ROMANCE DE DON TRISTÁN Esteban: Hoy le invitamos a seguir nuevamente la idea del romance, este estilo de la tradición literaria española que nos ayuda con Ezequiel Dellutri a mirar otros de los pensamientos o sentires de gente que vivió hace mucho tiempo, pero que hoy al siglo XXI nos traen vivencias que bien podrían ser las del presente. Parece que uno lee estos romances, Ezequiel, y encuentra que a pesar de todo el contexto y la forma en que se dice puede resultar arcaica o antigua, los temas de fondo siguen vigentes. Ezequiel: Sí, porque creo que el ser humano al margen de la tecnología y de los avances, y de los avances intelectuales también sigue sintiendo siempre de la misma manera. Creo que no hay una diferencia en como sentía el hombre de la Edad Media a como sentimos nosotros. Probablemente la diferencia radique más en como vemos al mundo, pero creo que el dolor siempre es dolor, la angustia siempre es angustia, el amor siempre es amor, la alegría siempre es alegría, y en ese sentido me parece que la humanidad toda a lo largo de la historia tiene un núcleo claramente en común que nos interrelaciona con otras épocas, con otros tiempos. Cuando uno ve una imagen de una persona llorando no importa que sea un japonés, que sea un chino o que sea un árabe, identifica claramente que es lo que está pasando por dentro de esa persona, porque las emociones las experimentamos todos de la misma manera con variables o matices pero en esencia es lo que nos unifica, y la poesía habla directamente a la emoción. Entonces al margen de la cáscara que puede separarnos, de las brechas que nos separan como se dice en literatura de un romance como el que vamos a leer y a intentar analizar en el día de hoy, a pesar de eso, siempre hay un mensaje que intenta llegar al corazón de alguna manera y que también por intermedio del corazón llega a la razón, porque de eso se trata la literatura, de reflejar la interioridad del ser humano, y de eso se trata la poesía. Esteban: Este es uno de los “viejos romances”. Ezequiel: Exactamente, básicamente se reconocen dos periodos dentro de los romances, un período más arcaico o más primitivo donde el romance estaba más relacionado con el poema épico o con el tema netamente caballeresco, y una segunda etapa posterior donde se va desprendiendo de ese tipo de temas, el romance era esencialmente la letra de canciones populares que la gente repetía y a la que era muy afecta, y generalmente hacen referencia a historias que ya se conocían previamente, por eso muchas veces los romances omiten determinados detalles porque el que frecuentaba el romance en la época en que el romance fue creado en la historia ya lo conocían. Entonces no necesitaba que el romance le contara completa la historia sino que con que contara fragmentariamente bastaba, a veces era solamente el final o solamente el principio, es decir solo uno de los núcleos narrativos de la historia en general, pero eso le bastaba a la persona porque la persona conocía perfectamente el resto de la historia. Esteban: Veamos el que hemos elegido para hoy Ezequiel, ¿cómo se titula? Ezequiel: “Romance de Don Tristán”. Esteban: ¿Vemos el texto te parece? Dice así: “Herido está Don Tristán de una mala lanzada, dierasela el Rey su tío por celos que de él cataba, el hierro tiene en el cuerpo, de fuera le tiembla el asta, valo a verla la reina Iseo por la su desdicha mala, júntanse boca con boca, cuanto una misa rezada, llora el uno, llora el otro, la cama bañan en agua, allí nace un arboledo que azucena se llamaba, cualquier mujer que la come luego se siente preñada, comierala reina Iseo por la su desdicha mala”. Ezequiel: Es complicado de entender. Este es uno de esos romances que hace referencia a un fragmento de la historia, concretamente al final de la historia de Tristán e Iseo, historia muy famosa porque además fue adaptada de manera operística por Wagner. Es decir que fue una historia que incluso ha inspirado a muchos artistas plásticos. Una historia bien conocida pero que vale la pena refrescar para poder comprender en profundidad este poema. Tristán es un caballero que pertenece al ciclo artúrico es decir un caballero