“Lo que ocurre en nuestro presente, para bien o para mal, es imborrable en nuestro futuro” 14-17 TD72.qxp_Maquetación 1 26/10/15 14:14 Página 14 ENTREVISTA 14 14-17 TD72.qxp_Maquetación 1 26/10/15 14:14 Página 15 López Simón Se ha hecho presente sin que apenas se sepa quién es. Sólo su entorno más próximo, donde “todo sigue igual”, le conoce bien. En estas páginas hablamos con él, con Alberto, ese hombre que habita en López Simón, el diestro que en la recién terminada temporada ha sabido ganarse el respeto de los aficionados –y profesionales– a golpe de entrega y triunfos de esos que no se cuestionan. Como el Solitario, de Jaime de Foxá, parece que “anda sobrado de empuje”. Texto: Laura Tenorio Fotografías: Juan Pelegrín y Álvaro Marcos Pregunta | ¿Qué le han dado tantos mano a mano: oficio, reconocimiento... dinero, tal vez? Respuesta | Lo que he querido demostrar, cuando me llegaban esos ofrecimientos, es que soy de los que no vuelve la cara a nada ni a nadie. En ellos no he buscado más que el poder expresarme delante del toro. Es lo único que este año he pretendido. ni una buena educación ni el cariño y amor de ellos, de mis padres. Mi familia tiene un origen humilde, trabajador, y tengo que decir que siempre me he sentido orgulloso y afortunado por formar parte de ella. Suena rotundo. No, es que no soy mucho de planificar las cosas, las voy tomando según vienen. Y si me motiva la opción que me ofrecen y me genera ilusión el escenario y los compañeros que van, pues acepto. No busco nada a largo plazo, sólo necesito una motivación. ¿Por qué diría que López Simón ha sumado este año en Madrid tres Puertas Grandes? Bueno... no sé. Salí cada día con la máxima entrega. Soy de Madrid y Las Ventas es para mí una plaza más que especial. Cuando era niño soñaba con abrir una sola vez su Puerta Grande, para saber qué se siente. Gracias a Dios, el destino me tenía guardado esto de abrirla tres veces en la misma temporada. La realidad ha superado a los sueños, sin duda. Ahí queda, escrito en la Historia. Sí, lo que ocurre en nuestro presente, para bien o para mal, ya es imborrable en nuestro futuro. Lo que he sentido en esa plaza y ante esa afición nadie me lo va a poder quitar, es algo que llevaré conmigo toda la vida. No tiene antecedentes taurinos. ¿De quién es hijo? Soy hijo de Rafa y de Carmen, dos trabajadores normales y corrientes –ambos son empleados de Iberia–, que han formado una familia en la que jamás me ha faltado nada, competición de esquí. También me encantaba estar con los amigos, porque no era de los de estar mucho en casa, me gustaba estar bastante en la calle. Es del Atlético de Madrid. Sí. Es que nunca me han gustado las cosas fáciles, porque los caminos fáciles no suelen conducir a grandes metas. Creo que mi vida es eso: un poco de sufrimiento y el ir superándose día a día. Creo que la filosofía del Atleti casa un poco con esto. Y eso que mi padre siempre me decía que me hiciera del Madrid o del Barcelona, que me iba a llevar menos disgustos, pero como siempre me ha gustado llevar la contraria un poco, pues dije que no, que yo también del Atleti. No da esa imagen de rebelde. Jeje, eso es lo bueno, que no le conozcan a uno. ¿Dónde está tu seguridad?, ¿hasta dónde llegan sus miedos? Mis miedos son muy muy muy grandes. O sea, siempre he tenido mucho miedo al ridículo; si no estaba muy seguro de algo, no me atrevía a hacer lo que fuera. Pero en la profesión, al que le tengo miedo es al toro. No sé si los demás compañeros lo tendrán, pero reconozco que a mí el toro me hace pasar y sentir mucho miedo. ¿Y los públicos/aficiones? El público no me hace sentir miedo, porque por suerte no mata como hace el toro, que es el que pega las cornadas y te puede quitar la vida. Lo que sí digo es que con el público siento responsabilidad, mucha responsabilidad. ¿Cuántas cornadas tiene pegadas ya? Esta temporada he tenido tres; en mi carrera, en