A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 5 de septiembre de 2012, habiéndose dispuesto en el siguiente orden establecido, Acuerdo de 2078, votación: de conformidad que deberá doctores con observarse Hitters, lo el Kogan, Genoud, Negri, de Lázzari, Soria, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 94.909, "Coito, Eduardo contra El Ruiseñor S.A. y otros. Indemnización por despido". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo n° 1 del Departamento Judicial Bahía Blanca, con asiento en dicha ciudad, hizo lugar parcialmente a la demanda deducida, con costas en el modo como lo especifica (sent., fs. 820/827 vta.). La parte actora dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 830/846), el que fue concedido por el citado tribunal a fs. 848 y vta. Dictada a fs. 939 la providencia de autos (que, suspendido a fs. 945, fue reanudado a fs. 952) y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado inaplicabilidad de ley? el recurso extraordinario de V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: I. El tribunal del trabajo interviniente -en lo que interesa- hizo lugar a la demanda deducida por Eduardo Coito y condenó a El Ruiseñor S.A. al pago de los rubros que especificó en su sentencia. Desestimó, en cambio, el reclamo de habilitación o participación en las utilidades, y el pedido de extensión de la condena contra Pedro Beamonte y la presidente de la sociedad empleadora María Pilar Juárez (sent., fs. 820/827 vta.). II. Contra la decisión de grado se alza el actor con recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 830/846), en el que denuncia la transgresión de los arts. 5, 12, 29, 129 sgtes. y concs. de la ley 22.248; 16 del decreto reglamentario 563/1981; 39, 44 inc. "d" y 47 de la ley 11.653; 375, 384 y concs. del Código Procesal Civil y Comercial; 499, 1197, 1198, 2412 y 4023 del Código Civil; 14 bis, 17, 18, 19 y 33 de la Constitución nacional; 10, 31 y 57 de la Constitución provincial y de doctrina legal que cita. Esencialmente, la impugnación deducida pone en evidencia tres órdenes de agravios, básicamente vinculados con: a) el participación rechazo del en utilidades las reclamo de por la habilitación empresa; b) o la negativa del juzgador de extender la condena contra los directores de la sociedad anónima; y c) el progreso de la defensa de prescripción del crédito por habilitación correspondiente a los años 1976 a 1998. III. El recurso no puede prosperar. 1. a. En primer lugar, cuestiona el recurrente la decisión de grado respecto del reclamo por habilitación, por cuanto considera que las partes habían fijado esta participación porcentual sobre el total de la producción, tal y como lo prevé el art. 16 del decreto 563/1981, y no sobre las utilidades netas como erróneamente se ha establecido en el fallo. En determinó el que sentido sobre el apuntado, el tribunal promotor del pleito de grado pesaba la demostración de la denunciada remuneración complementaria representada por una habilitación del 50% de las utilidades netas de la venta de hacienda, deducidos los gastos de comercialización y producción, y de un 50% de los procreos que aumentaran el rodeo, libre de gastos. Al probatoria respecto, de las el juzgador declaraciones destacó la eficacia testimoniales y la absolución de posiciones del actor, las que valoradas en su conjunto, le permitieron arribar a la conclusión de que el trabajador percibía, junto a su remuneración, una retribución accesoria consistente en una habilitación del 20% -luego lo fue del 15%- sobre las utilidades netas de los establecimientos rurales propiedad de la accionada. Sin embargo -agregó-, el demandante no pudo demostrar percibir algún tipo de porcentaje sobre los procreos que aumenten el rodeo. Ya en sentencia, y al resolver la procedencia del reclamo, el a quo estimó que no surgiendo, conforme informe pericial contable, resultados positivos sobre los ejercicios económicos de la firma accionada durante los años 1998/2000, resultaba imposible que el actor tenga participación en las utilidades netas correspondientes a dichos períodos, siendo alcanzados los anteriores -agregópor los efectos accionada. En articulados en de la prescripción consecuencia, concepto de opuesta rechazó los habilitación por la reclamos y daños y perjuicios derivados de la pérdida de procreos y reducción de evolución de engorde (vered., fs. 817 vta./818; sent., fs. 822 vta.). b. Las concusiones expuestas en el pronun- ciamiento de grado, claramente vinculadas a cuestiones de hecho y prueba -y a las que arribó el juzgador de origen en ejercicio de