FRANCISCANOS MENORES CONVENTUALES SUB-COMISIÓN DE PASTORAL JUVENIL VOCACIONAL Jornada de las Vocaciones Franciscanas Conventuales Preparar: En medio de la sala de la oración se coloca un Cristo de San Damián con velas alrededor. Que haya música ambiental en la sala antes de llegar a la oración. Vigilia de Oración MONICIÓN Iniciamos este momento de oración por la Vocaciones Franciscanas Conventuales. Oremos por Vocaciones laicales –con el espíritu de Francisco de Asís- comprometidas en nuestras comunidad Franciscanas. Oremos por Vocaciones Religiosas y Sacerdotales para la Orden Franciscana. Oremos por la Vocaciones Misioneras (recordamos a nuestros hermanos de Colombia)… oremos, para que el Espíritu nos anime a identificar nuestra propia llamada, el sentido de nuestro ser vocacionados desde nuestro bautismo y pidámosle al Señor que perdamos el miedo de aceptar y acoger la llamada que él nos hace a cada uno. En este espíritu de oración, meditación, comencemos esta oración teniendo como centro al Señor Resucitado, el Cristo de San Damián, el Cristo al que muchas veces Francisco de Asís pregunto: “Señor, que quieres que haga”. CANTO “Déjalo todo” Tu Palabra entró en mi cuerpo y se hizo vida. Tu mensaje fue llenando mi existir. Hoy estoy, Señor, dispuesto a dar el paso; mi boca Señor, quiere pronunciar, Señor, el sí, el sí. DÉJALO TODO Y VEN CONMIGO; CARGA TU CRUZ, VEN TRAS DE MÍ. YO TE ELEGÍ POR SU TU MISMO; SÉ MI EVANGELIO, PONGO MIS FRASES EN TU VOZ (BIS) ... CONFÍO EN TI. Mis sentidos sólo anhelan tu presencia; te prometo serte fiel hasta el final. Dame Tú, Señor, fuerza en anunciar, Señor, tu vida. Quiero ser, Señor, testigo de tu salvación, Señor, Señor. 1 MOTIVACIÓN A ORAR DESDE LA VIDA Francisco se alistó a la guerra en busca de títulos y prestigio… pero se le cambiaron los planes, estuvo un año en prisión. Allí ya comenzó a darle vueltas su vida… Llegó a su casa. Pasó un largo tiempo enfermo… y seguía preguntándose por dentro “de que voy”… En cuanto se recuperó intentó olvidarse de todo y volver a la juerga con los amigos, aunque se dio cuenta que llevaba dentro un vacío que no podía llenar. Solía irse a las afueras de Asís, prefería estar sólo, fue entonces cuando “conoció” a los marginados, los leprosos… Tenía unos 23 años, estaba viviendo una etapa decisiva, Desengañado de sus planes de yuppi no sabía bien bien lo que quería, ni quien era… Vamos, lo que se dice una crisis existencial. Cierto día vio a los lejos una ermita en ruinas, y se acercó a ella, tal vez por que también el se sentía así, el caso es que entró y ante un icono de Cristo comenzó a pedir a Dios que le mostrara su camino… no paraba de repetir “Señor, ¿qué quieres que haga”… Y precisamente en esos días tuvo una corazonada, sentía una fuerte llamada a reconstruir aquella Iglesia. Era tan intensa su convicción, que empezó a pensar que ese era el mandamiento que Dios le pedía. El caso es que volvió allí, oró de nuevo y se puso manos a la obra… y lo que son las cosas… con el tiempo entendió que Dios le pedía reparar no sólo la ermita sino la Iglesia de los Hijos de Dios, los corazones derruidos. Aprendamos de Francisco a orar desde la vida… Todos: “Oh alto y glorioso Dios! Ilumina las tinieblas de mi corazón, dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento”. (Oración de San Francisco ante el Cristo de San Damián) CANTO “En momentos así” En momentos así levanto mi voz, levanto mi canto a Cristo. En momentos así levanto mi ser, levanto mis manos a Él. CUANTO TE AMO, DIOS (BIS) CUANTO TE AMO, DIOS, TE AMO. ORACIÓN (a dos coros) CANTO:“Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 1. Y Cuando te fuiste solo al monte, a orar, yo dije: ¡qué aburrido! es de noche, tengo sueño 2 y además hay un buen programa en la tele. 2. Y cuando te fuiste al Huerto a sudar sangre yo me puse a temblar y di la vuelta: eso sí que no, yo no valgo para enfrentarme al dolor, es superior a mis fuerzas. CANTO:“Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 1. Y cuando cargaste la cruz en tus espaldas yo la vi pesada... y no puedo cargar pesos, tengo la piel fina y delicada. 