En una tempestad. Heredia

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“En una tempestad”
Jose Maria Heredia
José María Heredia:
• Poeta cubano.
• Heredia escribe entre el
neoclasicismo del siglo XVIII (18) y
el romanticismo del siglo XIX (19).
• Precursor del romanticismo corriente que busca la
inspiración en la sensibilidad e imaginación resaltando el
yo poético. Los poetas se sienten incomprendidos, los
caracterizan la tristeza y el desaliento.
• Vive en el exilio por conspirar contra el dominio español
y escribe sus mejores poesías en el destierro.
• Su poesía capta la dolorosa angustia y la melancolía del
romántico.
• Siente una constante nostalgia por Cuba y que lo hace
idealizar a su patria y así lo plasma en su obra que refleja
temas de lejanía y de ausencia.
•
La corta pero prolífica vida de José María Heredia
transcurrió en Santo Domingo, Venezuela, Cuba, México
y los Estados Unidos durante la primera mitad del siglo
XIX
• “En una tempestad” refleja la amenaza de una tormenta
en la bahía de Matanzas y se mezclan estos
sentimientos con los de lejanía.
Análisis de la obra:
• Estrofas de distinta extensión.
• La mayoría de los versos son endecasílabos y
heptasílabos.
• Forma poética llamada silva: versos
endecasílabos y heptasílabos distribuidos
como quiera el autor.
• Rima consonante.(“siento-aliento”; “abrasadoentusiamado”.
EN UNA TEMPESTAD
Huracán, huracán, venir te siento,
Y en tu soplo abrasado
Respiro entusiasmado
Del señor de los aires el aliento.
En las alas del viento suspendido
Vedle rodar por el espacio inmenso,
Silencioso, tremendo, irresistible
En su curso veloz. La tierra en calma
Siniestra; misteriosa,
Contempla con pavor su faz terrible.
¿Al toro no miráis? El suelo escarban,
De insoportable ardor sus pies heridos:
La frente poderosa levantando,
Y en la hinchada nariz fuego aspirando,
Llama la tempestad con sus bramidos.
¡Qué nubes! ¡qué furor! El sol temblando
Vela en triste vapor su faz gloriosa,
Y su disco nublado sólo vierte
Luz fúnebre y sombría,
Que no es noche ni día...
¡Pavoroso calor, velo de muerte!
Los pajarillos tiemblan y se esconden
Al acercarse el huracán bramando,
Y en los lejanos montes retumbando
Le oyen los bosques, y a su voz responden.
Llega ya... ¿No le veis? ¡Cuál desenvuelve
Su manto aterrador y majestuoso...!
¡Gigante de los aires, te saludo...!
En fiera confusión el viento agita
Las orlas de su parda vestidura...
¡Ved...! ¡En el horizonte
Los brazos rapidísimos enarca,
Y con ellos abarca
Cuanto alcanzó a mirar de monte a monte!
EN UNA TEMPESTAD
¡Oscuridad universal!... ¡Su soplo
Levanta en torbellinos
El polvo de los campos agitado...!
En las nubes retumba despeñado
El carro del Señor, y de sus ruedas
Brota el rayo veloz, se precipita,
Hiere y aterra a suelo,
Y su lívida luz inunda el cielo.
¿Qué rumor? ¿Es la lluvia...? Desatada
Cae a torrentes, oscurece el mundo,
Y todo es confusión, horror profundo.
Cielo, nubes, colinas, caro bosque,
¿Dó estáis...? Os busco en vano:
Desparecisteis... La tormenta umbría
En los aires revuelve un océano
Que todo lo sepulta...
Al fin, mundo fatal, nos separamos:
El huracán y yo solos estamos.
¡Sublime tempestad! ¡Cómo en tu seno,
De tu solemne inspiración henchido,
Al mundo vil y miserable olvido,
Y alzo la frente, de delicia lleno!
¿Dó está el alma cobarde
Que teme tu rugir...? Yo en ti me elevo
Al trono del Señor: oigo en las nubes
El eco de su voz; siento a la tierra
Escucharle y temblar. Ferviente lloro
Desciende por mis pálidas mejillas,
Y su alta majestad trémulo adoro.
• Rima irregular, versos libres.
• Tema: Éxtasis y epifanías.El poeta expresa
asombro hacia la naturaleza. La realidad humana
resulta pequeña ante la grandeza de las fuerzas
naturales ( el huracán lo llama gigante de los
aires, la lluvia que cae en torrentes, la tormenta).
• El poeta refleja los estados de ánimo con
aspectos de la naturaleza, sentimiento que lo
eleva al trono del señor (Dios). Tiembla y al
mismo tiempo adora a Dios.
• La tormenta lo eleva a una unión mística con
Dios.
• Hay un caos en la naturaleza como en sus
sentimientos que se complementan con el
amor a Dios.
• Presencia del “yo poético” para expresar el
asombro que siente hacia la naturaleza.
Ej: "Huracán, huracán, venir te siento".
• Uso de hiperbatón.( “la frente poderosa
levantando”)
• Personificación ("Los pajarillos tiemblan y se
esconden“) Expresa el respeto que siente por el
poder de la naturaleza .
