EL AYUNTAMIENTO, EL EMPLEO Y LOS SERVICIOS

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EL AYUNTAMIENTO, EL EMPLEO Y LOS SERVICIOS
PUBLICOS
Francisco Carsí Chulvi(*)
Hay un pensamiento más o menos consolidado, en virtud
del cual las corporaciones locales pueden hacer bien poco
respecto
del
empleo.
Es
cierto
que
una
de
las
reivindicaciones
recurrentes
por
parte
de
los
municipalistas es la de que los Ayuntamientos tengan más
competencias en el ámbito del empleo; no obstante mientras
esas competencias llegan –que llegarán- cabe hacer un breve
análisis de cual está siendo la actitud del partido popular
en el Ayuntamiento de Valencia en la elaboración de las
condiciones que han de regir las nuevas contratas de
limpieza viaria y recogida de residuos.
Es conveniente tener en cuenta que estamos hablando de
alrededor de 1.600 trabajadores, con un 50% de contratos
temporales (precarios), unos 10.000 millones de las
antiguas pesetas y unos contratos de 15 años de duración.
Tampoco debe olvidarse que la temporalidad, con datos
de 2002, supera con creces la media europea, en España el
33%, en la Comunidad Valenciana el 38% y que el futuro no
es muy ilusionante: 93% de contratos realizados temporales
y 73% de duración inferior a tres meses.
¿Puede el Ayuntamiento hacer algo por impedir que la
precariedad
alcance
cotas
inadmisibles
en
servicios
públicos dependientes de éste?. Hagamos memoria.
Con bombo y platillo –especialidad del partido
popular-, en el año 2000 se suscribió el Pacto por el
Empleo en la ciudad de Valencia, con participación de
sindicatos,
empresarios
y
Ayuntamiento;
entre
sus
objetivos:
“3.Generar nuevo empleo y consolidar el existente. La
mejora de la calidad y la estabilidad del empleo. Reducir
la temporalidad del empleo público en el desarrollo y
ejecución de la contratación pública.”
Existen diversas experiencias en nuestro país mediante
las que se ha llevado a la práctica ese objetivo. Así la
Comunidad
de
Madrid,
mediante
el
Decreto
213/1998
estableció
como
criterio
valorable
(20%)
para
la
adjudicación de los contratos públicos el grado de
estabilidad laboral de la empresa concursante; en Navarra,
la Ley Foral 10/1998 de Contratos de las Administraciones
Públicas obliga a incorporar en los pliegos de los
1
contratos la situación laboral de la empresa, primando a
quienes no superan el 10% de eventualidad de sus
plantillas.
En abril de 2002 CC.OO y UGT hicieron, en el ámbito
valenciano, una propuesta conjunta para el fomento y
potenciación del empleo estable, en ésta se establecen
mecanismos para valorar, previamente a la adjudicación de
la contrata, el grado de estabilidad de las plantillas, las
nuevas contrataciones y en general la política de
contratación seguida por la empresa.
No es, sin embargo, una cuestión puramente sindical la
que aquí nos ocupa. Los representantes políticos, más
sensibles sin duda los de izquierda a las condiciones
laborales de los trabajadores, tenemos la obligación de
velar por la calidad y características de la prestación del
servicio de que se trate.
A ello se refiere el Consejo de Estado en Informe de
19 de noviembre de 1998:
“...los criterios establecidos para la adjudicación de los
contratos por concurso son objetivos y están referidos a la
oferta más ventajosa para los intereses públicos, porque
una de las posibles manifestaciones de seriedad y
fiabilidad de una empresa puede ser precisamente la
estabilidad y calidad de los contratos que ofrece a sus
empleados, pudiendo ser un criterio objetivo para la
adjudicación, incluso más fiable que otros señalados en el
artículo 87 de la Ley de Contratos de las Administraciones
Públicas, para seleccionar - siempre haciendo uso de una
ponderación razonable del criterio- al contratista que
corresponda, precisamente para proteger los intereses
públicos presentes en la selección de la oferta más
ventajosa, dado que la calidad del empleo ofrecido por una
empresa, y la cualificación de sus recursos humanos, es uno
de los factores objetivos que puede influir en la selección
del contratista más adecuado.”
El partido popular debe optar entre la defensa de los
intereses de las grandes empresas a las que tanto venera y
la defensa de los trabajadores, el servicio público y el
interés general.
Valencia, 9 de diciembre de
2003
2
(*) Concejal
Valencia
del
Grupo
Socialista
3
del
Ayuntamiento
de
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