facultades que le son privativas-, no logran ser descalificadas por el recurrente, por cuanto no se aprecia en la decisión cuestionada el vicio de absurdo, ni las violaciones normativas que éste denuncia en su impugnación. En existencia efecto, de evidenciarlo, si aquel toda bien vicio vez que el quejoso invoca invalidante, apartándose no de la logra la línea reflexiva que llevó a los jueces de grado a exponer la conclusión que impugna, se limita a efectuar un nuevo análisis de los hechos y constancias probatorias según su propio criterio "Haller", sent. valorativo del (conf. 30-III-2005; causas L. L. 74.641, 82.199, "Lodeiro", sent. del 18-XII-2002; L. 68.576, "Smit", sent. del 24VIII-1999; entre otras). Bajo tales premisas, el embate evidencia la intención de disputarle al juzgador la facultad que la ley le confiere para establecer el mérito y habilidad de los testigos que declararon en la vista de la causa, y de toda la prueba producida por las partes para demostrar sus alegaciones. El compareciente, entonces, no logra acreditar de qué forma el material probatorio que dice mal valorado podría modificar la sentencia, limitándose a abordar el asunto desde otra perspectiva que la del tribunal de origen, y, en definitiva, tratando de lograr ante esta sede judicial modificar el fallo, pero sin demostrar por qué el enfoque fáctico y jurídico debe configurarse como él lo propone. Olvida el impugnante, que la valoración del material probatorio y en particular la de la habilidad y mérito de las declaraciones testimoniales constituye una tarea privativa de los jueces de grado, y las conclusiones que en su ejercicio formulen no deben ser reexaminadas por este Tribunal, ni aún en los supuestos en que -como el caso- medie la parcial transcripción de los testimonios, pues ello no desvirtúa la esencia de la oralidad del procedimiento propio del fuero laboral y que resulta, de suyo, irrevisable en casación (conf. causas L. 82.046, "Tolosa", sent. del 1-IX-2004; L. 80.734, "Colonna", sent. del 31-III-2004; L. 78.603, "Carbajo", sent. del 29-X-2003; L. 75.705, "Stein", sent. del 6-XI-2002), salvo supuesto de patente absurdo que -como lo adelanté- no encuentro acreditado en este caso. Por quejoso ello, permanecen los en cuestionamientos el plano de la que formula disconformidad el y disentimiento personal, y no satisfacen una réplica idónea susceptible de modificar lo resuelto, en tanto importaría la sustitución del criterio de los sentenciantes. c. Por otro lado, tampoco se advierte que en la especie se haya vulnerado el precepto legal que regula la distribución de la carga de la prueba, desde que -como lo señaló el a quo- quien invoca la existencia de un adicional excepcional demostración a de la remuneración tal extremo tiene (conf. a su causas cargo L. la 86.742, "Pisoni", sent. del 18-IV-2007; L. 71.809, "Lema", sent. del 9-X-2002). En el caso de autos, el aspecto medular del conflicto en examen está representado por la demostración no sólo del cobro del adicional por habilitación, sino también que esa participación debía ser liquidada sobre la cantidad neta (deducido únicamente los gastos de comercialización y producción) de la venta de hacienda, tal y como lo denunció el actor en su escrito de demanda (v. fs. 17), circunstancia que no ha podido tenerse por comprobada, pues, como concluyó el juzgador de grado -en decisión que no logra ser conmovida-, sólo se pudo acreditar una habilitación sobre las utilidades netas de los establecimientos donde el actor cumplía sus labores (vered., fs. 817 vta./818). d. Sin perjuicio de las razones hasta aquí apuntadas, y desde otra perspectiva, cabe poner de resalto que los embates del impugnante que se postulan sobre la base de un cálculo de las utilidades sobre el total de la producción y no sobre el neto, resultan claramente inatendibles desde que importan variar de manera sustancial la posición sostenida al respecto en el escrito postulatorio de la pretensión. En efecto, en el libelo inicial, y al tiempo de describir los propios términos y contenido de la habilitación o participación en las ganancias que alegó convenida con la empresa accionada, se expresó: "... Mi mandante pactó con su original empleador Sr. Beamonte un sueldo o salario de Pesos Cuatro Mil Quinientos ($ 4.500) con más habilitación (deducidos gastos de del 50% de las comercialización utilidades y netas producción) de venta de hacienda y el 50% de los procreos que aumentaran el rodeo libre de gastos, en los términos del art. 110 de la Ley de Contrato de Trabajo y los usos y costumbres del lugar". Con lo transcripto