A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 12 de diciembre de
2012,
habiéndose
establecido,
de
conformidad
con
dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse
siguiente
orden
de
votación:
doctores
Hitters,
lo
el
Genoud,
Soria, Negri, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de
la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para
pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 110.415,
"Castro, Luis Rodolfo y otros contra Cargill S.A.C.I. y/o
quien resulte responsable. Acción de amparo".
A N T E C E D E N T E S
La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial
del Departamento Judicial Pergamino hizo lugar al recurso
de apelación deducido por los actores, revocó la sentencia
dictada por el tribunal del trabajo departamental y acogió
la acción de amparo, con costas a la demandada.
Ésta
dedujo
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley (fs. 273/288), el que fue concedido
por la citada Cámara a fs. 289 y vta.
Dictada
a
fs.
298
la
providencia
de
autos
y
hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la
Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
inaplicabilidad de ley?
el
recurso
extraordinario
de
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Hitters dijo:
I.
En
cumplimiento
de
lo
ordenado
por
esta
Suprema Corte (fs. 205/214), la Cámara de Apelación en lo
Civil
y
Comercial
dictó
un
nuevo
pronunciamiento
(fs.
238/256), mediante el cual acogió el recurso de apelación
deducido por los actores (fs. 161/176 vta.) y revocó la
sentencia dictada por el tribunal del trabajo (fs. 142/158
vta.), en cuanto había declarado la inconstitucionalidad de
las resoluciones 336/2002 del Ministerio de Trabajo, Empleo
y Seguridad Social de la Nación y 8/2002 de la Comisión
Nacional de Trabajo Agrario y rechazado la acción de amparo
incoada por los reclamantes. Consecuentemente, hizo lugar a
la pretensión y condenó a "Cargill S.A.C.I." a que diera
cumplimiento
a
las
mentadas
resoluciones,
contratando
estibadores no permanentes en su planta de silos de la
ciudad de Colón por intermedio de la Bolsa de Trabajo de la
Unión
Argentina
de
Trabajadores
Rurales
y
Estibadores
(U.A.T.R.E.).
1. Tras admitir formalmente la acción de amparo,
en la inteligencia de que era la vía indicada para obtener
la
declaración
pretendida
(sent.,
fs.
241
vta./243),
y
destacar que la accionada había reconocido expresamente el
incumplimiento
de
la
obligación
que
se
desprende
de
la
normativa citada (fs. 243 vta.), consideró la alzada que en
autos
se
encontraban
verificadas
manifiestas
-exteriorizadas
ilegalidad
la
arbitrariedad
por
la
e
conducta
omisiva de aquélla, al negarse a contratar personal por
medio de la modalidad allí prevista- que tornan procedente
el
amparo,
por
lo
que
la
pretensión
debía
ser
favorablemente acogida (fs. 244 vta./245).
Para arribar a dicha decisión, la Cámara revocó
la declaración de inconstitucionalidad de las resoluciones
citadas que -a pedido de la accionada- había pronunciado el
tribunal a quo.
2. Analizando la cuestión constitucional desde el
punto
de
vista
formal,
destacó
que
existió
una
clara
voluntad del legislador de delegar en forma expresa en los
órganos administrativos versados en la materia de trabajo
agrario,
la
reglamentación
de
las
condiciones
laborales
propias del trabajo agrario no permanente.
Al respecto, puntualizó que la ley 22.248 creó la
Comisión Nacional de Trabajo Agrario como organismo que
debe actuar en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la
Nación, contemplando en su art. 86, entre las atribuciones
y
deberes
de
aquélla,
la
"posibilidad
de
establecer,
observando las pautas de la presente ley, las modalidades
de
trabajo
estacionales
de
u
las
distintas
ocasionales
actividades
y
sus
cíclicas,
respectivas
remuneraciones". Por lo tanto -concluyó la alzada- la res.
336/2002 del Ministerio de Trabajo -cuyo art. 1 impone la
obligación
de
recurrir
a
las
bolsas
de
trabajo
para
instrumentar la contratación de personal para las tareas de
manipulación y almacenaje, carga y descarga de productos de
cosecha fina y semillas y oleaginosas- y la res. 8/2002 de
la
C.N.T.A.
-de
cuyo
art.
3
se
desprende
que
la
contratación de trabajadores para desempeñar tales tareas
sólo es libre en los lugares donde no existan bolsas de
trabajo- son normas emanadas del órgano competente por la
delegación
22.248,
expresa
por
lo
efectuada
que
no
por
aparecen
el
art.
como
86
de
contrarias
la
ley
a
las
constituciones nacional y provincial (sent., fs. 245/248).
3.
Además,
desde
otro
ángulo,
el
órgano
jurisdiccional de marras explicó que la ley 22.248 mantuvo
la vigencia de las bolsas de trabajo rural, que existían
con
anterioridad
a
su
sanción,
mediante
una
"triple
ratificación", habida cuenta que: (i) no incluyó al decreto
1421/1967 entre las normas que derogó; (ii) no suprimió el
sistema de contratación mediante bolsas de trabajo y (iii)
el art. 145 del R.N.T.A. convalidó las resoluciones de la
Comisión
de
Trabajo
Rural
57/1975,
59/1975
y
13/1976,
dictadas a los efectos de establecer condiciones de trabajo
y salarios en la rama de actividad agraria "manipuleo y
almacenamiento
de
granos".
En
relación
a
esto
último,
destacó
que
1233/1980,
citado
el
que
art.
Ministerio
enmarcó
145
de
de
Trabajo
de
manera
la
ley
dictó
precisa
22.248,
y
la
res.
adecuada
enumerando
el
las
disposiciones emitidas por la Comisión Nacional de Trabajo
Rural
que
dejarían
de
tener
vigencia
a
partir
de
su
dictado; en consecuencia -razonó- siendo que las citadas
resoluciones
mismas
no
fueron
mantuvieron
incluidas
en
dicha
vigencia
de
conformidad
su
nómina,
a
las
lo
dispuesto por el precepto legal en cuestión (sent., fs. 248
y vta.).
4.
Ya
ingresando
al
análisis
de
los
aspectos
sustanciales de la cuestión constitucional, y tras resaltar
que la demandada no había satisfecho la carga de demostrar
el perjuicio que le originan las normas impugnadas (sent.,
fs. 250 vta./251), explicó el juzgador que, además, las
resoluciones cuyo cumplimiento reclamaron los actores no
son
contrarias
a
las
cláusulas
constitucionales
que
la
accionada reputa vulneradas.
En ese sentido, puntualizó que la normativa en
cuestión, en cuanto establece la obligatoriedad de acudir a
las bolsas de trabajo para contratar personal temporario,
no resulta contraria a la libertad de contratación ni al
principio
de
igualdad
ante
la
ley
consagrados
en
la
Constitución nacional.
En
particular,
explicó
que
la
obligación
contenida
en
las
resoluciones
atacadas
no
pretende
sustituir la libertad de contratar de los empleadores, sino
canalizar las efectivas necesidades de personal de éstos
con las expectativas de aquellos trabajadores que deseen
emplearse,
con
el
objeto
de
permitir
la
igualdad
de
oportunidades y la celeridad en la contratación.
Añadió que los derechos civiles consagrados en el
art. 14 de la Constitución nacional están sujetos a las
normas
que
reglamentan
su
ejercicio,
toda
vez
que
no
existen derechos absolutos, por lo que pueden ser limitados
con arreglo al principio de razonabilidad.
