VALORACIÓN DEL PACIENTE CON INMUNODEFICIENCIA Dr. Marco Vinicio Alvarado VALORACIÓN CLÍNICA En la valoración clínica de cualquier paciente lo primero que se debe realizar es una historia clínica y un examen físico completo. Si posterior a esto se tiene una sospecha sugestiva de inmunodeficiencia se procede a realizar una valoración general de la inmunidad del paciente mediante: 1. 2. 3. Hemograma completo Niveles de inmunoglobulinas Títulos de anticuerpos Ante la presencia de banderas rojas o hallazgos sospechosos se deben realizar estudios enfermedad-específicos. En Costa Rica, la mayoría de las veces, solamente se realiza la valoración general de la inmunidad del paciente; ya que los estudios enfermedad-específicos se refieren a la demostración de inmunodeficiencias mediante estudios genéticos que en nuestro país no se hacen. Como parte de una maestría, sí están realizando estudios genéticos para hipogammaglobulinemias; sin embargo antes de realizar estos exámenes específicos, mediante la historia clínica, el examen físico, y una valoración general de la inmunidad del paciente se debe descartar cualquier causa secundaria de hipogammaglobulinemia como por ejemplo: Malnutrición La baja ingesta de nutrientes lleva a hipoalbuminemia. Malabsorción intestinal Produce deficiencia de vitaminas. Enteropatía intestinal inflamatoria Enfermedades perdedoras de proteínas, que lleva Síndrome nefrótico a deficiencia de micronutrientes. Cualquier de las causas anteriores puede llevar a una deficiente función inmune por: Disminución del número de linfocitos Ausencia de hipersensibilidad de tipo retardada Disminución en la actividad fagocítica Niveles bajos de anticuerpos séricos Aumento de infecciones Una característica importante para diferenciar una hipogammaglobulinemia primaria de una secundaria, es que por ejemplo en un caso de malabsorción intestinal que se presenta como enfermedad perdedora de proteínas por una enteropatía intestinal inflamatoria de cualquier causa, desde una enfermedad celíaca hasta una gastritis severa que se prolongue por meses, puede dar hipogammaglobulinemia; pero en estos casos otros micronutrientes van a estar deficientes. Algunos de los hallazgos que se encuentran en una hipogammaglobulinemia secundaria son: Niveles férricos bajos Deficiencia de vitamina B-12 Albúmina baja Tiempos de coagulación prolongados Cuando un paciente presenta una malnutrición severa, como un kwashiorkor o marasmo, la inmunodeficiencia que se presenta no es una inmunodeficiencia celular pura, es decir no se va a presentar como una hipogammaglobulinemia aislada sino que se va a presentar como una inmunodeficiencia completa combinada, donde además de la hipogammaglobulinemia presenta linfopenia, anemia, y trombocitopenia. Sin embargo estos cuadros son muy evidentes y es poco posible que a alguien se le escape una manifestación así de severa como para atribuírsela a una inmunodeficiencia primaria. Otra causa frecuente de hipogammaglobulinemia secundaria son las infecciones. Es frecuentes que a la consulta de inmunología refieran pacientes con cuadro de citopenias e hipogammaglobulinemia, donde el diagnóstico diferencial se debe hacer principalmente con CMV (citomegalovirus) y EBV (Ebstein-Barr Virus) ya que estas infecciones cursan con linfopenia y esta deficiencia de linfocitos puede ser la causa de que no haya anticuerpos. Entonces, en conclusión antes de estudiar el inmunoestatus de un paciente es importante mandar serologías por CMV, EBV, y VIH. Una vez que se decide que sí hay que hacer la valoración del estado inmunológico de un paciente lo primero que se valora son: hemograma y proteínas. Dependiendo de los resultados que se van obteniendo se realizan otros exámenes como: niveles de inmunoglobulinas y títulos de anticuerpos. ELECTROFORESIS Para valorar las proteínas del paciente se realiza una electroforesis corriente, donde se evalúa si hay una deficiencia en la región gamma lo cual propiamente se relacionaría con un reporte de globulinas disminuidas. Posteriormente, la fracción gamma se puede separar mediante inmunofijación (inmunoelectroforesis). Se utiliza un gel, en