rEVISIÓN Perfusión por resonancia magnética: bases físicas y aplicación clínica Nicolás Fayed-Miguel, Julio Castillo-Blandino, Jaime Medrano-Lin Objetivos. Revisar una de las más importantes técnicas funcionales en resonancia magnética (RM), la perfusión, con énfasis en sus aplicaciones y, particularmente, en el diagnóstico y seguimiento de lesiones cerebrales. En primer lugar, discutimos los principios físicos y resultados de la técnica, y luego sus aplicaciones más importantes. Desarrollo y conclusiones. Habitualmente, se utilizan dos tipos diferentes de técnicas de RM: susceptibilidad dinámica de contraste T2* (DSC) y series dinámicas potenciadas en T1 (DCE). La DSC mide la farmacocinética del primer paso del bolo de contraste a través de un volumen determinado. Por el contrario, la DCE mide la permeabilidad capilar, derivándola mediante un modelo compartimental de series de imágenes en secuencia T1. La utilidad de la perfusión se ha descrito en tumores cerebrales, isquemia cerebral, enfermedades neurodegenerativas y trastornos inflamatorios. En esta revisión describimos las bases físicas y la contribución de la perfusión por RM en el diagnóstico y seguimiento de las enfermedades del sistema nervioso central. Palabras clave. Enfermedades del sistema nervioso central. Fisiopatología. Perfusión. Resonancia magnética. Servicio de Neurorradiología; Hospital Quirón; Zaragoza, España (N. Fayed-Miguel, J. Medrano-Lin). Servicio de Neurorradiología; Hospital Bautista; Managua, Nicaragua (J. Castillo-Blandino). Correspondencia: Dr. Nicolás Fayed Miguel. Servicio de Neurorradiología. Hospital Quirón. P.º Mariano Renovales, s/n. E-50006 Zaragoza. E-mail: [email protected] Aceptado tras revisión externa: 03.06.09. Introducción La perfusión sanguínea no es más que el aporte de sangre a un determinado tejido. Con este mecanismo se asegura la llegada de nutrientes y oxígeno [1]. La resonancia magnética (RM) se ha convertido en un poderoso instrumento clínico para la evaluación de la anatomía cerebral. Los avances en la tecnología han extendido sus aplicaciones a la evaluación de la función cerebral vía al acceso de numerosos parámetros funcionales y metabólicos. Uno de estos parámetros es la perfusión cerebral, que describe el paso de la sangre a través de la red vascular cerebral. La perfusión por RM (pRM) se refiere a técnicas desarrolladas y usadas para la obtención de medidas no invasivas de parámetros hemodinámicos [2]. Otras técnicas se han desarrollado para evaluar las lesiones en las que existe rotura de la barrera hematoencefálica, estudiando diversos parámetros producto del escape del medio de contraste, llamados estudios de permeabilidad, en los que se obtienen datos como el escape del contraste del plasma al espacio extracelular (Ktrans, constante de transferencia), la fracción de volumen de tejido que abarca el espacio extracelular (Ve, espacio de escape) y el retorno de contraste del espacio extracelular al plasma (Kep, constante de proporción) [3]. Estas técnicas tienen un gran potencial como instrumentos clínicos para el diagnóstico y segui- www.neurologia.com Rev Neurol 2010; 50 (1): 23-32 miento de enfermedades cerebrovasculares y otras alteraciones cerebrales, incluyendo la evaluación de enfermedades neurodegenerativas, la valoración no invasiva de la histología de los tumores, así como la determinación de los efectos de medicamentos usados en estas condiciones, entre otras. El propósito de esta revisión es proporcionar en forma comprensible las bases físicas de la pRM y sus aplicaciones clínicas actuales (Tabla). Cómo citar este artículo: Fayed-Miguel N, Castillo-Blandino J, Medrano-Lin J. Perfusión por resonancia magnética: bases físicas y aplicación clínica. Rev Neurol 2010; 50: 23-32. © 2010 Revista de Neurología Técnicas y bases físicas de la pRM Las técnicas actuales que permiten determinar la perfusión cerebral incluyen la medicina nuclear utilizando cámaras de tomografía simple por emisión de fotón único (SPECT) y tomografía por emisión de positrones (PET), tomografía con inhalación de xenón, pRM y perfusión por tomografía (pCT). Dado que la perfusión implica el transporte de material a