Ponderó,
asimismo,
que
si
bien
la
libertad
contractual es un derecho "implícito" -en tanto no está
consagrado
expresamente
en
el
citado
art.
14,
pero
se
deriva del derecho a ejercer industria lícita, de trabajar
y de disponer de la propiedad- ha sido reglamentado en
numerosas oportunidades, al punto tal que la Corte federal
ha convalidado -en el precedente "Cine Callao"- las normas
que
establecían
la
imposición
de
contratación
con
determinadas personas.
5.
principios
Luego,
del
destacó
que,
Constitucionalismo
en
virtud
Social,
que
de
los
quedaron
plasmados en el art. 14 bis de la Constitución nacional, el
Estado está habilitado a dictar normas que aseguren a los
trabajadores
los
derechos
allí
contemplados,
pudiendo
eventualmente
imponer
contradictorio
con
contrataciones,
el
primigenio
lo
que
liberalismo
no
resulta
del
texto
constitucional, toda vez que el objetivo de "afianzar la
justicia" que recepta su Preámbulo se refiere tanto a la
justicia distributiva como a la social.
6.
limitación
Partiendo
de
la
de
tales
libertad
de
bases,
concluyó
que
contratar
derivada
de
la
las
normas cuestionadas en la especie es 'razonable', habida
cuenta que sólo se refiere a contrataciones temporarias,
por
lo
que
Ministerio
concluyó
de
Trabajo
inconstitucionales,
tribunal
del
que
las
y
8/2002
debiendo
trabajo
que
resoluciones
de
la
revocarse
había
336/2002
C.N.T.A.,
la
del
no
son
decisión
del
resuelto
en
sentido
contrario (sent., fs. 251/253 vta.).
II.
En
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley, la accionada denuncia violación de
los arts. 14, 14 bis, 16, 17, 28 y 33 de la Constitución
nacional y 20 inc. 2 de la Constitución de la Provincia de
Buenos Aires (fs. 273/288).
1. En primer lugar, señala que -a contrario de lo
resuelto por la alzada- la sentencia le causa un perjuicio
irreparable, toda vez que obliga a la demandada a contratar
estibadores no permanentes por intermedio de la bolsa de
trabajo,
con
más
las
costas
del
proceso,
en
una
clara
violación a la libertad de contratar garantizada por la
Constitución nacional derivada de los derechos de trabajar,
ejercer industria lícita y disponer de la propiedad.
Agrega que la empresa no tiene obligación legal
de contratar a personal no permanente a través de la bolsa
de trabajo y que convalidar lo contrario sería garantizar
el
"monopolio
de
UATRE",
quien
de
ese
modo
conseguirá
"satisfacer sus apetitos sindicales y aumentar sus ingresos
por ese concepto".
Refiere que, contrariamente a lo que explicitó el
juzgador, no existe "una clara voluntad del legislador" de
imponer
el
uso
de
las
bolsas
de
trabajo
de
manera
obligatoria, ni tampoco una delegación legislativa expresa
hacia
los
órganos
condiciones
administrativos
laborales
de
los
para
regular
trabajadores
las
agrarios
no
Ministerio
de
permanentes.
Añade
Trabajo,
vigencia
so
el
que
la
pretexto
de
derogado
res.
336/02
del
reglamentar,
decreto
vino
a
1421/1967,
poner
norma
en
que
establecía que el personal provisorio regulado por la ley
13.020
debía
ser
solicitado
por
los
empleadores
a
las
bolsas de trabajo del sector, y que fue derogada por la ley
21.476,
sin
que
en
momento
alguno
recobrara
su
vigor.
Luego, en tanto la ley 22.248 no hace mención alguna a la
contratación de trabajadores no permanentes a través de
bolsas de trabajo, mal pudo el sentenciante sostener que
resultan
procedentes
las
facultades
del
Ministerio
de
Trabajo y de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario para
imponer
su
utilización
forzosa,
habida
cuenta
que
la
voluntad del legislador no se puede inferir del art. 86 de
la ley 22.248, máxime cuando la facultad que allí se asigna
a la referida comisión para establecer las modalidades del
trabajo
agrario
no
permanente
no
puede
ser
ejercida
en
que
obligar
al
desmedro de garantías constitucionales.
2.
En
otro
orden,
subraya
empleador a contratar personal únicamente a través de la
bolsa de trabajo impide a éste seleccionarlo libremente,
permitiendo que sean asignados "a dedo" por quien tiene
facultades de dirección en dichas bolsas, cuyos planteles
no se renuevan sustancialmente, pues se favorece a algunos
trabajadores
en
pertenecer
ellas,
a
desmedro
incluso
de
otros,
a
aquéllos
obligándolos
que
no
a
quieren
hacerlo. En ese contexto -dice-, en tanto los trabajadores
que integran las bolsas son siempre los mismos, la relación
laboral
se
prestaciones
convierte
en
un
cíclicas,
con
el
vínculo
permanente
correspondiente
con
perjuicio
para la empresa. En esa misma dirección, también destaca
que el mecanismo bajo análisis obliga a los trabajadores a
pertenecer
a
la
bolsa
de
trabajo
de
U.A.T.R.E.
(e,
indirectamente, a afiliarse al sindicato), violándose la
libertad de trabajar y de agremiación.
Afirma
que
las
normas
impugnadas
no
son
razonables y vulneran los arts. 14 y 28 de la Constitución
nacional, pues si bien los derechos deben reglamentarse,
ninguna reglamentación puede afectar el espíritu liberal
del
sistema
constitucional
argentino
y
la
libertad
personal.
Agrega que la Constitución dispone que todos los
hombres son iguales ante la ley y admisibles en los empleos
sin otra condición que la idoneidad, norma que también ha
sido conculcada por las normas cuestionadas, que obligan a
quien desea emplearse a afiliarse a la bolsa de trabajo.
También
propiedad
denuncia
receptado
en
el
vulnerado
art.
17
de
el
dicho
derecho
de
instrumento
supralegal, en tanto las resoluciones impugnadas prohíben a
la empresa contratar con quien resulte de su interés o de
su confianza, o con quien ha demostrado anteriormente su
capacidad.
3.
Señala,
finalmente,
que
lo
expuesto
no
significa cuestionar la existencia misma de las bolsas de
referencia,
las
cuales
-aclara-
son
utilizadas
por
la
patronal, sino que lo que resulta inconstitucional es que
se establezca la obligatoriedad de recurrir a ellas cuando
se pretende contratar directamente al personal.
III. El recurso no puede prosperar, porque ha
sido insuficientemente fundado.
1. En primer lugar, considero necesario recordar
que
la
potestad
revisora
de
esta
Suprema
Corte
está
circunscripta al contenido de la sentencia y a la concreta
impugnación contra ella formulada (conf. causas L. 92.804,
"Olivares", sent. del 3-VI-2009; L. 95.264, "Barrenechea",
sent. del 18-III-2009; L. 84.882, "Barbusano", sent. del 9V-2007; L. 85.861, "Tellechea", sent. del 18-IV-2007; L.
77.049
"Martín",
sent.
del
17-VII-2003;
L.
74.191,
"Mamani", sent. del 15-V-2002; L. 61.959, "Correa", sent.
del 24-III-1998).
