A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 27 de junio de 2012,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de
votación:
doctores
Hitters,
Kogan,
Soria,
Negri,
de
Lázzari, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte
de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia
definitiva en la causa L. 99.441, "Batista, Héctor contra
Colegio Inglés Brighton/Inst. Brighton. Despido".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo n° 5 del Departamento
Judicial
San
Martín,
con
asiento
en
dicha
ciudad,
hizo
lugar en forma parcial a la acción incoada. Impuso las
costas del modo como específica.
La parte actora dedujo recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Hitters dijo:
I.
El
tribunal
a
quo
rechazó
la
demanda
que
Héctor Batista entabló contra el Colegio Inglés Brighton
y/o
Instituto
Brighton
en
procura
del
cobro
de
indemnizaciones por antigüedad y preaviso, haberes por el
período octubre 2003 a octubre de 2004, incentivo docente
por igual período, sueldo anual complementario del segundo
semestre
de
complementario
2003,
y
vacaciones
vacaciones
de
de
2003,
2004,
sueldo
y
anual
pretensiones
sustentadas en los arts. 2 de la ley 25.323 y 16 de la ley
25.561. En cambio, admitió los rubros de salario del mes de
septiembre de 2003, incentivo docente de 2002 y 2003 por el
tiempo trabajado, sueldo anual complementario proporcional
y vacaciones proporcionales de 2003, y multa del art. 45 de
la ley 25.345.
Para resolver de ese modo juzgó que la disolución
del vínculo laboral se produjo por voluntad concurrente de
las partes en los términos de lo normado en el art. 241,
segundo párrafo, de la Ley de Contrato de Trabajo.
II.
Contra
el
pronunciamiento
dictado
en
la
instancia de grado se alza la legitimada activa mediante
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, en el que
invoca infringidos los arts. 1, 2, 7, 11, 13, 31 y 35 de la
ley 13.047; 2, 9, 12, 58 y 245 de la Ley de Contrato de
Trabajo;
11,
31,
39
inc.
3
y
57
de
la
Constitución
provincial; 14, 14 bis, 16 y 17 de la Carta Magna nacional.
Además, denuncia absurdo y arbitrariedad en la valoración
de las probanzas.
En concreto, plantea que:
1. No es procedente la aplicación al caso del
art. 241, segundo párrafo, de la Ley de Contrato de Trabajo
porque el instituto allí previsto no es compatible con la
naturaleza y modalidades de la actividad docente regulada
por la ley nacional 13.047, ni con el especifico régimen
jurídico al que la misma se halla sujeta (v. recurso, fs.
595 vta./607 vta.). Ello, por un doble orden de razones:
(i)
derecho
a
De
la
un
lado,
estabilidad
la
del
ley
especial
educador
consagra
privado
en
el
tanto
exige la tramitación de un sumario previo a la remoción
fundada en las causales taxativamente enumeradas en la ley
(art.
13,
ley
cit.),
procedimiento
cuya
inobservancia
importa la subsistencia de la mencionada garantía para el
trabajador docente. Tal regulación impide la aplicación del
art. 241 de la Ley de Contrato de Trabajo.
A todo evento, cualquier otro modo de rescisión
contractual
referencia
especie-
que
-como
genera
no
el
obedezca
que
derecho
se
al
a
las
declaró
pago
de
causas
legales
configurado
las
en
de
la
indemnizaciones
correspondientes.
(ii) De otro costado, el art. 35 del estatuto
constituye otra manifestación de la estabilidad, toda vez
que establece como recaudo para el caso de renuncia la
ratificación ante la autoridad competente. Tal exigencia
importa que la dimisión o abandono del cargo no puedan
presumirse. Ergo, el tribunal al decidir del modo en que lo
hizo, vale decir, presumiendo la existencia de una conducta
común
de
las
relación
partes
laboral
tendiente
soslayó
a
lo
dar
por
dispuesto
concluida
en
el
la
citado
precepto.
(iii) Eventualmente, en caso de duda, debió el
juzgador
pronunciarse
aplicando
la
norma
más
favorable
(art. 9, L.C.T.).
