SEXTA ETAPA

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6- SEXTA ETAPA: desde
hasta
(Boadilla del Camino o Frómista)
(Sahagún)
El camino
Si el día anterior se ha hecho noche en Boadilla del Camino se pasa primero por Frómista para
ir haciendo kilómetros y dejando atrás poblaciones tales como Villalcázar de Sirga, Carrión,
Quintanilla de la Cueza para finalmente llegar a Sahagún, donde el románico se funde con el
mudejar. Otro punto que va a animar al viajero es saber que en Sahagún es el primer pueblo
de la ruta donde quedan menos kilómetros de los que se llevan recorridos.
Lo que queda en el camino
Va a ser otra dura jornada. La fingida fragancia del Pisuerga se desvanece dejando paso de
nuevo a un desolador paisaje donde la vista se pierde en el horizonte sin alcanzar objetivo. De
nuevo miseria y soledad acompañan al viajero, afortunadamente engañada con algunas joyas
del medievo, testimonio de otras épocas más esplendorosas. Si la partida es desde Boadilla la
ruta, tal como se explica en la etapa anterior, llega hasta Frómista. De allí se vuelve a buscar la
carretera nacional pasando antes por Villalcázar de Sirga cuya iglesia, de Santa María la
Blanca invita a ser visitada a través de su imponente escalera de acceso a la entrada. Otros
punto de interés de Villalcázar son la virgen de la Blanca que inmortalizaron las cántigas del rey
Alfonso X, el sabio, en el interior de la iglesia, o el castillo templario.
Siguiendo el camino pronto se llega a Carrión de los Condes, que de nuevo evoca al Cid. En su
monasterio llamado de San Zoilo se dice están enterrados lo infantes de Carrión, casados con
las hijas de Rodrigo Díaz. También destacan de Carrión la iglesia de Santa María del Camino y
el convento de Santa Clara, pero lo más interesante que se encuentra es la Portada románica
del templo de Santiago.
En Quintanilla de la Cueza, apenas a quince kilómetros de Carrión, se pueden visitar las ruinas
romanas, o no entretenerse y llegar hasta dejar Palencia y saludar a la provincia de León justo
en el meridiano del camino. Allí, en Sahagún, también llamada Sahagún de Campos, se
encuentra final de etapa. Y los restos del monasterio de San Benito, en forma de arco, que
parecen saludar al viajero, pues ha de pasar bajo él para acceder a la población. Otros son los
atractivos de ésta la primera villa de León, tales como los restos de una importante abadía
cluniacense históricamente castigada por burgueses, campesinos y hasta los propios vecinos
de la Sahagún. O la coqueta iglesia de San Tirso que compite en importancia con la imponente
de San Lorenzo, presididas ambas por bellas torres mudéjares, quizás las únicas del camino.
Más oferta presenta todavía esta población de unos 3.500 habitantes. Es el museo de arte
sacro, con una importante colección de piezas de orfebrería o, ya en las cercanías y quizás por
eso mejor conservado, el monasterio de San Pedro de Dueñas.
Los alrededores
De los alrededores accesibles para el peregrino sin ayuda motora poco hay que decir en esta
etapa, pues discurre casi monográficamente por bastas extensiones delimitadas por el infinito.
Quizás la llegada a la meta ofrezca alguna posibilidad más, si todavía se tienen fuerzas,
visitando la Ermita de San Roque, la Virgen del Puente o alguno de los pueblecitos aledaños a
Sahagún. Para el viajero a motor la oferta, obviamente, es mucho más amplia. Desde el
vagabundeo por los escasos pero seguro que atrayentes pueblos de la zona, hasta una
escapada más ambiciosa la rivera del Carrión hasta Saldaña, donde hay unas interesantes
ruinas romanas y, porque no, hasta las fauces mismas de los picos de Europa. También queda
la opción de escapar a Valladolid, capital de la Castilla pisada.
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