2. Y cuando tú dijiste que era estrecho el sendero y escarpado, yo leía que la comodidad y la facilidad eran valores hoy en alza. CANTO: “Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 1. Y cuando te clavaron las manos y los pies alguien me susurró al oído: libres, mejor libres, en este tiempo no hay esclavos, eso no se lleva. 2. Y cuando afirmaste que tu comida era hacer la voluntad del Padre yo recordé el restaurante de la plaza donde se come muy bien. CANTO: “Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 1. Y cuando me pedías: véndelo, déjalo todo, me pareció imposible, de la noche a la mañana, desprenderme de tantas cosas buenas. 2. Y cuando decías: el que encuentre su vida a perderá, el que pierda su vida por mí, la encontrará, yo respondí que no estaba para adivinanzas o acertijos. 3. Te fijaste en mí de nuevo. ¿Qué pasó? “Ven y sígueme”, insististe nuevamente. Y esta vez dije que Sí: Te seguiré a donde quiera que vayas. y empecé a seguirte, ya lo ves. CANTO: “Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 3 LECTURA BÍBLICA MT. 9, 35-38 Recorría Jesús todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todo achaque y enfermedad. Viendo el gentío, le dio lástima de ellos, porque andaban maltrechos y derrengados como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al dueño que mande obreros a su mies. Palabra del Señor. (Breve silencio para interiorizar la Palabra de Dios) CANTO “Dios precisa de ti” Dios precisa de ti mucho más de lo que puedas imaginar (2). PRECISA DE TI MUCHO MÁS QUE LA TIERRA PRECISA DE TI MUCHO MÁS QUE EL MAR PRECISA DE TI MUCHO MÁS QUE LOS ASTROS PRECISA DE TI (BIS). Yo preciso de ti... Tú precisas de mí... Dios precisa de mí... PLEGARIA TODOS Señor, Tú eres nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y Tú, nuestro alfarero; la hechura de tus manos, todos nosotros. Como el barro en la mano del alfarero, así somos nosotros en tus manos. J. 1 Como barro me hiciste. Amasaste el barro, Señor. Me moldearon tus manos. Me moldeaste como arcilla, igual que hace el alfarero. Tus manos como barro me han moldeado. J.2 ¿Por qué me has hecho así?, ¿Para qué me has hecho así? ¿Cuáles son, Señor, tus planes y proyectos al moldear esta vasija de barro? ¿Para que quieres que sirva? ¿Dónde está mi sitio? ¿Dónde? ¿En que lugar del mundo, en qué lugar de esta casa grande que es el universo? 4 J.3 ¡Cómo me has moldeado, Señor!. Tus manos formando y despertando mi propia capacidad de dar y de servir. Tus dedos haciéndome el hueco para recibir y para acoger. Señor, me has dado cinco talentos o siete, o diez o diecisiete. No quiero guardarlos para mi, quiero multiplicarlos para Ti, para Ti, que estás en los hermanos. TODOS¿Qué vas a hacer de mí?, ¿qué voy a ser? ¿Seré, cántaro, jarra o jarrón? ¿Harás de mi una vasija de barro, honda y ancha, esbelta o bajita?. ¡Que más da? Vaso de barro, para Ti, Señor, para Ti, que estás en los hermanos. ECOS A LA PLEGARIA CANTO “Tú me has llamado” Tú me has llamado, no permitas que diga “soy como un niño” Dios ayúdame, a decirte Sí, a decirte Sí. PETICIONES ESPONTANEAS PADRENUESTRO (Cogidos de la mano) BENDICIÓN DE FRANCISCO DE ASÍS A SUS HERMANOS “El Señor os bendiga y os guarde, R/. Amén muestre su rostro y tenga misericordia de vosotros, R/. Amén os mire benignamente y os conceda la paz, R/. Amén el Señor os bendiga hermanos”. R/. Amén 5 CANTO FINAL “Hasta los confines de la tierra” HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA ANUNCIAREMOS TU NOMBRE, SEÑOR. PROCLAMAREMOS LA BUENA NUEVA, TESTIGOS SOMOS, TÚ VIVES HOY (BIS). Mira, te llamo por tu nombre, Yo te he elegido, escúchame; quiero que lleves mi Palabra, no tengas miedo, sígueme. Se sal y luz que alumbre a todos, camino para el que no ve, fuente para el que está sediento, mi Espíritu derramaré. Y si te olvidas de ti mismo, dando tu vida a los demás te envío como mensajero, mi amor se manifestará. 6