura
La agricultura es la actividad agraria predominante en AndalucÃ-a, seguida a bastante distancia de la
ganaderÃ-a y de la expltación forestal, como se desprende de la distribución de la superficie agraria
andaluza: tierras de cultivo 43,41%, prados y pastizales 12,15%, terreno forestal 28,50% y otras superficies,
15,94% en 2002.
3
La actividad agrÃ-cola en los regadÃ-os litorales y prelitorales se basa en cultivos hortofrutÃ-colas y
subtropicales. El arroz se cultiva en las tierras bajas y encharcadas como las marismas del Guadalquivir y en
Cádiz. El secano está denominado por los cereales y el olivar y, en menor medida, por el viñedo, el
almendro y los cultivos industriales.
Los paisajes agrarios de AndalucÃ-a lo forman tres grandes grupos, la agricultura de regadÃ-o, la
agricultura de secano, y las dehesas.
La agricultura de regadÃ-o se puede localizar en dos espacios, las vegas interiores, que suelen usar sistemas
tradicionales de riego a manta y se dedican a cultivos mixtos, en un espacio muy parcelado y con mano de
obra familiar y por otro lado los regadÃ-os litorales y prelitorales, se basan en sistemas como el regadÃ-o por
goteo sobre suelos artificiales, los cultivos bajo plástico o invernaderos, cultivos subtropicales, monocultivo
de fresón y la horticultura y el cultivo de flores
La agricultura de secano ocupa las mayores extensiones cultivadas en AndalucÃ-a, y actualmente, los
secanos lo componen los cereales, el olivar, el viñedo, almendro y los cultivos industriales
Las dehesas proceden de encinares y alcornocales aclarados y despojados de matorral.
4
−La agricultura ecológica:
La agricultura ecológica generó más de 7.000 millones de pesetas de beneficio en AndalucÃ-a durante el
año 2000, y sus productos aumentaron hasta en un 60% la renta de los agricultores, según anuncia el
Comité Andaluz de Agricultura Ecológica. 42.000 hectáreas de la región se utilizan para la agricultura
ecológica, mientras que cerca de 30.000 están en fase de alcanzar esta clasificación.
Este tipo de agricultura permite la conservación del medio natural y mejorar la renta agraria, y posibilita a
los agricultores a seguir trabajando la tierra. El olivar es el cultivo ecológico más importante de la región,
con la existencia de más de 21.000 hectáreas, situadas principalmente en Córdoba, con 14.499.
El número de productores que se dedican a esta actividad ha pasado de los 193 existentes en 1992 a los
2.749 que se contabilizaron a finales de 2000. Respecto a la campaña para la conservación de setos, la
Junta de AndalucÃ-a y el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica recuperarán este año en torno a un
millón de ejemplares en ocho comarcas andaluzas, debido a que desde la década de los setenta se han
destruido unos 6.500 kilómetros cuadrados de este vegetal.
GanaderÃ-a
La ganaderÃ-a es una actividad con una larga tradición en AndalucÃ-a. Sin embargo, desde el siglo XVIII,
entra en un grave letargo del que aún no se ha despertado. La nueva configuración de los espacios
económicos relegan a la ganaderÃ-a de la campiña para expulsarla a las zonas adehesadas de las zonas
montañosas, mucho más deprimidas y con menor presión en los distintos usos del suelo. AsÃ-, la
ganaderÃ-a ocupa un lugar semimarginal en la economÃ-a andaluza, aportando menos del 10% de la
producción ganadera nacional, mientras que el sector agrÃ-cola aporta un 30%. Por lo tanto, el nivel de
autoabastecimiento regional es insuficiente y tan sólo un 70% de las necesidades de carne y leche se
abastecen desde sus fronteras. Las condiciones climáticas andaluzas tienen mucho que decir en esta
situación, sin embargo, no es menos cierto que existen explicaciones históricas que mantienen al sector
ganadero en esta situación marginal.
5
−El ganado bovino para carne y lidia se concentra en el valle medio del Guadalquivir, generalmente
semiestabulado. El ganado bravo se crÃ-a en las dehesas de Cádiz y en la zona de las marismas del
Guadalquivir.
−El ganado ovino tiene una distribución más aleatoria, aunque se concentra en las comarcas de sierra,
pastando en zonas donde apenas puede haber otro aprovechamiento más rentable, como los jarales de Sierra
Morena o los tomillares de las cordilleras Béticas, y en ciertas zonas de Córdoba, Granada y Huelva. El
ganado caprino se localiza en AlmerÃ-a, Málaga y Granada.
−El ganado equino se centra en las llanuras pastables de Sevilla, Málaga, Huelva y Cádiz. Destaca el
caballo cartujano.
−El ganado porcino predomina en Málaga, en las áreas de encinas y alcornoques de Sierra Morena, y en
los valles de la Penibética. El de raza ibérica, se destina a la producción de jamones y embutidos.
Explotación Forestal
La explotación forestal tiene bastante importancia económica, y se dedica a ella cerca de un 50% de la
superficie de la región. El bosque autóctono ha sufrido importantes ataques antrópicos, por lo que las
principales especies forestales son los pinos de repoblación y los eucaliptos (Huelva), y los chopos en las
riveras de los rÃ-os. La encina y el roble, con aprovechamiento forestal, son escasos. La mayorÃ-a de la
superficie forman parte de dehesas. La mayorÃ-a de los bosques son de propiedad privada, y su gestión
responde a criterios de rentabilidad empresarial. Los bosques andaluces producen ante todo, madera para
muebles y papel, corcho y leña, pero también es muy importante la caza. La provincia más madereda es
Huelva, con casi el 60% de la producción. Los bosques andaluces también son muy apreciados para su uso
recreativo.
MinerÃ-a
A pesar de la baja rentabilidad y crisis generalizada en el sector, la minerÃ-a aún tiene cierta importancia. Si
comparamos el valor de las extracciones con el resto de España, se puede constatar que, en cuanto a las
extracciones metálicas, AndalucÃ-a aporta el 59% del valor total nacional, destacando especialmente las
piritas y el hierro. Para los metales preciosos (oro y plata) el porcentaje aumenta hasta el 98%, mientras que
las extracciones de estroncio suponen el 100%, las de atapulgita el 84% y la bentonita volcánica el 77%. El
valor del mármol, los yesos, la sal marina, las dolomÃ-as y la barita, también tienen una importancia
6
relativa con respecto al total nacional, del que participa en más de un 20%.
En lo que se refiere a la distribución provincial, destaca en primer lugar la provincia de Huelva, donde se
genera el 40 por ciento del valor total de las extracciones, merced fundamentalmente a las explotaciones de la
franja pirÃ-tica y, en menor medida, las provincias de Córdoba (carbón de la cuenca del Guadiato), Sevilla
(polimetálicos de Aznalcóllar) y Granada (hierro de Alquife). En el caso de las rocas industriales (calizas,
arcillas y otros materiales utilizados en la construcción) presentan una distribución muy repartida por todo
el territorio andaluz.
