Patología urinaria y embarazo - Hospital Universitario Virgen de las

Anuncio
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
Servicio de Obstetricia y Ginecología
Hospital Universitario
Virgen de las Nieves
Granada
PATOLOGÍA URINARIA Y EMBARAZO.
Mª Teresa Maroto Martín.
21/11/2013.
INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO EN LA EMBARAZADA
INTRODUCCION
Las infecciones del tracto urinario (ITU), son junto con la anemia del embarazo,
una de las complicaciones médicas más frecuentes de la gestación y su
importancia radica en que pueden repercutir tanto en la salud materna, como
en la evolución del embarazo (parto pretérmino, bajo peso al nacer, infección y
aumento de la mortalidad perinatal).
Su incidencia se estima en 5-10% de todos los embarazos. Aunque la mayor
parte de las veces se trata de bacteriurias asintomáticas (2-11%), en ocasiones
son procesos clínicos sintomáticos como cistitis (1,5%) o pielonefritis (1-2%)1.
FISIOPATOLOGÍA1,3,4:
Los cambios fisiológicos del tracto urinario se inician alrededor de la semana
20, facilitando el desarrollo de la ITU, su recurrencia, persistencia y, a menudo,
su evolución a formas sintomáticas, que no se produce en la mujer no gestante,
en la que la ITU tiene menos impacto y no suele ser persistente. La resolución
de estas modificaciones se produce lentamente después del parto, hasta
completarse tras 6-8 semanas (un tercio a la semana, un tercio al mes y el
tercio restante a los 2 meses).
Factores mecánicos
- El crecimiento uterino ocasiona, de forma progresiva, que el uréter se
elongue, se desplace lateralmente y se vuelva tortuoso. Por otra parte, a
medida que el útero aumenta su volumen también comprime la vejiga,
favoreciendo la aparición de residuo posmiccional.
- La dilatación comienza en la pelvis renal y continúa de forma progresiva
por el uréter, es menor en el tercio inferior y puede albergar hasta 200ml
de orina, lo que facilita la persistencia de la ITU. Esta dilatación suele ser
mayor en el lado derecho por la dextroposición uterina y porque la vena
ovárica derecha dilatada cruza el uréter, actuando como una brida,
mientras que la izquierda transcurre paralela al uréter. La mayor
intensidad de los efectos mecánicos sobre el lado derecho hace que 9
de cada 10 pielonefritis se localicen en ese lado.
Factores hormonales
- La progesterona disminuye el tono y la contractilidad de las fibras
musculares lisas del esfínter ureterovesical y del uréter, favoreciendo el
reflujo vesicoureteral, estancamiento de la orina y migración bacteriana
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-1-
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
ascendente. Éste se ha observado en el 3,5% de las gestantes, siendo
más frecuente al final de la gestación.
- Los estrógenos pueden inducir una hiperemia en el trígono favoreciendo
la adherencia de los gérmenes al epitelio.
Factores funcionales
- Aumento del volumen plasmático y del gasto cardiaco, que producen un
incremento del flujo plasmático renal y de la filtración glomerular de
alrededor del 40%. También aumenta la reabsorción tubular. El índice de
filtración glomerular aumenta progresivamente desde la 15 -36ª semana.
- La disminución de la capacidad de reabsorción tubular de la glucosa
causa glucosuria, que se considera fisiológica siempre y cuando la
glucemia sea normal, aunque no debe de eliminarse la posibilidad de
una diabetes.
- Disminución de la concentración de creatinina y urea en plasma
- La actividad peristáltica de la vía urinaria está disminuida en el 80-90%
de los casos por la dilatación de la misma.
Otros factores son:
Aumento de la longitud renal en 1 cm.
Cambio en la posición de la vejiga (más abdominal que pélvica).
Aumento del pH de la orina por el incremento de la excreción de
bicarbonato y la mayor concentración urinaria de azúcares, estrógenos y
aminoácidos, favoreciendo así el crecimiento bacteriano.
Menor actividad del sistema inmune. El ambiente hipertónico de la
médula renal inhibe la fagocitosis, la migración leucocitaria y la actividad
del complemento. Se ha demostrado que la producción de IL6 y la
respuesta antigénica específica para E. coli es menor en gestantes.
Factores de riesgo:
Se considera como primer factor de riesgo el antecedente de ITU previo a la
gestación. Aproximadamente el 25-38% de las mujeres con bacteriuria
asintomática durante la gestación tienen antecedentes de ITU asintomáticas.
Otros factores de riesgo son la mala condición socioeconómica (x5 la
incidencia de BA), existencia de drepanocitemia (fundamentalmente en la raza
negra, duplica la incidencia de BA); diabetes gestacional y la pregestacional;
trasplante renal, gestantes portadoras de reservorios ileales y pacientes con
lesiones medulares (vejiga neurógena).
ETIOLOGÍA1, 4
Los microorganismos que causan infecciones urinarias son los habituales de la
flora perineal normal y en general se trata de los mismos gérmenes que fuera
del embarazo. Los gérmenes aislados habitualmente son los bacilos
gramnegativos, aunque también se pueden observar grampositivos, que suelen
ser los responsables del 10-15% de las infecciones sintomáticas agudas de la
mujer joven.2
Bacilos gramnegativos: Escherichia coli (85%). Seguidos en orden de
frecuencia por Klebsiella y Proteus mirabilis (12%), Enterobacter (3%)
Serratia, Pseudomonas y Citrobacter (1-2%). Estos últimos son
responsables de un importante porcentaje de las ITU complicadas que
requieren hospitalización.
Cocos grampositivos: Streptococcus agalactiae es el más frecuente. Si
se detecta durante el embarazo se debe realizar profilaxis antibiótica
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-2-
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
durante el parto para prevenir la sepsis neonatal, independientemente
de que la infección urinaria haya sido bien tratada. Staphylococcus
saprophyticus y Enterococcus causan menos del 1% de los casos.
FORMAS CLINICAS
Desde el punto de vista clínico, puede presentarse tanto como infección
asintomática (bacteriuria asintomática), como sintomática (cistitis y/o
pielonefritis).
La vía de contaminación más corriente es la ascendente, motivo por el cual es
más frecuente la infección a nivel de la vejiga que a nivel renal.