Siendo ello así, y en tanto la quejosa no ha
cuestionado ni la vía procesal escogida por los actores
(amparo), ni el incumplimiento (expresamente reconocido en
la contestación de la demanda, ver fs. 49 vta.) de las
obligaciones que se derivan de las normas impugnadas -Res.
336/2002 del Ministerio de Trabajo y Res. 8/2002 de la
Comisión
Nacional
de
Trabajo
Agrario-,
esta
Corte
debe
limitarse a analizar la cuestión ciñéndose a los agravios
contenidos en el embate.
2.
liminarmente,
descalificación
En
ese
el
trance,
contenido
constitucional
corresponde
de
fue
la
precisar,
normativa
desestimada
por
cuya
la
Cámara.
a. La res. 336/2002 (B.O. del 3-V-2002), dictada
por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social el
día
29-IV-2002,
dispuso
en
su
art.
1:
"Las
bolsas
de
trabajo a cargo de las organizaciones de trabajadores con
personería gremial proveerán a los empleadores del personal
necesario para la realización de las tareas no permanentes
en las actividades contempladas por la Ley 22.248, conforme
las
resoluciones
que
a
tal
efecto
dicte
la
Comisión
Nacional de Trabajo Agrario".
"Ello,
sin
perjuicio
de
la
vigencia
de
las
Resoluciones que actualmente prevén la obligatoriedad del
uso
de
las
bolsas
de
trabajo
en
algunas
actividades
y
jurisdicciones para el ámbito rural".
En sus considerandos, se recordó que el Régimen
Nacional de Trabajo Agrario distingue las categorías de
trabajadores
"permanentes"
y
"no
permanentes",
y
que,
receptando una práctica que en nuestro país tiene su origen
en los usos y costumbres, distintos antecedentes normativos
establecieron la obligatoriedad del uso de las bolsas de
trabajo a cargo de las organizaciones de trabajadores con
personería gremial para la provisión de estos últimos.
En particular, y a los fines de justificar la
competencia
del
órgano
ministerial
para
dictar
la
resolución referida, se destacó que -por un lado- la exComisión Nacional de Trabajo Rural había dictado una serie
de resoluciones que establecían condiciones de labor para
el
personal
que
se
desempeña
en
tareas
de
estiba
y
manipuleo de cereales, previéndose la utilización de bolsas
de trabajo obligatorias a cargo de la asociación sindical
con
personería
Ministro-
"se
gremial,
normas
encuentran
que
actualmente
-señaló
el
vigentes".
señor
Por
el
otro, se precisa que el art. 86 de la ley 22.248 habilita a
la
Comisión
condiciones
Nacional
de
de
trabajo
Trabajo
de
las
Agrario
a
distintas
fijar
las
actividades
cíclicas, estacionales u ocasionales, siendo adecuado que
en dicha Comisión se determinasen las particularidades para
la aplicación del sistema de bolsa de trabajo, en cada
actividad y zona geográfica (conf. res. 336/2002, párrafos
1, 2, 3 y 8 de los considerandos).
Por último, también se puso de manifiesto que el
indicado
mecanismo
de
contratación
resulta
útil
para
disminuir el trabajo no registrado y favorece la fluidez
entre la oferta y la demanda de trabajo en la actividad
rural (considerandos, párrafo 6).
b. Por su parte, la res. 8/2002 de la Comisión
Nacional
de
Trabajo
Agrario
(B.O.
del
1-VII-2002),
prescribe en su art. 1: "La aplicación de la Resolución
M.T.E. y S.S. 336/2002 comprenderá exclusivamente a las
Bolsas de Trabajo en funcionamiento y existentes a la fecha
del
dictado
de
dicha
resolución
que
correspondan
a
las
actividades de manipulación y almacenamiento de cereales,
carga y descarga de oleaginosas y fertilizantes".
A su vez, el art. 2 dispone que "Las actividades
y
tareas
comprendidas
en
el
artículo
anterior
son
las
reguladas por las Resoluciones de la Comisión Nacional de
Trabajo Rural Nos. 57/75, 59/75, 73/75 y 13/76".
En los considerandos de esta resolución también
hubo de justificarse su dictado en virtud de las facultades
conferidas a la mentada Comisión por el citado art. 86 de
la ley 22.248, así como la habilitación expresa que se
deriva del art. 2 de la res. 336/2002, destacándose, por
otra
parte,
que
los
representantes
sectoriales
habían
coincidido en la procedencia de tal regulación (conf. res.
8/2002 C.N.T.A, párrafos 1, 4, 5 y 6 de los considerandos).
Del mismo modo, se hace referencia a las resoluciones de la
ex Comisión Nacional de Trabajo Rural que establecieron la
contratación a través de bolsas de trabajo obligatorias y
la utilidad de dicho mecanismo para "disminuir el trabajo
no registrado y favorecer la fluidez entre la oferta y la
demanda de mano de obra en el ámbito de la actividad"
(considerandos, párrafos 2 y 3).
3. Delimitada la cuestión a decidir y analizado
brevemente
el
contenido
de
las
normas
cuya
validez
constitucional fue puesta en tela de juicio, corresponde
ahora dilucidar, con arreglo a los agravios deducidos en el
recurso, si alcanza la quejosa a desvirtuar los argumentos
esgrimidos por el sentenciante para desestimar la tacha
pretendida.
Adelanto mi respuesta negativa a tal interrogante
pues -por los motivos que seguidamente enunciaré- entiendo
que
la
impugnante
fundamentos
ha
centrales
dejado
sin
embate
sobre
los
que
se
algunos
de
estructura
los
el
pronunciamiento atacado, resultando por tanto ineficaz la
crítica
que
porta
el
recurso
para
revertir
la
decisión
atacada.
a. En lo que respecta a la constitucionalidad de
las normas cuestionadas, la Cámara la convalidó sobre la
base de dos órdenes de consideraciones:
(i) La "delegación expresa", que emana del art.
86 del Régimen Nacional de Trabajo Agrario en favor del
Ministerio de Trabajo y la Comisión Nacional de Trabajo
Agrario para reglamentar las modalidades y condiciones del
trabajo rural no permanente (ver sent., fs. 246/247 vta.).
(ii) La "triple ratificación" por la ley 22.248
de
las
normas
anteriores
a
su
sanción
que
habían
establecido la obligatoriedad de recurrir a las bolsas de
trabajo para contratar personal no permanente, argumento
que sustentó en el juego del art. 145 del R.N.T.A, la res.
1233/80 del Ministerio de Trabajo y las res. 57/75, 59/75 y
13/76
de
la
disposiciones
Comisión
estas
Nacional
últimas
que
de
-señaló
Trabajo
Rural,
expresamente
alzada- se encuentran vigentes (ver sent., fs. 248).
la
Sin perjuicio de que la quejosa ni siquiera logra
rebatir
con
contundencia
explicitados
por
el
inconstitucionalidad
el
primero
de
tribunal
de
por
pretendida
ella
grado
los
para
argumentos
rechazar
la
(adviértase,
en
ese sentido, que, luego de reproducir los fundamentos de la
sentencia,
se
limita
a
señalar
-agrupando
impropiamente
cuestiones que hacen a los aspectos formales con otras que
remiten
facultad
a
los
que
sustanciales-
otorga
el
art.
que
"no
86 de
se
la
ley
desconoce
22.248
a
la
la
Comisión Nacional de Trabajo Agrario para establecer las
modalidades del trabajo agrario no permanente; pero lo que
no
puede
ejerza
declararse
en
procedente
desmedro
consagradas,
cual
es
de
la
es
que
esa
garantías
libertad
de
facultad
se
constitucionales
contratar...",
ver
recurso fs. 282), lo que resulta de suyo dirimente -ademáspara sellar la suerte adversa del agravio es que la quejosa
ha
dejado
completamente
sin
embate
el
restante
flanco
argumental que exhibe la sentencia en crisis: el vinculado
a que la ley 22.248 mantuvo vigentes las normas previas que
establecían la contratación obligatoria a través de las
bolsas de trabajo sindicales.