La pesca
En el litoral de AndalucÃ-a existen múltiples y ricos caladeros que además gozan de una gran capacidad de
regeneración de las especies. Sin embargo, en la actualidad, sus stocks pesqueros se hallan por debajo de sus
máximos sostenibles.
Las pesquerÃ-as andaluzas aportan al empleo regional más de un 50% de lo que el sector aporta al empleo
español. Sin embargo, la caÃ-da del empleo pesquero regional durante los últimos quince años, ha
supuesto la reducción de casi un tercio de la significación del empleo pesquero en el conjunto del empleo
andaluz. La actividad pesquera adquiere mayor relevancia en el contexto de la economÃ-a andaluza como
sector refugio de empleo, que como sector generador de valor añadido. La productividad aparente de la
pesca, pese a ser baja, en AndalucÃ-a presenta valores considerablemente más elevados que los del sector
pesquero español. La actividad pesquera está poco integrada en el conjunto de la economÃ-a regional y,
por tanto, tiene escasa capacidad de arrastre.
Hay dos tipos de pesca, la pesca de altura y la pesca de bajura, según se realicen lejos o cerca de la costa:
• La pesca de altura: la cual se realiza lejos de nuestro litoral. Los bancos pesqueros en los que faenan
la flota de gran altura andaluza, son los situados a lo largo de la costa del Continente Africano,
especialmente importantes son los caladeros de Mauritania, Senegal y Angola. Con la pesca de altura
se captura al atún, la merluza y el calamar. En este tipo de pesca los barcos están varios dÃ-as en
alta mar.
• La pesca de bajura: se practica cerca de todo el litoral andaluz, capturándose boquerones, sardinas y
mariscos. En la pesca de bajura los barcos, a diferencia que la pesca de altura, suelen regresar al
puerto cada dÃ-a.
Los principales puertos pesqueros son los de Huelva y Cádiz en el Atlántico y los de Algeciras, Málaga y
AlmerÃ-a en el Mediterráneo.
Los Problemas de la pesca
Conocer y apoyar los intereses del sector pesquero andaluz, a partir de su participación en la formulación
del Plan de Modernización, ha sido crucial para comprender la naturaleza de los problemas y las acciones
que son precisas. Es por ello que se ha llevado a cabo un proceso de participación y consulta con el propio
sector y con sus principales agentes sociales y económicos en las provincias de AlmerÃ-a, Cádiz, Granada,
Huelva y Málaga (CofradÃ-as de Pescadores, Asociaciones de armadores, Organizaciones de Productores,
responsables de lonjas, industriales conserveros, empresarios acuÃ-colas, etc.).
Como resultado de estas consultas se han delimitado las preocupaciones del sector, que son las siguientes:
• La creciente pesca ilegal, en todas sus diferentes variantes y situaciones, que amenaza la
regeneración de los caladeros del litoral andaluz, supone una competencia desleal para las
7
embarcaciones legales y un grave riesgo para el consumidor.
• El riesgo real de deterioro de los caladeros propios, dada la proliferación de embarcaciones ilegales,
la ausencia de conciencia de conservación de los recursos en el sector y el escaso cumplimiento de la
normativa de protección de recursos, tanto por los barcos ilegales como por los legales. La
dependencia excesiva del caladero marroquÃ- también se percibe como un problema fundamental.
• Las deficiencias tecnológicas de la flota y su escasa rentabilidad, debido a sus altos costes de
mantenimiento y de explotación y a sus problemas legales (de flota, fiscales y de seguridad social),
que dificultan el acceso a apoyos financieros ante la falta de recursos propios. Se perciben marcadas
deficiencias en lo relativo a infraestructura portuaria, generalmente de bajo nivel tecnológico y con
carencias importantes de suelo industrial e instalaciones de transformación, conservación,
congelación y refrigeración.
• La falta de organización en el sector productor para asumir actividades de comercialización y
gestión. No funcionan adecuadamente las O.P.P. y es nula la incidencia del productor en el proceso
de transformación y comercialización. Existe descoordinación en lo relativo a competencias,
gestión e intercambio de información entre las asociaciones representativas del sector.
• Los mercados son poco transparentes, y el proceso de comercialización no está tecnificado, lo que
redunda en la elevada incidencia de intermediarios no vinculados al sector extractivo (exportadores,
vendedurÃ-as, etc.). No existe coordinación con sectores conexos, ni estrategias comerciales para
incorporar mayor valor añadido a los productos de calidad.
• La excesiva dependencia de la dinámica social de la tutorÃ-a de la administración, la escasa
formación empresarial y la falta de información y formación del sector para asumir tareas de
comercialización que, por otra parte, se ve influida por la estacionalidad de los productos de mayor
calidad y rentabilidad y el deficiente nivel de formación empresarial, la escasa formación no
reglada y la deficiente formación básica. Además, falta motivación para formarse en sectores
alternativos al sector extractivo.
• En el terreno de la investigación la debilidad económica del sector le limita para financiar
proyectos de investigación aplicada. Se desconocen las eventuales aplicaciones de la I+D que se
realiza en los centros públicos de investigación. Es escaso el conocimiento en el sector de las
posibilidades de diversificación de sectores conexos y alternativos.
• Falta agilidad en la tramitación de las ayudas (lo que incide muy negativamente en la capacidad
financiera), cuya normativa, por otra parte, está poco adaptada a la realidad del sector pesquero en
AndalucÃ-a; no existen créditos de campaña especÃ-ficos para la reactivación de la actividad
después de una parada biológica y es elevada la incertidumbre respecto a los acuerdos con
Marruecos, lo que desincentiva las inversiones empresariales en la modernización de la flota de un
sector ya muy descapitalizado.
La acuicultura
La acuicultura marina ha alcanzado importancia debido a las buenas condiciones ecológicas que ofrece el
litoral. La acuicultura extensiva se basa en la ceba de peces aprovechando estructuras preexistentes (salinas
del noroeste gaditano) o en la fijación de colonias de moluscos en arrecifes artificiales (SanLucar de
Barrameda, el Rompido y Conil de la Frontera). La acuicultura intensiva se ve favorecida por las lÃ-neas de
investigación y desarrollo de la administración estatal y autonómica y de la Unión Europea
8
EL SECTOR SECUNDARIO
La riqueza minera de AndalucÃ-a, conocida y explotada desde la Prehistoria, contrasta con su pobreza en
recursos energéticos. La actividad industrial tiene poco peso en AndalucÃ-a (en 2004 ocupaba al 11,0% de
la población activa), y su aportación al PIB regional es escasa (13,76%;10,50% sin incluir la energÃ-a en
2004); en ambos casos las cifras son inferiores a la media nacional (18,1% y 25,9% respectivamente)
En AndalucÃ-a el inicio de la industria moderna tuvo lugar en la primera mitad del siglo XX, con el
nacimiento de la industria siderúrgica, basada en la existencia de mineral de hierro que se instaló en
Marbella (Málaga), El Pedroso (Sevilla) y la Garrucha (AlmerÃ-a), y llegó a producir el 85% del hierro
colado español. Sin embargo, esta iniciativa fracasó debido a la inexistencia de carbón mineral para los
altos hornos, que obligaba a importar hulla británica, a una demanda interior insuficiente y a la competencia
de la industria del norte peninsular. También se instaló industria textil en Sevilla, Cádiz, Málaga y
Antequera. Pero estos establecimientos cerraron pocas décadas después debido a la competencia de la
industria textil catalana. Tuvieron más éxito las industrias agroalimentarias de vinos en Jerez y de aceite
en Córdoba, Sevilla y Jaén.
