desempeño de la función educativa de los padres y

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Vol. 20. No. 1.2003
DESEMPEÑO DE LA FUNCIÓN EDUCATIVA
DE LOS PADRES Y TRANSMISIÓN DE MODELOS
DE CRIANZA DE SUS FAMILIAS DE ORIGEN
Lie. Giselle Pacheco Rial, Facultad de Psicología, Universidad de La Habana
RESUMEN
Partiendo de la necesidad y posibilidad de llevar a cabo la labor de orientación y atención psicológica a
padres con el objetivo de convertirlos en los principales potenciadores del desarrollo psíquico de sus
hijos, abogamos por la importancia del estudio del desempeño de la función educativa de los padres
para que esta labor sea realmente efectiva.
En este sentido realizamos el análisis de algunos datos obtenidos por un grupo de investigaciones
desarrolladas en este campo que constatan la presencia de algunos factores psicosociales asociados
al desempeño de la función educativa de los padres, y sobre esta base proponemos profundizar en el
estudio del papel que juegan en este proceso los modelos educativos de crianza transmitidos por las
familias de origen de los padres así como en los procesos de interiorización, vivenciales y de
elaboración personal que tienen lugar en el plano personológico individual de estos
ABSTRACT
It is a necessity and a possibility to give psychological attention and orientation to parents, in order to
enable them to be the main promoters of their children's psychic development. Due to this fact, we
advocate that parents assume their educative function for psychological attention and orientation to be
really effective.
This paper presents the analysis of some of the results obtained by some research works on this field,
which support the existence of some psychosocial factors associated to the performance of the
educational function by parents. We propose a further study of the impact of the educative bringing-up
models of parents' original families, and the internalization, experiential, and personal elaboration
processes, which occur at parents' individual personological level.
Un desarrollo psíquico infantil óptimo es la clave,
en primera instancia, del desarrollo de las
potencialidades del ser humano en toda su
expresión y del logro de una mejor calidad de vida
para este. Los padres, en la ejecución de su papel
formador y educativo son, por excelencia, los
primeros y principales potenciadores del desarrollo
de sus hijos.
Sabemos que,' el. correlato neurofisiológico de las
funciones psíquicas superiores lo constituyen los
órganos funcionales del cerebro, sistemas de
reflejos que se forman gracias a las casi ilimitadas
potencialidades para la formación de conexiones
neuronales que tiene la corteza cerebral humana.
Sin embargo, estas potencialidades no se convierten
en realidad más que cuando la estimulación social,
consciente y dirigida, se lleva a vías de hecho a
través de una relación potenciadora de ayuda entre
el individuo y un "otro" portador de la cultura
humana. (Pacheco, 1998)
Las peculiaridades estructurales y funcionales de la
base biológica de los fenómenos psíquicos humanos,
determinan la invalidez del neonato de la especie
humana, hecho este señalado con frecuencia por
muchos
autores
(Clauss
y
Hiebsch,1966)
(Privratsky,1982) (Gould. 1981) (Leontiev,1981). Este
hecho condiciona ya la necesidad de la presencia de
6i
un "otro" que garantice su supervivencia, en primera
instancia orgánica:
"Los animales recién nacidos son muchísimo más
independientes que el hombre y son más capaces
que este de atender a su propia conservación. El
hombre perecería si no acudiera en su auxilio
durante varios años, la mano protectora de ios
padres" (Clauss y Hiebsch,1966, p.110).
Pero no sólo para la satisfacción de las
necesidades primarias y orgánicas es que el recién
nacido necesita de sus padres, luego necesitará
afecto, conocer el mundo que le rodea, manipular
los objetos e instrumentos de una realidad social,
hablar, comunicarse, cumplir normas, valerse por si
mismo
hacerse seres humanos: seres humanos
plenos e independientes, preferiblemente.
Son los padres los que esencialmente y por
excelencia asumen en primera instancia esta labor
de potenciación, socialización y educación. Los
padres son los "primeros otros" del desarrollo de sus
hijos, y esto resulta básico para el contenido de este
proceso. Esta realidad supone en primera instancia
un problema a resolver:
"Pero esta responsabilidad que adquieren los
padres desde el nacimiento de sus hijos e hijas, no
lleva implícito que su desempeño como tal signifique
éxitos, ya que asumen este papel sin una
preparación previa" {White, citado por Cohen, 1983).
