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PARAGANGLIOMAS CERVICOCEFÁLICOS
Tratamiento de las secuelas por el tratamiento
quirúrgico de los paragangliomas cervicales
y de base de cráneo
Gabriel Jaume Bauzá, Manuel Tomás Barberán, Pedro Sarría Echegaray, Pilar Epprecht González y Francisca Trobat Company
Servicio de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial. Hospital Universitario de Son Dureta. Palma de Mallorca. España.
Las secuelas más habituales que se presentan en el tratamiento de los quemodectomas cervicocefálicos son lesiones
de pares craneales; de éstos, los que se ven afectados con
más frecuencia son los nervios trigémino, facial, glosofaríngeo, vago e hipogloso. Las lesiones de los conocidos como
“pares bajos” (IX, X, XII y XII) afectarán a las fases oral y
faríngea de la deglución, y frecuentemente conducirán a
que se produzca aspiración. La frecuencia con la que se ven
afectados varía en función de distintos factores; en los glomus vagales es del 30% y en los carotídeos, del 20%. Si se
afecta el V y el VII pares, puede presentarse un defecto en
la preparación oral y el transporte del bolo, así como babeo. En las lesiones del IX y el X pares puede asociarse retraso del inicio de la fase faríngea, reflujo nasal, disfonía,
retención de secreciones en seno piriforme y aspiración. En
las lesiones del par XII se afectará la fase oral de la deglución. El tratamiento de la disfagia y la aspiración, frecuentemente, podrá manejarse con maniobras facilitadoras de
la deglución, cambios en la consistencia y/o volúmenes. El
resto de las complicaciones que se pueden producir son parálisis facial, fístula de líquido cefalorraquídeo y complicaciones vasculares. La parálisis facial puede producirse por
dos mecanismos: por un lado, por afectación central, como
complicación de la embolización preoperatoria, y, por otro,
por afectación directa durante la cirugía o durante un ocasional tratamiento con radioterapia. El tratamiento podrá
realizarse bien durante el propio procedimiento quirúrgico,
o bien tratar las secuelas de parálisis facial posteriormente,
tanto en su consideración funcional como estética.
Treatment of sequelae due to surgical treatment of cervical and skull base paragangliomas
Palabras clave: Disfagia. Aspiración. Deglución inefectiva.
Deglución retardada. Insuficiencia sello palatogloso. Retraso fase faríngea. Videoendoscopia deglución. Deglución
supraglótica. Parálisis facial.
Key words: Dysphagia. Aspiration. Ineffective swallowing.
Delayed swallowing. Velopalatal insufficiency. Delayed
pharyngeal phase. Videoendoscopic swallowing study.
Supraglottic swallow. Facial palsy.
The most common sequelae in the treatment of head and
neck chemodectomas are cranial nerve lesions; of these, the
most frequently affected are the trigeminal, facial, glossopharyngeal, vagus and hypoglossus nerves. The lesions
of the “lower cranial nerves” (IX, X, XI and XII) affect the
oral and pharyngeal phases of swallowing and frequently
lead to aspiration. The frequency with which these nerves
are affected varies according to several factors, being 30%
in glomus vagale tumors and 20% in carotid tumors. If the
V and VII cranial nerves are affected, defects in oral preparation, bolus transport and drooling may occur. Lesions of
the XI and X cranial nerves are associated with delayed initiation of the pharyngeal phase, nasal reflux, dysphonia, retained secretions in the piriform sinus, and aspiration. Lesions of the XII cranial nerves affect the oral phase of
swallowing. Treatment of dysphagia and aspiration will often be managed with maneuvers to aid swallowing, and
changes in food bolus consistency and/or volumes. The
remaining complications that can be produced are facial
palsy, cerebrospinal fluid fistula, and vascular complications. Facial palsy can be produced by two mechanisms:
on the one hand, by central involvement, as a complication
of preoperative embolization, and on the other, by direct
involvement during surgery or during occasional treatment with radiotherapy. Treatment, whether functional or
cosmetic, can be provided either during surgery or subsequently to treat the sequelae of facial palsy.
INTRODUCCIÓN
Correspondencia: Dr. G. Jaume Bauzá.
Servicio de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial.
Hospital Universitario de Son Dureta.
Andrea Doria, 55. 07014 Palma de Mallorca. España.
Correo electrónico: [email protected]
Las secuelas más habituales que se presentan en el tratamiento de los paragangliomas cervicocefálicos (PgCC) son
las lesiones de pares craneales. Los que se lesionan con más
frecuencia son el trigémino, facial, glosofaríngeo, vago e hiActa Otorrinolaringol Esp. 2009;60 Supl. 1:119-29
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Jaume Bauzá G et al. Tratamiento de las secuelas por el tratamiento quirúrgico de los paragangliomas cervicales y de base de cráneo
Tabla I. Complicaciones de parálisis de pares craneales en función de la localización
Preoperatorio
PY (n = 33)
PT (n = 17)
PC (n = 26)
PV (n = 13)
V
1
0
0
0
VII
1
0
0
1
IX
4
0
0
1
X
10
0
1
4
XI
3
0
1
1
XII
7
0
1
1
VII
25
0
0
4
IX
10
0
4
1
Postoperatorio
X
9
0
3
6
XI
8
0
1
1
XII
10
0
3
3
PC: paraganglioma carotídeo; PT: paraganglioma timpánico; PV: paraganglioma vagal; PY: paraganglioma yugular.
