Concierto de piano Pianista: Ignacio Cecchini Repertorio: W. A. Mozart - Fantasía n.º 3 en re menor, K. 397 F. Chopin - Nocturno Op. 32 número 2 - Nocturno dOp. 55 número 1 J. Aguirre - Aires nacionales argentinos Op.17 5 tristes Béla Bartók - Allegro bárbaro (Sz. 49) Ignacio Cecchini - The bike accident - Time box The forest Nos remontamos al siglo 18, un 27 de enero de 1756 nace en Salzburgo Wolfgang Amadeus Mozart, uno de los más grandes compositores del clasicismo y definitivamente, uno de los más destacados de la historia. No había nada especial en su físico. Era pequeño y su semblante, excepto sus ojos grandes e intensos, no mostraba ningún signo de su genio. Muy delgado y pálido, con una prominente cabellera de cabellos claros, por la que se mostraba muy vanidoso. Su obra incluye más de seiscientas creaciones, un gran número teniendo en cuenta que solo vivió 35 años. La misma es especial, ya que los ritmos y frecuencias que usa dan una sensación de libertad y rectitud que nos permite respirar, pensar y reflexionar con facilidad, acrecienta nuestro potencial creativo de una manera más natural y nos regala una sensación de seguridad permanente. El milagro de Mozart es colocar al ser humano al unísono con la armonía del universo. La Fantasía nº 3 en re menor, K. 397, es una pieza de música para piano solo compuesta en 1782. Tiene un carácter dramático notorio, es decir, es una obra que trata de expresar fuertemente. A su vez posee una cualidad improvisatoria y debido a su ritmo poco usual, sus constantes cambios en el tempo (siete tempi diferentes se suceden a lo largo de la pieza, algunos de los cuales son bastante rápidos), y su completa carencia de alguna forma musical reconocible (como se indica por medio del título "Fantasía"), la Fantasía es considerada como una pieza relativamente exigente en la que respecta a su interpretación. Frédéric Chopin fue un compositor y virtuoso pianista polaco considerado como uno de los más importantes de la historia y uno de los mayores representantes del Romanticismo musical. Nació en una pequeña aldea a 60 kilómetros de Varsovia en el centro de Polonia, Su padre era un emigrado francés con lejanos ancestros polacos, que se había trasladado a Polonia en 1787. Frédéric Chopin llegó a París en el otoño de 1831. La ciudad en ese entonces era el centro mundial de la cultura y muchos de los mayores artistas del mundo vivían allí: Víctor Hugo y Honorato de Balzac entre los escritores. Desde mayo de 1832 comenzó a convertirse en un maestro muy requerido. En cuanto al método de enseñanza, Chopin no era un pedagogo formado sino un creador de música, se entregó a la enseñanza «sin la menor idea preconcebida» y no siguió ningún sistema preestablecido; adaptaba su enseñanza a las aptitudes del alumno y, cuando el alumno lo merecía, prolongaba las clases (establecidas en tres cuartos de hora de duración) hasta dos y tres horas. Además prefería presentarse en las veladas que se ofrecían en los salones de la sociedad aristócrata, en una atmósfera intimista con una pequeña y singular audiencia, no ávida de virtuosismo, sino especialmente culta y sensible, afín al músico. Era un perfeccionista, retocaba las obras incluso en el mismo momento de entregarlas para editarlas. Su creación era espontánea, milagrosa. La encontraba sin buscarla. Acudía de repente a su piano, o cantaba en su cabeza durante un paseo, volcándola sobre el teclado. Entonces comenzaba la labor más dolorosa que he visto...Lo que había concebido en bloque, lo analizaba demasiado al escribirlo, y su disgusto cuando no lo encontraba claro, se sumía en la desesperación. Pasaba días enteros encerrado en su cuarto, llorando, dando zancadas, rompiendo las plumas, repitiendo o cambiando cien veces un compás, escribiéndolo, borrándolo otras tantas veces, para volver a empezar a la mañana siguiente con una perseverancia minuciosa y desesperada...Se pasaba seis semanas trabajando en una misma página, para acabar escribiéndola tal como la había trazado del primer tirón. Nocturno Op 32 numero 2: Esta obra fue publicada en 1837. En total, Chopin tardó en componer todos sus nocturnos un tiempo de unos quince años y lo que es más notable es que entre ellos no suman más de dos horas de música (se queda alrededor de una hora y tres cuartos) La palabra nocturno hace referencia a una atmósfera de recogimiento y misterio, en una primera instancia, en el siglo XVIII, se llamaba así a una pieza tocada generalmente en fiestas de noche. Chopin toma esta idea de los nocturnos del compositor John Field y la impregna de su incomparable sensibilidad y dramatismo. Este primer nocturno que escucharemos se caracteriza por una melodía principal muy extensa, seguida de una sección media