En el siglo XX, desde el Plan de Estabilización de 1959 las actuaciones más destacadas fueron las
siguientes.
La creación de polos de promoción en Huelva, Sevilla, Granada y Córdoba, a los que se añadió la Zona
de Preferente Localización Industrial de AndalucÃ-a de 1977. Sus acciones de promoción incidieron sobre
9
actividades agrarias, de servicios y, sobre todo, industriales.
La creación de polÃ-gonos industriales por el INUR (Instituto Nacional de Urbanización), sobre todo en
AndalucÃ-a occidental. Su fallo principal fue la marginación de las pymes, las empresas mayoritarias en la
región.
Los resultados fueron escasos: los polos no ejercieron el previsto efecto dinamizador sobre las áreas
deprimidas del entorno y se intensificó la concentración demográfica y económica en AndalucÃ-a
occidental, agravando las diferencias en el interior de las provincias afectadas.
La crisis económica de 1975 afectó a todos los sectores industriales, especialmente a los maduros, y
obligó a tomar medidas de reconversión y reindustrialización (como la creación de la ZUR de la bahÃ-a
de Cádiz).
La recuperación de mediados de la década de 1980, relacionada con una coyuntura internacional
favorable, resultó claramente apreciable. Pero en los últimos años el Ã-ndice de producción industrial ha
vuelto a decaer.
Distribución del valor añadido bruto a precios básicos de la industria andaluza según rama de
actividad. Año 2003
Dentro del sector secundario, las industrias más importantes son agroalimentarias, textiles, quÃ-micas, de la
construcción y de papel.
Industria agroalimentaria
La industria agroalimentaria andaluza, con más de 6.000 establecimientos y unas 55.000 personas ocupadas
genera una producción bruta de 1,42 billones de ptas. (18% del total de la industria) y un consumo de
materias primas de 0,68 billones de ptas., según datos de la Encuesta Industrial de Empresas de 1993. Los
datos anteriores representan el 27% de las personas ocupadas en el total de la industria de la comunidad, asÃcomo el 43% de las ventas de productos industriales. Si comparamos los datos andaluces con los nacionales,
estos indicadores suponen el 15,3% de las personas ocupadas, el 18% de las ventas de producto y el 20% del
consumo de materias primas de la Industria Agroalimentaria nacional, lo que sitúa al sector andaluz en el
segundo lugar después de Cataluña.
Dentro de la estructura económica de AndalucÃ-a, el sector agroalimentario es de singular importancia por
su aportación al valor añadido, a la ocupación industrial y a las exportaciones regionales; además de ser
el principal mercado intermedio para el sector agrario y desempeñar un papel importante en el equilibrio
territorial.
Los establecimientos de este sector se encuentran dispersos por toda la región, reflejando la propia
distribución de la actividad agraria, y manifiestan una diversidad de tamaños, desde empresas familiares de
muy reducida dimensión hasta otras que se cuentan entre las mayores de la región, de las cuales algunas
son actualmente propiedad de compañÃ-as multinacionales. Estas industrias están diseminadas por las
ocho provincias, aunque sobresale la mayor presencia de industrias aceiteras en Jaén, Córdoba y Sevilla, y
de industrias vinÃ-colas en Jerez y el Puerto de Santa MarÃ-a (Cádiz), el Condado (Huelva) y en Montilla
(Córdoba). El sector agroalimentario ha sido uno de los principales destinos de la inversión extranjera en
los últimos años, conduciéndose con la reestructuración de algunos subsectores en los que han entrado
empresas foráneas: elaboración de cerveza, refino de azúcar o refino de aceite, entre otros. El subsector
vinÃ-cola, especialmente el productor de vinos de Jerez, ha sido objeto también de una importante
reestructuración competitiva en los últimos años.
10
La naturaleza de las diversas actividades conduce a diferentes estructuras de mercado, pero en general puede
distinguirse entre un conjunto de grandes compañÃ-as que atienden a mercados nacionales e internacionales
en algunas producciones, y una gran cantidad de pequeñas empresas que atienden a los mercados locales o a
especialidades tradicionales. A ello se suman las plantas de algunas multinacionales de bebidas gaseosas y de
panaderÃ-a y bollerÃ-a industrial, cuya presencia obedece a razones logÃ-sticas. Cabe señalar que la
presencia del sector público ha sido tradicionalmente escasa, con la excepción del monopolio de la industria
del tabaco.
Una importante desventaja competitiva de las empresas agroalimentarias andaluzas radica en su tamaño,
respecto al de las empresas foráneas que se han ido implantando progresivamente en el mercado nacional.
Esa dimensión limita también la capacidad de desarrollo de nuevos productos y reduce considerablemente
el poder de negociación frente a las empresas de distribución; sector en el que se ha producido una intensa
concentración en los últimos años.
Entre los principales rasgos que caracterizan a la industria agroalimentaria andaluza, destacan los siguientes:
Coexistencia de grandes empresas muy competitivas en importantes sectores agroindustriales junto a Pyme
con problemas de competitividad, lo que determina una cierta estructura de carácter dual.
Grado de diversificaciones relativamente escaso, al estar concentrada la producción en ciertas actividades
tales como: aceite y grasas, azúcar y bebidas alcohólicas.
Escasa presencia relativa de la industria de segunda transformación, que viene derivada de la
especialización productiva en actividades muy ligadas al sector agrario y en las que se producen bienes con
bajo grado de elaboración.
Coexistencia de actividades tecnológicamente avanzadas con otras que utilizan sistemas tradicionales de
producción.
Desarrollo comercial desigual, con una presencia heterogénea en los mercados internacionales; asimismo, y
debido al proceso de globalización y homogeneización del consumo se ha perdido cuota de mercado interna
en este subsector.
Insuficiente integración intersectorial entre la industria agroalimentaria y las actividades primarias, que se
refleja en la fuerte orientación de la producción agraria a la demanda final de consumo y exportaciones.
Progresiva generalización de procesos adecuados de gestión de residuos y vertidos generados por la
actividad agroindustrial, aunque todavÃ-a insuficientes.
En este orden de cosas, hay que resaltar las dificultades intrÃ-nsecas de estas empresas para mejorar su
competitividad; ya que una de las especificidades del sector agroalimentario respecto al resto de las
actividades productivas es la de requerir altas necesidades de capital circulante. El carácter biológico de las
producciones agrÃ-colas y ganaderas determina que se produzca en momentos muy determinados del año,
lo que conduce a que la industria deba comprar sus materias primas cuando se producen (aceites, hortalizas,
frutas) para transformarlas y almacenar el producto, mientras que se va abasteciendo el mercado. En otros
casos, los procesos de producción son muy largos (vinos, quesos, chacinas) lo que obliga a realizar las
inversiones en inputs y esperar a que, varios meses después, se obtenga el producto final y pueda venderse.