( lejanos montes retumbando).
• "En Una Tempestad" es una lluvia de
sentimientos hacia el poder de la naturaleza.
José María Heredia deja muy bien planteado
que un huracán también puede significar algo
positivo ya que el hablante siente que el
huracán es un medio por el cual el Señor habla
con él.
• El poeta transforma todo su admiración por la
naturaleza en éxtasis, gozo que lo lleva a un
encuentro con Dios en medio de la tempestad.
Eleva la tempestad como Dios y al poeta como
ser humano en la tierra.
• Encabalgamiento (9):
“siniestra, misteriosa,
contempla con pavor…”
Éxtasis y epifanías.
• Compara la tormenta con un toro.
• El sol es un disco nublado que vierte luz fúnebre y
sombría.
• Los montes retumban, los bosques responden (
los vientos).
• El poeta crea un ambiente casi irreal para
describir la llegada de la tempestad. Como esta
arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Es tal
la emoción que siente ante este fenómeno
natural que solo se compara con Dios.
• El poeta desarrolla una relación estrecha entre
él, su estado de ánimo y la tempestad. En su
encuentro con la tempestad olvida todo lo que
le rodea.
( “mundo vil y miserable olvido”) ( su vida de
exilio y lejanía de su patria)
(“alza la frente, de delicia lleno!”)
• El poeta llora de emoción y placer por el
reogocijo que le causa el encuentro con la
naturaleza de su patria. ( “desciende por mis
pálidas mejillas, y su alta majestad trémulo
adoro”).
• Heredia se inspira en la naturaleza, en sus
aspectos prodigiosos o sublimes, uniendo el
espíritu con lo natural. Ensalza lo natural, lo
espontáneo, la imaginación sobre la razón, lo
fantástico sobre lo real.
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• Trata de encontrar una realidad más profunda.
Una epifanía es una experiencia cumbre
durante la manifestación física de una deidad.
“ En una tempestad” el autor tiene una epifanía
cuando enfrenta cara a cara el poder del Señor
durante el huracán.
“Yo en ti me elevo/ al trono del Señor “.
“ Ferviente lloro/ desciende por mis pálidas
mejillas, y su alta majestad trémulo adoro.”
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• En “En una tempestad”, el huracán representa
implícita, o indirectamente, la posibilidad de
una revolución cubana de liberación.
• En el poema los vientos del huracán son
comparados, metonímicamente, al aliento del
Señor. Al fin del poema, el terror del hablante
ante el huracán se convierte en la experiencia
“sublime” de la presencia de Dios.
• La tempestad al principio era algo aterrador que
sólo dejaba destrucción pero al final cambia el
tono haciendo parecer la tempestad como
“sublime” que lo hace ser un ser superior por
estar cerca de Dios. El poeta deja de temerle a
todo lo que antes le temia. Es la tempestad la
que lo separa del mundo que lo rodea y al que él
llama “mundo vil y miserable”.
• Siente placer y éxtasis apoderandose de él el
llanto.
• La tempestad como parte de la naturaleza y Dios como
lo divino y creador del mundo.
• Su vida era una tempestad de pasiones hasta que
encuentra a Dios y siente su propia liberación.
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Metáfora: el toro, que representa al huracán, a fin de trasmitir
su poder, su braveza y su capacidad de infundir terror
Personificación: «le oyen los bosques, y a su voz responden»
para representar al huracán como un ente vivo capaz de
expresión
Apócope: La Apócope es una figura retórica que consiste en
la eliminación de algún sonido al final de una palabra. «¿dó estáis?»
por «¿dónde estáis?» para ajustarse a la métrica del poema
Repetición: consiste en la repetición de palabras o de otros recursos
expresivos. «Huracán, huracán» para insistir en el huracán como
pieza central del poema
Apóstrofe: interrumpir brevemente el discurso para invocar con
vehemencia a seres reales o imaginarios «¡Ved!» para llamar la
atención
Reduplicación: repetición de las mismas palabras en la misma frase
o verso. Huracán, huracán, venir te siento
• Metonimia: designar una cosa o idea con el nombre de otra con la
cual existe una relación de dependencia o causalidad (causa-efecto,
contenedor-contenido, autor-obra, símbolo-significado, etc.) En el
poema los vientos del huracán son comparados al aliento
del Señor.
• Asíndeton: eliminar intencionadamente los nexos o
conjunciones que unen los elementos sintácticos entre palabras,
sintagmas, proposiciones u oraciones «Cielo, nubes, colinas,
caro bosque» para insistir en la multiplicidad de
elementos naturales en el entorno de la voz poética
• Hipérbaton: alterar el orden lógico de las palabras de una oración
«El suelo escarban/de insoportable ardor sus pies
heridos» para ajustarse al ritmo y lograr la rima con
«bramidos»
• Enumeración: consiste en la acumulación de palabras.
