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“El Poblamiento Americano”
Si bien muchas de las teoría son buenas solo tres podrían ser las más acertadas, pero aún así la teoría que
indica el poblamiento a través del estrecho de Bering es la mejor; en el siguiente texto explicaremos lo
más claro posible el punto de vista anteriormente citado, ya que de acuerdo a hallazgos antropológicos
se localiza el origen del hombre en algún punto del centro oriental africano, sin embargo, para explicar
cómo se pobló América recurriremos a las tres teorías que presentamos a continuación :
TEORIA DE BERING
 Se produce al inicio de la cuarta glaciación. Hace 40.000 años el homo sapiens, junto a animales
y plantas cruza desde Asia en oleadas que se prolongaron hasta 12.000 años atrás.
TEORIA DE PAUL RIVET
 Se conoce también como teoría transpacífica o transoceánica, basada en similitudes entre
aborígenes americanos y polinésico en aspectos físicos, culturales y lingüísticos.
TEORIA ANTÁRTICA
 Reconoce el origen asiático de los americanos, pero postula que pudieron pasar desde Australia a
la Antártica, gracias a una regresión glacial, que permitió su sobrevivencia en ese continente, y
de allí a América poblándola de sur a norte.
El poblamiento de América se desarrolló durante el período que la geología a llamado Cuaternario.
Geológicamente, este período se divide en: Plesitoceno y Holoceno. Al Pleistoceno se le denomina la
edad de las glaciaciones, con una duración de aproximadamente 3 millones de años; y al Holoceno o
Reciente, porque en él vivimos, el período postglacial, a la que los geólogos dan comienzo hace 10.000
años.
Las glaciaciones fueron fenómenos climáticos que modificaron profundamente el relieve continental y
los sucesivos cambios del nivel del mar. Para comprender mejor esto los glaciares son masas de hielo
que desde la región de las nieves eternas, donde se origina, desciende a niveles inferiores en virtud de un
paulatino deslizamiento, formando un verdadero "río de hielo" que se adapta a la mayor parte del terreno
por donde se desliza. La progresión de la lengua del glaciar continúa hasta llegar a zonas de mayor
temperatura donde lentamente va fundiéndose formando la cabecera de un río o un lago.
La llegada de grupos humanos al continente americano se calcula hace 30.000 o 40.000 años, edad
propuesta en base a numerosos hallazgos en la región noroccidental del continente (Estrecho de Bering,
Alaska, Canadá y Estados Unidos) que, además, ratifican a Asia como la región de origen de estos
pobladores.
Una aproximación cronológica para ubicar en el tiempo el poblamiento del continente americano, son
los siguientes hallazgos,: huesos de mamuts enanos que parecen fueron quemados en un fogón,
encontrados en la Isla de Santa Rosa frente a las costas del sur de California, datan de 29.000 años
(C14). Una tibia de caribú convertida en raspador, encontrada en el territorio del Yukón, Canadá, con
una edad de 27.000 años (C14). Un cráneo encontrado en la ciudad de Los Angeles, fechado a través del
método de los componentes proteínicos del hueso, con una antigüedad de 23.600 años. Una pelvis de
bisonte cortada por un instrumento filoso, encontrada en el sitio American Falls en el estado de Idaho,
presenta una fecha aproximada de 30.000 años. Sitios como Lewisville en Texas, dan fechas superiores
a 38.000 años.
Estas fechas no son compartidas por muchos investigadores, argumentando la existencia poco confiable
del contexto arqueológico, y plantean que los restos humanos más antiguos de Norteamérica, son los
pertenecientes a la tradición de caza mayor de las praderas, fechados , por radiocarbono, entre 13.000 y
11.000 años.
Cuando estos grupos empezaron a penetrar hacia el sur, se abrió ante ellos un territorio nuevo, con
clima, flora y fauna distinta y desconocidas, a cuya explotación tenían que habituarse.
Mantenían una cultura material reducida a lo más mínimo, pues había que desplazarse constantemente,
en búsqueda del sustento, marchando tras las manadas que huyen de las acciones depredatorias y que
suelen migrar con los cambios de estación o debido al clima cambiante.
Por su carácter mismo de nómada, la gente de entonces no llegó a levantar construcciones
arquitectónicas. La vivienda dependía más de lo que ofrecía la naturaleza (por ejemplo, cuevas o abrigos
rocosos) que de otra cosa.
En un artículo publicado por el Mercurio, se dice que en el pueblo Chinchorro, que habitó desde lo que
hoy es Ilo (Perú) a Antofagasta, entre los años 6 mil y 2 mil Antes de Cristo, podrían estar las claves del
poblamiento aborigen de nuestro país, según modelos paleomigratorios elaborados por el Programa de
Genética Humana de la Universidad de Chile.
Científicos descifran datos genéticos conservados gracias a técnicas mortuorias desarrolladas por ese
pueblo de pescadores y recolectores, que habito el norte chileno entre el 6 mil y el 2 mil antes de Cristo.
Rothhamer planteó que estos modelos son esenciales también para comprender el origen y la identidad
de la población nacional, ya que los estudios revelan que el 40 % de los genes de un chileno promedio
son indígenas, proporción que aumenta en los estratos socioeconómicos bajos (50 %) y disminuye en los
altos (del 27 al 0 %).
En tanto, análisis de ADN mitocondrial —ubicado en el citoplasma celular, por lo que no se modifica
por el aporte paterno— permiten plantear que el 80 % de los chilenos tiene por línea femenina
antecesores indígenas.
Esto se realiza sobre la base de comparar las secuencias genéticas de restos humanos de hasta 7 mil años
de antigüedad, cuyas muestras son facilitadas por el antropólogo Eugenio Aspillaga. El estudio se
fundamenta en que mientras mayor es la concordancia, menor es la distancia genética; de una manera
similar a como la lingüística determina el origen común y el surgimiento de los idiomas.
Basándose en el ADN mitocondrial, Rothhammer postula que una sola gran migración hacia América,
iniciada hace unos 25 mil años, pobló nuestro continente cruzando desde lo que hoy es Asia a través del
estrecho de Bering.
A diferencia del ADN del núcleo, el mitocondrial no modifica su composición con el aporte del padre,
por lo que se mantiene inalterado a través de las generaciones. Debido a que existe una frecuencia única
para toda América del Norte, Centro y Sur, no se puede hablar de genes diferentes.
En relación al poblamiento de Sudamérica, su modelo plantea que hubo una migración única al
subcontinente iniciada hace unos 15 mil años. Desde el istmo de Panamá un grupo paleoindio se
desplazó hacia el sur para asentarse en el Altiplano, mientras que otro se internó hacia la floresta tropical
del este.
Cerca del 2 mil Antes de Cristo un grupo proto arawak se desplazó por el río Amazonas hasta la ceja de
selva boliviana y subió al Altiplano para mezclarse con el grupo anterior en torno al lago Titicaca. De
estas poblaciones, algunos grupos se desprendieron al Pacífico.
Esta mezcla de grupos paleoindios y proto arawak habría dado origen a la población andina que, a juicio
de Rothhammer, es base en los aportes genéticos de los aborígenes chilenos.
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