Bacteriuria asintomática
Se define como la presencia de bacterias patógenas en la orina, a un nivel
significativo, en ausencia de síntomas clínicos1.
La frecuencia de bacteriuria asintomática (BA) varía del 2-11%, si se incluye
Ureaplasma y Gadnerella vaginalis su frecuencia llega al 25%.
La mayoría de los datos epidemiológicos referidos al embarazo muestran que
la bacteriuria durante el embarazo presenta unas cifras que no difieren
significativamente de la incidencia de dicho problema en las mujeres no
gestantes, pero sexualmente activas.
Cribado4
La BA es detectable ya en las primeras semanas del embarazo. Menos del 1%
de las gestantes con urocultivo negativo al comienzo de la gestación, adquieren
la infección durante el embarazo. El riesgo de aparición aumenta a lo largo de
la gestación, pasando del 0,8% en la 12ª semana a casi el 2% al final del
embarazo. Por este motivo, en las recomendaciones de la Sección de Medicina
Perinatal de la SEGO, se aconseja realizar un cultivo de orina en la primera
consulta prenatal (semana 12-16) y repetirlo en la semana 28 de la gestación.
Estos programas de cribado detectan un 40-70% de las gestantes que van a
desarrollar alguna complicación derivada de las bacteriurias asintomáticas.
En cuanto a la repercusión de la BA hay que tener en cuenta que el 20-40% de
portadoras no tratadas presentarán una pielonefritis gravídica, lo que significa
que el 60-70% de los casos de pielonefritis son precedidos de una bacteriuria1.
En lo que se refiere a la repercusión de la BA sobre el feto, se ha demostrado
su influencia sobre el parto prematuro, subdesarrollo fetal (bajo peso al nacer y
retraso del crecimiento), secuelas neurológicas y, en general, aumento de la
mortalidad y morbilidad perinatales.
Complicaciones de la bacteriuria sobre el embarazo2
Sobre la madre
Sobre el feto
Pielonefritis aguda
Prematuridad
< capacidad de la concentración
>
morbilidad
y
mortalidad
de la orina
perinatales
Anemia
Bajo peso al nacer
Hipertensión
Retraso del crecimiento
Infección urinaria postparto
Secuelas neurológicas
Cambios estructurales renales
El metaanálisis de Romero demuestra que las embarazadas con bacteriuria
asintomática tratada tienen la mitad de riesgo de tener un parto pretérmino
(5,3% frente a 9,0%) y dos terceras partes del riesgo de tener un recién nacido
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-3-
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
de bajo peso (7,8% frente a 13,3%) que las embarazadas que no recibieron
tratamiento5.Los programas de cribado y tratamiento han conseguido reducir la
progresión de bacteriuria asintomática a pielonefritis aguda del 3% a < 1%.
Aunque la paciente reciba tratamiento, la posibilidad de recidiva es alta (30%
de las pacientes). Este hecho hace suponer que existirá con gran frecuencia
una infección parenquimatosa sin manifestaciones clínicas y es dicha
afectación tisular la responsable de la recolonización de la orina por los
gérmenes anteriormente presentes.
Diagnóstico
Se establece mediante la realización de un urocultivo que resulte positivo. Las
normas para la recogida de la orina son4:
Debe ser cuidadosa con el objeto de evitar la contaminación de la
muestra. Lavado de genitales externos y manos con agua y jabón.
Se toma la orina de primera hora de la mañana, separando con la mano
los labios mayores, procurando que la orina salga directamente sin tocar
los genitales externos. Debe despreciarse la primera parte de la micción
y recoger el resto directamente en un recipiente estéril.
Se debe enviar cuanto antes al laboratorio o conservar en nevera a 4 ºC
(máximo 24 horas).
En el cultivo de orina debe existir una bacteriuria significativa, >100.000
unidades formadoras de colonias (UFC)/ml de un único uropatógeno, en orina
recogida por micción espontánea, o >1.000 UFC/ml si se recoge la orina por
sondaje vesical o cualquier cantidad si la muestra es obtenida por punción
suprapúbica.1,4
En caso de recuentos entre 10.000 y 100.000 UFC/ml o cultivos con varios
microorganismos se procederá a repetir el cultivo extremando las medidas en
la toma y envío de la muestra al laboratorio.
La presencia de más de una especie de bacterias, o de bacterias que
normalmente no causan bacteriuria asintomática indica contaminación de la
muestra.
En un estudio realizado sobre el valor de la procalcitonina en el diagnóstico de
bacteriuria asintomática en gestantes reveló que los niveles de procalcitonina
en suero son significativamente mayores en las mujeres embarazadas con BA
que el grupo control y que la BA recurrente y el riesgo de infección de las vías
urinarias es más frecuente en las mujeres embarazadas con niveles de
procalcitonina positivos en el momento del primer diagnóstico de BA. Así
mismo, niveles elevados de procalcitonina puede ser un factor de riesgo de
complicaciones posteriores. Estos resultados apoyan que los niveles séricos de
procalcitonina es un marcador fiable, ya sea para diagnóstico o exclusión de la
infección del tracto urinario en las mujeres embarazadas.5
Cistitis aguda en el embarazo y síndrome uretral1,4
Definición:
La cistitis en el embarazo se considera una ITU primaria pues no se desarrolla
a partir de una bacteriuria asintomática previa. Se define como una ITU que
afecta a la pared vesical, que cursa con síndrome miccional sin alteración del
estado general.
Epidemiología:
La incidencia de cistitis aguda es del 1,5% durante la gestación, siendo más
baja que la de bacteriuria asintomática, manteniéndose invariable a pesar del
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-4-
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
cribado y tratamiento, ya que no tiene su origen en aquella. En casi el 90% de
los casos, la infección queda localizada en la vejiga, sin que exista bacteriuria
renal. Por esta razón, no es habitual que la cistitis aguda progrese a
pielonefritis. Su tasa de recurrencias del 15-17%, razón por la que algunos
autores recomiendan un seguimiento similar al propuesto para la bacteriuria
asintomática.5
Los casos de cistitis aguda se presentan de modo predominante en el 2º
trimestre de gestación, mientras que en la mayoría de los casos de pielonefritis
aguda aparecen en el 1-3º trimestre, y que casi todos los casos de bacteriuria
asintomática se encuentran el 1º trimestre de la gestación1.