través del tejido, todas las medidas de perfusión requieren una cantidad de trazador cuyo transporte en la sangre pueda medirse. Durante la última década se han desarrollado dos técnicas de pRM que han demostrado ser prácticas en el contexto clínico y útiles para el diagnóstico: éstas son la RM de susceptibilidad dinámica al contraste (DSC), que utiliza un trazador exógeno, y el marcaje del espín arterial, que utiliza un trazador 23 N. Fayed-Miguel, et al Tabla. Indicaciones y diagnóstico diferencial en perfusión por resonancia magnética. Patología Perfusión aumentada Perfusión disminuida ACV agudo Infarto, penumbra ACV subagudo Perfusión de lujo, transformación hemorrágica Tumores Glioma de alto grado, metástasis, oligodendroglioma, meningioma, linfoma, recidiva tumoral, edema infiltrativo Glioma de bajo grado, neurinoma, lesiones desmielinizantes tumefactivas, toxoplasmosis, radionecrosis, edema no infiltrativo (metástasis) Epilepsia Períodos ictales Períodos interictales Esquizofrenia Cortezas occipitales, cerebelo, ganglios basales Corteza prefrontal TDAH Occipital, parietal, ganglios basales Corteza cerebral, cerebelo Migraña con aura Esclerosis múltiple Occipital unilateral Placas activas Placas inactivas Alzheimer Temporoparietal, cíngulo posterior Depresión mayor Frontal, tálamo izquierdo Demencia por cuerpos de Lewy Frontal, occipital medial Parkinson Frontal, parietal Parkinson y demencia Frontal, parietal, occipital Absceso Zona inflamatoria perilesional Malformaciones arteriovenosas Nido angiomatoso Necrosis central, cápsula ACV: accidente cerebrovascular; TDAH: trastorno por déficit de atención/hiperactividad. endógeno [1]. Estas técnicas asumen que el trazador usado para medir la perfusión no sea difusible, y que tampoco pueda metabolizarse ni absorberse por el tejido que atraviesa. En el modelo de cinética de trazador, el primer paso del trazador a través del entramado capilar de los tejidos se rastrea y analiza [4]. Imagen con contraste de susceptibilidad dinámica (DSC) Es el método más popular para obtener imágenes de pRM. Al ser todos los medios de contraste magnéticos y paramagnéticos actualmente disponibles demasiado grandes para cruzar la barrera hematoencefálica, los medios de contraste serán intravasculares dentro del tejido cerebral normal. Los estudios dinámicos aprovechan los cambios en la magnetización local producidos por el medio de contraste a su paso a través de la red vascular [1]. Dichos cambios en el campo magnético local pueden medirse como cambios de señal en RM, a través del uso de técnicas de imagen ultrarrápidas, 24 como las ecoplanares, tanto a través de secuencias de pulso espín eco como de eco de gradiente [4]. En la práctica, el medio de contraste se administra por vía intravenosa con un inyector a una velocidad de 5 mL/s. El intervalo de tiempo entre imágenes sucesivas debe ser de 1 a 2 segundos [4]. Los datos de la curva señal-tiempo pueden transformarse posteriormente en una curva concentración del trazador-tiempo (ΔR2) [5]. Imagen en estado estable (steady state imaging) La técnica en estado estable potenciada en secuencia T1 se usa para determinar el volumen sanguíneo cerebral absoluto con alta resolución espacial a través del todo el cerebro. Sin embargo, se pueden obtener malos resultados en áreas donde la barrera hematoencefálica está rota, donde se viola la presunción del trazador no difusible. Se ha desarrollado un abordaje combinado usando las técnicas T1 y T2 o T2* como método para minimizar los efectos con- www.neurologia.com Rev Neurol 2010; 50 (1): 23-32 Perfusión por resonancia magnética: bases físicas y aplicación clínica fusos producidos por el escape vascular en las áreas donde la barrera hematoencefálica está rota [6-10]. Parámetros hemodinámicos de perfusión Los parámetros hemodinámicos que obtenemos son valores relativos que no permiten una comparación directa entre diferentes sujetos y que inclusive pueden diferir dentro del mismo sujeto al realizar el estudio en diferentes momentos en el tiempo. Figura 1. Curva dinámica de susceptibilidad al paso del contraste. 1. Señal de base. 2. Llegada del medio de contraste. 3. Máxima concentración de contraste. 