A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 5 de septiembre de
2012,
habiéndose
dispuesto
en
el
siguiente
orden
establecido,
Acuerdo
de
2078,
votación:
de
conformidad
que
deberá
doctores
con
observarse
Hitters,
lo
el
Kogan,
Genoud, Negri, de Lázzari, Soria, se reúnen los señores
jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario
para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 94.909,
"Coito,
Eduardo
contra
El
Ruiseñor
S.A.
y
otros.
Indemnización por despido".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo n° 1 del Departamento
Judicial Bahía Blanca, con asiento en dicha ciudad, hizo
lugar parcialmente a la demanda deducida, con costas en el
modo como lo especifica (sent., fs. 820/827 vta.).
La parte actora dedujo recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley (fs. 830/846), el que fue concedido
por el citado tribunal a fs. 848 y vta.
Dictada a fs. 939 la providencia de autos (que,
suspendido a fs. 945, fue reanudado a fs. 952) y hallándose
la
causa
en
estado
de
pronunciar
sentencia,
la
Suprema
Corte decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
inaplicabilidad de ley?
el
recurso
extraordinario
de
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Hitters dijo:
I. El tribunal del trabajo interviniente -en lo
que interesa- hizo lugar a la demanda deducida por Eduardo
Coito y condenó a El Ruiseñor S.A. al pago de los rubros
que especificó en su sentencia. Desestimó, en cambio, el
reclamo de habilitación o participación en las utilidades,
y
el
pedido
de
extensión
de
la
condena
contra
Pedro
Beamonte y la presidente de la sociedad empleadora María
Pilar Juárez (sent., fs. 820/827 vta.).
II. Contra la decisión de grado se alza el actor
con recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs.
830/846), en el que denuncia la transgresión de los arts.
5, 12, 29, 129 sgtes. y concs. de la ley 22.248; 16 del
decreto reglamentario 563/1981; 39, 44 inc. "d" y 47 de la
ley 11.653; 375, 384 y concs. del Código Procesal Civil y
Comercial; 499, 1197, 1198, 2412 y 4023 del Código Civil;
14 bis, 17, 18, 19 y 33 de la Constitución nacional; 10, 31
y 57 de la Constitución provincial y de doctrina legal que
cita.
Esencialmente,
la
impugnación
deducida
pone
en
evidencia tres órdenes de agravios, básicamente vinculados
con:
a)
el
participación
rechazo
del
en
utilidades
las
reclamo
de
por
la
habilitación
empresa;
b)
o
la
negativa del juzgador de extender la condena contra los
directores de la sociedad anónima; y c) el progreso de la
defensa
de
prescripción
del
crédito
por
habilitación
correspondiente a los años 1976 a 1998.
III. El recurso no puede prosperar.
1. a. En primer lugar, cuestiona el recurrente la
decisión de grado respecto del reclamo por habilitación,
por
cuanto
considera
que
las
partes
habían
fijado
esta
participación porcentual sobre el total de la producción,
tal y como lo prevé el art. 16 del decreto 563/1981, y no
sobre
las
utilidades
netas
como
erróneamente
se
ha
establecido en el fallo.
En
determinó
el
que
sentido
sobre
el
apuntado,
el
tribunal
promotor
del
pleito
de
grado
pesaba
la
demostración de la denunciada remuneración complementaria
representada por una habilitación del 50% de las utilidades
netas de la venta de hacienda, deducidos los gastos de
comercialización y producción, y de un 50% de los procreos
que aumentaran el rodeo, libre de gastos.
Al
probatoria
respecto,
de
las
el
juzgador
declaraciones
destacó
la
eficacia
testimoniales
y
la
absolución de posiciones del actor, las que valoradas en su
conjunto, le permitieron arribar a la conclusión de que el
trabajador
percibía,
junto
a
su
remuneración,
una
retribución accesoria consistente en una habilitación del
20% -luego lo fue del 15%- sobre las utilidades netas de
los establecimientos rurales propiedad de la accionada. Sin
embargo -agregó-, el demandante no pudo demostrar percibir
algún tipo de porcentaje sobre los procreos que aumenten el
rodeo.
Ya en sentencia, y al resolver la procedencia del
reclamo, el a quo estimó que no surgiendo, conforme informe
pericial
contable,
resultados
positivos
sobre
los
ejercicios económicos de la firma accionada durante los
años
1998/2000,
resultaba
imposible
que
el
actor
tenga
participación en las utilidades netas correspondientes a
dichos períodos, siendo alcanzados los anteriores -agregópor
los
efectos
accionada.
