-X BARCELONA 14 DE JULIO DE J900 4W eXERNA PRIMAVERA

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-X
BARCELONA
14
DE JULIO
DE J900
4W
eXERNA PRIMAVERA
La h e r á l d i c a en "MAR Y T I E R R H
ti
Con las presentes líneas comenzamos en beneficio de nuestros lectores á publicar una pequeña historia del blasón, acompañada de los escudos de todos ó la mayoría de los apellidos españoles. Repasando constantemente nuestras páginas, los lectores
hallarán casi con seguridad, una vez terminadiD el trabajo, no
solo la historia de su apellido, sino fielmente dibujado el escudo
que por éste que corresponde.
Los autores que han tratado del blasón le suponen un origen
tan legendario como remoto y hasta llegan á atribuir su invención á Adán ó Noé.
Confundiendo los emblemas con las armerías, creen verle ser71
vir de distintivo á las tribus israelitas, colgando ó adornando sus
tiendas de campaña. Otros autores suponen que los primeros rudimentos del arte heráldico deben buscarse en el pueblo asirlo.
Sea de ello lo que se quiera, es lo cierto que, los distintivos personales por medio de emblemas ó dibujos son antiquísimos, y
que hoy, no obstante los vientos de democracia que soplan, no lo
echa en saco roto el que puede ostentar un título nobiliario, un
escudo de nobleza ó un blasón cualquiera que por lo menos manifieste la hidalga tradición de la familia á que pertenece.
Debilidades humanas que serán eternas.
De los escudos de defensa de los guerreros se deriva el escudo
heráldico y como en lo sucesivo, al explicar los que vayamos publicando hemos de hablar de los colores de los mismos como detalle importante de ellos, conviene saber por adelantado que,
los colores empleados, son en número de siete, divididos en dos
grupos: metales y esmaltes.
Los metales son oro y plata, que en un principio fueron los amarillo y blanco respectivamente. Los esmaltes fueron designados por los heraldos con nombres especiales que se conservan como técnicos y son: Gules, (rojo).—Azur, (azul).—Sable,
(negro).—Sinople, (verde).-Púrpura, (violado).
Unos y otros se indican en grabado de los siguientes modos convencionales, pero
que es preciso tener muy en cuenta para la completa inteligencia de los escudos
que sucesivamente vayamos publicando. Plata, fondo liso; gules, por líneas verticales; azuri por líneas horizontales; sable, por líneas cruzadas; sinople, por diagonales de izquierda á derecha; púrpura, por diagonales de derecha á izquierda, y oro, como señala el grabado.
Para mayor claridad publicamos los respectivos dibujos de cada uno de estos colores. En España
es ley inviolable, lo mismo que en Francia y Alemania, el no servirse más que de esos siete colores;
pero en Inglaterra añaden tres más, que son: leonado, naranjado y sanguíneo.
Es regla absoluta en el blasón el no poder ir metal sobre metal, ni esmalte sobre esmalte. De modo,
que si el campo es de oro, las figuras serán de azur, de gules, de sinople, etc. Las figuras representan
por lo general, un hecho memorable, una promesa ó recuerdo ó son emblemas de la guerra, de la
justicia ó de las ciencias.
El telefonógraío
Se acaban de realizar, en Berlín, ciertos experimentos con el nuevo aparato llamado el telefonógraío. Como lo dice el nombre mismo, el instrumento es una combinación del fonógrafo y del
teléfono, que se ha ideado para apuntar los despachos en la ausencia de un oyente. Hasta ahora
los experimentos han resultado tener el mayor
éxito, y la invención se dice que tendrá la más
grande importancia. Por medio de la magnetofonografía, se ha visto ser posible multiplicar el
efecto del sonido y darle al mismo tiempo mayor
fuerza. De este modo será factible la enorme extensión del sistema de teléfonos actual. Hay además otra ventaja, y es que se podrán llevar á cabo
varias conversacianes simultáneamente por el
mismo alambre.
La transmisión de fuerza "Nikola Tesla"
Se acaba de publicar en América una nueva
patente del Sr. Nikola Tesla, para la transinisión
eléctrica de la fuerza por medio de las capas superiores de la atmósfera. El inventot se propone
usar globos para alzar sus conductores de despacho y de recepción y emplear presiones eléctricas
tan altas que den millones de voltas, con una frecue^cia de muchos miles por segundo. Se hará
uso de la tierra como retorno, pero no estamos
muy seguros de cómo se propone el inventor im-.
pedir los inconvenientes de este medio de retorno.
En la patente publicada describe el aparato experimental como uiio para generar fuerzas electro motoras de entre dos y cuatro millones de
voltas, y se dice que la corriente de esta clase de
máquina se puede transmitir por un tubo de cristal de 50 pies de largo con una presión barométrica de entre un tercio y un quinto de atmósfera. El
alto calculado de los globos cautivos, se dice que
será de entre cuatro y siete millas sobre el nivel
del mar, y el Sr. Tesla sigue afirmando, en términos generales, la propagación de la energía eléctrica por la conducción, por la tierra y el aire.
Las dificultades teóricas que se relacionan con
este proyecto, por no decir nada de las prácticas,
son tan tremendas, que no nos aventuraremos á
entrar en detalles hasta que veamos publicados
algunos datos sobre experimentos que en realidad
se hayan verificado.
La compañía de transmisión del Niágara
La compañía de transmisión de fuerza de las
cataratas del Niágara, está en vísperas de hacer
grandes extensiones de sus instalaciones, que entre otras cosas se aplicarán á la maquinaria. Se
dice que están encargadas once turbinas cada una
de 5.000 caballos de fuerza. El nuevo pozo de las
ruedas, tendrá 463 pies de largo y 180 de hondo.
vn euESTiéN DE eniNH
En el mundo político militar y diplomático, los del territorio. En ese impulso de opresión podrán
asuntos de China, el desarrollo que experimentan ir mezcladas intrigas y luchas dinásticas, aspiray las consecuencias que pueden acarrear, son el ciones del Príncipe Tuan, todo lo que se quiera,
tema que más preocupa y del cual parece estar pero á la luz de les actuales sucesos se ve claramente que Europa se ha equivocado al creer á
pendiente la atención europea.
Los últimas noticias recibidas, sin embargo, no China víctima de la insensibilidad que parecía ser
son tan pesimistas como las anteriores, y las gran- su característica. Creyóse que no la afectaban
des pérdidas que los chinos han sufrido han hecho pérdidas de territorio, que carecía de espíritu
que disminuya el bombardeo de las dos embaja- nacional y aún de conservación, que importaba
das que aún quedaban en Pekín. Además, se afta- poco la formal resistencia de Taung-Li Yamen á
las pretensiones de Italia á la
de, que la situación de los eurocesión de la bahía de la Unión...
peos refugiados en dichas emba¡Todo ha resultado vana ilusión
jadas no es tan desesperada como
de la civilizada Europa!
se había supuesto, creyéndose
que podrán resistir por bastante
El pueblo chino que no ha sido
tiempo todavía, pues están bien
nunca simpático, es ahora odioso.
aprovisionados de víveres y muPero como españoles no podemos
niciones.
menos de lamentar el vernos reDe todas suertes y por estos
ducidos al papel de simples esmismos detalles sin querer pene
pectadores. V si se toma en cuentrar en el secreto dejas activas
ta lo que la codicia europea prenegociaciones que se están llecipitó la cuestión de China y el
vando á cabo, con motivo de los
influjo que eso tuvo en nuestras
sucesos de China, entre varios
desgracias no se dejará de perciEstados y principalmente por Inbir el encadenamiento providenglaterra, es un hecho que las pocial de los hechos.
tencias han querido encargar al
En efecto, esas atropelladas
Japón la misión de restablecer
codicias, dice un importante peel orden en el Celeste Imperio.
riódico, sin medida y sin oportuEl gobierno ruso no se opone á la
nidad, mostradas por algunas
inmediata cooperación del Japón,
fiotencias europeas, llevaron á
á quien deja en completa libertad
nglaterra á inducir á los Estados
para que obre conforme á las cirUnidos al atentado contra nuestro
cunstancias del momento, pero
imperio colonial, para mezclarlos
no concede que sea la sola nación
en las cuestiones de Oriente y
que intervenga en China.
contar con el apoyo de los que
meses antes habíanse hallado á
Todas las naciones tienen agrapunto deiomper con ellos á cavios que vengar é intereses que
ñonazos por la cuestión de Veneproteger, como ha declarado ei
zuela.
emperador de Alemania y ninguna renunciará á cooperar activaEl movimiento en China es inmente para restablecer el orden
negablemente de carácter nacioen aquel país.
nal. La ignorancia de los incontrastables recursos con que las
Rusia se propone enviar á la
potencias cuentan, heridas en sus
China tantas tropas como envíe
sentimientos é intereses m á s
el Japón. Las demás naciones cocaros, contribuye á propagar y
operarán también, pero en menorobustecer el propósito de volver
res proporciones. Sin embargo,
á cerrar á extranjeros odiosos el
el corresponsal del Daily Telesuelo sagrado del Celeste Impegraph en San Petersburgo, dice
El almirante Seymour
rio. Aunque las gigantescas dique Rusia ha decidido obrar de
concierto con las potencias para restablecer el mensiones de éste retardan el conocimiento de las
noticias, es muy probable que antes de que los
orden en China, pero sin ir más allá.