Adaptada de Sevilla García et al26.
pogloso. Todos estos nervios proporcionan sensibilidad y/o
inervación motora a la boca, faringe, laringe y cara, ayudando al inicio y control de la deglución; en el caso del nervio
facial es causa de la mímica facial y de la protección ocular.
Las lesiones de los conocidos como “pares bajos” (IX, X, XII
y XII) afectarán a las fases oral y faríngea de la deglución y,
frecuentemente, conducirán a que se produzca aspiración.
La probabilidad de presentar parálisis de pares craneales
bajos dependerá de la localización del tumor y de la técnica quirúrgica empleada, que a su vez viene determinada
por la localización tumoral.
La frecuencia de la afectación de pares craneales bajos,
tras cirugía de tumores localizados en carótida, se cifra entre un 10 y un 40%1,2. También cabe considerar la afectación
de pares craneales previa a la cirugía, descrita en un 30%
en los glomus vagales y en un 20% si son carotídeos3,4.
En el estudio de Kollert et al5 previo a la cirugía, solamente se describe un paciente con aspiración en un caso
con Pg carotídeo bilateral, como resultado de parálisis del
vago, y en 3 de 5 pacientes con glomus vagal presentaron
parálisis del IX, X, XI y/o XII pero sin presentar aspiración.
En este mismo estudio se observó parálisis de pares craneales
bajos en un tumor carotídeo y en todos los casos de tumores múltiples, así como lesión del vago, en todos los
pacientes con Pg vagales. En total, 5 de 22 pacientes necesitaron nutrición parenteral debido a la aspiración o ser tratados mediante una traqueotomía y/o miotomía del cricofaríngeo. Finalmente, un paciente requirió gastrostomía de
forma permanente. Los autores concluyeron que no existe
correlación entre el tamaño del tumor y la incidencia de parálisis craneales.
Para otros autores, como Makeieff et al6, las complicaciones mayores tras el tratamiento quirúrgico sí varían según
el tamaño. En tumores de grado I y II de Shamblin, las
complicaciones graves se presentan en un 2,3%, para aumentar al 37% en el grado III de Shamblin (tabla I).
120 Acta Otorrinolaringol Esp. 2009;60 Supl. 1:119-29
El tratamiento de los Pg con radioterapia no está exento
de complicaciones, como inflamación del conducto auditivo externo y oído medio, osteorradionecrosis, parálisis de
pares craneales, hipoacusia y lesiones del tejido cerebral7.
En la primera parte del capítulo, describiremos las consecuencias en cuanto a disfagia y aspiración y en la segunda abordaremos el resto de secuelas.
DISFAGIA Y ASPIRACIÓN TRAS EL
TRATAMIENTO DE LOS PARAGANGLIOMAS
CERVICOCEFÁLICOS
El mecanismo de la deglución comprende una secuencia
coordinada de estímulos aferentes y acciones eferentes, con
el fin de llevar el bolo hacia el estómago de forma segura
(sin aspiración) y eficaz (adecuado a los requerimientos
energéticos). Por tanto, la clínica que presentan es la disfagia: cualquier impedimento en llevar el bolo hacia el tracto
digestivo inferior, o de aspiración ) paso de material endógeno o exógeno hacia la vía aérea superior), o ambas.
La deglución consta de 4 fases: preparatoria oral, oral, faríngea y esofágica. Las dos primeras son las fases voluntarias de la deglución, que nos permiten preparar el bolo,
mediante la masticación y la salivación, y es imprescindible
una buena movilidad de la lengua (XII par). Para poder
preparar el bolo debemos sellar la boca anteriormente, mediante un buen cierre labial, vehiculizado por el nervio facial. Los receptores aferentes, para poder iniciar la fase faríngea, se localizan en los pilares amigdalinos anteriores,
base de lengua, paladar blando y orofaringe. Los impulsos
nerviosos son conducidos hasta la médula por los pares
craneales IX y X. El resto de las fases de la deglución son
involuntarias. En la fase faríngea se produce el sellado superior a través del ascenso del paladar y el sellado de la vía
aérea, principalmente por la elevación laríngea y retroposi-
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Jaume Bauzá G et al. Tratamiento de las secuelas por el tratamiento quirúrgico de los paragangliomas cervicales y de base de cráneo
– Esfínter laríngeo. No solamente son las cuerdas vocales las que se cierran, sino que también permiten un
buen sellado las bandas ventriculares y el movimiento
anterior y medial de los aritenoides.
– Esfínter esofágico superior. Es un esfínter fisiológico
y anatómico. En condiciones normales está hipertónico para impedir el paso de aire hacia el tracto digestivo y evitar la regurgitación desde esófago y estómago.
– Esfínter esofágico inferior. Es un esfínter fisiológico,
gracias al ángulo de His, la presión del diafragma y la
porción de esófago intraabdominal.
