Mateo 13:18-23. La parábola del sembrador. Aparecen tres

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Mateo 13:18-23.
La parábola del sembrador. Aparecen tres elementos: el sembrador, la semilla, y la tierra.
Acerca del sembrador, si se lo compara con otros sembradores, podemos decir que es de
aquellos que son especiales, fuera de lo común. ¿Por qué? (Pasemos ahora al segundo
elemento: la semilla). Porque cuando tiene la semilla en su mano, este sembrador
pareciera ser que no hace un buen uso de la misma, al desparramarla por todos lados. ¿En
qué terreno cae la semilla del Reino? En todos: en terreno pedregoso, entre las espinas, en
la tierra fértil. El sembrador es Dios, y la semilla, la palabra de Dios. Los diversos terrenos,
representan a todos los seres humanos. El centro de la parábola no está en el hecho de
que algunos terrenos son más fértiles que otros, sino en el hecho de que el Sembrador
quiso que la semilla de la Palabra cayera en todos los tipos de suelo. ¿Qué agricultor arroja
su semilla en un terreno aparentemente infértil, o que no ha sido abonado? Ninguno. Pero
el Señor hace lo contrario: hace que su Palabra alcance a todos los hombres. Este es el
"elemento ilógico" (extraño) de la parábola, el cual refleja la enseñanza principal: la gracia
universal de Dios en Cristo Jesús. Él busca que todos procedan al arrepentimiento y se
salven de esta generación perversa. Para ello envía su Palabra a todos los rincones del
mundo, a fin de que esta semilla eche raíces en el corazón de todos, y produzca frutos.
Mas todo esto es posible, porque Cristo, la semilla de Dios, cayó a tierra muriendo por
nuestros pecados, para al tercer día germinar y producir frutos de perdón y vida para
nosotros, mediante su resurrección de entre los muertos. Estos mismo frutos de perdón,
vida y justicia son los que Dios distribuye por su Palabra y desea plantar y hacer crecer
entre los hombres, a fin de que estemos preparados para el día de la cosecha (la segunda
venida de Cristo y el Día del juicio). A.C.
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