del Rey Arturo pero que está al servicio de otro rey que a su vez es como subsidiario del Rey Arturo. Este Rey es el Rey Marco, el Rey Marco en un momento de su vida decide casarse, entonces encuentra que hay una princesa que se llama Iseo o Isolda que vive en una isla lejana y entonces manda a un pequeño grupo de soldados para que la vayan a buscar y la traigan de manera amable y amigable, pero que la traigan para que ella se pueda casar con él, de manera que los soldados van a protegerla. Como su hombre de confianza es su sobrino Tristán, su mejor caballero, manda al frente de esta expedición a Tristán. El avanza, llega y se encuentra con Isolda para trasladarla, cuando suben al barco para llevarla, se acerca la nodriza, la mujer que la había criado a Isolda y le da una pócima a Tristán y le dice “yo quiero mucho a Isolda, la crié, la vi crecer y quiero que sea feliz en su matrimonio con la persona con la que se case. Así que te doy esta pócima, este filtro de amor para que vos pongas un poco en la copa de ella y un poco en la copa del Rey Marco con el que ella se va a casar, cuando ellos tomen esto, la primera persona que vean, de esa persona se van a enamorar perdidamente”, Tristán le dice que lo va a hacer, guarda la botella en un lugar seguro en el barco y comienza la travesía para volver al reino del Rey Marco para poder concretar el casamiento. En un momento Isolda y Tristán para pasar el tiempo están jugando al ajedrez, tienen sed, y le piden a un soldado que por favor traiga algo para tomar, el soldado busca y no encuentra nada y de repente ve la botella con la pócima, entonces le sirve a cada uno y les entrega las copas, ellos beben y como están jugando al ajedrez, están enfrentados, lo primero que ven cuando terminan de tomar es el uno al otro, y se enamoran perdidamente, pero por supuesto hay un problema, que Tristán es un caballero y como un caballero tiene el pacto de vasallaje con el Rey por lo tanto debe hacer lo que el rey le ha dicho, como él es un caballero fiel decide entregar a Isolda a su Tío el Rey Marco a pesar de lo que él siente. Esto refleja un problema mucho más complejo que existía en la Edad Media y que es un gran tema dentro de la literatura, que es el “amor cortés”. Los matrimonios dentro de la nobleza eran matrimonios arreglados para lograr determinadas alianzas circunstanciales o necesarias, entonces esto hacía que el amor quedara replegado a un segundo lugar, porque había que mantener una unión formal que permitiría una determinada alianza política. Entonces se empieza a generar dentro de las cortes una cierta tensión por todo esto, porque uno se veía obligado a casarse con una persona que no era la persona que amaba, y paralelamente a esto se va generando un concepto que se llama el amor cortés. El amor cortés era que un hombre que estaba casado o no, cortejaba a una mujer que podía estar casada o no y la cortejaba con una especie de lo que nosotros llamaríamos amor platónico por lo menos en primera instancia. Esteban: Un coqueteo. Ezequiel: Exactamente, la mujer sabía, el hombre también sabía y de alguna manera se iban interrelacionando dentro de las posibilidades muy limitadas que se daban dentro de la corte de interrelaciones entre hombres y mujeres de la Edad Media se iban relacionando y vinculando, entonces cuando iban avanzando, el hombre por ejemplo le pedía un pañuelo o un objeto a su dama cuando salía a pelear, a combatir, o a mostrar su destreza en combate, guardaba en algún lugar visible de su armadura ese pañuelo para que la mujer supiera que él estaba dedicándole todos sus esfuerzos a ella, y se empieza a generar este tema casi religioso de relación entre un caballero y su dama. La consumación física del amor no se daba siempre, a veces quedaba en ese coqueteo que rozaba el límite de lo “histérico” diríamos nosotros, que generaba una tensión de índole sexual muy grande dentro de la corte, y también se escribía mucho para las damas. Entonces un caballero iba y leía su poema ante la corte, nadie sabía a quién iba dirigido, pero entre el enamorado y su amada había una complicidad que hacía que la mujer supiera que ese texto iba destinado a