Diagnóstico
Figura 1. Introducción del nasofibroscopio en un paciente con sonda
nasogástrica para realizar la videoendoscopia de la deglución.
ción de la epiglotis. Los constrictores de la faringe se contraen de forma secuencial para dirigir el bolo hacia abajo e
iniciar las ondas peristálticas primarias. Finalmente, debe
relajarse el músculo cricofaríngeo, inervado por el X par,
permitiendo el paso del bolo al esófago. Los nervios aferentes y eferentes que permiten esta fase son los pares craneales IX y X. La fase esofágica se desencadena por estas ondas peristálticas, así como por el efecto de la gravedad y el
gradiente negativo de presión creado por la actividad diafragmática8-10.
Debemos considerar al órgano de la deglución como un
sistema de compartimentos sellados, que se abren de forma
coordinada para permitir la progresión de unos a otros. Es
necesario que sean compartimentos “estancos”, de modo
que se vayan preparando sucesivamente, para recibir el
bolo alimenticio. Para mantener herméticos estos sistemas
existen los siguientes elementos valvulares:
– Válvula lingüopalatal o sello palatogloso. Permite
mantener el bolo alimenticio en la boca hasta que el siguiente sistema esté preparado para recibirlo. Su apertura inicia la fase faríngea de la deglución.
– Válvula velo-faríngea. Su déficit producirá la insuficiencia velo-faríngea con cambios en la voz, rinolalia
abierta y paso de contenido alimentario hacia la nariz.
Es importante la presencia de un cierre adecuado de la
nasofaringe para que el efecto propulsivo del bolo en
la oro faringe sea más efectivo.
Para estudiar la deglución los métodos de elección son la
videoendoscopia de la deglución (VED) y la videofluoroscopia (VF). Otros métodos complementarios nos aportarán
información selectiva, como por ejemplo, si deseamos conocer el peristaltismo realizaremos una manometría y/o
impedanciometría esofágica y en el caso de reflujo se podrá
complementar con la pHmetría.
La VED es una herramienta que nos permitirá responder cuál es la situación anatomofuncional de la deglución,
saber si la deglución oral es segura y, finalmente, demostrar las maniobras facilitadoras de la deglución que serán
necesarias para que la alimentación por la boca sea segura11 (fig. 1).
La disfagia orofaríngea según visión endoscópica se
puede explicar desde 3 distintos modelos (tabla II)12:
– Deglución inefectiva o débil, con aclaramiento incompleto. El paciente no tiene fuerza para realizar la fisiología normal de la deglución, siendo frecuente por lesión del IX y/o X par.
– Deglución por camino incorrecto. El paciente aspira
por incompetencia del sistema valvular de cierre. Da
lugar a aspiración si el camino hacia donde se dirige
es por debajo de las cuerdas vocales.
– Deglución retardada, por incoordinación de la secuencia fisiológica de la deglución.
Deglución inefectiva o débil
Ocurre cuando el paciente es incapaz de propulsar el
bolo y no puede aclarar los residuos que quedan en la hipofaringe. La causa puede deberse a la inadecuada propulsión de la lengua, constricción y acortamiento faríngeo alterados, elevación laríngea limitada o apertura del EES
restringida. Se puede producir por obstrucción al paso del
Tabla II. Modelos de deglución y trastorno fisiopatológico implicado
Modelo de deglución
Mecanismo implicado
Deglución débil
Propulsión inefectiva de base de lengua, constrictor faríngeo débil, inadecuada elevación
hioidea y laríngea, apertura del EES inefectiva (X par afectado) y alteraciones estructurales
anatómicas
Deglución por vía inadecuada, aspiración
Fallo esfínter laríngeo, insuficiencia velofaríngea, mal sello labial
Deglución incoordinada
Déficit aferente o eferente sensitivo
EES: esfínter esofágico superior.
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Tabla III. Afectación de pares craneales y su consecuencia
en la fisiología de la deglución
V
VII
Defecto en la preparación oral y el transporte del bolo
Babeo
Defecto preparación oral
Retención en sulco gingivobucal
IX y X
Retraso inicio fase faríngea
Reflujo nasal
Retención de secreciones en seno piriforme
Debilidad o pérdida de voz
Aspiración
XII
Déficit preparación oral
Déficit transporte oral
No se es consciente de tener el bolo en la boca
o pegado en la hipofaringe, y ése será el lado del déficit
(fig. 2).
Figura 2. Retención en hipofaringe en paciente intervenido
de laringectomía supraglótica abierta.
Figura 3. Aspiración durante la deglución tras la administración
de alimento de consistencia yogur, durante la vidoendeoscopia de
la deglución.
Deglución por vía incorrecta
Durante la deglución el sistema valvular debe sellar
bien el paso y permitir que se dirija hacia el camino correcto. Los sistemas valvulares implicados son insuficiencia del sello palatogloso, insuficiencia velofaríngea, incompetencia laríngea y alteración del esfínter esofágico
superior. Por ejemplo, una insuficiencia velofaríngea
puede originar una regurgitación del alimento hacia las
fosas nasales.
Debemos ver si el paciente es capaz de retener el alimento en la boca para su correcta formación y que progrese, cuando la vía aérea esté preparada para recibirlo, si no
tendríamos aspiración predeglución, y que existe una protección de la vía aérea con un cierre laríneo efectivo, por la
elevación laríngea, el movimiento de epiglotis, bandas
ventriculares, movimiento anterior de aritenoides y aducción de cuerdas, si no habrá aspiración durante la deglución (fig. 3). Finalmente, el esfínter esofágico superior deberá relajarse de forma adecuada para dejar pasar el bolo
y mantener un tono basal para evitar la regurgitación desde esófago.