surge sin hesitaciones que, frente a la suerte adversa que en la instancia de grado ha tenido la comprobación de utilidades netas, el quejoso, mudando esencialmente su posición inicial, pretende ahora que el concepto de ganancia se extraiga del total de lo producido. Como lo tiene señalado de modo constante esta Corte, son pretenden inatendibles alterar el en alcance casación y los dimensión planteos del que pedimento (conf. causas L. 89.666, "Ottone", sent. del 12-XII-2007; L. 81.112, "Poy", sent. del 22-XII-2004). Y, aunque por vía de hipótesis se analizare la pretensión sobre la base fáctica que, repito, ahora se propone, prescindiendo a la vez de la norma invocada por la parte (art. 110 de la L.C.T.) y subsumiendo la situación en los preceptos consonantes régimen que con del en la la queja definición trabajo agrario, se reclaman del vínculo la suerte aplicables, dentro adversa de del la impugnación no cambia. Si bien la ley 22.248 que rigió el trabajo agrario no tuvo expresamente prevista la participación en las ganancias, remuneraciones ese ordenamiento, mínimas para cuyo luego de cómputo regular indicó las debían tenerse en cuenta las prestaciones en especie que tomare a su cargo el empleador (art. 28), estableció de manera general que: "el empleador podrá convenir con el trabajador otra forma de remuneración respetando la mínima fijada" (art. 29), con lo cual cabe entender factible la variante participativa. De quedó todas maneras, definitivamente cualquier aventada a duda partir al de la respecto regla- mentación que de dicho precepto hubo de plasmar el decreto 563/1981. El art. 16 de ese cuerpo normativo establecía que: "Cuando la forma de pago que se conviniere estuviere referida porcentual total o sobre parcialmente la producción, a una deberá participación asegurarse al dependiente la percepción mensual, dentro del plazo del artículo 31 del Régimen Nacional del Trabajo Agrario, de una suma no inferior a la remuneración mínima que correspondiere a la categoría asignada al trabajador". Ahora bien, conforme lo dejan ver las propias normas descriptas, y de acuerdo a lo anticipado, no existe en ellas, y a diferencia de lo que sí sucede en el ámbito de la Ley de Contrato de Trabajo (art. 110 ya citado), directiva en cuanto al modo en que debe definirse esa participación; es decir, si debe ser sobre las ganancias netas o, por el contrario, sobre el producido bruto. Así entonces, una convención particular que liquide utilidades sobre la ganancia neta no importaría de por sí ponerse en contradicción con ningún contenido legal prevaleciente (arts. 14, C.N.; y 5 y 7, ley 22.248). e. Por último, cabe también puntualizar que se equivoca en su planteo el recurrente cuando aduce que el tribunal del trabajo interviniente debió aplicar en la especie la regla in dubio pro operario, prevista en el art. 9 de la Ley de Contrato de Trabajo, toda vez que esta normativa no resultó de aplicación a los trabajadores que, como el actor, quedaron comprendidos dentro del Régimen Nacional del Trabajo Agrario (ley 22.248), dado que estos se encontraban excluidos de las disposiciones del mencionado cuerpo legal (art. 2, L.C.T.; conf. causas L. 81.169, "Soria", sent. del 31-X-2007; L. 76.650, "Benítez", sent. del 1-IV-2004). f. Por consiguiente, la conclusión a la que en definitiva se arriba en el fallo, en torno a la retribución adicional por habilitación, debe permanecer firme al no demostrar, el recurrente, las infracciones legales denunciadas ni el absurdo invocado, ni que medie error en el modo como el sentenciante resolvió la controversia. 2. Con relación al segundo de los cuestionamientos traídos, el juzgador de grado consideró que no correspondía presidente de la responsabilizar sociedad solidariamente demandada por los a la créditos adeudados al trabajador, por cuanto no se acreditó en autos que el ente societario se hubiera creado como medio para violar la ley, y el solo hecho de la falta de registro de la relación laboral, no permite inferir la realización de maniobras, fraude o abuso de la personalidad jurídica de la sociedad que habilite el corrimiento del velo societario, tal y como lo dispone el art. 54 de la Ley de Sociedades (vered., fs. 818 vta./819; sent., fs. 822 vta./823). Sobre esta cuestión he tenido oportunidad de expedirme en las causas L. 85.741, "Cortina", sent. del 25IV-2007 y L. 81.550, "Avila", sent. del 31-VIII-2005, por lo que corresponde reiterar, en cuanto sea pertinente, los conceptos allí expresados. Señalé en aquella oportunidad, siguiendo los criterios expuestos por el máximo Tribunal de la