Concierto político para delinquir

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Concierto político para delinquir
Fabio Miguel Monroy
Abogado – periodista
El debate continúa. Los interrogantes se acrecientan con el paso del tiempo. El Gobierno nacional quería obtener a
“pupitrazo limpio” la aprobación, en el Congreso de la República, del proyecto de ley, con el que pretende desconocer
el delito denominado “Concierto para delinquir (Simple o Agravado)”, favoreciendo a los desmovilizados de las
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), muy a pesar de la reiteradas llamadas de atención de la Corte Suprema de
Justicia en sentido contrario.
Según el Ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín Sardi, era urgente y necesario dar los debates requeridos
para “consolidar el proceso de paz” con las autodenominadas autodefensas, porque de lo contrario sería dejar en el
limbo a más de diecinueve mil (19.000) desmovilizados, especialmente los llamados miembros “rasos”.
Definición
Con tal de hacer las precisiones respectivas, nos parece pertinente transcribir el concepto de la Honorable Corte
Constitucional, que en sentencia C-241/97, expresa al respecto: “El concierto para delinquir en términos generales se
define como la celebración, por parte de dos o más personas de un convenio, de un pacto, cuya finalidad trasciende el
mero acuerdo para la comisión de un determinado delito, se trata de la organización de dichas personas en una
societas sceleris, con el objeto de asumir con proyección hacia el futuro la actividad delictiva como su negocio, como
su empresa, la cual, valga aclararlo, dado su objeto ilícito se aparta de los postulados del artículo 333 de la Carta
Política que la reivindica y protege; lo anterior significa que no existe acuerdo previo entre sus miembros sobre los
delitos específicos que cometerán, como tampoco sobre el momento, el lugar o las personas o bienes que se afectarán,
si sobre lo que será su actividad principal: delinquir. Es decir, que la organización delictiva se establece con ánimo de
permanencia, que el pacto o acuerdo que celebran sus integrantes es para desarrollar actividades contrarias a la ley,
previa distribución entre sus miembros de acciones y responsabilidades que se complementan para alcanzar un fin. Este
tipo de organizaciones al margen y contra la sociedad, cuyo objeto específico es transgredir el ordenamiento jurídico,
obviamente constituyen un peligro para la tranquilidad colectiva y atentan contra la seguridad pública, que son
precisamente los bienes jurídicos que se pretenden proteger con su represión y castigo”. (Subrayado nuestro)
Drástico para nimiedades, benevolente para atrocidades
Si bien, Colombia entera desea la paz con todos los grupos que se han levantado en armas, ya sea en contra del orden
establecido (guerrillas) o en suplantación del mismo (autodefensas), debemos mantener un norte bien definido en el
cual las víctimas (consideradas individual o colectivamente) sean resarcidas en sus perjuicios materiales y morales.
Insistir en la vía de los desmovilizados (los beneficios a los aparentes miembros “rasos”, que a la postre terminan
favoreciendo a todos por igual) desconociendo las reparaciones de quienes han resultado perjudicados con el accionar
delictivo de los grupos paramilitares es altamente riesgoso.
Volviendo al concierto para delinquir, llama la atención que sean adelantados los procesos de paz, sin definiciones
concretas sobre los compromisos adquiridos por la Casa de Nariño con los cabecillas de los paramilitares para su
desmovilización. Al parecer, el “Acuerdo de Ralito” era conocido por muchas más personas de las que ha vinculado la
Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General de la Nación hasta el momento. No ha quedado claro si es que los
políticos buscaron a los paramilitares o si fue a la inversa. Si los grupos de autodefensas se han desmovilizado total y
verdaderamente o si lo han hecho de manera parcial. Las confesiones marchan a cuenta gotas, las masacres siguen sin
determinarse en sus verdaderas dimensiones.
La otra inquietud es referente a la cesación de procedimiento o preclusión de la instrucción. La Corte Suprema de
Justicia ha dicho en muchas oportunidades que es imposible aplicar dichas medidas en los casos de los desmovilizados
de rango medio y bajo en vista de que las acciones realizadas por éstos se enmarcan en los delitos comunes y no en los
delitos políticos en los que sí pueden adoptarse.
Otro aspecto que sale a relucir es el de la ley de delitos comunes (hurto simple, lesiones personales y otros similares)
que trae como pena de uno (1) a cuatro (4) años de arresto, y se les otorgan a quienes han desplazado a más de dos
millones de personas, torturado y masacrado a poblaciones enteras, y se han apropiado de cuantiosos recursos del
Estado para financiar sus actividades delictivas estaríamos igualando a quien toma una gallina de patio ajeno para
alimentar a sus hijos (lo que no se justifica desde ningún punto de vista) con quienes sin rubor alguno descuartizaron a
seres humanos vivos para quedarse con su terreno, o a quienes para llegar al poder mandaron a “eliminar” a su mayor
oponente.
Debate público
El tema tiene tanto de ancho como de largo y mucho de peso más de lo que pudiéramos suponer. Por fortuna, más por
las distracciones de las festividades navideñas, el Congreso Nacional dejó para el próximo año la discusión del proyecto
de ley mencionado atrás, lo que ojalá permita al grueso de la población colombiana enterarse del fondo que tiene
semejante propuesta.
En el mes de febrero, para el que han sido citadas las Comisiones Primeras de Senado y Cámara, conjuntamente, ya ha
pasado el guayabo físico y moral de final de año, por lo que estaremos lo más sobrios posible para alquilar “palco de
honor” con tal de presenciar las discusiones en torno a la propuesta oficial, al menos lo haremos por el Canal
institucional del Congreso.
Definidamente se debe debatir ampliamente, de cara a toda la ciudadanía, el tema paramilitar y parapolítico para que
la verdad, la justicia y la reparación sean realidad en el presente, y lograr así un verdadero proceso de paz y
reconciliación nacional.
Diciembre 14 de 2007
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