Parejas de la fé - Iglesia Shekina

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LAS PAREJAS DE LA FE
He. 11
INTRODUCCIÓN: La fe es un regalo que Dios nos da por medio de oír su palabra (Ro. 10:17),
lo que nos enseña que cuanto más oigamos y aprendemos la palabra de Dios, tendremos más
fe para aplicarla en nuestra vida diaria, porque necesitamos la fe para hacer todo sea de
palabra o de hecho, porque sin fe es imposible agradar a Dios (He. 11:6). La fe es un don (1
Co. 12:9), un espíritu (2 Co. 4:13), un escudo (Ef. 6:16), una coraza (1 Ts. 5:8), un misterio (1 Ti.
3:9), una batalla (1 Ti. 6:12), una riqueza (Stg. 2:5), etc. pero cuando está acompañada de
otras virtudes trae beneficios mucho mayores, porque la Biblia nos enseña que son mejor dos
que uno (Ec. 4:9­12).
DESARROLLO:
La fe es una virtud esencial para agradar a Dios (He. 11:6), para
desarrollarnos espiritualmente, para hacer la obra de Dios, para purificar nuestro corazón
(Hch. 15:9), para recibir la justicia de Dios (Ro. 3:28; 4:5; 5:1), para bendecir a nuestra
descendencia (He. 11:20­21), para vivir (Ro. 1:17), etc. y es por ello que necesitamos cultivarla
con paciencia para obtener las bendiciones que Dios desea que alcancemos; veamos las
virtudes con que debemos acompañar la fe para desarrollarnos en nuestra vida espiritual:
· FE Y ARREPENTIMIENTO, Hch. 20:21: Esta pareja de virtudes conducen al Nuevo
Nacimiento. Es necesario que el arrepentimiento este acompañado de fe para que pueda
conducir al nuevo nacimiento; arrepentimiento se traduce de la palabra griega metanoia
que significa cambio de mente, convertirse es dejar de hacer aquellas cosas que
desagradan a Dios, esto nos enseña claramente que arrepentirse no es únicamente llorar
como se ha creído, porque hay muchas personas que lloran cuando oyen un mensaje
evangelístico pero siguen en su misma vida pecaminosa (no se convierten); en Mateo 3:1­8
y Marcos 1:1­8 leemos que los fariseos se bautizaron con el bautismo de arrepentimiento
pero no le añadieron fe y por eso no llegaron al nuevo nacimiento, por eso Juan el Bautista
les dijo: “generación de víboras quien os enseñó a escapar de la ira venidera ?”. También
es importante que busquemos esta pareja de virtudes en nuestro caminar diario para que
cuando el pecado nos alcancé o cometamos alguna falta delante de Dios podamos
arrepentirnos y corregir la falta cometida (Hch 3:19).
· FE Y PERSEVERANCIA, 2 Ts. 1:4: Esta pareja es necesaria para poder soportar la prueba
y la persecución. La Biblia nos enseña en Mateo 13:1­9 y 18­23 que cuando el sembrador
(Jesucristo) salió a sembrar la buena semilla (palabra de Dios), esta cayó sobre diferentes
tipos de tierra, pero entre las que menciona están los pedregales, estos representan a
aquellos que escuchan la palabra y al momento la reciben con gozo, pero cuando viene le
prueba o la persecución, luego tropiezan, por eso el Señor Jesucristo enseñaba que el que
persevere hasta el fin será salvo (Mt. 10:22), porque vendrán momentos en que la lucha
será difícil y el enemigo buscara apartarnos del amor de Cristo (Ro. 8:35), pero sí no
desmayamos recibiremos nuestra recompensa de parte de Dios; debemos de imitar la
paciencia de Job en la tribulación, porque no atribuyó despropósito a Dios y al final de la
prueba Dios le dio mayor bendición que la del principio; también vemos que el apóstol
Pablo luego que entendió el propósito de Dios para su vida, se gozaba en las pruebas,
aflicciones y persecuciones (2 Co. 12:10). Otras virtudes en las que también debemos de
perseverar con fe son: la unidad y oración con los hermanos (Hch. 1:14), en al doctrina
apostólica (Hch. 2:42), en la gracia (Hch. 13:43), en hacer el bien (Ro. 2:7), etc.