Por otra parte, la naturaleza de las materias primas requiere que los procesos productivos de primera
transformación, y la fase posterior de envase y embalaje, exijan fuertes inversiones muy difÃ-ciles de
amortizar por las empresas de pequeña y mediana dimensión. Finalmente, los escasos volúmenes de
producción obtenidos por las empresas son insuficientes para negociar con proveedores y distribuidores, lo
11
que no favorece una adecuada posición en los mercados.
Esta situación explica el grado de industrialización andaluza en comparación con el alto potencial de estos
productos, que admite un mayor nivel de industrialización, asÃ- como la creación de empresas con
actividades de segundas transformaciones. Este alto potencial agrario, en relación con las demandas actuales,
facilitarÃ-a el lanzamiento de nuevos productos, tanto alimentarios como no alimentarios. Por otro lado, la
existencia de Entidades Asociativas Agrarias con fuerte implantación en las zonas de producción permite
disponer de producciones de calidad con posibilidades de mercado y de volúmenes de comercialización
adecuados, no sólo para el mercado nacional, sino también para los mercados internacionales. En esta
lÃ-nea hay que mencionar también el gran esfuerzo llevado a cabo en los últimos años, tanto por la
Administración, como por el sector privado, en la mejora de la industrialización, comercialización y
promoción de productos agroalimentarios andaluces de calidad.
La racionalización del sector precisa de canales de financiación adecuados para hacer frente a la
renovación tecnológica y a las mayores exigencias de capital circulante en cada campaña productiva, pero
a su vez, obtener una financiación favorable obliga a las empresas a acelerar los procesos de concentración
(fusión/absorción, cooperativas), y los de cooperación interempresarial en distintas fases de la cadena
productiva y comercial.
En la evolución futura de la industria agroalimentaria hay que prever la acentuación de las siguientes
tendencias:
En primer lugar, la nueva configuración de las coordenadas de competitividad intrasectorial de la industria
agroalimentaria surgida, tanto de los acuerdos del GATT que establecen un perÃ-odo transitorio durante el
cual habrán de armonizarse los intereses en materia de productos agroalimentarios de los distintos paÃ-ses
signatarios, como del intenso proceso de desregulación a nivel mundial en favor de espacios económicos
más amplios. Sin duda, esto va a influir de una manera decisiva en las estrategias empresariales de los
diferentes agentes y grupos económicos que operan en el sector.
En consecuencia, las grandes firmas agroindustriales de empresas de segunda transformación y de
distribución instaladas en AndalucÃ-a tenderán a relocalizar sus actividades de abastecimiento de materias
primas, elaboración de bienes y distribución de productos finales con criterios espaciales bastante diferentes
a los que regÃ-an en mercados más aislados y regulados, debido a que puede resultarles más rentable
aprovisionarse de materias primas y productos procedentes del exterior de la región.
En segundo lugar, es preciso evaluar las perspectivas futuras de los factores de competitividad de las empresas
agroalimentarias, fundamentalmente los relacionados con la innovación tecnológica en procesos y
productos y con las tecnologÃ-as de la información aplicadas a la gestión y a la organización
(informática y telemática, fundamentalmente), con el objeto de adecuar los productos a la tendencia hacia
una mayor calidad y la diferenciación que exigen los mercados.
Otra faceta de las actividades de I+D son las actuales y futuras innovaciones en materia de ingenierÃ-a
genética y de biotecnologÃ-a la comercialización de los productos modificados genéticamente empieza
a ser una realidad, por cuanto pueden provocar una auténtica ruptura tecnológica en el complejo
agroalimentario de la actual forma de vinculación de la producción primaria con las etapas de
transformación.
En tercer lugar, las empresas agroalimentarias habrán de incorporar su estrategia comercial a la relación
que se está estableciendo entre las fases de transformación y distribución alimentaria. El rápido avance
hacia la fuerte concentración empresarial por parte del sector de distribución alimentaria, puesto de
manifiesto en la región por el crecimiento de la inversión extranjera en las grandes superficies de venta,
está originando un desequilibrio en las relaciones a lo largo de la cadena alimentaria en favor de la gran
12
distribución, tanto en la fijación de los precios como en las especificaciones técnicas.
Como consecuencia de lo anterior, se está produciendo una mayor dualidad en la situación de las empresas
agroindustriales, donde aquellas con mejor posición en los mercados adquieren una capacidad negociadora
más equilibrada frente a la gran distribución.
De otra parte, las nuevas exigencias medioambientales van a repercutir sobre el sector, ya que la actividad
agroalimentaria es originaria de una importante producción de residuos. En esa dirección, la legislación
comunitaria se orienta hacia el establecimiento de normativas que obliguen a las empresas a desarrollar una
polÃ-tica de recogida selectiva y reciclado de residuos, asÃ- como a disminuir el peso de los envases y
embalajes y a utilizar materiales reciclables.
El futuro del marco normativo para estas actividades supondrá para las Pyme un importante esfuerzo para
adaptarse a los requerimientos de calidad, marca, protección medioambiental, normativa
técnico−sanitaria, etc., pero a su vez representará una garantÃ-a de calidad que supondrá una mayor
competitividad frente a productos de terceros paÃ-ses.
Construcción
En cuanto al sector de la construcción ha vivido uno de sus momentos más dulces en nuestra comunidad
autónoma, causa de la fuerte inversión realizada en obras públicas y vivienda. En el capÃ-tulo de empleo,
el nivel máximo se alcanza en 1990, con 45.000 ocupados más que en 1995. La construcción es el sector
más dinámico de la economÃ-a andaluza en esta etapa, cumpliendo una doble función de motor del
crecimiento y de creación de condiciones favorables para que este crecimiento sea autosostenido a través
de la creación de infraestructuras básicas para el desarrollo económico.
Las inversiones se comportaron muy dinámicamente durante los años 1986−1989, con un fuerte
componente en nuevas instalaciones, aunque a partir de esa fecha se dirigieron preferentemente hacia ajustes
de la capacidad instalada. El consumo de cemento sigue un comportamiento similar aunque se puede observar
una fuerte concentración del consumo en las provincias de Málaga y Sevilla, donde principalmente
incidieron las obras realizadas para la Expo´92. Se puede afirmar que el incremento del consumo de
cemento en España se debe principalmente al crecimiento del mismo en AndalucÃ-a.
Por lo que se refiere a las obras de infraestructura, éstas se realizaron con tres objetivos fundamentales:
Conectar AndalucÃ-a con el resto de España de forma efectiva. Esto se realiza a través de infraestructura
viaria, como la autovÃ-a entre Madrid y Sevilla, ferroviaria, como la lÃ-nea de alta velocidad, y
aeroportuaria, como las ampliaciones de los aeropuertos de Málaga, Sevilla y, más recientemente, de
Granada.