En
articulados
en
de
la
prescripción
consecuencia,
concepto
de
opuesta
rechazó
los
habilitación
por
la
reclamos
y
daños
y
perjuicios derivados de la pérdida de procreos y reducción
de evolución de engorde (vered., fs. 817 vta./818; sent.,
fs. 822 vta.).
b.
Las
concusiones
expuestas
en
el
pronun-
ciamiento de grado, claramente vinculadas a cuestiones de
hecho y prueba -y a las que arribó el juzgador de origen en
ejercicio de facultades que le son privativas-, no logran
ser
descalificadas
por
el
recurrente,
por
cuanto
no
se
aprecia en la decisión cuestionada el vicio de absurdo, ni
las
violaciones
normativas
que
éste
denuncia
en
su
impugnación.
En
existencia
efecto,
de
evidenciarlo,
si
aquel
toda
bien
vicio
vez
que
el
quejoso
invoca
invalidante,
apartándose
no
de
la
logra
la
línea
reflexiva que llevó a los jueces de grado a exponer la
conclusión
que
impugna,
se
limita
a
efectuar
un
nuevo
análisis de los hechos y constancias probatorias según su
propio
criterio
"Haller",
sent.
valorativo
del
(conf.
30-III-2005;
causas
L.
L.
74.641,
82.199,
"Lodeiro",
sent. del 18-XII-2002; L. 68.576, "Smit", sent. del 24VIII-1999; entre otras). Bajo tales premisas, el embate
evidencia
la
intención
de
disputarle
al
juzgador
la
facultad que la ley le confiere para establecer el mérito y
habilidad de los testigos que declararon en la vista de la
causa, y de toda la prueba producida por las partes para
demostrar sus alegaciones.
El compareciente, entonces, no logra acreditar de
qué
forma
el
material
probatorio
que
dice
mal
valorado
podría modificar la sentencia, limitándose a abordar el
asunto
desde
otra
perspectiva
que
la
del
tribunal
de
origen, y, en definitiva, tratando de lograr ante esta sede
judicial modificar el fallo, pero sin demostrar por qué el
enfoque fáctico y jurídico debe configurarse como él lo
propone.
Olvida
el
impugnante,
que
la
valoración
del
material probatorio y en particular la de la habilidad y
mérito de las declaraciones testimoniales constituye una
tarea privativa de los jueces de grado, y las conclusiones
que en su ejercicio formulen no deben ser reexaminadas por
este Tribunal, ni aún en los supuestos en que -como el
caso- medie la parcial transcripción de los testimonios,
pues
ello
no
desvirtúa
la
esencia
de
la
oralidad
del
procedimiento propio del fuero laboral y que resulta, de
suyo,
irrevisable
en
casación
(conf.
causas
L.
82.046,
"Tolosa", sent. del 1-IX-2004; L. 80.734, "Colonna", sent.
del 31-III-2004; L. 78.603, "Carbajo", sent. del 29-X-2003;
L. 75.705, "Stein", sent. del 6-XI-2002), salvo supuesto de
patente
absurdo
que
-como
lo
adelanté-
no
encuentro
acreditado en este caso.
Por
quejoso
ello,
permanecen
los
en
cuestionamientos
el
plano
de
la
que
formula
disconformidad
el
y
disentimiento personal, y no satisfacen una réplica idónea
susceptible de modificar lo resuelto, en tanto importaría
la sustitución del criterio de los sentenciantes.
c. Por otro lado, tampoco se advierte que en la
especie se haya vulnerado el precepto legal que regula la
distribución de la carga de la prueba, desde que -como lo
señaló el a quo- quien invoca la existencia de un adicional
excepcional
demostración
a
de
la
remuneración
tal
extremo
tiene
(conf.
a
su
causas
cargo
L.
la
86.742,
"Pisoni", sent. del 18-IV-2007; L. 71.809, "Lema", sent.
del 9-X-2002).
En
el
caso
de
autos,
el
aspecto
medular
del
conflicto en examen está representado por la demostración
no
sólo
del
cobro
del
adicional
por
habilitación,
sino
también que esa participación debía ser liquidada sobre la
cantidad
neta
(deducido
únicamente
los
gastos
de
comercialización y producción) de la venta de hacienda, tal
y como lo denunció el actor en su escrito de demanda (v.
fs.
