A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 12 de diciembre de 2012, habiéndose establecido, de conformidad con dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse siguiente orden de votación: doctores Hitters, lo el Genoud, Soria, Negri, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 110.415, "Castro, Luis Rodolfo y otros contra Cargill S.A.C.I. y/o quien resulte responsable. Acción de amparo". A N T E C E D E N T E S La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial Pergamino hizo lugar al recurso de apelación deducido por los actores, revocó la sentencia dictada por el tribunal del trabajo departamental y acogió la acción de amparo, con costas a la demandada. Ésta dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 273/288), el que fue concedido por la citada Cámara a fs. 289 y vta. Dictada a fs. 298 la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado inaplicabilidad de ley? el recurso extraordinario de V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: I. En cumplimiento de lo ordenado por esta Suprema Corte (fs. 205/214), la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial dictó un nuevo pronunciamiento (fs. 238/256), mediante el cual acogió el recurso de apelación deducido por los actores (fs. 161/176 vta.) y revocó la sentencia dictada por el tribunal del trabajo (fs. 142/158 vta.), en cuanto había declarado la inconstitucionalidad de las resoluciones 336/2002 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación y 8/2002 de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario y rechazado la acción de amparo incoada por los reclamantes. Consecuentemente, hizo lugar a la pretensión y condenó a "Cargill S.A.C.I." a que diera cumplimiento a las mentadas resoluciones, contratando estibadores no permanentes en su planta de silos de la ciudad de Colón por intermedio de la Bolsa de Trabajo de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (U.A.T.R.E.). 1. Tras admitir formalmente la acción de amparo, en la inteligencia de que era la vía indicada para obtener la declaración pretendida (sent., fs. 241 vta./243), y destacar que la accionada había reconocido expresamente el incumplimiento de la obligación que se desprende de la normativa citada (fs. 243 vta.), consideró la alzada que en autos se encontraban verificadas manifiestas -exteriorizadas ilegalidad la arbitrariedad por la e conducta omisiva de aquélla, al negarse a contratar personal por medio de la modalidad allí prevista- que tornan procedente el amparo, por lo que la pretensión debía ser favorablemente acogida (fs. 244 vta./245). Para arribar a dicha decisión, la Cámara revocó la declaración de inconstitucionalidad de las resoluciones citadas que -a pedido de la accionada- había pronunciado el tribunal a quo. 2. Analizando la cuestión constitucional desde el punto de vista formal, destacó que existió una clara voluntad del legislador de delegar en forma expresa en los órganos administrativos versados en la materia de trabajo agrario, la reglamentación de las condiciones laborales propias del trabajo agrario no permanente. Al respecto, puntualizó que la ley 22.248 creó la Comisión Nacional de Trabajo Agrario como organismo que debe actuar en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la Nación, contemplando en su art. 86, entre las atribuciones y deberes de aquélla, la "posibilidad de establecer, observando las pautas de la presente ley, las modalidades de trabajo estacionales de u las distintas ocasionales actividades y sus cíclicas, respectivas remuneraciones". Por lo tanto -concluyó la alzada- la res. 336/2002 del Ministerio de Trabajo -cuyo art. 1 impone la obligación de recurrir a las bolsas de trabajo para instrumentar la contratación de personal para las tareas de manipulación y almacenaje, carga y descarga de productos de cosecha fina y semillas y oleaginosas- y la res. 8/2002 de la C.N.T.A. -de cuyo art. 3 se desprende que la contratación de trabajadores para desempeñar tales tareas sólo es libre en los lugares donde no existan bolsas de trabajo- son normas emanadas del órgano competente por la delegación 22.248, expresa por lo efectuada que no por aparecen el art. como 86 de contrarias la ley a las constituciones nacional y provincial (sent., fs. 245/248). 3. Además, desde otro ángulo, el órgano jurisdiccional de marras explicó que la ley 22.248 mantuvo la vigencia de las bolsas de trabajo rural, que existían con anterioridad a su sanción, mediante una "triple ratificación", habida cuenta que: (i) no incluyó al decreto 1421/1967 entre las normas que derogó; (ii) no suprimió el sistema de contratación mediante bolsas de trabajo y (iii) el art. 145 del R.N.T.A. convalidó las resoluciones de la Comisión de Trabajo Rural 57/1975, 59/1975 y 13/1976, dictadas a los efectos de establecer condiciones de trabajo y salarios en la rama de actividad agraria "manipuleo y almacenamiento de granos". En relación a esto último, destacó que 1233/1980, citado el que art. Ministerio enmarcó 145 de de Trabajo de manera la ley dictó precisa 22.248, y la res. adecuada enumerando el las disposiciones emitidas por la Comisión Nacional de Trabajo Rural que dejarían de tener vigencia a partir de su dictado; en consecuencia -razonó- siendo que las citadas resoluciones mismas no fueron mantuvieron incluidas en dicha vigencia de conformidad su nómina, a las lo dispuesto por el precepto legal en cuestión (sent., fs. 248 y vta.). 4. Ya ingresando al análisis de los aspectos sustanciales de la cuestión constitucional, y tras resaltar que la demandada no había satisfecho la carga de demostrar el perjuicio que le originan las normas impugnadas (sent., fs. 250 vta./251), explicó el juzgador que, además, las resoluciones cuyo cumplimiento reclamaron los actores no son contrarias a las cláusulas constitucionales que la accionada reputa vulneradas. En ese sentido, puntualizó que la normativa en cuestión, en cuanto establece la obligatoriedad de acudir a las bolsas de trabajo para contratar personal temporario, no resulta contraria a la libertad de contratación ni al principio de igualdad ante la ley consagrados en la Constitución nacional. En particular, explicó que la obligación contenida en las resoluciones atacadas no pretende sustituir la libertad de contratar de los empleadores, sino canalizar las efectivas necesidades de personal de éstos con las expectativas de aquellos trabajadores que deseen emplearse, con el objeto de permitir la igualdad de oportunidades y la celeridad en la contratación. Añadió que los derechos civiles consagrados en el art. 14 de la Constitución nacional están sujetos a las normas que reglamentan su ejercicio, toda vez que no existen derechos absolutos, por lo que pueden ser limitados con arreglo al principio de razonabilidad. Ponderó, asimismo, que si bien la libertad contractual es un derecho "implícito" -en tanto no está consagrado expresamente en el citado art. 14, pero se deriva del derecho a ejercer industria lícita, de trabajar y de disponer de la propiedad- ha sido reglamentado en numerosas oportunidades, al punto tal que la Corte federal ha convalidado -en el precedente "Cine Callao"- las normas que establecían la imposición de contratación con determinadas personas. 