"Pero si el asesinato del embajador ruso se con- ocho Estados comprometidos al castigo de atentafirma, esto podría radicalmente cambiar los pro- dos horribles contra el derecho de gente reúnan á
tal fin tropas bastantes, desde la Slandchuria al
pósitos del gobierno."
Según dicho corresponsal, el ministro de China mar Amarillo, se habrá hecho unánime la pasión
ha propuesto al czar que tome la China bajo su de exterminio y de venganza.
Los mismos japoneses que tan preparados se haprotección, idea que parece ha sido tomada en
cuenta por el soberano ruso, como lo prueba el llan para la lucha, han de tropezar ahora con obsgran número de fuerzas de mar y tierra que han táculos que antes únicamente señalaron los teóricos. No serán por esta vez las victorias de los
salido de Vladivostok para China.
Los más enterados del alcance que pueden tener subditos del Mikado tan fáciles ni tan rápidas como
los sucesos del Celeste Imperio, parecen hallarse las obtenidas en la campaña última anterior. El
conformes en creer que, si se conceden.al Japón odio y la cólera prestan hoy á los chinos una enerlas garantías que pide, bastará esto para que di- gía de que carecieron antes.
cha nación pueda restablecer la normalidad.
Las últimas noticias recibidas de China al ceLas fuerzas japonesas son suficientes para ello, rrar nuestra edición se refieren á haberse vuelto
y desde luego están preparadas para cualquier
eventualidad.
Apesar de todas estas noticias, no se sabe con
certeza lo que ocurre en Pekín. Sólo puede asegurarse que allí domina la barbarie más completa y
que la causa de las espantosas manifestaciones es
sólo el odio al extranjero y el deseo de arrojarle
á encargar del Gobierno la Emperatriz, nombrando
á Yung-lú, primer ministro y á que las tropas extranjeras se han apoderado del Palacio Imperial,
que se halla situado frente á la legación británica. Tanto una como otra noticia, tienen la suficiente importancia para que no dejemos de incluirlas en estas rápidas memorias.
recién nacido, cuya carne da Michelet á entender
que se comía, como también el último muerto de
la congregación, por lo cual ficticiamente se dice
que las brujas eran antropófagas. Tales horrores,
no obstante la obcecación en que la gente villana
había caído en los siglos XIII y XIV, no debieron
ser frecuentes, aunque tampoco debe suponerse
que todo ello fuera invención de jurisconsultos,
frailes y clérigos. Menester es dar
por evidente que hubo brujas y
brujos y que por aberración mental, provocada por menjurges mismisteriosos, soñaban que iban al
"aquelarre" y que asistían á la celebración de la misa negra imaginando como sucedido realmente
lo que no era más que sueño ó locura.
La brujería no cometió solamente estos delitos fantásticos, sino
brujas vulgares como las de los
otros muchos más reales como entiempos cristianos pero eran lasmevenenamientos , tercerías, robos,
secuestros y todo género de libernos. Los poetas clásicos atribuyetinajes, teniendo las autoridades
ron gran número de habilidades á
civiles y eclesiásticas que perselas brujas antiguas, diciendo que
guir á porfía á brujos y brujas
atraían la luna del cielo, hacían
como verdaderos criminales y
palidecer las estrellas, encantaban
para explicar los trámites que al
serpientes, realizaban curas maefecto debían seguirse, el fraile
ravillosas con ungüentos hechos
dominico alemán, Sprenger, pupor ellas, componían elixires de
blicó su célebre libro Martillo de
amor, remozaban á las personas y
las brujas, el cual le valió el enconvertían en animales á los homcargo de perseguir y quemar brubres. Para los poetas eran seres
jas en Alemania, que es sin dispusemidivinos. Pero esta opinión no
ta uno de los países de Europa
prevaleció, sino al contrario, se
donde más brujas se han chamusatribuyó al demonio la hechicería,
cado, pues sólo en el obispado de
lo cual fué causa de que en la Edad
Bamberg se quemaron 600 en poco
Media sobre todo, se realizasen
tiempo y 900 durante el mismo, en
horribles persecuciones c o n t r a
Wurtzburgo.
aquellos á quienes se consideraPor lo demás la brujería tenía
ba poseídos del poder maléfico ó
caracteres de epidemia,
infernal.
Quema de una bruja en el siglo XVI muchos
de furor contagioso que crecía
La brujería no era individual y
aislada, sino que formaba una verdadera secta, con la persecución y aumentaba con los castigos.
la que se consideraba como una protesta al orden Las mujeres con especialidad sufrían tremendade cosas existente y tenía sus reuniones, asam- mente las consecuencias de esta fiebre y unas debleas, ritos y ceremonias, todo lo cual constituía claraban que se convertían de noche en gatas y
el "aquelarre" palabra vascuence que significa entraban en las casas chupando la sangre de los
tirado del macho cabrio, que empezó por ser un niños pequeños; otras, que convertidas en lobos,
remedo de los antiguos ritos paganos con sus devoraban caminantes; otras, que tenían relaciohimnos á la primavera y concluyó por ser causa nes amorosas con el diablo... Y lo grave es que
¿Tía habido ó no ha habido brujas?
Hoy nadie ó casi nadie cree en ellas, como tampoco en las sílfides, gnomos, ondinas y demás seres misteriosos nacidos á la sombra de una ceguera incomprensible ó de un fanatismo delirante,
desde la antigüedad más remota, habiendo sido
las mujeres quienes siempre han creído más ea
ellas. Pero como antes del cristianismo se sabía
menos del diablo y de sus malas
artes, no siempre el oficio de bruja se tomaba á mala parte, llegándose á sublimizar é idealizar por
cima de la condición humana á las
mujeres que tuvieron este oficio,
llamándolas sibilas ó transformándolas con la fantasía en hadas, ninfas ó semidiosas.
De aquí las magas, benéficas
unas, maléficas otras.
No faltaron en la antigüedad
y únicofinde la misa negra, parodia espantosa
del santo sacrificio de la misa y en la cual, como
dice Michelet concretando las diabólicas maquinaciones de las brujas y de los brujos, la mujer
misma era altar y hostia.
Durante la misa negra, á más de la mujer cuyo
sacrificio era de amor, solía sacrificarse un niño
todo esto se creía y aun cuando se presentasen
pruebas de su falsedad, la supuesta bruja era oue»
mada, sirviendo sus cenizas de abono fructífero
para nuevo plantel de ellas.
En Francia, los jueces v tribunales seculares,
quemaron muchas más brujas que el Tribunal de
la Inquisición, el cual tribunal, en España, contríi
373
lo que tantísimo se ha dicho y propalado, casi dejaba impune la hechicería y apenas quemaba gente.
De los escritos de Moratín y Lancre, se deducen curiosas noticias respecto á usos, costumbres y
mañas de las brujas. Sus diablos familiares tomaban la forma de sapos é iban ataviados de terciopelo
verde; de una saliva que vertían por la boca cuando se los pisaba se untaban las brujas para salir volando, ya sobre un macho cabrío, ya en el palo de una escoba, ya encima del mismo sapo. El diablo
solía poner en las niñas de los ojos de quienes se hacían brujos una señalita que por lo común consistía
en un sapo también. Todo brujo ó bruja tenía además otro
sello satánico que solían descubrir los jueces pinchándolos,
pues la parte sellada se hacía insensible á toda picadura.
La manía ds creerse brujo y de querer descubrirlos,
atravesó los mares, alcanzando terrible-^ proporciones, sobre todo en el
l->iadü de Massachusetts.
La creencia en las brujas y sus fechorías, trajo como consecuencia natural la de la existencia de personas endemoniadas á quienes para colocar
en situación normal, habían
de sei exorcizadas.
Aunque se tienen generalmente por sinónimas las
palabras conjuro y exorcismo , en realidad lo
primero no es sino una
parte de las ceremonias
que en su totalidad comprende lo segundo.
En todas las naciones
politeistas no solamente
Vn exorcismo de Carlos II el hechizado
los sacerdotes, sino tambiénellos
filósofospoblado
creyeron
universo
universo
poblado
de espíritus, genios ó demonios, unos buenos y la mayoría malos, cuya obraron
sonel todos
los bienes
y
males que á los hombres acaecen y en su consecuencia llegáronla atribuirse á la cólera ó malicia de
estos malévolos genios las enfermedades más crueles. Imaginóse poder ahuyentarlos por los olores y
fumigaciones, por la música, por nombres y palabras que los espantasen y por los encantos y amuletos. Los filósofos orientales, los discípulos de Pitágoras 3'' Platón, creían también que á los demonios
eran imputables los vicios, malas inclinaciones y corrompidas costumbres de los hombres, como lo
demuestran los escritos de Celso, Plotino y otros.
Ampliadas y aún exageradas estas creencias, llegó á constituirse en España y en Alemania particularmente, una sociedad can falsa que hoy apenas si llegamos á comprender.