el que van a estar ligados anticuerpos anti cadenas: gamma, alfa, miu, lambda, etc. Entonces, cuando se va corriendo la electroforesis se va quedando pegado por los anticuerpos anti la cadena respectiva. En el estudio de inmunofijación, lo que se busca son picos; no se usa en valoración de inmunodeficiencia si no en valoración de excesiva producción (malignidad) como en enfermedad de cadenas livianas, de cadenas pesadas o mieloma múltiple. Acá se observa un pico monoclonal en la fracción gamma, donde casi todas son kappa. Esto es sospechoso de mieloma, ya que normalmente debe haber una distribución equitativa de kappa y gamma (como en la inmunoelectroforesis de la izquierda), y en este hay una clona que está dominando sobre las demás. Acá se observa que prácticamente no hay nada detectable, no hay picos. Lo único que se puede detectar es que la distribución es un poco a favor de kappa, sin embargo esto no necesariamente significa que hay una hipogammaglobulinemia. Entonces la electroforesis corriente es la que indica si hay o no una deficiencia en la región gamma, y posterior a esto lo que se debe hacer es valorar los anticuerpos de forma cuantificada. HEMOGRAMA En el hemograma, primero se tiene que buscar si el paciente tiene: linfopenia o linfocitosis. LINFOCITOSIS En el caso de que el paciente presenta una hipogammaglobulinemia + linfocitosis, se debe pensar en leucemia o mieloma, las cuales son patologías que con frecuencia producen hipogammaglobulinemia. Entonces lo que hay que hacer es una citometría de flujo para ver las poblaciones linfocitarias. LINFOPENIA Si por el contrario el paciente presenta una hipogammaglobulinemia + linfopenia, se debe pensar en un cuadro viral, donde CMV es el más frecuente seguido por EBV. También se debe tomar en cuenta, que se puede tratar de una inmunodeficiencia combinada, es decir deficiencia tanto de linfocitos T como linfocitos B, donde la linfopenia está siendo producida por la deficiencia de linfocitos T y la hipogammaglobulinemia por disminución en la producción de anticuerpos por parte de los linfocitos B. Estos cuadros de inmunodeficiencia severa combinada (SCID, por sus siglas en inglés) rara vez llega a ser un diagnóstico en la vida adulta porque son muy severas, este es más que todo un diagnóstico pediátrico. NEUTROPENIA La otra información que nos brinda el hemograma son los neutrófilos. Las neutropenias en el adulto son bastante frecuentes, entonces cuando se tiene un conteo de neutrófilos menos a 1000 lo primero que se debe hacer es clasificarla en: 1. 2. Cíclica: Para diagnosticas una neutropenia cíclica, se deben realizar leucogramas seriados (cada 10 días), durante 2-3 meses. Crónica: Si no se demuestra periodicidad y la neutropenia se mantiene con el tiempo se clasifica como neutropenia crónica. Luego de clasificarla en cíclica o crónica, se debe de clasificar en: 1. 2. Con síntomas asociados: Como forúnculos, infecciones frecuentes en mucosas como aftas, úlceras orales, gingivitis, etc. Sin síntomas asociados Las neutropenias secundarias generalmente son por: Leucemia, las leucemias que generalmente producen neutropenia son las de células grandes (linfocitos granulares grandes). Síndrome mielodisplásico Autoinmune, es poco frecuente Deficiencia de vitamina B-12, todavía menos frecuente Las neutropenias transitorias por lo general se estudian por causas virales, mientras que las neutropenias crónicas se deben estudiar por causas secundarias, principalmente hematológicas o autoinmunes. Si no se encuentran causas secundarias a la neutropenia y el paciente no presenta síntomas, se puede clasificar como neutropenia crónica benigna o asintomática. Estas usualmente se consideras que son debidas a anticuerpos anti-precursores del neutrófilo por lo que este no termina de madurar. Hay un grupo de neutropenias sintomáticas que son relativamente benignas. Son en las que se presentan infecciones de tejidos blandos a repetición, por lo general por Staphylococcus aureus. Esta persistencia de infecciones por lo general se debe a que hay un portador en la familia y el fracaso en el tratamiento se debe a que sólo se trata