Nación en las causas T.458.XXXVIII, "Tazzoli", sent. del 4-VII-2003 y P.1013. XXXVI, in re, "Palomeque, Aldo René c/ Benemeth S.A. y otro", aplicación sent. del 3-IV-2003, indiscriminada personalidad jurídica de del la ente que se inhibe desestimación societario, en de la la aquellos casos en que sólo se comprueba la irregular registración de los datos relativos al empleo. Ello personalidad "sanción" así, jurídica prevista constituya porque en un la inoponibilidad societaria para el recurso caso para es de una que violar la la de la especie de sociedad se ley, el orden público, la buena fe o para la frustración de derechos de terceros (art. 54, L.S.), pero no en situaciones como la de autos, en que nos hallamos ante una entidad que se encuentra regularmente constituida y que en función de su actividad social comete actos ilegales sancionados expresamente por la ley laboral, como es el caso del empleo no registrado, es decir, en definitiva, cuando no se utiliza a la sociedad misma como un instrumento para la comisión de dichas irregularidades. Téngase en cuenta que numerosas normas han sido dictadas para desalentar o contrarrestar la evasión y el fraude laboral habitualmente denominado trabajo "en negro", imponiéndose en ella consecuencias disvaliosas para sus ejecutantes. De suyo, el ordenamiento laboral ha fijado genuinos instrumentos para combatir y contrarrestar las inadecuadas prácticas empresariales a que me he referido. Por lo tanto, considero que no corresponde -so pretexto de apontocar la protección contra este flagelodesbordar la gama de los legitimados pasivos de las pretensiones indemnizatorias mediante una hermenéutica que desconozca los alcances del texto legal. Ello, obviamente, no importa negar la posibilidad de imputar diversas actividades de la entidad a los socios o controlantes (art. 54, L.S.), o extender la responsabilidad a los directores de aquélla (art. 274, cuerpo cit.), cuando en el caso sean alegados y demostrados sus presupuestos de aplicación; lo que, insisto, no ha sucedido en autos. En aplicación consecuencia, indiscriminada personalidad casos en concluyo jurídica que sólo de del se la ente que se desestimación societario, comprueba inhibe la falta en o de la la aquellos irregular registración de los datos relativos al empleo. 3. Finalmente, tampoco es de recibo el embate del recurrente vinculado a la prescripción del crédito reclamado en concepto de habilitación. a. Al decidir sobre la excepción articulada por la accionada, el tribunal del trabajo concluyó que, habiéndose iniciado las presentes actuaciones el 17-VIII2000, los reclamos correspondientes al rubro habilitación anteriores al 31-VIII-1998 se encontraban alcanzados por los efectos de la prescripción, ello así -agregó-, por cuanto según lo previsto en el art. 129 de la ley 22.248 las acciones relativas a los créditos provenientes de las relaciones individuales de trabajo agrario prescriben a los dos años, plazo que comienza a computarse -añadió- desde el día en que la obligación resulta exigible (sent., fs. 821 y vta.). b. El conmover los formular una recurrente, fundamentos réplica en del mi opinión, fallo, adecuada y desde eficaz de no llega que la a omite referida cuestión fáctica central y decisiva del pronunciamiento, para cuya revisión en esta sede casatoria es preciso demostrar la existencia de absurdo. Sabido es -y conviene recordar- que la decisión relativa al punto que marca el comienzo del plazo prescriptivo constituye una típica cuestión de hecho cuya evaluación corresponde en forma privativa a los jueces de grado y, por lo tanto, es requisito ineludible para su examen por la Suprema Corte que se denuncie con idoneidad la existencia de absurdo y se demuestre tal extremo (conf. causas L. 82.960, "Acebal", sent. del 27-XI-2002; L. 68.306, "Poo", sent. del 25-IV-2001; L. 67.247, "Ciancio", sent. del 7-IX-1999; L. 60.939, "Fittipaldi", sent. del 1IV-1997; L. 56.402, "Bazan", sent. del 25-IV-1994). En anomalía, no el caso, logra su si bien el cometido, recurrente pues invoca apartándose tal de la línea reflexiva de los magistrados de grado que los llevó a la decisión impugnada, efectúa un nuevo análisis de los hechos y de las constancias probatorias según su propio y personal criterio valorativo, desatendiendo de tal modo las razones proporcionadas por el sentenciante, a las que sólo opone un mero disentimiento de índole subjetivo que, como tal, deviene ineficaz para demostrar el error grave, grosero y manifiesto que constituye el vicio de absurdo. En efecto, las alegaciones que se formulan en el recurso no