El último hechizado, puede asegurarse que fué Carlos II, cuya debilidad é ignorancia de su época fueron explotadas, haciendo creer á la gente y al propio rey de que todas sus dolencias provenían
de hallarse hechizado y poseído de los demonios. El Inquisidor general y el P. Froilán Díaz, confesot
del rey, se dedicaron á investigar la causa de esta singular desgracia- haciendo llegar de Cangas de
Tineo á Fray Antonio Alvarez de Arguelles, famoso como exorcista y expulsador de diablos. Estos,
obligados á hablar por los terribles exorcismos del fraile acusaron á todo el partido austríaco de ser
causante del hechizamiento.'Pero poco después, otro famoso exorcista de Alemania, el capuchino fray
Mauro de Tenda, obligó á que los espíritus malos hablasen de los Borbones cosas horribles. Con tal
motivo se entabló entre los espíritus infernales evocados por cada uno de los exorcizadores una tremenda lucha que degeneró en bochornosa comedia hasta que la reina delató al P. Froilán Díaz á la
Inquisición substituyéndole en el cargo de confesor fray Nicolás de Torres Podmota.
Por fortuna tales supersticiones han caducado y aun cuando todavía hay quien cree en echadoras
de cartas, sonámbulas, pitonisas de menor cuantía, amuletos, etc., sospechamos que lo hacen más por
singularizarse que por su fe ciega en tales paparruchas.
El «Almiraute Bontakoíf
La fragata defensa de la costa Almirante Boutakoff^ de la marina imperial rusa, que hace algunos años viene figurando en las listas de estadística, se empezará á construir este año. La diferencia que ofrece á la fragata Apraxín, es que
la coraza en la cintura del buque, estará más
arriba, y se dice que no habrá ninguna pieza de
artillería de más de ocho pulgadas. La parte de
proa será muy alta, y se dice que se asemejará en
gran parte á un Peresviet, de tamaño mayor, más
bien que al Apraxin, reducido, como se dijo. Este
último buque está, según creemos, aún en las peñas en donde encallo desgraciadamente, hace algún tiempo. El destructor de torpederos, Som,
construido por la casa de los Sres. Laird, de
Birkenhead, ha completado sus pruebas en el
Clyde. La velocidad contratada, con los pañoles
llenos y todo el equipo y provisiones á bordo, era
de 27 nudos, y el resultado en las pruebas de alta
velocidad, dió un término medio, de seis veces
la milla medida ó sea una velocidad de cerca de
28 millas náuticas; esto es, en efecto, más de un
nudo en exceso de la velocidad contratada. La
velocidad en tres horas de marcha continua, era
de 27'2 nudos, pero las condiciones bajo las cuales se llevaron á cabo estas pruebas, eran altamente contrarias, debido á estar el mar muy bravo y á haber un viento ahuracanado del Sur-Oeste, Se efectuaron después una serie de pruebas
progresivas, á velocidades diferentes, lo mismo
que otras del timoneo, de parar y arrancar á marchar, y de consumo de hulla. Todas éstas resultaron altamente satisfactorias.
ün viaje por el Amazonas
POK
ENRIQUE DE SANTOVAL
XII
(Continuación)
Lucha desesperada.- •Vuelta á poder de los indios. Nuestra sentencia de muerte.—Alamoiké se declara mi enamorada.
—Terrible sorpresa.—En brazos de la Providencia.
Si yo tuviera la poderosa fuerza descriptiva de
nuestro gran Pérez Galdós; si mi espíritu se hallase dotado de las dotes filosóficas de Montañés, novelista cuyas producciones honran la universal
república de las letras y enorgullecen á España,
podría dedicar algunas brillantes páginas á la narración de aquella escena tremebunda, inconcebible, indescriptible.
Aiin me estremezco al recordarla.
Allí, en tropel abigarrado, cien hombres se agitabar> chapoteando en las aguas del río, brillantes
sus ojos de fiera, rechinando los dientes, escudriñando ansiosos el sitio en que nosotros, los tres
amigos, pudiéramos encontrarnos, mientras que
yo había cambiado de propósitos tan luego refresqué mi cabeza con el chapuzón todo mi esfuerzo
se dirigía buscar medio de ganar la orilla.
Deseaba vi/ir á la sazón: las forzadas bocanadas de agua que de tanto en tanto veíame precisado á engullir, parecían tener la propiedad del alcohol que anonada mermando energías; que atrofia la mente, cual si el agua invadiese las celdillas
mismas del cerébalo.
Y como si esto fuera poco la vista iba enturbiándose, mis nervios aumentando la tensión se agitaban vibrando como aceradas cuerdas unas veces,
comprimiéndose en dolorosos calambres otras
Más de una vez me sentí á punto de sumergirme.
En aquellos azarosos instantes, de todo punto
irresistibles por algunos minutos olvidé lo pasado,
ni noción siquiera tenía de lo que pudiera ocurn'rme, sólo pensaba en un objetivo, sólo me proponía
un fin; salir del río; llegar á tierra... Pero ¡ay! que
esto era, por mí y ante mí, imposible de todo
punto.
La barca había zozobrado; la cercana orilla se
hallaba custodiada por gran número de indios;
otra porción de los que iban tras de mí estaban á
punto de apresarme y yo, fatigado, portodo horizonte la orilla opuesta allá lejos, muy lejos, y tras
de mí, allí, á dos brazas la muerte horrible personificada en los indios.
Sus amenazas, sus gritos feroces, herían los
tímpanos del odio de un modo tan doloroso como
si una afilada daga penetrase en la carne.
No podía más.
Las fuerzas físicas estaban á punto de caer
vencidas por el atrofiamiento moral. Sentíme perdido al no alcanzar la salvadora orilla y al advertir á mi lado á los perseguidores, resolvíme á que
las aguas me tragasen.
No tuve tiempo de realizar tal propósito.
Ocho nervudas manos como otros tantos garfios
hicieron presa en mí, sentíme hundido en el líquido elemento, zumbáronme los oídos, por los que
parecía penetrar despeñado torrente y perdí el
conocimiento.
Cuando volví del letargo estaba fuertemente
amarrado al tronco de un árbol. Cerca, en otros
dos, el indio y Noriega esperaban como yo el momento de entregar el alma á Dios.
Acababa de pronunciarse la sentencia.
íbamos á ser asaeteados.
Nuestros cuerpos destinábanse á servir de blanco á los jóvenes guerreros de la tribu. La muerte,
pues, había de ser horrorosa por lo mismo que no
podía ser instantánea, dado el propósito de los
cafres.
\ Qué cuadro !
Atardecía. Era ese momento en que la luz tenazmente combatida por las sombras de la noche,
está á punto de caer vencida para reaparecer más
esplendorosa al día siguiente.
La tribu entera hallábase ante nosotros reunida,
ansiosa de admirar la destreza de los noveles tiradores que, en número de veinte ó más, se hallaban á quince pasos de nuestras caras.
Alamoiké también estaba entre ellos junto á su
esposo el soberano.
Se la veía inquieta y hasta diría que frecuentes
estremecimientos agitaban su bien modelado
cuerpo.
Nos miraba, fijándose especialmente en mí, con
un ardor casi espantoso; luego volviéndose hacia
el rey pronunciaba algunas palabras que él escuchaba complaciente.
Por mi parte confieso que un rayo de esperanza
á todas luces infundada iluminó mi espíritu; latía
mi corazón con tal fuerza que parecía romper las
paredes de la celda opresora.
Sin reservas, sin esas reservas tan necesarias
en casos análogos, mi vista estaba fija en la de
aquella mujer, la más generosa quizá de cuantas
hasta entonces había tratado.
En la mirada que partía de mis ojos iba envuelto un mundo de súplicas y tal vez hasta de locos
ofrecimientos; en la suya, más abrasada, más anhelante cada instante, la firmeza, la promesa, la
resolución hasta el heroísmo.
Embebidos en este mudo lenguaje del alma nos
hallábamos cuando de él nos sacó la realidad más
espantosa.
A una seña del soberano oyéronse algunas voces
de mando y, seguidamente, el aprestamiento de
. los tiradores.
—Ha llegado nuestra última hora, amigo mío,—
exclamó con voz congojosa Noriega.
Le vi pálido como un cadáver y me extremecí.
Fijé los ojos en el pobre indio cuya mirada casi
desencajada estaba fija en la de Alamoiké.
De pronto el bueno del indio, dirigiéndose á mí,
dijo con acento de indefinible satisfacción:
— i Alamoiké nos salva ! Quiere que se aplace
nuestra ejecución pretestando la falta de luz para
apreciar y saborear el espectáculo.
Y sin dejar de mirar ladeando un poco la cabeza
para escuchar mejor, proseguía:
— ¡ Oh! ¡ oh! el rey no accede... Ella insiste...
Nada... suplica, insiste... le acaricia... ¡ Ah ! ¡ ah !
sí.... sí... El rey acepta el aplazamiento... Ya dá la
orden de retirarse... Nosotros nos quedamos aquí
hasta el amanecer... Nos salvaremos... nos salvaremos porque Alamoiké lo quiere...
En efecto, apenas el indio cejó en sus funciones
de intérprete retiráronse de aquel sitio los de la
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tribu, gozosos, recreándose con la idea de que en
plena luz del día podrían despacharnos con mayor lucimiento.
Alamoiké, al retirarse, nos miró desde su palanquín sonriendo.
