Disfagiaaldia.com se permite publicar este editorial y lo pone a disposición de sus consultores y susbcriptores. Este editorial representa la visión personal de su autor y no necesariamente la visión general de disfagiaaldia.com. Disfagiaaldia.com es un espacio de discusion y crecimiento profesional que permite la reflexión continua de una profesión. _________________________________________________________________________ Independientemente de mi Conocimiento y Experiencia: “Solo sé que poco sé” (Editorial) Por Ruben Diaz. MA. CCC-SLPII Fonoaudiologo/Patologo del Habla. Enero 22, 2013 Recientemente tuve la oportunidad de precedir un entrenamiento de profesionales en el manejo de tecnicas diagnosticas de la deglución, espeficamente en el uso de videofluoroscopia de la deglución. Durante los dias de entrenamiento, tuve la oportunidad de discutir distintos topicos profesionales que de una u otra manera, también tenian un matiz personal y etico. Entre las muchas discusiones que tuve la oportunidad de participar, llamo mucho la atención de algunos colegas, el hecho que yo afirmara que muy a pesar de mis casi 20 años de experiencia, yo con frecuencia experimentaba temor y me daba cuenta que mi llamada “experiencia profesional” se quedaba corta a la hora de trabajar con algunos de los pacientes con disfagia. Estoy seguro que inicialmente llamó la atencion lo contradictorio de la situación; no sólo ellos estaban atendiendo a un curso de entrenamiento supuestamente con “un experto en el area de la disfagia”, sino que ahora el “experto” les estaba diciendo que quizas algunas de las cosas que les estaba diciendo “no estaba muy seguro si eran o no correctas.” En realidad, profesionalmente pienso que siempre puedo clasificar a mis colegas de muchas maneras, pero se que no me equivoco cuando los clasifico a algunos de ellos como fantásticos en conocimiento pero con muchos vacíos en la aplicabilidad clínica; otros se presentaban con poco conocimiento básico pero con grandes voluntades clínicas; y por fortuna, colegas que tienen gran conocimiento básico y específico y gran poder de aplicación clínica. En cualquiera de las tres clasificaciones, estoy seguro que no me equivoco cuando digo que no importan las circunstancias y el nivel de experiencia: el trabajo con el paciente disfágico tiene “un alto riesgo y poco lugar para equivocarse.” Siempre observo con preocupacion como algunos profesionales (nuevos y veteranos) dedican poco a su formacion profesional y en cambio asumen rápidamente la aplicación de nuevas técnicas o tecnologías sin profundizar más alla de lo que quienes les entrenan o venden el producto les han puesto a su disposición. Diariamente encuentro personas que ofrecen servicios de toda clase: estimulación electrica para deglución con un mínimo entrenamiento, programas de intervención en estetica facial (éste último, un campo de acción del cual no estoy seguro sea de nuestro dominio profesional), estimulacion electrica para la voz, nuevas tecnicas de intervencion intra and extrahospitalaria, nuevos protocolos de diagnóstico con poca credibilidad investigativa y poco respaldo basado en la evidencia, o trabajo en nuevas tendencias como la atención domiciliaria también conocida como “home health”, que de alguna manera están “facilitando el acceso a los pacientes” pero que ofrecen una nueva frontera de preguntas y riesgos aun por responder y clasificar, etc. No es que personalmente no crea en la incursion y desarrollo de nuevos campos de intervención profesional, pero sic reo que deberiamos ser más cuidadosos a la hora de emprender nuestro trabajo en esas areas. De regreso a mi planteamiento inicial: pienso que mi afirmación tiene un punto de partida y un objetivo específico: No importa cuanto nos preparemos, cuanto practiquemos, cada caso tiene un momento y una particularidad tal, que por mucho que sepamos siempre corremos el riesgo de equivocarnos. El único problema, es que una equivocación nuestra cuando trabajamos con pacientes con disfagia, puede tener consecuencias tan graves, que prodriamos incurrir no solo en consecuencias morales y eticas, sino también legales. A todo esto se suman interrogantes tales como: - Quién supervisa nuestras intervenciones? Quienes garantizan que nuestros consumidores (lease pacientes en muchos casos) reciban una intervencion de calidad y responsable? Quién responde ultimadamente por nuestras acciones profesionales negativas? En muchas regiones, estas son preguntas aún sin responder, quizás aún nisiquiera alguien se las ha planteado. En mi caso, pienso que tienen una respuestas que requieren principios personales y profesionales. Particulamente pienso, que debemos ser cuidadosos y siempre pensar que lo que hacemos por nuestros pacientes, que nuestras intervenciones, por novedosas que sean, siempre pueden tener consecuencias. Siempre recomiendo que se debe tener un “temor fundamental a equivocarse” para que asi se hagan las cosas con mas cuidado, con más conciencia y con menos afán de consumo y lucro.” Todo programa de entrenamiento de pregrado y pos-grado, incluyendo eventos de educacion continuada, deben advertir a sus participantes que en cualquier caso, debemos actuar ética y cientificamente con el fin de respaldar nuestras intervenciones y no salir rápidamente a hacer uso de lo aprendido con un animo intervencionista, facilista y lucrativo. Cabe aqui entonces recordar que todo lo que hacemos debe por lo menos tener las siguientes directrices: - Debe determinarse si lo que hacemos esta respaldado por una evidencia adecuada y actualizada. Debe responder a lineamientos éticos y legales.. Nuestras intervenciones deben tener un respaldo fisiologico y de desarrollo en general. Entender que la “generalización” no puede nunca reemplazar la “especialización”. - - Entender que las intervenciones no solo son reguladas por la disponibilidad del mercado; por el contrario, una intervencion efectiva muy seguramente ayudará a transformar los mercados. Las intervenciones deben ser aceptadas y reguladas por la disciplina profesional. Deben siempre existir mecanismos de supervision independientemente que las intervenciones sean intramurales o extramulares (home health). Nuestro conocimiento en nuestra profesion, y en particular en el area de disfagia, es considerado de “nivel de experto” y por tanto debe ser permanentemente reevaluado y las competencias clinicas deben ser bien entendidas antes de pretender prestar servicios en esta área o éste tipo de pacientes. Finalmente, espero que quienes participaron de esa discusión, en su momento, hayan entendido que lo único que quería comunicarles era que un curso, una simple orientacion dada por un empleador, o simplemente el haber leido unos cuantos libros, no garantiza que nuestras intervenciones no causen daños irreparables a una población que ha creido que los fonoaudiologos, logopedas y patologos del habla, son los profesionales idóneos en el tratamiento de las disfagias. Simplemente, no les decepcionemos y hagamos de nuestra profesión, una profesión de calidad y de responsabiliadad que de poco espacio para el cuestionamiento y por el contrario ellos (los usuarios) y otros profesionales, se puedan dar cuenta que si tenemos la cabida profesional que nos acredita como los “profesionales idóneos en el manejo de los problemas de deglución.” Comentarios o respuestas [email protected]