Breve Encuentro (BRIEF ENCOUNTER) Nº 328 (ABRIL 2010) SINOPSIS %F -?FI>L;G; La casualidad hace que un hombre y una mujer, ambos de edad madura y casados, coincidan en la estación de tren cuando se dirigen a sus trabajos. Su amistad inicial pronto se convertirá en un amor tan intenso como prohibido, que les saca de su rutinaria existencia. El dilema que se han de plantear está claro, aunque la decisión no es fácil: seguir juntos y romper sus respectivos matrimonios... o dejar de verse para siempre. FICHA ARTÍSTICA Dr. Alec Harvey .....................................................TREVOR HOWARD Laura Jesson .......................................................... CELIA JOHNSON Albert Godby .................................................... STANLEY HOLLOWAY Myrtle Bagot ............................................................... JOYCE CAREY Fred Jesson ............................................................ CYRIL RAYMOND Dolly Messiter ........................................................ EVERLEY GREGG FICHA TÉCNICA Duración ......................... 86 min. Nacionalidad ............. Reino Unido Año de Producción ............... 1945 (Blanco y Negro) Dirección ................ DAVID LEAN Productora ................ CINEGUILD Productor ............ NOEL COWARD Guión...NOEL COWARD, D. LEAN R. NEAME, A. HAVELOCK-ALLAN Fotografía ..... ROBERT KRASKER Montaje ................ JACK HARRIS Música ......... PERCIVAL MACKEY D. Artística ......... L. P. WILLIAMS Sonido .................. HARRY MILLER EL DIRECTOR: DAVID LEAN Nacido el 25 de marzo de 1908 en Croydon (Inglaterra), recibió una estricta educación cuáquera que le impidió ver una película antes de los diecisiete años. En 1927 comienza a trabajar en la industria como mensajero, antes de iniciarse como asistente en las salas de montaje. A finales de la década de los treinta era ya uno de los montadores británicos más respetados, pero será el dramaturgo Noel Coward quién le dará su primera oportunidad para colocarse tras las cámaras, debutando en 1942 con Sangre, Sudor y Lágrimas. A partir de entonces, Lean forma un exitoso tándem con Coward adaptando tres de sus obras teatrales más importantes: La Vida Manda (1944), Un Espíritu Burlón (1945) y Breve Encuentro (1945). En los años siguientes continuará realizando obras destacables como Cadenas Rotas (1946), Oliver Twist (1948) o El Déspota (1954), dando el salto a la dirección de grandes producciones con El Puente Sobre el Río Kwai (1957), por la que obtendría siete premios Oscar, entre ellos los de mejor película y dirección. Lawrence de Arabia (1962) y Doctor Zhivago (1965), le consagrarían con siete –de nuevo mejor película y mejor director- y cinco estatuillas respectivamente, pero el fracaso de La Hija de Ryan (1974) le obliga a abandonar la industria durante catorce años. Tras su regreso en 1984 con Pasaje a la India, falleció el 16 de abril de 1991 mientras trabajaba en la preproducción de su último e inacabado film: Nostromo. FILMOGRAFÍA PRINCIPAL DEL DIRECTOR 1942 1944 1945 1945 1946 1948 1949 1950 1952 1954 Sangre, Sudor y Lágrimas (In Which We Serve) La Vida Manda (This Happy Breed) Un Espíritu Burlón (Blithe Spirit) Breve Encuentro (Brief Encounter) Cadenas Rotas (Great Expectations) Oliver Twist (Oliver Twist) Los Amigos Apasionados (The Passionate Friends) Madeleine (Madeleine) La Barrera del Sonido (The Sound Barrier) El Déspota (Hobson’s Choice) 1955 1957 1962 1965 1970 1984 Locuras de Verano (Summertime) El Puente sobre el Río Kwai (The Bridge on the River Kwai) Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia) Doctor Zhivago (Doctor Zhivago) La Hija de Ryan (Ryan’s Daughter) Pasaje a la India (A Passage to India) GALARDONES FESTIVAL DE CANNES 1946 (2ª Ed.) Gran Premio del Festival (David Lean) COMENTARIO ESTA TRISTEZA NO PUEDE DURAR… En una foto titulada After Word, After Bomb de 1940 se puede observar a tres caballeros que buscan libros en una biblioteca sin techo, destruida por las bombas, y en donde solo se conservan unas estanterías milagrosamente en pie y unos pocos libros. Una variante del mismo tema aparece en la famosa imagen de Cecil Beaton para el Vogue británico: un austero modelo de Digby Morton, ante las ruinas de un Londres bombardeado. La vida continuaba a pesar de las adversidades porque el pueblo británico, amante como pocos de sus tradiciones no podía permitir que el enemigo alemán cambiara sus costumbres. Cuenta Anthony Beevor en su magnífico libro sobre la batalla de Creta en la Segunda Guerra Mundial que Peter Fleming, después de llevar una espectacular y difícil misión en la frontera yugoslava, apareció en el cuartel general “vestido impecablemente como un capitán de la guardia de granaderos rematado con un bastón de estoque y aparentemente despreocupado de lo que ocurría a su alrededor”. Todo un caballero y una forma y estilo de ser… británico. Fleming estaba casado con la actriz Celia Johnson, la protagonista de Breve Encuentro, que actuaba habitualmente en el teatro pero que hizo sus incursiones en el cine para estimular al pueblo y colaborar en la guerra. Con esta intención protagonizó Sangre, Sudor y Lágrimas (1942) y La Vida Manda (1944). Escribía Noel Coward, dirigía David Lean. En 1945, volvieron a reunirse los tres en Breve Encuentro, un retrato de una esposa inglesa, y una muestra de neorrealismo británico, que contrastaba con una Alemania que partía desde un año cero o una Roma “abierta” y dividida. En ese mundo de inmediata posguerra, los británicos, como demostraban las imágenes citadas al principio, habían mantenido la digna actitud de Peter Fleming: no se habían dejado abatir por la tragedia y mantenían firmemente su normalidad. Lean la retrata admirablemente en Breve Encuentro: acudían a las bibliotecas, al cine, al café y luego, en su casa, confortablemente leían el periódico. En ese mundo de frágil serenidad aparece una historia de amor entre un ama de casa y un médico que coinciden un día a la semana en el tren. Para el crítico teatral Marcos Ordoñez es la película más triste de la historia del cine. Estoy de acuerdo. El llanto de Jonhson es solo comparable en su desolación final al desconsuelo de Joan Benett en Almas Desnudas y al de Angelica Huston, en su recuerdo de Michael Fury, en Dublineses (Los Muertos), de John Huston. Toda la película es un flashback sobre el recuerdo de un amor perdido y prohibido con el adulterio y su efecto moral como principal elemento de cohesión narrativa. Lean nos muestra desde el comienzo el final porque no importa que conozcamos el desenlace. Estamos en la cafetería de una estación de tren, una pareja toma un té ajena a las conversaciones triviales del resto de los pasajeros. Los dos están serios y taciturnos. Él se levanta, pone su mano en el hombro de ella y se va. Pronto sabremos que para siempre. Ella, Laura, se levanta y corre hacia la vía del tren, mientras oímos sus pensamientos: “esto no puede durar, esta tristeza no puede durar. (…) No hay nada que dure siempre ni la felicidad ni la tristeza. Ni siquiera la vida dura mucho”. Al llegar a su casa con el recuerdo, Laura comienza la histo- Es un amor sin nada excepcional, tan vulgar y cotidiano como la vida misma. Pero es una historia anti-sentimental en donde todos los que intervienen, incluidos sus propios protagonistas, parecen decididos a impedirla. Todo el film está lleno de gestos sutiles especialmente memorable es el de la mota de polvo-, de miradas, de ambientes tan románticos como la visita al Jardín Botánico, el lago y la salida al campo, como los anodinos espacios de la vida cotidiana, con la cantina de la estación como principal referente. Es ahí donde los personajes secundarios, el auténtico pueblo, se revela mezquino y envidioso. Como contraste la elegancia, serena, sobria y discreta de los amantes -de elegancia sabía y mucho Noel Coward, no en vano el mismo Cary Grant lo imitaba en su gestos-.Paradójicamente, los amantes esconden bajo su frialdad una intensa y apasionada pasión que no pueden mostrar, pues apenas hay roce entre ellos.Y en el único momento de su posible encuentro íntimo, en casa de un amigo del doctor, este hombre aparece inesperadamente y frustra el encuentro -en una escena que sirvió para inspirar El Apartamento, según confesó el propio Billy Wilder-. David Lean nunca olvidó la primera proyección de Breve Encuentro. Durante la primera escena de amor una mujer comenzó a reírse y todo el cine la siguió. Cuando acabó Lean quería quemar el negativo Sin embargo fue aceptada por la crítica y hoy si “se le pregunta a un inglés sobre los años 40 y sobre las películas que recuerda, responderá Breve Encuentro”, señaló el historiador de cine John Kobal en su muy apreciada obra Las 100 Mejores Películas de la Historia del Cine. El film obtuvo el Gran Premio de Cannes en 1946, primera edición de este festival tras la conclusión de la II Guerra Mundial, compartido con Días sin Huella (The Last Weekend) de Billy Wilder o Roma, Ciudad Abierta (Roma, Citta Aperta) de Roberto Rossellini; además obtuvo tres nominaciones a los Oscar de Hollywood -Mejor Actriz, Mejor Guión Adaptado y Mejor Director, siendo ésta la primera vez que un director inglés era nominado-,aunque aquel año William Wyler y su magnífica Los Mejores Años de Nuestra Vida (The Best Years of Our Lives) no tuvo rival. El éxito de Breve Encuentro pervive hoy: el año pasado la compañía Kneehigh Theatre, dirigida por Emma Rice, presentó una exitosa adaptación de la obra en el Cinema on Hyamarket. Además, en septiembre de 2009 se estrenó en la Houston Gran Opera, una ópera inspirada en el film con música de André Previn. Curiosa es la nostalgia de aquellos que no conocieron los tiempos que añoran y que ahora resucitan la obra de Coward en tan diferentes versiones. Tal vez sea responsable de este interés la emoción que emana de los ojos de Celia Jonhson, la gravedad sentida de Trevor Howard, la aparente despreocupación del marido de la protagonista, o el concierto nº 2 de Rachmaninoff que envuelve todo el llanto. O tal vez sea que como espectadores descubrimos como escribió Leon Bloy -citado por Graham. Greene en una novela, El Fin del Romance, de temática similar al film- que “el hombre tiene lugares en su corazón que todavía no existen, y que para que puedan existir entra en ellos el dolor” y experimentarlo en la intimidad del cine, en la oscuridad de la sala, en el silencio, durante poco más de una hora, nos conduce a un emocionado y doliente consuelo. José Manuel González Pérez ria: una historia de amor adúltero. LA CRÍTICA OPINA David Lean compone una planificación audaz para el momento y para la temática: retomando el flashback como instrumento narrativo renuncia a la acción lineal, concentrándose en el monólogo interior incesante de Laura Jesson y su memoria. Pero el flashback excede con mucho su mero carácter técnico y experimental –tal y como sucedía en Sangre, Sudor y Lágrimas- para convertirse en el cuerpo orgánico que sustenta el fatalista espíritu de la historia: Breve Encuentro es una reflexión sobre la imposibilidad de alterar una vida forjada a golpe de monotonía y acatamiento moral, sobre la idea del destino inmutable en suma. (…) Ese continuo retorno que caracteriza posteriores obras de Lean (Los Amigos Apasionados, Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago) adquiere un sentido metadiscursivo dentro del estilo del director. Ramón Montero Cantero-David Lean (1993). Ediciones Cátedra, Madrid. EL INVITADO JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ PÉREZ DIRECTIVO DE ACO Licenciado en Filología Hispánica, es directivo de ACO (Asociación de Amigos Canarios de la Ópera) desde el año 2001, donde ha participado en la edición de diversas publicaciones y programas de mano de la Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria, así como en programas para la Sociedad Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria y el Festival de Música de Canarias. En los últimos años, ha firmado diversos artículos de investigación sobre el teatro español y la literatura canaria, publicando varios estudios sobre la materia en los Cuadernos de Música y Teatro de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). www.auladecine.ulpgc.es