En efecto, más allá de las lacónicas afirmaciones
de la recurrente relativas a que la res. 336/02 "vino so
pretexto
de
reglamentar,
a
poner
en
vigencia
las
disposiciones del Decreto 1421/67, que fueran en primer
lugar derogadas por la Ley de facto 21.476..." (recurso,
fs. 281), lo cierto es que, a lo largo de todo el escrito
recursivo, no hay una sola mención acerca de las restantes
normas (art. 145 del R.N.T.A, Res. 1233/1980 del Ministerio
de Trabajo y Res. 57/1975, 59/1975 y 13/1976 de la Comisión
Nacional de Trabajo Rural) que la Cámara -en línea con lo
esgrimido
por
resoluciones
los
propios
impugnadas-
órganos
invocó
que
dictaron
para
justificar
las
su
conclusión relativa a que las res. 336/2002 y 8/2002 no
hicieron
más
competencia
que
reglamentar,
legalmente
delegada,
en
ejercicio
las
de
modalidades
una
de
funcionamiento de un sistema de contratación (bolsas de
trabajo sindicales) que había sido mantenido por el sistema
de la ley 22.248.
Al respecto, cabe resaltar -a título descriptivo,
y sin que ello implique abrir juicio sobre la cuestión
debatida- que, efectivamente, el art. 145 de la ley 22.248
prescribía
resoluciones
que
"Las
dictadas
disposiciones
oportunamente
contenidas
por
la
en
Comisión
Nacional de Trabajo Rural o por el Ministerio de Trabajo,
en ejercicio de facultades conferidas a aquélla, mantendrán
su vigencia, salvo que fuesen especialmente modificadas",
mientras que el art. 1 de la res. 1233/1980 del Ministerio
de Trabajo (B.O. del 7-VIII-1980, A.D.L.A., 1980-C, pág.
2753) dispuso exceptuar "de la prórroga dispuesta en el
art. 145 del Régimen Nacional de Trabajo Agrario" una serie
de normas contenidas en las Resoluciones de la Comisión
Nacional de Trabajo Rural, entre las cuales no se incluyó a
aquéllas
invocadas
obligatoriedad
sindicales
ámbito
de
para
rural
por
la
recurrir
contratar
(res.
alzada
que
a
bolsas
las
personal
57/1975,
no
59/1975
establecen
de
trabajo
permanente
y
la
en
13/1976).
el
Esta
conclusión de la Cámara -como anticipé- coincide con el
razonamiento esgrimido tanto por el Ministerio de Trabajo
como
por
la
justificar
su
Comisión
Nacional
habilitación
para
de
Trabajo
dictar
Agrario
las
para
resoluciones
impugnadas por la empresa demandada (ver art. 1, segundo
párrafo de la res. 336/2002 y el párrafo tercero de sus
considerandos; asimismo, art. 2 de la res. 8/2002 de la
C.N.T.A.).
Para
más,
no
puede
soslayarse
que
la
validez
constitucional de esas normas (art. 145 del R.N.T.A, res.
1233/80 del Ministerio de Trabajo y res. 57/1975, 59/1975 y
13/1976 de la Comisión Nacional de Trabajo Rural), en las
que la Cámara encontró suficiente sustento para convalidar
la competencia del Ministerio y de la Comisión para dictar
las
resoluciones
citadas,
no
fue
cuestionada
por
la
recurrente.
Luego, resultando que -más allá de lo que pudiera
opinarse sobre su acierto sustancial- es indudable que la
mentada respuesta del juzgador abastece suficientemente el
pronunciamiento, queda evidenciada la insuficiencia de la
crítica en esta parcela.
Cabe recordar, en ese sentido, que esta Corte ha
declarado en reiteradas ocasiones que es insuficiente el
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que
el interesado omite controvertir idóneamente el análisis y
fundamentos
limitándose
desarrollados
-en
cambio-
en
a
el
pronunciamiento,
evidenciar
su
criterio
discrepante y criticar posibles fisuras en la evaluación
realizada por los sentenciantes, sin demostrar que tales
aspectos
secundarios
del
fallo
logren
conmover
la
estructura que lo dota de sustento (conf. causas L. 89.586,
"Gatica", sent. del 11-VI-2008; L. 90.795, "Bennari", sent.
del 12-XII-2007; L. 88.769, "Fernández Alonso", sent. del
6-VI-2007; L. 86.418, "Maldonado", sent. del 27-XII-2006;
entre muchas).
Si
carácter
semejante
general
(art.
afirmación
279,
puede
C.P.C.C.),
predicarse
con
mucha
con
mayor
razón ha de exigirse la crítica eficaz de lo decidido en
las
instancias
resolver
es
una
ordinarias
postulación
cuando
de
lo
que
semejante
corresponde
trascendencia
institucional como lo es la destinada a descalificar la
validez constitucional de una norma jurídica, planteo que
-como es sabido- requiere una contundencia tal que despeje
toda duda en torno a la incompatibilidad de la norma que se
pretende invalidar con el texto constitucional, requisito
que no cumple un recurso que -como el aquí examinado- deja
absolutamente
inatacado
un
aspecto
sustancial
del
razonamiento sentencial que intenta revertir.
La
línea
de
razonamiento
expuesta
ha
sido
ratificada recientemente por la Corte Suprema de Justicia
de
la
Nación
al
recordar
constitucional
de
supeditada
a
que
demostrado
que
perjuicio
un
"[...]
precepto
en
irroga
concreto
que
el
a
en
la
descalificación
normativo
pleito
alguno
la
de
medida
se
quede
los
en
encuentra
palmariamente
contendientes
que
su
un
aplicación
entraña un desconocimiento o una restricción manifiestos de
alguna garantía, derecho o título o prerrogativa fundados
en la Constitución; es justamente la actividad probatoria
de los contendientes así como sus planteos argumentales los
que deben poner de manifiesto tal situación". Para agregar
en
ese
mismo
sentido
que
"[...]
cuanto
mayor
sea
la
claridad y el sustento fáctico y jurídico que exhiban las
argumentaciones
posibilidades
gravamen
declaración
de
puede
de
de
que
las
los
partes,
jueces
únicamente
mayores
puedan
remediarse
inconstitucionalidad
de
la
serán
decidir
si
las
el
mediante
la
norma
lo
que
genera" (conf. causa R.401.XLIII, "Rodríguez Pereyra, Jorge
Luis y otra c/ Ejército Argentino s/ Daños y perjuicios",
sent. de 27 de noviembre de 2012).