al paciente y no a la familia. NIVELES DE INMUNOGLOBULINAS Hay diferentes subclases de inmunoglobulinas y los niveles de cualquiera de estas pueden estar disminuidos. Cuando hay algún tipo de hipogammaglobulinemia por lo general es IgG1; rara vez se presenta disminución de los niveles de IgG2. Sin embargo cuando se presenta IgG2 baja, esta se asocia con IgA baja, y esto se presenta por lo general como una inmunodeficiencia contra polisacáridos. La IgG2 es el anticuerpo contra polisacárido, y en ocasiones su disminución se combina con IgG4 baja; sin embargo esto es todavía más raro. La IgG4 casi nunca de mide, y cuando se mide por lo general se mide por aparte pensando en síndrome de IgG4 relacionados, que son cuadros inmunológicos de: tiroiditis, pancreatitis crónica (donde se describió el síndrome), sialadenitis, hipofisitis, nefritis, donde lo que se encuentra en la biopsia son células plasmáticas productoras de IgG4 y en sangre niveles de IgG4 elevados. Entonces a esto se le llama enfermedades por IgG4 relacionadas a IgG4; en este grupo están también la fibrosis: pleurales, retroperitoneales, abdominales idiopáticas, etc. Estos cuadros de enfermedad por IgG4 relacionados a IgG4 no son cuadros de inmunodeficiencia. RETO VACUNAL Otro test que se realiza para valorar el inmunoestatus de un paciente es el reto vacunal o reto antigénico. Se utiliza lo que se pueda medir, por general debido al esquema de vacunación de Costa Rica (cada 10 años se debe de poner la vacuna DT) lo que se mide son títulos de anticuerpos contra el toxoide tetánico. En el Hospital Nacional de Niños se miden también títulos de anticuerpos contra el virus de la varicela. En estos casos se trata de antígenos proteicos, por lo que lo que se está valorando es la respuesta inmune tipo T dependiente. La respuesta inmune tipo T independiente es la que es mediada por antígenos polisacáridos. Este test tiene la limitante de que da un resultado cualitativo, es decir solamente da positivo o negativo, y lo ideal es que sea cuantitativo porque por ejemplo si sale positivo, pero los títulos de anticuerpos están bajos se le puede aplicar la vacuna y posteriormente medir si los títulos de anticuerpos aumentó. Cuando el resultado es positivo, esto no es de utilidad en la evaluación del inmunoestatus del paciente, por lo que en estos casos se debe de buscar qué anticuerpo está negativo para medir un antes y un después de aplicar la vacuna correspondiente y así valorar la respuesta inmunológica. Idealmente este test se debe complementar con uno para carbohidratos. Lo usual es que se haga con el neumococo, para valorar la respuesta T independiente o contra polisacáridos. Este solamente se realiza a nivel privado, donde reportan los 23 serotipos de la neumo23 y cómo se encuentran los títulos para cada serotipo. Este test no es tan fácil la interpretación porque no todo el mundo presenta títulos contra todos los serotipos, en el HSJD lo que se hace es que se aplica la vacuna y se ve si aumentan los títulos de anticuerpos, y esto es lo que se toma como respuesta. Cuando un paciente con títulos negativos se vacuna y los títulos de anticuerpos se positivizan, se puede decir que el paciente tiene un sistema innato adecuado ya que una célula dendrítica detectó un antígeno, fue capaz de fagocitar, transportar, y presentar ese antígeno para desencadenar una respuesta inmune hasta finalmente la producción de anticuerpos por parte de los linfocitos B. Si pasan dos meses después de la vacunación y tiene una respuesta adecuada, prácticamente se puede descartar que tiene una inmunodeficiencia común variable. TESTS PARA INMUNODEFICIENCIAS ESPECÍFICAS Para valorar inmunodeficiencias específicas es un poco más complicado. Por ejemplo, una deficiente respuesta inmune ante polisacáridos se puede presentar: Deficiencia de IgG2 Niveles de IgG2 normal Debido a que los niveles de IgG2 pueden estar normales, la sola medición de los niveles de IgG2 no descarta el diagnóstico de deficiente respuesta ante polisacáridos. Indirectamente también se puede evaluar midiendo el anti-grupo, ya que los anticuerpos anti-A y anti-B que son anticuerpos