ella. Esteban: Así que era un juego en el cual todos participaban y era públicamente revelado aunque no específicamente las personas y los nombres. Ezequiel: Exactamente, pero todo el mundo participaba de este juego, yo imagino que terminaba siendo una de esas cosas que la sabe todo el mundo pero nunca se hablan. Es decir que terminaban jugando este tipo de cosas. Esto generaba conflictos permanentes entre ellos, pero también generó toda una poesía, la poesía amorosa propia de la edad media, la poesía típicamente cortesana surge precisamente de esto. Por otro lado, si bien a nosotros nos resulta claramente un acto de infidelidad de lo que estamos hablando, sin embargo, hay un grado de comprensión de lo que ellos hacían porque ellos no podían vivir el amor dentro del matrimonio porque no tenían la capacidad de elección hacia su mujer, y eso hacía que tuvieran que vivir el amor por fuera del matrimonio. De manera que quedaba como establecido que el matrimonio era un pacto básicamente necesario, y el amor corría por estos carriles, del amor cortés, del amor cortesano. Lo que por supuesto genera muchos conflictos porque de alguna manera era no terminar de solucionar el tema. La idea de Don Tristán, Iseo y este romance refleja precisamente esa tensión que existía en el ámbito este del amor cortés, porque Tristán se va a convertir en el enamorado de Isolda, Isolda lo va a amar perdidamente, pero nunca va a haber consumación del amor físico entre ellos, ni siquiera al final de la historia. Entonces dentro de la historia los autores iban poniéndolos a los personajes cada vez en situaciones más comprometedoras, se perdían en el bosque y tenían que pasar la noche juntos, cuando los iban a buscar los encontraban con la espada de Tristán separándolos en el medio para que uno no llegara al otro, como símbolo de castidad y de pureza. Entonces permanentemente se van dando estos elementos dentro de la historia de Tristán e Iseo, hasta que finalmente el Rey Marco empieza a sospechar, ese sistema que comentamos recién establecido dentro de la Edad Media se empieza a rescrebrajar porque obviamente es un sistema que no está pensado desde un punto de vista que un ser humano pueda soportar vivir ese contexto o esa tensión, entonces el Rey se enfurece y sucede lo que pasa acá, el Rey va juntando tensión, no tiene pruebas porque no hay una consumación como decíamos recién carnal del amor entre Tristán e Iseo, distinto Esteban a lo que sucede con por ejemplo Arturo, la reina de Ginebra y Lanzarote donde si hay una consumación carnal, entonces hay pruebas de lo que sucede, el Rey (Arturo) lo permite porque él considera como amigo a Lanzarote, y a pesar de que de alguna manera él sabe lo que está pasando con su esposa él lo deja correr, finalmente tiene que reaccionar porque sus enemigos logran descubrir el momento justo donde Lanzarote está con la reina y él se ve obligado a actuar por eso. Eso refleja esta tensión de la época que para nosotros es muy difícil de entender porque vivimos de manera bastante distinta en términos generales el amor con respecto a cómo se lo vivía en este tiempo. Esteban: Hacemos una pequeña pausa en la charla con Ezequiel Dellutri, estamos mirando esto entonces del amor cortés en el contexto de un romance que habla de este Don Tristán que tuvo que enfrentar una herida terrible de su tío el Rey, ya venimos. PAUSA… Esteban: El romance de Don Tristán Ezequiel nos encuentra ilustrando el final de la historia que nos relatabas antes de la pausa. Ezequiel: Exactamente, comienza con el momento en el que el Rey Marco cansado de este coqueteo incesante de Tristán e Iseo o Isolda, desde una torre le arroja una lanza que lo atraviesa a Tristán y Tristán queda agonizando. Dice: “Herido está Don Tristán de una mala lanzada, dierasela el Rey su tío por celos que de él cataba”, es decir que él tenía, claramente tenemos el primer momento del final de esta historia. La descripción que sigue es notable “…el fierro tiene en el cuerpo…”, es decir que la lanza tenía la cabeza metálica y después el resto era de madera, “el fierro está clavado dentro del cuerpo, y de fuera le tiembla el asta”, es decir que