Articular las comunicaciones en la región para asÃ- favorecer un desarrollo equilibrado del que AndalucÃ-a
carece hasta el momento. En ello, inciden la AutovÃ-a del 92 y la Autopista del V Centenario, asÃ- como las
anteriormente mencionadas.
Modernizar los núcleos urbanos, con las mejoras de los accesos y las rondas de circunvalación de las
grandes ciudades.
Pese a que estas iniciativas se consideran muy positivas para mejorar las condiciones para un desarrollo
sostenido de la comunidad autónoma, y para dotar a la región de unas infraestructuras modernas de las que
carecÃ-a, hay que destacar varios puntos negativos.
13
El crecimiento del sector de la construcción debido a las grandes inversiones en infraestructura no se puede
considerar de carácter permanente, y no debemos caer en el engaño de esperar a grandes acontecimientos
para dotar a AndalucÃ-a de los elementos necesarios para mejorar sus perspectivas de desarrollo. Esto es, sin
considerar que nuevos proyectos como las Olimpiadas no sean interesantes para el conjunto de la comunidad
autónoma, no podemos permitirnos depender de éstas para acometer aquellas obras que sean necesarias.
En el mismo sentido, se perdió una gran oportunidad a finales de los ochenta para dar un paso definitivo en
la mejora de las infraestructuras de comunicaciones, enlazando lÃ-neas de alta velocidad hasta las provincias
de Málaga y Cádiz
AsÃ- mismo, la permanencia del sistema de peaje en una vÃ-a de comunicación de alta velocidad como es la
autopista Sevilla−Cádiz no contribuye excesivamente al desarrollo económico de la provincia con mayor
Ã-ndice de desempleo en España.
Hemos de destacar la importancia que han tenido las ayudas concedidas por la Unión Europea a través de
los Fondos Estructurales para la generación de estas obras. Podemos concentrar la inversión en el sector de
la construcción como la realizada dentro del eje de Integración y Articulación Territorial del Marco de
Apoyo Comunitario, donde se realizan inversiones FEDER por valor de 181.206,5 millones de pesetas entre
1989 y 1993, un 65,5% del total, como se desprende de las cifras señaladas.
También es importante la construcción de viviendas, el gran impulso recibido por el sector viene de la
mano de la construcción de viviendas en régimen libre, que se ve frenada a partir de 1993 debido a la
fuerte recesión que desanima a los consumidores. Las viviendas de Protección Oficial disminuyen su
participación sobre el total de forma acusada desde 1986 y sólo reaparecen con el respaldo de los planes de
vivienda del Estado hacia 1993.
PRODUCCIÓN POR SECTORES AÑO 2000
14
La polÃ-tica industrial andaluza
El escaso éxito de la polÃ-tica industrial del pasado y el desarrollo de las competencias autonómicas, han
dado lugar a una polÃ-tica industrial para corregir los problemas del sector. Esta polÃ-tica pretende fomentar
la cooperación y las redes empresariales; apoyar las actividades de I+D, la participación en programas
europeos y la creación de empresas innovadoras (Parque Tecnológico de AndalucÃ-a en Málaga y
proyecto Cartuja 96 en Sevila).
Esta polÃ-tica intenta también corregir los desequilibrios territoriales, fomentando la industrialización
endógena. Con este fin se han creado Sociedades de Desarrollo Industrial y el Instituto de Fomento Andaluz
(IFA). En cuanto a los problemas medioambientales causados por la industria, se han creado varios planes
correctores.
Sector terciario
El sector terciario o servicios, tanto en términos de producción como de empleo, en los últimas
décadas ha experimentado un crecimiento muy significativo en su participación en la economÃ-a. Ha
pasado de ser un sector minoritario a ser ampliamente mayoritario en la mayor parte de las economÃ-as
occidentales.
Este proceso se ha denominado terciarización de la economÃ-a y se ha manifestado, de forma peculiar, en la
economÃ-a andaluza. De esta forma en 1975 el sector servicios producÃ-a un 51,1% del VAB andaluz y daba
empleo a un 40,8%, mientras que en el año 2007, producÃ-a el 67,9% del VAB y el 66,43% de los empleos.
Sin embargo este crecimiento del sector terciario se produjo antes que en otras economÃ-as desarrolladas y
fue independiente del sector industrial.
15
En AndalucÃ-a el desarrollo anacrónico del terciario obedece a dos razones principales: 1. el capital andaluz
ante la imposibilidad de competir con la industria de las regiones desarrolladas se ve obligado a emprender
actividades de más fácil acceso. 2. La ausencia de un sector industrial que pueda absorber el excedente de
mano de obra de la agricultura y el que se crea por la desaparición de una parte del artesanado conduce a la
proliferación de cierto tipo de servicios con una productividad muy baja. Es, por tanto, el papel que la
economÃ-a andaluza desempeña, dentro del proceso de desarrollo desigual, el que produce como resultado
un terciario hipertrofiado e improductivo, que contribuye a reproducir las condiciones del subdesarrollo,
obstaculizando la acumulación de capital.
Comercio
Las actividades comerciales representan un 13,6% del VAB regional y un 13% del empleo. Estos datos dan
cuenta de la importancia del sector en el conjunto de la economÃ-a andaluza.
La caracterÃ-stica básica que define el sistema de distribución comercial de AndalucÃ-a es su carácter
dual, determinado por la coexistencia de un comercio tradicional con una presencia significativa en el sector,
con un comercio moderno y que, con un menor número de establecimientos, empieza a conseguir cada vez
mayores cuotas de mercado.
El sector de la distribución comercial está sometido a un intenso proceso de transformación, como
consecuencia de los cambios en los hábitos de los consumidores, la aparición de nuevas tecnologÃ-as
aplicables al comercio, la incorporación de nuevas formas comerciales y la entrada en vigor del Mercado
único europeo. Este proceso es previsible que continúe e, incluso, se intensifique en el futuro.
De entre los factores señalados, es preciso referirse, especialmente, a la entrada en vigor del Mercado
único, que ha provocado una aceleración en el ritmo de evolución del sector comercial español en su
conjunto, debido, fundamentalmente, a las condiciones de funcionamiento del mismo, orientado por los
principios de libertad de circulación de mercancÃ-as y capitales. Esto implica, en definitiva, que la
distribución comercial tiende a globalizarse en la Unión Europea.
De hecho, y a pesar de las diferencias que existen entre los sistemas comerciales de los paÃ-ses miembros, el
proceso evolutivo en todos ellos viene marcado por una serie de rasgos comunes, como son: la tendencia a la
concentración, la expansión de las grandes superficies, el desarrollo de la innovación tecnológica, la
internacionalización y la modificación de las relaciones de intercambio con productores y clientes o
consumidores.
En definitiva, el sector de distribución comercial se haya sometido a rápidas transformaciones
tecnológicas y organizativas que están modificando la naturaleza del servicio que prestan y su papel dentro
del esquema de interrelaciones productivas regionales, y cuyas consecuencias son importantes no sólo para
el propio sector sino también para el conjunto de sectores productivos de la economÃ-a andaluza.