(iv)
Finalmente,
indica
en
qué
consistiría
la
violación o el yerro en la aplicación de las cláusulas de
las Constituciones nacional y provincial que se mencionan
en la pieza impugnativa (v. fs. 607 vta./610 vta.).
2. Es arbitraria la valoración de las pruebas
esenciales
resultó
efectuada
por
incontrovertido
el
tribunal
entre
los
de
origen
porque
contendientes
que
la
relación laboral se extinguió por despido. Lo que sí se
discutió
-asegura-
fue
si
el
distracto
resultó
o
no
motivado: mientras la demandada invocó la existencia de una
causa (remoción del cargo), la actora, estimando ilegítima
la medida rescisoria de la empleadora que omitió tramitar
el
sumario
vta./613).
previo,
se
consideró
despedida
(v.
fs.
610
Por otra parte, imputa absurdo en la apreciación
de las constancias de la causa, alegando que mal puede
concluir el a quo que el contrato laboral se disolvió por
voluntad concurrente de las partes cuando el mismo día en
que al actor se le impidió el acceso a su lugar de trabajo,
la demandada asentó la baja de aquél ante el organismo
competente (v. fs. 613/620).
3. Por conducto de la aplicación de los arts. 52
y 55 de la Ley de Contrato de Trabajo y 39 de la ley
11.653,
el
juzgador
debió
concluir
que
el
actor
fue
despedido y que tal hecho aconteció el 1 de octubre de
2003,
en
cuanto
establecimiento.
ese
Ello
día
así
se
toda
le
impidió
vez
que
la
ingresar
al
accionada
no
exhibió la documentación laboral (v. fs. 620/621).
III. El recurso no es procedente.
Habré
de
abordar
las
críticas
ensayadas
principiando la exposición con el tratamiento de aquélla
vinculada
Luego
al
absurdo
abordaré
la
en
que
la
se
apreciación
estructura
de
sobre
las
el
pruebas.
planteo
relativo al art. 2 de la Ley de Contrato de Trabajo. Por
último, tocaré el cuestionamiento fincado en los arts. 52 y
55 de la Ley de Contrato de Trabajo y 39 de la ley 11.653.
1. El eje sobre el que gira el principal agravio
que porta la queja está dirigido a cuestionar el aspecto de
la
decisión
con
arreglo
al
cual
se
estableció
que
la
ruptura de la relación de trabajo se originó en la voluntad
concurrente y recíproca de las partes (art. 241, párrafo
segundo, L.C.T.).
Sobre
reseñé-
que
el
tópico,
ninguno
de
el
los
impugnante
litigantes
aduce
sostuvo
-como
que
la
vinculación contractual se hubiese extinguido de ese modo,
pues
mientras
la
demandada
alegó
la
existencia
de
un
despido con causa (remoción en el cargo de secretario), la
actora
-asegura-
sustanciación
de
lo
estimó
inmotivado
actuaciones
dada
sumariales,
la
omisa
considerándose
despedida (v. fs. 611 vta./612).
En
rigor,
tal
prédica
transita
sobre
la
concepción de que el tribunal de la instancia de origen
habría
resuelto
la
contienda
por
conducto
de
la
introducción de una cuestión no traída a debate por ninguna
de
las
partes,
fruto
de
su
propia
y
original
cosecha,
apartándose, al así hacerlo, de los términos en que -a
criterio del recurrente- habría quedado trabada la relación
procesal.
En este sentido, vale recordar que reiteradamente
ha
declarado
esta
Corte
que
la
interpretación
de
los
escritos constitutivos del proceso y el establecimiento de
los términos en que quedó planteada la litis, constituyen
facultades
privativas
de
los
jueces
de
la
instancia
ordinaria y su decisión al respecto sólo puede revisarse en
la
sede
extraordinaria
compruebe
absurdo
principio
de
"Ferrara",
sent.
en
en
la
la
que
interpretación
congruencia
del
medida
(conf.
3-VI-2009;
se
y
violación
causas
L.
denuncie
L.
87.372,
y
al
93.988,
"Antonini",
sent. del 7-III-2007).
Partiendo
recaudo
de
de
este
suficiencia
enfoque,
del
recurso,
para
el
abastecer
quejoso
el
debió
denunciar absurdo en la interpretación de los escritos de
constitución del proceso e infracción al postulado de la
congruencia, carga ésta que omitió satisfacer y que torna
insalvable el manifiesto déficit que exhibe la formulación
del embate.