En el mismo orden, ha establecido este superior
Tribunal
que
dado
que
la
declaración
de
inconstitucionalidad de una ley constituye un acto de suma
gravedad institucional, de manera que debe ser considerada
como la ultima ratio del orden jurídico, los requisitos
establecidos por el art. 279 del Código Procesal Civil y
Comercial
en
orden
a
la
fundamentación
del
recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley cobran particular
gravitación en casos en los que se pretende la revisión de
un
pronunciamiento
constitucionalidad
judicial
de
un
que
decide
precepto
legal
acerca
que
allí
de
se
la
ha
aplicado (conf. causas L. 62.704, "Caamaño de Trincado",
sent. del 29-IX-1998; Ac. 60.887, "López Beatriz", sent.
del 24-III-1998; Ac. 50.900, "Rodríguez", sent. del 15-XI1994; L. 45.654, "Silacci de Mage", sent. del 28-V-1991).
En consecuencia -también ha dicho esta Corte-, la carga
impugnativa debe exacerbarse para arribar a una conclusión
tan
relevante
como
aquélla
que
conduce
a
invalidar
un
precepto por contrario a la Constitución (conf. causas I.
2340, "Aguas Argentinas S.A.", sent. del 5-III-2008; I.
1992, "Aguas Argentinas S.A.", sent. del 7-III-2005).
En tal sentido, en tanto el recurso ha dejado
incólume uno de los fundamentos centrales sobre los que se
estructuró el razonamiento que condujo al sentenciante a
convalidar la validez formal de las normas impugnadas, el
remedio procesal bajo examen ciertamente no ha satisfecho
las exigencias indicadas, razón por la cual se impone su
rechazo.
b.
De
similar
insuficiencia
adolece
el
embate
intentado respecto de los motivos por los cuales la Cámara
desechó
el
planteo
inconstitucionalidad
fundado
material
en
de
la
las
supuesta
resoluciones
impugnadas.
Como quedó señalado en el relato de antecedentes,
insiste
la
quejosa
en
afirmar
que
la
obligación
de
contratar el personal no permanente a través del mecanismo
de
la
bolsa
de
trabajo
administrada
por
la
asociación
sindical vulnera su libertad de contratar, el principio de
igualdad
amparados
y
los
por
derechos
los
arts.
de
14,
trabajar
y
de
14
16
y
bis,
propiedad
17
de
la
Constitución nacional.
Empero,
nuevamente
aquí
sus
argumentos
no
representan más que una simple pretensión de reemplazar la
ponderación constitucional efectuada por la alzada, sin que
logre la impugnante demostrar el error que atribuye a ésta
al no constatar, en el caso, una relación de manifiesta
incompatibilidad entre las normas que descalifica y las
garantías que reputa conculcadas.
(i) En primer lugar, el repetido cuestionamiento
concerniente
a
que
el
mecanismo
de
contratación
bajo
análisis "obliga a los trabajadores a pertenecer, aunque
involuntariamente, a la Bolsa de Trabajo de UATRE" y, por
lo tanto, a afiliarse a dicha entidad sindical, violando la
libertad de agremiación de éstos y el art. 14 bis de la
Constitución
(ver
recurso,
fs.
282
vta.,
283
vta.,
284
vta., 285 y 286 vta.), debe ser desestimado sin más habida
cuenta que -más allá de lo que pudiera opinarse en caso de
que un cuestionamiento de esa índole fuera efectuado por un
trabajador
o
sindicato
directamente
afectado
por
tal
disposición, tópico sobre el que no cabe abrir juicio aquíes evidente a todas luces que la empresa recurrente no
tiene
interés
ni
legitimación
para
efectuar
un
planteo
semejante en defensa de los trabajadores no afiliados al
sindicato. No puede soslayarse que está fuera de la órbita
del Poder Judicial expedirse en forma genérica sobre la
constitucionalidad de las normas emitidas por los otros
poderes, en tanto dicho control se abre siempre y cuando se
produzca
quien
un
perjuicio
legítimamente
concreto
lo
invoca
al
derecho
(conf.
que
causa
I.
asiste
a
68.479,
"Campanaro", int. del 28-VI-2006).
(ii) En segundo término, las restantes críticas
que exhibe la queja, además de estar planteadas en términos
excesivamente
genéricos,
tampoco
se
ocupan
de
intentar
derribar el conjunto de motivaciones explicitadas por el
sentenciante
de
grado
para
desechar
la
tacha
de
inconstitucionalidad.
Así, las reiterativas alegaciones a la denunciada
conculcación de la libertad contractual no logran ocultar
el hecho incontrastable de que la quejosa no se hace cargo
de desvirtuar el desarrollo sentencial estructurado sobre
la base de que los derechos están sujetos a las leyes que
reglamentan
su
ejercicio
y
que,
bajo
determinadas
condiciones, es posible limitar aquel derecho individual
por razones de interés general y para tornar efectivos los
derechos
sociales
que
también
tienen
raigambre
constitucional, parcela del fallo que la Cámara basó en la
jurisprudencia de la Corte federal ("Cine Callao", Fallos
247:121) y en el art. 14 bis de la Constitución nacional
(sent., fs. 253 y vta.), y que no ha merecido una crítica
frontal por parte de la recurrente, quien -evidenciando una
técnica
recursiva
deficiente
e
impropia
para
fundar
un
planteo de inconstitucionalidad- se limita, en rigor, a
reiterar los argumentos blandidos al contestar la demanda
(ver fs. 45 vta./48 vta.) y a reproducir textualmente -como
lo hizo en la réplica- argumentos presuntamente vertidos
por
la
Cámara
de
Apelaciones
de
San
Nicolás
en
el
precedente que identifica (elaborado, para más, sobre la
base
de
normas
diferentes
a
aquellas
cuya
validez
constitucional cuestiona en autos), sin siquiera intentar
relacionarlos con las cuestiones específicamente debatidas
en la especie.
A ello cabe añadir que, al momento de justificar
el
rechazo
tribunal
de
de
la
inconstitucionalidad
grado
subrayó
requerida,
especialmente
el
el
carácter
temporario de las contrataciones que deben realizarse con
arreglo al mecanismo cuestionado (sent., fs. 253 y vta.),
sin que la interesada se haya detenido a intentar rebatir
la
relevancia
sentido,
que
de
tal
la
distinción.
afirmación
Cabe
recursiva
precisar,
según
la
en
ese
cual
las
contrataciones implementadas mediante la bolsa de trabajo
se
terminan
transformando
en
"relaciones
laborales
permanentes con prestaciones cíclicas" (ver fs. 283) no ha
sido probada en la causa, razón por la cual -al no superar
el registro de una mera conjetura- tampoco resulta hábil
para revertir el pronunciamiento.
Idéntica
insuficiencia
exhibe
la
crítica
estructurada en torno a la presunta violación del derecho
de
propiedad,
habida
cuenta
que,
más
allá
de
que
-contrariamente a lo que parece entender la quejosa- dicho
derecho
estando
constitucional
sujeto,
reglamentan
su
como
no
todos
ejercicio
reviste
los
carácter
demás,
(conf.
a
causas
las
B.
absoluto,
leyes
que
63.983,
"Servipark S.A.", sent. del 9-XII-2009; I. 1490, "Bargo",
sent. del 5-VII-2000; Ac. 34.592, "Fregonese", sent. del
23-VIII-1985;
Ac.
