¿Hasta dónde sos capaz de llegar para alcanzar el poder? Un bufete de abogados de primerísimo nivel. Cinco abogados candidatos a ser el próximo socio y dispuestos a todo para conseguirlo. Un hombre favorito que accede al poder sin saber que se trata de una trampa que cambiará su suerte por completo. Una mujer víctima de la injusticia que decide luchar contra un sistema perverso. Ese hombre y esa mujer se encuentran y se enamoran en medio de la adversidad. Son perseguidos, extorsionados, atacados y excluidos. Solo el amor los mantiene fuertes y unidos para luchar contra los molinos de viento en pos de un solo objetivo: la verdad. Una empresa, un hombre, una mujer y el amor en tiempos en que la ambición y el poder valen mas que la vida misma. Un juego peligroso Un personaje de ficción, el villano de la película “Wall Street”, Gordon Gecko, tiene como frase de cabecera: “la codicia es buena”. 1 Esta frase que a simple vista parece espeluznante no lo es tanto cuando cotidianamente vemos que las cosas que tradicionalmente se consideraron defectos, como la ambición, la glotonería, la ira y el narcisismo, son los ingredientes del éxito, mientras que la individualidad y el egoísmo son el único criterio de la verdad. En un mundo lleno de contradicciones, donde a diario convivimos con la miseria, la falta de solidaridad, el apego a lo material, la competencia desleal y todas las manifestaciones posibles del mal, terminamos por creer que el pecado tiene su lado positivo y que no se puede aspirar al éxito a menos que se aprovechen todas las oportunidades y no exista el arrepentimiento. ¿Es esta una condición natural del hombre o está perversamente digitado de este modo? A simple vista, nadie debería sentirse culpable por lograr el éxito de cualquier manera. Después de todo, son las reglas que el juego impone. Pero ese juego ¿Es realmente lo que elegimos o hay una fuerza superior que nos pone a prueba para ver qué decisiones tomamos? ¿Es un juego limpio o lleno de trampas que debemos sortear y también aprender a hacer para poder ganar? ¿Esa fuerza superior está fuera de nosotros o es simplemente la lucha eterna entre el bien y el mal del alma humana? Cada uno de los protagonistas de ésta historia tendrá un rol en éste juego. Hay solo un ganador, un “elegido” que al final tendrá que optar por un camino: la difícil decisión de ir hacia la luz o vender su alma para permanecer en la oscuridad. El tablero de ese juego es una empresa, el mediador, el presidente de la misma que propone una descarnada competencia por el puesto de gerente general. Los jugadores, seres sin escrúpulos, dispuestos a todo, enceguecidos de ambición. El favorito, un hombre que camina peligrosamente entre la sombra y la luz. El triunfo depende de su decisión y esa decisión depende de lo único que puede salvarlo: el amor. 2