4. Eliminación del medio de contraste. 5. Posterior recirculación del contraste hasta llegar a la señal base. S0: señal antes del paso del contraste; S(t): señal durante el paso del contraste; TTM: tiempo de tránsito medio; TTP: tiempo hasta el pico; VSCr: volumen sanguíneo cerebral relativo (área dentro de la curva). Volumen sanguíneo cerebral (cerebral blood volume: CBV) Se define como el total de volumen sanguíneo en una región determinada del cerebro. El CBV se mide en unidades de mL de sangre por 100 g de tejido cerebral (mL/100 g) (Fig. 1). Flujo sanguíneo cerebral (cerebral blood flow: CBF) Se define como el volumen de sangre que se mueve a través de una determinada región del cerebro en la unidad de tiempo, y representa el flujo capilar en el tejido. El CBF tiene sus unidades en mL de sangre por 100 g de tejido cerebral por minuto (mL/100 g/ min). El CBF normal es típicamente mayor que 5060 mL/100 g/min. Tiempo de tránsito medio (mean transit time: MTT) Es un concepto un poco más complejo. Debido a que el tiempo de tránsito de la sangre a través del parénquima cerebral varía en dependencia de la distancia recorrida entre la entrada arterial (arterial inflow) y la salida venosa (venous outflow), el MTT se define como el promedio de tiempo de tránsito de la sangre a través de una determinada región del cerebro [4], de acuerdo con el principio de volumen central que establece que MTT = CBV/CBF [7,11]. Tiempo de llegada (time to arrival: T0) Imágenes de permeabilidad Los estudios de permeabilidad endotelial vascular tienen gran importancia en el estudio de la patología tumoral cerebral, ya que brindan una importante información relacionada con la integridad de la barrera hematoencefálica, morfología vascular, naturaleza de la neovascularización, fisiopatología tumoral y pronóstico [12]. Cuando se administra contraste en casos de ruptura de la barrera hematoencefálica, habrá fuga o escape de éste al espacio extravascular extracelular (EES, extravascular extracelular space). Medir la permeabilidad endotelial, área de superficie endotelial y tamaño del EES requiere un análisis cuantitativo del escape del contraste del espacio vascular al EES. La principal consideración al escoger la adecuada secuencia de resolución temporal es la forma de la curva concentración-tiempo en el plasma, que se llama usualmente función de entrada arterial (AIF, arterial input function) [13]. Se define como el tiempo desde el momento de inyección del contraste hasta que se detecta su llegada al vóxel. Aplicaciones clínicas Tiempo hasta el pico (time to peak: TTP) Los accidentes cerebrovasculares (ACV) constituyen la tercera mayor causa de muerte en los países occidentales y la mayor causa de discapacidad de larga evolución, llegando a ser uno de los mayores generadores de gastos en salud. A pesar de la magnitud del problema ocasionado por los ACV isquémi- Podemos definirlo como el tiempo transcurrido desde que se inyecta el contraste hasta que se detecta el mínimo de señal en el vóxel (coincide con la máxima concentración de contraste) [2]. www.neurologia.com Rev Neurol 2010; 50 (1): 23-32 Accidentes cerebrovasculares 25 N. Fayed-Miguel, et al Figura 2. Infarto silviano derecho sin tratar a la sexta hora de evolución: a) Extenso edema en secuencias FLAIR; b) Oclusión de la arteria silviana derecha en angiorresonancia magnética; c) Hiperseñal en difusión; d) Disminución en el coeficiente de difusión aparente, visible en negro; e) Hipoperfusión en el territorio silviano derecho (azul oscuro). a c b d e cos, no existían tratamientos activos hasta mediados de los años noventa, período en que se desarrolló la terapia trombolítica, tanto intravenosa como intraarterial. En la actualidad, los mayores determinantes del tratamiento del ACV isquémico son la presentación clínica, el tiempo de evolución [14] y los hallazgos negativos en la tomografía axial computarizada (TAC) sin contraste. Sin embargo, existe la oportunidad para mejorar la eficacia y monitorizar el tratamiento gracias a la información que brinda la aplicación de imágenes fisiológicas de la RM [4,15]. Probablemente, el estudio de la patología isquémica cerebral es la aplicación más difundida de la perfusión por TAC o por RM, y se ha validado tanto en modelos animales como en estudios clínicos [16]. Algoritmos básicos, como el TTM, ofrecen información esencial para tomar decisiones cruciales. Tanto las técnicas de TAC como de RM son sencillas, rápidas y altamente eficaces en el diagnóstico de infarto isquémico agudo, y son necesarias para seleccionar los candidatos a trombólisis durante las primeras 3-6 horas. 