Estudios realizados alrededor de la labor
educativa de los padres revelan que en gran
medida, los padres no se encuentran preparados
efectivamente para enfrentar con éxito la tarea de
enfrentar su papel educativo y formativo, ya bien por
inadecuadas o pobres concepciones acerca del
desarrollo infantil, o por el incompleto o deficiente
desempeño
de
acciones
encaminadas
a
potenciarlos en el desarrollo intelectual y afectivo.
(Andux, 1S96) (Acosta, 1998) (Tintorer, 1998)
(Cuesta y Hernández, 2000)
Esta realidad resulta preocupante si tenemos en
cuenta que "los problemas vinculados con un
desempeño defectuoso del rol de padre o madre,
representan factores de riesgo para las alteraciones
psicológicas infantiles" (Ares, 1990, p,131) y que los
errores cometidos durante el proceso educativo son
múltiples y constituyen un riesgo más y de mayor
influencia (comparado con el riesgo biológico) en el
proceso de desarrollo. (Tintorer, 1998)
Pero no se trata de convertirnos en censores de
los padres defendiendo la necesidad del óptimo
desarrollo de los niños y aludiendo solo
responsabilidades. Para una comprensión completa
y cabal del problema que nos permita intervenir
profesionalmente con efectividad debemos llevar el
análisis por otra dirección. La siguiente reflexión
personal y profesional hecha por una psicóloga nos
ayuda en este sentido:
"Ser padre, evidentemente no es tarea fácil, más,
si tomamos en cuenta que no pasamos escuela, ni
universidad, ni nos graduamos para ello. No nos
queda más remedio que transitar el camino con
muchas inseguridades, probando, casi por ensayo y
error, aquellas actitudes que nos dan resultado y las
que no, ensayando lo que nuestros propios padres
hicieron con nosotros, no haciendo aquello que en la
infancia recordamos nos hizo sufrir demasiado,
escuchando recomendaciones de otros padres y, al
final de cuentas, siempre nos queda la duda, si lo
estamos haciendo bien o mal, si estamos apretando
demasiado o se nos está yendo la mano, si lo que
hacemos redundará en el desarrollo sano y
educación de nuestros hijos, o les creará trastornos
emocionales" (Ares, s/f)
Evidentemente los padres necesitan orientación para
asumir la educación y enseñanza de sus hijos con éxito.
Y esto no es sólo necesario, sino también posible.
En este sentido, la labor del psicólogo puede
constituir una ayuda incalculable. Resulta de vital
importancia la tarea profesional de lograr, mediante
la preparación de los padres, el desempeño de una
función educativa óptima en estos en aras del
desarrollo de las potencialidades del desarrollo
psíquico de sus hijos.
La necesidad y posibilidad de que los padres
estimulen el desarrollo de sus hijos así como de que
los psicólogos orienten a los padres para que esta
función sea desempeñada con calidad, se
fundamenta, a nuestro juicio, en el principio de la
determinación social del desarrollo psíquico humano
según el cual, la piedra angular de la conformación
de estos procesos al interno del individuo, lo
constituye la participación de este en relaciones
sociales de ayuda y colaboración con "otros
significativos" que potencien su desarrollo. De
manera que, a partir del establecimiento de este tipo
de relaciones es que es posible, y además
necesario, que ios padres potencien a sus hijos y
que los psicólogos potencien a los padres para este
fin.
Las mismas leyes generales que rigen el
desarrollo psíquico infantil se encuentran presentes
en el adulto. De la misma manera que el padre
potencia el desarrollo del niño sobre la base de una
relación de ayuda sobre la base de la determinación
social del desarrollo psíquico, de la. estimulación de
su zona de desarrollo próximo a través de una
enseñanza que impulse el proceso de desarrollo, de
esta misma forma los padres pueden ser
potenciados mediante la orientación psicológica.