Con la aprobación de la Ley 1/1996, de 10 de enero, de Comercio Interior de AndalucÃ-a, se establece un
marco jurÃ-dico acorde con la realidad del sector, de forma que le facilite el desempeño de sus funciones
dentro del sistema económico regional. Asimismo, esta Ley establece la obligación de que se apruebe un
Plan Integral del Comercio Interior de AndalucÃ-a. Este Plan, consensuado con los agentes económicos y
sociales, es el complemento necesario para profundizar en la modernización del comercio andaluz y en
especial de las Pyme, a través del asociacionismo comercial, la incorporación de nuevas tecnologÃ-as, la
formación de sus recursos humanos y el aprovechamiento de sus ventajas competitivas.
Según el Censo de Establecimientos Comerciales de AndalucÃ-a, el sector comercial andaluz contaba en
1990 con 98.689 establecimientos activos, de los cuales 88.363 (es decir, el 89,5%) eran minoristas y
empleaban a 168.679 personas, ocupando una superficie de venta de 5.676.214 m 2 ; y 10.326 (el 10,5%) eran
16
mayoristas, empleando a 72.486 personas, en una superficie de venta de 2.799.321 m 2 .
La densidad comercial de establecimientos minoristas en AndalucÃ-a era, según la misma fuente, de 14,3
establecimientos por cada 1000 habitantes, siendo las provincias de AlmerÃ-a y Málaga las de mayor
densidad con un ratio de 16,4. La provincia con menor densidad comercial minorista era Cádiz con 12,7
establecimientos por cada 1000 habitantes. Esta densidad comercial es bastante similar a la de otras
Comunidades Autónomas, tales como la de Madrid (14,6 en 1986), PaÃ-s Vasco (15,5 en 1987) y Valencia
(17,7 en 1985).
Las principales caracterÃ-sticas estructurales del sector comercial andaluz son las siguientes:
• El sector comercial ha acrecentado su importancia productiva en términos de aportación al VAB
regional y al empleo. El aumento del gasto en bienes y servicios, asÃ- como la reducción del
autoconsumo en ámbitos rurales y la mayor demanda de consumo de bienes motivado por el turismo
en AndalucÃ-a, son algunas de las causas de esta mayor participación del sector en el conjunto de la
economÃ-a.
• Se observa una creciente internacionalización de la distribución comercial con la incorporación de
grandes grupos europeos. Este fenómeno no sólo está afectando a los pequeños y medianos
comercios del sector, sino también a las propias empresas productoras locales, que ven dificultado
su acceso a estas grandes superficies comercializadoras.
• La evolución del empleo en el comercio presenta rasgos cualitativos importantes. El fenómeno
más destacable es el crecimiento del empleo asalariado, que fundamentalmente está teniendo lugar
en el comercio minorista, a costa del empleo autónomo. Asimismo, debe mencionarse el importante
peso del componente femenino en el empleo. Asimismo, se ha producido un incremento en la
temporalidad, especialmente en el colectivo femenino, en detrimento del empleo fijo, no de trabajo a
tiempo parcial. Por otro lado es destacable el relativo rejuvenecimiento del sector.
• Se está produciendo un aumento de la dualidad del sector comercial regional, como consecuencia de
una mayor presencia de empresas, que utilizan modernas técnicas de gestión y avanzadas
tecnologÃ-as, junto a empresas locales con métodos tradicionales de gestión. Esta situación
genera un notable desequilibrio competitivo, que se ve acentuado por la incorporación de pequeñas
empresas que se constituyen con parte de los excedentes laborales de otros sectores, caracterizadas
por la escasa eficiencia y capacidad competitiva.
• La utilización de nuevas tecnologÃ-as se está extendiendo rápidamente por el sector, lo que
demanda una mayor formación de los recursos humanos.
Estas caracterÃ-sticas estructurales están inmersas en un proceso de continua transformación. Las
tendencias del sector a medio plazo se pueden sintetizar en:
• La continuidad del proceso de internacionalización y concentración de los grandes grupos de
distribución, aunque a un ritmo menor que en los últimos años.
• La ralentización del ritmo de crecimiento de las grandes superficies no especializadas y el fuerte
crecimiento de las grandes empresas comerciales con medianas y pequeñas superficies, en especial
con formato de descuento.
• El aumento de la especialización y de la concentración espacial del pequeño comercio.
• Absorción de funciones que tradicionalmente eran ajenas al sistema comercial.
17
• La creciente importancia de las nuevas tecnologÃ-as, tanto para aumentar la productividad como para
acceder a nuevas fórmulas de venta: televenta, venta a través de ordenador, etc.
• En relación con los consumidores, se observa un mayor peso de los servicios de ocio y otros nuevos
servicios en la oferta comercial, asÃ- como un cambio en los hábitos de consumo, cada vez más
estandarizados a nivel europeo.
El sector comercial muestra importantes potencialidades de desarrollo a medio plazo en AndalucÃ-a. Por una
parte, las pequeñas y medianas empresas comerciales, que son mayoritarias en la región, cuentan con unas
ventajas comparativas en términos de capacidad de adaptación a las exigencias de los clientes: proximidad
del servicio, personalización de la relación, etcétera, que deben ser aprovechadas. Además, las
condiciones climáticas son especialmente aptas para ofrecer servicios concentrados en entornos abiertos que,
junto a ofertas adicionales de servicios de ocio, puede ofrecer alternativas viables frente a otros patrones de
oferta comercial.
Por otro lado, existen importantes ventajas y economÃ-as de escala no aprovechadas para el establecimiento
de centrales de compras y servicios mediante la asociación de pequeñas y medianas empresas autóctonas.
Este asociacionismo podrÃ-a jugar un importante papel en el aprovechamiento de dichos canales de
distribución para comercializar productos regionales.
El diagnóstico efectuado pone de manifiesto que estamos ante un sector muy dinámico y competitivo,
caracterizado por la aparición continua de nuevas formas comerciales, donde la profesionalidad de los
pequeños y medianos comerciantes será determinante para la coexistencia de los distintos modelos de
oferta comercial, de forma que entre todos se ofrezca a la sociedad un sistema de distribución eficiente. La
necesidad de mejorar la eficiencia del sistema viene derivada de los siguientes motivos:
• La necesidad de generar y mantener el empleo y la actividad del sector.
• Para que los consumidores reciban el mejor servicio al menor precio, aumentando su bienestar y que
no genere tensiones inflacionistas.
• El comercio de una región es, sin duda, el mejor escaparate de su producción y su primer destino.
En AndalucÃ-a, según el Censo de 1990, el 49% de los aprovisionamientos de los mayoristas
proceden de empresas andaluzas y un 6% de fabricación propia.
• La existencia de canales de distribución de ámbito local, provincial o regional constituyen la mejor,
y en ocasiones la única, salida posible a la producción de numerosas pequeñas y medianas
empresas, las cuales carecen de dimensión e infraestructuras para atender los requerimientos de los
grandes grupos de distribución. Hay que tener en cuenta, a estos efectos, que en AndalucÃ-a el 99%
de las empresas comerciales son Pyme.