« silencioso, tremendo, irresistible » / « cielo, nubes,
colinas, caro bosque »
«En una tempestad» es un ejemplo de poesía lírica. En la poesía lírica, el
poeta manifiesta sus sentimientos mediante una voz o «yo poético», por
lo que el discurso es subjetivo y es el resultado de la interpretación
emotiva de la realidad por parte de ese yo poético. En un poema lírico, el
yo poético se manifiesta ya sea por medio de pronombres personales
(explícitos o elididos), posesivos y formas verbales. En algunas ocasiones
aparece un «tú receptor» (uno o varios), que se manifiesta de las mismas
maneras y que siempre implica la existencia de un yo emisor del
enunciado. Lee atentamente «En una tempestad» e identifica al yo
poético así como a quién o quiénes se dirige a lo largo del poema;
incluye el título en tu análisis. Por último, presta atención a la última
estrofa: identifica a la tercera persona y explica qué relación se establece
entre el yo, el tú y el él.
• En primer lugar, se manifiesta ya desde los primeros
versos mediante pronombres, verbos y adjetivos: «venir
te siento», «respiro entusiasmado», y más adelante
«cuanto alcanzo a mirar», «os busco en vano», «el
huracán y yo solos estamos», «Yo en ti me elevo»
• El yo poético se dirige primero al huracán: «venir te
siento», «tu soplo abrasado»; luego a sus semejantes:
«vedle rodar», «¿Al toro no miráis?», «¿No le veis?»; y
luego vuelve a dirigirse al huracán: «¡Gigante de los
aires, te saludo!». Más adelante, le habla al mundo:
«Cielo, nubes, colinas, caro bosque,/¿dó estáis? ...os
busco en vano./Desaparecisteis»; y luego: «mundo
fatal, nos separamos».
• Finalmente, el poeta se dirige a la tempestad misma:
«¡Cómo en tu seno,/de tu solemne inspiración
henchido», «Yo en ti me elevo».
• La presencia del yo también se manifiesta
indirectamente en el título del poema, puesto que la
preposición «en» del título sugiere que el poema no
será simplemente la descripción de una tempestad,
sino más bien la percepción de alguien o algo que está
en una tempestad.
• En la última estrofa, la tercera persona es el Señor, que
se manifiesta así: «al trono del Señor», «el eco de su
voz», «escucharle y temblar», «su alta majestad». El yo
poético se dirige a la tempestad, que actúa de
intermediaria para que aquél alcance a Dios.
• Finalmente, el poeta se dirige a la tempestad misma:
«¡Cómo en tu seno,/de tu solemne inspiración
henchido», «Yo en ti me elevo».
• La presencia del yo también se manifiesta
indirectamente en el título del poema, puesto que la
preposición «en» del título sugiere que el poema no
será simplemente la descripción de una tempestad,
sino más bien la percepción de alguien o algo que está
en una tempestad.
• En la última estrofa, la tercera persona es el Señor, que
se manifiesta así: «al trono del Señor», «el eco de su
voz», «escucharle y temblar», «su alta majestad». El yo
poético se dirige a la tempestad, que actúa de
intermediaria para que aquél alcance a Dios.
Se considera que José María Heredia fue un precursor del romanticismo
en las letras hispanoamericanas. Una de las características de la poesía
romántica es la descripción de la naturaleza o el entorno para crear una
atmósfera que sugiera sentimientos particulares. Vuelve a leer el poema
«En una tempestad» y explica cómo el uso del color y las tonalidades
influyen en la creación de una atmósfera específica, qué tipo de
sentimientos o emociones evoca ese cromatismo y cómo se relacionan
con el espíritu del romanticismo de la época.
• El poema intenta mostrar por medio del lenguaje cómo
percibe el paisaje el yo poético cuando estalla una
tempestad. Para eso, el poeta elige describir tonalidades
opacas y oscuras. La luz abandona el paisaje ya en la
tercera estrofa, cuando dice que el sol se tapa y su «disco
nublado sólo vierte/luz fúnebre y sombría», para luego
comparar el color de esa luz con el velo de la muerte. Esta
coloración combinada con el silencio y la suspensión
presentados en las estrofas anteriores sirve para expresar
la tensa calma que se produce antes de las tormentas.
Luego la tempestad arremete y el poeta describe el
huracán con una «parda vestidura» que a su paso va
oscureciendo el paisaje hasta crear una «obscuridad
universal».
• Entonces un destello ilumina brevemente la escena: es un
rayo, pero de una luz «lívida», pálida. Enseguida se desata
la tormenta, que es «umbría», es decir, como la sombra,
que produce una «¡Oscuridad universal!». A partir de allí,
el protagonista olvida al mundo, y con él sus tonos Sólo en
los últimos versos volvemos a encontrar el color, y ese
color es de una intensidad mínima. Caen lágrimas por sus
«pálidas mejillas».
• La oscuridad y la alusión mortuoria que el poema asocia
explícitamente con ella—«luz fúnebre» y «velo de
muerte»—evocan sentimientos de pavor en la voz
poética, pero éstos son también sentimientos de
desborde y de excitación, pues no se trata de una
oscuridad reposada, sino de una inconstante, impetuosa y
totalizadora. Ambas dimensiones emotivas son
características del romanticismo.
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