Observaremos la aspiración en qué tiempo de deglución
se produce:
– Aspiración predeglución.
– Aspiración durante la deglución.
– Aspiración posdeglución.
Deglución no sincronizada
bolo a ese nivel, o bien porque la fuerza o amplitud de propulsión son inadecuadas.
Durante la fase I de la VED anotaremos las zonas afectas pero, habitualmente, para apreciar qué estructura está
implicada, lo más fácil es observar, tras la administración
de diferentes consistencias, en qué lado se queda retenido
122 Acta Otorrinolaringol Esp. 2009;60 Supl. 1:119-29
La secuencia de las diferentes fases de la deglución deberá ser coordinada secuencialmente en el tiempo. Por ejemplo, si hay un retardo en el gatillo (trigger) de la deglución,
el bolo permanecerá más tiempo en la hipofaringe, aumentando el riesgo de aspiración, sobre todo si hay un déficit
sensitivo. Con fallo de la información aferente podrá haber
deglución no sincronizada.
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Consecuencias de lesiones de pares craneales
en el mecanismo fisiopatológico
de la deglución (tabla III)
Las neuropatías de los pares craneales bajos son una secuela y/o complicación frecuente de este tipo de cirugía.
Una lesión vagal alta producirá anestesia laríngea ipsolateral y parálisis de la cuerda vocal en abducción (abierta) debido a lesión del nervio laríngeo superior y del recurrente.
Además, también provocará parálisis del paladar blando
ipsolateral, pérdida de la relajación del músculo cricofaríngeo mediada por el nervio vago y descoordinación de la
musculatura faríngea, debido a la eliminación de la contribución vagal al plexo faríngeo. El glosofaríngeo (IX) vehiculiza la sensación del tercio posterior de la lengua, de
modo que el inicio de la deglución podrá retrasarse y puede dar lugar a aspiración predeglución.
La inervación de los músculos de la faringe se produce
por los pares IX y X. Si éstos están afectados, la contracción
faríngea será débil, o incluso ausente; el aclaramiento faríngeo
se verá comprometido, así como la relajación del cricofaríngeo mediada por el vago, y habrá además una dismotilidad esofágica y gastroparesia. Si también está involucrado
el XII par (hipogloso), la contractilidad de la lengua será
débil y estará implicada no sólo la fase faríngea de la deglución, sino también la fase oral. Existe una asociación conocida entre el tiempo de tránsito faríngeo alargado y mayor riesgo de neumonía por aspiración.
Existe una asociación conocida entre el tiempo de tránsito
faríngeo alargado y mayor riesgo de neumonía por aspiración12.
Si hay parálisis de una cuerda vocal, puede asociarse
una aspiración, incrementándose el riesgo cuando hay
múltiples pares craneales afectos. Tras la medialización de
la cuerda vocal, el tiempo de tránsito faríngeo persiste elevado; por tanto, el riesgo de aspiración13.
Tratamiento
Conocemos distintas estrategias en la rehabilitación de
la disfagia, consistentes en cambios del alimento, maniobras facilitadoras de la deglución y ejercicios sin relación
con la deglución (también denominada terapia indirecta
de la deglución) (tabla IV)14.
La VED nos permitirá decidir si la deglución por vía oral
es segura o no. En el caso de no poder alimentarse por la
boca, plantearemos la nutrición por sonda nasogástrica si
es temporal, o nutrición por gastrostomía si prevemos que
sea de más larga evolución (mayor de un mes).
Después de una cirugía de base de cráneo, los pacientes
pueden necesitar sondas de nutrición enteral, intubación y
ventilación prolongadas, y traqueotomías que agravarán
los déficits de la deglución.
Tabla IV. Programa de rehabilitación de la disfagia
Terapia indirecta de la deglución
Ejercicios labiales y de base lengua
Mantener la punta de la lengua en el paladar
Mover la punta de la lengua desde los dientes hacia atrás
Pronunciar los fonemas “t/d” porque realizan un contacto
rápido de la punta de la lengua con el arco alveolar
El sonido “ch” también incrementa el contacto con el paladar
blando
Los fonemas “k/g” sirven para aumentar el contacto
del paladar blando
Aumentar el rango de movimiento de la mandíbula a través
de masticar
Ejercicios contra resistencia, el propio paciente intenta abrir
la boca haciendo presión en contra con la mano
en el mentón
Ejercicios de succión
Ejercicios de movimientos laterales de la lengua
Ejercicios de elevación laríngea y cierre glótico
Cambiar el tono de una vocal
Aumentar el tono de voz
Mantener un tono alto
Iniciar la voz con un golpe glótico
Sostener la voz en diferentes tonos
Intentar mantener el tono de voz durante un tiempo
Ejercicios de respiración
Practicar la tos
Resistencia frontal asociada a la deglución
Ejercicio de Shaker
Ejercicios térmicos
Estimulación térmica con frío sobre los arcos palatoglosos
Maniobras de aclaración de la vía alimenticia
Doble deglución
Deglución alterna
Deglución alterna térmica
Maniobras facilitadoras de deglución
Maniobra de Mendelshon
Deglución supraglótica
Deglución supersupraglótica
Maniobra mentón esternón
Modificaciones en la alimentación
Maniobra de rotación hacia el lado afectado17
Cambios en el volumen del bolo: mejor con volúmenes
pequeños.