Téngase en cuenta que el principio de congruencia
se vulnera cuando el juez introduce en forma sorpresiva
cuestiones a cuyo respecto las partes no pudieron ejercer
su
plena
y
oportuna
defensa
(conf.
causas
L.
89.005,
"Baratti", sent. del 31-X-2007; L. 86.343, "Castrillón",
sent. del 12-IV-2006; L. 86.064, "Mamani", sent. del 7-IX2005; L. 78.942, "Alonso", sent. del 19-V-2004), imputación
que -como dije- es la que en definitiva se formula al
tribunal de grado sin apoyatura técnica adecuada y eficaz.
En el contexto definido por la insuficiencia de
la
impugnación,
no
contribuye
a
proveerla
de
idóneo
y
acabado sustento la denuncia de quebranto del art. 44 inc.
“d” de la ley 11.653 acompañada de la invocación de absurdo
en la apreciación de las pruebas esenciales para dilucidar
la litis sobre las que se cimienta esta parcela de la
queja, máxime -como se verá- teniendo en cuenta que el
recurrente
soslaya
demostrar
que
la
labor
axiológica
desplegada por el a quo esté efectivamente viciada.
2.
determinar
trabajo
Tiene
cómo
y
constituye
dicho
cuándo
una
el
se
Tribunal
que
extinguió
típica
cuestión
el
integro
contrato
de
hecho
que
de
no
revisable en casación, salvo que se acredite que el fallo
es absurdo (conf. causas L. 56.436, "Dos Santos", sent. del
5-XII-1995; L. 43.806, "Nasi", sent. del 13-III-1990; L.
61.985, "Czaburko", sent. del 7-X-1997).
En
esta
misma
línea
y
en
lo
específico,
ha
declarado que la decisión que -a través del análisis de las
conductas de las partes- considera acreditada la extinción
del contrato de trabajo por voluntad concurrente de las
partes, constituye una cuestión de hecho, sólo revisable
por vía del absurdo (conf. causas L. 90.652, "Spedalieri",
sent. del 7-XI-2007; L. 74.014, "Vigovich", sent. del 23IV-2003).
En el caso sub examine, el judicante evaluó de
manera integral los elementos probatorios aportados a la
causa en orden al establecimiento de las circunstancias de
forma y oportunidad en que se produjo la extinción del
vínculo laboral.
En ese trance, y en lo que aquí presenta interés,
en el veredicto determinó que el último día en que el actor
prestó
tareas
fue
el
30
de
septiembre
de
2003,
registrándose su baja a partir del 1 de octubre de ese año.
También tuvo por probado que las partes intercambiaron las
piezas postales glosadas a fs. 4, 5, 6, 34, 35 y 37. En
cambio, consideró no demostrado que el trabajador hubiera
sido despedido en forma verbal y, que a partir del 30 de
septiembre
de
2003,
infructuosas
éste
tratativas
establecimiento
hubiera
con
tendientes
al
mantenido
las
cobro
largas
autoridades
de
las
e
del
acreencias
laborales reclamadas en autos.
En otro orden, en las cuestiones novena y décima
del
fallo
judicial
de
los
hechos
protagonizada
anterioridad
a
la
se
ocupó
por
los
promoción
de
de
reseñar
aquí
este
la
batalla
litigantes
pleito.
Detalló
con
que
aquélla se originó con motivo de la medida de no innovar que
el actor Héctor Batista y su esposa Noemí Elba Peroni de
Batista iniciaron el 1 de marzo de 2002 contra Margarita
Galleti
de
Peroni
y
Haydée
Marta
Peroni,
invocando
su
condición de únicos socios de la sociedad de hecho a cargo de
la explotación de instituciones educativas "Colegio Inglés
Brighton-Instituto Brighton" en procura de una declaración de
certeza acerca de los eventuales derechos que en tal carácter
les
asistían.
La
causa
obtuvo
ante
la
alzada
sentencia
desfavorable para los peticionarios, que quedó firme (v. fs.