tiene la cabeza de hierro metida en el cuerpo pero el asta, el mango de la lanza a quedado afuera y tiembla, tiembla por dos cosas, en primer lugar por el dolor que el siente que lo hacen moverse y también porque acaba de ser lanzada y queda temblando durante un momento, pero es una imagen dolorosa porque él tiene la lanza clavada y la lanza se mueve lo que quiere decir que él está realmente sintiendo un dolor muy fuerte y muy profundo. “Valo a ver la reina Iseo por la su desdicha amada, juntanse boca con boca cuanto uno misa rezada, llora el uno, llora el otro, la cama bañan en agua”, aquí hay una exageración poética, la cama bañada en agua, hay ahí un salto, un espacio de indeterminación que tenemos que completar nosotros, arrancamos con Tristán atravesado por la lanza y ahora ya está en la cama en su lecho de muerte. Esteban: Muy rápido pasa todo. Ezequiel: Exactamente, y ahí va a verlo, esto es típico del romance, el romance tiene permanentemente estos saltos. Insisto, la gente ya conocía la historia entonces no necesitaba ir a los detalles pequeños, iba solamente a lo más importante, hay una versión más larga de este mismo romance que puede leerse que tiene algunas diferencias y que tal vez agrega algún detalle que en este momento nosotros nos estamos salteando. La reina Iseo pasa por encima de todos, va y lo besa porque sabe que está muriendo, deja las apariencias de lado, ya las apariencias quedaron en un segundo plano absoluto para ella. Ahora ya está entregada, dice que lloran tanto que la cama bañan en agua, exageración poética muy propia de la poesía española y sobre todo de la poesía medieval, dice que a raíz del agua que cae de esta cama “nace un arboledo que azucena se llamaba, cualquier mujer que come del fruto dice que luego se siente preñada”. “Preñada”, tenemos que entender que no es embarazada como diríamos nosotros sino enferma hasta la muerte, es como venenoso el fruto que da este árbol. “Comierala la reina Iseo por la su desdicha mala”, la reina Iseo termina en ese árbol que es el fruto de alguna manera del amor que ellos sintieron o del final de ese amor, da un fruto envenenado y ella decide comer ese fruto para terminar con su vida, de hecho Tristán e Iseo son enterrados uno al lado del otro porque mueren casi simultáneamente por el amor que se tienen, no pueden vivir uno sin el otro. Esteban: ¿Romeo y Julieta tienen algo que ver en todo esto? Ezequiel: Por supuesto que Romeo y Julieta es una historia que tiene que ver muchísimo con esto, estos amores que terminan trágicamente. Cuenta la leyenda de Tristán e Iseo que de donde enterraron a cada uno crece un árbol distinto y esos árboles se van entrelazando entre ellos como si de alguna manera ellos permanecieran juntos hasta el final, incluso que en los árboles se posan pájaros distintos que también forman parejas porque ellos son de alguna manera el reflejo de un amor muy profundo que trasciende la muerte, y en este sentido el tema del amor más poderoso que la muerte es una constante dentro de la literatura romántica o amorosa en términos generales, generar un amor que trascienda a la muerte y que llegue más allá. Este romance habla de muchos temas Esteban porque tenemos el tema de la venganza, tenemos el tema de la infidelidad no consumada, me gusta este concepto porque no hay consumación carnal pero sin embargo hay infidelidad, porque la infidelidad es una cuestión mental como dice Jesús, el que mira a la mujer y codicia, no importa el hecho sino la actitud, y acá claramente lo que el amor cortés permitía, era una actitud de infidelidad. Esteban: La justificaba de alguna manera o la permitía. Ezequiel: Exactamente, y la aceptaba. Hay una palabra que me gusta mucho porque creo que refleja muy bien lo que sucedía, lo naturalizaba, lo transformaba en algo natural, y el naturalizar conductas que no son correctas forma parte de la naturaleza humana y creo que es uno de los principales problemas que todos tenemos que enfrentar, la naturalización del mal, la naturalización de cosas que son incorrectas y que nos llevan a resultados impropios, pero que sin embargo simplemente porque suceden con frecuencia vamos