Franz Liszt Pianista y compositor húngaro, una de las personalidades musicales más originales é interesantes del siglo XIX, nació en Raiding el 22 de Octubre de 1811 y mure en Bayreuth el 31 de Julio de 1886. Su padre, intendente del príncipe Esterhazy, era un buen músico, y de este modo pudo favorecer el desarrollo de las facultades de Liszt, que se mostraron notablemente desde su infancia. A los seis años recibió las primeras lecciones de piano, y a los nueve daba su primer concierto, llamando de tal modo la atención, que su padre decidió dar un segundo concierto en público, después del cual los magnates húngaros Appony, Szapary y Amade le concedieron una pensión de 600 florines, por espacio de seis años, para que pudiera perfeccionarse en el arte. En 1821 se trasladó a Viena con sus padres, y estudió el piano con Czerny y la harmonía con Salieri, siendo sus progresos tan extraordinarios, que dos años más tarde se trasladó a Paris a fin de continuar sus estudios en el Conservatorio; pero Cherubini se negó admitirlo, alegando su calidad de extranjero. Como había ocurrido en Viena no tardó Liszt en ser el niño mimado de la aristocracia pátriense, y al mismo tiempo que daba conciertos, continuaba sus estudios de composición con Reicha y Saër. En 1824, siempre acompañado de su padre pasó a Londres, donde renovó sus triunfos de Viena y París. A pesar de estos éxitos, sus estudios de piano continuaban bajo la severa dirección de su padre, que le obligaba a tocar diariamente doce fugas de Bach y a trasportarlas repentinamente en todos los tonos; a tales ejercicios debió sin duda Liszt su prodigiosa habilidad de lectura y ejecución a primera vista de toda clase de música, por difícil que fuese. Después de algunos meses de permanencia en Londres volvió a Paris, para pasar algo más tarde otra vez a la capital inglesa, y en 1827 hizo un viaje por Francia, durante el cual perdió a su padre. Con el objeto de poder asegurar la subsistencia de su madre, se dedicó a la enseñanza del piano. La revolución de Julio, que saludó con entusiasmo, y el sansimonismo, con el cual simpatizó durante algún tiempo, ejercieron una influencia considerable sobre el desarrollo de su individualidad. En distintas épocas de su vida manifestó deseos fervientes de recibir órdenes sagradas, pero su vocación artística triunfaba siempre de aquellos. En 1831 oyó por primera vez a Paganini, y la ejecución del celebérrimo violinista le orientó no poco en su técnica, en la que introdujo nuevos elementos. Aunque en otro sentido, Chopin, por el que sentía profunda admiración, también ejerció una notable influencia en su desarrollo artístico, y más aún Berlioz, quién, con su Episode de la vie d'un artiste, sólo había sido en él un deseo vago e intuitivo: la música de programa. En 1835 visitó Suiza, residiendo algún tiempo en Ginebra, y a su regreso a París llamó la atención de los artistas por algunas composiciones, tan llenas de dificultades, que nadie más que él podía ejecutar. De 1837 a 1839 fijó su residencia en Milán, acompañado de la condesa María d'Agoult, conocida en el mundo literario por Daniel Stern, que había abandonado a su marido para seguir a Liszt, con el que vivió hasta 1839. Después de haber visitado las principales poblaciones de Europa y de ser considerado por todos los públicos como un ser casi sobrenatural, se detuvo en Weimar y el gran duque le nombró su primer maestro de capilla. De 1844 a 1845 visitó a España y Portugal. En los tres años siguientes residió cortas temporadas en Weimar, que alternó con viajes a Francia, Holanda, Bohemia, Hungría, Rusia y Turquía, hasta que los acontecimientos de 1848 y 1849 pusieron termino a éstas excursiones y el célebre artista se posesionó definitivamente de su cargo de maestro de capilla. Ésta época marca una trasformación completa en la carrera de Liszt, que se vio rodeado de una verdadera corte de admiradores. Sus rasgos de generosidad fueron innumerables, y cuando se organizó la comisión para erigir un monumento a Beethoven en Bonn, como al terminar el plazo fijado aún faltaba bastante cantidad presupuestada, la completó de su bolsillo particular. En 1861, por consejo de la princesa Carolina de Sayn-Wittgeinstain, de quién estaba profundamente enamorado abandonó la carrera de concertista para dedicarse a la composición. Weimar se convirtió entonces en un nuevo centro de vida artística e intelectual, al que acudieron gran número de jóvenes músicos de gran talento, y en aquel período ge cuando escribió sus poemas sinfónicos, que representan del modo más exacto su individualidad creadora. En 1861 partió para Roma, y en 1865, después de haber fracasado las negociaciones para el divorcio de la princesa, recibió órdenes menores. Desde entonces residió casi siempre en Roma o en Bayreuth, al lado de Wagner y de su hija Cósima. Otra de las hijas que le dic la condesa María d'Agoult se había casado con el político francés Emilio Ollivier. La personalidad artística de Liszt es de las más complejas que hayan existido. Como pianista no se ha conocido rival, y nadie ha podido igualar aún su prodigioso mecanismo y su brillantez, que le permitían obtener del piano efectos completamente nuevos. Liszt escribió las siguientes obras: Música para orquesta, Poemas sinfónicos: Ce qu'on entend sur la montagne, Tasso, lamento e trionfo; Les Préludes, Orpheus, Promethus, Maxeppa, Jestklange, Héroide fúnebre, Hungaria, Hamlet, Die Hunnenschlacht, Die Ideale, Von der Wiege bis sum frabe, Dante, sinfonía para orquesta y voces femeninas Eline Faust simphonie, para orquesta y voces de hombres; Episoden aus Lenaus <Faust>; Künstlerfestzug, Gaudeamus igitur, para orquesta, coros y solo; Jestmarsch, Jestvorspiel, Huldgigungsmarsch, Vom Fels zum Meer, y gran número de arreglos de obras de otros autores.