El enfoque conductista “cognitivo-racionalista”

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El enfoque conductista “cognitivo-racionalista”
nstaurado a mediados del siglo XX por B. F. Skinner
se funda en que sólo la conducta manifiesta
observable objetivamente desde el exterior era
la única susceptible de ser estudiada con rigor
científico, lo que redundaría en un gran retroceso
en el estudio del comportamiento humano
al subestimar completamente el papel de las
“emociones” en la conducta humana.
A finales de los años sesenta incorpora
el producto de las investigaciones sobre la
Inteligencia y la manera como la Mente percibe,
procesa y almacena la información, encontrando
terreno abonado en la gran revolución informática
de los procesamientos de datos y la computación,
haciéndole creer a muchos en la analogía entre
el funcionamiento del cerebro y las máquinas de
computación.
Como puede verse, en esta perspectiva del
procesamiento de la información como una
serie lineal, fría, automática y rigurosa, acogida
por todo tipo de misiones tecnocráticas, ni
siquiera se insinuaría algún papel a jugar por
las “emociones” y los “sentimientos” en cuanto
a la importantísima función de permitir filtrar
subjetivamente nuestras respectivas visiones del
mundo. En últimas, con la variante que sea, este
enfoque cognitivo-racionalista no dejaría de ser el
de mayor miopía intelectual, al querer hacernos
creer que la Mente se puede analizar desde afuera
porque supuestamente funcionaría de la misma
manera que un conjunto de tarjetas ordenadas e
interconectadas a un procesador.
“Cabe señalar, no obstante, que la analogía mente/
computadora es funcional, no física, y esta ha sido de
gran utilidad en ramas como la Ingeniería Electrónica
y la Ingeniería de Sistemas, particularmente en el
diseño de sistemas hombre-máquina, sistemas de
información en la teoría de las redes neuronales,
imitación del funcionamiento del cerebro humano
que ha impulsado grandes avances en el campo de
la Inteligencia artificial y la robótica”960
Sobre los factores cognitivos referentes a las
particulares condiciones concretas de existencia
e inteligencia, estructurados en esquemas y
constructos cognitivos, la psicología cognitivista
por lo general los estudia como formando parte del
proceso racional que evoluciona hacia el desarrollo
intelectual (inteligencia), partiendo del modo de
pensamiento nocional y desarrollándose a través
de los modos de pensamiento proposicional,
conceptual, precategorial y categorial.
Para Miguel De Zubiría sólo podrían ser
aprendidos en la medida que se asimilen los
instrumentos de conocimiento y las operaciones
intelectuales, siendo que la tradicional taxonomía
sobre la naturaleza, desarrollo y formas del
pensamiento clasificada como pensamiento
nocional,
pensamiento
proposicional,
pensamiento conceptual y pensamiento categorial
o formal, es considerada por De Zubiría a partir de
que no serían simples formas de pensamiento, sino
más precisamente “inteligencia, “instrumentos de
conocimiento” y “operaciones intelectuales”.
“El mundo son cosas y acontecimientos de cosas.
Hubo un momento de la historia de los antepasados
en que re-presentaron las cosas y las relaciones entre
ellas. En ese preciso momento y lugar apareció una
forma absolutamente original de relación con las
cosas: surgió el pensamiento”961
Cognitivismo “revisado”
Bajo las explicaciones cientifistas y
específicamente psicologistas medran cualquier
variedad de concepciones idealistas y mecanicistas,
como aquellas de estímulo-respuesta que se
encuentran implícitas en la mayoría de ellas.
Para comprender el desarrollo cualitativo,
en cuanto al qué, por qué y para qué, de ciertas
“estructuras cognitivas”, de alguna inteligencia y
capacidad intelectual, tendríamos que ir más allá
de lo dado y adquirido hacia el cómo de nuestra
manera de percepción intelectual, pensamiento,
transformación, empleo y categorización del
mundo de las cosas, en situaciones concretas,
además del cómo de su participación y
comunicación. Esta condición del cómo, que en
el cognitivismo se la denomina como “estilos
cognitivos”, contribuye a cualificar la eficacia de
nuestra capacidad de comprender, la que en unos
es más que en otros menos, claro está.
Se habla de tipos de estilos cognitivos
como reflexividad-impulsividad, dependenciaindependencia de campo, totalistas-parcialistas,
convergente-diferente, etc. Pero, sin desconocer
que se han adelantado serias investigaciones
sobre estos estilos cognitivos, sería lo más
consecuente partir de la estrecha dependencia
recíproca del hombre con el mundo en el que
vive, dependiendo de esto su desarrollo social,
960 MESA H. Paulo César. El enfoque cognitivo racionalista; [email protected]
961 DE ZUBIRÍA, Miguel. Biografía del Pensamiento; editorial magisterio, Bogotá, 1996, pág.21
Para ser Antropogogo
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