intensamente agitada, en la cual el cambio de compás no es respetado y es dejado de lado por la mayoría de los pianistas. Dado que este es un valor abstracto y cultural que requiere de una profunda comprensión musical para ser valorado e interpretado correctamente. Nocturno op 55 numero 1 Este nocturno fue compuesto en el año 1843, 6 años antes de la muerte de Chopin. Posee una gran expresividad en su melodía, la cual es frecuentemente mal interpretada dado que no se tiene en cuenta su naturaleza de “cantábile”. Chopin ponía mucho énfasis en la técnica vocal como un valor preponderante en la construcción de sus melodías y más especialmente en sus nocturnos. Julián Antonio Tomás Aguirre fue un compositor argentino cuya creación musical sintetizó las formas tradicionales del folclore argentino y la música académica. Julián Aguirre nació en Buenos Aires el 28 de enero de 1868 y falleció en la misma ciudad el 13 de agosto de 1924. De niño se trasladó con su familia a Madrid, donde estudió piano, armonía y contrapunto en el Conservatorio Real de Madrid. Más tarde recibió formación complementaria en París. Posteriormente ejerció la docencia en su ciudad natal, donde en 1916 fundó la Escuela Argentina de Música. Su condición y su preferencia por explorar la intimidad lo condujeron imperceptiblemente al género de cámara. En la obra de Aguirre se refleja la influencia de la música francesa por ejemplo en versiones orquestales de temas criollos, que sometió a una profunda depuración estilística. Los 5 tristes forman parte del Op 17 “Aires nacionales argentinos” Estas obras, de corta duración, tienen un lenguaje muy particular por el cual no podríamos confundir a Aguirre con ningún otro compositor. El gran artista posee el genio para, aún con lo que es poco, lograr más. Béla Bartók nació el 25 de marzo de 1881 y murió el 26 de septiembre de 1945. Fue un músico húngaro que se destacó como compositor, pianista e investigador de música folclórica de la Europa oriental. Su padre era director de una escuela agrícola y su madre, Paulina Voit, era maestra. Ésta empezó a enseñarle a tocar el piano cuando tenía 5 años. En 1888, después de la muerte de su padre (al que Béla admiraba mucho), su madre se llevó a la familia a vivir a Vinogradiv, ahora en Ucrania, donde daba clases de piano. Es en esa ciudad que Béla empezó a componer a la edad de 9 años. A partir de 1905, profundiza sus conocimientos en la música tradicional y las canciones folclóricas magiares, en sintonía con el auge de los movimientos nacionalistas. Toma entonces conciencia de la necesidad de preservar la memoria musical tradicional de su país. Junto con Kodály, comenzó a recorrer los pueblos de Hungría y Rumanía para recoger miles de melodías y canciones que transcribieron y grabaron con un gramófono. Anteriormente, se pensaba que la música folclórica húngara se basaba en melodías zíngaras. Un ejemplo de ello son las rapsodias compuestas por Franz Liszt. Pero Bartók descubrió que las antiguas melodías húngaras se basaban en escalas pentatónicas, al igual que la música asiática o la de Siberia. En 1936 compuso una de sus obras emblemáticas por encargo de Paul Sacher: Música para cuerda, percusión y celesta. Bartók no se comprometió nunca con ningún régimen fascista. Cambió de editor cuando éste se afilió al nazismo y se negó a que sus obras fueran tocadas en conciertos nazis. Después del inicio de la Segunda Guerra Mundial, y con la situación política empeorando, Bartók fue tentado cada vez más a dejar Hungría. Tras el fallecimiento de su madre, se mudó a los Estados Unidos en agosto de 1940. A principios de 1943 dio su último concierto como intérprete. Su estado de salud seguía degradándose, pero poco a poco los músicos norteamericanos intentaron ayudarle económicamente. Bartók se negaba a recibir limosnas, sólo quería componer. Unos últimos encargos le hicieron entonces recobrar confianza: el Cuarteto para Cuerdas n° 6, junto con el Concierto para Orquesta, uno de los trabajos más destacados y famosos de Bartók, que alivió su situación financiera. Allegro bárbaro, (Sz. 49), compuesto en 1911, es una de las composiciones más famosas y frecuentemente interpretadas de Béla Bartók. Es típica de su estilo, utilizando elementos folclóricos húngaros y rumanos. El comienzo se asemeja al estallido de una guerra en el medio de un campo de pastos verdes bajo la tranquilidad del cálido sol del mediodía. Los tambores de la tribu bárbara anuncian las muertes de sus consanguíneos en las cercanías. Luego el tema principal se expone de manera un tanto formal y entonces da paso a un clímax expresivo en una dinámica pesante. Un descanso sobreviene, y los cantos de los pueblos se expresan con un leve rubato de desesperación.