| TEMA MÉDICO N° 89 DORMIR Y DESPERTAR (Capítulo I) Tanto el dormir, como el despertar, son actos cotidianos que suelen pasar desapercibidos hasta que observamos que nos cuesta conciliar el sueño o que despertamos con esfuerzo por la mañana. Nuestro reloj biológico, conocido como “ritmo circadiano”, regula muchas de las funciones de nuestro organismo y el sueño es parte de ese ritmo. Nuestro cerebro tiene internalizado todos los ritmos de la naturaleza. La palabra circadiano, proviene del latín: “circa-dies” y significa aproximadamente un día. La mayoría de los animales, incluido el hombre, tienen un ritmo circadiano, con una periodicidad cíclica de varias funciones fisiológicas y de conducta que se sincronizan en un ciclo de 24 horas de luz y oscuridad. De tal manera que durante ese período de 24 horas, se produce un ciclo de muchas funciones fisiológicas (ejemplo: la frecuencia respiratoria, la temperatura corporal, la secreción de hormonas), que tienden a alcanzar sus valores máximos durante la última parte de la tarde y primeras horas de la noche y valores mínimos por las primeras horas de la mañana. Estos ritmos se controlan internamente pero sus tiempos se sincronizan y coinciden con señales externas, por ejemplo, la luz. El sueño cumple una función reguladora y reparadora en nuestro organismo. Es esencial para el control de la energía y temperatura corporal, reabastece y restaura los procesos corporales que se han deteriorado durante el día. En nuestro país, una de cada cuatro personas sufre algún tipo de trastorno del sueño o alguna patología asociada a lo largo de la vida. 1 No dormir bien, altera la velocidad de los procesos intelectuales superiores y las funciones motoras de nuestro cuerpo. La reducción de las horas de sueño va de la mano de la calidad del mismo, siendo más importante esta última que la cantidad de horas que se duerme. ¿Cuáles son los trastornos del sueño? Existen varias clasificaciones, trataremos de enumerar aquellas más frecuentes en la vida diaria, dejando algunas muy especiales en manos de los profesionales dedicados al diagnóstico y tratamiento de las alteraciones del sueño. Comencemos por los trastornos denominados “disomnias”, que incluyen: 1. El insomnio primario. 2. La hipersomnia primaria. 3. La narcolepsia. 4. Los trastornos del sueño relacionados con la respiración. 5. Las alteraciones del ritmo circadiano. Las denominadas “parasomnias” tales como: 1. Las pesadillas. 2. Los terrores nocturnos. 3. El sonambulismo. Denominamos trastornos primarios del sueño a aquellos que no tienen como causa a algunos de los siguientes trastornos: enfermedad mental, enfermedad orgánica de base o ingesta de sustancias farmacológicas o psicoactivas. DISOMNIAS: Son los trastornos del inicio, mantenimiento del sueño, o la presencia de somnolencia excesiva. 1. INSOMNIO PRIMARIO: Este es el trastorno del sueño más frecuente en la población. Las estadísticas dicen que un 30-40% de los adultos la padecen, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres, con un incremento significativo con la edad, siendo por ello más frecuente en los mayores. Los adultos jóvenes a menudo manifiestan tener dificultad para conciliar el sueño en tanto que, los que se encuentran en la etapa media de la vida y los mayores, refieren dificultades a la hora de mantener el sueño y mayor tendencia a despertarse más temprano por la mañana. 2 El insomnio, suele presentarse, entonces, en las etapas de la vida adulta y es raro en la infancia y la adolescencia. En la mayoría de los casos comienza repentinamente, en especial asociado a situaciones de estrés, depresión o ansiedad y puede persistir durante largo tiempo aún luego de la desaparición de la causa que lo originó. Se caracteriza por la dificultad de iniciar o de mantener el sueño o la sensación de no haber tenido un sueño reparador, poco profundo o por tener despertares frecuentes. La preocupación y malestar por la imposibilidad de dormir puede generar un círculo vicioso: cuanto más se intenta dormir, más frustración y molestia se encuentra y menos se duerme. Por las mañanas existirá fatiga o cansancio, cefaleas o tensión muscular. Dormir poco, no es insomnio, si durante el día el rendimiento es óptimo. 2. HIPERSOMNIA PRIMARIA: Entre el 5-10% de las personas que consultan por trastornos del sueño, se les diagnostica hipersomnia. Su frecuencia máxima se encuentra entre los 15 y 30 años, resolviéndose hacia la edad adulta. Se caracteriza por la presencia de una somnolencia excesiva durante al menos un mes, evidenciada por episodios prolongados de sueño o sueño diurno reiterado en los días. Las personas que la padecen, suelen recurrir a siestas intencionadas, que suelen ser prolongadas (más de una hora) y no reparadoras. Se debe diferenciar la hipersomnia de los grandes dormidores, es decir, individuos que necesitan un sueño superior al de la media habitual (ocho horas) y no aquejan somnolencia diurna. Las personas con hipersomnia presentan un bajo nivel de alerta y rendimiento así como una pobre concentración. 