Durante el pasado siglo, la población griega aumentó de manera

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Durante el pasado siglo, la población griega aumentó de manera considerable.
El crecimiento más acusado tuvo lugar tras la Primera Guerra Mundial, con el
regreso de los refugiados griegos. Asimismo, el elevado índice de natalidad fue
otro factor que contribuyó al espectacular crecimiento demográfico del país.
Todo ello junto a la existencia unas elevadas tasas de paro, convirtió al país en
el principal foco de emigración europea hasta la crisis económica mundial de
1973. La emigración griega se ha orientado en las últimas décadas hacia los
Estados Unidos, Canadá, Australia, Alemania y Bélgica, principalmente.
En la actualidad, con cerca de 11 millones de habitantes, la densidad de
población de Grecia es de unos 83 habitantes/ km2. No obstante, el reparto de
esta población en el territorio es muy desigual, con acusadas diferencias
regionales. Las áreas más pobladas son las urbanas, debido a las mayores
oportunidades laborales para la población. Destacan Atenas -5 millones de
hab.-, Tesalónica -1 millón de hab.- y Patras -250 mil hab.-, que concentran
actualmente más del 50% de la población del país. Por el contrario, existen
otras regiones de predominio rural, en las que la escasez de oportunidades y
de puestos de trabajo han provocado un éxodo hacia las áreas urbanas. En
1920, más del 60 % residía en el medio rural, mientras que ya en 1990 la
población urbana representaba más del 60 % del total. También cabe destacar
que la pirámide de población actual muestra una población que comienza a
envejecer, como consecuencia del aumento en la esperanza de vida de la
población, la disminución de la tasa de fertilidad y la llegada de inmigrantes en
edad madura, en busca de oportunidades de trabajo.
La economía del país se basa en una estructura agraria, pero con un sector
industrial que va en aumento (en la actualidad supone 1/3 del P.I.B.). Es un
país que aún hoy depende del exterior, por lo que las importaciones superan a
las exportaciones.
El sector agrícola está poco mecanizado y cuenta con un elevado grado de
minifundismo. Si a ello se le añade la escasez de precipitaciones que
predomina en gran parte del país, el resultado es una baja productividad que
hace poco rentable dedicarse a esta actividad. Los cultivos principales los
constituyen los cereales, el olivo y la vid. La ganadería se da principalmente en
las regiones montañosas del país. Es de carácter trashumante y domina el
ganado ovino y cabruno. La pesca es deficitaria, por lo que Grecia ha invertido
mucho en las últimas décadas en la acuicultura, convirtiéndose en el principal
productor europeo. La escasez de recursos naturales y minerales hace que la
explotación forestal y las actividades extractivas no tengan una repercusión
importante en la economía del país.
Atenas (situada en la Grecia Central, es la capital política, financiera y cultural
del país. Es también un importante núcleo turístico y uno de los centros
industriales del país (las industrias principales son las textiles, químicas,
alimentarias y de maquinaria). Cuenta con El Pireo, el principal puerto de la
nación. La segunda ciudad del país, Tesalónica, está situada en el centro del
golfo Termaico y es la capital de la región de Macedonia. Constituye un
importante nudo de comunicaciones entre los países de la antigua Yugoslavia y
Asia Menor. Es también el segundo centro de actividad industrial más
desarrollado de Grecia, con empresas textiles (hilados de algodón, lana y
seda), metalúrgicas, tabacalera, cerveceras y refinerías de petróleo, desde
1901 cuenta con un puerto, el segundo de Grecia en importancia. Patras, la
capital del Peloponeso, constituye un importante puerto comercial y un núcleo
industrial destacado (textil, papel y refinerías de petróleo). En cuanto a la
Grecia insular destaca Corfú, capital de la isla del mismo nombre. La isla
cuenta con una fuerte tradición agrícola (olivo, vid y frutales). No obstante,
también se desarrolla una actividad industrial de relativa importancia en su
capital (papel, jabón y artesanía textil), si bien en los últimos años la actividad
turística ha crecido mucho.
La red de comunicaciones está condicionada por las características del relieve
del país (muy montañoso, con costas muy recortadas, numerosas islas), que
hace que en muchos sectores sea deficitaria, dificultando el desarrollo
socioeconómico de algunas regiones. Además, tanto la red de carreteras como
la de ferrocarriles se organizan en función de las principales ciudades,
conectándolas y organizando el territorio que las separa, en detrimento de las
áreas menos desarrolladas. Algo parecido sucede con las conexiones aéreas y
marítimas, numerosas en un país con un alto grado de insularidad y con un
sector turístico en auge.
Los rasgos culturales de la población griega están condicionados por la
herencia histórica y la configuración del país. La cordillera del Pindo ejerce de
barrera para las masas de aire húmedo, pero también para las influencias
culturales. De hecho, el influjo turco en el Epiro, al Oeste el Pindo, fue mucho
más tardío y mucho menor que en el resto de Grecia, todo lo contrario de lo
que sucede en las islas del Egeo oriental y en las regiones más septentrionales
del país. Por su parte, las islas jónicas y las cícladas estuvieron dominadas
durante un prolongado periodo de tiempo por venecianos y genoveses, lo que
se deja notar no sólo en los restos arquitectónicos sino en la presencia de un
relativamente elevado número de católicos en estas zonas. Sin embargo, la
religión predominante en el país es la ortodoxa, con un 98% de la población.
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