Confieso que á pesar de ser aquella sonrisa una
mueca ridicula me pareció la de un querubín.
Desaparecieron, pues, con gran contentamiento
por nuestra parte; pero la alegría tornóse en decepción terrible al vernos rodeados por astutos
centinelas. Hago caso omiso de las horas de duda
que pasamos.
Agotadas t o d a s
las energías
sentime desfallecer; las
cuer-
—Vamos, vamos, antes de que sea tarde.
Y dirigiéndose al indio ordenó con imperio que
libertase á mis amigos diciendo el sitio en donde
nos encontrarían.
Poco después embarcamos en una barca que
nos esperaba y unidos los cinco bogamoá con toda
el alma río adentro.
Dos terceras partes de su anchura habíamos
ganado cuando nos vimos perseguidos de cerca
por otra canoa tripulada por cuatro indios.
La tempestad, que desde las primeras horas de
la noche \enía rugiendo,
estalló en aquellos momentos deshecha en rayos
y retumbantes
truenos.
Al res-
>juesfro indio desd^ el timón y Noriega
desde el fondo de la pejuefta nave...
das destrozaban'"mis'carnes... Media noche sería
cuando despertóme de la especie de somnolencia
en que me hallaba un ruido, era la adorable Alamoiké.
Acababa de llegar á mi lado acompañada de uno
de ."«US servidores.
¡Gran Dios, qué mujer aquella!
Aún me parece estarla oyendo, arrodillada á
mis pies implorando mi cariño, parte siquiera de
un afecto que pudiera mitigar el gran fuego que
la abrasaba el corazón...
Mentíle amor, pero en cambio, sentía por ella
un verdadero cariño fraternal.
Tan luego obtuvo la respuesta satisfactoria á
sus deseos, radiante de alegría, se arrojó en mis
brazos besándome en la frente. Después apode
rándose del cuchillo de su acompañante cortó por
su propia mano las ligaduras que me sujetaban y
tomando mis manos, gritóarrastrándome con precipitación;
plandor de ellos pudimos advertir que los
perseguidores dirigían slus arcos contra
nosotros, cuyas flechas pasaban silbando; las olas
comenzaron á encresparse corriendo el riesgo de
un choque tremer do entre las dos lanchas y la angustia y la zozobra empezó á invadir nuestro
ánimo. Comprendiendo que nuestra salvación
dependía de la fuga á ella recurrimos, cuando de
pronto una de las flechas enemigas atravesó el
pecho de la infeliz Alamoiké colocada junto á mí
para defenderme.
La infeliz cayó antes de que pudiéramos evitarlo
al agua en cuyo revuelto seno desapareció dando
su vida por salvar la mía...
Todos impulsados por igual sentimiento dirigímonos contra los perseguidores los que á pesar de
su fiereza cayeron vencidos y juguete del embravecido río la vacía barca que tripularan.
Habíamos triunfado de los hombres por fin.
pero en cambio nos seguían amenazando los eh
mentos.
{Se continuará, i
MflTÍJSHLENES CELEBRES
Repasando la histo- ciento veinte años, habiendo
ria, nos encontramos tenido de este matrimonio un
con que apenas si se niño. El Rey Carlos I quiso encitan personajes que tonces conocer al héroe, vense hayan heclío céle- cedor de las artimañas de la
bres por su longevi- muerte y presentado á aquel,
dad. Antes al contra- le dijo brutalmente:
rio, cuanto más céle—Vos habéis vivido mucho
bres h a n s i d o , más más
tiempo que los demás
temprano han muerto hombres
¿qué habéis hecho
los hombres, sin duda más que ellos
?
en compensación de
A lo que Parr contestó huJiaber vivido mucho
en poco tiempo. Por mildemente :
—Señor: después de cumplir
eso es curioso el descubrimiento que he- los cien años, he hecho solo
mos hecho de haber penitencia.
Juana Scrimshaw
En el siglo xv nació en Iroíd Parr
existido tres personalanda también una noble perde
Desmoud
y
Juana
jes, Oíd Parr, la condesa , lográndolo en parte, sona que logró una edad avanzadísima asimismo.
Scrimshaw que quisieron
Nos referimos á Catalina condesa de Desmoud, de
hacer la competencia al bíblico Matusalén
la ilustre familia de los Fitzgeralds de Drumana,
Pocos han podido vanagloriarse de gozar de en el condado de Waterford.
tanta popularidad en su tiempo en Inglaterra como
Esta señora, cuyo retrato publicamos, murió,
el viejo Parr {Oíd Parrf. nadie sin excluir á Enri- reinando Jacobo I á la edad de ciento cuarenta y
que VlII fué mis conocido y apreciado que aquel, un años. Durante el reinado de Eduardo IV estudel pueblo inglés. A ese pobre viejo le descubrió vo casada con Jacobo, conde de Desmoud, habienel conde de Arundell y de Jurrey, en una época do figurado con tal m-jtivo mucho en la corte, donen que giró una visita á sus magníficas posesiones de se apreciaban sus cualidades de talento y herde Shropshire. Esto ocurría en 1635.
mosura.
Tomás Parr contaba á la sazón la
Su familia fué después torpemenrespetableedaddel52años.Elconde,
te arruinada por un Intendente y la
deseoso de que en la corte pudieran
Condesa, en la mayor miseria se
apreciar tan extraordinario caso de
trasladó de Bristol á Londres cuanlongevidad y darse para con el púdo tenía ciento cuarenta y un años
blico el tono de un verdadero descupara solicitar del Gobierno una penbridor de cosas ó personas raras, sa1.
sión.
có al infeliz anciano de su tranquila
«)
El célebre Bacon sostiene que toresidencia de Winnington para trasnk
dos los dientes de esta centenaria se
ladarle á Londres lo cual verificó / \m
le renovaron á una edad ya muy
en un pequeño carricoche tirado por / Jll
avanzada.
dos caballos, en compañía de una
Se cuentan otros varios ejemplos
nieta suya, que fué á caballo sirde
grandes longevidades por los
viéndole de caballerizo al estribo
mismos tiempos y de una familia de
del carruaje. Este largo é inesperaHerefordshire que entre las doce
do y hasta cruel viaje fué fatal para
personas que la constituían sumaban
el decrépito Parr, como hubiera sic ndesa de Desmoud
mil doscientos años.
Otros dos casos de ancianidades
do fácil prever. Asediado por la pública curiosidad en la calle, por una de las cuales incomprensibles nos los ofrecen Juana Scrimshaw
el Strand, recibió el viejo una ovación inmensa, y Enrique Evans, quienes no obstante haber duse vio obligado á romper con sus habituales cos- rante la mayor parte de su existencia, respirado la
tumbres y su tranquilidad monacal y murió el 15 atmósfera mal sana de Londres, prolongaron su
de Noviembre del mismo año, siendo enterrado en vida de modo notable. La primera nació en 1584y murió en 1711; no estuvo nunca casada.
Westminster-Abbey.
Enrique Evans nació en 1642 y murió en 1771.
Thomas Patr se casó en segundas nupcias á los
^ftr^,
Epitafios
El de Franklin, compuesto por él, dice así:
"Aquí yace, entregado á los gusanos, el cadáver
de Benjamín Franklin, impresor, como las cubiertas de un libro viejo cuyas páginas han sido arrancadas y borrados sus títulos y adornos. Mas no por
pso se perderá la obra, porque volverá á darse á
luz, como él creía, en una nueva y mejor edición,
revisada y corregida por el autor."
Todo el mundo sabe que aquel grande hombre
había sido impresor en su juventud.
El de Robespierre, dice así:
"Transeúnte, no llores mi muerte; si yo viviese
tú no existirías."
Parmentier no tiene epitafio.
En torno de su tumba se cultiva constantemente
un pequeño terreno sembrado de patatas.
célebres
El homenaje no puede ser más elocuente.
En el cementerio de Barcelona hemos leído el
epitafio que copiamos á continuación. Está escrito
en verso catalán y lo traducimos para solaz de
nuestros lectores:
"Me llamé José Verneda. Sin dolencias ni males
de ninguna especie, viví robusto y alegre por espacio de sesenta y nueve años. Cierto día caí enfermo y fué á visitarme un médico, cuyo nombre
no quiero citar. Me recetó un vomitivo, le dije que
no quería tomailo, me replicó que me curaría lo
tomé al fin, y dejé de existir al día siguiente."
Ahí vá uno del género cómico;
"Aquí yace el Sr. R..., muerto á la edad de 84
años. Desde el día de su fallecimiento, el cielcr
cuenta con un ángel más."
El general
Tom Scrice en la
corte de Inglaterra
En 1842, hallándome en
Bridgport, mi hermano
Silo me trajo un diminuto
muchacho de cinco años
que á lo más pesaba quince libras y no medía dos
pies de alto.
Tenía los ojos azules y muy vivos, las mejillas
sonrosadas, el cabello rubio y fino, los gestos graciosos; era en una palabra perfecto como un Apolo en miniatura.
Al preguntarle cómo se llamaba, me dijo que
Charlie, y también me dijo con una voz muy agradable y musical, que su padre era guarnicionero
en el mismo Bridgeport.
Fui al padre y le ofrecí tres duros por semana
si me dejaba su hijo durante un mes. El padre
aceptó y me llevé conmigo aquel diminuto muchacho.
