¿QUE ES SER AGRICULTOR HOY? Javier Bergua Guillén. Ingeniero Agrónomo. He oído y leído muchas veces que los agricultores son los que cuidan y mantienen el medio ambiente ya que se encuentran situados e imbricados en él. Bueno, yo creo que la ubicación no imprime carácter. El agricultor, como cualquier empresario, tiene como objetivo maximizar su beneficio, por lo que habrá unos respetuosos con el medio ambiente y otros, como en cualquier actividad, que abiertamente no lo son. Hacer que un agricultor sea consciente de la repercusión que su actividad tiene sobre el medio en el que actúa, supone una formación e información que muchas veces no tiene y que puede ir contra lo que piensa y cree. Las costumbres y las prácticas agrícolas tradicionales todavía son algo que está en el código genético de muchos agricultores por lo que podríamos decir (en expresión muy al uso), que tendríamos que modificarlos genéticamente. Todos debemos ser conscientes de la gran huella que estamos dejando en la Naturaleza con nuestro modelo productivo y de la necesidad de cambiar nuestra mentalidad para corregir los daños que hemos originado. El agricultor, como alguien que actúa sobre una gran superficie, puede contribuir en gran medida a mejorar el medio sobre el que trabaja, si cambia su forma de ver la Naturaleza, como ya han hecho algunos, o puede contribuir a su degradación hasta límites que hagan muy difícil su recuperación, si no lo hace. Ello supone conocer los efectos que nuestras prácticas han tenido y tienen sobre el suelo y el medio, y promover aquellas técnicas que supongan evitar o reducir la erosión del suelo, mejorar su estructura, reducir la emisión de gases a la atmósfera, aumentar la fijación de Carbono en el suelo, mejorar el balance hídrico y nutricional así como su biodiversidad. Como ya saben algunos agricultores, no estoy hablando de lugares o suelos especiales. Estoy hablando de nuestros suelos, de nuestro clima y de nuestros cultivos de cebada, trigo, girasol, maíz, etc. Para conseguirlo hay que acometer de manera urgente la formación de todos los implicados en la actividad agraria (Administración y agricultores ). El empeño no es fácil, porque el pragmatismo que hoy prevalece en nuestra sociedad, puede a veces ver mas alguna posible desventaja económica, aunque no sea así, que las mejoras de todo orden que se pueden conseguir. No estoy hablando de unas prácticas de riesgo, sino de algo que se está haciendo en millones de hectáreas en todo el mundo, que muchos organismos internacionales, como la FAO, están difundiendo, y que está propiciando entre otras cosas, que en un mercado global, haya productores con costes menores que los nuestros que pueden competir en condiciones mas ventajosas que nosotros. Teniendo en cuenta las peculiaridades del sector agrario y las diferencias de unas zonas a otras, la Administración debería implicarse con técnicos bien formados que llevaran a cabo una labor similar a la que durante mucho tiempo realizó el Servicio de Extensión Agraria, de tan grato recuerdo, pero ahora referida a técnicas de producción que manteniendo los ingresos del agricultor, protejan y conserven nuestra base productiva (el suelo). Lo que no ayuda a mejorar son algunas declaraciones de nuestros políticos que no dicen nada y que lo más que hacen es dejar perplejos a muchos agricultores. Solo tenemos un problema, y es que si no tomamos cartas en el asunto, nos veremos abocados en un plazo no muy lejano, a una agricultura inviable, con costes crecientes de producción y con suelos cada vez mas empobrecidos y agotados. Este es el gran reto que tiene ante sí el agricultor actual si quiere continuar siéndolo en el futuro.