5. principios Luego, del destacó que, Constitucionalismo en virtud Social, que de los quedaron plasmados en el art. 14 bis de la Constitución nacional, el Estado está habilitado a dictar normas que aseguren a los trabajadores los derechos allí contemplados, pudiendo eventualmente imponer contradictorio con contrataciones, el primigenio lo que liberalismo no resulta del texto constitucional, toda vez que el objetivo de "afianzar la justicia" que recepta su Preámbulo se refiere tanto a la justicia distributiva como a la social. 6. limitación Partiendo de la de tales libertad de bases, concluyó que contratar derivada de la las normas cuestionadas en la especie es 'razonable', habida cuenta que sólo se refiere a contrataciones temporarias, por lo que Ministerio concluyó de Trabajo inconstitucionales, tribunal del que las y 8/2002 debiendo trabajo que resoluciones de la revocarse había 336/2002 C.N.T.A., la del no son decisión del resuelto en sentido contrario (sent., fs. 251/253 vta.). II. En el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, la accionada denuncia violación de los arts. 14, 14 bis, 16, 17, 28 y 33 de la Constitución nacional y 20 inc. 2 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires (fs. 273/288). 1. En primer lugar, señala que -a contrario de lo resuelto por la alzada- la sentencia le causa un perjuicio irreparable, toda vez que obliga a la demandada a contratar estibadores no permanentes por intermedio de la bolsa de trabajo, con más las costas del proceso, en una clara violación a la libertad de contratar garantizada por la Constitución nacional derivada de los derechos de trabajar, ejercer industria lícita y disponer de la propiedad. Agrega que la empresa no tiene obligación legal de contratar a personal no permanente a través de la bolsa de trabajo y que convalidar lo contrario sería garantizar el "monopolio de UATRE", quien de ese modo conseguirá "satisfacer sus apetitos sindicales y aumentar sus ingresos por ese concepto". Refiere que, contrariamente a lo que explicitó el juzgador, no existe "una clara voluntad del legislador" de imponer el uso de las bolsas de trabajo de manera obligatoria, ni tampoco una delegación legislativa expresa hacia los órganos condiciones administrativos laborales de los para regular trabajadores las agrarios no Ministerio de permanentes. Añade Trabajo, vigencia so el que la pretexto de derogado res. 336/02 del reglamentar, decreto vino a 1421/1967, poner norma en que establecía que el personal provisorio regulado por la ley 13.020 debía ser solicitado por los empleadores a las bolsas de trabajo del sector, y que fue derogada por la ley 21.476, sin que en momento alguno recobrara su vigor. Luego, en tanto la ley 22.248 no hace mención alguna a la contratación de trabajadores no permanentes a través de bolsas de trabajo, mal pudo el sentenciante sostener que resultan procedentes las facultades del Ministerio de Trabajo y de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario para imponer su utilización forzosa, habida cuenta que la voluntad del legislador no se puede inferir del art. 86 de la ley 22.248, máxime cuando la facultad que allí se asigna a la referida comisión para establecer las modalidades del trabajo agrario no permanente no puede ser ejercida en que obligar al desmedro de garantías constitucionales. 2. En otro orden, subraya empleador a contratar personal únicamente a través de la bolsa de trabajo impide a éste seleccionarlo libremente, permitiendo que sean asignados "a dedo" por quien tiene facultades de dirección en dichas bolsas, cuyos planteles no se renuevan sustancialmente, pues se favorece a algunos trabajadores en pertenecer ellas, a desmedro incluso de otros, a aquéllos obligándolos que no a quieren hacerlo. En ese contexto -dice-, en tanto los trabajadores que integran las bolsas son siempre los mismos, la relación laboral se prestaciones convierte en un cíclicas, con el vínculo permanente correspondiente con perjuicio para la empresa. En esa misma dirección, también destaca que el mecanismo bajo análisis obliga a los trabajadores a pertenecer a la bolsa de trabajo de U.A.T.R.E. (e, indirectamente, a afiliarse al sindicato), violándose la libertad de trabajar y de agremiación. Afirma que las normas impugnadas no son razonables y vulneran los arts. 14 y 28 de la Constitución nacional, pues si bien los derechos deben reglamentarse, ninguna reglamentación puede afectar el espíritu liberal del sistema constitucional argentino y la libertad personal. Agrega que la Constitución dispone que todos los hombres son iguales ante la ley y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad, norma que también ha sido conculcada por las normas cuestionadas, que obligan a quien desea emplearse a afiliarse a la bolsa de trabajo. También propiedad denuncia receptado en el vulnerado art. 17 de el dicho derecho de instrumento supralegal, en tanto las resoluciones impugnadas prohíben a la empresa contratar con quien resulte de su interés o de su confianza, o con quien ha demostrado anteriormente su capacidad. 3. Señala, finalmente, que lo expuesto no significa cuestionar la existencia misma de las bolsas de referencia, las cuales -aclara- son utilizadas por la patronal, sino que lo que resulta inconstitucional es que se establezca la obligatoriedad de recurrir a ellas cuando se pretende contratar directamente al personal. III. El recurso no puede prosperar, porque ha sido insuficientemente fundado. 1. En primer lugar, considero necesario recordar que la potestad revisora de esta Suprema Corte está circunscripta al contenido de la sentencia y a la concreta impugnación contra ella formulada (conf. causas L. 92.804, "Olivares", sent. del 3-VI-2009; L. 95.264, "Barrenechea", sent. del 18-III-2009; L. 84.882, "Barbusano", sent. del 9V-2007; L. 85.861, "Tellechea", sent. del 18-IV-2007; L. 77.049 "Martín", sent. del 17-VII-2003; L. 74.191, "Mamani", sent. del 15-V-2002; L. 61.959, "Correa", sent. del 24-III-1998). Siendo ello así, y en tanto la quejosa no ha cuestionado ni la vía procesal escogida por los actores (amparo), ni el incumplimiento (expresamente reconocido en la contestación de la demanda, ver fs. 49 vta.) de las obligaciones que se derivan de las normas impugnadas -Res. 336/2002 del Ministerio de Trabajo y Res. 8/2002 de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario-, esta Corte debe limitarse a analizar la cuestión ciñéndose a los agravios contenidos en el embate. 