Los seres humanos nos caracterizamos por
poseer un largo período de aprendizaje que se
extiende hasta la vejez, sobre la base de las
peculiaridades del funcionamiento de nuestro
cerebro en particular (Pacheco, 1998). De manera
que los adultos pueden estar aprendiendo
permanentemente con una intervención social
adecuada.
Esto ha sido constatado en varias investigaciones
dirigidas al estudio de los padres en dos momentos
diferentes (antes y después de una intervención y
orientación) para medir de alguna forma la
ocurrencia
de
cambios
positivos
en
sus
concepciones y en su labor a partir de haber recibido
orientación psicológica. Resultó que todos los
padres estudiados, en mayor o menor medida, se
habían movido desde el punto de vista conceptual y
actitudinal hacia un nivel de desarrollo superior, en
dependencia del nivel anterior en el que se
encontraban antes de comenzar la labor de
orientación. (Cuesta y Hernández, 2000) (Ruiz
González, 2001) (Cordero Cabrera, 2001).
Queda claro entonces que es necesario y posible
orientar a los padres a que de alguna manera sean
"mejores padres", "mejores educadores", pero:
¿cómo podemos lograr esto de manera más
efectiva?
Esta tarea no puede desempeñarse a ciegas, o
desde las leyes generales que rigen en la
Psicología sin un trabajo investigativo especializado
que fundamente la labor de orientación.
La Ciencia Psicológica tiene todo un bagaje
teórico y metodológico dirigido a la explicación del
desarrollo psíquico infantil, del papel imprescindible
de los padres en la estimulación y conformación de
ese desarrollo pero se hace sumamente necesario
también el estudio de los factores que contribuyen y
62
constituyen un desempeño adecuado del rol de
padres. Este garantiza una intervención más
consciente y científica, más profesional y efectiva.
De esta forma la investigación garantiza la
efectividad de la intervención que está orientada en
primera instancia a la potenciación del desarrollo de
los
padres
para
que
desempeñen
más
efectivamente su papel de educadores y, en
consecuencia, puedan potenciar niveles superiores
en el desarrollo psíquico de sus hijos.
Se han realizado investigaciones donde se ha
constatado la presencia de algunos factores
psicosociales asociados al desempeño del rol
educativo de los padres; algunos de estos factores
se refieren al nivel sociocultural, la incorporación
social, las concepciones que sobre el desarrollo
psíquico infantil tienen los padres así como las
acciones que llevan a cabo encaminadas a potenciar
a sus hijos. (Andux, 1996) (Acosta, 1998) (Tintorer,
1998) (Cuesta y Hernández, 2000) (Ruiz González,
2001) (Cordero Cabrera, 2001)
En primera instancia las investigaciones que han
abordado el desempeño de la función educativa de los
padres se han dirigido a ia búsqueda de factores
psicosociales que están presentes en diferente grado
en el desempeño más o menos adecuado del rol.
Así, se ha encontrado que la concientización del
papel que como padre debe jugar en la educación
de sus hijos resulta un elemento importante que
influye en la calidad del desempeño del rol
educativo. (Tintorer, 1998)
También se ha evidenciado que
las
concepciones que estos posean sobre el desarrollo
infantil, en el sentido de la importancia de lo social
en este proceso, así como la alta escolaridad e
incorporación social de los padres, acompañan
generalmente a un buen desempeño de esta
función. (Andux, 1996).
De forma general, se ha constatado que los
principales factores asociados a éste desempeño lo
constituyen:
• El grado de planificación, sistematicidad y
voluntariedad con que se llevan a cabo estas acciones
Que los padres posean una adecuada concepción
acerca de cómo se produce el desarrollo infantil no
conduce necesariamente a la obtención de un buen
desarrollo en los hijos, es necesario, y mucho más
importante que los padres participen activamente, a
través de acciones concretas, sistemáticas y
planificadas, en ia potenciación de los mismos.
En este sentido se ha constatado que padres con
una concepción del desarrollo adecuada, no se
movilizan hacia la realización de acciones concretas
de potenciación con este fin, a través de la
estimulación y la educación (Tintorer, 1998) (Cuesta
y Hernández, 2000). De igual forma se ha
encontrado este fenómeno en
padres de alta
escolaridad e incorporación social (Andux, 1996).