logran descalificar lo resuelto en la instancia ordinaria, en tanto en el sub lite la acción deducida por el demandante, participación en procura porcentual del cobro como parte de de habilitación un o adicional extraordinario de su remuneración, nace del propio contrato de trabajo agrario y, por lo tanto, es de aplicación el plazo de prescripción de dos años previsto en el art. 129 de la ley 22.248 -que rigió la relación ventilada en autosel cual comienza a computarse, tal como lo dispuso acertadamente el tribunal de origen, desde el día en que la obligación resulta exigible. Cabe concluir, entonces, que son ineficaces las impugnaciones del compareciente, basadas sólo en razones de preferencia o conveniencia personal, y que, como tales, no son útiles para demostrar el ejercicio arbitrario o absurdo de parte del tribunal del trabajo de las facultades que le asisten en materia de selección y mérito de la prueba (conf. causas L. 81.383, "Arrospide", sent. del 24-VIII2005; L. 87.797, "Iñiguez", sent. del 29-VI-2005) y en la determinación de las circunstancias fácticas de la causa. IV. Por todo lo expuesto, corresponde rechazar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído, con costas (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la cuestión planteada, la señora Jueza doctora Kogan dijo: Comparto lo expresado por el colega doctor Hitters, con excepción de lo decidido en el punto III. 2, por las siguientes razones. En primer lugar, y tal como lo sostiene el colega preopinante, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha establecido en la causa P.1013. XXXVI, "Palomeque, Aldo René c. Benemeth S.A. y otro" (sentencia del 3-IV-2003) que "... no ha quedado acreditado que estemos en presencia de una sociedad ficticia o fraudulenta, constituida en abuso del derecho y con el propósito de violar la ley, que, prevaliéndose de dicha personalidad, afecta el orden público laboral o evade normas legales" y que "los jueces han prescindido de considerar que la personalidad diferenciada de la sociedad y sus socios y administradores constituye el eje sobre el que se asienta la normativa sobre sociedades anónimas y que ésta configura un régimen especial porque aquéllas constituyen una herramienta que el orden jurídico provee al comercio como uno de los relevantes motores de la economía. Desde esta perspectiva, no alcanzo a advertir que, el contexto probatorio del caso, posea virtualidad aplicación de societaria de una suficiente causal orden de como para generar responsabilidad excepcional, sin la en la materia suficiente y concreta justificación"; agregando, "... ni que los motivos expresados provean del debido sustento a la inteligencia conferida al precepto en examen...". Concluye que "... se inhibe la aplicación indiscriminada de la desestimación de la personalidad jurídica del ente societario, en aquellos casos en que sólo se comprueba la irregular registración de los datos relativos al empleo...". Entiendo que las razones de economía procesal que aconsejan a los tribunales a adaptar sus decisiones a las pautas establecidas por la Corte Suprema de la Nación no resultan suficientes para dejar de lado, en la especie, los razonamientos que me llevan a apartarme de lo allí expresado; conforme las normas específicas que rigen la materia, interpretadas en forma sistémica con las que regulan la actividad societaria y a los elementos de hecho que fueran valorados por el tribunal de grado y que han arribado firme a esta instancia. El tercer ap. del art. 54 -en que fundó el actor su pretensión; v. fs. 11 vta.- sanciona la responsabilidad de los directivos actuación fines de la societarios; sociedad extraordinarios, violar la ley, el que establece encubra constituya orden público la un o que "... la consecución de mero la recurso buena fe para o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados". De la normativa transcripta no puede interpretarse que resulte sólo aplicable cuando la persona jurídica ha sido creada con la única finalidad de violar la ley y frustrar derechos de terceros -como pretende el tribunal de grado-, pues la sociedad formada con esa única finalidad es la que tiene objeto ilícito que merece una regulación propia en la citada ley de sociedades (arts. 18 y 19). En principio, las sociedades tienen un objeto lícito, están formalmente constituidas y también es lícita su actividad, pero esto no significa que en su gestión puedan incurrir en actos prohibidos por las leyes aun cuando persigan fines sociales lucrativos, y es ahí donde violan el criterio de funcionalidad consagrado por el art. 