Desde un punto de vista microbiológico los gérmenes implicados son los
mismos que los de las bacteriurias asintomáticas. En el 95 % de los casos la
infección es monomicrobiana. La vía de infección más común suele ser
ascendente debido a que la menor longitud de la uretra femenina facilita el
ascenso de las bacterias hacia la vejiga.
Clínica:
El cuadro clínico presenta clínica miccional de aparición repentina: disuria,
polaquiuria, tenesmo vesical, dolor retro o suprapúbico y en la uretra durante o
después de la micción. La orina suele ser de aspecto turbio (presencia de
leucocitos) y con poso purulento (leucocitos en gran cantidad o piuria). En las
fases agudas puede presentar hematuria macroscópica. La hematuria
microscópica aparece hasta en el 60% de las cistitis.2
Diagnóstico:
El diagnóstico se basa en la clínica descrita, la ausencia de sintomatología del
tracto urinario superior y apoyado en las pruebas complementarias:
Sedimento urinario con leucocituria (>10 leucocitos/ml en cámara o >3-5
leucocitos/campo de 40 aumentos).
Urocultivo con >1.000 UFC/ml, confirma el diagnóstico. En la actualidad,
para el diagnóstico de este cuadro, no se considera preciso un urocultivo
positivo con >100.000 UFC/ml para confirmar el diagnóstico; basta con
>1.000 UFC/ml si la clínica es sugestiva de infección del tracto urinario.
Hay que tener en cuenta que en un 50 % de mujeres con clínica de cistitis el
urocultivo es negativo. Esto se debe a dos razones. En primer lugar, la cistitis
aguda puede presentarse con cifras en el urocultivo por debajo de 100.000
UFC/ml y, en segundo lugar, el cuadro de cistitis puede estar ocasionado por
Chlamydia trachomatis, que no crece en los cultivos habituales,
denominándose esta situación como “síndrome uretral agudo” o “cistitis
abacteriúrica”. En el primero de los casos, un urocultivo con > 100 UFC/ml, en
presencia de claros síntomas urinarios, se considera positivo. El síndrome
uretral requiere para su diagnóstico orina sin contaminación (sondaje o punción
suprapúbica) y utilizar métodos especiales de cultivo o bien técnicas de
amplificación genética (PCR), cuyo rendimiento diagnóstico es incluso superior
al cultivo del exudado uretral.
Tratamiento de la bacteriuria asintomática y cistitis aguda: 1,2,4
1. Elección del antibiótico
La mayoría de los fármacos usados en el tratamiento de las ITU alcanzan
eficazmente las vías urinarias debido a su eliminación a través del riñón sin una
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-5-
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
metabolización previa importante, siendo otro factor favorecedor de su efecto el
incremento del aclaramiento renal que ocurre durante la gestación.
En general, los antibióticos beta-lactámicos, fosfomicina y nitrofurantoína
cumplen con los criterios de seguridad y eficacia.
El uso de ampicilina se desaconseja en el momento actual, debido al creciente
número de resistencias de Eschericha coli a este ß-lactámico. En el caso de la
nitrofurantoína, su empleo sólo está aceptado en ausencia de otras opciones
terapéuticas más seguras. Está contraindicada en pacientes con déficit de
G6P-deshidrogenasa, por el riesgo de hemólisis en madre y feto, y ante un
parto inminente por el mismo riesgo de hemólisis por inmadurez enzimática.
El síndrome uretral agudo por Chlamydia trachomatis responde al tratamiento
con eritromicina.
Antimicrobianos empleados en el tratamiento de la ITU en la gestante4
ATB
Paso
placentario
Eliminación renal
β-lactámicos + inhibidores
β-lactamasas
10 - 100%
Cefalosporinas
10 - 40%
34% (ampicilina)
90% (amoxicilinaclavulánico)
50% (ceftriaxona)
95% (cefuroximaaxetilo)
Fosfomicina
34-42%.
Nitrofurantoína
50-90%
95%(fosfomicina
trometamol)
30%
Aztreonam
10-30 %
60%
Carbapenemes
(imipenem, meropenem)
30%
60-75%
Aminoglucósidos
(amikacina,estreptomicina,
kanamicina, gentamicina,
netilmicina, tobramicina)
16%
(amikacina)
42%
(gentamicina)
80% (gentamicina)
98% (amikacina)
Características
Resistencia en Enterococcus
faecalis (suele ser sensible a
amoxicilina-clavulánico y
fosfomicina-trometamol)
Solo ante contraindicación de
otros fármacos. Específico
para gramnegativos aerobios.
Amplio espectro, reserva
hospitalaria. En animales no
han demostrado efectos
adversos, solo ligera
disminución del peso fetal
Se desaconseja en gestantes.
Riesgo de oto y nefrotoxicidad
en la madre y el feto
2. Pautas de tratamiento:
Existe controversia acerca de la eficacia y equivalencia de las pautas cortas y
largas. Entre las ventajas de las pautas cortas se encuentran su menor costo,
menor dosis, mejor cumplimiento del tratamiento, menor alteración de la flora
intestinal y menor incidencia de candidiasis vaginal.
En las bacteriurias asintomáticas y cistitis la pauta tradicional dura 7-10 días y
erradica la bacteriuria en el 80% de las gestantes. También se puede emplear
pautas cortas con fosfomicina-trometamol, siempre que se realicen controles
posteriores. Otros antibióticos como la amoxicilina-clavulánico, nitrofurantoína y
cefalosporinas no han demostrado la misma eficacia en monodosis, debido a
su rápida eliminación urinaria.
La FDA acepta el empleo de fosfomicina-trometamol en pauta corta, su
larga vida media (4,5 h) y su prolongada eliminación urinaria (48-72 h)
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-6-
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
permiten su empleo en monodosis de 3 gr ó en dos dosis de 3 gr
separadas por 3días, consiguiendo unas tasas de erradicación
superiores al 85%. Idealmente debe administrarse lejos de las comidas y
después de orinar. Los efectos secundarios más frecuentes (1-3%) son
diarrea, náuseas, vómitos y epigastralgia, que suelen ser leves.
Varios ensayos clínicos demuestran una eficacia igual de las pautas
cortas con fosfomicina-trometamol respecto a las pautas de 7-10 días
con nitrofurantoina o cotrimoxazol.
Sin embargo, una revisión sistemática publicada en la Cochrane Library
concluye que no existe evidencia suficiente para evaluar la equivalencia
entre las pautas cortas y largas.
Las pautas de tratamiento consensuadas en el protocolo de la SEGO sobre
infecciones del tracto urinario se presentan en la siguiente tabla, podrán ser
modificadas en función de la susceptibilidad de los microorganismos en cada
hospital y del resultado del antibiograma.
Primera opción
Amoxicilina/clavulánico
500 mg / 8 h
Cefuroxima axetilo
250 mg / 12 h
Cefixima
400 mg / 24 h
2ª opción y/o alergia a beta-lactámicos:
Fosfomicina trometamol
3g
Nitrofurantoína
50 mg / 6 h
Oral 5-7 días
Oral 5-7 días
Oral 5-7 días
Dosis única
Oral 7 días
Independientemente de la pauta terapéutica empleada, la bacteriuria recurre en
el 20-30% de los casos, por eso se aconseja realizar un urocultivo de control 1
ó 2 semanas después de finalizado el tratamiento. En las embarazadas con
ITU recurrentes por microorganismos distintos o por reinfecciones, se aconseja
realizar una profilaxis antibiótica hasta el parto con cefalexina o nitrofurantoína.
Además se recomienda practicar un cultivo de orina tras el parto.
3. Uso del arándano rojo americano para la prevención de las ITU:
El arándano rojo es un arbusto pequeño que crece en toda Norteamérica.
Tiene una larga historia de uso por las tribus de indios nativos americanos
principalmente para el tratamiento de enfermedades urinarias.
Su mecanismo de acción no se conoce con exactitud, se ha descrito que
contiene proantocianidinas (PACs), que impiden que las bacterias se adhieran
a las células uroepiteliales, que es donde se pueden multiplicar. Sin embargo,
el arándano rojo no parece tener la habilidad de liberar las bacterias que ya
están adheridas a estas células. Esto podría explicar porqué es posiblemente
eficaz para prevenir las infecciones del tracto urinario pero no lo sea para el
tratamiento de las mismas.
La Natural Medicine Comprehensive Database (base exhaustiva de datos de
medicamentos naturales) clasifica la eficacia para este producto, basada en
evidencia científica, como “posiblemente eficaz” para prevenir las ITUs. Las
investigaciones muestran que el tomar jugo de arándano rojo puede ayudar a
prevenir las ITUs recurrentes en gestantes.
En la Guía de Práctica Clínica de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de
Canadá de 2010 una de las recomendaciones en el capítulo de Infecciones de
orina recurrentes, es que las pacientes deben ser informadas de que la
administración de arándano rojo es efectiva para reducir la recurrencia de la
infección del tracto urinario (nivel de recomendación IA)6.
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-7-
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
Por otro lado, una revisión de la Cochrane de 20127, donde se añaden 14
estudios nuevos, sugiere que el zumo de arándano es menos eficaz que la
indicada anteriormente. Aunque algunos de los estudios pequeños
demostraron un pequeño beneficio para las mujeres con infecciones urinarias
recurrentes, no hubo diferencias estadísticamente significativas cuando se
incluyeron los resultados de estudios más amplios.
Algunas pautas utilizadas son las siguientes:
Tratamiento preventivo en ITU recurrentes: 120mg de PAC/día durante
3-6 meses.
Tratamiento coadyuvante en el episodio agudo: 120mg de PACs/ día.
Precauciones:
El arándano rojo contiene cantidades significativas de ácido salicílico,
puede perjudicar a aquellos que sean alérgicos al mismo.
Con respecto a la litiasis renal, algunas tabletas de extracto de arándano
pueden aumentar el nivel de oxalato en la orina en un 43%, por lo que
podría incrementarse el riesgo de desarrollar cálculos de oxalato cálcico.
Podría prolongar la vida media de la warfarina, (reajustar INR).
4. Vacunas para la prevención de las ITU recurrentes8
Se está avanzando en métodos para combatir la colonización por Escherichia
coli, y como consecuencia de esta investigación se están desarrollando
vacunas frente a diversos factores de virulencia de E coli, incluyendo
polisacáridos bacterianos superficiales, adhesinas fimbriales, toxinas y
receptores de membrana. La heterogeneicidad de este uropatógeno dificulta el
desarrollo de una vacuna eficaz, aunque los resultados en modelos animales
son alentadores, consiguiendo un adecuado nivel de titulación de anticuerpos
en orina y suero, que se correlaciona con la reducción de la carga bacteriana
en la vejiga y la duración de la infección
Pielonefritis aguda en el embarazo1,2,4
Es una infección de la vía excretora alta y del parénquima renal de uno o
ambos riñones.
Casi siempre es secundaria a una bacteriuria asintomática no diagnosticada o
tratada incorrectamente y que ocasiona signos y síntomas muy floridos que
alteran el estado general de la paciente. Se asocia a morbilidad materna y fetal
importante, siendo la forma más severa de infección del tracto urinario y la
indicación más común de hospitalización durante la gestación.
Debe ser considerada, por tanto, como una situación seria, ya que pueden
aparecer complicaciones como distrés respiratorio y choque séptico (15-20%
cursan con bacteriemia). Además puede asociarse a parto pretérmino y
crecimiento intrauterino restringido.
Factores predisponentes para la pielonefritis son los cálculos ureterales y
renales, así como la bacteriuria asintomática.
Epidemiología:
Su incidencia es del 1-2% de todas las gestantes. Las tasas varían en
dependencia de que se haga o no cribado de la bacteriuria asintomática y de la
eficacia del tratamiento de la misma.
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-8-
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
Resulta más frecuente durante la segunda mitad del embarazo; el 4% sucede
en el 1ºtrimestre, el 67% en el 2-3ºtrimestre y el 27% en el postparto.
Casi un tercio de las mujeres que padecen una pielonefritis aguda en la
gestación presentarán una infección recurrente y/o anomalías estructurales
renales a lo largo de su vida. Se asocia con más frecuencia a nuliparidad y a
una menor edad de la gestante. El riesgo de recurrencia durante la misma
gestación es del 15%.
