Cuento Un 3 - Paraguay Educa

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El cuervo y el zorro
Autor: Esopo
Adaptación: Arcenia Medina
Wilma Venega
Gabriela Sieveking
Un día el cuervo Crispín, muy creído y contento,
estaba en la rama de un enorme árbol con un pedazo de
queso en su pico.
El zorro astuto, encantado por el olor del cremoso queso,
lo saludó diciéndole éstas bellas palabras:
-“Tenga usted buenos días, señor don cuervo”.
¡Qué hermoso luce hoy!
Yo sólo le digo lo que siento y veo. Si tus plumas son tan
negras y brillantes, de seguro serás mejor
como cantante.
Segundo grado • Unidad 3
¿O será tu canto débil y feo?
El cuervo, al oír estas palabras tan dulces, se puso muy
creído. Luego abrió sus plumas y quiso cantarle
al zorro. Abrió su pico y dejó caer el queso.
Entonces, el zorro astuto le dijo fuerte:
- “Señor cuervo, te creíste todas mis bellas palabras.
Espero tengas bien llena la panza,
pues yo me voy con tu rico queso. Ja - ja - ja”.
Y el zorro se fue moviendo su cola crespa.
Segundo grado • Unidad 3
El viento y el sol
Autor Esopo
Adaptación Alison Hawes
El viento y el sol estaban conversando. El viento
le dijo al sol:
- “Yo soy más poderoso que tú.”
- “No” – aclaró el sol. Yo soy más poderoso que tú.”
Y así siguieron discutiendo por largo rato.
Entonces el viento dijo:
-“Mira”, ¿ves a ese hombre caminando por ese
campo de claveles?
- “Si, lo veo” – respondió el sol.
- ¡Te apuesto a que yo le haré sacar el abrigo primero
que tú! – dijo el viento.
Segundo grado • Unidad 3
- ¡No! – respondió el sol. “Yo lo haré primero.”
- Eso está por verse – dijo el viento.
Entonces el viento comenzó a soplar y soplar.
El hombre sintió el viento en su espalda y
cerró su abrigo.
El viento volvió a soplar, soplar y SOPLAR …
De nuevo el hombre sintió el viento en su espalda y dijo:
- Brrr, brrr, cómo cambió el clima.
Este viento está muy fuerte.
Voy a levantar el cuello de mi abrigo.
Entonces el sol dijo que era su turno y comenzó a
Segundo grado • Unidad 3
brillar y brillar.
El cielo se puso limpio y claro.
El hombre sintió el sol en su espalda y dijo:
-¡Qué fuerte está el sol!, y se abrió el abrigo.
De nuevo el sol brilló, brilló y BRILLÓ…
De nuevo el hombre sintió el sol en su espalda.
- “El sol está muy fuerte. Me sacaré el abrigo. Este va
a ser un lindo día” dijo el hombre.
¡No ves, dijo el sol, yo soy más poderoso que tú!
El viento enojado se alejó soplando.
Segundo grado • Unidad 3
La liebre y la tortuga
Autor: Esopo
Adaptación: Arcenia Medina
Wilma Venega
Gabriela Sieveking
Una tarde los animales estaban conversando
debajo de un árbol.
La presumida liebre Clara dijo a sus amigos:
- ¡Yo soy tan rápida que nadie me puede alcanzar!
¿Quién quiere jugar a las carreras conmigo?
- “Yo no” - dijo el zorro.
- “Yo tampoco” – dijo el caballo moviendo su crin.
- “Yo sí” – dijo la tortuga.
- “No me hagas reír. Ja- ja- ja, con tu caparazón y
tus patas cortas jamás podrás ganarme” – dijo la liebre.
-“Ya verás” - dijo la tortuga Claudia.
Entonces los animales fijaron la fecha de la carrera.
Segundo grado • Unidad 3
Escribieron afiches y los clavaron en los troncos
de los árboles.
Todos los animales estaban invitados. El día de la carrera
todos los animales se sentaron a ver la partida.
La tortuga Claudia estaba esperando en la línea
de partida.
El caballo tenía un cronómetro para tomar el tiempo
de la carrera.
La liebre Clara se asomó y dijo:
- “Tortuga Claudia, comienza la carrera sin mí. Tengo que
tomar mi desayuno. Ya te alcanzaré.”
Y la tortuga comenzó la carrera.
A medio camino la liebre alcanzó a la tortuga y le dijo:
Segundo grado • Unidad 3
- “¡Qué poco has avanzado! Sigue corriendo,
yo tengo tiempo para jugar un partido con mis amigos.
Ya te alcanzaré.”
La tortuga siguió corriendo hasta la punta de un cerro.
Allí se encontró de nuevo con la liebre.
- “¡Ja, ja, ja, recién estás aquí! Sigue avanzando.
Yo daré un paseo en la bicicleta de mi amiga Clementina.”
La tortuga siguió corriendo.
La liebre se cansó tanto que decidió dormir una siesta.
Cuando despertó salió corriendo y escuchó el clamor
de los animales.
- “¡Viva, viva, viva la tortuga Claudia!”
La tortuga había ganado la carrera.
Segundo grado • Unidad 3
El pastorcito bromista
Autor: Esopo
Adaptación: Arcenia Medina
Wilma Venega
Gabriela Sieveking
Había una vez un pastorcito llamado Pablo.
Cuidaba a las ovejas y a sus crías en el campo
con otros pastores.
Un día, decidió divertirse asustando a sus amigos
cuidadores de otros rebaños y empezó a gritar:
- ¡El lobo! ¡El lobo! ¡Socorro!
¡Ayuda! Un lobo ataca a mi rebaño.
Segundo grado • Unidad 3
Al oírlo, los pastores acudieron para ayudarlo.
-¿Han creído que venía el lobo?
-¡Solo era una broma!- dijo Pablo al verlos llegar.
Ja, ja, ja se reía de su cruel broma.
- ¿Qué clase de pastor eres tú? ¡No vuelvas a hacerlo!
Al día siguiente repitió la misma broma.
Los pastores llegaron corriendo y encontraron a Pablo
en el suelo riéndose de ellos.
Hasta que un día el pastorcito escuchó crujidos
extraños.
Asustado y temblando de miedo se preguntó:
Segundo grado • Unidad 3
-¿Qué será eso?
Apareció el lobo. Pablo empezó a gritar:
-¡Socorro! ¡Socorro! ¡Viene el lobo! ¡Viene el lobo!
Los pastores creyeron que era otra broma
y no fueron a ayudarlo.
¡El lobo se comió todas las ovejas!
Pobre Pablo, se quedó sin ovejas.
Segundo grado • Unidad 3
El buey y la cigarra
Autor: Tomás de Iriarte
Adaptación: Arcenia Medina
Wilma Venega
Gabriela Sieveking
Cuando el día empezaba a clarear el Buey araba
un gran terreno con mucho esfuerzo. Entonces escuchó
a la Cigarra que cantando le dijo:
- ¡Ay, ay! ¡Qué surco tan torcido y chueco haz hecho!
- ¿Qué te va a decir tu dueño?
El Buey la mira y le responde:
- Señora mía, no me critiques. Ya sé que los surcos
no están perfectos.
A mi dueño no le importa. Él quiere surcos para hacer
crecer sabrosos choclos. Calle Ud. que es floja y cruel.
La creída Cigarra pensó un rato, y se sintió avergonzada.
El buey siguió trabajando en medio de la chacra.
Segundo grado • Unidad 3
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