318 y vta.). Por su parte, determinó que Margarita Galleti de
Peroni promovió, con fecha 11 de octubre de 2002, acción de
amparo contra el actor y su cónyuge (su hija), en la que
resultó gananciosa en la medida que en la instancia de origen
se hizo lugar a la restitución de la tenencia del inmueble
"usurpado por el señor Batista y sus hijos" (v. fs. 319) y la
explotación de los servicios educativos del denominado Colegio
Inglés Brighton, decisión esta confirmada por la Cámara (con
fecha 19-VI-2003) y, a posteriori, por la Corte provincial (v.
fs. 318 vta./320).
Tal infraestructura fáctica lo condujo en la etapa
sentencial a juzgar que la extinción del vínculo se produjo
por voluntad recíproca de ambas partes, en tanto formó su
convencimiento acerca de que su conducta reveló la inequívoca
intención de no continuar con la relación de trabajo (v. fs.
323). Para así concluir, valoró: i) el período de un año
transcurrido desde el último día en que el actor concurrió a
prestar servicios (30 de septiembre de 2003) hasta la fecha en
que remitió el telegrama intimatorio a su empleadora (30 de
septiembre de 2004); ii) la orfandad probatoria en punto a su
alegación sobre la existencia de despido verbal; iii) la
ausencia
de
elementos
de
prueba
destinados
a
avalar
la
afirmación sobre la existencia de tratativas extrajudiciales;
iv) y finalmente, hubo de poner de resalto que si bien el
contenido de las cuestiones novena y décima "permiten imaginar
las circunstancias que determinaron la tardía intimación, no
se erigen por ello en motivos excusatorios de la demora
incurrida [...] toda vez que es en el marco de la Ley de
Contrato de Trabajo, en el que debe dirimirse la presente
litis y abordar a las conclusiones legales que la normativa
impone" (v. fs. 323).
Por
todo
indemnizatorios
vta.),
y
haciendo
septiembre
lo
expuesto,
salariales
lugar
de
2003,
desestimó
reclamados
únicamente
sueldo
a
anual
los
(v.
los
conceptos
fs.
323
haberes
y
de
complementario
proporcional del segundo semestre de ese año, vacaciones
proporcionales
del
2003,
rubro
de
incentivo
docente
en
proporción al período de prestación de servicios y multa
del art. 80 de la Ley de Contrato de Trabajo (texto conf.
art. 45 de la ley 25.345; v. fs. 323 vta./324).
3.
Como
adelanté,
el
fallo
no
logra
ser
desvirtuado por vía de la doctrina del absurdo, toda vez
que la queja contiene objeciones de marcado tono subjetivo
sobre
ciertos
valoración
se
impugnación
elementos
imputa
frontal
de
al
y
prueba
tribunal,
eficiente
de
cuya
inadecuada
soslayando
las
una
decisivas
conclusiones que dotan de sustento al pronunciamiento.
Desde
este
ángulo,
el
recurrente
no
aporta
argumentos convincentes y eficaces en orden a enervar la
conclusión del tribunal acerca de que no existió el despido
verbal
invocado
evidenciar
cómo
-según
afirmó-
por
el
actor,
habría
quedado
acreditado
que
ni
intenta
las
partes
mantuvieron tratativas extrajudiciales tendientes a que aquél
percibiera los créditos aquí reclamados, ni se hace cargo de
las razones expuestas en el fallo con arreglo a las cuales se
apreció que el período de un año transcurrido desde el último
día en que el promotor del pleito trabajó hasta la fecha en
que envió su telegrama intimatorio resultó suficientemente
demostrativo
de
la
recíproca,
concurrente
e
inequívoca
voluntad de las partes de rescindir la relación laboral (más
allá de que evaluó la constancia de baja ante el órgano de
contralor, aunque -claro está- de un modo diverso al propuesto
por el recurrente).
Insisto: la decisión del tribunal de grado que -a
través
del
análisis
de
los
respectivos
comportamientos-
considera acreditada la extinción del contrato de trabajo
por
voluntad
concurrente
de
las
partes,
constituye
una
cuestión de hecho, sólo revisable por vía del absurdo y, si
en este aspecto, la queja se presenta con marcado déficit
técnico, resulta ineficaz para lograr la apertura de la
instancia casatoria a la revisión de típicas cuestiones de
hecho y prueba (conf. causa L. 84.294, "Mangiantini", sent.
del 13-IX-2006).