Etiología:
Escherichia coli del serotipo 0 es la bacteria responsable del 80% de las
pielonefritis agudas. Serogrupos específicos de E. coli se han relacionado con
la aparición de pielonefritis aguda, cicatrices parenquimatosas, infecciones
recurrentes y fallo renal.
Las cepas responsables de las pielonefritis agudas presentan factores de
mayor virulencia que las implicadas en las bacteriurias asintomáticas. El
ambiente favorecedor que existe en la gestación para la colonización
bacteriana del tracto urinario facilita que sean capaces de sobrevivir cepas con
escasa expresión de factores de virulencia, lo que les permite eludir la
respuesta inmune responsable de la piuria. Pero en aproximadamente la
tercera parte de los casos se trata de cepas virulentas que pueden desembocar
en una pielonefritis aguda.
Las cepas más virulentas de E. coli, causantes de pielonefritis agudas en
pacientes con un tracto urinario anatómicamente normal, poseen toxinas y
adhesinas que les permiten adherirse al urotelio, como las fimbrias P, S y tipo
1. Estas protegen en gran medida a la bacteria del lavado urinario permitiendo
así la multiplicación bacteriana y la invasión del tejido renal, asociándose a
pielonefritis aguda y a una mayor tasa de partos pretérmino.
Diagnóstico:
El diagnóstico es fundamentalmente clínico. La sintomatología incluye, al
margen de la clínica típica de la cistitis, alteración del estado general, fiebre alta
(cursa con picos debido a la liberación de toxinas y pirógenos), sudoración,
escalofríos y dolor lumbar intenso y constante.
La exploración física presenta una puñopercusión lumbar homolateral positiva
(hipersensibilidad del ángulo costovertebral), pudiendo ser también dolorosa la
palpación de la fosa iliaca y el fondo vaginal del mismo lado. En el 90% de los
casos, el lado derecho es el afectado y puede ser bilateral (25%).
El diagnóstico clínico se confirma con el urocultivo con:
>100.000 UFC/ml en orina de micción limpia,
1 o 2 bacterias por campo en una muestra de orina obtenida por
cateterismo, ó
20 bacterias por campo en una muestra centrifugada
En el sedimento encontraremos leucocituria y pueden aparecer también
cilindros leucocitarios, proteinuria y hematíes.
El diagnóstico diferencial debe hacerse con procesos como corioamnionitis,
colecistitis, mioma degenerado, rotura de quiste de ovario y sobre todo con la
apendicitis.
Tratamiento2
El tratamiento de la pielonefritis requiere hospitalización de la paciente y las
medidas a tomar son las siguientes:
Dra. Maroto / Dr. Barranco
-9-
Clases de Residentes 2013
-
-
-
-
-
Patología urinaria y embarazo
Valoración obstétrica: exploración vaginal, test de Bishop, monitorización
de la FCF y dinámica uterina si fuera preciso y exploración ecográfica
para valorar el estado fetal.
Hemograma (suele cursar con leucocitosis y neutrofilia), proteína C
reactiva, función renal y electrolitos, según las condiciones clínicas
asociadas.
Hemocultivo (si es preciso) y urocultivo previo al tratamiento. Se
cuestiona su realización desde el punto de vista de su coste-eficacia,
debido a que en más del 95% de los casos las bacterias aisladas son
sensibles al tratamiento empírico. Solamente el 3% de los urocultivos y
el 2% de los hemocultivos realizados al ingreso influyen en un cambio de
antibiótico, sin embargo el criterio diagnóstico es el urocultivo positivo.
Monitorización periódica de constantes vitales.
Hidratación intravenosa para conseguir diuresis >30 ml/hora y
evaluación del balance hídrico.
Iniciar inmediatamente el tratamiento antibiótico de forma empírica.
Tratamiento de las pielonefritis agudas1
1º opción:
Amoxicilina/clavulánico*
1 g / 8 h. i.v
Cefuroxima axetilo
750 mg / 8 h. i.v
Ceftriaxona**
1 g / 24 h. i.v. ó i.m.
2ª opción y/o alergia beta-lactámicos:
Aztreonan
1g / 8 h. i.v.
Fosfomicina
100 mg / Kg / día
Gentamicina o Tobramicina
3 mg / Kg / día i.v. o i.m.
14 días
14 días
14 días
14 días
14 días
14 días
* Si la fiebre ha descendido, a las 48-72 horas se pasará el mismo antibiótico a vía oral (según
el resultado del antibiograma), hasta completar 14 días de tratamiento.
** Si la fiebre ha descendido, a las 48-72 horas podrá pasarse a terapia secuencial con
cefixima 400 mg oral.
Si persiste la fiebre tras 48 horas de tratamiento antibiótico, es conveniente
realizar una ecografía renal para descartar una obstrucción de la vía urinaria o
un absceso renal o perinefrítico. Al ingreso, la ecografía no suele modificar la
actitud terapéutica.
Además deberá realizarse control de posibles complicaciones médicas y
controles analíticos periódicos, en plazo de 48 horas según evolución clínica.
Una vez la paciente apirética, podremos valorar el alta hospitalaria y completar
de forma ambulatoria el tratamiento durante 14 días. Se debe hacer un
urocultivo de control 1-2 semanas tras finalizar el tratamiento y luego
mensualmente hasta el parto.
Complicaciones:
Distrés respiratorio (5%); aumenta el riesgo si se asocia a tocolisis con
ritodrine o sulfato de magnesio. Se debe vigilar el balance hídrico,
evitando sobrecarga. En el 15% de los casos es necesaria la ventilación
mecánica.
Disfunción renal transitoria (15-20 %); cuando aparece un aclaramiento
de creatinina < 80 ml/min. Si el tratamiento antibiótico es el adecuado,
se suele recuperar en unas semanas.
Complicaciones urinarias (<5%); absceso renal/perinefrítico, litiasis
coraliforme y pielonefritis enfisematosa. Hay que sospechar estas
Dra. Maroto / Dr. Barranco
- 10 -
Clases de Residentes 2013
-
-
Patología urinaria y embarazo
complicaciones ante la falta de respuesta al tratamiento antibiótico. La
cicatriz renal se ha descrito como secuela a largo plazo de la pielonefritis
aguda en el embarazo. La magnitud de la cicatriz renal puede estar
relacionada con el proceso inflamatorio. La interleuquina-6, un pirógeno
endógeno, se correlaciona con el nivel de respuesta inflamatoria del
tracto urinario, mientras que la interleuquina-8, un quimoatrayente para
neutrófilos, se relaciona con el grado de piuria y la cicatriz renal.