26 Normalmente, la sustancia gris tiene valores de perfusión (CBF) de 60 mL/min/100 g, lo que varía en un estrecho margen por mecanismos de autorregulación. Reducciones en el CBF por debajo de 20 mL/min/100 g causan disfunción neuronal y marcan el límite de isquemia reversible, pudiendo pasar dos o más horas antes de que ocurra el infarto. En cambio, valores de CBF por debajo de 10-12 mL/min/100 g pueden causar muerte neuronal en cuestión de minutos [2,17,18]. En las áreas de disminución grave del flujo, la citotoxicidad y la muerte por necrosis celular ocurren en minutos. Estas áreas son las llamado centro (core) del infarto. Sin embargo, las células en la zona periférica reciben aporte de la circulación colateral. Esta región periférica se llama ‘penumbra isquémica’ y contiene tejido en riesgo que puede ser salvado con la pronta instalación de la terapia apropiada [19]. Un gran número de investigaciones han sugerido que en la presencia de un ACV agudo, la imagen de perfusión, combinada con la imagen de difusión, puede ayudar a determinar el tejido isquémico viable en riesgo alrededor del infarto, llamado área de penumbra isquémica [20]. Se piensa que la diferencia entre las alteraciones en difusión y perfusión representan el potencial tejido isquémico en riesgo de infarto aún salvable o área de penumbra isquémica (Fig. 2) [21]. Estudios preliminares han sugerido que, al comparar las alteraciones observadas en las imágenes de difusión con las imágenes de CBV, estas últimas son mejores para predecir el tamaño final del infarto [22]. Los hallazgos en las imágenes de CBF y MTT generalmente sobrestiman el tamaño final de las lesiones, por lo que se deben utilizar para definir el área de penumbra isquémica [23]. Grandin et al determinaron los límites para identificar los tejidos en progresión a infarto con la altura del pico y el TTP (< 54% y > 5,2 s, respectivamente), o un valor absoluto de CBF < 35 mL/100 g/min [24]. Shih et al encontraron que un TTP mayor o igual a 6 segundos identifica tejido infartado [25]. Schaefer et al encontraron valores de volumen sanguíneo cerebral relativo (rCBV) de 0,32 ± 0,11 en el centro del infarto, 0,46 ± 0,13 en el área de penumbra que se encuentra progresando a infarto, y 0,58 ± 0,12 en el área de penumbra que no está progresando a infarto [26]. Neumann-Haefelin et al encontraron que un retraso en el TTP mayor de 6 s en regiones con imágenes de difusión normales se asocian a crecimiento de la lesión, y concluyeron que sólo los pacientes con déficit grave de perfusión en el área de penumbra isquémica tienen alto riesgo de progresión [27]. Tam- www.neurologia.com Rev Neurol 2010; 50 (1): 23-32 Perfusión por resonancia magnética: bases físicas y aplicación clínica bién se ha hallado que la elevación del CBV tiene un efecto protector en la evolución del infarto [28]. De acuerdo con otro estudio, la caída del CBF por debajo del 35% del flujo cerebral normal sugiere un aumento en el riesgo de hemorragia en los pacientes con ACV [29]. Actualmente, el parámetro más utilizado para discriminar el tejido cerebral en riesgo es el área de penumbra isquémica [30]. En los casos de infartos subagudos, es posible evaluar la hiperemia perilesional, caracterizada por un aumento en el CBV, alrededor del centro del infarto, aunque el CBF puede estar disminuido por la prolongación del tiempo de tránsito [31]. Kassner et al encontraron que los valores altos en los mapas de permeabilidad son predictores de la transformación hemorrágica de los infartos isquémicos. Estos hallazgos pueden utilizarse para seleccionar los pacientes que pueden recibir terapia trombolítica [32]. La pRM se puede usar antes y después del uso de vasodilatadores, como