Para
más,
el
impugnante
tampoco
se
ocupa
de
descalificar las apreciaciones del iudex a quo vinculadas a
las contingencias judiciales que precedieron la promoción
de este pleito.
4. En otro orden, sin dejar de señalar que la
demanda se funda en la Ley de Contrato de Trabajo, la ley
provincial
10.579
y
hasta
en
el
Convenio
Colectivo
de
Trabajo 130/75 (v. fs. 21 vta./22), dado el modo en que se
resolvió la contienda se impone analizar el planteo que el
recurrente formula al abrigo del art. 2 de la ley 20.744
-t.o.-, argumentando la exclusión en la aplicación -por
incompatibilidad- de la causal de extinción contemplada en
el segundo párrafo del art. 241 de la citada ley, en el
marco del régimen del Estatuto del Docente Privado (ley
13.047).
Adelanto
que,
en
mi
opinión,
el
juicio
de
compatibilidad resulta positivo.
(i) Ante todo, conviene anotar que la relación
del docente ligado a la enseñanza privada constituye, en
rigor,
un
excluida
vínculo
de
la
laboral
Ley
de
cuya
Contrato
regulación
de
Trabajo
no
ha
(art.
sido
2),
quedando la misma regida por el dispositivo estatutario
especial (ley 13.047, A.D.L.A. 1947, 392, derogada por ley
20.614 y reestablecida en su vigencia por ley 21.380) y los
principios y preceptos contenidos en la normativa general
antes citada, en cuanto éstos están destinados a regular
cualquier
relación
individual
de
trabajo,
obviamente,
a
condición de que resulten compatibles "con la naturaleza y
modalidades de la actividad" y "con el específico régimen
jurídico a que se halle sujeta" (art. 2, ley cit.).
El
examen
de
compatibilización
nos
enfrenta
entonces con la situación de coexistencia de dos normas de
igual jerarquía con vocación para regular un mismo género
de actividad en el marco de aquella hipótesis referible a
la ausencia de regulación de una determinada institución en
la ley especial (en el caso, el supuesto de extinción del
contrato por voluntad concurrente de las partes), que sí lo
está en la general.
Al
respecto,
no
puedo
pasar
por
alto
que
el
supuesto bajo la lupa es bien distinto de aquél ventilado
en la causa registrada como L. 80.076, "García", sent. del
12-XII-2007, en la que participé (y que importó el abandono
de la doctrina acuñada en L. 66.908, "Abramovich", sent.
del 6-X-1998). En el precedente de referencia, conforme
puntualicé en mi voto, debió enjuiciarse una situación de
concurrencia conflictiva de normas generales y especiales
de igual y diferente jerarquía definida por los arts. 49 de
la
Ley
de
Contrato
de
Trabajo
y
3
de
la
ley
20.160
-Estatuto de los Jugadores Profesionales del Fútbol- y el
Convenio Colectivo 430/75. Frente a esa hipótesis, en el
marco de las precisas directivas emergentes de los arts. 2
y 9 del régimen legal laboral, de las que
-según allí
precisé- surgen claramente delineados dos indicadores: (i)
el del mejor beneficio (norma más favorable, art. 9); y ii)
el de la compatibilidad (art. 2); resultó la solución que
hube de proponer para dirimir aquel debate, partiendo del
funcionamiento conjunto de las pautas delineadas por las
normas precitadas, a la luz del criterio -aplicable- de
conglobamiento por instituciones.
En el presente, en cambio, no existe concurrencia
conflictiva de normas (por antinomia o divergencia), sino
que se trata de lo que la doctrina autoral especializada
denomina "relación de complementariedad o integración" como
modo de exteriorización de uno de los tipos posibles de
relación recíproca en el caso de coexistencia vinculada de
leyes
en
sentido
"Concurrencia,
formal
articulación
(conf.
y
Goldín,
sucesión
de
Adrián
normas
O.,
en
el
Derecho del Trabajo. (Lineamientos para una investigación)",
DT XLVI-B, pág. 937).
La
situación
descripta,
que
se
presenta
en
nuestro ordenamiento jurídico laboral en "la relación que
media entre un estatuto especial y la L.C.T. aplicable a
los
trabajadores
involucrados
en
aquél,
en
relación
a
aquellas instituciones o aspectos que el régimen especial
no ha contemplado y la L.C.T. sí" (conf. ob. cit., pág.
935), es -precisamente y como dije- el supuesto de autos.
(ii)
específica
enseñanza
Sentado
regulación
privada
lo
del
se
anterior,
personal
justifica
señalo
docente
desde
el
que
ligado
punto
de
la
a
la
vista
histórico en la reivindicación de sus derechos, tales como
el aseguramiento de igual nivel remuneratorio que aquél
reconocido a los educadores pertenecientes a establecimientos
oficiales, las vacaciones pagas, entre otros (conf. Vázquez
Vialard,
Tratado
de
Derecho
del
Trabajo,
Tomo
6,
Ed.
Astrea, 1985, pág. 89), cumpliendo, dada la fecha a la que
se remonta su vigencia (año 1947), funciones propias de los
convenios colectivos de trabajo, "práctica que en aquélla
época
no
estaba
muy
desarrollada
y
que
carecía
de
regulación especial" (conf. Vázquez Vialard, ob. cit., Tomo
5, pág. 739).
En este sentido, en el marco de la disolución del
contrato cabe mencionar, entre los rasgos particulares de
la
regulación
estatutaria
del
docente
privado,
el
que
contempla, como supuesto de extinción de la relación, la
remoción
en
el
cargo
"sin
derecho
a
preaviso
ni
indemnización" por las causas taxativamente enumeradas en
la ley: inconducta, mal desempeño de deberes o incapacidad
física o mental (arts. 13 y 14, ley 13.047).
Dicha
institución
no
puede
concebirse
más
que
como una específica regulación del despido con justa causa,
quedando
comprendidos
en
esa
legítima
motivación
sólo
aquellas conductas que la ley califica de injuriosas (sin
perjuicio
de
los
reparos
que
merezca
la
última
de
las
causales comprendidas en la enumeración legal). Se exige a
su respecto la sustanciación de un sumario previo ante la
autoridad
competente,
invocadas
para
inviolabilidad
la
de
destinado
remoción
la
defensa
a
a
demostrar
fin
(art.
de
13,
las
razones
garantizar
ley
cit.),
la
cuya
inobservancia, desde una orilla jurisprudencial, ha llevado
a considerar que si el empleador no acredita la previa
instrucción
sumarial,
el
(conf.
Nac.
Trab.,
Cám.
Ap.
despido
Sala
deviene
II,
injustificado
autos
"Poggio
c/
Instituto ERNA S.R.L.", sent. del 6-VI-2007; Sala III, in
re "Pirato Mazza c/IADES Soc. de Hecho y otros", sent. del
30-VI-2003; entre otras).
En este orden, completa la regulación especial lo
dispuesto en el art. 14 que remite para "los casos de
despido por causas distintas a las taxativamente enumeradas
en el artículo anterior" a las "disposiciones de los arts.
157
y
afines
justificada
en
del
la
Código
época
de
del
Comercio",
dictado
del
remisión
que,
estatuto,
debe
considerarse actualmente efectuada a la Ley de Contrato de
Trabajo.
En este marco, es destacable que esta Corte ha
considerado como hipótesis viable el despido incausado. En
ese sentido, hubo de declarar que, estando firme por falta
de impugnación idónea la conclusión fáctica relativa a que
la
cesantía
del
dependiente
de
un
establecimiento
de
enseñanza privada se produjo por despido sin indicación de
causa, es ajustada a derecho la decisión que encuadra la
situación en el precepto del art. 14 de la ley 13.047 que
dispone la aplicación del régimen de contrato de trabajo
para supuestos diferentes a los enumerados en el art. 13 de
la misma ley citada (conf. L. 37.539, "Alvarez", sent. del
2-VI-1987).
En
la
misma
línea,
se
ha
dicho
en
el
ámbito
jurisprudencial que en la órbita de la ley 13.047, en los
casos de despidos por causas diferentes a las enumeradas
taxativamente
en
su
art.
13,
se
aplican
las
normas
concernientes al régimen de contrato de trabajo, siendo una
posibilidad que un docente sea despedido sin invocación de
causa (conf. Cám. Nac. Ap. Trab., Sala II, autos "Sepag de
Gallardo
c/
Asociación
Civil
Universidad
del
Salvador",
sent. del 12-V-1995, en Lexis Nexis 13/1539).
En
afín
orden
de
ideas,
Vázquez
Vialard
ha
sostenido que "en los casos de despido por causas distintas
de las taxativamente enumeradas, se aplican las normas de
la Ley de Contrato de Trabajo para los casos de disolución
del contrato por voluntad del empleador" (conf. ob. cit.,
Tomo
6,
pág.
99).
En
armonía
con
ello,
ha
considerado
aplicable -por ejemplo- la causal de extinción prevista en
el art. 247 del régimen de contrato de trabajo (conf. ob.
cit. Tomo 6, pág. 103).
Como
corolario
de
lo
hasta
ahora
expuesto,
encontrándose admitidos otros modos de extinción fundados
en la voluntad del empleador distintos al despido con causa
que regula la normativa estatutaria y -al fin- siendo que
la inobservancia del sumario previo exigido a su respecto
daría lugar al pago de las indemnizaciones correspondientes
por despido injustificado, contrariamente a lo que insinúa
el quejoso, no puedo sino sostener que los trabajadores
comprendidos
en
el
estatuto
en
cuestión
no
quedan
sustraídos del régimen de estabilidad contemplado en la Ley
de Contrato de Trabajo.
Mi afirmación se ve robustecida a partir de que
en el terreno pretoriano así se ha resuelto, afirmándose
que la exigencia formal del sumario previo sólo importa
intensificar la protección del trabajador docente, quien
goza de estabilidad relativa (conf. Cám. Nac. Ap. Trab.,
Sala
II,
autos
"Salvia
c/Asociación
Hijos
de
María
Inmaculada Asoc. Civil", sent. del 31-V-2006).
(iii)
Frente
a
este
cuadro
de
situación
no
encuentro motivaciones para afirmar que otros medios de
extinción previstos en la Ley de Contrato de Trabajo puedan
resultar excluidos en su aplicación por incompatibilidad
con el régimen estatutario, en el sentido y por las razones
que
plantea
puntual,
la
el
recurrente,
extinción
por
cuanto
voluntad
menos,
en
el
concurrente
caso
de
las
partes (art. 241, párrafo segundo, ley cit.).
Sobre
regulación
el
particular,
estatutaria
de
considero
dicho
que
instituto
la
omisa
conduce
a
la
aplicación lisa y llana de la citada ley laboral básica,
integrando en este aspecto la apuntada carencia normativa
del régimen especial, desde que, a tenor de lo expuesto
supra, resulta superado el examen de compatibilidad al que
la Ley de Contrato de Trabajo queda condicionada en su
actuación (art. 2, ley cit.).
En tal sentido, no encuentro óbice para sostener
que
en
el
ámbito
del
contrato
de
trabajo
docente
la
extinción del vínculo no pueda producirse por la voluntad
de ambas partes exteriorizada de un modo que refleje un
comportamiento
concluyente
y
recíproco
que
traduzca
un
abandono mutuo de la relación laboral, típica cuestión de
hecho
que
concreto
-al
por
cabo-
los
deberá
jueces
de
ser
la
apreciada
causa
en
(conf.
cada
L.
caso
90.652,
"Spedalieri", sent. del 7-XI-2007; L. 74.014, "Vigovich",
sent. del 23-IV-2003; entre otras).
En definitiva, y en otras palabras, la voluntad
concurrente de las partes prevista en el segundo párrafo
del art. 241 de la Ley de Contrato de Trabajo como modo de
extinción del vínculo se exhibe compatible, desde el punto
de vista fáctico, con la naturaleza y modalidades de la
actividad docente desarrollada en el ámbito privado y, en
su faceta jurídica, también se acomoda, cual pieza que se
ensambla para hacer funcionar un mecanismo (normativo, en
el
caso),
al
específico
régimen
legal
que
la
regula,
integrándolo o complementándolo.