· FE Y BUENA CONCIENCIA, 1 Ti. 1:19: Esta pareja nos ayuda a pelear la buena batalla. La
conciencia es un juez interno que todos nosotros tenemos, quien nos indica cuando
estamos haciendo algo malo o bueno (Ro. 9:1); cuando estábamos apartados del Señor en
el mundo nuestra conciencia era mala a causa del pecado, pero cuando llegamos al Señor
el nos dio una conciencia nueva, neutra lavada con su sangre y es aquí en donde cada uno
de nosotros debemos de avanzar en el desarrollo de nuestra conciencia hasta alcanzar una
conciencia perfecta; al bautizarnos alcanzamos una buena conciencia (1 P. 3:21), por eso
es de gran importancia llegar a las aguas del bautismo; es importante que para pelear esta
batalla nos vistamos con la armadura que Dios ha dejado para nosotros (Ef. 6:14­18).
También debemos buscar la fe y la buena conciencia para tener un amor puro hacia los
hermanos (1 Ti. 1:5), para conducirnos bien en todo (He. 13:18), para avergonzar con
nuestra conducta a los que murmuran de nosotros (1 P. 3:15­16).
· FE Y BUENAS OBRAS, Stg. 2:17­18: Esta pareja es necesaria para perfeccionar la fe. La
Biblia nos enseña que nosotros somos salvos por fe y por gracia (Ef. 2:8), no por obras para
que nadie se gloríe (Tit. 3:5); pero también leemos en Santiago 2:17­18 que la fe sin obras
es muerta e imperfecta, esto nos enseña que conforme vamos avanzando en la fe, pasando
por la fe salvadora (Atrio), luego el don de fe (L. Santo) y por ultimo la fe transformada en
fidelidad (L. Santísimo), debemos de complementarla con buenas obras, porque sí
únicamente se hacen buenas obras sin fe, no cuentan delante de Dios y sí solamente se
tiene fe tampoco es tomado en cuenta; es por eso que Dios había dado mandamientos en el
A.T. que en el tiempo de la cosecha no recogieran en todo el campo sino que dejaran una
parte, porque de esa forma los huérfanos, las viudas y los pobres tendrían que comer,
también en Mateo 25:31­46 el Señor está recompensando a las personas que hicieron el
bien a los demás. Debemos ser equilibrados y cuidadosos porque hay personas que
únicamente buscan aprovecharse de los demás, sobre todo de los cristianos.
· FE Y ORACIÓN, Stg. 5:15: Para recibir la misericordia de Dios. La oración es una
necesidad que debemos suplir sin desmayar como la viuda que le suplicaba al juez injusto
(Lc. 11:1­8), y debe ir acompañada de fe porque cuando nos acercamos a Dios debemos
creer que El existe y es galardonador de los que le buscan (He. 11:6), y de esta forma
tenemos comunión con Dios, conocemos su voluntad y también recibiremos lo que pedimos
creyendo (Mt. 21:22), por eso el Señor Jesucristo siempre se apartaba para orar (dialogar,
platicar) con su Padre (Mt. 14:23; Lc. 5:16, 9:28­29, 11:1) y hacer su voluntad, de esa misma
forma debemos acercarnos a Dios con humildad para que El responda nuestras oraciones
(2 Cr. 7:14), orando en el espíritu unos por otros (Jud. 20; Stg. 5:16)
CONCLUSIÓN: La fe es un proceso en el cual debemos avanzar diariamente y debe estar
acompañada de las virtudes que El Señor ha dejado a nuestro alcance para que podemos
disfrutar la vida en abundancia, únicamente debemos esforzarnos, obedecer, permanecer y
creer para que así podamos dar testimonio de la vida de Cristo en nosotros.
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