La causa de muerte expresa, en alguna medida, las circunstancias de vida de la persona fallecida, así como los elementos culturales que definen a la sociedad en cuyo seno transcurrió su existencia y ocurrió su deceso. Aplicando la perspectiva de la antropología demográfica y la paleodemografía, Hernández Espinoza ilustra los vínculos entre cultura y causa de defunción para población menor de cinco años de edad. Analizando osamentas preservadas a través del tiempo permite reconocer, por ejemplo, que el trato de mayor privilegio a los niños, en relación con las niñas, ha estado presente en nuestras sociedades desde hace varios siglos a juzgar por las diferencias en el estado nutricional entre unos y otras. El artículo de Azaola y Mayorga se ubica en un ángulo distinto desde el cual analizar la salud de las poblaciones: la participación de la microbiota intestinal en el desarrollo de problemas de salud o la composición corporal de las personas. La información que los autores presentan constata lo promisorio de la investigación en esta área, al tiempo que muestra el enorme desafío que representa dar cuenta del universo que conforman los millones de microorganismos presentes en el tubo digestivo y el delicado balance entre ellos. Las características del poblamiento intestinal, las diferencias asociadas a aspectos metabólicos o culturales y las posibilidades terapéuticas, son sólo algunos de los elementos que merecen continuar discutiéndose en relación con esta temática. Dar cuenta adecuada de la participación de cada individuo en los procesos que propician el desarrollo de la sociedad constituye un reto de gran envergadura. Un aspecto central de esta tarea es medir de forma apropiada el trabajo llevado a cabo. La valoración de la importancia que tienen las actividades no remuneradas en el sostenimiento de la sociedad ha sido una discusión presente en las últimas décadas en el país. El documento elaborado por Pacheco ofrece la propuesta más reciente en el ámbito internacional para medir la participación laboral, la cual incluye las actividades que no forman parte de la cadena económica. La adopción del enfoque propuesto no sólo puede permitir modernizar las estadísticas sobre trabajo —en tanto que reflejarían de mejor manera el mosaico presente en la producción económica— sino también apreciar las diversas formas de cómo se sustenta el crecimiento de las sociedades. Cómo distribuyen su tiempo las personas en función de su sexo, el grado de satisfacción que de ello derivan y la percepción de felicidad, son los elementos que al ser abordados por Páez nos muestran un panorama en el cual los roles de género continúan estando presentes de manera muy importante, la composición del hogar afecta los ideales de tiempo requerido para atender necesidades específicas, y la insatisfacción es un reflejo de las demandas impuestas por la obligación de llevar a cabo múltiples actividades. Los hallazgos de este trabajo se suman a las evidencias que muestran la impostergable necesidad de discutir, de manera amplia, esquemas de corresponsabilidad social que permitan afrontar de mejor forma los compromisos vinculados, en el seno familiar, con la crianza, las necesidades de personas adultas mayores y de la población con discapacidad. 10 ROSARIO CÁRDENAS