2. liminarmente, descalificación En ese el trance, contenido constitucional corresponde de fue la precisar, normativa desestimada por cuya la Cámara. a. La res. 336/2002 (B.O. del 3-V-2002), dictada por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social el día 29-IV-2002, dispuso en su art. 1: "Las bolsas de trabajo a cargo de las organizaciones de trabajadores con personería gremial proveerán a los empleadores del personal necesario para la realización de las tareas no permanentes en las actividades contempladas por la Ley 22.248, conforme las resoluciones que a tal efecto dicte la Comisión Nacional de Trabajo Agrario". "Ello, sin perjuicio de la vigencia de las Resoluciones que actualmente prevén la obligatoriedad del uso de las bolsas de trabajo en algunas actividades y jurisdicciones para el ámbito rural". En sus considerandos, se recordó que el Régimen Nacional de Trabajo Agrario distingue las categorías de trabajadores "permanentes" y "no permanentes", y que, receptando una práctica que en nuestro país tiene su origen en los usos y costumbres, distintos antecedentes normativos establecieron la obligatoriedad del uso de las bolsas de trabajo a cargo de las organizaciones de trabajadores con personería gremial para la provisión de estos últimos. En particular, y a los fines de justificar la competencia del órgano ministerial para dictar la resolución referida, se destacó que -por un lado- la exComisión Nacional de Trabajo Rural había dictado una serie de resoluciones que establecían condiciones de labor para el personal que se desempeña en tareas de estiba y manipuleo de cereales, previéndose la utilización de bolsas de trabajo obligatorias a cargo de la asociación sindical con personería Ministro- "se gremial, normas encuentran que actualmente -señaló el vigentes". señor Por el otro, se precisa que el art. 86 de la ley 22.248 habilita a la Comisión condiciones Nacional de de trabajo Trabajo de las Agrario a distintas fijar las actividades cíclicas, estacionales u ocasionales, siendo adecuado que en dicha Comisión se determinasen las particularidades para la aplicación del sistema de bolsa de trabajo, en cada actividad y zona geográfica (conf. res. 336/2002, párrafos 1, 2, 3 y 8 de los considerandos). Por último, también se puso de manifiesto que el indicado mecanismo de contratación resulta útil para disminuir el trabajo no registrado y favorece la fluidez entre la oferta y la demanda de trabajo en la actividad rural (considerandos, párrafo 6). b. Por su parte, la res. 8/2002 de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (B.O. del 1-VII-2002), prescribe en su art. 1: "La aplicación de la Resolución M.T.E. y S.S. 336/2002 comprenderá exclusivamente a las Bolsas de Trabajo en funcionamiento y existentes a la fecha del dictado de dicha resolución que correspondan a las actividades de manipulación y almacenamiento de cereales, carga y descarga de oleaginosas y fertilizantes". A su vez, el art. 2 dispone que "Las actividades y tareas comprendidas en el artículo anterior son las reguladas por las Resoluciones de la Comisión Nacional de Trabajo Rural Nos. 57/75, 59/75, 73/75 y 13/76". En los considerandos de esta resolución también hubo de justificarse su dictado en virtud de las facultades conferidas a la mentada Comisión por el citado art. 86 de la ley 22.248, así como la habilitación expresa que se deriva del art. 2 de la res. 336/2002, destacándose, por otra parte, que los representantes sectoriales habían coincidido en la procedencia de tal regulación (conf. res. 8/2002 C.N.T.A, párrafos 1, 4, 5 y 6 de los considerandos). Del mismo modo, se hace referencia a las resoluciones de la ex Comisión Nacional de Trabajo Rural que establecieron la contratación a través de bolsas de trabajo obligatorias y la utilidad de dicho mecanismo para "disminuir el trabajo no registrado y favorecer la fluidez entre la oferta y la demanda de mano de obra en el ámbito de la actividad" (considerandos, párrafos 2 y 3). 3. Delimitada la cuestión a decidir y analizado brevemente el contenido de las normas cuya validez constitucional fue puesta en tela de juicio, corresponde ahora dilucidar, con arreglo a los agravios deducidos en el recurso, si alcanza la quejosa a desvirtuar los argumentos esgrimidos por el sentenciante para desestimar la tacha pretendida. Adelanto mi respuesta negativa a tal interrogante pues -por los motivos que seguidamente enunciaré- entiendo que la impugnante fundamentos ha centrales dejado sin embate sobre los que se algunos de estructura los el pronunciamiento atacado, resultando por tanto ineficaz la crítica que porta el recurso para revertir la decisión atacada. a. En lo que respecta a la constitucionalidad de las normas cuestionadas, la Cámara la convalidó sobre la base de dos órdenes de consideraciones: (i) La "delegación expresa", que emana del art. 86 del Régimen Nacional de Trabajo Agrario en favor del Ministerio de Trabajo y la Comisión Nacional de Trabajo Agrario para reglamentar las modalidades y condiciones del trabajo rural no permanente (ver sent., fs. 246/247 vta.). (ii) La "triple ratificación" por la ley 22.248 de las normas anteriores a su sanción que habían establecido la obligatoriedad de recurrir a las bolsas de trabajo para contratar personal no permanente, argumento que sustentó en el juego del art. 145 del R.N.T.A, la res. 1233/80 del Ministerio de Trabajo y las res. 57/75, 59/75 y 13/76 de la disposiciones Comisión estas Nacional últimas que de -señaló Trabajo Rural, expresamente alzada- se encuentran vigentes (ver sent., fs. 248). la Sin perjuicio de que la quejosa ni siquiera logra rebatir con contundencia explicitados por el inconstitucionalidad el primero de tribunal de por pretendida ella grado los para argumentos rechazar la (adviértase, en ese sentido, que, luego de reproducir los fundamentos de la sentencia, se limita a señalar -agrupando impropiamente cuestiones que hacen a los aspectos formales con otras que remiten facultad a los que sustanciales- otorga el art. que "no 86 de se la ley desconoce 22.248 a la la Comisión Nacional de Trabajo Agrario para establecer las modalidades del trabajo agrario no permanente; pero lo que no puede ejerza declararse en procedente