Cuando el padre y la madre de Charlie fueron
al cabo de unos meses á Nueva York, donde yo
me encontraba, les costó gran trabajo reconocer
á su hijo en el general Tom Scrice, enano inglés
y de once años de edad.
El pequeño Charlie, en aquel corto espacio de
tiempo, se había transformado completamente.
Dotado de una percepción maravillosa, hizo notables adelantos en todo lo que le enseñé.
Al poco tiempo pude presentarlo al público con
el título del general enano Scrice, cuyos precoces conocimientos quitaban la poca duda que podía quedar respecto á su poca edad.
Como había ganado mucho dinero con mi Mus,eo americano j aún estaba en plena prosperidad,
decidí poner agentes que cuidasen de él y yo me
vine con mi enano á probar fortuna á la vieja Europa, En efecto, me sentía con bastantes fuerzas
para extender el círculo de mis operaciones, de
mi renombre y de mis beneficios, más allá de las
fronteras de mi país natal.
El 8 de Enero de 1844 tomé pasaje junto con el
padre y madre de Charlie y con éste para Europa.
También nos acompañaba el naturalista francés
GuiÜauden, que á la sazón era profesor de mi general. A los diecinueve días desembarcamos en
Liverpool; la misipa tarde que desembarcamos
enseñé el general á una simpática muchacha que
me profetizó el éxito en estos términos:
"Es muy curioso, verá usted
cuánta gente vendrá á verlo;
muy bien puede usted hacer pagar dos peniques (2ü céntimos)
por cada entrada.
—¿Dos peniques? repetí yo atónito.
—Sí, sí, me contestó, y como para explicarse
mejor, dijo: Mire usted, aquí en Inglaterra, cuando exhiben algún fenómeno por el estilo de éste,
acostumbran a cobrar un penique por entra ja;
asi es, que muy bien puede usted cobrar doble
cantidad.
m¡d^o"donar.'' ^"'^"^^^' ^^^1^™^' P^^ «^enos de
Al otro día un sujeto vino preguntando por mí,
en estos términos:
-Buenos días. ¿Es verdad que tiene usted un
enano para exhibir?
—Sí, le contesté.
- P u e s bien, yo tengo un circo en estas inmediaciones, y si usted quiere exhibirlo le daré siete
dollars por semana. Yo probaré la primera semana y si va bien podremos hacer el negocio juntos
durante algún tiempo.
El debut que me proponían no era tentador en
manera alguna... pero no abandoné por eso la idea
que bullía en mi cerebro y que enseguida puse en
práctico..
Fui á Londres y alquilé en el centro del West
, ^'-? ,u "^"^ aristocrático, un soberbio hotel que
lord Talbot acababa de abandonar.
En la quinta inmediata habitaba lord Brougham.
En hn, allí esperé las visitas de mis nobles vecinos á quienes había invitado previamente, así
comoá los principales periodistas y artistas de
Londres. La gente afluía de un modo extraordinario, iodo el que tenía invitación se apresuraba
• ^'AAA^^
^^° ^"^^^ P°^ la curiosidad. Una
inhnidad de personas que no habían recibido invitación mía, se aventuraron á acudir, pero quedaron chasqueadas, pues para éstas el general no
estaba visible.
Esta consigna, llevada escrupulosamente á la
practica, era dictada por nuestra dignidad de
gentlemeri americanos, así como por nuestro interés particular.
. Sin embargo había encargado al criado que los
recibía, que tomase nota de sus domicilios y al
cabo de dos ó tres días les enviaba una elegante
invitación. Este acto de cortesía les dejaba encantfsfeclfos ^"^^" visitarnos enseguida más que saAl tercer día de nuestra llegada á Londres comimos en casa de M. Ed. Ercrett, ministro de los
Estados Unidos.
378
Quedó prendado de su microscópico conciuda- debíamos hacer y que podríamos llamar él "medano y nos prometió todo su apoyo para el feliz canismo de la retirada" que consistía en presentar
la cara á Sus Majestades é ir saludando y dando
éxito de nuestra empresa. ^
Nuestro proyecto no era otro que ser presenta- pasos hacia atrás. Pero Tom Scrice pasaba grandes trabajos, pues era aquel un ejercicio muy pedos á la reina Victoria.
El célebre escritor Charles Murray formaba sado para las delicadas piernas del general.
parte de los invitados á la comida y ofrecióme inEl lord de servicio, impuesto con la dignidad
condicionalmente sus servicios, como Á gran del cargo que ejercía, en vez de hacerle reir las
maestre del mobiliario de Su Majestad.
descompasadas piruetas del general, parecía pasLo acepté, reconocido en extremo. Y en efecto, mado, como si le pareciese imposible que alguien
cumplió lo prometido, pues al otro día un sober- se atreviese á hacer una cosa mal hecha delante
bio horse guard me trajo un pliego escrito por de Sus Majestades.
orden de la reina y en el que se invitaba al geneNo les sucedió así á éstas y demás del séquito,
ral Tom Scrice á que fuese al palacio de Buckin- pues se reían de muy buena gana al ver los apugham, acompasado de su "ayo" Mr. Phineas Bar- ros que pasaba el general.
num.
El galgo de la reina vino á complicar la situación del pobre Tom, pues empezó á dar vueltas
Al recibir tai buena nueva, no esperé más. Al
alrededor de éste, ladrando.
quilé una de las salas de espectácul'i'ro Tom Scrice creyó que no debía
los más conocida de Londres, ••l.:i
ii-obardarse delante de nadie y menos
Egyptian Hall' por una sola M •.>./';;/
de un perro; así es que empuñanel general, habiendo sido
do el pequeño bastón que complellamado por orden de Su
taba su traje de corte, le repartió
Graciosa Majestad la Reina.
t.il' - palos que pronto le libraron
Así decían los anuncios que
del impertinente animal.
hice fijar por todas partes.
Aún no habíamos saliEl Times y demás periódo de palacio cuando vino
dicos anunciaron tan gran
un mayordomo á pregunacontecimiento.
tarnos de parte de Su
En el día y hora señalaMajestad, si el perro hados nos introdujeron en la
bía asustado al general,
histórica galena de cuaá lo que contestó éste ce n
dros del célebre palacio.
seriedad verdaderamenSu Majestad la reina
te cómica:
Victoria recibió al gene—Dad gracias de parte
ral Tom Scrice, acompamía á la reina por el inñada del príncipe Alberterés que se toma por mí
to, la duquesa de Kent, el
y aseguradla que el geanciano duquede Welling
neral Tom Scrice está
ton y algunos príncipes
muy a g r a d e c i d o á sus
más.
bondades;
pero decidla
Tom Scrice hizo su enque aún no se ha dado el
trada con paso seguro.
caso que un general yanLlegado que hubo á un
ky haya tenido miedo.
metro de Su Majestad, saNo nos retiramos del
ludó con un gesto lleno de
palacio sino después de
gracia, al mismo tiemoo
haber tomado una colaque con su dulce vocecilla
ción y aceptado un rico
se expresaba en estos térpresente.
minos: "Buenastardes, seAl día siguiente hiciñora reina; buenas tarSu Majestad la reina Victoria recibió al general
mos una visita á la barodes, señoras; buenas tarnesa de Rothschild, lo
des,
caballeros.''
La gradación en el tono de los tres saludos que que me produjo una suma bastante importante
con anterioridad habíamosle enseñado al general, que me fué entregada voluntariamente por dicha
produjo muy buena impresión. Su Majestad se señora.
Por dos veces tuvo aún eLgewera/ el honor de
sonrió y lo mismo hizo toda la corte.
Enseguida la reina ofreció su real mano á Tom ser recibido en palacio. La primera vez la reina
Scrice. El general la llevó galantemente á sus la- le presentó al príncipe de Gales.
—¿Cómo estáis, príncipe? le preguntó el pequebios, y cogidos de la mano dieron una vuelta por
ño Tom, al mismo tiempo que se ponía al lado del
la galería, seguidos de toda la corte.
El general respondía á las preguntas que le heredero del trono de Inglaterra y repitió:
—Vos sois mucho más alto que yo, príncipe,
hacía la reina y se dirigió á ella sin el menor embarazo. Con una seriedad admirable dijo que los pero yo, cuando considero que soy ciudadano
cuadros eran soberbios. Después, parándose de americano, me siento tan grande como el que más
pronto y dirigiéndose á la reina, preguntó: "¿Y el en la tierra.
príncipe de Gales?" "¿Me permitirá vuestra maEstas fanfarronadas del general distraían mujestad que le vea?"
cho á la reina. Esta también presentó á Tom Scri—Otro día, contestó la reina con benevolencia; ce áTa princesa real, y &\ general, tomando un
pequeño asiento destinado para él, fué á sentarse
ahora no puede ser porque está dando lección.
Luego pidieron al general que bailase y can- á los pies de la princesa.
tase.
Por fin, la reina le hizo entrega de un precioso
En fin, al cabo de una hora que fué lo que duró recuerdo. Al recibirlo, el general se inclinó y
la entrevista, nos permitieron que nos retiráse- dijo;
mos.