• La existencia de empresas andaluzas de distribución comercial, con implantación suprarregional y
supranacional, puede beneficiar a la producción regional.
Turismo
A lo largo de las cuatro últimas décadas el turismo ha experimentado un proceso de expansión mucho
más acusado que cualquier otra actividad productiva; el número de viajes turÃ-sticos internacional a
aumentado un 77% en el perÃ-odo comprendido entre 1986 y 1996. Por su parte, las personas que eligieron a
España como destino aumentaron en un 93% durante esos mismos años. Este crecimiento ha seguido, sin
embargo, unos patrones espaciales considerablemente rÃ-gidos en lo que se refiere a preferencias en materia
de destinos. El 80,5% de los viajes turÃ-sticos al extranjero durante 1980 se concentraron en un total de 25
18
paÃ-ses, mientras que en 1994 los 25 paÃ-ses más visitados capturaron el 80% del total de los viajes. Desde
el punto de vista de la procedencia de los turistas, se advierte una lenta, pero sistemática diversificación de
los mercados emisores, de manera que si en 1980 el 65,5% de los turistas procedÃ-an de un total de 19
paÃ-ses, el porcentaje se reduce, para el mismo número de paÃ-ses, hasta el 57% en 1994.
La evolución reciente del sector turÃ-stico en AndalucÃ-a, pone de manifiesto la existencia de dos etapas
claramente diferenciadas. A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa se produce una
inflexión a la baja de los principales indicadores turÃ-sticos: el número de pernoctaciones se reduce, al
igual que el grado de ocupación hotelera, respecto a las cifras correspondientes a mediados de la década.
Los principales factores que explican esta evolución son la fuerte apreciación de la peseta, la competencia
de otros destinos y del turismo interior de los paÃ-ses clientes, el inicio de la fase recesiva del ciclo, y un
cierto agotamiento del modelo de turismo masivo basado en ventajas comparativas y precios reducidos.
La segunda etapa, que se inicia a partir de 1993, está marcada por el carácter expansivo de la actividad. Los
datos disponibles para el perÃ-odo 1990−95 (cuadro 6.19) indican un aumento sostenido de la ocupación
hotelera, un incremento en el número de visitantes extranjeros y en los nacionales, y un crecimiento del
consumo de no residentes. Las sucesivas devaluaciones de la peseta, la contención del ritmo de crecimiento
de los precios interiores, los acontecimientos polÃ-ticos y bélicos en el Mediterráneo, la mejora en la
calidad experimentada por el turismo andaluz y el inicio de la fase expansiva del ciclo económico en los
principales paÃ-ses clientes, configuran los factores explicativos del crecimiento de la actividad. Se observa
también una mayor desestacionalización, con un aumento del turismo en los meses tradicionalmente
considerado de temporada baja, debido sobre todo a la recuperación del turismo nacional.
Los elementos de rigidez que han caracterizado la evolución del mercado turÃ-stico, en lo que se refiere a
preferencias de los turistas, no han impedido profundas transformaciones en el funcionamiento de la actividad.
AndalucÃ-a, a pesar de ello, ha sido tradicionalmente y se mantiene como un destino privilegiado, donde el
turismo se ha consolidado como una actividad productiva de alto valor estratégico (cuadro 6.20). En la
actualidad contribuye en más del 10% a la formación del PIB andaluz, elevándose a un 14,6% si se
consideran los efectos indirectos, mantiene más de 100.000 empleos en actividades que producen servicios
para los turistas y, sobre todo, ha acentuado su condición de industria conectada a otros ámbitos durante los
últimos quince años. Esto se manifiesta tanto en su especial sensibilidad a la orientación de otras
polÃ-ticas (medio ambiente, obras públicas, urbanismo, etc.), como por su capacidad para reforzar otros
objetivos de polÃ-ticas económicas y sociales (equilibrio territorial, balanza corriente, diversificación de la
base productiva, etc.). Todo ello se refleja en un crecimiento de más del 80% de la oferta de alojamientos en
AndalucÃ-a entre 1980 y 1996, frente al 59% en el conjunto de España durante el mismo perÃ-odo.
 El turismo es, por lo tanto, una actividad consolidada en AndalucÃ-a que, sin embargo, no puede ocultar la
existencia de cuestiones que exigen un posicionamiento decidido por parte de la administración.
Por un lado, la necesidad de un permanente esfuerzo de adaptación a las tendencias que, cada vez con mayor
claridad, son perceptibles en la demanda de los turistas. Por otro, la modernización de los métodos de
gestión y comercialización en un entorno cada vez más competitivo e innovador. Por último, el todavÃ-a
insuficiente aprovechamiento de las oportunidades existentes en ciertas modalidades de turismos y en
espacios concretos con importantes potencialidades, pero que se encuentran, en bastantes casos, en fase
embrionaria o alejadas de su techo de desarrollo.
Pero, además, de su consolidación y de la evidencia de oportunidades de futuro todavÃ-a por explotar,
conviene reconocer dos circunstancias que han influido decisivamente en la evolución reciente del sector y
que presumiblemente lo seguirán haciendo en el futuro inmediato. En primer lugar, el compromiso de los
agentes del sector para coordinar sus esfuerzos en torno al proyecto de futuro que supuso el Plan Integral del
Turismo de AndalucÃ-a (Plan DIA). En segundo lugar, el entorno de competencia global en que actualmente
se desarrollan las relaciones económicas internacionales y que, por sus singulares caracterÃ-sticas, afectan
19
de manera especial a una actividad de tanta extroversión como el turismo.
Es preciso reconocer que en los años transcurridos desde la constitución de la Comunidad Autónoma de
AndalucÃ-a se ha recorrido un largo y fructÃ-fero camino en la racionalización de la actividad
administrativa y en la propia vertebración del sector. La introducción de la planificación, a través del
Plan DIA, como instrumento de coordinación del conjunto de la polÃ-tica turÃ-stica, ha supuesto un avance
considerable en la eficacia y transparencia de la actuación del sector público. Ello ha contribuido a la
creación de un clima ejemplar de diálogo y concertación con los agentes económicos y sociales. Desde
su aprobación, no obstante, se han producido modificaciones trascendentales en el escenario de referencia
del Plan que aconsejan abrir un proceso de revisión que permita un nuevo impulso a una actividad que ha
reforzado en los últimos años su condición de estratégica para la economÃ-a andaluza. Es por tanto
necesario plantear un nuevo modelo que, tras un análisis previo, refuerce la participación y el consenso y
dé respuesta a los retos y necesidades futuras para un mejor y más adecuado desarrollo del sector
turÃ-stico en AndalucÃ-a en el siglo XXI. Este nuevo modelo debe contemplar un nuevo marco de
concertación de forma la planificación del turismo se realice en estrecha colaboración con las
organizaciones empresariales y sindicales dado que el turismo es una actividad fundamentalmente privada
cuyo ejercicio, sin embargo, está decisivamente influido por la orientación del conjunto de las polÃ-ticas
públicas.