desmedro consagradas, cual es de la es que esa garantías libertad de facultad se constitucionales contratar...", ver recurso fs. 282), lo que resulta de suyo dirimente -ademáspara sellar la suerte adversa del agravio es que la quejosa ha dejado completamente sin embate el restante flanco argumental que exhibe la sentencia en crisis: el vinculado a que la ley 22.248 mantuvo vigentes las normas previas que establecían la contratación obligatoria a través de las bolsas de trabajo sindicales. En efecto, más allá de las lacónicas afirmaciones de la recurrente relativas a que la res. 336/02 "vino so pretexto de reglamentar, a poner en vigencia las disposiciones del Decreto 1421/67, que fueran en primer lugar derogadas por la Ley de facto 21.476..." (recurso, fs. 281), lo cierto es que, a lo largo de todo el escrito recursivo, no hay una sola mención acerca de las restantes normas (art. 145 del R.N.T.A, Res. 1233/1980 del Ministerio de Trabajo y Res. 57/1975, 59/1975 y 13/1976 de la Comisión Nacional de Trabajo Rural) que la Cámara -en línea con lo esgrimido por resoluciones los propios impugnadas- órganos invocó que dictaron para justificar las su conclusión relativa a que las res. 336/2002 y 8/2002 no hicieron más competencia que reglamentar, legalmente delegada, en ejercicio las de modalidades una de funcionamiento de un sistema de contratación (bolsas de trabajo sindicales) que había sido mantenido por el sistema de la ley 22.248. Al respecto, cabe resaltar -a título descriptivo, y sin que ello implique abrir juicio sobre la cuestión debatida- que, efectivamente, el art. 145 de la ley 22.248 prescribía resoluciones que "Las dictadas disposiciones oportunamente contenidas por la en Comisión Nacional de Trabajo Rural o por el Ministerio de Trabajo, en ejercicio de facultades conferidas a aquélla, mantendrán su vigencia, salvo que fuesen especialmente modificadas", mientras que el art. 1 de la res. 1233/1980 del Ministerio de Trabajo (B.O. del 7-VIII-1980, A.D.L.A., 1980-C, pág. 2753) dispuso exceptuar "de la prórroga dispuesta en el art. 145 del Régimen Nacional de Trabajo Agrario" una serie de normas contenidas en las Resoluciones de la Comisión Nacional de Trabajo Rural, entre las cuales no se incluyó a aquéllas invocadas obligatoriedad sindicales ámbito de para rural por la recurrir contratar (res. alzada que a bolsas las personal 57/1975, no 59/1975 establecen de trabajo permanente y la en 13/1976). el Esta conclusión de la Cámara -como anticipé- coincide con el razonamiento esgrimido tanto por el Ministerio de Trabajo como por la justificar su Comisión Nacional habilitación para de Trabajo dictar Agrario las para resoluciones impugnadas por la empresa demandada (ver art. 1, segundo párrafo de la res. 336/2002 y el párrafo tercero de sus considerandos; asimismo, art. 2 de la res. 8/2002 de la C.N.T.A.). Para más, no puede soslayarse que la validez constitucional de esas normas (art. 145 del R.N.T.A, res. 1233/80 del Ministerio de Trabajo y res. 57/1975, 59/1975 y 13/1976 de la Comisión Nacional de Trabajo Rural), en las que la Cámara encontró suficiente sustento para convalidar la competencia del Ministerio y de la Comisión para dictar las resoluciones citadas, no fue cuestionada por la recurrente. Luego, resultando que -más allá de lo que pudiera opinarse sobre su acierto sustancial- es indudable que la mentada respuesta del juzgador abastece suficientemente el pronunciamiento, queda evidenciada la insuficiencia de la crítica en esta parcela. Cabe recordar, en ese sentido, que esta Corte ha declarado en reiteradas ocasiones que es insuficiente el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que el interesado omite controvertir idóneamente el análisis y fundamentos limitándose desarrollados -en cambio- en a el pronunciamiento, evidenciar su criterio discrepante y criticar posibles fisuras en la evaluación realizada por los sentenciantes, sin demostrar que tales aspectos secundarios del fallo logren conmover la estructura que lo dota de sustento (conf. causas L. 89.586, "Gatica", sent. del 11-VI-2008; L. 90.795, "Bennari", sent. del 12-XII-2007; L. 88.769, "Fernández Alonso", sent. del 6-VI-2007; L. 86.418, "Maldonado", sent. del 27-XII-2006; entre muchas). Si carácter semejante general (art. afirmación 279, puede C.P.C.C.), predicarse con mucha con mayor razón ha de exigirse la crítica eficaz de lo decidido en las instancias resolver es una ordinarias postulación cuando de lo que semejante corresponde trascendencia institucional como lo es la destinada a descalificar la validez constitucional de una norma jurídica, planteo que -como es sabido- requiere una contundencia tal que despeje toda duda en torno a la incompatibilidad de la norma que se pretende invalidar con el texto constitucional, requisito que no cumple un recurso que -como el aquí examinado- deja absolutamente inatacado un aspecto sustancial del razonamiento sentencial que intenta revertir. La línea de razonamiento expuesta ha sido ratificada recientemente por la Corte Suprema de Justicia de la Nación al recordar constitucional de supeditada a que demostrado que perjuicio un "[...] precepto en irroga concreto que el a en la descalificación normativo pleito alguno la de medida se quede los en encuentra palmariamente contendientes que su un aplicación entraña un desconocimiento o una restricción manifiestos de alguna garantía, derecho o título o prerrogativa fundados en la Constitución; es justamente la actividad probatoria de los contendientes así como sus planteos argumentales los que deben poner de manifiesto tal situación". Para agregar en ese mismo sentido que "[...] cuanto mayor sea la claridad y el sustento fáctico y jurídico que exhiban las argumentaciones posibilidades gravamen declaración de puede de de que las los partes, jueces únicamente mayores puedan remediarse inconstitucionalidad de la serán decidir si las el mediante la norma lo que genera" (conf. causa R.401.XLIII, "Rodríguez Pereyra, Jorge Luis y otra c/ Ejército Argentino s/ Daños y perjuicios", sent. de 27 de noviembre de 2012). En el mismo orden, ha establecido este superior Tribunal que dado que la declaración de inconstitucionalidad de una ley constituye un acto de suma gravedad institucional, de manera que debe ser considerada como la ultima ratio del orden jurídico, los requisitos establecidos por el art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial en orden a la fundamentación del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley cobran particular gravitación en casos en los que se pretende la revisión de un pronunciamiento constitucionalidad judicial de un que decide