Consistencia del alimento: de menor a mayor dificultad
fisiológicamente se presenta la deglución a sólidos, semisólidos y, por último, los líquidos. En pacientes tras la cirugía,
lo más frecuente es que presenten aspiración a líquidos,
que se puede evitar espesando estos líquidos, o bien con
Maniobra mentón-rotación cabeza
Maniobra de hiperextensión
agua gelificada. Existen en el mercado diferentes marcas
comerciales con productos que espesan los líquidos.
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Tabla V. Resumen de rehabilitación de la disfagia
Trastorno de la deglución
Ejercicios de rehabilitación
Técnicas compensatorias
Reducción del cierre de los labios
Ejercicios para los labios
Inclinar la cabeza hacia atrás
Reducción en la tensión
de los maseteros
Ejercicios de los músculos faciales
Inclinar la cabeza hacia el lado
más fuerte
Presión sobre el lado más débil
Regurgitación nasal
Ejercicios para el velo
Maniobra Masako
Inclinar la cabeza hacia atrás
Cambiar a consistencias
espesadas
Reducción en la amplitud
de los movimientos de la lengua
Ejercicios para la lengua
Inclinar la cabeza hacia atrás
Colocar los alimentos
en posición posterior
Cambiar a consistencias
aligeradas
Reflejo de deglución retardado
Estimulación térmica
Inclinar la cabeza hacia delante
Deglución supraglótica
Usar bolos fríos
Ausencia del reflejo de deglución
Estimulación térmica
Reducción de la contracción
faríngea
Maniobra de Masako
Maniobra de Mendelsohn
Doble deglución
Deglución esforzada
Deglución alternada
líquidos/sólidos
Hemiparesia faríngea
Maniobra de Masako
Maniobra de Mendelsohn
Inclinar la cabeza hacia el lado
más fuerte
Girar la cabeza hacia el lado
más débil
Reducción de la elevación
laríngea
Maniobra de Mendelsohn
Ejercicio de inclinación y agitación
de la cabeza
Maniobra de Mendelsohn
Cambiar a consistencias
aligeradas
Reducción del cierre laríngeo
Ejercicios de aducción
Inclinar la cabeza hacia delante
Deglución supraglótica
Cambiar a consistencias
espesadas
Temperatura: la disfagia orofaríngea mejora con alimentos fríos.
Alteraciones de la dieta
Maniobras facilitadoras de la deglución
Consisten en maniobras de aclaración laríngea, que son
fundamentalmente cambios posturales.
Terapia indirecta de la deglución
Consiste en ejercicios para aumentar el control de la fase
oral y faríngea de la deglución: estimular la sensibilidad
en la hipofaringe e incrementar el efecto protector sobre la
vía aérea.
1. Ejercicios para aumentar la fuerza y movimientos de
mandíbula y lengua.
2. Técnicas de elevación laríngea y cierre vocal.
3. Estimulación térmica: consiste en estimulación con
frío de los pilares amigdalinos anteriores y base de lengua
para aumentar la sensibilidad a nivel del arco aferente de
inicio de deglución, ejercicios propugnados por Rosenbek
y Robbins15.
4. Ejercicios de movilidad del cuello. Son ejercicios orientados a aumentar la fuerza de los músculos elevadores de
la laringe y a permitir la apertura del esfínter esofágico superior, específicamente el genihioideo, el tirohioideo y el
digástrico.
Le pedimos al paciente que desde la posición decúbito
supino mantenga la cabeza elevada durante 1 min (ejercicio de Shaker).
5. Electroestimulación de grupos musculares afectados,
mediante estimulación transcutánea neuromuscular. Vitalstim therapy es un tratamiento aprobado por la Food and
Drug Administration desde el año 200116.
124 Acta Otorrinolaringol Esp. 2009;60 Supl. 1:119-29
– La doble deglución consiste tragar 2 veces el mismo
volumen alimenticio.
– La deglución alterna consiste en deglutir primero sólidos y después líquidos, y se denomina térmica si estos
líquidos son fríos.
– La deglución supraglótica comprende 4 tiempos: inhalar aire y retenerlo en el pecho, poner el bolo en la
boca, tragar y toser antes de volver a respirar.
– La deglución supersupraglótica es similar a la anterior,
añadiendo la maniobra de Valsalva.
– La maniobra de Mendelsohn es una técnica para abrir
el esfínter esofágico superior. lnstruimos al paciente
para que al tragar eleve el hueso hioides con su propia
mano.
– La maniobra mentón esternón o flexión de la cabeza
permite abrir el esfínter esofágico superior y ayuda a
que la base de lengua contacte con la pared posterior
de la faringe para mayor efecto de propulsión y cierre
de la vía aérea. Será útil en los casos de relajación inadecuada del esfínter esofágico superior por afectación del vago.
– La rotación hacia el lado afectado es especialmente útil
cuando vemos debilidad de un lado de la hipofaringe
o cuando hay una hipomotilidad de una cuerda vocal.
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Jaume Bauzá G et al. Tratamiento de las secuelas por el tratamiento quirúrgico de los paragangliomas cervicales y de base de cráneo
Figura 4. Maniobra mentón-esternón junto con rotación de la cabeza
ipsolateral a la paresia.