Anemia hemolítica (25-30%), secundaria a hemólisis por endotoxinas.
En 2/3 de los casos, el hematocrito es inferior a 30%, por lo que se debe
valorar incluso la transfusión, ya que la anemia severa compromete la
recuperación y la eficacia de los fármacos.
Septicemia (15%); el 1-2% de los casos evolucionan a choque séptico.
Aztreonam se considera de 1ª elección que puede administrarse incluso,
en pacientes con alergia a los betalactámicos al no presentar reacciones
cruzadas con este grupo. Requieren vigilancia en UCI.
TrataTratamiento de la sepsis de origen urinario1
1ª opción:
Aztreonan *
Ceftacidina *
Cefepime *
1 g / 8 h. i.v.
1 g / 8 h. i.v.
1 g / 8 h. i.v.
14 días **
14 días **
14 días **
2ª opción y/o alergia beta-lactámicos:
Amikacina
Fosfomicina #
15 mg / kg / día
200 mg / kg / día
14 días **
14 días **
* Si se sospecha infección por enterococo (tinción de gram: grampositivos),
administración previa de aztreonam o cefalosporinas, añadir ampicilina 1 g/6 horas o
valorar iniciar tratamiento en monoterapia con piperacilina-tazobactam 4 g/8 horas.
** Si la sepsis es secundaria a manipulación de la vía urinaria puede acortarse el
tratamiento a 10 días completando el mismo por vía oral según antibiograma.
# La fosfomicina presenta un elevado contenido en sodio (1 gramo contiene 14,4
mEq). Considerando un peso medio de 65 Kg, la enferma recibiría un aporte
suplementario de 187,2 mEq de sodio.
LITIASIS RENAL
La litiasis renal afecta al 10% de la población, es una complicación
relativamente rara durante la gestación. Se estima que su incidencia es de 1/
1.500-3.000 embarazos, en la mayoría (80-90%) a partir del primer trimestre. 3
Durante las últimas dos décadas ha aumentado esta incidencia, este
incremento puede atribuirse a la dieta, los cambios climáticos, junto con un
incremento en las comorbilidades como la diabetes y obesidad.
El cólico renal es la causa más frecuente de dolor abdominal no obstétrico que
requiere tratamiento y/u hospitalización en la mujer gestante.
Fisiopatología:
Como se ha explicado anteriormente los cambios anatómicos y fisiopatológicos
alteran el medio ambiente urinario, el estasis urinario junto a un aumento de la
tasa de filtración glomerular, suplementos de calcio, y el aumento de los niveles
de vitamina D circulantes conducen a la elevación del pH urinario e
hipercalciuria. Aunque aumenta la excreción renal de calcio y uratos, la mayor
Dra. Maroto / Dr. Barranco
- 11 -
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
eliminación de inhibidores de la formación de cálculos cálcicos, como el citrato
y el magnesio, que existe en las gestantes, junto con el incremento en la
excreción de glicosaminoglicanos y glicoproteínas inhibidoras de la formación
de cálculos de oxalato por otra, ocasiona que la relativa sobresaturación de
oxalato cálcico, urato y fosfato se mantenga estable, sin cristalizar.
Cálculos de ácido úrico: la sobresaturación continuada y excesiva de
ácido úrico, la deshidratación y la aciduria extrema facilitan su formación.
Sin embargo, durante la gestación la orina es más alcalina, por lo que
generalmente los cálculos de ácido úrico son poco frecuentes.
Cálculos de oxalato y fosfato cálcico: durante el embarazo, la
hipercalciuria fisiológica se debe al incremento sérico de la 1,25
dihidrocolecalciferol formada por la placenta. Esta hormona aumenta la
absorción cálcica a nivel gastrointestinal y disminuye la secreción de
paratohormona, lo que se traduce en un incremento en la secreción
renal de calcio. No obstante, esto queda contrarrestado por el aumento
en la excreción urinaria de los compuestos inhibidores de la formación
de cálculos de calcio descritos anteriormente. Los cálculos de oxalato
cálcico son los hallados con más frecuencia tanto durante la gestación
como en el resto de la población.
Cálculos de estruvita: estos cálculos se forman a partir de infecciones
del tracto urinario ocasionados por gérmenes formadores de ureasa
(Proteus, Klebsiella, Pseudomonas). Están compuestos habitualmente
por fosfato amónico magnésico, pero también pueden formarse a partir
de cálculos coexistentes de calcio, ácido úrico o cistina. Ante infecciones
de repetición o resistentes al tratamiento ocasionadas por estos
gérmenes debe descartarse la presencia de cálculos de estruvita.
Factores de riesgo
No existen factores de riesgo exclusivos de la mujer gestante, siendo los más
importantes: herencia, edad, escasa ingesta de líquidos, ambiente demasiado
seco y cálido, dieta con ingesta elevada de calcio, sal y proteínas, y obesidad.
El cólico renal se ha asociado con varios riesgos potenciales para la madre y el
feto, incluyendo parto prematuro, amenaza de parto pretérmino, rotura
prematura de membranas, abortos recurrentes y preeclampsia leve, pero los
datos son algo heterogéneos. Estas complicaciones potenciales obligan a
hacer un diagnóstico preciso.
Manifestaciones clínicas:
Las manifestaciones clínicas leves pueden ser confundidas con molestias
típicas de la gestación, así como con el inicio de otros cuadros agudos
abdominales. El dolor en fosa renal o trayecto ureteral (89%) y la hematuria
(95%) son los síntomas más comunes de los cálculos renales, presentando en
un tercio de los casos hematuria franca. El dolor es ocasionado por la
distensión de la cápsula renal, no por el espasmo de la musculatura ureteral
como se creía previamente.
El dolor, que suele ser intermitente, también se puede localizar en zonas
atípicas remedando una amenaza de parto pretérmino, amenaza de aborto,
embarazo ectópico u otra complicación obstétrica. Por ello, ante la presencia
en una mujer embarazada de dolor abdominal o pélvico con hematuria o
infección urinaria, debe tenerse en cuenta al cólico renal dentro del diagnóstico
diferencial. La relación existente entre los plexos renales con los mesentéricos
Dra. Maroto / Dr. Barranco
- 12 -
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
y celíacos ocasiona que sea frecuente la aparición de un síndrome vegetativo
acompañante consistente en sensación de angustia, taquicardia, sudoración
fría, náuseas y vómitos.