¡Señora, no lo abandonaré más que con la
Para la salida de la real estancia, el lord de ser- vida!
vicio nos había explicado cuidadosamente^ lo que
(Se continuará)
e O S T ü M B R E S eHINHS
El vendedor de ratones
Hoy todo lo que se relaciona de más cerca ó más lejos con el imperio chino, reviste extraordinaria curiosidad y en este caso creemos oportuno dar á nuestros lectores noticia de algunos usos y
costumbres de aquellos amarillos personajes.
Los chinos, que ciertamente no se distinguen por su limpieza, han hecho de las ratas que tanto
abundan en todas las poblaciones del Celeste Imperio, un verdadero elemento de tráico, pues son
muchas y muy variadas las aplicaciones que
se les dá á tan menudos animalejos.
Unos los dedican á ser pacienzudamente
amaestrados, otros los buscan para utilizar
sus cuerpos y pieles en labores que, más tarde, pasan á los mercados en calidad de primores vendiéndose á precios elevados, y no
pocos ¡horror mil veces! son utilizados como
manjar apetitoso para los días de grandes y
señalados banquetes.
Ignoramos el condimento á que serán sometidos por los cocineros de por allá, pero
es seguro que, ya sea con salsa del país, ya
con cualquiera de las que en Europa nos hacen chupar los dedos de gusto, resultarán
poco apetitosos.
Claro que la costumbre y el hábito hacen
en la cuestión culinaria importante papel, y
que no sería difícil que llegara á ser, si la
moda lo propusiera, la rata con salsa tártara un plato chic en cualquier restaurant de los nuestros,
pero hasta que ese momento no llegue, seguiremos pensando que siempre será preferible, á vino de
esos animaluchos, una buena langosta ó una gallina en pepitoria.
El papel de rebuscador y vendedor de ratas y ratones en China, es pues muy lucrativo y así se
explica el que haya muchos que con ellos trafican y por consiguiente vivan de su producto.
El vendedor ambulante de tan asquerosa mercancía es un tipo muy popular, no sólo en las poblaciones pequeñas, sino hasta en el mismo Pekín, donde la civilización no ha podido penetrar más
que á medias y donde los boxers quieren á todo trance borrar la poca que tienen.
C a s t i g o á l o s borrachos
Entre las muchas malas cualidades que caracterizan á los chinos, tienen algunas que para nosotros quisiéramos y justo es reconocerlo así, en prueba de imparcialidad por lo menos.
Al César lo que es del César.
Uno de los vicios más funestos y más arraigado en Europa, es sin duda el del alcoholismo y por
tanto, el número de borrachos es, como decía el personage de Los Hugonotes hablando de los papas, no puede contarse.
En China ya es otra co'a. No es que falten por allí gentes aficionadas á echarse al coleto un buen
trago de vino ó de aguardiente, viskv ó ron: es sencillamente que la embriaguez está en absoluto
prohibida y por lo tanto castigado todo aquel que abusa del mosto ó por lo meno-i sale á la calle haciendo público alarde del lamentable estado en que le han dejado las sucesivas libaciones.
Nuestro grabado representa uno de e>tos bacas de color amarillo sufriendo las consecuencias de su debilidad.
En efecto, en cuanto las autoridades trcpiezan con un
borracho en las calles, le conducen á las prefecturas de
policía y allí, en vez del acostumbrado amoniaco, se propina una dosis de cepo, que le imposibilita para todo
movimiento, hasta que los vapores del ale. hol se disipan
ó hasta que el guardián se acuerda de que tiene allí á un
infeliz que no ha hecho para aquellas torturas, ni más ni
menos que muchos señoritos encopetados de París, Madrid ó Londres.
Como este castigo suele durar bastante tiempo, la familia del detenido es la encargada de alimentarle, no
sólo llevándole la comida, sino dándosela, como si se
tratara de un niño pequeño.
Cuando el borracho es reincidente los castigos son
mayores; pero el chino, por lo regular, se contenta con
adorar al zumo de la uva una sola vez, sobre todo si ha
tenido la mala fortuna de encontrar la penitencia áraiz 14*'*?
inmediata de haber cometido el pecado.
Sociedades secretas en @hina
Aparte de la Asociación de los boxers, de la que tanto se habla hoy día, existen en aquel país
otras muchas sociedades secretas de la misma ó parecida índole. Un escritor alemán hace constar
la existencia en el año 185 antes de nuestra Era, de la sociedad de los Gorros Amarillos, á la que
pertenecían las personas cultas, hostiles á la dinastía de Han. A principios del siglo XVIII, cinco
monjes y siete mandarines fundaron la sociedad de las Lises Blancas, con el propósito de derribar
la dinastía tártara de Tsing en favor de la antigua dinastía de los Ming, cuya Liga fué disu€lta en
1877. Al principio de este siglo apareció la Liga del Torrente Invasor.
o. HPELES
Hay mucha gente que el tal nombra le considera como un pseudónimo, porque realmente hay
quienes oyen Apeles y no saben'dónde.
Apeles Mestres, como Barzanallana, aunque valiendo
mucho mas que aquel difunto
ex-ministro, tiene varias naturalezas para el público y una
más todavía para sus íntimos,
como es la de ser el prototipo
de la bondad, modestia y cortesanía.
Las dos naturalezas que exhibe esta simpática figura del
mundo intelectual de Cataluña
son las de poeta eminente, dulcísimo, indiscutible y la de dibujante y caricaturista intencionado , gracioso, correcto
como sus modales y profundo
como su instrucción. P o r la
primera su título de Mestre en
gay saber es el menor que se
le ha podido conceder. ¿Que no
hay otro más alto en el terreno
de las letras regionales ? Pues
habría que inyentarlo. Para
las ocasiones son las inventivas y no se presentan muchos
Apeles que obliguen á tal esfuerzo de imaginación. Por la
segunda, todavía recuerdo una
rapidísima semblanza que Sinesio Delgado puso en boca
del interesado al pie de una caricatura que le publicó en Madrid Cómico y que no tenía mas defecto, (la semblanza) que el aparecer como un autobombo, siendo, conforme hemos dicho, el más ilanote y hasta humilde de los cientos de artistas que
he tratado en este picaro mundo.
Y decía la semblanza:
Me doy pisto, porque quiero
Porque soy el dibujante
más ñno, más elegante
y que gana más dinero.
Afirmación esta última que además de ser verdadera, nos llevó como de la mano, aguijoneando
nuestra curiosidad, á pedir al interesado la confesión íntima relacionada con su primera peseta.
Según vemos en su inapreciable autógrafo, no fué
una, sino que fueron siete las que pudo saborear
como premio á su primer dibujo retribuido. Desde
entonces los productos materiales de su labor artística pueden traducirse en una porción de billetes del Banco, que Dios se los aumente, como premio á su laboriosidad, ya que el talento no puede
compensarse con el metal, vil y adorable al mismo tiempo.
Al entrar en el lindo y coquetón chalet que Apeles Mestres habita en el Pasaie de Permanyer se
sienten ganas de modificar el refranero español ó
añadirle una nueva máxima que diga:
=-La casa es el hombre.
OTESTRES
En efecto: aquellas habitaciones cuajadas de objetos artísticos, colocados sin el cursi "elegante
desorden" con que quieren pasar por geniales los
que no pasan de ser sencillamente desarreglados y sucios,
revelan que su dueño sabe lo
que se trae entre manos, y que
por lo tanto conoce la historia
y valor de muebles, tapices,
porcelanas, metales, joyas, armas y demás cachivaches que
demuestran s u s aficiones y
gustos, y todos aquellos, lamidos por los gatos y perros
compañeros inseparables del
artista, agradecidos á lo mucho que los ha popularizado en
ilustraciones, semanarios, revistas y libros. Ese es Apeles:
un sportman del arte y la literatura que cobra dinero y honores por uno y otra sin solicitarlos ni pretenderlos ni ocuparse de otra cosaque en ayudar á los chiquillos de la calle
á organizar las fogatas de San
Juan y en ver el modo de perjudicar al dueño de la casa de
enfrente á la suya, pintándole
monos en un paredón que á
ello invita.
Apeles Mestres dibuja y escribe con la mayor naturalidad del mundo y como si el
hacerlo no le costara el menor esfuerzo ni la molestia menor, y es porque poco á poco, y conforme
las circunstancias lo exigen va soltando en monigotes y poesías todo el valiosísimo lastre de su
erudición y su talento. Cualquiera que vea sus dibujos ó lea sus versos, los Poemas del mar por
ejemplo, lo primero que se le ocurre es decir vanidosamente:
—Eso también lo hago yo.
i Y lo pueden hacer otros que no sea el propio
cosechero?
Ecco il problema.
Apeles es serio, profundo, filósofo, chispeante ó
s'atírico según exigen las condiciones del trabajo
que ha de realizar, siendo lo notable que maneja
todas las cuerdas del mismo brillante modo y que
pasa de uno á otro tono sin el menor esfuerzo y
sin la menor violencia. Parece que dispone de sus
nervios y de su corazón como de sus lápices y sus
pinceles. Es ün temperamento multiforme y asombra como el mismo que en La Publicidad larga
una "nota del día" que chorrea sangre, contra
cualquiera de nuestros politicastros, es quien después aparece como poeta, delicadísimo pintando
delicias de la vida del campo, las faenas de la
gente de mar, los amores de la gente moza y las
costumbres patriarcales de su tierra.