También será útil tras parálisis de una cuerda vocal,
pidiendo al paciente que gire hacia el lado parético.
También se puede combinar la maniobra mentón esternón con la rotación de la cabeza ipsolateral a la paresia (fig. 4).
– La maniobra “cabeza colgante” dirige por gravedad el
bolo hacia ese mismo lado, deberemos ver qué lado es
el más fuerte y hacia éste se ladea la cabeza.
1. Miotomía del cricofaríngeo. En casos de parálisis faríngea unilateral, la contracción faríngea es inadecuada
para propulsar el bolo a través del cricofaríngeo, y en lesiones vagales altas el esfínter no se relaja adecuadamente. Si,
además, la sensibilidad laríngea está restringida se puede
producir aspiración posdeglución. En estos casos podría
ser útil una miotomía del cricofaríngeo junto con medialización de las cuerdas vocales.
2. Medialización de la cuerda vocal. La medialización
puede realizarse por vía transoral, transendoscópica o por
técnicas transcervicales o inyección transcutánea. Existe
controversia sobre si realizarla en el mismo tiempo, si prevemos la parálisis de la cuerda vocal o poscirugía.
Kendall18 describe un 44% de incidencia de aspiración en
parálisis de una cuerda vocal aislada, y si hay múltiples
neuropatías la incidencia asciende al 58%. En este estudio
la incidencia baja significativamente tras la medialización.
Los pacientes a los que no se evita la aspiración son aquellos que presentan tiempo de tránsito faríngeo alargado.
3. Palatopexia. Está indicada en casos de insuficiencia
velofaríngea unilateral. Se debe realizar adhesión del velo
del paladar a nivel del pliegue de Pasavant, donde se realiza el cierre del velo de paladar de forma fisiológica.
4. Cierre quirúrgico de la laringe (tabla VI). Dentro de las
técnicas de separación se incluyen técnicas de cierre glótico, de cierre supraglótico y de derivación traqueo-esofágica.
5. Gastrostomía.
6. Traqueotomía. Es un tratamiento practicado cuando
hay disnea, pero también conlleva mayor riesgo de aspiración (tabla VII).
7. Toxina botulínica en glándulas salivares para disminuir el riesgo de aspiración basal, si presenta un déficit de
trigger a la deglución y, por tanto, mayor sialorrea19.
8. Toxina botulínica en el cricofaríngeo. Indicada cuando
existe disfunción del cricofaríngeo, con buena motilidad de
hipofaringe20,21.
COMPLICACIONES DEL NERVIO FACIAL
Tratamiento quirúrgico de la disfagia
Los objetivos de la cirugía consistirán en restablecer el
mecanismo esfinteriano fisiológico, es decir, recuperar
el cierre velofaríngeo, el cierre glótico o el esfínter esofágico superior según el déficit que presenten. Frecuentemente, el tratamiento no quirúrgico es efectivo, pero en algunos
casos seleccionados deberemos hacer algo más. Las diferentes técnicas quirúrgicas son:
Una de las complicaciones posibles en el tratamiento de
los paragangliomas de cabeza y cuello es la parálisis facial.
La parálisis facial puede estar causada por el propio tumor
en el preoperatorio, si bien no es frecuente, o ser consecuencia del tratamiento. Ésta se produce por dos mecanismos: por un lado, por afectación central, como complicación de la embolización preoperatoria, y por otro por
Tabla VI. Procedimientos quirúrgicos para separar la vía aérea del esófago. Adaptada de Snyderman27
Cirugía
Evita la aspiración
Voz preservada
Reversibilidad
Traqueotomía
–
+
+
Stent laríngeo
+/–
+/–
+
Separación laringotraqueal
+
–/+*
+
Laringectomía total
+
–/+*
–
*Es posible otro tipo de voz, como la esofágica.
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Tabla VII. Cambios fisiológicos producidos por la traqueotomía
Cambios en la resistencia de la vía aérea
Imposibilidad de generar presión subglótica durante la deglución
Tos débil
Se reduce la capacidad de ole
Se disminuye la sensibilidad de la mucosa
Mal cierre glótico e incoordinación de cuerdas vocales
Interrumpe el ciclo de respiración/deglución
Efecto de cuerpo extraño
Ascensión laríngea limitada durante la deglución
afectación directa durante la cirugía o durante un ocasional
tratamiento con radioterapia. Durante la cirugía se pueden
producir por distintos mecanismos: en primer lugar, por lesiones producidas durante la esqueletización del nervio facial o durante su movilización (rerouting), lo más habitual,
o durante la extirpación propiamente del tumor.
Prevención
Se basa fundamentalmente en la práctica en el tratamiento de estos tumores, lo que conlleva el correcto conocimiento anatómico de la zona, la disección cuidadosa del
nervio, su movilización y, especialmente, su colocación anterior, de modo que no se lesione en esta fase y que se haga
difícil su posterior lesión, inadvertida durante la resección
del tumor propiamente, que en nuestro caso ha constituido
una porción importante de las lesiones producidas. Por
todo ello, la resección de estos tumores sin realizar el rerouting del nervio disminuye de manera marcada la frecuencia
de las parálisis faciales.