3 3. NARCOLEPSIA: Aparece en el 0,02% de la población adulta en igual proporción de hombres y mujeres. Se caracteriza por la aparición recurrente e irresistible de sueño reparador, que surge en situaciones claramente inadecuadas, por ejemplo durante una conversación o al conducir un automóvil y dura aproximadamente entre 10 y 20 minutos, pudiendo reaparecer varias horas después. Las personas que la padecen, son reacias a acudir a acontecimientos sociales por temor a quedarse dormidos. 4. TRASTORNO DEL SUEÑO RELACIONADO CON LA RESPIRACIÓN: Se lo define como una desestructuración del sueño secundaria a alteraciones de la respiración durante el mismo, reflejado por somnolencia excesiva o insomnio. Se lo observa en el 10% de la población adulta. Se caracteriza por la presencia de somnolencia luego de un sueño nocturno no reparador, dado por los frecuentes intentos de respirar normalmente que el individuo lleva a cabo durante el mismo. Entre las alteraciones respiratorias que tienen lugar durante el sueño en este trastorno, se incluyen: a) Las apneas. (episodios de interrupción de la respiración). b) Las hipo apneas. (respiración anormalmente lenta o superficial). c) La hipoventilación. (respiración insuficiente para mantener los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en niveles normales en la sangre). En virtud de esta clasificación existen tres formas de trastornos del sueño relacionados con la respiración, denominadas: a) Síndrome de apnea obstructiva del sueño. b) Síndrome de apnea central del sueño. c) Síndrome de hipoventilación alveolar. a) Síndrome de apnea obstructiva del sueño: Es la forma más frecuente de estos trastornos. Aparece entre el 5-10% de la población adulta, aunque suele ser más elevada en mayores de 60 años e individuos con sobrepeso. Las mujeres lo presentan más frecuentemente luego de la menopausia. Algunos estudios hablan de cierta tendencia familiar a su desarrollo. Se manifiesta por episodios repetidos de obstrucción de las vías respiratorias superiores durante el sueño. Esta obstrucción produce “ronquidos” por el paso del aire por las vías parcialmente obstruidas, 4 acompañados de silencio respiratorio, es decir, el cese de la respiración debido a la obstrucción (apneas). En ocasiones el final de una apnea se asocia con fuertes ronquidos, inspiraciones bruscas, gemidos, murmullos o movimientos bruscos del cuerpo. Es típico que la persona que padece este trastorno, lleve años de ronquidos y apneas sin ser concientes de que los padecen y que perturben a quienes duermen a su alrededor, que suelen ser quienes los alertan. b) Síndrome de apnea central del sueño: Se caracteriza por interrupciones episódicas de la respiración durante el sueño, en ausencia de obstrucción de las vías aéreas. Es frecuente en persona de mayor edad como consecuencia de enfermedades cardíacas o neurológicas que afectan la regulación de la respiración. Suelen ser “roncadores leves”, consultando en realidad no por este motivo, sino por los usuales despertares repentinos y frecuentes durante el sueño. c) Síndrome de hipoventilación alveolar: Es un raro trastorno de causa desconocida en el cual una persona no toma suficientes respiraciones por minuto, pero los pulmones y las vías respiratorias son normales, es decir, no existe causa evidente. La causa se desconoce. En las investigaciones que se realizan en la actualidad, se está examinando porque los cerebros de las personas con esta enfermedad son menos sensibles al dióxido de carbono. La enfermedad afecta principalmente a hombres de 20 a 50 años de edad y también se puede presentar en niños varones. 5. TRASTORNO DEL RITMO CIRCADIANO. Es la presencia persistente o recurrente de un patrón de sueño desestructurado que obedece a una mala sincronización entre el sistema circadiano propio o endógeno de sueño-vigilia de la persona, por una parte, y las exigencias exógenas de espacio y duración del sueño. 5 Subtipos: Sueño retrasado: Un 7% de los adolescentes lo padecen en relación a las demandas de la sociedad. Se despiertan y duermen con horarios arreglados, que les resultan coherentes pero desfasados de su ciclo sueñovigilia. Jet lag: Estas personas sufren una desincronización entre el horario de sueño que ellos desean de acuerdo a su reloj biológico, en su zona habitual de residencia y el que les impone la zona en la que se encuentran, con un huso horario diferente. Cambio de trabajo: El 60% de los individuos que trabajan de noche lo padecen. Estas personas presentan un ciclo circadiano sueño-vigilia normal, pero la alteración nace del conflicto entre el patrón sueño-vigilia generado por el sistema circadiano y el nuevo patrón que le impone un cambio de turno de trabajo. Persiste mientras sigue sometido a ese cambio de ritmo. Desaparece durante las 2 semanas posteriores que sigen a la recuperación de su ritmo sueño vigilia biológico. En el capítulo siguiente de este Tema Médico, desarrollaremos los trastornos denominados parasomnias, tales como las pesadillas, los terrores nocturnos y el sonambulismo, para continuar con los trastornos del sueño relacionados con enfermedades físicas y mentales, finalizando con algunas sugerencias para luchar contra el insomnio. 6