17),
circunstancia
que
no
ha
podido
tenerse
por
comprobada, pues, como concluyó el juzgador de grado -en
decisión
que
no
logra
ser
conmovida-,
sólo
se
pudo
acreditar una habilitación sobre las utilidades netas de
los establecimientos donde el actor cumplía sus labores
(vered., fs. 817 vta./818).
d.
Sin
perjuicio
de
las
razones
hasta
aquí
apuntadas, y desde otra perspectiva, cabe poner de resalto
que los embates del impugnante que se postulan sobre la
base de un cálculo de las utilidades sobre el total de la
producción
y
no
sobre
el
neto,
resultan
claramente
inatendibles desde que importan variar de manera sustancial
la
posición
sostenida
al
respecto
en
el
escrito
postulatorio de la pretensión.
En efecto, en el libelo inicial, y al tiempo de
describir
los
propios
términos
y
contenido
de
la
habilitación o participación en las ganancias que alegó
convenida con la empresa accionada, se expresó: "... Mi
mandante pactó con su original empleador Sr. Beamonte un
sueldo o salario de Pesos Cuatro Mil Quinientos ($ 4.500)
con
más
habilitación
(deducidos
gastos
de
del
50%
de
las
comercialización
utilidades
y
netas
producción)
de
venta de hacienda y el 50% de los procreos que aumentaran
el rodeo libre de gastos, en los términos del art. 110 de
la Ley de Contrato de Trabajo y los usos y costumbres del
lugar".
Con lo transcripto surge sin hesitaciones que,
frente a la suerte adversa que en la instancia de grado ha
tenido la comprobación de utilidades netas, el quejoso,
mudando esencialmente su posición inicial, pretende ahora
que el concepto de ganancia se extraiga del total de lo
producido.
Como lo tiene señalado de modo constante esta
Corte,
son
pretenden
inatendibles
alterar
el
en
alcance
casación
y
los
dimensión
planteos
del
que
pedimento
(conf. causas L. 89.666, "Ottone", sent. del 12-XII-2007;
L. 81.112, "Poy", sent. del 22-XII-2004).
Y, aunque por vía de hipótesis se analizare la
pretensión
sobre
la
base
fáctica
que,
repito,
ahora
se
propone, prescindiendo a la vez de la norma invocada por la
parte (art. 110 de la L.C.T.) y subsumiendo la situación en
los
preceptos
consonantes
régimen
que
con
del
en
la
la
queja
definición
trabajo
agrario,
se
reclaman
del
vínculo
la
suerte
aplicables,
dentro
adversa
de
del
la
impugnación no cambia.
Si
bien
la
ley
22.248
que
rigió
el
trabajo
agrario no tuvo expresamente prevista la participación en
las
ganancias,
remuneraciones
ese
ordenamiento,
mínimas
para
cuyo
luego
de
cómputo
regular
indicó
las
debían
tenerse en cuenta las prestaciones en especie que tomare a
su
cargo
el
empleador
(art.
28),
estableció
de
manera
general que: "el empleador podrá convenir con el trabajador
otra forma de remuneración respetando la mínima fijada"
(art. 29), con lo cual cabe entender factible la variante
participativa.
De
quedó
todas
maneras,
definitivamente
cualquier
aventada
a
duda
partir
al
de
la
respecto
regla-
mentación que de dicho precepto hubo de plasmar el decreto
563/1981.
El art. 16 de ese cuerpo normativo establecía
que: "Cuando la forma de pago que se conviniere estuviere
referida
porcentual
total
o
sobre
parcialmente
la
producción,
a
una
deberá
participación
asegurarse
al
dependiente la percepción mensual, dentro del plazo del
artículo 31 del Régimen Nacional del Trabajo Agrario, de
una
suma
no
inferior
a
la
remuneración
mínima
que
correspondiere a la categoría asignada al trabajador".
Ahora bien, conforme lo dejan ver las propias
normas descriptas, y de acuerdo a lo anticipado, no existe
en ellas, y a diferencia de lo que sí sucede en el ámbito
de la Ley de Contrato de Trabajo (art. 110 ya citado),
directiva
en
cuanto
al
modo
en
que
debe
definirse
esa
participación; es decir, si debe ser sobre las ganancias
netas o, por el contrario, sobre el producido bruto.
