DIA E, invitación a una profunda reflexión

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DIA E, invitación a una profunda reflexión
Por: Mag. María Cristina Orozco Lugo
Secretaria de Asuntos Pedagógicos ADEC
Directora CEID Cundinamarca
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Parto del principio que toda la comunidad educativa de las instituciones oficiales
de nuestro departamento y el país, recuerdan que mediante el decreto 0325 del
25 de febrero de 2015, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) “establece el Día de la Excelencia
Educativa en los establecimientos educativos de preescolar, básica y media, y se dictan otras
disposiciones". Para ello se decreta la incorporación dentro del calendario académico de un (1) día
de receso estudiantil, con el objeto de realizar una jornada por la excelencia educativa denominada
"Día E”, el cual hará parte de las actividades de desarrollo Institucional. La tarea que debe cumplirse
por parte de los directivos docentes, docentes y personal administrativo es la revisión de los resultados
institucionales y definir con base en ellos, el plan de acción correspondiente para alcanzar mejoras
proyectadas por parte del Ministerio de Educación Nacional para el correspondiente año escolar. La
sesión debe ser presidida por rector y deberá contar con representación -estudiantes y padres de
familia que formen parte los órganos de Gobierno Escolar, definidos en el Decreto 1860 de 1994.
Es evidente que es otra más de las imposiciones del MEN. A los tecnócratas de la educación se les
ocurrió que la solución para mejorar los resultados institucionales era desescolarizar un día al año a
los estudiantes para revisar sólo los RESULTADOS y con base en ello proponer acciones que
permitan, otra vez, alcanzar las metas del MEN, no las de los niños, niñas y jóvenes de nuestro país;
no las que necesitan los contextos regionales donde están ubicadas cada una de las Instituciones
Educativas (IE); no las que requiere el país para salir del abismo de inequidad, iniquidad e injusticia
social que cada día agobia más a los hogares de dónde provienen los estudiantes de las IE públicas.
¿Cuándo se discutió, analizó y concertó con las comunidades educativas y sus gobiernos escolares el
“Día E”?. Suena aún más irónico el Día E, cuando desde hace unos años se acabaron las Jornadas
Pedagógicas en las IE, esos espacios de debate entre los profesionales de la educación no se realizan
porque se ven como pérdida de tiempo y afectación al derecho a la educación; ahora sólo se llenan
formatos de manera aislada y sin discusión pues a la escuela democrática que se quiere,
contrariamente, se le imponen verticalmente los día E y día E familia, los formatos, los estándares, el
índice sintético de calidad (ISCE), el mejoramiento mínimo anual (MMA), los derechos básicos de
aprendizaje (DBA) y todo ello, a cambio de simples incentivos que están lejos de ser un salario
profesional o por lo menos ser factor salarial. Peor aún, todo ello sin invertir seriamente en plantas
físicas, dotaciones escolares, restaurantes y alimentación escolar, transporte escolar, bibliotecas,
formación deportiva, artística y cultural, todo lo que de verdad se requiere para hacer de Colombia la
más educada en el 2.025, como lo propone el Plan de desarrollo del presidente Juan Manuel Santos.
Cabe advertir y recordar cuál fue la posición de FECODE y sus sindicatos filiales en 2.015, ante el “Día
E”?, la misma que se propone para éste 2.016: DESOBEDIENCIA CIVIL, la misma que propuso
“Thoreau” en su conferencia publicada en 1.848 Siglo XIX, es decir, “…el derecho a ejercer la
conciencia individual y colectiva ante las normas injustas o improcedentes…” Para éste caso, por qué
llenar los formatos que manda el MEN, porque más bien no hacer un diagnóstico de la realidad que
vive cada IE, de las dificultades y precariedades con las que se trabaja en muchas sedes educativas,
de la pobreza de las familias de nuestros estudiantes, de lo anticuado del material bibliográfico que
hay en las bibliotecas, de los pobres escenarios e implementos deportivos, de la falta de formación
artística, de la necesidad de recuperar los centros literarios, las jornadas pedagógicas, de implementar
y/o fortalecer los periódicos y emisoras escolares, de la necesidad de vivenciar la democracia real y
no la de papel o apariencias que tanto daño causa; de la realidad que se vive en temas como riesgos
laborales, de la necesidad del salario profesional. Pero lo más importante: de la necesidad de formar
ciudadanos y ciudadanos para la vida, la paz, la convivencia, la ciencia y las artes y no simplemente
para responder las pruebas saber, ecaes o pisa. Para eso es que debe servir el “Día E” y también el
“día E familia”.
Urge revisar los PEI conjuntamente, para ajustar el currículo a la jornada única antes de subirse al bus
de la misma, pero fundamentalmente, para revisar los contenidos que se requieren en el marco del
post-acuerdo, revisar los manuales de convivencia, los proyectos verdaderamente alternativos que
requiere el siglo XXI, los temas ambientales; esto sólo por mencionar algunos, pues cada IE tendrá
dentro de su subjetividad realidades que atender prioritariamente desde esa diversidad que a tantos
inquieta y que pretenden uniformar a cualquier precio.
El MEN puede estar seguro que la meta será alcanzada y que Colombia será el país mejor educado
en el 2.025, cuando invierta y permita llevar a cabo las iniciativas y estrategias que en cada escuela,
en cada región y cada comunidad educativa proponen desde su autonomía, sin someterlas a simples
resultados como si formar seres humanos fuera igual que la producción en serie que se realiza en las
fábricas o como se manifiesta en la película de PINK FLOYD "THE WALL", o visto desde las
tendencias actuales, como la automatización.
El 13 y 16 de abril deben ser días para la reflexión pedagógica, para que los círculos pedagógicos
se fortalezcan y desde el Proyecto Educativo Pedagógico y Alternativo PEPA, propuesto por FECODE
se analicen las características propias de cada IE, no sobre los resultados sino sobre los procesos con
base en su realidad a la luz de las corrientes y modelos pedagógicos emancipadores. Será esa
reflexión la que nos lleve a establecer metas con acciones que permitan continuar mejorando los
aprendizajes de nuestros niños, niñas y jóvenes; sino, seguiremos reproduciendo un sistema y un
modelo que solo ha generado violencia, desconfianza e injusticia social.
Finalmente, el gobierno puede seguir siendo incoherente en su discurso y en sus prácticas, pero la
escuela debe hacer uso de su autonomía y de su realidad para transformar las prácticas y por ende
los procesos que darán como consecuencia otros resultados que no serán simplemente los de las
pruebas internas o externas, a las que les quieren dar más importancia que a las necesidades de los
colombianos y colombianas. Ese es el reto.
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