Tiene Apeles además otro culto que el de la literatura y el arte: el de la modestia hasta el ex-
381
,
^¡¿í¿-«,<.
a,
í-j.-J'a»
- ^
t^3i^-ír^
T^^j^
/f22^^j
tremo de que no obstante hallarse rodeado de todas las satisfacciones que proporciona la gloria, estoy
seguro que al ver estas líneas, redactadas por la veracidad más extricta, se quedará un rato pensando:
— Pero... i dicen todo esto por mí ?
O. Y G.
Caballé buzo
No deja de leerse en la, prensa americana el
nombre de Boh White, caballo buzo que hace correr tras sí á la muchedumbre del Nuevo Mundo,
lanzándose al mar ó á las rías desde un trampolín de nueve metros de altura y cuya agilidad singular es frenéticamente anlaudida por las masas,
al parecer con suma satisfacción del noble bruto.
La fiereza y orgullo de Bob White se explican
perfectamente si recordamos el aserto del poeta
árabe Edelmiri, al afirmar que el éalifa Merouan
poseía un caballo que resistía la entrada de sus
palafreneros en la cuadra al no ser llamados al.
tfecto. Hubo uno que faltó á tal consigna, y fué
destrozado por el caballo. Plutarco relata, por
otra parte, que Bucéfalo, una vez preparado para
su salida, sólo le complacía la conversación de
Alejandro.
Pausanias, por último, cita un caballo que se
daba cuenta cuando en sus corridas en los juegos
olímpicos había ganado el premio instituido, dirigiéndose hacia el tribunal de los jueces, deteniéndose ante ellos para reclamarlo.
Bob White, con su maravilloso salto de nueve
metros, es incontestablemente el rey de los caballos buzos, siendo su carácter dulce y por demás
afectuoso para su dueño el profesor Carrens. Es
de todo punto indudable que conquistará sitio preeminente en los históricos anales de la inteligencia caballar.
La novedad de la temporada
Aunque parecía que en la bicicleta estaba todo
tan aquilatado que no podría irse más allá, ahora
resulta que se ha dado un paso más, que por lo
práctico y por los excelentes resultados del invento ha de llamar la atención de los aficionados españoles, aceptándolo, como ha ocurrido en el extranjero, donde de sobra es conocido.
Se trata de que la rueda trasera se convierta de
motriz, en loca ó libre, según la voluntad del que
la monta. El sistema tiene parecido con el que se
usa en los motociclos, donde el ciclista, una vez
puesta en marcha la máquina, no tiene necesidad
de ir trabajando con los pedales. Este nuevo sistema, que será la gran atracción de la témpora
da, permite que en las cuestas abajo el ciclista
deje de pedalear sin quitar los pies de los pedales,
coiiservando la estabilidad y el dominio de la maquilla siempre y sin exponerse á los muchos accidentes que ha ocasionado el poner los pies en los
reposapiés colocados en la horquilla.
Con este nuevo sistema, y cuando se empiece á
bajar una cuesta bastará iniciar un pequeño contrapedal para que la rueda motriz se convierta en
libre y la máquina ruede por su propio peso y el
desnivel del terreno, teniendo este sistema la ventaja de que, si la máquina adquiriese mayor velocidad que la que se desee, bastará aumentar al
contrapedal para que éste haera funcionar un freno que trabaja sobre el eje de la rueda motriz,
tan potente, que hace p í r a r la máquina, no obstante la velocidad adquirida en una pendiente,
por pronunciada que sea.
Las más importantes fábricas de bicicletas han
adoptado este sistema, por ser de reconocida utilidad, y este año hemos de poder apreciar prácticamente las ventajas que reporta.
QkRTAS Á
MAR Y ÜERRA
Triunfos efímeros,—El idioma azul
Notas sueltds.
Como en todas partes hay desocupados y aquí
más que en ninguna otra, no ha faltado quien en
vidioso ó caritativo se ha dedicado á calcular
cuanto haya podido haber de verdad en todo ese
explendor artístico de que la actriz María Guerrero se ha revestido por aquí para deslumbrar sin
duda al público español primero y al americano
que tanto se paga de las personalidades consagradas por la capital de Francia, después.
La investigación minuciosa de esas interioridades que casi dejan de serlo desde el momento que
pertenecen á quien en, con, por y sobre el público
trabaja, ha venido á demostrar que ni es oro todo
lo que reluce, ni las primeras figuras, figuritas
del teatro españal, tienen por desgracia, la talla
necesaria para hacer por acá un succés d^estime.
Yo mismo, que estuve á ver trabajar á la actriz
madrileña sufrí rn doble desencanto. Y digo doble
porque no solo encontré á la Guerrero á quien no
conocía, muy inferior á cualquiera segunda parte
de nuestros grandes teatros, sino que además el
del Athenee donde aquella se exhibía gozaba de
la más espantosa soledad, que dijo el poeta. ¿Dónde ha logrado esa señora los tremendos éxitos de
que nos han hablado algunos críticos ? Desde luego puedo asegurar que en París no ha sido. El
mundo ya sabemostodos que es una pura comedia,
pero ¡por Dios! cjue nos dejen algún rato de seriedad y no nos quieran hacer comulgar con ruedas
de molino.
La vei dad del caso es que la compañía española
y siento ser yo el que tenga que aclarar estos
conceptos colocando debidamente los puntos sobre
las Íes, ha pasado por aquí completamente inadvertida por el público y eso que hay que tener en
cuenta el extraordinario contingente de forasteros
incluso españoles y americanos, que hay ahora en
París con motivo de la Exposición. Pues, ni por
esas. El fracaso ha sido completo, conforme hubiera haber previsto cualquiera que no tuviera la
exajerada inmodestia, que según me dice un español, vecino mío de hotel, tiene esa apreciable
y ofrecer, de haber visto que en realidad la cosa
y las personas lo merecían. Es más, ni por el lujo
y boato desplegado han podido llamar la atención
aquí, donde cualquier diveite de café concierto
gasta en perfumes durante una semana más que
el sueldo con que se pagaba toda la compañía española. Las cosas en su punto.
El triunfo de Mad. Mendoza puede compararse
al que está logrando un señor León Bollack que
acaba de inventar nada menos que una Lengua
azul, que viene á aumentar el largo catálogo de
crtifladuras ó intentonas para realizar una lengua
internacional práctica, buena, bonita y barata.
Según dice el propio cosechero, el establecimiento de una lengua universal que parece una
utopia á la vista de todos los que ignoran los considerables trabajos que ha realizado para traer á
la práctica este sueño de todos los grandes ingenios que han meditado Sobre esta cuestión primordial para la marcha del progreso humano y entre
los cuales se puede citar á Bacon, Leibnitz, Descartes, Voltaire, D'^Alembert, Diderot, Montesquieu , Condorcet, Volney, Ampére, Burnouf;
lleva M. Bollack una solución nueva, que ha de
producir una verdadera revolución en la manera
futura del mismo.
Como digo, el éxito de esta lengua en embrión
está siendo colosal, aunque no deja de haber muchos envidiosos que lo toman todo á broma y que
auguran á tan importante y trascendental acontecimiento una vida tan efímera y expuesta á los
peligros del ridículo como el célebre Vollapük y
la misma campaña teatral de la aristocrática actriz.
Éxito verdadero, en lo posible en este país donde nada choca, lo están logrando los delegados
boers recientemente llegados y en cuyo honor se
ha verificado en el Hotel de Ville una recepción
que .ha resultado brillantísima y acaso lo hubiera
estado más de haber tenido lugar hace un par de
meses en que la atención pública no se había detenido tanto en los asuntos de China que hoy preocupan sobre todos los demás de índole igual ó dis
artista.
Teniendo en cuenta lo caro que aquí resultan tinta.
Por eso también apenas si se ha hablado de los
todos los artículos, desde los de fondo de ]a prensa, hasta los de primera necesidad del tendero de concursos internacionales de esgrima inaugurados
la esquina, los desocupados de que antes hablé con uno de sable en el salón de fiestas de la Expocalculan que París debe estar agradecido á los sición y de otros festejos con que la suprema diesposos Guerrero Mendoza, por el mucho dinero rección del Gran Certamen, procura atraer al púque aquí se han dejado, á cambio del gustazo de blico de todos los países.
haber podido telegrafiar á sus paisanos, éxitos y
CHARLES BEAUMONT.
aplausos que yo hubiera sido el primero en desear
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o í s p ó s i e i é N t>n L O S éRG^Neá
EN
ua éniBEza
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A. El del órgano del amor conyugal.
B . El del orgullo.