Así
entonces,
una
convención
particular
que
liquide utilidades sobre la ganancia neta no importaría de
por sí ponerse en contradicción con ningún contenido legal
prevaleciente (arts. 14, C.N.; y 5 y 7, ley 22.248).
e. Por último, cabe también puntualizar que se
equivoca en su planteo el recurrente cuando aduce que el
tribunal
del
trabajo
interviniente
debió
aplicar
en
la
especie la regla in dubio pro operario, prevista en el art.
9 de la Ley de Contrato de Trabajo, toda vez que esta
normativa no resultó de aplicación a los trabajadores que,
como el actor, quedaron comprendidos dentro del Régimen
Nacional del Trabajo Agrario (ley 22.248), dado que estos
se
encontraban
excluidos
de
las
disposiciones
del
mencionado cuerpo legal (art. 2, L.C.T.; conf. causas L.
81.169, "Soria", sent. del 31-X-2007; L. 76.650, "Benítez",
sent. del 1-IV-2004).
f. Por consiguiente, la conclusión a la que en
definitiva se arriba en el fallo, en torno a la retribución
adicional por habilitación, debe permanecer firme al no
demostrar,
el
recurrente,
las
infracciones
legales
denunciadas ni el absurdo invocado, ni que medie error en
el modo como el sentenciante resolvió la controversia.
2.
Con
relación
al
segundo
de
los
cuestionamientos traídos, el juzgador de grado consideró
que
no
correspondía
presidente
de
la
responsabilizar
sociedad
solidariamente
demandada
por
los
a
la
créditos
adeudados al trabajador, por cuanto no se acreditó en autos
que el ente societario se hubiera creado como medio para
violar la ley, y el solo hecho de la falta de registro de
la relación laboral, no permite inferir la realización de
maniobras, fraude o abuso de la personalidad jurídica de la
sociedad que habilite el corrimiento del velo societario,
tal y como lo dispone el art. 54 de la Ley de Sociedades
(vered., fs. 818 vta./819; sent., fs. 822 vta./823).
Sobre
esta
cuestión
he
tenido
oportunidad
de
expedirme en las causas L. 85.741, "Cortina", sent. del 25IV-2007 y L. 81.550, "Avila", sent. del 31-VIII-2005, por
lo que corresponde reiterar, en cuanto sea pertinente, los
conceptos allí expresados.
Señalé
en
aquella
oportunidad,
siguiendo
los
criterios expuestos por el máximo Tribunal de la Nación en
las causas T.458.XXXVIII, "Tazzoli", sent. del 4-VII-2003 y
P.1013. XXXVI, in re, "Palomeque, Aldo René c/ Benemeth
S.A.
y
otro",
aplicación
sent.
del
3-IV-2003,
indiscriminada
personalidad
jurídica
de
del
la
ente
que
se
inhibe
desestimación
societario,
en
de
la
la
aquellos
casos en que sólo se comprueba la irregular registración de
los datos relativos al empleo.
Ello
personalidad
"sanción"
así,
jurídica
prevista
constituya
porque
en
un
la
inoponibilidad
societaria
para
el
recurso
caso
para
es
de
una
que
violar
la
la
de
la
especie
de
sociedad
se
ley,
el
orden
público, la buena fe o para la frustración de derechos de
terceros (art. 54, L.S.), pero no en situaciones como la de
autos,
en
que
nos
hallamos
ante
una
entidad
que
se
encuentra regularmente constituida y que en función de su
actividad
social
comete
actos
ilegales
sancionados
expresamente por la ley laboral, como es el caso del empleo
no
registrado,
es
decir,
en
definitiva,
cuando
no
se
utiliza a la sociedad misma como un instrumento para la
comisión de dichas irregularidades.
Téngase en cuenta que numerosas normas han sido
dictadas para desalentar o contrarrestar la evasión y el
fraude laboral habitualmente denominado trabajo "en negro",
imponiéndose
en
ella
consecuencias
disvaliosas
para
sus
ejecutantes. De suyo, el ordenamiento laboral ha fijado
genuinos
instrumentos
para
combatir
y
contrarrestar
las
inadecuadas prácticas empresariales a que me he referido.
Por lo tanto, considero que no corresponde -so
pretexto de apontocar la protección contra este flagelodesbordar
la
gama
de
los
legitimados
pasivos
de
las
pretensiones indemnizatorias mediante una hermenéutica que
desconozca los alcances del texto legal.