La monitorización del nervio durante la cirugía es importante (fig. 5), aunque en menor medida que lo anteriormente descrito. En cualquier caso, es conveniente realizarla, al menos desde un punto de vista médico legal.
Incidencia
Varía en función del tamaño del tumor tratado y con las
distintas estadísticas.
Existen distintas formas de presentación de la parálisis
facial, en función del momento en el que se descubre la lesión: preoperatoria, intraoperatoria o postoperatoria. En
función del grado de lesión puede ser completa o parcial;
se suele aplicar la escala de House-Brackmann.
Tratamiento
Las parálisis faciales producidas como complicación de
la embolización preoperatoria pueden evolucionar espontáneamente hacia su resolución o requerir el tratamiento de
las secuelas en función de su grado.
La sección/lesión marcada intraoperatoria debe tratarse
con la sutura epineural del nervio. Nosotros utilizamos
Prolene de 8/0 y disponemos 3-4 suturas, que deben permanecer sin tensión. Cuando se ha producido una lesión
marcada en una zona del nervio, en nuestra experiencia, es
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Figura 5. Disposición en quirófano de los electrodos para la
monitorización del nervio facial.
preferible resecar la zona lesionada y proceder a la sutura
del nervio. Si la zona de nervio lesionado es muy amplia,
circunstancia habitualmente muy poco frecuente en estas
cirugías, se podrá interponer un injerto neural, habitualmente nervio auricular mayor o, menos frecuentemente,
nervio sural, que siempre debe dar lugar a un resultado
más adecuado que las anastomosis con otros nervios (hipogloso).
Cuando encontramos una parálisis postoperatoria, con
nervio anatómicamente intacto, habitualmente adoptamos
una actitud expectante: seguimiento de la función facial,
tanto clínica como electrofisiológica (electroneuronografía
temprana y electromiografía a partir del mes). En general,
es adecuado realizar algunas de las medidas de tratamiento de las secuelas (véase más adelante). La gran mayoría de
los pacientes experimentará una recuperación adecuada de
la función facial, hasta un House Brackmann 1-2, y en menor medida un 3-4. Si pasados los 6 meses se mantiene un
nervio facial con una parálisis completa,aloraremos la posibilidad de realizar una anastomosis hipogloso-facial,
siempre y cuando el paciente presente escasas secuelas de
pares bajos y una deglución segura y eficaz. De no ser así,
contemplaremos la realización de medidas dinámicas o estáticas para el tercio medio e inferior de la cara (fig. 6).
Transposición del músculo temporal con la técnica de Labbé
Tendón de inserción en la coronoides, movilizado la comisura labial y sendos labios, técnicas estáticas, como el lifting, y la suspensión de la cara con fascia lata (fig. 7), así
como el adecuado tratamiento de la región orbitaria y frontal (véase más adelante).
Tratamiento de las secuelas
Las parálisis faciales presentan secuelas funcionales (las
más importantes) y estéticas, que si bien conllevan una menor carga son también muy importantes porque la cara es
el elemento más visible de cualquier ser humano, y afecta
de manera dramática a sus posibilidades de comunicación.
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A
B
Figura 6. Pre y postoperatorio de una transposición del músculo temporal en un paciente con parálisis facial y afectación de
pares bajos que aconsejaban no sacrificar otro par craneal (XII), en vistas a mantener su aceptable deglución.
Cejas. Su elevación se puede obtener mediante abordaje
directo (resección de piel por encima de la ceja). Debe realizarse en conjunción con el tratamiento del párpado. Si no
conseguimos un correcto cierre del párpado, elevar la ceja
conllevaría un agravamiento del cierre palpebral. El tratamiento más adecuado, aunque exige anestesia general habitualmente, es la frontoplastia endoscópica, la cual mediante incisiones dentro de la línea del cabello permitirá
obtener el mismo resultado de una manera más cosmética
al evitar las incisiones visibles. En general, lo reservamos
para pacientes más jóvenes o en mejor estado de salud y
que deseen pasar por un procedimiento algo más complejo.
Figura 7. Imagen intraoperatoria de una suspensión con fascia lata,
en una paciente con importante descolgamiento de la cara
y afectación del IX, X y XII.
Párpados. La rehabilitación de la imposibilidad de cerrar
el ojo se trata al menos con una tarsorrafia, técnica que en
general limitamos a pacientes en mal estado general o que
rechacen otro tipo de tratamientos. Más adecuada es la disposición pesas de oro o platino en el párpado superior, con
lo que obtendremos el cierre de éste, al menos en posición
de decúbito y mediante la participación de la fuerza de la
gravedad. El párpado inferior debe corregirse mediante
una cantopexia y ocasional resección de una tira tarsal22.
Tercio medio facial. Ocasionalmente, independientemente
del tratamiento del párpado inferior, se mantiene presentando una exposición escleral por el descolgamiento de los
tejidos de la región infraorbitaria (tercio medio facial). En
estos casos debemos obtener el ascenso del mismo, bien
por abordaje transconjuntival, subciliar o por abordaje temporal, acompañados en todos los casos del despegamiento
y liberación por abordaje intraoral gingivoyugal.