precepto legal acerca que allí de se la ha aplicado (conf. causas L. 62.704, "Caamaño de Trincado", sent. del 29-IX-1998; Ac. 60.887, "López Beatriz", sent. del 24-III-1998; Ac. 50.900, "Rodríguez", sent. del 15-XI1994; L. 45.654, "Silacci de Mage", sent. del 28-V-1991). En consecuencia -también ha dicho esta Corte-, la carga impugnativa debe exacerbarse para arribar a una conclusión tan relevante como aquélla que conduce a invalidar un precepto por contrario a la Constitución (conf. causas I. 2340, "Aguas Argentinas S.A.", sent. del 5-III-2008; I. 1992, "Aguas Argentinas S.A.", sent. del 7-III-2005). En tal sentido, en tanto el recurso ha dejado incólume uno de los fundamentos centrales sobre los que se estructuró el razonamiento que condujo al sentenciante a convalidar la validez formal de las normas impugnadas, el remedio procesal bajo examen ciertamente no ha satisfecho las exigencias indicadas, razón por la cual se impone su rechazo. b. De similar insuficiencia adolece el embate intentado respecto de los motivos por los cuales la Cámara desechó el planteo inconstitucionalidad fundado material en de la las supuesta resoluciones impugnadas. Como quedó señalado en el relato de antecedentes, insiste la quejosa en afirmar que la obligación de contratar el personal no permanente a través del mecanismo de la bolsa de trabajo administrada por la asociación sindical vulnera su libertad de contratar, el principio de igualdad amparados y los por derechos los arts. de 14, trabajar y de 14 16 y bis, propiedad 17 de la Constitución nacional. Empero, nuevamente aquí sus argumentos no representan más que una simple pretensión de reemplazar la ponderación constitucional efectuada por la alzada, sin que logre la impugnante demostrar el error que atribuye a ésta al no constatar, en el caso, una relación de manifiesta incompatibilidad entre las normas que descalifica y las garantías que reputa conculcadas. (i) En primer lugar, el repetido cuestionamiento concerniente a que el mecanismo de contratación bajo análisis "obliga a los trabajadores a pertenecer, aunque involuntariamente, a la Bolsa de Trabajo de UATRE" y, por lo tanto, a afiliarse a dicha entidad sindical, violando la libertad de agremiación de éstos y el art. 14 bis de la Constitución (ver recurso, fs. 282 vta., 283 vta., 284 vta., 285 y 286 vta.), debe ser desestimado sin más habida cuenta que -más allá de lo que pudiera opinarse en caso de que un cuestionamiento de esa índole fuera efectuado por un trabajador o sindicato directamente afectado por tal disposición, tópico sobre el que no cabe abrir juicio aquíes evidente a todas luces que la empresa recurrente no tiene interés ni legitimación para efectuar un planteo semejante en defensa de los trabajadores no afiliados al sindicato. No puede soslayarse que está fuera de la órbita del Poder Judicial expedirse en forma genérica sobre la constitucionalidad de las normas emitidas por los otros poderes, en tanto dicho control se abre siempre y cuando se produzca quien un perjuicio legítimamente concreto lo invoca al derecho (conf. que causa I. asiste a 68.479, "Campanaro", int. del 28-VI-2006). (ii) En segundo término, las restantes críticas que exhibe la queja, además de estar planteadas en términos excesivamente genéricos, tampoco se ocupan de intentar derribar el conjunto de motivaciones explicitadas por el sentenciante de grado para desechar la tacha de inconstitucionalidad. Así, las reiterativas alegaciones a la denunciada conculcación de la libertad contractual no logran ocultar el hecho incontrastable de que la quejosa no se hace cargo de desvirtuar el desarrollo sentencial estructurado sobre la base de que los derechos están sujetos a las leyes que reglamentan su ejercicio y que, bajo determinadas condiciones, es posible limitar aquel derecho individual por razones de interés general y para tornar efectivos los derechos sociales que también tienen raigambre constitucional, parcela del fallo que la Cámara basó en la jurisprudencia de la Corte federal ("Cine Callao", Fallos 247:121) y en el art. 14 bis de la Constitución nacional (sent., fs. 253 y vta.), y que no ha merecido una crítica frontal por parte de la recurrente, quien -evidenciando una técnica recursiva deficiente e impropia para fundar un planteo de inconstitucionalidad- se limita, en rigor, a reiterar los argumentos blandidos al contestar la demanda (ver fs. 45 vta./48 vta.) y a reproducir textualmente -como lo hizo en la réplica- argumentos presuntamente vertidos por la Cámara de Apelaciones de San Nicolás en el precedente que identifica (elaborado, para más, sobre la base de normas diferentes a aquellas cuya validez constitucional cuestiona en autos), sin siquiera intentar relacionarlos con las cuestiones específicamente debatidas en la especie. A ello cabe añadir que, al momento de justificar el rechazo tribunal de de la inconstitucionalidad grado subrayó requerida, especialmente el el carácter temporario de las contrataciones que deben realizarse con arreglo al mecanismo cuestionado (sent., fs. 253 y vta.), sin que la interesada se haya detenido a intentar rebatir la relevancia sentido, que de tal la distinción. afirmación Cabe recursiva precisar, según la en ese cual las contrataciones implementadas mediante la bolsa de trabajo se terminan transformando en "relaciones laborales permanentes con prestaciones cíclicas" (ver fs. 283) no ha sido probada en la causa, razón por la cual -al no superar el registro de una mera conjetura- tampoco resulta hábil para revertir el pronunciamiento. Idéntica insuficiencia exhibe la crítica estructurada en torno a la presunta violación del derecho de propiedad, habida cuenta que, más allá de que -contrariamente a lo que parece entender la quejosa- dicho derecho estando constitucional sujeto, reglamentan su como no todos ejercicio reviste los carácter demás, (conf. a causas las B. absoluto, leyes que 63.983, "Servipark S.A.", sent. del 9-XII-2009; I. 1490, "Bargo", sent. del 5-VII-2000; Ac. 34.592, "Fregonese", sent. del 23-VIII-1985; Ac. 32.785, "Cinturón Ecológico Área Metropolitana Sociedad del Estado", sent. del 15-V-1985), la circunstancia hipotética que invoca para justificar el agravio constitucional (afincado en el argumento de que, en caso de que no la satisficiera ninguno de los trabajadores propuestos por la bolsa de trabajo sindical, "debería dejar perder sus cosechas"; recurso, fs. 285 vta.) tampoco se ha verificado en la especie, lo que demuestra -otra vez- el carácter meramente conjetural del perjuicio alegado. Cuadra entonces recordar que la declaración de inconstitucionalidad de una norma supone siempre que se ha