Ello, obviamente, no importa negar la posibilidad
de imputar diversas actividades de la entidad a los socios
o controlantes (art. 54, L.S.), o extender la responsabilidad
a
los
directores
de
aquélla
(art.
274,
cuerpo
cit.), cuando en el caso sean alegados y demostrados sus
presupuestos de aplicación; lo que, insisto, no ha sucedido
en autos.
En
aplicación
consecuencia,
indiscriminada
personalidad
casos
en
concluyo
jurídica
que
sólo
de
del
se
la
ente
que
se
desestimación
societario,
comprueba
inhibe
la
falta
en
o
de
la
la
aquellos
irregular
registración de los datos relativos al empleo.
3. Finalmente, tampoco es de recibo el embate del
recurrente
vinculado
a
la
prescripción
del
crédito
reclamado en concepto de habilitación.
a. Al decidir sobre la excepción articulada por
la
accionada,
el
tribunal
del
trabajo
concluyó
que,
habiéndose iniciado las presentes actuaciones el 17-VIII2000, los reclamos correspondientes al rubro habilitación
anteriores al 31-VIII-1998 se encontraban alcanzados por
los
efectos
de
la
prescripción,
ello
así
-agregó-,
por
cuanto según lo previsto en el art. 129 de la ley 22.248
las acciones relativas a los créditos provenientes de las
relaciones individuales de trabajo agrario prescriben a los
dos años, plazo que comienza a computarse -añadió- desde el
día en que la obligación resulta exigible (sent., fs. 821 y
vta.).
b.
El
conmover
los
formular
una
recurrente,
fundamentos
réplica
en
del
mi
opinión,
fallo,
adecuada
y
desde
eficaz
de
no
llega
que
la
a
omite
referida
cuestión fáctica central y decisiva del pronunciamiento,
para
cuya
revisión
en
esta
sede
casatoria
es
preciso
demostrar la existencia de absurdo.
Sabido es -y conviene recordar- que la decisión
relativa
al
punto
que
marca
el
comienzo
del
plazo
prescriptivo constituye una típica cuestión de hecho cuya
evaluación corresponde en forma privativa a los jueces de
grado y, por lo tanto, es requisito ineludible para su
examen por la Suprema Corte que se denuncie con idoneidad
la existencia de absurdo y se demuestre tal extremo (conf.
causas
L.
82.960,
"Acebal",
sent.
del
27-XI-2002;
L.
68.306, "Poo", sent. del 25-IV-2001; L. 67.247, "Ciancio",
sent. del 7-IX-1999; L. 60.939, "Fittipaldi", sent. del 1IV-1997; L. 56.402, "Bazan", sent. del 25-IV-1994).
En
anomalía,
no
el
caso,
logra
su
si
bien
el
cometido,
recurrente
pues
invoca
apartándose
tal
de
la
línea reflexiva de los magistrados de grado que los llevó a
la decisión impugnada, efectúa un nuevo análisis de los
hechos y de las constancias probatorias según su propio y
personal criterio valorativo, desatendiendo de tal modo las
razones proporcionadas por el sentenciante, a las que sólo
opone un mero disentimiento de índole subjetivo que, como
tal,
deviene
ineficaz
para
demostrar
el
error
grave,
grosero y manifiesto que constituye el vicio de absurdo.
En efecto, las alegaciones que se formulan en el
recurso no logran descalificar lo resuelto en la instancia
ordinaria, en tanto en el sub lite la acción deducida por
el
demandante,
participación
en
procura
porcentual
del
cobro
como
parte
de
de
habilitación
un
o
adicional
extraordinario de su remuneración, nace del propio contrato
de trabajo agrario y, por lo tanto, es de aplicación el
plazo de prescripción de dos años previsto en el art. 129
de la ley 22.248 -que rigió la relación ventilada en autosel
cual
comienza
a
computarse,
tal
como
lo
dispuso
acertadamente el tribunal de origen, desde el día en que la
obligación resulta exigible.
Cabe concluir, entonces, que son ineficaces las
impugnaciones del compareciente, basadas sólo en razones de
preferencia o conveniencia personal, y que, como tales, no
son útiles para demostrar el ejercicio arbitrario o absurdo
de parte del tribunal del trabajo de las facultades que le
asisten
en
materia
de
selección
y
mérito
de
la
prueba
(conf. causas L. 81.383, "Arrospide", sent. del 24-VIII2005; L. 87.797, "Iñiguez", sent. del 29-VI-2005) y en la
determinación de las circunstancias fácticas de la causa.
