LISZT LISZT La danza de la muerte Dos de las obras más difíciles de tocar de todo el repertorio pianístico serán interpretadas en este programa. Liszt compuso la Totentanz o Danza de la muerte usando como tema central la melodía medieval del llamado Dies Irae (o Día de la Ira), que formaba parte del canto gregoriano de las Misas por los Difuntos. Este tema ha sido utilizado por innumerables compositores en los pasajes musicales en que se hacía referencia a la muerte. Liszt lleva el uso de este tema a su máxima expresión, desarrollándolo todo el tiempo en diversas formas de intensidad y de carácter, hasta lograr convertir la obra en una obsesiva y macabra danza de la muerte. LISZT El Concierto para piano No. 1 es también una obra de difícil ejecución, con temas muy hermosos y momentos de gran espectacularidad, tanto por la destreza de la que tiene que hacer gala el solista como por el brillante diálogo entre el piano y la orquesta. No hay que olvidar que Liszt fue uno de los grandes innovadores de la técnica pianística y que integraba en sus obras un virtuosismo extremo, casi imposible de tocarse, que sólo él era capaz de interpretar. Con el tiempo, la propia evolución de la técnica de ejecución fue permitiendo que mayor número de pianistas pudieran resolver sus extremas dificultades, pero sólo los pianistas más virtuosos se atreven a tocarlo en los conciertos. La Sinfonía en re menor de Cesar Franck, única que compuso este gran músico belga, es una obra ejemplar que se convirtió en una verdadera sinfonía de culto. Sirvió de modelo para una nueva forma dentro del género, al reducir los cuatro movimientos usuales de una sinfonía, desarrollándola sólo en tres, pero con una estructura perfecta. Pero, además de su importancia, tanto por sus bellas melodías como por su esplendoroso movimiento final, podríamos considerarla como una de las grandes obras del repertorio sinfónico.