dióxido de carbono, anhidrasa carbónica o acetazolamida [33]. Producto de una pobre respuesta al uso de agentes vasodilatadores, la pRM puede mostrar otras alteraciones en el hemisferio cerebral ipsilateral a la estenosis carotídea grave u oclusión, como retraso en el tiempo de llegada del contraste, TTP y un prolongado TTM [34]. Tumores cerebrales La morfología vascular y el grado de angiogénesis son elementos importantes a la hora de evaluar los diferentes tipos de tumores y determinar la agresividad biológica de las neoplasias intracraneales [35]. La angiogénesis es un proceso complejo imprescindible para el crecimiento y metástasis de los tumores malignos. Un crecimiento del tejido sólido tumoral más allá de 1-2 mm no puede darse sin un adecuado soporte vascular [36]. Al realizar estudios de pRM en tumores, el parámetro hemodinámico que se debe evaluar es el rCBV. Las regiones con alto rCBV representan las áreas de mayor densidad capilar y, por tanto, de mayor agresividad tumoral. Este método es seguro cuando la fuga o escape vascular de contraste es bajo. Sin embargo, cuando el escape vascular es alto, el valor del rCBV puede ser subestimado. Se pueden también caracterizar los tumores a través del estudio de su permeabilidad utilizando modelos farmacocinéticos multicompartamentales; sin embargo, esta técnica tampoco se considera válida en situaciones de alto grado de escape vascular de contraste [37]. Las medidas de rCBV en estudios de DSC han mostrado correlación con los datos de la angiogra- www.neurologia.com Rev Neurol 2010; 50 (1): 23-32 fía convencional e histología [38]. En pacientes que reciben quimioterapia, la pRM puede ser un método no invasivo para ver cambios en el rCBV y monitorizar la eficacia terapéutica [39]. Los mapas de rCBV han detectado progresión tumoral antes que otras modalidades de imagen. En un estudio que siguió la evolución de 59 pacientes con mapas de rCBV, se detectó progresión tumoral 4,5 meses antes que con RM en el 32%, 4,5 meses antes que el SPECT en el 63%, y unos 6 meses antes que las manifestaciones clínicas en el 55% [40]. Los astrocitomas de bajo grado tienen un rCBV menor con respecto al de los astrocitomas anaplásicos o glioblastomas [36,41]. Esto es útil para indicar el lugar donde realizar biopsias estereotáxicas y para disminuir la tasa de errores de la histología en gliomas de alto grado debido a la heterogeneidad del tumor (Fig. 3), siendo esto particularmente interesante en tumores que no captan contraste [36]. La presencia de ruptura de la barrera hematoencefálica predice malignidad tumoral con un 92% de sensibilidad y un 90% de especificidad [42]. Los estudios de DSC también son útiles en la diferenciación entre masas intra y extraaxiales, en los que típicamente las masas extraaxiales tienen valores más altos de rCBV. Los resultados de un estudio preliminar [43] sugieren la diferencia de susceptibilidad en las curvas de intensidad señal-tiempo si un meningioma recibe aporte vascular dural o pial. El linfoma primario cerebral es una neoplasia de alto grado de malignidad que por imagen puede confundirse con un glioblastoma, metástasis e incluso procesos infecciosos, particularmente la toxoplasmosis cerebral. Su diagnóstico diferencial es importante por las diferencias en los enfoques terapéuticos entre las diferentes lesiones mencionadas. Los linfomas presentan valores bajos de rCBV (media: 1,44 ± 0,67) en comparación con los glioblastomas (media: 5,5 ± 4,5) [44]. También existen diferencias entre el linfoma, con aumento de rCBV en éste, y disminución en la toxoplasmosis [45]. Establecer diagnóstico diferencial, entre abscesos y tumores quísticos es complicado con los métodos convencionales. La cápsula de los abscesos presenta valores bajos de rCBV (0,76 ± 0,12) comparado con la sustancia blanca contralateral (Fig. 4). Los gliomas y las metástasis presentan valores altos de rCBV en la porción capsular, siendo éstos 5,51 ± 2,08 y 4,58 ± 2,59, respectivamente [46]. La perfusión puede ser necesaria para diferenciar un glioma de una metástasis. Las medidas de rCBV en las regiones perilesionales son mayores en el caso de un glioma de alto grado, debido a que éste presenta un edema infiltrativo, y menores en el 27 N. Fayed-Miguel, et al Figura 3. a) Astrocitoma grado III-IV prerrolándico izquierdo con captación heterogénea de gadolinio en secuencias T1; b) Mapas de perfusión; c) Curvas de perfusión para realizar biopsia estereotáxica con lavado rápido ascendente (línea n.