IV. Por todo lo expuesto, corresponde rechazar el
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído,
con costas (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A la cuestión planteada, la señora Jueza doctora
Kogan dijo:
Comparto
lo
expresado
por
el
colega
doctor
Hitters, con excepción de lo decidido en el punto III. 2,
por las siguientes razones.
En primer lugar, y tal como lo sostiene el colega
preopinante, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha
establecido en la causa P.1013. XXXVI, "Palomeque, Aldo
René c. Benemeth S.A. y otro" (sentencia del 3-IV-2003) que
"... no ha quedado acreditado que estemos en presencia de
una sociedad ficticia o fraudulenta, constituida en abuso
del derecho y con el propósito de violar la ley, que,
prevaliéndose
de
dicha
personalidad,
afecta
el
orden
público laboral o evade normas legales" y que "los jueces
han
prescindido
de
considerar
que
la
personalidad
diferenciada de la sociedad y sus socios y administradores
constituye el eje sobre el que se asienta la normativa
sobre sociedades anónimas y que ésta configura un régimen
especial porque aquéllas constituyen una herramienta que el
orden
jurídico
provee
al
comercio
como
uno
de
los
relevantes motores de la economía. Desde esta perspectiva,
no alcanzo a advertir que, el contexto probatorio del caso,
posea
virtualidad
aplicación
de
societaria
de
una
suficiente
causal
orden
de
como
para
generar
responsabilidad
excepcional,
sin
la
en
la
materia
suficiente
y
concreta justificación"; agregando, "... ni que los motivos
expresados provean del debido sustento a la inteligencia
conferida al precepto en examen...". Concluye que "... se
inhibe la aplicación indiscriminada de la desestimación de
la personalidad jurídica del ente societario, en aquellos
casos en que sólo se comprueba la irregular registración de
los datos relativos al empleo...".
Entiendo que las razones de economía procesal que
aconsejan a los tribunales a adaptar sus decisiones a las
pautas establecidas por la Corte Suprema de la Nación no
resultan suficientes para dejar de lado, en la especie, los
razonamientos
que
me
llevan
a
apartarme
de
lo
allí
expresado; conforme las normas específicas que rigen la
materia,
interpretadas
en
forma
sistémica
con
las
que
regulan la actividad societaria y a los elementos de hecho
que fueran valorados por el tribunal de grado y que han
arribado firme a esta instancia.
El tercer ap. del art. 54 -en que fundó el actor
su pretensión; v. fs. 11 vta.- sanciona la responsabilidad
de
los
directivos
actuación
fines
de
la
societarios;
sociedad
extraordinarios,
violar
la
ley, el
que
establece
encubra
constituya
orden
público
la
un
o
que
"...
la
consecución
de
mero
la
recurso
buena
fe
para
o
para
frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a
los socios o a los controlantes que la hicieron posible,
quienes
responderán
solidaria
e
ilimitadamente
por
los
perjuicios causados".
De
la
normativa
transcripta
no
puede
interpretarse que resulte sólo aplicable cuando la persona
jurídica ha sido creada con la única finalidad de violar la
ley
y
frustrar
derechos
de
terceros
-como
pretende
el
tribunal de grado-, pues la sociedad formada con esa única
finalidad es la que tiene objeto ilícito que merece una
regulación propia en la citada ley de sociedades (arts. 18
y 19).
En
principio,
las
sociedades
tienen
un
objeto
lícito, están formalmente constituidas y también es lícita
su actividad, pero esto no significa que en su gestión
puedan
incurrir
en
actos
prohibidos
por
las
leyes
aun
cuando persigan fines sociales lucrativos, y es ahí donde
violan el criterio de funcionalidad consagrado por el art.
2 de la ley de sociedades.
Por ello, no puede interpretarse que la falta de
registración encubra la consecución de fines extrasocietarios -art. 54 in fine, ley citada-, dado que el principal
fin de una sociedad comercial es el lucro; pero sí que
dicho obrar pueda constituir un recurso para violar la ley,
el orden público (orden público laboral expresado en los
arts. 7, 12, 13 y 14, L.C.T.), la buena fe (que obliga al
empresario a ajustar su conducta a lo que es propio de un
buen empleador; art. 63, L.C.T.) y para frustrar derechos
de terceros (el trabajador, el sistema previsional, los
integrantes del sector pasivo y la comunidad empresarial).