aceptándolas como si fueran corrientes o cotidianas. Esteban: Hay gente que incluso llega a decir que la infidelidad es parte de la vivencia humana y es así como somos y no hay vuelta de hoja, y termina justificando cosas como las del romance que acabamos de leer. Ezequiel: Exactamente, ese mismo razonamiento se está aplicando en nuestros países a otros temas como la violencia, como la droga, ya hay una aceptación de que determinadas cosas son así, una aceptación de que nuestras ciudades latinoamericanas son violentas, una aceptación de que todo el mundo se droga, entonces parecería que fumar marihuana es lo más natural del mundo, ya pasa una persona fumando marihuana por al lado nuestro y nadie se escandaliza. Es decir, empezamos a naturalizar, es decir a hacer que eso forme parte de nuestra vida, y empezamos a permitir cosas que no deberíamos permitir. Esteban: Y ahí hay un gran peligro. Ezequiel: Por supuesto, hace treinta años atrás Esteban nadie hablaba de aborto pero hoy todo el mundo habla de aborto y empiezan a salir en nuestros países las primeras leyes que aprueban el aborto, nadie hablaba de matrimonio igualitario, este término que hasta de lo lingüístico es complicado de entender, nadie hablaba de eso y hoy tenemos leyes que abalan este tipo de vínculos. De alguna forma fuimos naturalizando como habían naturalizado en la Edad Media el tema de la infidelidad, lo vamos convirtiendo en parte de nuestra vida y cuando lo convertimos en parte de nuestra vida lo vamos aceptando. Tal vez nuestros oyentes digan, si pero yo no lo practico, yo no lo hago, pero el problema está en que lo toleramos, y la tolerancia tiene un límite porque hay un momento en el que yo empiezo a tolerar y empiezo a claudicar. Esteban: Claro y en vez de ser tolerantes, acepto todo indiscriminadamente. Ezequiel: Porque no es lo mismo ser tolerantes que ser permisivos, que ir dejando que las cosas vayan avanzando. Entonces nosotros tenemos que saber en qué momento tenemos que hablar, tenemos que saber ser tolerantes con las personas, pero no con las conductas que va adquiriendo toda una sociedad. Uno puede ser tolerante con algunas cosas pero cuando se transforman en leyes, es decir que empiezan a ser normativas para algunos de nuestra sociedad ahí estamos frente a un problema. Es decir que yo puedo tolerar que una persona fume marihuana y hablarle y convencerla de que no lo haga y llevarla a otro lugar, pero cuando un país aprueba una ley relacionada con esto, y en nuestros países si no se aprobaron se empieza a conversar seriamente sobre estos temas lo que ya es preocupante, estamos empezando a pasar de la tolerancia a la permisividad, a permitir que esto forme parte de la naturaleza. Nosotros tenemos que pensar mucho en cómo estamos formando a las futuras generaciones Esteban, porque nosotros venimos de un tiempo (pongo el ejemplo de la marihuana porque me parece que es el más claro) que fumar marihuana estaba terriblemente mal y estamos pasando a la aceptación de este tipo de conductas, pero nuestros hijos, los chicos que nazcan a partir de este año, o el año pasado, o el año anterior, lo van a vivir a lo largo de toda su vida como si fuera algo normal. Esteban: Porque ya es parte integrada. Ezequiel: Porque ya es parte integrada, y ahí ¿cómo explicamos que está bien y que está mal? Entonces nosotros como sociedad tenemos que reaccionar y como cristianos tenemos que reaccionar, esto lo he dicho muchas veces, me da mucha lástima cuando los cristianos reaccionamos frente al matrimonio igualitario pero no reaccionamos frente a la legalización de la droga con el mismo énfasis, ni con la misma convicción, creo que tenemos que comprometernos. Hay una sociedad que necesita patrones éticos, los cristianos somos portadores de esos patrones, tenemos que empezar a jugarnos por transmitir, a negarnos a la naturalización de este tipo de conductas para poder llegar al otro y promocionando valores que sean distintos a los que promociona nuestra sociedad, Dios nos pidió que seamos mensajeros, sal y luz, de un mensaje de amor pero también de un mensaje racional que tiene normas, y normas para que nuestra vida sea una vida mejor.