º 2). a b caso de metástasis, ya que el edema es puramente vasogénico [36]. La diferenciación entre necrosis posradiación y recidiva tumoral presenta obviamente implicaciones terapéuticas. En la radionecrosis, se observa una reducción del rCBV [47,48]. Epilepsia La RM convencional se ha utilizado extensamente para detectar los cambios en el tejido cerebral producidos por las crisis convulsivas crónicas o para el diagnóstico de lesiones que originan las crisis. Sin embargo, en muchas ocasiones no se asocian a cambios observables en la RM convencional. La pRM es sensible a cambios fisiológicos que ocurren en el cerebro en períodos ictales e interictales. Se ha demostrado una hiperperfusión cerebral usando la pRM durante los períodos ictales. Las áreas con aumento de perfusión demostradas con RM concuerdan en forma racional con las regiones que se cree que son epileptogénicas, basadas en los síntomas y exámenes clínicos (electroencefalograma, PET y SPECT). En períodos interictales, muchos estudios muestran hipoperfusión. Aunque se ha descrito una asimetría en los mapas de CBF en la región temporal mesial de un 5% en sujetos normales, asimetrías mayores se han descrito en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal. Las zonas de hipoperfusión también son útiles para localizar el foco epileptogénico [49]. Trastorno por déficit de atención/hiperactividad En los estudios de PET en pacientes con déficit de 28 c atención/hiperactividad, se ha encontrado disminución del CBF en la circunvolución del cíngulo anterior, circunvoluciones temporales y precuneo (regiones cerebrales típicamente asociadas con las tareas de memoria y atención), pero sin cambios en la corteza frontal medial derecha. Sin embargo, áreas como los ganglios basales muestran un aumento en el CBF [50]. Un estudio de SPECT en pacientes con déficit de atención/hiperactividad demostró una disminución en el flujo en la corteza prefrontal lateral derecha, corteza temporal media derecha, ambas cortezas prefrontales orbitales y ambas cortezas cerebelosas, así como un aumento del flujo en lóbulos parietales y occipitales, al comparar estos pacientes con el grupo control. Este estudio confirma la presencia de déficit funcional en la corteza prefrontal y describe nuevos problemas en la zona límbica, somatosensorial y cerebelo en estos pacientes [51]. Esquizofrenia Los estudios de perfusión de pacientes esquizofrénicos están casi siempre limitados por razones logísticas. En un estudio de pRM de 10 pacientes esquizofrénicos, se observó aumento del CBV en ambas cortezas occipitales, ganglios basales y cerebelo [52]. Otro estudio ha encontrado disminución en la perfusión de la corteza prefrontal en los pacientes con esquizofrenia [53]. Migraña Los estudios de imagen están indicados en los casos de cefaleas atípicas [54]. www.neurologia.com Rev Neurol 2010; 50 (1): 23-32 Perfusión por resonancia magnética: bases físicas y aplicación clínica Las nuevas modalidades funcionales de imagen nos han permitido dilucidar y explorar múltiples aspectos en la patogénesis de la migraña. En un estudio con SPECT de pacientes con migraña sin aura, no se observaron cambios en el rCBF en los períodos asintomáticos. Durante los ataques, el 74% de los pacientes presentó una hipoperfusión focal unilateral, principalmente en la región occipital. Las áreas de bajo flujo generalmente correspondieron con el sitio de dolor. En las migrañas con auras se observaron zonas de hipoperfusión en dos tercios de los pacientes. Durante los ataques se observó una marcada reducción de flujo en la mayoría de los pacientes (85%), principalmente en la región parietooccipital [55]. Un estudio encontró que durante las auras hay un descenso significativo del rCBF (27%) en la corteza occipital contralateral al hemicampo visual afectado. En las migrañas sin auras no se observaron cambios