32.785,
"Cinturón
Ecológico
Área
Metropolitana Sociedad del Estado", sent. del 15-V-1985),
la circunstancia hipotética que invoca para justificar el
agravio constitucional (afincado en el argumento de que, en
caso de que no la satisficiera ninguno de los trabajadores
propuestos por la bolsa de trabajo sindical, "debería dejar
perder sus cosechas"; recurso, fs. 285 vta.) tampoco se ha
verificado en la especie, lo que demuestra -otra vez- el
carácter meramente conjetural del perjuicio alegado. Cuadra
entonces
recordar
que
la
declaración
de
inconstitucionalidad de una norma supone siempre que se ha
demostrado una vulneración a los derechos invocados por el
reclamante, de forma tal que el agravio que se expone para
su juzgamiento debe ser cierto, no hipotético (conf. causa
A. 68.418, "Asenjo", sent. del 15-IV-2009).
Por último, tampoco acierta la quejosa en cuanto
sostiene
lacónicamente
contradicen
el
que
principio
de
las
normas
igualdad,
impugnadas
en
tanto
la
Constitución impone que todos los habitantes son admisibles
en el empleo sin otro requisito que la idoneidad (recurso,
fs. 285).
En primer lugar, ni siquiera intenta explicar la
interesada
requisito
de
qué
modo
constitucional
afectaría
el
en
mecanismo
su
de
perjuicio
ese
contratación
establecido en la normativa cuestionada, al punto que no
invoca -ni mucho menos demuestra- que otros empleadores,
que
eventualmente
situación
que
se
ella,
encontrasen
estuvieran
en
la
misma
habilitados
o
-en
similar
desmedro
suyo- para soslayar el deber de recurrir a la bolsa de
trabajo. Cabe recordar que la garantía de la igualdad ante
la ley impone la obligación de tratar de un modo igual a
los
iguales,
en
iguales
circunstancias,
no
pudiéndose
reputarse violatorias de ese principio las medidas que no
obedezcan
causas
63.493,
a
A.
propósitos
68.850,
"Saravia",
"Tonelli",
"Carpinetti",
hostiles
sent.
sent.
del
del
o
sent.
persecutorios
del
18-III-2009;
27-VIII-2008;
4-III-1997;
(conf.
Ac.
Ac.
B.
61.295,
33.989,
"Soler
Ursino", sent. del 4-VI-1985), circunstancia esta última no
denunciada
por
la
quejosa
y
que
tampoco
se
advierte
configurada en la especie.
En segundo término, ignora la recurrente que la
res.
13/1976
de
la
Comisión
Nacional
de
Trabajo
Rural
-norma expresamente mencionada en el art. 2 de la res.
8/2002 de la C.N.T.A. que la alzada consideró vigente y
aplicable al caso, en conclusión, como vimos, inatacadaestablece expresamente que el personal contratado a través
de
la
bolsa
de
trabajo
"deberá
reunir
condiciones
de
idoneidad para las tareas que hubiere de realizar" (conf.
art. 5, párrafo cuarto de la res. 13/76 de la C.N.T.R., del
21-I-1976),
lo
que
demuestra
el
carácter
infundado
del
embate.
(iii) En definitiva, por los mismos argumentos
que he esgrimido en los últimos párrafos del apartado III.
3. a. de este voto, el agravio debe ser desestimado en
atención
a
su
indudable
insuficiencia
para
rebatir
los
variados argumentos explicitados por la Cámara sentenciante
al desechar la pretensión de la demandada.
Al respecto, ha declarado este Tribunal que debe
ser
desestimado
por
insuficiente
el
planteo
de
inconstitucionalidad si la articulación ha sido vertida de
manera genérica, incumpliendo el interesado con la carga
impugnatoria
que
le
es
propia
(conf.
causa
B.
57.842,
"Antonietti", sent. del 23-V-2001).
En ese contexto, cabe recordar una vez más que la
procedencia de la declaración de inconstitucionalidad de
una norma jurídica requiere que el interesado demuestre
acabadamente de qué manera la norma cuestionada contraría
la
Constitución,
Consecuentemente,
causándole
de
ese
un
de
esta
planteo
modo
un
agravio.
índole,
para
ser
atendido, debe tener un consistente desarrollo argumental y
contar con no menos sólidos fundamentos que se apoyen en
las
probanzas
de
la
causa
(conf.
causas
B.
62.764,
"Fontana", sent. del 21-IV-2010; B. 60.663, "Galván", sent.
del 16-XII-2009; P. 87.309, "U., J.", sent. del 13-IX-2006;
I.
2169,
"Almirón",
sent.
del
3-XII-2003;
I.
2027,
"Sindicato de Trabajadores Municipales de Necochea", sent.
del
27-XII-2000;
entre
muchas
otras),
requisitos
que
indudablemente no han sido cumplidos en la presentación
recursiva bajo examen, falencia que define su insuficiencia
técnica y justifica su desestimación.
IV.
En
virtud
de
lo
expuesto,
corresponde
rechazar el recurso extraordinario traído, con costas a la
vencida (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
El
señor
Juez
doctor
Genoud,
por
los
mismos
fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por
la negativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Soria dijo:
I.
distinguido
Comparto
colega
la
doctor
opinión
Hitters,
brindada
pues
por
entiendo
que
mi
a
mérito de su insuficiencia, el recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley debe ser desestimado (art. 279 del
Código Procesal Civil y Comercial).
1. La conclusión de la alzada que indica que las
resoluciones 336/2002 del Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad
Social
de
la
Nación
y
8/2002
de
la
Comisión
Nacional de Trabajo Agrario sólo vinieron a reglamentar -en
el
marco
de
facultades
expresamente
delegadas
por
el
legislador- un mecanismo vigente de contratación por medio
de las bolsas de trabajo, lejos está de ser conmovida con
las aseveraciones que en el punto realiza la impugnante, y
que en fin, sólo evidencian un reproche parcial y paralelo
a la estructura argumental en la que se sustenta el fallo.
2. En cuanto a la sustancia de lo debatido en el
litigio, tampoco las genéricas objeciones con las que la
quejosa
intenta
desvirtuar
el
examen
constitucional
desplegado por la Cámara de Apelación a la luz de los arts.
14, 14 bis y 28 de la Carta Magna constituyen un embate
hábil.
El recurso no satisface la ineludible carga de
contar con una adecuada fundamentación ya que carece de una
impugnación concreta, directa y eficaz a las motivaciones
esenciales que contiene el pronunciamiento objetado (conf.
causas
L.
97.259,
98.667,
"Lorenzo",
"Duarte",
sent.
sent.
de
de
23-XII-2009;
13-X-2010;
L.
L.
99.380,
"Alberghini", sent. de 4-V-2011).
Y no cabe olvidar que -como se señala en el voto
que
inaugura
este
acuerdo-
en
tanto
la
declaración
de
inconstitucionalidad de una norma constituye una de las más
delicadas
funciones
susceptibles
de
encomendar
a
un
tribunal de justicia, acto de suma gravedad considerado
como utima ratio del orden jurídico (conf. causas I. 2340,
"Aguas Argentinas S.A.", sent. de 5-III-2008; B. 66.500,
"Baldini",
sent.
de
30-III-2011;
entre
otras),
aquellos
requisitos establecidos en el citado art. 279 del Código
Procesal Civil y Comercial cobran particular gravitación en
casos como el presente, en el que se pretende la revisión
de
un
pronunciamiento
judicial
que
decide
acerca
de
la
validez constitucional de los preceptos aplicados (conf.
causas L. 62.704, "Caamaño de Trincado", sent. de 9-IX1998; Ac. 60.887, "López Beatriz", sent. de 24-III-1998;
Ac. 50.900, "Rodríguez", sent. de 15-XI-1994).