Esto se pone en evidencia también desde la
propia labor práctica de orientación a padres y del
trabajo educativo con familias, y ha sido expresado
por especialistas dedicados a esta tarea:
"No basta con que los psicólogos trabajemos con
los padres en función de lo que saben en relación a
la educación de los hijos (aunque creo que esto
también es muy importante) sino también en función
de lo que sienten ante diferentes retos y escollos
de la tarea educativa, y puedo decir más. es
necesario trabajar al nivel de la gran contradicción
que se vive entre lo que, muchas veces, conocen
como correcto y adecuado y la propia incapacidad
de llevarlo a la práctica" (Ares, s/f)
Y es que para comprender el cómo del
desempeño del rol de padre hace falta un abordaje
procesal más integral y
dinámico, más
sociohistórico y personal.
En estudios de casos realizados se ha encontrado
que padres con escolaridad baja, pero que han
interiorizado
modelos anteriores de familia con
características positivas (relacionadas con la
dinámica familiar padres-hijos), logran reproducirlas
y lograr una dinámica familiar favorecedora del
desarrollo individual de sus hijos; mientras que por
el contrario, padres de escolaridad alta o media pero
con modelos negativos interiorizados (que son
reproducidos sin transformaciones ni cambios) no
logran potenciar adecuadamente el desarrollo de
sus hijos. (Andux, 1996)
En este sentido, oportunamente citamos uno de
los
resultados
obtenidos
en
las
últimas
investigaciones al respecto:
• El nivel sociocultural
• La incorporación social
• El nivel de concientización que posean acerca del
papel imprescindible que desempeñan en la
educación de sus hijos
• La concepción del desarrollo psíquico infantil que
poseen
(Pardo, 1995) (Andux, 1995) (Sotomayor y Muñoz,
1999)(Cuesta y Hernández, 2000)() (Ruiz González,
2001) (Cordero Cabrera, 2001)
Ahora bien, la presencia de estos factores no
garantiza siempre que haya un adecuado
desempeño de la función educativa.
Otros factores encontrados de no menos
importancia para la efectividad de la educación, son
imprescindibles:
"La labor educativa que llevan a cabo con sus
hijos las madres estudiadas se encuentra regida
principalmente por el modelo referencial educativo
transmitido a través de sus familias de origen, este
modelo puede ser reproducido o transformado en
dependencia del nivel de elaboración que sean
capaces de realizar, en función de sus
características personales". (Cuesta y Hernández,
2000,91)
• Las acciones de estimulación que realicen para
potenciar el desarrollo psíquico de sus hijos
63
En este estudio se encontró una estrecha relación
entre las vivencias con respecto a los métodos y
estilos educativos con los que fueron educados los
padres y los que ellos ponían en práctica en su
desempeño actual, de manera que los padres
caracterizados como mejores potenciadores del
desarrollo de sus hijos tenían generalmente
vivencias positivas en relación con la educación que
recibieron de sus familias de origen, y viceversa.
Un dato de interés lo constituye el hecho de que,
en los casos en que las vivencias negativas no
coincidían con un mal desempeño de la función
educativa, los padres habían cambiado en la
práctica el modelo anterior sobre la base de una
elaboración personal y crítica al respecto, lo que no
sucedía en el caso de los padres con semejantes
vivencias pero que no tenían una elaboración
personal y crítica de estos modelos, reproduciendo
el mismo como consecuencia en su función de
padres.
Otras investigaciones realizadas en este campo
revelan datos importantes que se encuentran en
estrecha relación con los anteriores.