2 de la ley de sociedades. Por ello, no puede interpretarse que la falta de registración encubra la consecución de fines extrasocietarios -art. 54 in fine, ley citada-, dado que el principal fin de una sociedad comercial es el lucro; pero sí que dicho obrar pueda constituir un recurso para violar la ley, el orden público (orden público laboral expresado en los arts. 7, 12, 13 y 14, L.C.T.), la buena fe (que obliga al empresario a ajustar su conducta a lo que es propio de un buen empleador; art. 63, L.C.T.) y para frustrar derechos de terceros (el trabajador, el sistema previsional, los integrantes del sector pasivo y la comunidad empresarial). Como vemos, no se trata en este caso de un simple incumplimiento legal, como sería la falta de pago de salarios al trabajador, sino una actuación -perpetuada en el tiempo- destinada a evadir la ley (laboral, impositiva, comercial, etc.); un ardid utilizado para ocultar hechos y conductas, con el propósito de sustraer al empleador del cumplimiento de sus obligaciones legales. El tribunal de grado, en sentencia, reconoció la relación laboral demandada habida -durante un entre extenso el actor y la sociedad período-, y calificó la conducta asumida por esta última de temeraria, al negar el vínculo que los unía tanto al contestar el intercambio telegráfico como durante todo el transcurso del proceso (v. fs. 823 vta.). Por ende, la ausencia de registro del vínculo laboral y el abono del salario de modo clandestino, va más allá de un simple incumplimiento legal, como sería el caso de falta de pago de la remuneración al trabajador, para dejar paso (laboral, a una actuación impositiva, destinada comercial, a etc.). evadir De ahí, la ley que se revela la existencia de un ardid destinado a ocultar hechos y conductas con la finalidad de sustraer al empleador del cumplimiento de sus obligaciones legales: laboral y provisional, que han de perjudicar, no sólo, al trabajador, sino al sector pasivo -víctima de la evasión- y a la comunidad comercial que, al disminuir los costos laborales, pone al autor de la maniobra en mejor condición para competir en el mercado, en relación a los empleadores que han sido respetuosos de la ley. Así, la ausencia de registro de la relación de trabajo constituye fraude y justifica la extensión de la responsabilidad en forma solidaria de los socios codemandados -María Pilar Juárez (presidente) y a Pedro Beamonte (como vicepresidente, iniciador durante de gran la relación, parte del presidente período de y la relación; v. fs. 59/60 y 74/75)-, en virtud de los arts. 54, 59 y 274 de la ley 19.550. A tenor de lo expuesto, corresponde hacer lugar parcialmente al recurso en este tramo de la queja, con costas. En lo restante, adhiero a lo expresado por el colega doctor Hitters. Voto por la afirmativa. El señor Juez doctor Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: 1. Adhiero al voto del doctor Hitters pero, en relación al agravio traído por el rechazo de la pretensión de responsabilizar solidariamente a la presidente de la sociedad demandada, lo habré de hacer en razón de su insuficiencia (art. 279, C.P.C.C.). Sobre el particular, el recurrente denuncia violación de doctrina legal, manifiesta inaplicabilidad de la ley y absurdo, en punto a los requisitos no probados por el actor y exigidos por el a quo para hacer lugar al pedido de extensión de la responsabilidad (fs. 842/843). Sin embargo, no se individualiza en la presentación bajo análisis la doctrina legal supuestamente trasgredida, no se explica en qué consiste la violación del art. 54 de la ley 19.550 y se omite cualquier análisis respecto de la exigencia manifestada por el a quo acerca de que la sociedad debe ser constituida para violar la ley, por considerarse, el recurrente, eximido de hacerlo frente al "desaguisado" que, a su juicio, configuró esa decisión del juzgador de origen. 2. Incumplida las cargas que impone al impugnante el art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial, el recurso debe ser, en este tramo, rechazado. 3. Adhiero, en lo demás -y como anticipé-, al voto del doctor Hitters. Voto por la negativa. Los señores jueces doctores de Lázzari y Soria, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votaron también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, por mayoría, se inaplicabilidad rechaza de ley el recurso traído; con extraordinario costas C.P.C.C.). Regístrese, notifíquese y devuélvase. (art. de 289, EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS LUIS ESTEBAN GENOUD HILDA KOGAN GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario