28. Lc 11, 1

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Universidad P. Comillas
28. Lectura orante de la Biblia
LECTURA ORANTE DEL EVANGELIO DE LUCAS
Lc 11, 1-13
Una vez estaba en un lugar orando
y cuando terminó, le pidió uno de sus discípulos:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les contestó:
«Cuando oréis, decid:
PADRE,
santificado sea tu Nombre,(Sl.99,3.5)
venga tu Reino,
danos cada día nuestro pan cotidiano,(Sl.136,25; Pr.30,8-9)
perdónanos nuestros pecados,(Eclo 28,4)
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos ofende,
y no nos dejes caer en tentación.»
Les dijo también:
«Si uno de vosotros tiene un amigo que acude a él a medianoche y le pide:
`Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no
tengo qué ofrecerle',
y el otro, desde dentro, le responde:
`No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos
acostados; no puedo levantarme a dártelos',
os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, se levantará para que deje
de molestarle y le dará cuanto necesita.
«Yo os digo:
Pedid y se os dará; (Is.55,6; 65,24)
buscad y encontrareis;
llamad y se os abrirá.
Porque todo el que pide, recibe;
el que busca, encuentra;
y al que llama, le abren.
¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide pan le da una piedra; o si
pide pescado, en lugar de pescado le da una serpiente; o, si le pide un huevo, le da un
escorpión?
Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»
Universidad P. Comillas
28. Lectura orante de la Biblia
CUANDO LEAS: Fíjate en el contexto del episodio que estamos leyendo hoy.
Encuadrado en el gran viaje de Jesús hacia Jerusalén, acabamos de oír a Jesús en casa
de Marta, María y Lázaro, decir que hay una única cosa importante: la disponibilidad a
la escucha y acogida de la Palabra de Jesús. A esto Jesús lo ha llamado la mejor parte.
Después de nuestro texto nos encontramos ante el poder de Jesús sobre el mal pero la
consecuencia no es la aceptación de Jesús sino el rechazo y la duda por parte de los
suyos.
Observa el episodio de hoy: Está muy bien estructurado en tres partes: 1.Jesús está
orando. El lugar y el tiempo son indefinidos, un día y en un lugar, como para significar
que podía ser cualquier día y en cualquier lugar, algo que suena a costumbre en Él,
como decir que era normal ver a Jesús en oración. Los discípulos piden a Jesús que les
enseñe a rezar y Él les da un modelo de oración. 2. Jesús para apoyar su enseñanza
cuenta la parábola del amigo inoportuno. 3. Jesús amplía la enseñanza que está dando
con unas palabras sobre la confianza total en un Padre que siempre escucha.
Mira la actitud abierta de los discípulos. Han comprendido que la oración es algo
importante. Todo Maestro enseña a orar, también Juan lo hizo. En el origen de su
petición hay un deseo seguramente reforzado por la actitud orante de Jesús, por su
testimonio de oración.
Recorre el padrenuestro: La oración que enseña Jesús en este texto de Lucas tiene
algunas particularidades importantes. Empieza con sencilla invocación de Padre, Abba,
el modo familiar de referirse al Padre. No hay Padre nuestro como en Mateo, sólo Padre
denotando una intimidad filial mayor. Las dos primeras invocaciones se refieren
directamente al Padre: que se reconozca la santidad de tu Nombre, de tu mismo ser de
Dios y que tu Reinado sea acogido por los hombres. Viene después una invocación
sobre el pan cotidiano, se puede referir al pan de hoy o al pan del mañana. Es aquello
que el hombre necesita para su subsistencia material e incluso espiritual. El pan como
alimento básico, no está en contradicción con la confianza en la Providencia del Padre,
la confianza está en la actitud filial de petición. Además del pan, otra cosa es necesaria
vitalmente para el ser humano: el recibir el perdón de las propias ofensas por parte de
Dios y el otorgar el perdón de las ofensas recibidas. Por último un ruego, no dejes que
sucumbamos a la hora de la prueba.
Escucha con atención la parábola que Jesús propone después. Mira la actitud de fondo
que está indicando, una actitud muy humana entre amigos. Oye después como dice Yo
os digo invocando su autoridad igual al Padre. Jesús anima a pedir, a buscar, a llamar
incansablemente. El amigo se convierte en Padre y la paternidad humana es solo reflejo
de la paternidad del Padre del Cielo que sabe dar la cosa buena por excelencia: su
Espíritu.
CUANDO MEDITES: Entra en la experiencia de los discípulos. Pide a Jesús que te
enseñe a orar y escucha su respuesta. Haz tuya la oración del Padrenuestro llenando de
contenidos personales cada una de sus frases. Recorre después la parábola y la
enseñanza posterior. Mira tu propia actitud ante la petición de los demás y ante tus
propias necesidades. Trata de sentir cómo está tu confianza en la relación con Dios,
¿sabes pedir, buscar, llamar?, ¿qué significa para ti el pedir y recibir cosas buenas? ¿y el
pedir y recibir el Espíritu Santo?
RESPONDE CON LA ORACIÓN: El Señor te ha enseñado a orar. Libera la oración
que hay en ti y formula tu padrenuestro personal, recoge en él todos tus deseos: de
alabanza, de intercesión, de súplica. Pide, busca, llama, hazlo con la actitud de
confianza filial de Jesús. Une tu oración a la oración del Hijo Jesús. Juntos pedís al
Padre.
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