C. El de la compresión.
D. El de la gula.
1. El órgano del amor de sexo,
2. El órgano del amor á los hijos.
3. El de la amistad.
4. El del amor patrio.
5. El de la aplicación.
6. El del combate.
7. El de la destrucción.
8. El de la guía.
9. El de la adquisividad.
10. El del síleccio.
11. El de la previsión.
12. El de la ambición.
13. El del amor propio.
14. El de la firmeza
15. El de la escrupulosidad de conciencia.
16. El de la esperanza.
17. El de lafé.
18. El de la humildad.
19. El de-la bondad.
20. El de la construcción.
21. El del idealismo.
22. El de la imitación.
23. El de la alegría.
24. El de la observación.
25. El de la foima.
26. El de la medida.
(l) Creemos que nuestros lectores verán con gusto el grabaJo que
acompaña a estas líneas, en el que están marcad >s los diferentes Oréa27. El del peso.
nos d¿ la cabeza humana, ssgún los principios frenoIóg:icos más general28. El del color.
mente admitidos en la actualidad. Las letras y los números corresponden á las diferentes casillas de la ca'oeza,
29. El del orden.
30. El de los números.
31. El de lugar.
El de la memoria.
cho, y sü32.
adversario,
M. Falgat, recibió algunos
Un duelo á latigazos
8j. El
del tiempo. bastante el rostro.
golpes que
le desfiguraron
34. el
Elsegundo
del tono.asalto la lucha fué verdadeDurante
Recientemente acaba de verificarse en las cerPorfinmonsieur Ricci, con
canías de París un duelo original y de serias con- ramente35.encarnizada.
El del lenguaje.
secuencias entre dos individuos llamados Georges todo su cuerpo cubierto de heridas, cayó des36.
El
de
las
cosas
mayado, sin duda por la casuales.
pérdida de sangre, y
Falgat y Emanuel Ricci, respectivamente.
le transportaron al hospital
Eltestigos
de la comparación.
El arma designada para este singular combate entonces37.los
de Nanterre.
fué el látigo.
Su contrincante quedó igualmente en un estado
En efecto, ambos adversarios aceptaron dicha
arma, y desnudándose de medio cuerpo arriba, se lastimoso, pero no obstante declaró que no tenía
inconveniente en que el duelo se repitiera.
colocaron á diez pasos uno del otro.
MM. Falgat y Ricci son carreteros de profesión,
A una señal convenida dio comienzo la lucha.
Apenas empezó el primer asalto pudo obser- y parece ser que motivó el lance una cuestión de
varse que M. Ricci sufrió varias heridas en el pe- faldas.
ADVEETENCIAS
Suplicamos á nuestros lectores nos dispensen si este número de MAR Y TIERRA aparece en papel de
calidad distinta á la que venimos ordinariamente empleando. Pero fuerza mayor nos obliga á ello,
pues se encuentran en huelga los operarios de la fábrica de papel que nos le suministra, razón por la
cual aquella se encuentra paralizada.
Esta deficiencia procuraremos en lo sucesivo subsanarla con creces, mejorando constantemente el
contenido de nuestro semanario al que nutriremos tanto de texto como de grabados de palpitante
interés.
Próximamente comenzaremos á publicar en MAR Y TIERRA interesantísimas narraciones conteniendo varios dramas del mar.
En el próximo número publicaremos la solución á nuestro primer Concurso de Retratos incom^
pietos.
eOM© SE F0RMHN LRS MOSeaS
Uno de los objetivos más interesantes de la historia natural, es el estudio de las metamorfosis ó de los diversos
estados sucesivos de un ser vivo.
Las manifestaciones de la vida pueden ser momentáneas ó sucesivas, es decir, que se realizan en un momento
dado ó pasan por diversas fases de evolución. A este género pertenecen las metamorfosis, de todo el mundo conocidas, del gusano de seda, de las mariposas, etc. No es la metamorfosis un cambio de forma exterior, sino que es un cambio de
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,
1
estructura de los diversos órganos, que, por consecuencia obligada, trae un cambio de costumbres, digámoslo así, y un nuevo
modo de alimentación; es más aún, puede considerarse como un
cambio esencial en la estructura y relación íntima de los tejidos.
Al presente vamos á detallar metamorfosis que son visibles á
cualquiera, aunque no sean iguales á las que experimenta el gusano de seda.
La metamorfosis de las moscas había sido notada desde tiempo inmemorial, pero sólo fué conocida en parte y mal intepretada. Se había notado que dejando al aire libre en tiempo caluroso
la cairne de un animal cualquiera, se llenaba de gusanos; de la
misma manera, habíase notado, que debajo de la piel de un animal
muerto de algunos días, se hallaban éstos en cantidad considerable, saliendo luego al exterior, atravesando la piel, gran número de moscaá.
Lo que no se había imaginado nunca, es que estos gusanos convertidos luego en moscas podían haber nacido de las mismas
moscas; se creía que eran sencillamente producidos por la putrefacción, de la misma manera que los antiguos decían de innumerables clases de animales, que eran producidos por el limo del
Nilo.
En cuanto á las moscas, saliendo de una manera tan particular de debajo de la piel de un animal muerto, no se habían ocu-.
pado de sus caracteres distintivos, y ésto sólo les habrá bastado
para crear la fábnla del pastor Arister, referente á los enjambres de abejas salidos del buey muerto hacía ocho
días. En efecto, esto tiene su explicación y es que hay moscas que provienen de estas metamorfosis y que se parecen de tal modo á las abejas, que sólo los ojos de un naturalista podría diferenciarlas.
Todo el mundo sabe que las moscas en verano buscan animales muertos y que encima de los cuales depositan
sus huevos desarrollándose con el calor. Algunas especies son vivíparas y ponen los huevos alrededor de los ojos,
en la entrada de la nariz y en las heridas de los animales muertos. Estos huevos son blancos y tienen de uno á dos
milímetros de gfrueso siendo de forma alargada.
Las larvas de moscas (fig. 2) son blancas, á lo más tienen un color sucio, debido á las materias que encierran;
son muy contráctiles, con la parte anterior muy adelgazada, engrosando poco á poco hacia atrás, donde el cuerpo
se termina por una truncadura oblicua, donde están los orificios principales de la respiración. En la extremidad
anterior, en lujar de encontrar una cabeza distinta y de forma definida, sólo hay un orificio que hace el papel de
boca y que no es más que un tubo refractil en forma de dedo de guante.
Estas larvas solo pueden respirar por las traqueas.
Cuando la larva llega al término de su desenvolvimiento y después de haber cambiado la piel dos ó tres veces,
como hacen los gusanos de seda, la larva de mosca sufre una metamorfosis cuyo estudio debe llamar la atención
de un observador serio. Se aleja de los restos de su repugnante festín y va á colocarse en cualquier rincón seco y
obscuro. Allí sii cuerpo se contrae y toma una forma oval, al mismo tiempo que la piel se le endurece y se colora
de moreno (fig, 5). Bajo esta piel que ya le ofrece suficiente protección, es donde la mosca acabará sus transformaciones. Pero, cosa extrafta; la larva, bajo su piel endurecida, parece que ha perdido toda su anterior organización para coQvertirse en un huevo mucho más voluminoso que el primitivo y de donde más tarde sale ya un insecto alado, fo.'mado lentamente en el interior de este huevo.
Al salir de este huevo tiene la forma que representa la fig. 8, teniendo las alas plegadas y muy cortas.
Es notable la diferencia de volumen del nuevo insecto con respecto á la envoltura de donde ha salido. Pronto
queda ésto explicado si damos un pequeño corte en el cuerpo del insecto, y veremos que á cada lado del abdomen
tiene una región membranosa llena de aire, (fig. 13) causa de este aumento de volumen. Estas vejigas contribuyen á hacer el cuerpo de la mosca más ligero y también refuerzan el sonido especial que hacen estos animales al
volar, pues hace de caja harmónica.
Una mosca se compone de tres partes bien distintas, á saber: primera, la cabeza en donde están situados los
ojos y la trompa; segunda, eLtorax donde se hallan los tres pares de patas y las alas, y tercera, el abdomen.
En el nacimiento de cada pata se encuentra un pequeño botón rosáceo; son las estigmas ú orificios por d< nde
respiran. Los cjos (fig. 11) merecen un poco de atención. Con el mi12
croscopio seve que se hallan divididos en miles de carash exagonales, transparentes y convexas que concentran los rayos luminosos
sobre otros tantos diminutos nervios ópticos. De modo que está
comprobado que cada faceta dá una imagen total del objeto puesto
en el campo de visión, y no como se ha creído que cada uno de estos pequeños ojos daba una imagen parcial, formando entre todos
la imagen única.
Ahora bien, icómo estas miles de imágenes dan la sensación de
un objeto único?
Esto ya es más difícil de explicar, aunque hay quien asegura,
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que de la misma manera que en nosotros dos ojos nos hacen ver
IS
una sola imagen, dos, cuatro, seis, ocho ojos, no harán ver también más que una sola imagen. Es la explicación más probable.
En la parte anterior de la cabeza se halla la trompa, (fig. 10) órgano especial, replegado en forma de codo, y por donde verifican
la succión.
Esta trompa desprende un líquido que les sirve para disolver
las substancias secas como el azúcar, etc., antes de chuparlas.
En el nacimiento de la trompa hay dos órganos más pequeños
que ésta, que son los órganos del olfato.
La fig. 14 representa la extremidad de una de las patas, cuya delicadeza hace admirar las obras maravillosas
de la naturaleza. Muchas otras cosas podríamos decir, pero la falta de espacioSnos lo impide y sólo añadiiemos
que, la descripción que hemos hecho, no solo se reflere á l^s moscas comunes, sino á otras tnuchísijnas especie?
parecidas.
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