demostrado una vulneración a los derechos invocados por el reclamante, de forma tal que el agravio que se expone para su juzgamiento debe ser cierto, no hipotético (conf. causa A. 68.418, "Asenjo", sent. del 15-IV-2009). Por último, tampoco acierta la quejosa en cuanto sostiene lacónicamente contradicen el que principio de las normas igualdad, impugnadas en tanto la Constitución impone que todos los habitantes son admisibles en el empleo sin otro requisito que la idoneidad (recurso, fs. 285). En primer lugar, ni siquiera intenta explicar la interesada requisito de qué modo constitucional afectaría el en mecanismo su de perjuicio ese contratación establecido en la normativa cuestionada, al punto que no invoca -ni mucho menos demuestra- que otros empleadores, que eventualmente situación que se ella, encontrasen estuvieran en la misma habilitados o -en similar desmedro suyo- para soslayar el deber de recurrir a la bolsa de trabajo. Cabe recordar que la garantía de la igualdad ante la ley impone la obligación de tratar de un modo igual a los iguales, en iguales circunstancias, no pudiéndose reputarse violatorias de ese principio las medidas que no obedezcan causas 63.493, a A. propósitos 68.850, "Saravia", "Tonelli", "Carpinetti", hostiles sent. sent. del del o sent. persecutorios del 18-III-2009; 27-VIII-2008; 4-III-1997; (conf. Ac. Ac. B. 61.295, 33.989, "Soler Ursino", sent. del 4-VI-1985), circunstancia esta última no denunciada por la quejosa y que tampoco se advierte configurada en la especie. En segundo término, ignora la recurrente que la res. 13/1976 de la Comisión Nacional de Trabajo Rural -norma expresamente mencionada en el art. 2 de la res. 8/2002 de la C.N.T.A. que la alzada consideró vigente y aplicable al caso, en conclusión, como vimos, inatacadaestablece expresamente que el personal contratado a través de la bolsa de trabajo "deberá reunir condiciones de idoneidad para las tareas que hubiere de realizar" (conf. art. 5, párrafo cuarto de la res. 13/76 de la C.N.T.R., del 21-I-1976), lo que demuestra el carácter infundado del embate. (iii) En definitiva, por los mismos argumentos que he esgrimido en los últimos párrafos del apartado III. 3. a. de este voto, el agravio debe ser desestimado en atención a su indudable insuficiencia para rebatir los variados argumentos explicitados por la Cámara sentenciante al desechar la pretensión de la demandada. Al respecto, ha declarado este Tribunal que debe ser desestimado por insuficiente el planteo de inconstitucionalidad si la articulación ha sido vertida de manera genérica, incumpliendo el interesado con la carga impugnatoria que le es propia (conf. causa B. 57.842, "Antonietti", sent. del 23-V-2001). En ese contexto, cabe recordar una vez más que la procedencia de la declaración de inconstitucionalidad de una norma jurídica requiere que el interesado demuestre acabadamente de qué manera la norma cuestionada contraría la Constitución, Consecuentemente, causándole de ese un de esta planteo modo un agravio. índole, para ser atendido, debe tener un consistente desarrollo argumental y contar con no menos sólidos fundamentos que se apoyen en las probanzas de la causa (conf. causas B. 62.764, "Fontana", sent. del 21-IV-2010; B. 60.663, "Galván", sent. del 16-XII-2009; P. 87.309, "U., J.", sent. del 13-IX-2006; I. 2169, "Almirón", sent. del 3-XII-2003; I. 2027, "Sindicato de Trabajadores Municipales de Necochea", sent. del 27-XII-2000; entre muchas otras), requisitos que indudablemente no han sido cumplidos en la presentación recursiva bajo examen, falencia que define su insuficiencia técnica y justifica su desestimación. IV. En virtud de lo expuesto, corresponde rechazar el recurso extraordinario traído, con costas a la vencida (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. El señor Juez doctor Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. distinguido Comparto colega la doctor opinión Hitters, brindada pues por entiendo que mi a mérito de su insuficiencia, el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley debe ser desestimado (art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial). 1. La conclusión de la alzada que indica que las resoluciones 336/2002 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación y 8/2002 de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario sólo vinieron a reglamentar -en el marco de facultades expresamente delegadas por el legislador- un mecanismo vigente de contratación por medio de las bolsas de trabajo, lejos está de ser conmovida con las aseveraciones que en el punto realiza la impugnante, y que en fin, sólo evidencian un reproche parcial y paralelo a la estructura argumental en la que se sustenta el fallo. 2. En cuanto a la sustancia de lo debatido en el litigio, tampoco las genéricas objeciones con las que la quejosa intenta desvirtuar el examen constitucional desplegado por la Cámara de Apelación a la luz de los arts. 14, 14 bis y 28 de la Carta Magna constituyen un embate hábil. El recurso no satisface la ineludible carga de contar con una adecuada fundamentación ya que carece de una impugnación concreta, directa y eficaz a las motivaciones esenciales que contiene el pronunciamiento objetado (conf. causas L. 97.259, 98.667, "Lorenzo", "Duarte", sent. sent. de de 23-XII-2009; 13-X-2010; L. L. 99.380, "Alberghini", sent. de 4-V-2011). Y no cabe olvidar que -como se señala en el voto que inaugura este acuerdo- en tanto la declaración de inconstitucionalidad de una norma constituye una de las más delicadas funciones susceptibles de encomendar a un tribunal de justicia, acto de suma gravedad considerado como utima ratio del orden jurídico (conf. causas I. 2340, "Aguas Argentinas S.A.", sent. de 5-III-2008; B. 66.500, "Baldini", sent. de 30-III-2011; entre otras), aquellos requisitos establecidos en el citado art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial cobran particular gravitación en casos como el presente, en el que se pretende la revisión de un pronunciamiento judicial que decide acerca de la validez constitucional de los preceptos aplicados (conf. causas L. 62.704, "Caamaño de Trincado", sent. de 9-IX1998; Ac. 60.887, "López Beatriz", sent. de 24-III-1998; Ac. 50.900, "Rodríguez", sent. de 15-XI-1994). Finalmente, dable es señalar que aquella doctrina que indica que la declaración de inconstitucionalidad de una norma constituye un remedio de ultima ratio, ha sido recientemente reiterada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (sent. en del la causa R.401.XLIII, 27-XI-2012), pronunciamiento referido "Rodríguez si bien en al ejercicio el Pereyra" marco del de un control de constitucionalidad de oficio por los magistrados, temática ajena a la ventilada en estas actuaciones (conf. consid. 