Además de lo ya expuesto, se debe sospechar cuando se asocia a infecciones
urinarias persistentes o de repetición, antecedentes de cólico renal previo o
cirugía urológica.
Las características del dolor pueden ayudar a localizar el sitio de la obstrucción:
dolor sordo en flanco que no se irradia, habla a favor de un cálculo en la
unión pieloureteral;
dolor severo intermitente en flanco, acompañado de dolor abdominal
ipsilateral que se irradia a vulva, sitúa al cálculo en la porción proximal
del uréter;
cuando la obstrucción se localiza en la porción media aparece dolor en
la fosa renal que irradia a la fosa ilíaca del mismo lado;
cuando se localiza en la parte distal del uréter o unión ureterovesical, se
suele manifestar como un dolor que se irradia a los labios mayores,
acompañándose de signos irritativos tales como disuria, polaquiuria y
tenesmo vesical sin infección acompañante.
Si el cuadro se complica con una infección, precedente de la grave sepsis
urológica, aparecen fiebre, escalofríos y disuria; aunque esta última, puede
objetivarse también en la obstrucción ocasionada por la presencia de cálculos
distales sin sobreinfección sobreañadida.
Diagnóstico
El diagnóstico viene dado por la clínica, la exploración, los datos de laboratorio
y por las técnicas de imagen.
Exploración:
La paciente con un cólico nefrítico suele presentar un estado de incomodidad e
intranquilidad que le imposibilita mantener una misma posición durante un
tiempo prolongado, adoptando con frecuencia una postura antiálgica de
lateralización costovertebral hacia el lado afecto. A la inspección, aunque poco
frecuente, puede observarse el abdomen ligeramente distendido, sobre todo si
presenta un íleo paralítico. A la palpación el abdomen es blando y depresible,
presentando dolor a la puño percusión del área renal.
Pruebas complementarias:
Laboratorio:
Sistemático de orina: la presencia de hematuria apoya el diagnóstico. Si
se objetiva leucocituria puede ser debido a la reacción inflamatoria
ocasionada por el cálculo o a una infección coexistente (31% de los
casos). Un pH>7 sugiere la existencia de cálculos infectados por
microorganismos formadores de ureasa. Un pH <5 puede indicar la
existencia de cálculos de ácido úrico.
Urocultivo y antibiograma: se solicitará de forma sistemática dada la
elevada frecuencia de infección urinaria y litiasis sintomática en la
embarazada.
Hemograma completo y pruebas de coagulación: para apoyar el
diagnóstico cuando exista una sospecha clínica de sepsis.
Bioquímica: para valorar la función renal (creatinina). No está indicado
hacer un estudio metabólico en los pacientes que presenten un primer y
único episodio de litiasis.
Pruebas de imagen:
Dra. Maroto / Dr. Barranco
- 13 -
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
En las gestantes la primera opción es la ecografía renal. Los
ultrasonidos tienen una baja sensibilidad, detectando solo el 60% de las
litiasis en mujeres gestantes. Si el resultado no es concluyente se debe
realizar una radiografía simple de abdomen, tras la cual, si no se
confirma el diagnóstico y existe una clara sospecha clínica de la
existencia de un cálculo renal, se debe practicar una urografía
intravenosa simplificada, consistente en la realización de una única
radiografía abdominal 5 minutos después de la administración del
contraste. Si a pesar de ello el diagnóstico es incierto, se pueden
solicitar otras pruebas diagnósticas dentro del contexto clínico de la
paciente, practicándose directamente en algunos casos una
ureteroscopia diagnóstica y terapéutica, principalmente en 1-2º trimestre.
Tratamiento:9-11
Es necesario un manejo multidisciplinar de esta patología. El objetivo del
tratamiento durante la gestación es eliminar el malestar de la paciente, prevenir
el daño renal y la sepsis secundaria a la obstrucción y minimizar el riesgo fetal.
La primera medida será aplicar tratamiento médico conservador pasando en un
segundo periodo a alguna técnica intervencionista.
Cuando los cálculos son pequeños (< 5mm), sobre todo cuando están ubicados
en el uréter distal se suelen expulsar espontáneamente. Cuando el tamaño del
cálculo oscila entre 5 y 7mm, la expulsión espontánea es más dudosa, en
especial si éste se encuentra en las porciones proximales de la vía urinaria; la
actitud a tomar puede ser expectante, vigilando mediante la clínica y las
técnicas de imagen para evitar la aparición de complicaciones, y si en varias
semanas no se expulsa, se procederá a aplicar otras medidas invasivas. Si el
cálculo es mayor de 7mm, aunque también se puede optar por medidas
conservadoras, en la mayoría de las ocasiones se debe proceder a maniobras
intervencionistas urológicas para eliminar el cálculo.
Tratamiento conservador:
Consiste en reposo, aplicación de calor local, hidratación y analgesia.
Dependiendo de la clínica se puede añadir antieméticos, tranquilizantes suaves
y antibióticos. Las pacientes candidatas a esta opción de tratamiento son
aquellas que presenten: cálculos únicos inferiores a 1cm, ausencia de
infección, control del dolor con analgesia vía oral y con capacidad de tolerar los
alimentos y líquidos. Presenta una tasa de éxito del 70%-80%.
Hidratación: aunque en el cuadro agudo sintomático se ha recomendado
como parte del tratamiento el incremento en la ingesta de líquidos
debido a la creencia de que dicha medida facilitaría la eliminación de los
cálculos, esto no se ha podido establecer, no habiéndose demostrado
disminución en el tiempo de expulsión. Por otro lado, dicho incremento
en la ingesta de líquidos puede ocasionar, paradójicamente, una
exacerbación de los síntomas y un incremento en el riesgo de rotura de
las vías excretoras.
Dra. Maroto / Dr. Barranco
- 14 -
Clases de Residentes 2013
-
-
-
Patología urinaria y embarazo
Calor: la aplicación de calor local disminuye la sensación de angustia y
de dolor; aunque el mecanismo de acción no se conoce, podría estar
relacionado con la reducción de la actividad simpática.