Estas arrojaron que a pesar de que se produzcan
cambios en cuanto al nivel de la concepción del
desarrollo de los padres y de las acciones
estimuladoras que realizaban con sus hijos, como
consecuencia de la implementación práctica de
metodologías de intervención directos e indirectos a
los padres, persisten en estos, la utilización de
métodos y estilos educativos contraproducentes
para el desarrollo infantil que bien pueden paralizar
o detener éste, o incluso hacer involucionar el
desarrollo infantil a niveles inferiores a los ya
obtenidos. (Cordero Cabrera, 2001) (Ruiz González,
2001)
La presencia de métodos y estilos educativos
inadecuados
se
encuentra
asociada
fundamentalmente al desempeño de la función
educativa de
los padres no potenciadores del
desarrollo de sus hijos así como a cierta resistencia
al cambio de estos a pesar de la labor de
orientación,
intercambio de información y
realización de acciones prácticas que con estos se
ha llevado a cabo. (Cuesta y Hernández, 2000)
(Cordero Cabrera, 2001) (Ruiz González, 2001)
Esta resistencia al cambio, recordemos, también
aparece en
los resultados de la investigación
anterior, en los padres que tenían vivencias
negativas con relación a los modelos educativos de
crianza de su familia de origen y una escasa
elaboración personal y análisis crítico de estos
modelos que redundaba en la puesta en práctica
también de métodos y estilos educativos negativos.
Aunque la gran mayoría de los padres que fueron
estudiados cambian favorablemente en calidad de
potenciadores de sus hijos a partir de la utilización
de diversos métodos de intervención, existe un por
ciento de estos cuyo cambio es menos significativo
y más difícil de lograr, persistiendo en ellos,
independientemente de la labor de orientación, la
utilización de estos estilos y métodos educativos
inadecuados que constituyen un riesgo seguro para
el desarrollo de sus hijos (Arias y Pacheco, s/f)
Estos padres son otro motivo más que se une a la
necesidad de un abordaje integral del estudio del
desempeño y la conformación de la función
educativa parental.
Los resultados de estas investigaciones nos guían
en la búsqueda e indagación del posible camino que
las investigaciones en este sentido deben tomar.
Para que la labor de orientar a padres sea
efectiva, para poder ser congruentes con el nivel de
desarrollo en que se encuentran los padres, en un
sentido general y particular, y poder influir con éxito
en la potenciación de sus procesos psíquicos
internos; es necesario y casi imprescindible conocer
la dinámica de los mismos, desde que estos se
conforman al interno del individuo.
Para comprender todo el proceso de conformación
histórica e individual de los padres que es
responsable o que está relacionado • con el
desempeño de su rol educativo, debemos
"sumergirnos" en la propia dinámica educativa que
los conformó subjetivamente. De la misma manera
que un niño alcanza en gran medida un determinado
nivel de desarrollo psíquico en dependencia de ia
educación y estimulación que le brindaron sus
padres, los padres educan a sus hijos en
consecuencia, y en determinada medida, según las
vías a través de las cuales sus padres llevaron a
cabo su papel educativo.
Sabemos que estos procesos son mucho más
complejos que la afirmación de la que partimos, pero
en esencia y en principio puede ser así formulado el
comienzo del estudio del proceso que nos ocupa (en
el sentido procesal y dinámico con el que queremos
abordarlo) sobre la base del principio de la
determinación de lo psíquico.
El desarrollo de este postulado teórico tiene
implicaciones muy abarcaduras que permiten una
concepción mucho más integral y completa de la
conformación y desarrollo de los procesos psíquicos,
y es por eso que adentrándonos en su análisis
podremos avanzar en la comprensión del fenómeno
que nos interesa estudiar.
La posición teórica desde la que partimos para
concebir el proceso de conformación de lo psíquico,
así como los datos complementarios (aislados y
asistemáticos aún) que estas investigaciones han
revelado, nos orientan a la búsqueda de
explicaciones partiendo del principio de la
determinación social del desarrollo psíquico:
"Para nosotros decir algo sobre el proceso
interno, significa decir algo sobre lo social.
Cualquier función psíquica superior fue externa
porque fue social antes de ser interna; antes de ser
una función psíquica propiamente, en un principio
consistió en una relación social entre dos
personas" (Vigotsky, 1987, p.161)
64
De esta manera, el principio de la determinación
social del desarrollo psíquico se constituye en un
fundamento teórico y metodológico con respecto a
nuestro objeto de investigación: el proceso de
conformación del desempeño de la función
educativa de los padres.