14º del voto de la mayoría). II. reitero mi Luego, adhesión bajo al las consideraciones sufragio emitido por expuestas, el colega ponente. Voto por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: 1. He dicho en otras oportunidades que si la declaración de oficio de la inconstitucionalidad de una norma puede y debe hacerse cuando las circunstancias así lo exigen, la deficiencia técnica del recurso intentado por las partes no puede ser obstáculo que interfiera en la actividad del juez a la hora de analizar la congruencia constitucional de las normas aplicables al caso (conf. L. 96.791, "Santecchia", sent. del 31-VIII-2011; L. 78.229, "Medinilla", sent. del 14-IV-2004; L. 78.604, "Ramírez da Silva", sent. del 21-V-2003). Desde esa perspectiva, no me limita en el análisis de la cuestión traída a debate la insuficiencia del planteo que ponen de manifiesto los colegas que me preceden en la votación. 2. a. La empresa demandada se agravia de la decisión de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial Pergamino que, haciendo lugar al recurso de los actores, admitió la acción de amparo por ellos impulsada y la condenó a contratar a los estibadores no permanentes para prestar servicios en su planta de silos de la ciudad de Colón por intermedio de la Bolsa de Trabajo de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (U.A.T.R.E.), de conformidad con la resoluciones 336/2002 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (M.T.E. y S.S.) y 8/2002 de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (C.N.T.A.), cuya declaración de inconstitucionalidad dejó sin efecto. b. Analizado inaplicabilidad de ley el recurso que corre extraordinario glosado a fs. de 273/288 observo que, en lo sustancial, la recurrente afirma que a diferencia de lo que se expresa en la sentencia impugnada, existe impedimento legal para la utilización obligatoria de las bolsas de trabajo, toda vez que la ley 22.248 que establecía el Régimen Nacional de Trabajo Agrario (R.N.T.A.) nada dice al respecto y no puede inferirse esa obligatoriedad de la voluntad del legislador de delegar en órganos administrativos la reglamentación de las condiciones propias del trabajo agrario no permanente. En esa línea, aclara que no desconoce la facultad que el artículo 86 de la ley citada reconoce para establecer las modalidades de ese tipo de trabajo; sin embargo, considera que tal facultad no pudo ser ejercida con detrimento de la libertad de contratar, del derecho de trabajar, comerciar, ejercer toda industria lícita y disponer de la propiedad (arts. 14, 14 bis y 17 de la Constitución nacional). En otro orden, se queja de la interpretación que del art. 1 hizo el a quo, al derivar de la expresión "proveerán" la imposición de una exigencia inexcusable que descarta la posibilidad de utilización facultativa de las bolsas de trabajo. Precisa que el perjuicio ocasionado a su parte consiste en el cercenamiento de su libertad de elegir a los trabajadores que habrán de desempeñarse bajo su dirección a la vez que, para éstos, en la obligación de pertenecer -aun involuntariamente- a la bolsa de trabajo de la U.A.T.R.E., violando así monopolio su de libertad dicha de trabajar organización y garantizando sindical. En esa el línea manifiesta que si bien la bolsa de trabajo no obliga a los trabajadores a afiliarse a un determinado sindicato, no puede desconocerse que la circunstancia de que la misma sea organizada por la U.A.T.R.E. coloca a quienes reciban trabajo por su intermedio en una situación comprometida con respecto a su decisión de agremiarse o no. 3. Considero, a diferencia de los colegas que me preceden en la votación, que el recurso debe prosperar. a. jerarquía Aún antes constitucional de que nuestro país a los Tratados reconociese que declaran y garantizan los derechos humanos, fue posible -en sintonía con los arts. 19 y 33 de la Constitución nacional- el desarrollo de los derechos enumerados en su art. 14 y de otros que, pese a no haber sido enunciados, se incluyen en su sistema de valores. constitucionalismo Luego, social, con la aquellos incorporación derechos del debieron armonizarse con los previstos en el art. 14 bis. La contractual libertad no han sido de contratar expresamente y la libertad consagradas en la Constitución argentina pero, es claro, derivan del derecho de trabajar, comerciar, ejercer toda industria lícita y de disponer de la propiedad, incluido en su art. 14. Se sabe restricciones que, desde referidas no antiguo, sólo a se han los admitido contenidos contractuales (el derecho del trabajo vale como ejemplo toda vez que, haciéndose cargo de la desproporción negocial de los sujetos protagonistas de las relaciones laborales, procura proteger a la parte débil poniendo límite a la libre determinación de las cláusulas del contrato a través de la imposición de normas de imperatividad relativa que impiden el pacto de condiciones de trabajo menos favorables que las previstas en ellas), sino también a la libertad de contratar, es decir, a la autonomía de la voluntad en la faz constitutiva de los contratos (lo que sucede cuando se impone a alguien la obligación de contratar o cuando se obliga a contratar a ciertas personas). b. El caso bajo análisis se ubica, sin duda, entre los mencionados en segundo lugar: la recurrente se agravia del pronunciamiento que la obliga a contratar estibadores no permanentes para prestar servicios en su planta de silos ubicada en la ciudad de Colón a través de una bolsa de trabajo sindical; en otras palabras, que le impide la contratación de trabajadores que no pertenezcan a esos organismos de colocación. c. Puestos a analizar la reglamentación del derecho de contratar de los empleadores del sector agrario dedicado al manipuleo y almacenamiento de granos, no debe perderse de vista que no existen derechos absolutos en su ejercicio y que sólo la ley puede reglamentarlos (principio de legalidad que no impide las reglamentaciones por parte del Poder Ejecutivo, en la medida que se circunscriban a los términos de las propias leyes y la Constitución). La necesidad de reglamentar el ejercicio de los derechos constitucionales puede encontrar fundamento en múltiples razones, pero no alcanza con el cumplimiento del principio de legalidad para garantizar que la reglamentación no los pulverice. Será necesario comprobar que los principios de privacidad y razonabilidad sean respetados en esa actividad reglamentaria (arts. 19 y 28, Const. nac.), sin olvidar que los conflictos generados por ella también enfrentan al intérprete con el tema de la concurrencia no siempre pacífica de los derechos personales y los intereses generales (art. 75 inc. 18, Const. nac.). 