naturales que están desde el nacimiento. Este no es el verdadero reto antigénico, pero indirectamente sirve para demostrar que si salen cercano a cero no tiene respuesta contra polisacáridos. Si los niveles salen un poco bajos (niveles en decenas), es más difícil la interpretación ya que no necesariamente produce una deficiente respuesta a polisacáridos. Lo normal es: Anti-A: Niveles en el orden de los cientos Anti-B: Niveles en el orden de los miles Los pacientes con deficiente respuesta a polisacáridos presentan: neumonía por neumococo y meningitis por meningococo a repetición. El diagnóstico diferencial, si tiene una IGg2 normal es con: deficiente respuesta a encapsulados o deficiente respuesta de complemento. La inmunodeficiencia de complemente usualmente da mucha autoinmunidad, mientras que la de carbohidratos no. Existen otras inmunodeficiencias específicas que son casi imposibles de diagnosticar mediante pruebas especificar. Muchas de estas se diagnostican por clínica, por ejemplo un paciente que tiene cuadros de herpes a repetición y hay que darles valaciclovir de forma permanente, se trata de una inmunodeficiencia específico donde el organismo no responde ante el virus herpes pero si responde ante otros microorganismos. El tratamiento de este tipo de inmunodeficiencias específicas es contra lo que sea que no está generando una respuesta inmune. CITOMETRÍA DE FLUJO Si el paciente necesita una valoración de sus poblaciones leucocitarias se debe hacer una citometría de flujo. La citometría de flujo se hace mediante un citómetro de flujo, que es capaz de medir la fluorescencia de las células una por una. En los citómetros de flujo, las células suspendidas en un fluido atraviesan un tubo transparente sobre el que incide un rayo de luz láser que emite una luz a una longitud de onda “x”. El láser estimula las células, que emitirán la luz debido a que previamente fueron marcadas con fluorocromos. Cuando se va a hacer una citometría de flujo, primero se deben eliminar todos los eritrocitos. Luego se pone en el citómetro y dependiendo del tamaño y la granularidad se separan las poblaciones leucocitarias. Los más pequeños son los linfocitos, los grandes y muy granulares son los neutrófilos y de tamaño intermedio son los monocitos. Con la citometría de flujo se miden cuántos linfocitos y que tipo de linfocitos son mediante marcadores: Tipo de Célula Linfocito T Linfocito T helper Linfocito T citotóxico Linfocitos B NK’s (pueden tener uno u otro marcador, por lo que siempre se deben hacer ambos marcadores) Marcador CD3+ CD3+ CD4+ CD8CD3+ CD4CD8+ CD20+ (principal) CD19+ HLA-DR positivo CD16+ CD56+ HLA-DR es un marcador indirecto de linfocitos B, sin embargo los linfocitos T activados mediante una respuesta TH1 también lo expresan, a estos linfocitos T que expresan HLA-DR se les llama linfocitos estimulados y orientan a que hay un proceso infeccioso. **HAY QUE SABERSE LOS MARCADORES PARA EL EXAMEN** VALORES NORMALES Linfocitos T: Mínimo 700 CD4+: Más de 400 CD8+: Más de 200 Linfocitos B: Mínimo 100, normal alrededor de 190 NK: Alrededor de 100 Con estos se presenta el problema de que solamente salen a circulación ante un agente estresor; es por esto que su evaluación por sangre periférica es muy difícil porque pueden estar disminuidos en sangre periférico pero que en tejidos sus niveles sean normales. En Alemania se hizo experimento donde personas que nunca se habían tirado de paracaídas se tiraban y se medían como aumentaban los niveles de NK en sangre periférica. Otra limitante que tienen los NK, es que estos son más grandes que los linfocitos pero más pequeños que los mocitos, por lo que al momento de evaluar la citometría de flujo se pueden escapar algunas células. CULTIVO DE CÉLULAS Muchas veces los niveles de células pueden estar normales, pero no en función. Para valorar la función es mucho más difícil, lo ideal es hacer un cultivo de linfocitos o de células mononucleares periféricas y estimularlos, y entonces se valora si todas las vías de estimulación se encuentran indemnes. La forma más completa de estimular estas células es mediante un antígeno que produzca