total, me han pegado cinco. Su hermano, ¿también ha flirteado con el toro? No, no. Él, que es cuatro años menor que yo, me sigue y tiene mucho talento para escribir, pero taurinamente no tiene expectativas. Yo, sin embargo, estudié hasta terminar el Bachiller y después decidí apostar por la profesión. Lo vi claro, sabía que era inviable iniciar una carrera en la Universidad, porque el toro te exige dedicación plena y yo, desde luego, estoy dispuesto a dársela. No fue de los niños que jugaba al toro. No, no. A mí el gusanillo me entró cumplido los 14. Hasta entonces jugaba al fútbol y durante unos años estuve en un equipo de ¿Cada una le aporta algo diferente? A mí, ni me dan ni me quitan. Sí me hacen reflexionar mucho, pero quizá en positivo, porque las horas y los días que pasas en los hospitales después de los percances son unas horas que, como hombre, tienes que aprovecharlas para conocerte más. Es lo único que quizá me aportan, al tener que pasar por unas horas de tranquilidad, de saber que no puedo hacer nada. Es cuando a mi mente la dejo descansar e intento conocerme mejor; interiormente, me refiero. Se lo tengo que preguntar: ¿Cuántos años piensa tardar en instalarse como figura del toreo? No lo sé, eso es algo que no me preocupa. Ser figura es un reconocimiento que te lo tiene que dar el aficionado, y no siempre los aficiona- 15 14-17 TD72.qxp_Maquetación 1 26/10/15 14:14 Página 16 ENTREVISTA dos se ponen de acuerdo en eso. Yo de lo que me ocupo es de perfeccionar mi toreo, de intentar cada día torear con más pureza. Si pensara en ello, me crearía tal ansiedad que no me dejaría evolucionar. Digamos que lo de ser “figura” sería una consecuencia pero no un objetivo. ¿Se ve parando los relojes, como decían hacía Curro? Puedo hablar de mi propio reloj, no de otros relojes del toreo. Lo que intento cada día es que en mi reloj las agujas giren despacio y que el ritmo de las mismas lo marque mi propio instinto y mi propia alma. Parece, como Joselito, que es de los que dice aquello de “¡en mi hambre mando yo!”. Sí, por supuesto. Aunque no en “mi hambre”, porque cuando puedes afirmar algo así es porque ya has conseguido una serie de cosas en la vida, en tu profesión. Pero lo que tengo clarísimo, y creo que en esta temporada así lo hemos demostrado tanto mi apoderado –Julián Guerra– como yo, es que no íbamos a dejar que jugaran con nuestras ilusiones, por eso exclusivamente hemos toreado en aquellas circunstancias en las que teníamos una motivación máxima. 16 ”S er figura es un reconocimiento que te tienen que dar los aficionados y estos no siempre se ponen de acuerdo” Los paseíllos de esta temporada, han sido pocos/suficientes? Creo que los que he sumado han estado en la justa medida. Nosotros teníamos claro que el paseíllo lo haría sólo en aquellas plazas en donde la ilusión me pudiera, como ya he dicho. Podían haber sido más tardes, pero no. Fueron las justas para tener la evolución necesaria y salir al ruedo con una máxima entrega. Porque hacer el paseíllo sin motivación o sólo por intereses lucrativos pienso que es prostituirse. Eso no va con mi forma de entender y vivir el toreo. En cuántos paseíllos ha salido “ganando”, y no me refiero a cortar orejas, sino a convencer de verdad. Ha habido días muy especiales, pero me los guardo para mí. No quiero referirme a ninguna tarde en concreto, porque no quiero tampoco influir en la opinión o el sentir de los aficionados. Lo digo porque puede que una faena con la que un aficionado se ha podido llegar a emocionar, resulte que a mí no me ha hecho sentir lo mismo, y por eso no quiero influir en eso. Lo que sí digo que, lógicamente, hubo un conjunto de tardes muy especiales para mí esta temporada. ¿Quién es la persona que mejor conoce a Alberto, que no a López Simón? Mi madre, sin lugar a dudas. Y mi amigo Yelco Álvarez, que es con quien más horas he pasado y es con el que más confianza tengo. ¿Su madre