hemodinámicos. Estos hallazgos sugieren que los cambios en el flujo sanguíneo del lóbulo occipital son más característicos de las migrañas con auras [56]. En un estudio con difusión y pRM de cuatro pacientes con trastornos visuales migrañosos persistentes, no se encontraron cambios significativos en las cortezas visuales ni en otros sitios, lo que sugiere que los cambios de perfusión y difusión no tienen un papel importante en su fisiopatología [57]. Esclerosis múltiple Desde hace mucho tiempo se conoce que el proceso inflamatorio vascular cerebral es un evento crítico en la patogénesis de la esclerosis múltiple [58], y que las placas típicas de esclerosis múltiple se desarrollan a lo largo de las estructuras venosas [59], por lo que la perfusión cerebrovascular puede estar potencialmente alterada debido a la estrecha relación entre la esclerosis múltiple y la patología vascular [60]. Ge et al estudiaron las características de perfusión de las lesiones de esclerosis múltiple con pRM, y encontraron una disminución en la perfusión en las lesiones y sustancia blanca contralateral de apariencia normal de los pacientes al compararlos con los controles. Al comparar las lesiones de esclerosis múltiple que realzan con contraste con la sustancia blanca contralateral de apariencia normal, encontraron un aumento significativo del CBV, lo que indica la presencia de vasodilatación por el proceso inflamatorio [61]. La pRM también ha demostrado utilidad en diferenciar lesiones desmielinizantes tumefactivas de los tumores que pueden simularlas, encontrando diferencias estadísticamente significativas en los va- www.neurologia.com Rev Neurol 2010; 50 (1): 23-32 Figura 4. a) Absceso cerebral en secuencias T2 con necrosis central, cápsula periférica y edema perilesional; b) Mapas con marcada disminución de perfusión en la región central necrótica y en menor medida en la cápsula. Marcado aumento de perfusión (en rojo) del proceso inflamatorio en la periferia. a b lores de rCBV de las lesiones desmielinizantes tumefactivas y los tumores [62]. Enfermedad de Alzheimer y otras demencias La enfermedad de Alzheimer (EA) es un trastorno neurodegenerativo que provoca una pérdida progresiva de la memoria y de las funciones cognitivas. El daño neuropatológico es más grave en la región temporal posterior, lóbulo parietal inferior y estructuras límbicas, con escasa afectación de la corteza motora y sensitiva primaria. Inicialmente, las medidas cuantitativas (estudios de volumetría) de las estructuras mediales del lóbulo temporal describieron diferencias significativas entre la EA y los otros tipos de demencias [63]. Los test cognitivos pueden demostrar demencias caracterizadas por problemas de memoria y déficit del lenguaje en pacientes con TAC o RM normales para su edad. Esto ha llevado al desarrollo y aplicación de nuevas técnicas capaces de detectar alteraciones en estos pacientes [64-66] para el diagnóstico, predicción y seguimiento de estos pacientes. Harris et al encontraron que las ratios de rCBV (tomando como referencia el rCBV del cerebelo) en la corteza temporoparietal eran un 20% más bajos en los pacientes con EA, presentando una sensibilidad del 95% en pacientes con EA moderada y del 88% en los casos leves. La especificidad fue del 96% y la sensibilidad de la valoración cuantitativa de la pRM, mejor que la valoración visual del SPECT [67]. También se ha encontrado disminución en las ratios de rCBV en la corteza temporoparietal en EA, con una sensibilidad y especificidad del 91 y 90%, respec- 29 N. Fayed-Miguel, et al tivamente. Valores más bajos de sensibilidad y especificidad se obtuvieron en la corteza sensitivomotora e hipocampo [68]. Johnson et al encontraron que los pacientes con EA presentaban hipoperfusión en la corteza parietal inferior derecha, ambas circunvoluciones del cíngulo posterior, ambas circunvoluciones frontales superiores y medias, y, con menos frecuencia, en el lóbulo parietal inferior izquierdo [69]. Callen et al demostraron que los pacientes con EA muestran una significativa disminución de la perfusión en las estructuras límbicas. La perfusión del cíngulo posterior permitió discriminar entre pacientes