Finalmente,
tribunal
de
grado
no
cabe
juzgó
que
sino
la
agregar
relación
que
si
el
laboral
se
extinguió en los términos del art. 241 segundo párrafo de
la
Ley
de
Contrato
de
Trabajo,
es
lo
cierto
que
tal
modalidad no genera derecho al cobro de indemnización por
parte del trabajador, ni carga económica para el empleador
(conf. causa L. 84.294, "Mangiantini", sent. del 13-IX2006).
(iv) De otro costado, la argumentación acerca de
que debió verificarse en la especie el cumplimiento del
recaudo contemplado en el art. 35 de la ley 13.047, se
halla huérfana de respaldo atendible.
La
ratificación
por
escrito
ante
el
Consejo
Gremial de Enseñanza Privada, que prevé dicho precepto, no
es
un
requisito
impuesto
para
la
extinción
por
mutuo
acuerdo de la relación; ni expreso, supuesto este en que la
ley exige la escritura pública o su celebración ante la
autoridad judicial o administrativa del trabajo (art. 241,
primer párrafo, L.C.T.), ni -menos aún- tácito, pues su
configuración dependerá de la convicción que en el juez se
forme a partir de la valoración de la conducta observada
por las partes.
Es la renuncia unilateral del docente a su cargo,
hipótesis
distinta
exigencia
de
temperamento
a
las
validez,
acuñado
anteriores,
recaudo
en
la
que
la
-para
doctrina
que
motiva
más-
autoral,
tal
según
puede
un
ser
suplido por el telegrama colacionado cursado al empleador
en los términos del art. 240 de la Ley de Contrato de
Trabajo,
dado
su
carácter
de
notificación
fehaciente
(Vázquez Vialard, ob. cit., Tomo 6, pág. 113).
(v) Por último, el fallo no resulta violatorio
del art. 9 de la mencionada normativa legal en la medida
que no se avizora dubitativo el juicio formulado por el
tribunal de grado en torno a la aplicación de la ley.
En
reiteradas
denuncia
este
sentido,
ocasiones
relativa
a
esta
la
cabe
aquí
Corte
violación
recordar
que
en
ha
declarado
que
la
del
mencionado
art.
9
resulta infundada si no se advierte duda alguna expresada
por
los
juzgadores
con
respecto
a
la
aplicación
o
interpretación de la ley (conf. causas L. 75.889, "Poma
Cerrunda", sent. del 16-V-2001; L. 64.977, "Borgue", sent.
del 10-XI-1998; L. 61.494, "Díaz", sent. del 19-VIII-1997;
entre otras).
5. En otro orden, las presunciones iuris tantum
que emergen de los arts. 39 de la ley 11.653 y 55 de la Ley
de Contrato de Trabajo, en conjunción con lo normado en el
art. 52 de este último plexo legal, no son idóneas para
probar de qué modo o por cuál medio se produjo la ruptura
del vínculo laboral, resultando estéril el planteo traído
para
contrarrestar
la
conclusión
acerca
de
que
fue
el
comportamiento recíproco de las partes el que reveló el
mutuo desinterés y la inequívoca intención de no continuar
con la relación.
6. Para concluir, señalo que resulta ineficaz la
invocada denuncia de violación de normas constitucionales,
que
sería
eventual
consecuencia
de
haberse
previamente
infringido preceptos legales de la materia de que se trata
(conf. causas L. 94.302, "Occhiuzzi", sent. del 18-II-2009;
L.
94.749,
"Romero",
sent.
del
3-XI-2008),
supuesto
no
verificado en la especie.
IV. Por todo lo expuesto, propongo rechazar el
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido,
con costas (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
La señora Jueza doctora Kogan, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por
la negativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Soria dijo:
A
excepción
de
lo
expuesto
en
los
párrafos
tercero, cuarto y quinto del apartado III.4. (i), habré de
adherir al voto emitido por mi distinguido colega doctor
Hitters, por considerar suficientes los demás señalamientos
allí plasmados para fundar la solución que eleva a este
acuerdo.
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Negri y de Lázzari,
por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters,
votaron también por la negativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
rechaza el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
traído; con costas (art. 289 del C.P.C.C.).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
HECTOR NEGRI
JUAN CARLOS HITTERS
DANIEL FERNANDO SORIA
HILDA KOGAN
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
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