al moldear esta vasija de barro? ¿Para que quieres que sirva? ¿Dónde está mi sitio? ¿Dónde? ¿En que lugar del mundo, en qué lugar de esta casa grande que es el universo? J.3 TODOS ¡Cómo me has moldeado, Señor!. Tus manos formando y despertando mi propia capacidad de dar y de servir. Tus dedos haciéndome el hueco para recibir y para acoger. Señor, me has dado cinco talentos o siete, o diez o diecisiete. No quiero guardarlos para mi, quiero multiplicarlos para Ti, para Ti, que estás en los hermanos. ¿Qué vas a hacer de mí?, ¿qué voy a ser? ¿Seré, cántaro, jarra o jarrón? ¿Harás de mi una vasija de barro, honda y ancha, esbelta o bajita?. ¡Que más da? Vaso de barro, para Ti, Señor, para Ti, que estás en los hermanos. ECOS A LA PLEGARIA PETICIONES ESPONTANEAS PADRE NUESTRO CANTO (Déjalo todo) Oración Joven MONICIÓN Iniciamos este momento de oración por las vocaciones. En silencio, contemplemos el poster de la jornada, dejando que sus imágenes y palabras no lleguen al corazón. (Breve silencio para contemplar el poster). PRESID: Como esos jóvenes que te miran, nosotros queremos, Señor, poner nuestros ojos en Ti, escuchar la invitación personal que Tú nos haces a seguirte y ser testigos de tu amor en un mundo que necesita, hoy como siempre, descubrir tu presencia para que se convierta en un ámbito más fraterno, más justo, más reconciliado, más solidario, más compasivo y más pacifico. CANTO “Déjalo todo” Tu Palabra entró en mi cuerpo y se hizo vida. Tu mensaje fue llenando mi existir. Hoy estoy, Señor, dispuesto a dar el paso; mi boca Señor, quiere pronunciar, Señor, el sí, el sí. DÉJALO TODO Y VEN CONMIGO; CARGA TU CRUZ, VEN TRAS DE MÍ. YO TE ELEGÍ POR SU TU MISMO; SÉ MI EVANGELIO, PONGO MIS FRASES EN TU VOZ (BIS) ... CONFÍO EN TI. Mis sentidos sólo anhelan tu presencia; te prometo serte fiel hasta el final. Dame Tú, Señor, fuerza en anunciar, Señor, tu vida. Quiero ser, Señor, testigo de tu salvación, Señor, Señor. LECTURA BÍBLICA MT. 9, 35-38 Recorría Jesús todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todo achaque y enfermedad. Viendo el gentío, le dio lástima de ellos, porque andaban maltrechos y derrengados como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al dueño que mande obreros a su mies. (Breve silencio para interiorizar la Palabra de Dios) CANTO: “Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 1. Y Cuando te fuiste solo al monte, a orar, yo dije: ¡qué aburrido! es de noche, tengo sueño y además hay un buen programa en la tele. 2. Y cuando te fuiste al Huerto a sudar sangre yo me puse a temblar y di la vuelta: eso sí que no, yo no valgo para enfrentarme al dolor, es superior a mis fuerzas. CANTO: “Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 1. Y cuando cargaste la cruz en tus espaldas yo la vi pesada... y no puedo cargar pesos, tengo la piel fina y delicada. 2. Y cuando tú dijiste que era estrecho el sendero y escarpado, yo leía que la comodidad y la facilidad eran valores hoy en alza. 2. Y cuando afirmaste que tu comida era hacer la voluntad del Padre yo recordé el restaurante de la plaza donde se come muy bien. CANTO: “Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 1. Y cuando me pedías: véndelo, déjalo todo, me pareció imposible, de la noche a la mañana, desprenderme de tantas cosas buenas. 2. Y cuando decías: el que encuentre su vida a perderá, el que pierda su vida por mí, la encontrará, yo respondí que no estaba para adivinanzas o acertijos. 3. Te fijaste en mí de nuevo. ¿Qué pasó? “Ven y sígueme”, insististe nuevamente. Y esta vez dije que Sí: Te seguiré a donde quiera que vayas. y empecé a seguirte, ya lo ves. CANTO: “Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” PLEGARIA TODOS Señor, Tú eres nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y Tú, nuestro alfarero; la hechura de tus manos, todos nosotros. Como el barro en la mano del alfarero, así somos nosotros en tus manos. J. 1 Como barro me hiciste. Amasaste el barro, Señor. Me moldearon tus manos. Me moldeaste como arcilla, igual que hace el alfarero. Tus manos como barro me han moldeado. J.2 ¿Por qué me has hecho así?, ¿Para qué me has hecho CANTO: “Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré” 1. Y cuando te clavaron las manos y los pies alguien me susurró al oído: libres, mejor libres, en este tiempo no hay esclavos, eso no se lleva. así? ¿Cuáles son, Señor, tus planes y proyectos