También está libre de ácido úrico y toxinas propias de los alimentos de origen animal. La fibra libre de gluten la hace un alimento altamente aprovechable para la dieta celíaca. Debido a esta característica, la Quinua es de ingesta fácil, ayuda al tránsito intestinal, estimula la flora bacteriana y ayuda a prevenir el cáncer de colon. Al mismo tiempo, ayuda a eliminar toxinas, absorbe agua y permanece más tiempo en el estómago por lo que otorga plenitud. (Apaza, 2005). Además contiene fitoestrógenos, sustancias que previenen enfermedades crónicas como la osteoporosis, cáncer de mama, enfermedades del corazón y otras alteraciones femeninas por la falta de estrógenos durante la menopausia. Postmenopáusicas ocasionadas por la falta de estrógenos. Gracias a su contenido rico en magnesio, riboflavina y cobre mejora la salud cardiovascular y aumenta la energía del metabolismo del cuerpo; así, el consumo de Quinua además de reducir el riesgo de cáncer de seno ayuda a prevenir cálculos biliares e incluso asma infantil. En la región andina, tradicionalmente la Quinua es considerada como una planta medicinal que posee propiedades analgésicas, antiinflamatorias y cicatrizantes. Se aprovecha las semillas, hojas, tallos, ceniza y saponina para curar dolencias y afecciones humanas. Sus usos más frecuentes son en tratamientos a base de cataplasma y emplastes elaborados a partir de las hojas y el grano para desinflamar la garganta, curar las anginas, infecciones de la piel y luxaciones. Las hojas en infusiones y el mismo grano purifican el estómago, desalojan flema y bilis, quitan nauseas, sirven como laxantes y en general ayudan a dolencias del sistema urinario. El caldo de las hojas ayuda al escorbuto y otras enfermedades causadas por avitaminosis. El agua de grano disminuye insomnio y dolor de oído. Las saponinas son sustancias orgánicas de origen mixto que se encuentra en la Quinua, ya que provienen tanto de glucósidos triterpenoides (de reacción ligeramente acida), de esteroides derivados de perhidro 1,2 ciclopentano fenantreno. Estas moléculas se hallan concentradas en la cascara de los granos. En las formas silvestres y las variedades amargas de Quinua, el contenido máximo (aproximado) de saponina es de un 2,8% (aunque el rango es variable de acuerdo con la especie y ecotipo), que, comparado con las exigencia actuales del mercado, que fijan como valor limite 0,05%, es extremadamente alto (Fonturbel, F. & G. Mirones, 2003). Las saponinas no tienen una formula química bien definida por el origen dual anteriormente explicado; sin embargo, de manera general, se puede sugerir el siguiente esqueleto base: CnH2N8O10. Además del fuerte sabor amargo, se ha descubierto que las saponinas son ligeramente toxicas para los animales y el ser humano, y por ello deben ser eliminadas antes del consumo del grano. Estos alcaloides reciben el nombre de saponinas, por la naturaleza jabonosa que tienen. Las principales propiedades de las saponinas son la abundante producción de espuma cuando son disueltas en agua y agitadas, y también la solubilidad en alcohol absoluto y otros solventes orgánicos, las soluciones adquieren una coloración blanca a ligeramente parda (Fonturbel, F. & G. Mirones, 2003). La saponina presente en la Quinua resulta muy buena para elaborar jabón por su actividad hemolítica. Por otro lado, la saponina se utiliza en la industria farmacéutica, en los cosméticos, en la obtención de cerveza, líquidos de extinción de incendios, crema hidratante, hormonas sintéticas, pesticidas, crema corporal, agente emulsionante de grasas, emulsificador y aceites, en la industria fotográfica, antibióticos y dentífricos. Usos del grano de la Quinua: 78