4. Con esa perspectiva, lo adelanto, encuentro que se configura, en la especie, el agravio denunciado por la recurrente. a. El caso trata sobre la reglamentación de la libertad ordinaria de y contratar en corriente: el la marco de la de una situación contratación de trabajadores temporeros (no permanentes) ocupados en las actividades de manipulación y almacenamiento de cereales, carga y descarga de oleaginosas y fertilizantes, fuera de cualquier contexto excepcional. Digo esto porque no se verifican en la especie, siquiera, las emergencias sociales y laborales que llevaron a la Corte Suprema de Justicia de la Nación a convalidar en la causa "Cine Callao", Fallos 247:121 (1960), citada en el pronunciamiento impugnado, las normas laborales que imponían a los empresarios cinematográficos la obligación de contratar artistas de variedades con motivo de la desocupación que afectaba al sector. No encuentro, en el caso, que la reglamentación observada sea consecuencia de la necesidad de armonizar el ejercicio de diferentes derechos por distintas personas o para evitar que la práctica de un derecho por una de ellas impida a otra hacer lo propio. Tampoco que se halle comprometida en la especie la realización de valores como la justicia, la seguridad, la igualdad y la moralidad pública. b. En los considerandos de la resolución M.T. 336/2002 se relata la suerte corrida por el decreto 1421/1967, antecesor en el tema, y se expresa "... en la práctica, el mecanismo descripto resulta útil para disminuir el empleo no registrado en el ámbito rural y favorece la fluidez entre la oferta y la demanda de trabajo en el ámbito de la actividad...", por lo cual "resulta conveniente establecer la obligatoriedad del uso de las bolsas de trabajo en el ámbito rural para la provisión de trabajadores no permanentes, manteniéndolas a cargo de las asociaciones con personería gremial...". La pregunta es, entonces, si la imposición de las personas con las que se ha de contratar (en el caso, sólo las inscriptas en la bolsa de trabajo sindical) es un medio razonable en términos de proporcionalidad -y dada la existencia de vías alternativas- para lograr el objetivo de disminuir el empleo no registrado en el ámbito rural de manipulación y almacenamiento de cereales y favorecer la fluidez del mercado de trabajo en ese sector. c. Para dar respuesta a ese interrogante y no obstante que he de disentir con la solución final que se propone en el voto que abre el acuerdo, debo señalar una coincidencia inicial con lo que en él se expresa en punto a que el agravio que hace hincapié en que el mecanismo de contratación analizado obliga a los trabajadores a pertenecer, aunque no lo deseen, a la bolsa de trabajo del sindicato, debe ser desestimado en razón de la ausencia de interés y legitimación de la recurrente para efectuar un planteo de esa naturaleza en defensa de los trabajadores no afiliados a la U.A.T.R.E. Las restantes críticas (imposibilidad de seleccionar libremente a los trabajadores que habrán de prestar servicios bajo su dependencia y la seria expectativa de continuidad generada ilegítimamente a los trabajadores con consecuencias indemnizatorias para los empleadores del sector), en cambio, deben ser atendidas pues, en mi opinión, suman argumentos a los ya expresados en el apartado 4.a. de inconstitucionalidad del trabajadores no rurales este voto sistema para de permanentes declarar colocación regulado por la de las resoluciones M.T. 336/2002 y C.N.T.A. 8/2002. No es un dato menor, según lo entiendo, que la resolución 8/2002 de la C.N.T.A. en su tramo dispositivo prevenga que "La aplicación de la Resolución M.T.E. y S.S. 336/2002 comprende exclusivamente a las Bolsas de Trabajo en funcionamiento y existentes a la fecha del dictado de dicha resolución que correspondan a las actividades de manipulación y almacenamiento de cereales, carga y descarga de oleaginosas y fertilizantes" (art. 1) y a la vez disponga que "La creación de una nueva Bolsa de Trabajo, por una nueva actividad o tarea en el ámbito del trabajo agrario, o en las actividades comprendidas en el artículo 1°, debe Trabajo ser peticionada Agrario, con ante la presentación Comisión de Nacional los de oportunos fundamentos y la determinación del ámbito de aplicación de la misma. En los lugares donde no exista Bolsa de Trabajo, la contratación será libre" (art. 3). d. Entiendo que las normas cuestionadas dispusieron, en realidad, el retorno a un sistema que, con matices, había sido implementado con anterioridad. Es cierto que el carácter cíclico o estacional de las tareas agrarias determina con frecuencia el cambio de empleador y de lugar de trabajo y que en el marco de esos desplazamientos trabajadores la colocación agrarios no organizada permanentes a de través los de las denominadas bolsas de trabajo puede resultar un instrumento útil a disposición de los sujetos protagonistas de esas relaciones de trabajo. Pero existe una diferencia evidente entre decidir acogerse a esa práctica y ser obligado a ello. En suma, considero que la imposición a la recurrente de la obligación de contratar estibadores no permanentes para prestar servicios en su planta de silos de la ciudad de Colón por intermedio de la bolsa de trabajo de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (U.A.T.R.E.), vulnera su libertad de contratar derivada de los derechos constitucionales de trabajar y ejercer toda industria lícita y de usar y disponer de su propiedad (art. 14, Const. nac.), correspondiendo en consecuencia declarar la inconstitucionalidad de la resolución M.T.E. y S.S. 336/2002 y la resolución C.N.T.A. 8/2002 en la medida que así lo disponen, sin que se verifiquen, en la especie, motivos de entidad suficiente para justificar esa restricción. Toda declarar vez la que lo expuesto inconstitucionalidad alcanza a pretendida, fin de estimo innecesario referirme a los restantes planteos introducidos por la recurrente. 5. En razón de todo lo expuesto, propongo hacer lugar al recurso interpuesto, con costas a la vencida (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la afirmativa. El señor Juez doctor de Lázzari, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, por mayoría, se rechaza el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído; con costas (art. 289 del C.P.C.C.). Regístrese, notifíquese y devuélvase. EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI JUAN CARLOS HITTERS DANIEL FERNANDO SORIA LUIS ESTEBAN GENOUD GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario MIP