Finalmente, dable es señalar que aquella doctrina
que indica que la declaración de inconstitucionalidad de
una norma constituye un remedio de ultima ratio, ha sido
recientemente reiterada por la Corte Suprema de Justicia de
la
Nación
(sent.
en
del
la
causa
R.401.XLIII,
27-XI-2012),
pronunciamiento
referido
"Rodríguez
si
bien
en
al
ejercicio
el
Pereyra"
marco
del
de
un
control
de
constitucionalidad de oficio por los magistrados, temática
ajena a la ventilada en estas actuaciones (conf. consid.
14º del voto de la mayoría).
II.
reitero
mi
Luego,
adhesión
bajo
al
las
consideraciones
sufragio
emitido
por
expuestas,
el
colega
ponente.
Voto por la negativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Negri dijo:
1.
He
dicho
en
otras
oportunidades
que
si
la
declaración de oficio de la inconstitucionalidad de una
norma puede y debe hacerse cuando las circunstancias así lo
exigen, la deficiencia técnica del recurso intentado por
las partes no puede ser obstáculo que interfiera en la
actividad del juez a la hora de analizar la congruencia
constitucional de las normas aplicables al caso (conf. L.
96.791, "Santecchia", sent. del 31-VIII-2011; L. 78.229,
"Medinilla", sent. del 14-IV-2004; L. 78.604, "Ramírez da
Silva", sent. del 21-V-2003).
Desde
esa
perspectiva,
no
me
limita
en
el
análisis de la cuestión traída a debate la insuficiencia
del planteo que ponen de manifiesto los colegas que me
preceden en la votación.
2.
a.
La
empresa
demandada
se
agravia
de
la
decisión de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial
del Departamento Judicial Pergamino que, haciendo lugar al
recurso de los actores, admitió la acción de amparo por
ellos impulsada y la condenó a contratar a los estibadores
no permanentes para prestar servicios en su planta de silos
de la ciudad de Colón por intermedio de la Bolsa de Trabajo
de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores
(U.A.T.R.E.), de conformidad con la resoluciones 336/2002
del
Ministerio
de
Trabajo,
Empleo
y
Seguridad
Social
(M.T.E. y S.S.) y 8/2002 de la Comisión Nacional de Trabajo
Agrario
(C.N.T.A.),
cuya
declaración
de
inconstitucionalidad dejó sin efecto.
b.
Analizado
inaplicabilidad
de
ley
el
recurso
que
corre
extraordinario
glosado
a
fs.
de
273/288
observo que, en lo sustancial, la recurrente afirma que a
diferencia de lo que se expresa en la sentencia impugnada,
existe impedimento legal para la utilización obligatoria de
las bolsas de trabajo, toda vez que la ley 22.248 que
establecía
el
Régimen
Nacional
de
Trabajo
Agrario
(R.N.T.A.) nada dice al respecto y no puede inferirse esa
obligatoriedad de la voluntad del legislador de delegar en
órganos
administrativos
la
reglamentación
de
las
condiciones propias del trabajo agrario no permanente. En
esa
línea,
aclara
que
no
desconoce
la
facultad
que
el
artículo 86 de la ley citada reconoce para establecer las
modalidades de ese tipo de trabajo; sin embargo, considera
que tal facultad no pudo ser ejercida con detrimento de la
libertad de contratar, del derecho de trabajar, comerciar,
ejercer toda industria lícita y disponer de la propiedad
(arts. 14, 14 bis y 17 de la Constitución nacional).
En otro orden, se queja de la interpretación que
del
art.
1
hizo el
a
quo,
al derivar
de
la expresión
"proveerán" la imposición de una exigencia inexcusable que
descarta la posibilidad de utilización facultativa de las
bolsas de trabajo.
Precisa que el perjuicio ocasionado a su parte
consiste en el cercenamiento de su libertad de elegir a los
trabajadores que habrán de desempeñarse bajo su dirección a
la vez que, para éstos, en la obligación de pertenecer -aun
involuntariamente- a la bolsa de trabajo de la U.A.T.R.E.,
violando
así
monopolio
su
de
libertad
dicha
de
trabajar
organización
y
garantizando
sindical.
En
esa
el
línea
manifiesta que si bien la bolsa de trabajo no obliga a los
trabajadores a afiliarse a un determinado sindicato, no
puede desconocerse que la circunstancia de que la misma sea
organizada
por
la
U.A.T.R.E.
coloca
a
quienes
reciban
trabajo por su intermedio en una situación comprometida con
respecto a su decisión de agremiarse o no.
3. Considero, a diferencia de los colegas que me
preceden en la votación, que el recurso debe prosperar.
a.
jerarquía
Aún
antes
constitucional
de
que
nuestro
país
a
los
Tratados
reconociese
que
declaran
y
garantizan los derechos humanos, fue posible -en sintonía
con los arts. 19 y 33 de la Constitución nacional- el
desarrollo de los derechos enumerados en su art. 14 y de
otros que, pese a no haber sido enunciados, se incluyen en
su
sistema
de
valores.
constitucionalismo
Luego,
social,
con
la
aquellos
incorporación
derechos
del
debieron
armonizarse con los previstos en el art. 14 bis.
La
contractual
libertad
no
han
sido
de
contratar
expresamente
y
la
libertad
consagradas
en
la
Constitución argentina pero, es claro, derivan del derecho
de trabajar, comerciar, ejercer toda industria lícita y de
disponer de la propiedad, incluido en su art. 14.
Se
sabe
restricciones
que,
desde
referidas
no
antiguo,
sólo
a
se
han
los
admitido
contenidos
contractuales (el derecho del trabajo vale como ejemplo
toda vez que, haciéndose cargo de la desproporción negocial
de los sujetos protagonistas de las relaciones laborales,
procura proteger a la parte débil poniendo límite a la
libre determinación de las cláusulas del contrato a través
de la imposición de normas de imperatividad relativa que
impiden el pacto de condiciones de trabajo menos favorables
que las previstas en ellas), sino también a la libertad de
contratar, es decir, a la autonomía de la voluntad en la
faz constitutiva de los contratos (lo que sucede cuando se
impone a alguien la obligación de contratar o cuando se
obliga a contratar a ciertas personas).
b.
El
caso
bajo
análisis
se
ubica,
sin
duda,
entre los mencionados en segundo lugar: la recurrente se
agravia
del
pronunciamiento
que
la
obliga
a
contratar
estibadores no permanentes para prestar servicios en su
planta de silos ubicada en la ciudad de Colón a través de
una bolsa de trabajo sindical; en otras palabras, que le
impide la contratación de trabajadores que no pertenezcan a
esos organismos de colocación.
c.
Puestos
a
analizar
la
reglamentación
del
derecho de contratar de los empleadores del sector agrario
dedicado al manipuleo y almacenamiento de granos, no debe
perderse de vista que no existen derechos absolutos en su
ejercicio y que sólo la ley puede reglamentarlos (principio
de legalidad que no impide las reglamentaciones por parte
del Poder Ejecutivo, en la medida que se circunscriban a
los términos de las propias leyes y la Constitución).