La génesis del dolor es la distensión de la cápsula renal y no el espasmo
de la musculatura ureteral, no se recomiendan los espasmolíticos puesto
que su utilización puede incluso retrasar la expulsión del cálculo debido
a la relajación que producen en la musculatura lisa.
Analgesia:
o Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): de primera elección
debido a su potente efecto analgésico y antiinflamatorio. Puesto
que su administración está limitada al periodo agudo, queda
minimizado el riesgo de cierre prematuro del ductus arterioso
durante la utilización en el tercer trimestre. Se pueden utilizar:
ketorolaco 30 mg iv, diclofenaco 50 mg ó naproxeno 500 mg im.
o Opiáceos: no han demostrado su superioridad frente a los AINEs.
(meperidina 1-1,5 mg/kg peso iv lento o diluido).
o Pirazolonas: es otra alternativa al tratamiento con AINEs. Se
pueden utilizar solas o, mejor, asociadas a estos últimos. La más
común es el metamizol (dipirona) a 1g iv lento.
Tratamiento intervencionista
Al igual que en la población general, en aquellos casos donde la conducta
conservadora no consiga solucionar el cuadro agudo, se podrá realizar un
tratamiento más invasivo para minimizar los daños derivados de la obstrucción.
La realización de una cistoscopia con inserción de un catéter de doble J o
ureteroscopia para extraer fragmentos de litiasis deben ser valoradas en
pacientes que desarrollan una sepsis, dolor persistente, obstrucción en un
único riñón funcionante, o presentan amenaza de parto pretérmino inducida por
el cólico renal que no responde al tratamiento tocolítico habitual.
Con respecto a las técnicas de litotricia por ondas de choque y la nefrolitotomía
percutánea están contraindicadas durante el embarazo.
Catéter endoureteral
El más utilizado es el catéter doble J. La colocación se realiza generalmente
mediante cistoscopia sin necesidad de anestesia, situando un extremo en la
pelvis renal y el otro en la vejiga. Debe reemplazarse cada 3 meses.
Con frecuencia la paciente refiere cierta sensación de malestar crónico. La
hidronefrosis fisiológica del embarazo favorece que el catéter se desplace,
habiéndose comunicado la necesidad de reemplazarlo hasta en un 30% de los
casos debido a desplazamiento, incrustación o sintomatología irritativa severa.
Algunos autores recomiendan su utilización a partir de la 22ªsemana de
gestación, utilizando la nefrostomía percutánea en etapas más precoces.
Las desventajas del catéter endoureteral incluyen el favorecer las infecciones
ascendentes del tracto urinario, la aparición de hematuria, la presencia de
síntomas irritativos por el catéter, el desplazamiento e incrustación y la posible
necesidad de reemplazos debido a complicaciones.
Nefrostomía percutánea
Es un procedimiento que consiste en la inserción de un catéter guiado por
ecografía a través de la piel en la pelvis renal y precisando para su colocación
de anestesia local. Se utiliza preferentemente cuando ha fracasado o no se ha
podido insertar el catéter endoureteral y en los casos de sepsis urinaria y
Dra. Maroto / Dr. Barranco
- 15 -
Clases de Residentes 2013
Patología urinaria y embarazo
abscesos renales, permitiendo una rápida descompresión del tracto urinario
superior y eliminando la sintomatología dolorosa debida a la obstrucción.
Las desventajas de la técnica incluyen la aparición de bacteriuria a pesar de la
profilaxis antibiótica, obstrucción que requiere de recambio o recolocación, la
apariencia externa e incomodidad y el riesgo de sangrado.
Ureteroscopia y manipulación del cálculo
Se ha convertido en una alternativa a los métodos anteriores en los casos de
obstrucción distal habiéndose demostrado su seguridad y eficacia en todas las
etapas del embarazo con un bajo número de complicaciones y una estancia
media menor que otros procedimientos. En la mayoría de las ocasiones se
realiza bajo sedación leve y analgesia.
BIBLIOGRAFÍA
1. Infección urinaria y gestación. Protocolos Asistenciales en Obstetricia.
Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. 2013.
2. Davi E. Enfermedades de los sistemas digestivo y urinario durante el
embarazo. Tratado de Ginecología y Obstetricia. Sociedad Española
Ginecología y Obstetricia. 2ª edición. Madrid: Panamericana; 2012.
p.1469-1474.
3. Thadhani R, Maynard S. Renal and urinary tract physiology in normal
pregnancy.
Up
to
Date.
2013.
Disponible
en:
http://www.uptodate.com/contents/renal-and-urinary-tract-physiology-innormalpregnancy?source=search_result&search=urinary+tract+physiology+AN
D+pregnancy&selectedTitle=1~150.
4. Ucieda R, Carrasco S, Herraiz-Martínez M y Herraiz-García I.
Infecciones urinarias. Asistencia a las complicaciones médicas y
quirúrgicas del embarazo. Madrid: Adalia; 2010. p.191-208.
5. Bilir F, Akdemir N, Ozden S, Cevrioglu A y Bilir C. Increased serum
procalcitonin levels in pregnant patients with asymptomatic bacteriuria.
Annals of Clinical Microbiology and Antimicrobials. 2013; 12:25
6. Epp A, Larochelle A. Recurrent Urinary Tract Infection. Clinical Practice
Guidelines. Journal of Obstetricians and Gynaecologists of Canada.
Noviembre 2010; 250:1082-1090.
7. Jepson R, Williams G, Craig JC. Cranberries for preventing urinary tract
infections. Cochrane Database Systematic Review. 2012; 17;10
8. Brumbaugh A, Mobley H. Preventing urinary tract infection: progress
toward an effective Escherichia coli vaccine. Expert review of vaccines.
2012; 11(6):663–676.
9. Ramírez García J, Armas Molina J. Litiasis renal. Asistencia a las
complicaciones médicas y quirúrgicas del embarazo. Madrid: Adalia;
2010. p.225-235.
10. Semins, Matlaga. Management of urolithiasis in pregnancy. International
Journal of Women’s Health. 2013; 5:599–604.
11. Semins M, Matlaga R. Management of stone disease in pregnancy.
Current Opinion Urology. 2010;20(2):174-177.
Dra. Maroto / Dr. Barranco
- 16 -
Descargar