Contactos con asesinos Tras la acción criminal: sadismo y

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com o un acto te rro rista más, un
episodio confuso.
7. - El Cónsul General Sr. Droguet
cum plió fielm ente y al pie de la letra
las instrucciones, negándose una y
otra vez a concederle el pasaporte al
general Prats. Aún más, en una opor­
tunidad el General se presentó al Con­
sulado para insistir por su pasaporte,
ahora con m otivo de un viaje urgente
que debía hacer a Brasil com o em­
pleado de la empresa en que traba­
jaba. Droguet inform ó inm ediatam ente
a la Em bajada y a Ramírez. Y le volvio
a negar el pasaporte. Poco tiem po
despues el día 19 de Septiem bre, día
de las Fuerzas Armadas Chilenas, el
General recibió una nueva llam ada
telefónica amenazando su vida y en
ella se hizo m ención por prim era vez
a su próxim o viaje a Brasil. En vista
de esto, Prats se presentó ante Dro­
guet reprochándole su conducta y
señalándole que solo él, com o Cónsul
sabía de aquel viaje. El Sr. Cónsul no
dio respuesta alguna. En todo caso no
hacía más que cu m p lir con su delez­
nable labor: cóm plice del crimen.
Contactos con asesinos
8. - Para llevar a cabo el crim en del
general, el DINA contaba con una
inform ación valiosa: desde hace mu­
chos años la ultra derecha chilena del
Partido N acional y de Patria y Liber­
tad tenía en Argentina un buen apara­
to de apoyo logístico para operativos
com o el que ahora se realizaría. Esto
está dem ostrado por la actividad sedi­
ciosa desplegada contra el gobierno
del presidente Allende, usando a la
Argentina com o base de apoyo. Con
este objeto la DINA tom ó contacto
con Juan Luis Ossa Bulnes, jefe m ili­
ta r del Partido Nacional, prim o her­
mano de Juan Luis Bulnes, asesino
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del general Schneider, recientem ente
liberado de toda culpa por la junta (al
igual que Jaim e Melgoza, el otro ase­
sino). —
9. - Juan Luis Ossa Bulnes viajó a
Buenos Aires a m ediados de Septiem ­
bre, asistiendo a no menos de 7
reuniones y citas, en distintas casas y
confiterías de la Capital Federal A rgen­
tina, con conocidos facistas y chilenos
residentes en Argentina, jefes clan­
destinos de escuadrones param ilitares. Igualmente se contactó con per­
sonal m ilita r de la Embajada chilena.
Juan Luis Ossa cum plió su tarea y
abandonó Argentina en la víspera del
crim en. Dispuso en Buenos Aires todas
las condiciones operativas y de apoyo,
para que esta fuera una operación
.lim pia' y sin mayores peligros. Cum­
plió eficientem ente su deleznable la­
bor: la del organizador m aterial del
crim en.
10. — El com ando que asesinó a Prats
era cívico m ilitar. Los civiles los dis­
puso Ossa Bulnes, los m ilitares viaja­
ron desde Chile, via M ontevideo.
Fueron reclutados por la DINA. Uno
de ellos telefoneo anónim am ente al
general Prats, la noche del 24 de
Septiem bre, avisándole que su vida
corría peligro. Le d ijo : ,Mi general, yo
nada puedo hacer, cum plo ordenes,
pero Ud. dé una conferencia de pren­
sa, denuncie esto, salve su vida, há­
galo antes de su viaje a B rasil.1 Con­
sultado por Prats sobre su identidad
y el porqué le hacia este aviso, res­
pondió: .Entienda Ud., mi general, que
no puedo d ecirle nada más, yo le
aviso porque no quiero mancharme las
manos con sangre.' A cto seguido c o r­
tó la com unicación, la que no duró
más de un m inuto.
11. — El em bajador Rojas, en co n o ci­
m iento de que la capacidad operativa
de la DINA y la derecha chilena en la
A rgentina crecía día a día, viajó a
Chile el 26 de Septiem bre a presentar
su preocupación por las consecuen­
cias que ésto podría acarrear a su
Emabajada y a las relaciones chilenosargentinas. Su ambigüedad y vacila­
ciones podrían costarle el puesto.
12. — El crim en se realizó salvajem en­
te, contra el general Prats y su es­
posa, el día 30 de Septiem bre en la
madrugada. Tuvo lugar antes de lo
previsto por el grupo asesino. Este
adelanto fue decidido una vez que
constataron la total ausencia de pro­
tección con que se movía el general
Prats. Dicha protección había sido
solicitada por éste a la Policía Federal
y al Ejército argentinos desde más de
tres semanas antes pero no había re­
cibido respuesta alguna, ni positiva ni
negativa. Cabe consignar que durante
la com andancia en jefe del general
Carcagno, recien llegado a la Argen­
tina el general Prats, había contado
con protección m ilitar.
Tras la acción criminal:
sadismo y rapiña de laureles
13. — Culm inada la acción crim inal to ­
dos los culpables tratan de ganar bo­
nos ante Pinochet:
- Silvia Pinto y Daniel G alleguíllos
informan a través de ,EL M ercurio' y
,La Tercera' con carácteres sádicos,
plenos de em briaguez crim inal, los
detalles m onstruosos del crim en. A los
pocos m inutos de com etido éste,
G alleguíllos estaba en el lugar del su­
ceso, haciendo entrevistas y com en­
tarios festivos sobre sus causas. Sin
duda están satisfechos de su labor.
La sola publicación de las fotos ob­
tenidas inm ediatam ente despues del
hecho, que m uestran el cuerpo destro­
zado del general, ponen de m anifiesto
la form a desembozada en que actua­
ron.
— El coronel Ramírez, acom pañado
de personal de la DINA adscrito a la
Embajada, ingresa a la casa deso­
cupada del general Prats. Procede a
revisar y fo to grafia r toda la docum en­
tación allí existente, entre ellas las
m em orias que el general Prats re­
cientem ente había term inado de es­
cribir. No quería quedarse atras y
con ésto ha ganado nuevos puntos
para su ascenso. Está satisfecho. Ha
cum plido con eficiencia su delezna­
ble labor, la de cóm plice del com ando
asesino.
14. - El asesinato del general de la
patria, Carlos Prats, no quedara im ­
pune. Sus asesinos pagarán.“
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Seqún últim as noticias, el coronel Ra­
mírez ha sido ascendido por Pinochet
a general, como „p re m io " a su „buen
tra b a jo ".
EXPRÉS ESPAÑ O L / Enero 1975
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