Detectar los ictus que pasan `desapercibidos` reduciría de forma

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Gabinet de Comunicació i Premsa
www.vhir.org
Comunicado de prensa
Con motivo del Día Mundial del Ictus del 29 de octubre
Detectar los ictus que pasan 'desapercibidos'
reduciría de forma drástica la aparición de futuros
ictus y demencias
>>El ictus mata cada año a casi 6 millones de personas en todo el mundo. Es la primera
causa de muerte en mujeres en España y en Cataluña y supone más de 13.000 ingresos
hospitalarios anuales
>> Sufrir un ictus que pase desapercibido multiplica por 3 la posibilidad de sufrir un
segundo ictus, con afectación clínica y multiplica por 5 la posibilidad de sufrir algún tipo
de demencia
Barcelona, 27 de octubre de 2011 .- Un estudio coordinado desde el grupo de investigación
Neurovascular del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) intenta determinar, por primera
vez, cuál es la frecuencia en que existen los ictus silentes, es decir, los que pasan desapercibidos
y sin manifestaciones clínicas, en la población mediterránea. Los ictus o infartos cerebrales son
uno de los grandes problemas de salud pública de los países occidentales y de Cataluña y
España en particular. Cuando un paciente tiene un ictus, aumenta mucho el riesgo de sufrir un
segundo ictus y es en este momento en que empieza a tomar medicación para intentar evitar que
esto suceda. Conocer en qué orden de magnitud hay ictus que no se detectan, determinar cuál es
la población de riesgo de padecer-lo y cómo poder detectarlo implicaría poder incidir directamente
sobre la prevención del segundo ictus y seguro, en muchos casos,incluso poder evitarlo.
Uno de los problemas más graves de los neurólogos es la previsión y la recurrencia del ictus. Se
estima que, tras un primer episodio de ictus, entre un 6 y un 12% de los pacientes presentan un
segundo ictus en el primer año y hasta el 30%, durante los siguientes 5 años. Se focalizan
muchos esfuerzos en la prevención de este segundo ictus. Pero, ¿qué pasa cuando se sufre un
ictus y no se es consciente de ello? Si no se sabe que ha sufrido un ictus, no se puede hacer
ningún tratamiento ni tomar ninguna medida preventiva y, entonces, se multiplica por 3 la
posibilidad de sufrir un segundo ictus -este sí, probablemente con manifestaciones de gravedad- y
se multiplica por 5 la posibilidad de sufrir algún tipo de demencia. Cuando un paciente ingresa en
un hospital afectado por un ictus, en un elevado porcentaje de las pruebas de imagen que se le
realizan (RMN, TAC s, etc.), aparecen lesiones antiguas compatibles con ictus previos. A veces
los pacientes no refieren haber sufrido. Este hecho, que no es anecdótico, ha puesto sobre aviso
a los especialistas. En primer lugar los alerta de que estos ictus silentes suceden y lo hacen con
frecuencia y, en segundo lugar, de la pérdida de oportunidad que estos pacientes tienen de poder
hacer un tratamiento adecuado y que posiblemente les hubiera evitado esta grave patología.
El estudio, que investigadores del VHIR y neurólogos de este mismo hospital y centros de
atención primaria de su zona de referencia lideran sobre los Infartos Cerebrales silentes en
población española, es observacional, es decir, se analiza a lo largo del tiempo y de forma
prospectiva, la relación entre la aparición de infartos silentes y otros factores clínicos,
radiológicos, biológicos y hemodinámicos. Este proyecto, que ya ha superado su ecuador, está
Para más información:
Fran García. Responsable de Comunicación del Institut de Recerca. Tel. 666 215 168. [email protected]
Margarida Mas. Comunicación científica. Tel. 626 523 034. [email protected];
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basado en la experiencia de los especialistas que tratan los ictus. Los datos de países como
EEUU, Japón y Holanda sitúan estas cifras cercanas al 10% en la población de 65 años, 15 % a
los 70, 20% a los 75 y, a partir de los 80 años, más de una de cada tres personas sufren ictus
silentes. Estos datos se encuentran entre población "sana", si sufren factores de riesgo vascular
(hipertensión, diabetes ,...) las cifras se incrementan. "La idea", explica la Dra. Pilar Delgado,
investigadora principal de este proyecto "es ir un poco más allá de los factores de riesgo
conocidos hasta ahora y poder identificar subgrupos de población con los riesgos más
altos y, en base a nuestros resultados, tal vez poder emitir algún tipo de recomendación
que pudiera cambiar la tendencia actual ".
El estudio se realiza en un grupo de 1.000 pacientes, con hipertensión arterial esencial y edades
comprendidas entre 50 y 70 años, atendidos por los Equipos de Atención Primaria de la zona de
referencia del Hospital Universitario Vall d'Hebron. Se trata de un estudio observacional en el que
se analiza a lo largo del tiempo, y de forma prospectiva, la relación entre la aparición de infartos
silentes y otros factores clínicos, radiológicos, biológicos y hemodinámicos. De entre estos
pacientes sin manifestaciones clínicas, de los que ya se han analizado 600, se espera poder
determinar el porcentaje que presentan lesiones en la resonancia magnética compatibles con
ictus anteriores asintomáticos. "Si se confiman, en la cuenca mediterránea, los datos que
tenemos de otros países, los resultados podrían aportar la suficiente evidencia científica
como para justificar acciones casi de cribado entre los pacientes que presentaran
determinadas características o factores de riesgo", explica el Dr. Joan Montaner, Jefe del
grupo de investigación Neurovascular del VHIR, desde donde se coordina este proyecto. "Todo
ello, debe permitir uno de los grandes retos actuales: poder prevenir los ictus que sí dan
sintomatología y determinar la población diana de posibles estrategias para la prevención
primaria del ictus. En definitiva, evitar que los pacientes sufran ictus, ni silente ni
manifiesto ", sigue Montaner.
La investigación en Ictus en el Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR)
El ictus mata 5,7 millones de personas cada año en todo el mundo, según datos de la
Organización Mundial de la Salud (OMS). En España es la primera causa de muerte en
mujeres y también lo es en el marco de Cataluña, donde cada año se producen más de 13.000
ingresos hospitalarios por esta enfermedad. De estos, más del 10% terminan en muerte durante
el ingreso y un 30% resultan en una discapacidad permanente. Aunque el ictus afecta
principalmente a personas mayores, un 18% del total de los casos aparecen en personas
menores de 65 años.
Buscar cómo poner freno a estas cifras es el reto del grupo de investigación neurovascular del
VHIR que lidera el Dr. Joan Montaner. Este grupo hace años que está focalizado en buscar cómo
detectar, en sangre y de manera rápida y sencilla, biomarcadores que indiquen qué pacientes
realmente tienen un ictus, diagnóstico que a menudo es complejo, o qué pacientes corren un
riesgo de recurrencia mayor y más allá de los propios factores de riesgo vasculares. Es decir, si la
clave está en los genes, por ejemplo. La reconocida experiencia en el ictus de este grupo de
investigación les ha hecho liderar muchos de los grandes proyectos existentes en este campo.
El Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) es un centro de investigación, que forma parte del
Hospital Universitari Vall d’Hebron (HUVH) de l’Institut Català de la Salut (ICS) y está asociado a
la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Para más información:
Fran García. Responsable de Comunicación del Institut de Recerca. Tel. 666 215 168. [email protected]
Margarida Mas. Comunicación científica. Tel. 626 523 034. [email protected];
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