Pero el proceso debe ser estudiado no sólo en su
devenir histórico, desde que se conforma en la
dinámica social, debe abordarse y explicarse desde
su expresión a nivel más personal y vivencial en el
individuo. Y esta debe ser otra dimensión del
análisis.
Las implicaciones de este enfoque no consisten
solamente en tener en cuenta el nivel de desarrollo
alcanzado por los padres, sus particularidades
individuales o personológicas, sus vivencias, estas
suponen también el estudio de cómo el sujeto puede
participar de su proceso que posibilite la
construcción activa por parte de este hasta llegar a
un proceso de
autodirección, el que se ha
planteado, puede producirse en un momento tardío
del desarrollo ontogenético, en que el sujeto se
constituye en un "otro de sí mismo" y promueve su
propio desarrollo. (Arias, 1999)
Con esto nos estamos refiriendo a la necesidad no
sólo de abordar los procesos de transmisión de los
modelos educativos de las familias de origen a los
padres sino además, a la inclusión en el análisis de
los procesos personales de interiorización, crítica,
elaboración y análisis personal, reproducción o
represión que pueden producirse al interno de los
padres así como de las vivencias que estos poseen
con respecto a estos procesos y a las dinámicas en
que se encontraron inmersos desde su edad
temprana. Vivencias estas que juegan un papel
esencial en la autorregulación que en el proceso de
educación de sus hijos tenga lugar, en compleja
interacción con el papel activo que los padres sean
capaces de llevar a cabo o no.
Todo lo antes planteado nos conduce a dos
conclusiones tentativas iniciales que se constituyen
en una heurística importante de futuras y necesarias
investigaciones:.
por el desarrollo de la personalidad de los padres,
que pueden trascender su educación transformando
este modelo a través del análisis crítico, el
autoconocimiento y el autodesarrollo de la
personalidad.
De manera que el marco del estudio del
desempeño de la función educativa de los padres,
debe ser, en primera instancia, el proceso de
conformación histórico de este rol, que corresponde
a la dinámica entre los padres y sus familias de
origen así como a la interiorización y vivencias que
este provocó; y en segunda instancia, el proceso
individual y activo que puede tener lugar al interno
de los padres sobre la base de esta dinámica
histórica interiorizada, a través de un proceso donde
los padres se autopotencian contribuyendo al propio
desempeño de su labor educativa.
Desde el punto de vista de la implementación
práctica que pudiera devenir de algunas de estas
consideraciones teóricas que se esbozan, pudiera
plantearse que la intervención con padres en este
sentido, para que sea factible, debe dirigirse no sólo
a que los padres asimilen conocimientos,
habilidades y actitudes con respecto a la
estimulación de sus hijos, sino que debe, partiendo
del nivel de desarrollo que en este particular poseen
los padres, propiciar que este juegue un papel más
activo en su propio proceso hasta llegar a ser un
"otro" de sí mismo. Se trata de lograr en los padres
la misma autonomía que ellos deben lograr en sus
hijos hasta lograr que ellos mismos sean capaces
desde la autoconciencia de contribuir a su
autodesarrollo.
En todo proceso con fines educativos debe
tenerse en cuenta al individuo que aprende, no sólo
para que nuestra acción sea efectiva y congruente
con el momento del proceso que tiene lugar sino
también para potenciar la participación cada vez
más activa del ser humano que queremos
desarrollar, con el fin último de convertirlo en
protagonista principal de su proceso de crecimiento
personal.
El estudio de la dinámica de la formación y
desarrollo de la función educativa de los padres no
En primer lugar, que el desempeño de la función debe obviar entonces al principio de la conformación
educativa de los padres está íntimamente y desarrollo de todos los procesos psíquicos en
relacionado con el proceso de su propio proceso de general:
estos
procesos
se
encuentran
desarrollo histórico en relación con la educación que determinados
esencialmente
por
factores
recibieron de sus padres, específicamente, con las sociohistóricos
en función de los procesos de
vivencias que tienen de este proceso.
enseñanza y educación en los que el individuo está
inmerso y puede ser potenciado por el propio sujeto,
En segundo lugar, que este proceso de
transmisión histórico y social está mediado también si éste se convierte en un "otro" de sí mismo.
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