El nuevo marco de concertación en materia de turismo con los agentes económicos y sociales queda
establecido en el Pacto Andaluz por el Turismo, suscrito el 23 de febrero de 1998 por la ConsejerÃ-a de
Turismo y Deporte, Confederación de Empresarios de AndalucÃ-a, UGT de AndalucÃ-a y CC.OO. de
AndalucÃ-a. Es bajo esta nueva perspectiva que debe impulsarse el diseño y elaboración de un nuevo Plan
de Desarrollo TurÃ-stico de AndalucÃ-a que deberá sentar las bases de la actividad turÃ-stica en nuestra
Comunidad Autónoma y analizar los retos y las necesidades futuras del sector turÃ-stico en AndalucÃ-a y
recogerá, entre otras, las actuaciones que ya fueron consensuadas en el Pacto por el Empleo y Desarrollo
Económico de AndalucÃ-a. Desde esa perspectiva, los objetivos y estrategias que se contemplan en este
documento constituyen las lÃ-neas generales que se desarrollarán en el próximo Plan de desarrollo
TurÃ-stico de AndalucÃ-a.
Superado el perÃ-odo de finales de los 80 y comienzos de los 90 que sirve de referencia para la elaboración
del Plan DIA, el turismo andaluz asiste en los últimos años a un cambio de tendencia, cuyo elemento más
caracterÃ-stico es la estabilidad de los mercados y los indicios de ventajas competitivas conseguidas. No
sólo se han alcanzado registros de visitantes superiores a los de cualquier otra etapa anterior, sino que,
además, AndalucÃ-a ha sido la Comunidad Autónoma que más cuota de mercado ha ganado en el
conjunto de España. A esta situación han contribuido algunos factores externos, como la estabilidad
cambiaria de la peseta, la normalización de los mercados financieros y la recuperación de las economÃ-as
europeas tras la crisis de los 90, pero sobre todo el hecho de que la respuesta de la iniciativa privada a este
cambio de tendencia ha sido más acusada que en el resto de España.
El fenómeno de la globalización de las relaciones económicas hace referencia a un hecho concreto: los
distintos mercados han adoptado en los últimos años formas de funcionamiento en las que predominan los
elementos comunes sobre los diferenciadores. Desde la perspectiva del turismo, esto se traduce en cuestiones
tan evidentes como que en la actualidad las estrategias de comercialización para destinos tan alejados en la
distancia y en sus contenidos como los litorales españoles y el sudeste asiático en los mercados europeos,
se nutren de mecanismos similares, cuando no idénticos. Por otro lado, también se manifiesta en una
creciente estandarización de los productos (sustitutivos, pero no idénticos) como consecuencia de la
homogeneización de las preferencias de los consumidores a nivel internacional.
El efecto más perceptible de esta tendencia es el aumento de la competencia y la aparición de estrategias
empresariales, y sobre todo de comercialización, dirigidas a la consolidación de un poder de mercado
basado en la diferenciación de sus productos mediante marcas de prestigio y oferta de calidad. La riqueza del
20
patrimonio turÃ-stico andaluz constituye un sólido argumento para apostar por una estrategia de futuro que
contemple la diversidad interna de AndalucÃ-a y la calidad como elemento de diferenciación para la puesta
en valor del producto turÃ-stico de AndalucÃ-a en los mercados.
AndalucÃ-a tiene que hacer frente al reto de la competencia global en el turismo produciendo con costes
reducidos para mantener y cualificar su presencia en mercados donde los precios son también reducidos.
Hay que evitar, sin embargo, que el precio sea el principal argumento de comercialización lo que exige una
estrategia de valorización y cualificación de los recursos y productos turÃ-sticos mediante la permanente
adaptación y renovación de los componentes tecnológicos de la producción, la formación de capital
humano y la modernización de los procedimientos de gestión y comercialización.
Pero junto a los parámetros de consenso y competencia que se han descrito, el conjunto de la polÃ-tica
turÃ-stica tiene que tener en cuenta que se dirige a un sector que se encuentra inmerso en un proceso de
renovación permanente, del que da testimonio la vitalidad con que determinados segmentos turÃ-sticos
(golf, puertos deportivos y deportes náuticos en general, turismo interior, turismo rural, etc.) se han
incorporado en los últimos años a la ya variada oferta con que cuenta AndalucÃ-a. Permanecen, sin
embargo, diferentes tipos de cuestiones que, a pesar de formar parte de reivindicaciones ya tradicionales en el
sector, no han encontrado hasta el momento la respuesta más adecuada por parte de la administración o que
exigen una renovación en sus planteamientos para adaptarse a las nuevas formas con que se manifiestan.
Entre ellas hay que destacar las cuatro siguientes.
En primer lugar, una más eficiente coordinación de las polÃ-ticas sectoriales que afectan a los intereses
especÃ-ficos del turismo. La creación de la ConsejerÃ-a de Turismo y Deporte responde especÃ-ficamente a
este planteamiento en un intento de elevar el rango de interlocución en la defensa de los intereses del turismo
dentro de los órganos de la administración. Un paso adelante en materia de coordinación ha sido la
creación del Consejo de Coordinación Interdepartamental en Materia de Turismo, decreto 1/1998 de 7 de
Enero, que tiene como objetivo coordinar las actuaciones del conjunto de órganos de la Administración de
la Junta de AndalucÃ-a con competencias que puedan tener incidencias en relación con el turismo.
En segundo lugar, la articulación de una polÃ-tica turÃ-stica integrada en el contexto de la planificación,
pero lo suficientemente flexible como para reconocer la versatilidad que se deriva de su condición de
actividad productiva y de su repercusión social.
En tercer lugar, la Administración Regional tiene, también, que cumplir un papel incentivador de los
procesos de comercialización que permita afrontar el reto de la competencia internacional. Sólo la
cualificación de los productos, de sus recursos humanos y la adecuada comercialización de sus productos
permitirán ganar cuotas de mercado entre los consumidores y una adaptación eficiente a las tendencias que
imponen los mercados.
Por último, la necesidad de renovar los planteamientos en relación con algunos problemas tradicionales
(por ejemplo, el intrusismo en el sector), de actualizar los instrumentos a disposición de la administración
en relación con las nuevas formas de turismo y su adaptación a las innovaciones financieras y mercantiles
que experimenta la actividad (por ejemplo, el turismo a tiempo compartido) o la clarificación de la dispersa
y, en buena medida, obsoleta normativa sobre el sector. La Ley del Turismo de AndalucÃ-a, como se recoge
en el Pacto Andaluz por el Turismo, constituirá la respuesta a esta necesidad, será abordada con la
intención de reforzar los mecanismos de tutela, coordinación y cooperación con el sector privado.
BibliografÃ-a
−GeografÃ-a Bachillerato Anaya. 2º Curso
21
−Wikipedia
−Instituto EstadÃ-stica de AndalucÃ-a
−Junta de AndalucÃ-a
−www.rincondelvago.com
22
Descargar