Como vemos, no se trata en este caso de un simple
incumplimiento
legal,
como
sería
la
falta
de
pago
de
salarios al trabajador, sino una actuación -perpetuada en
el tiempo- destinada a evadir la ley (laboral, impositiva,
comercial, etc.); un ardid utilizado para ocultar hechos y
conductas, con el propósito de sustraer al empleador del
cumplimiento de sus obligaciones legales.
El tribunal de grado, en sentencia, reconoció la
relación
laboral
demandada
habida
-durante
un
entre
extenso
el
actor
y
la
sociedad
período-,
y
calificó
la
conducta asumida por esta última de temeraria, al negar el
vínculo
que
los
unía
tanto
al
contestar
el
intercambio
telegráfico como durante todo el transcurso del proceso (v.
fs. 823 vta.).
Por ende, la ausencia de registro del vínculo
laboral y el abono del salario de modo clandestino, va más
allá de un simple incumplimiento legal, como sería el caso
de falta de pago de la remuneración al trabajador, para
dejar
paso
(laboral,
a
una
actuación
impositiva,
destinada
comercial,
a
etc.).
evadir
De
ahí,
la
ley
que
se
revela la existencia de un ardid destinado a ocultar hechos
y conductas con la finalidad de sustraer al empleador del
cumplimiento
de
sus
obligaciones
legales:
laboral
y
provisional, que han de perjudicar, no sólo, al trabajador,
sino
al
sector
pasivo
-víctima
de
la
evasión-
y
a
la
comunidad comercial que, al disminuir los costos laborales,
pone
al
autor
de
la
maniobra
en
mejor
condición
para
competir en el mercado, en relación a los empleadores que
han sido respetuosos de la ley.
Así, la ausencia de registro de la relación de
trabajo constituye fraude y justifica la extensión de la
responsabilidad
en
forma
solidaria
de
los
socios
codemandados -María Pilar Juárez (presidente) y a Pedro
Beamonte
(como
vicepresidente,
iniciador
durante
de
gran
la
relación,
parte
del
presidente
período
de
y
la
relación; v. fs. 59/60 y 74/75)-, en virtud de los arts.
54, 59 y 274 de la ley 19.550.
A tenor de lo expuesto, corresponde hacer lugar
parcialmente al recurso en este tramo de la queja, con
costas.
En
lo
restante,
adhiero
a
lo
expresado
por
el
colega doctor Hitters.
Voto por la afirmativa.
El
señor
Juez
doctor
Genoud,
por
los
mismos
fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por
la negativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Negri dijo:
1. Adhiero al voto del doctor Hitters pero, en
relación al agravio traído por el rechazo de la pretensión
de responsabilizar solidariamente a la presidente de la
sociedad
demandada,
lo
habré
de
hacer
en
razón
de
su
insuficiencia (art. 279, C.P.C.C.).
Sobre
el
particular,
el
recurrente
denuncia
violación de doctrina legal, manifiesta inaplicabilidad de
la ley y absurdo, en punto a los requisitos no probados por
el actor y exigidos por el a quo para hacer lugar al pedido
de extensión de la responsabilidad (fs. 842/843).
Sin
embargo,
no
se
individualiza
en
la
presentación bajo análisis la doctrina legal supuestamente
trasgredida, no se explica en qué consiste la violación del
art. 54 de la ley 19.550 y se omite cualquier análisis
respecto de la exigencia manifestada por el a quo acerca de
que la sociedad debe ser constituida para violar la ley,
por considerarse, el recurrente, eximido de hacerlo frente
al "desaguisado" que, a su juicio, configuró esa decisión
del juzgador de origen.
2. Incumplida las cargas que impone al impugnante
el
art.
279
del
Código
Procesal
Civil
y
Comercial,
el
recurso debe ser, en este tramo, rechazado.
3. Adhiero, en lo demás -y como anticipé-, al
voto del doctor Hitters.
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores de Lázzari y Soria,
por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters,
votaron también por la negativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, por
mayoría,
se
inaplicabilidad
rechaza
de
ley
el
recurso
traído;
con
extraordinario
costas
C.P.C.C.).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
(art.
de
289,
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
HECTOR NEGRI
DANIEL FERNANDO SORIA
JUAN CARLOS HITTERS
LUIS ESTEBAN GENOUD
HILDA KOGAN
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
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