que prolifere una clona contra ese antígeno; sin embargo la forma más sencilla para lograr este estímulo es mediante un anticuerpo anti-CD3. Otros estímulos que se pueden utilizar son: Leptina, estimula receptores de membrana por lo que es poco específico pero es útil para tener una idea de si la célula en general es estimulable o no. Acetato de forbol miristato (PMA), valora la vía de la protein kinasa C, que es una de las más importantes en transducción de señal de varios receptores de membrana. En el HSJD se hace algo más sencillo, lo que se hace es valorar la expresión en la membrana de una molécula de activación. Una molécula de activación es una molécula que normalmente no está en la membrana cuando la célula se encuentra en reposo, sino que se expresa cuando esta se activa. Entonces, lo que se está utilizando en la actualidad es el CD69; se estimulan las células y después de 2-3 días se mide mediante citometría de flujo cuántas de estas con CD69 positivo. Este proceso se conoce como estimulación blástica de linfocitos. Para inmunidad innata esto es lo único que tenemos, aparte del conteo de neutrófilos y monocitos. La deficiencia de monocitos no existe, ya que un defecto en la producción de estas células es incompatible con la vida, incluyendo la vida intrauterina. NITRO BLUE TETRAZOLIUM (NBT) Esta es una prueba en donde se utiliza el NBT el cual es un oxidante poderoso. Entonces se tienen los neutrófilos los cuales fagocitan el NBT y la incorporan al citoplasma y este cambia a azul cuando se oxida. Lo que se está haciendo mediante esta prueba es estimular la explosión respiratoria en ese neutrófilo, entonces la prueba consiste en medir cuantas células cambian de color. Si en estado basal se tiene que cambiaron 4 células y si luego de un estímulo se tiene que cambiaron por ejemplo 13 células esto indica que hubo producción de ROS mediante la NADPH oxidasa. Si por el contrario, no hay ninguna célula que cambie de color con el estímulo, esto nos indica que tiene un NBT positivo, ya que no se está produciendo la explosión respiratoria y se piensa que esto se debe a una mutación en la NADPH oxidasa. A este defecto se le conoce como enfermedad granulomatosa crónica. ALGUNAS INMUNODEFICIENCIAS 1. Enfermedad Granulomatosa Crónica La enfermedad granulomatosa crónica, es la inmunodeficiencia más frecuente de la inmunidad innata, específicamente de los fagocitos. Esta es producida por mutaciones en alguno de los genes que componen el complejo de la NADPH oxidasa leucocitaria, lo cual produce una deficiente activación esta enzima y como consecuencia una pobre producción de especies reactivas de oxígeno (ROS). Los ROS son muy tóxicos para las células y es necesario para matar a las bacterias una vez fagocitadas. Entonces, como consecuencia de esta deficiente producción tenemos una inmunodeficiencia caracterizada por infecciones por bacterias que son intracelulares o las que están adaptadas intracelularmente, donde la fagocitosis se lleva a cabo de forma correcta pero las bacterias no mueren y persisten intracelularmente. Algunas de estas bacterias son: Nocardia Staphylococcus aureus Bacteria catalasa positiva, la catalasa es una enzima capaz de degradar el peróxido de hidrógeno, entonces si hay una deficiente producción de peróxido de hidrógeno por una enfermedad granulomatosa crónica y además la bacteria puede degradar lo poco que se produce, la bacteria prolifera sin que exista algo que detenga la infección. Burkholderia cepacia Serratia marcescens Aspergillus Es de los de peor pronóstico, ya que una vez que lo tienen especialmente en sitios de difícil acceso (SNC y hueso), prácticamente es imposible de eliminar. Las infecciones más temidas son: osteomielitis, abscesos cerebrales, y neumonía. Salmonella El organismos al no poder eliminar el microorganismo comienza a producir granulomas, y por eso es que la enfermedad se produce en su forma crónica como granulomatosis y es diagnóstico diferencial de todas la granulomatosis. Son típicas las infecciones en piel y pulmones, de forma crónica en ganglios linfáticos y como complicación tardía obstrucción del tracto gastrointestinal por la formación de granulomas. Hay dos tipos: 1. 