va a la plaza? Ahora ya va menos. Lo pasa mal. En este último año, hubo tardes en las que teniendo pensado ir, en el último momento no entraba; en Las Ventas, por ejemplo. Mi padre, sin 14-17 TD72.qxp_Maquetación 1 26/10/15 14:14 Página 17 embargo, siempre que toreo va a verme. Viaja por libre, porque él es de los que se mantiene al margen de todo, es su carácter y yo así lo prefiero también. La verdad es que lo siento muy cercano, sé que si pasa cualquier cosa estará ahí el primero. ¡Un padre que no ejerce de padre de torero! Es que a mi padre no le gusta meterse en esos temas. Él va a verme y en el tendido intenta vivir la tarde como un aficionado más; eso sí, con sus miedos. Fuera de los ruedos, ¿por qué pitón se vence? Últimamente por ninguno, porque tanto unos como otros no hacen más que pegar volteretas. Tengo mis ideales pero políticamente me mantengo al margen de cualquier partido, porque veo que ninguno los representa. El toreo es del pueblo, del rico, del pobre, del de un color y del de otro. El toro no entiende de ideas políticas ni de banderas, sólo de verdad y entrega, por eso creo que todo lo que sea separar e intentar politizarlo es un error. El toreo es algo natural, forma parte de nuestra tradición y de nuestra cultura. ¿La verdad tiene que ordenarla o le brota espontáneamente al contarla? ¿La verdad? La verdad sale, no se puede ordenar; si tienes que pensarla ya no es tal, sino que se convierte en algo premeditado. La verdad es algo espontáneo. Se habla muchas veces de la soledad del diestro, ¿es tan extrema como se dice? Puede que lo esté, pero yo no me siento solo en la cara del toro, sino que veo en él un colaborador que si me entrego y le doy lo mejor de mí, me puede llevar a la gloria... Puede que esté a solas con él, pero no me siento en soledad, no. ¿Se hacen amigos en la profesión? De los de verdad, no aduladores y palmeros. Sí, claro que se puede. No digo que sea mi caso, pero por qué no. Yo no suelo ir con una idea preconcebida por la vida, me suelo dejar llevar, y en la profesión perfectamente puede aparecer un buen amigo, como en cualquier otro ambiente. ¿Lee, va al cine, qué hace cuando no torea? La verdad que sí me gusta tanto el cine como la lectura, pero en los últimos tiempos reconozco que si bien intento cultivarme lo hago casi siempre enfocándolo al toro. Cuando tengo algún día libre, me gusta estar con los amigos, los de mi infancia, y recordar aquellos años. No necesito mucho más. ¿Sabe quiénes son los nini? Sí, sí. Hay algunos que lo son porque no quieren dar un palo al agua, pero hay muchos otros que se han visto así de manera obligada, por la situación del país, por cómo ha sido gestionada la crisis, se han visto abocados a ello. La verdad es que a mí el toreo me ha podido salvar de eso. Una joven de 18 años –síndrome de Down–, soñaba con ser modelo y acaba de debutar en la Fashion Week de Nueva York. ¿Cree que el toreo está abierto a casos así? Creo que en el toreo nadie impide a nadie ponerse delante del toro, se tenga o no una discapacidad. Lo triste es que estemos tan retrasados en eso, que cuando una persona “especial” llegue a un sitio donde sólo campan las personas “normales”, sea una noticia. Tendríamos que normalizar esos logros, que esa gente con discapacidad pudiera trabajar en cualquier cosa sin que nos resultase anormal o nos asustásemos por ello. Para terminar, díganos dos cosas: qué cambiaría de usted y qué del toreo ... No sé muy bien qué decir de mí, podría cambiar muchas cosas y también no cambiar ninguna. Porque si cambiase los defectos que tengo, como son los que me han hecho tener que forzarme y superarme día a día para llegar a donde me encuentro hoy, pues lo mismo estaría en otro sitio ahora mismo. Del toreo... pues tampoco sé, pero para eso hay un jurado popular, que es el que se rasca el bolsillo y va a las plazas y al que francamente creo que habría que escucharlo más. 17