Equilibrio de la cara mediante parálisis contralaterales. Parte
de la afectación estética de la cara viene determinada por la
desviación de sus estructuras hacia el lado no afectado, especialmente durante la mímica facial. En estos casos, y antes de la generalización del uso de la toxina botulínica, se
realizaron miectomías, especialmente de la comisura bucal
contralateral, cuyos resultados en nuestra experiencia son
buenos a corto plazo y pobres a largo plazo. Actualmente,
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A
B
B
Figura 8. Infiltración con Botox® de la musculatura palpebral, en una paciente con blefarospasmo tras reconstrucción del nervio facial lesionado,
mediante regularización de ambos extremos y sutura término-terminal.
local y de manera ambulatoria, y ofrece un resultado estable pasada la irregular reabsorción inicial.
TRATAMIENTOS DE OTRAS SECUELAS
Fístula de líquido cefalorraquídeo
Figura 9. Lipoinfiltración en paciente afectada de parálisis facial
completa, ya sometida a una trasposición del músculo temporal
con técnica de Labbé.
la toxina botulínica, Botox® (fig. 8), es una herramienta valiosa y potente, aunque temporal. En general, debemos utilizarla 3 veces al año y nos permite corregir el desvío de la
comisura hacia el lado sano al reír, equilibrar el ascenso de
las cejas del lado sano, así como la presencia de arrugas en
éste, comparado con el contralateral, y tratar las sincinesias
que pueden ser muy marcadas, tanto en las reinervaciones
espontáneas como las contracciones en masa tras las anastomosis hipogloso faciales. Así, el cierre del ojo paralizado,
especialmente durante la masticación, puede corregirse
con 2 inoculaciones de 1-2 U, en dos puntos del párpado
superior y ocasionalmente del inferior. El equilibrio de la
comisura bucal requiere 10-15 U. En cualquier caso, las dosis deben individualizarse en cada paciente.
Equilibrio de volúmenes de la cara. La falta de actividad mecánica de los músculos faciales conlleva una alteración en
la simetría de volúmenes de la cara, que puede corregirse o
camuflarse con sustancias de relleno (ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica + hialurónico, Radiesse®) o con lipoaspiración y lipoinfiltración23 (fig. 9), que si bien es sustancialmente más laborioso puede realizarse con anestesia
128 Acta Otorrinolaringol Esp. 2009;60 Supl. 1:119-29
La fístula de líquido cefalorraquídeo y el ocasional desarrollo de una meningitis es una complicación importante
en la resección de los tumores yúgulo-timpánicos, que
puede comprometer la vida del paciente, y que no es excepcional, especialmente en los tumores grandes y, sobre
todo, si existe extensión intradural, en cuyo caso se presenta con mucha mayor frecuencia, aunque afortunadamente de manera temporal. Su abordaje intraoperatorio se
lleva a cabo realizando un adecuado cierre dural, lo que
no siempre es fácil o factible, y utilizando grasa abdominal
y, ocasionalmente, materiales sintéticos, como el Duragen®. El correcto cierre del conducto auditivo externo y el
bloqueo de la trompa de Eustaquio forman parte fundamental en las resecciones de tumores avanzados24. En la
repesca de pacientes que hayan podido ser tratados con
radioterapia en sus distintas modalidades, y en los que se
haya podido producir una evolución del tumor que exija
su tratamiento, la aparición de una fístula puede comprometer mucho más la vida del paciente, por su dificultad
para cerrarlos. En estos casos, deberá considerarse la realización de un colgajo microvascularizado que aporte tejido
más vital. Para su diagnóstico, cuando existan dudas, la
utilización de trazas beta es de un valor inestimable, por
su facilidad (cualquier laboratorio que pueda determinar
proteínas) y fiabilidad.
Complicaciones vasculares
Los Pg carotídeos pueden exigir la resección de la carótida interna, bien por afectación amplia de ésta o por lesión
intraoperatoria de ésta no recuperable. Es importante dominar la técnica de realización de un shunt o bypass intraoperatorio, que nos permita realizar su resección y ocasional
reconstrucción con vena safena de manera segura. En nuestra experiencia, la colaboración con el cirujano vascular es
de una gran ayuda.
La sección o bloqueo del seno sigmoide y golfo de la yugular puede dar lugar de por sí a hipertensión intracraneal,
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tanto más si se presenta una trombosis del seno transverso.
Esta circunstancia hace aconsejable monitorizar en el postoperatorio de estos pacientes, especialmente mediante la
realización de una exploración de fondo de ojo (papiledema) y, ocasionalmente, angiorresonancia y/o arteriografía,
así como monitorización cruenta de ésta. La necesidad de
anticoagular a estos pacientes sigue siendo controvertida,
pero es nuestra práctica habitual en este momento. La interconsulta con neurocirugía es obligada y, si el cuadro es
grave o se mantiene en el tiempo, deberá realizarse un drenaje ventrículo peritoneal.
La trombosis de la carótida interna intrapetrosa puede
presentarse en casos avanzados que requieren la manipulación extensa de la misma, pudiendo dar lugar a un accidente cerebrovascular25. La repermeabilización endovascular y la utilización de la uroquinasa pueden
permitir su control. La rotura de la misma puede exigir
su bloqueo mediante balones endovasculares, que si bien
controlan el sangrado pueden dar lugar a complicaciones
isquémicas.
Declaración de conflicto de intereses
Los autores han declarado no tener ningún conflicto de intereses.
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