2. Ligada al cromosoma X: Es la más frecuente Autosómica Si una mujer padece de enfermedad granulomatosa crónica hay dos escenarios posibles: Es autosómica Es una portadora que en ese momento tenía niveles disminuidos de neutrófilos normales respecto a los neutrófilos anormales. Esto nos indica que en las portadoras circulan ambas poblaciones de neutrófilos y puede haber una desviación hacia los neutrófilos con mutación de la NADPH oxidasa. Con el NBT esto no lo podríamos detectar, ya que saldría normal o un poco bajo. Por esto es que existe otro examen (no disponible en el país), que es que se realiza una citometría de flujo donde se ve cuáles neutrófilos producen explosión respiratoria y cuáles no. TRATAMIENTO: Antibióticos profiláctico de por vida. 2. Propensión hereditaria a infecciones por TB y Salmonella Es poco frecuente, lo que sucede es que hay un fallo a nivel del interferón gamma o su receptor, lo cual lleva a una deficiencia de IL-12, y bacterias como la Mycobacterias y Salmonella van a proliferar debido a que el proceso de eliminación de las mismas es dependiente de IL-12. 3. Inmunodeficiencia Común Variable La inmunodeficiencia común variable es una enfermedad producida por un linfocito B ya formado que no avanza a una célula plasmática o de un estadio anterior, es decir que se puede dar en dos momentos cuando se está haciendo un cambio de clase o después de haberlo hecho. Esta enfermedad debe ser un síndrome porque muchos defectos se manifiestan de la misma manera, donde la final lo que sucede es que no hay producción de anticuerpos. El diagnóstico diferencial más problemático es cuando se da el defecto antes del cambio de clase. Para que se dé el cambio de clase se debe estimular el linfocito B a través de CD40, el linfocito T le pone el ligando CD40 en su membrana y este estimula el CD40 del linfocito B y entonces se da el cambio de clase y la maduración completa del mismo, donde comienza la producción de IgE. Hipermutación somática. Entonces, en un caso donde se produce IgM y de ahí no pasa, es porque no se dio el cambio de clase y se tendría un síndrome de hiperIgM y sería muy fácil de diagnosticar si lo que se encontrara fuera IgM elevada y nada de IgG. Pero en realidad siempre va a haber algo de IgG porque están los anti-grupo que tenemos desde el nacimiento y estos producen inmunoglobulinas. La incidencia de la inmunodeficiencia común variable es de 1:25000, por lo que deberían existir 200 casos en el país. Sin embargo el Dr. Alvarado tiene alrededor de unos 20 casos y calcula que duda que en el México y HNN tengan más de eso; lo que quiere decir que no hemos detectado ni 1/3 de los casos en nuestro país. Esta enfermedad se presenta en ambos sexos por igual. El diagnóstico de inmunodeficiencia común variable se establece sobre la base de niveles reducidos de dos inmunoglobulinas séricas, IgG e IgA y/o IgM, al menos dos desviaciones estándar por debajo de los valores medios específicos para la edad. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS Es frecuente que estos pacientes debuten con anemia hemolítica autoinmune o con un PTI, o con la combinación de ambas que se conoce como síndrome de Evans. En esta inmunodeficiencia hay todo un espectro clínico donde se presentan con una u otra cosa: granulomatosis en piel o tejidos blandos, hiperplasia regenerativa nodular del hígado, enfermedad intestinal tipo Crohn, tipo injerto contra huésped, tipo celiaco (la presentación intestinal es muy frecuente). Las complicaciones más graves suelen ser los linfomas. Lo típico de las biopsias en estos pacientes es que no hay presencia de células plasmáticas. Si a un paciente con sospecha de enfermedad de Crohn se le hace una biopsia y no hay células plasmáticas hay que considerar más bien una inmunodeficiencia común variable. Por lo general hay una buena respuesta al tratamiento de estos pacientes, a no ser que tengan una enteropatía que si es un gran problema de malnutrición. En la actualidad podemos manejar todas las complicaciones. El manejo es mucho más fácil que una enfermedad granulomatosa.