con EA de controles normales con una efectividad del 93% (sensibilidad del 95% y especificidad del 88%) [70]. La EA debe diferenciarse de la depresión mayor. Los estudios de perfusión también han demostrado utilidad en diferenciar estas entidades. Hanada et al, mediante SPECT, observaron disminución de flujo en región parietal lateral, temporal lateral, precuneo y cíngulo posterior en pacientes con EA al compararlos con los pacientes con depresión mayor. Éstos presentaban disminución del flujo en la región frontal lateral, tálamo izquierdo y frontales mediales al compararlos con los pacientes con EA [71]. Se han realizado estudios de perfusión con SPECT para monitorizar el tratamiento de la EA, concluyendo que varios tratamientos actuales (rivastigmina y donepecilo) previenen la reducción del rCBF; sin embargo, también se ha descrito que el deterioro cognitivo continúa después de los dos años de tratamiento [72]. Recientemente, se han realizado estudios para tratar de establecer un diagnóstico diferencial de los diferentes tipos de demencias. Se ha descrito que la perfusión occipital medial es significativamente menor en la demencia por cuerpos de Lewy que en la EA [73]. La enfermedad de Parkinson sin demencia presenta menos flujo parietal y frontal al compararla con los controles normales. Cuando los pacientes con enfermedad de Parkinson presentan demencia, la reducción del flujo se extiende a otras áreas, incluyendo la región occipital. La enfermedad de Parkinson con demencia y la demencia de cuerpos de Lewy muestran patrones de reducción de flujo similares, aunque el flujo frontal está más reducido en la demencia por cuerpos de Lewy. La EA muestra una discreta reducción del flujo occipital, pero una grave reducción del flujo temporoparietal [74]. En la demencia por cuerpos de Lewy hay una disminución frontal del flujo al comprarlo con los pacientes con EA. Se han comparado los cambios en la perfusión con SPECT y el test minimental de Folstein, presentando una correcta clasificación entre el 80 30 y el 100% de los casos [75,76]. Estos cambios en la perfusión de los diferentes tipos de demencias, descritos recientemente, se han realizado con técnicas de SPECT, y hasta la fecha no hemos encontrado ningún estudio similar realizado con pRM. Conclusiones Con la pRM podemos obtener una mayor sensibilidad y especificidad en el diagnóstico de algunas patologías del sistema nervioso central, una mejor aproximación histológica, así como un mejor control de la progresión de las enfermedades y la respuesta terapéutica. Podemos utilizar la perfusión cerebral como guía para el planteamiento quirúrgico y biopsia. En el futuro próximo, la perfusión deberá evaluar de manera cuantitativa el volumen y flujo sanguíneo cerebral, mejorando el posprocesado de las imágenes y disminuyendo los artefactos causados por la rotura de la barrera hematoencefálica y la recirculación sanguínea. Bibliografía 1. Alsop DC. Imagen de RM de perfusión. In Scott W, ed Atlas. Magnetic resonance imaging of the brain and spine. 3 ed. Spanish edition. Madrid: Marban; 2004. p. 215-37. 2. Gili J. Técnicas especiales en IRM. In: Introducción biofísica a la resonancia magnética en neuroimagen. Barcelona: Centre Diagnòstic Pedralbes; 1993. p. 21-8. 3. 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In clinical settings, two different contrast-based MRI techniques are used: T2*-weighted dynamic susceptibility constrast MRI (DSC) and T1-weighted dynamic contrast enhancement imaging (DCE). DSC measures the pharmacokinetics of first pass contrast bolus through a predefined volume. In contrast, DCE measures capillary permeability, derived it from an assumed compartment model in a time-series of T1-weighted images. The major usefulness of pMRI has been reported in brain tumors, brain ischemia and inflamation, and degenerative disorders. In this paper we review the physical basis and the contribution of MRI perfusion to the diagnosis and prognosis of several diseases of the central nervous system. Key words. Central nervous system diseases. Magnetic resonance imaging. Pathophysiology. Perfusion. 32 www.neurologia.com Rev Neurol 2010; 50 (1): 23-32