La necesidad de reglamentar el ejercicio de los
derechos
constitucionales
puede
encontrar
fundamento
en
múltiples razones, pero no alcanza con el cumplimiento del
principio
de
legalidad
para
garantizar
que
la
reglamentación no los pulverice. Será necesario comprobar
que
los
principios
de
privacidad
y
razonabilidad
sean
respetados en esa actividad reglamentaria (arts. 19 y 28,
Const. nac.), sin olvidar que los conflictos generados por
ella también enfrentan al intérprete con el tema de la
concurrencia no siempre pacífica de los derechos personales
y los intereses generales (art. 75 inc. 18, Const. nac.).
4. Con esa perspectiva, lo adelanto, encuentro
que se configura, en la especie, el agravio denunciado por
la recurrente.
a. El caso trata sobre la reglamentación de la
libertad
ordinaria
de
y
contratar
en
corriente:
el
la
marco
de
la
de
una
situación
contratación
de
trabajadores temporeros (no permanentes) ocupados en las
actividades de manipulación y almacenamiento de cereales,
carga y descarga de oleaginosas y fertilizantes, fuera de
cualquier contexto excepcional.
Digo esto porque no se verifican en la especie,
siquiera, las emergencias sociales y laborales que llevaron
a la Corte Suprema de Justicia de la Nación a convalidar en
la causa "Cine Callao", Fallos 247:121 (1960), citada en el
pronunciamiento
impugnado,
las
normas
laborales
que
imponían a los empresarios cinematográficos la obligación
de
contratar
artistas
de
variedades
con
motivo
de
la
desocupación que afectaba al sector.
No encuentro, en el caso, que la reglamentación
observada sea consecuencia de la necesidad de armonizar el
ejercicio de diferentes derechos por distintas personas o
para evitar que la práctica de un derecho por una de ellas
impida
a
otra
hacer
lo
propio.
Tampoco
que
se
halle
comprometida en la especie la realización de valores como
la
justicia,
la
seguridad,
la
igualdad
y
la
moralidad
pública.
b. En los considerandos de la resolución M.T.
336/2002
se
relata
la
suerte
corrida
por
el
decreto
1421/1967, antecesor en el tema, y se expresa "... en la
práctica,
el
mecanismo
descripto
resulta
útil
para
disminuir el empleo no registrado en el ámbito rural y
favorece la fluidez entre la oferta y la demanda de trabajo
en el ámbito de la actividad...", por lo cual "resulta
conveniente establecer la obligatoriedad del uso de las
bolsas de trabajo en el ámbito rural para la provisión de
trabajadores no permanentes, manteniéndolas a cargo de las
asociaciones con personería gremial...".
La pregunta es, entonces, si la imposición de las
personas con las que se ha de contratar (en el caso, sólo
las inscriptas en la bolsa de trabajo sindical) es un medio
razonable
en
términos
de
proporcionalidad
-y
dada
la
existencia de vías alternativas- para lograr el objetivo de
disminuir el empleo no registrado en el ámbito rural de
manipulación y almacenamiento de cereales y favorecer la
fluidez del mercado de trabajo en ese sector.
c. Para dar respuesta a ese interrogante y no
obstante que he de disentir con la solución final que se
propone en el voto que abre el acuerdo, debo señalar una
coincidencia inicial con lo que en él se expresa en punto a
que el agravio que hace hincapié en que el mecanismo de
contratación
analizado
obliga
a
los
trabajadores
a
pertenecer, aunque no lo deseen, a la bolsa de trabajo del
sindicato, debe ser desestimado en razón de la ausencia de
interés y legitimación de la recurrente para efectuar un
planteo de esa naturaleza en defensa de los trabajadores no
afiliados a la U.A.T.R.E.
Las
restantes
críticas
(imposibilidad
de
seleccionar libremente a los trabajadores que habrán de
prestar
servicios
bajo
su
dependencia
y
la
seria
expectativa de continuidad generada ilegítimamente a los
trabajadores
con
consecuencias
indemnizatorias
para
los
empleadores del sector), en cambio, deben ser atendidas
pues, en mi opinión, suman argumentos a los ya expresados
en
el
apartado
4.a.
de
inconstitucionalidad
del
trabajadores
no
rurales
este
voto
sistema
para
de
permanentes
declarar
colocación
regulado
por
la
de
las
resoluciones M.T. 336/2002 y C.N.T.A. 8/2002.
No es un dato menor, según lo entiendo, que la
resolución 8/2002 de la C.N.T.A. en su tramo dispositivo
prevenga que "La aplicación de la Resolución M.T.E. y S.S.
336/2002 comprende exclusivamente a las Bolsas de Trabajo
en funcionamiento y existentes a la fecha del dictado de
dicha
resolución
que
correspondan
a
las
actividades
de
manipulación y almacenamiento de cereales, carga y descarga
de
oleaginosas
y
fertilizantes"
(art.
1)
y
a
la
vez
disponga que "La creación de una nueva Bolsa de Trabajo,
por una nueva actividad o tarea en el ámbito del trabajo
agrario, o en las actividades comprendidas en el artículo
1°,
debe
Trabajo
ser
peticionada
Agrario,
con
ante
la
presentación
Comisión
de
Nacional
los
de
oportunos
fundamentos y la determinación del ámbito de aplicación de
la misma. En los lugares donde no exista Bolsa de Trabajo,
la contratación será libre" (art. 3).
d.
Entiendo
que
las
normas
cuestionadas
dispusieron, en realidad, el retorno a un sistema que, con
matices, había sido implementado con anterioridad.
Es cierto que el carácter cíclico o estacional de
las tareas agrarias determina con frecuencia el cambio de
empleador y de lugar de trabajo y que en el marco de esos
desplazamientos
trabajadores
la
colocación
agrarios
no
organizada
permanentes
a
de
través
los
de
las
denominadas bolsas de trabajo puede resultar un instrumento
útil a disposición de los sujetos protagonistas de esas
relaciones de trabajo.
Pero existe una diferencia evidente entre decidir
acogerse a esa práctica y ser obligado a ello.
En
suma,
considero
que
la
imposición
a
la
recurrente de la obligación de contratar estibadores no
permanentes para prestar servicios en su planta de silos de
la ciudad de Colón por intermedio de la bolsa de trabajo de
la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores
(U.A.T.R.E.), vulnera su libertad de contratar derivada de
los derechos constitucionales de trabajar y ejercer toda
industria lícita y de usar y disponer de su propiedad (art.
14, Const. nac.), correspondiendo en consecuencia declarar
la
inconstitucionalidad
de
la
resolución
M.T.E.
y
S.S.
336/2002 y la resolución C.N.T.A. 8/2002 en la medida que
así lo disponen, sin que se verifiquen, en la especie,
motivos
de
entidad
suficiente
para
justificar
esa
restricción.
Toda
declarar
vez
la
que
lo
expuesto
inconstitucionalidad
alcanza
a
pretendida,
fin
de
estimo
innecesario referirme a los restantes planteos introducidos
por la recurrente.
5. En razón de todo lo expuesto, propongo hacer
lugar al recurso interpuesto, con costas a la vencida (art.
289, C.P.C.C.).
Voto por la afirmativa.
El señor Juez doctor de Lázzari, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por
la negativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, por
mayoría,
se
rechaza
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley traído; con costas (art. 289 del
C.P.C.C.).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
HECTOR NEGRI
JUAN CARLOS HITTERS
DANIEL FERNANDO SORIA
LUIS ESTEBAN GENOUD
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
MIP
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